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22- INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL RANDY MEJÍAS GONZÁLEZ Página 1 de 6 La expresión ‛infecciones de transmisión sexual’ (ITS) que sustituyó, la clásica denominación de ‛enfermedades venéreas’ abarca un grupo de enfermedades de naturaleza infecciosa en las que la transmisión sexual es de interés epidemiológico, aunque en algunas de ellas no sea el mecanismo de transmisión más importante 1. Enfermedades provocadas por bacterias: a) Sífilis: Treponema pallidum b) Gonococia: Neisseria gonorrhoeae c) Chancro blando: Haemophilus ducreyi d) Granuloma inguinal: Calymatobacterium granulomatis. e) Vaginosis: Gardnerella vaginalis. f) Uretritis, cervicitis y linfogranuloma: Chlamydia trachomatis. g) Uretritis, ¿salpingitis?: Ureaplasma urealyticum. ¿Salpingitis?: Mycoplasma hominis. 2. Enfermedades provocadas por hongos: Candida albicans 3. Enfermedades provocadas por protozoos: Trichomonas vaginalis (vaginitis) 4. Enfermedades provocadas por virus: a) Herpes genital: virus del herpes simple 1 y 2. b) Condilomas acuminados: papiloma viral humano. c) Virus de la hepatitis B. d) Citomegalovirus. e) Virus del Molluscum contagiosum f) VIH-1 y VIH-2 (sida y complejo asociado). 5. Enfermedades provocadas por ectoparásitos (artrópodos): a) Sarna: Sarcoptes scabiei b) Ladilla: Phthirus pubis Costos biomédicos de las ITS 1. Infertilidad. Es una de las complicaciones, más comunes, resultado del daño de las trompas uterinas por el ascenso hacia el tracto genital superior de los agentes causales de gonorrea, Chlamydia o posible vaginosis bacteriana, los cuales causan enfermedad pélvica inflamatoria (EPI). Numerosos datos indican que el 10-40 % de las mujeres con infección por gonococos o clamidias no tratadas evolucionan a EPI sintomática y más del 25 % de estas resultarán infértiles. 2. Embarazo ectópico (tubario). Esta complicación de las ITS, potencialmente mortal, también está asociada a EPI anterior y la oclusión incompleta de la luz tubaria. Las mujeres que han padecido de EPI tienen entre 6 y 10 veces más probabilidades de tener un embarazo ectópico que las que nunca han padecido de infección del tracto genital superior. El primer embarazo después de una EPI resulta un embarazo ectópico en alrededor del 6 % de las mujeres. Actualmente, el embarazo ectópico representa una de las causas más importantes de muerte materna 3. Cáncer cervical. Esta complicación de las ITS, igual que el embarazo ectópico, casi siempre concluye con la muerte de la mujer. La evidencia disponible muestra que la infección por papiloma viral humano desempeña el papel principal en la causa del cáncer cervical. 4. Resultados adversos del embarazo. Además del embarazo ectópico, se señalan resultados desfavorables relacionados con las ITS que incluyen pérdidas fetales (abortos o recién nacidos muertos), bajo peso al nacer (parto prematuro o crecimiento intrauterino retardado) e infección connatal (ceguera potencial, neumonía y retraso mental). – El impacto de las ITS sobre el embarazo depende del agente involucrado, la cronicidad de la infección y la edad gestacional en la cual la mujer es infectada. En general, es más probable que la infección aguda influya más que la crónica en los resultados desfavorables. 5. Transmisión del VIH. Los datos que presentan las enfermedades ulceradas genitales como factores de riesgo en la transmisión del VIH son cada vez más precisos; sin embargo, varios estudios prospectivos bien diseñados, actualmente sugieren que las ITS no ulceradas también favorecen la transmisión del VIH y que ambos tipos de ITS (ulceradas y no ulceradas) incrementan el riesgo de transmisión por lo menos entre 3 y 5 veces Sífilis El agente causal es Treponema pallidum El ser humano es el hospedero definitivo de este organismo, que responde con la formación de anticuerpos que no confieren inmunidad. También ocurre una respuesta celular (reacción granulomatosa) a un pequeño aumento de antígeno. Esto sucede particularmente en las manifestaciones tardías de la enfermedad. Estas defensas del hospedero, humoral y celular, contribuyen a la enfermedad clínica observada en la sífilis congénita. Modo de transmisión La sífilis es diseminada por contacto directo, con lesiones ulceradas de la piel y las mucosas. También puede ser vista como una infección prenatal (intrauterina). Puede ser transmitida durante cualquier tiempo del embarazo por espiroquetas maternas por medio de la circulación placentaria o por contacto fetal directo con lesiones maternas abiertas durante el nacimiento Sífilis y embarazo La gestante con sífilis no tratada tiene altas tasas de resultados desfavorables de su embarazo. La sífilis temprana puede afectar seriamente el embarazo, ya que la espiroqueta puede atravesar la barrera placentaria aun en el primer trimestre, pero presumiblemente la inmunoincompetencia fetal protege al feto de las secuelas de la infección hasta alrededor de las 18 semanas de gestación. El riesgo fetal es proporcional al grado de espiroqueta en sangre materna y la duración de la infección antes del parto. Es más probable que ocurra la infección fetal si la madre tiene sífilis primaria, secundaria o latente temprana, porque los estadios tempranos están asociados a un elevado número de espiroquetas circulantes. Se deben incluir otros agentes que, con el incremento de ciertos tipos de prácticas sexuales, han aumentado su frecuencia en cuanto a transmisión sexual: Salmonella. Shigella. Entamoeba histolytica. Giardia lamblia. Virus de la hepatitis A 22- INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL RANDY MEJÍAS GONZÁLEZ Página 2 de 6 El riesgo de transmisión al feto se estima en un 70 % en la sífilis primaria no tratada y aproximadamente en un 30 % en la latente. Si la primaria o secundaria no son tratadas, el 40 % de estas gestaciones puede terminar en aborto espontáneo, parto prematuro, recién nacido muerto o muerte perinatal y el otro 40 % en un recién nacido con sífilis congénita; solo el 20 % de tales embarazos concluyen con un recién nacido normal. Es probable que los sobrevivientes más gravemente afectados durante el nacimiento sean los infectados a las 24 semanas de gestación o después de estas. El tratamiento durante el tercer trimestre puede no prevenir la sífilis congénita. La tasa de nacidos muertos de madres con sífilis tardía es equivalente a la de la población general Tratamiento La sífilis durante el embarazo debe ser tratada con dosis de penicilina apropiadas al estadio de la enfermedad. Debido a la baja tasa de multiplicación de la espiroqueta, es necesaria una exposición prolongada al agente antimicrobiano. Por estas razones, la penicilina G parenteral es la droga de elección para todos los estadios. Se considera 100 % efectiva para prevenir la sífilis congénita cuando se trata a la madre en las primeras etapas durante el embarazo. El efecto treponemicida de una inyección persiste durante 28 días. Para la mujer no gestante, el tratamiento de la sífilis precoz consiste en una dosis única de penicilina G benzatínica, en dosis de 2,4 000 000/U por vía intramuscular. La sífilis de más de 1 año de duración se trata con penicilina G benzatínica, en dosis de 2,4 000 000 U semanales durante 3 semanas sucesivas para un total de 7,2 000 000 U. Alternativas La eritromicina es la droga de segunda línea o alternativa en las pacientes con alergia a la penicilina. Se utiliza en dosis de 500 mg oral, 4 veces al día durante 14 días; es menos efectiva en la prevención de la infección fetal intrauterina. NOTA: Las mujeres atendidas en la segunda mitad del embarazo tienen gran riesgo de parto prematuro y sufrimiento fetal debido a la reacción de Jarisch-Herxheimer Reacción de Jarisch-Herxheimer: Es una reacción febril aguda acompañadapor escalofríos, fiebre, malestar general, náuseas, dolor de cabeza, mialgia y artralgia. Puede ocurrir después de un tratamiento contra la sífilis, leptospirosis o fiebre recurrente. Es más frecuente en pacientes con sífilis primaria y secundaria. Las pacientes embarazadas deben ser advertidas de que podría producirse un parto prematuro. Esta reacción se debe a que la penicilina destruye las espiroquetas, las que al romperse liberan su material en el organismo y esto provoca la reacción Gonorrea Es una enfermedad infecciosa que casi siempre se transmite por contacto sexual. Microbiología y patogenia Neisseria gonorrhoeae es un coco aerobio gramnegativo e inmóvil, con forma de haba, generalmente se dispone en parejas (diplococo) y es intracelular, ya que generalmente se ve el patógeno ingerido por leucocitos polimorfonucleares. Muestra una clara predilección por el epitelio cilíndrico y de transición. Los epitelios estratificados de la vulva y la vagina son resistentes a su invasión. Los seres humanos son los hospederos definitivos. El germen es sensible a la desecación y sobrevive en un ambiente húmedo. La mayoría de las infecciones gonocócicas afectan predominantemente el tracto genital, la uretra en el varón y el endocérvix en la mujer; puede permanecer localizado en el lugar primario de la infección. El periodo de incubación es de 2-5 días, tanto en mujeres como en hombres Transmisión La gonorrea se contrae casi siempre por contacto sexual, salvo la conjuntivitis del neonato y la infección de vulva y vagina de las niñas preadolescentes. El cérvix uterino es generalmente el lugar primario de infección en la mujer, pero también se pueden afectar la uretra, las glándulas de Skene y las glándulas de Bartholin. La infección rectal ocurre en menos de un tercio de los pacientes por propagación directa de la leucorrea o exposición genitorrectal. El sexo oral parece generalizarse cada vez más y es la causa que se preste atención a la gonorrea faríngea. Algunos investigadores consideran que es más frecuente en la mujer grávida. Estas infecciones faríngeas son habitualmente asintomáticas. La infección gonocócica puede ascender a las trompas uterinas y provocar salpingitis y salpingitis-peritonitis, así como periapendicitis y perihepatitis (síndrome de Fitz-Hugh-Curtis). En ocasiones existen formas diseminadas de la infección gonocócica (artritis, lesiones cutáneas, endomiocarditis y meningitis). Gonorrea y embarazo La gonorrea de las mujeres embarazadas suele ser asintomática y si estas no se tratan tienen tendencia a contaminar a sus hijos durante el parto y más riesgo de desarrollar infecciones diseminadas, especialmente en el segundo y tercer trimestres. 22- INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL RANDY MEJÍAS GONZÁLEZ Página 3 de 6 En el primer trimestre puede ocurrir una infección ascendente y en los trimestres segundo y tercero complicaciones perinatales adversas: corioamnionitis, rotura prematura de las membranas ovulares, contracciones pretérmino, parto pretérmino y crecimiento intrauterino retardado. Estas complicaciones son más frecuentes en las mujeres con cultivos positivos en el momento del parto y se asocian a infección perinatal del feto, pirexia materna y sepsis puerperal. La oftalmía gonocócica del recién nacido es responsable de aproximadamente el 50 % de los casos de conjuntivitis neonatal. la instilación de gotas de una solución débil de nitrato de plata en cada ojo después del nacimiento previene la oftalmía gonocócica. El nitrato de plata sigue siendo eficaz y una solución acuosa al 1 % es uno de los regímenes recomendados por los CDC: debe instilarse en los ojos del neonato al nacimiento y lo más tarde 1 h después Tratamiento Durante muchos años el tratamiento habitual de la gonorrea no complicada ha sido la administración intramuscular de 4,8 000 000 U de penicilina G procaína acuosa en dos sitios distintos, junto con la administración oral de probenecid para reducir la rápida eliminación tubular del antibiótico. Actualmente el gonococo está haciendo resistencia a la penicilina. Los CDC ya no recomiendan la penicilina, la ampicillina ni la amoxicillina para el tratamiento de las infecciones gonocócicas. Actualmente se indica una dosis única de 250 mg de ceftriaxona por vía intramuscular, y seguida de un ciclo de 500 mg de eritromicina base 4 veces al día durante 7 días, debido a la posible coexistencia de infección por C. trachomatis. Las pacientes alérgicas a los betalactámicos deben recibir una inyección de 2 g de espectinomicina seguida de eritromicina. La doxiciclina y las quinolonas no se prescriben en el embarazo por sus potenciales efectos adversos sobre el feto Infección por clamidias Es una de las ITS más comunes. La cervicitis por clamidias se caracteriza por su evolución silente en las mujeres, con 70 % de pacientes asintomáticas o con síntomas subclínicos. La cervicitis por clamidias no tratada puede conducir a la enfermedad pélvica inflamatoria y sus secuelas, así como al síndrome de Fitz-Hugh-Curtis. Afecta en particular a mujeres de 25 años, solteras, que no utilizan condón, con múltiples parejas sexuales anteriores y una nueva pareja sexual en los últimos 3 meses. Hasta el 60 % de las mujeres con infección gonocócica albergan C. trachomatis simultáneamente Microbiología y patogenia Chlamydia trachomatis es fundamentalmente un patógeno humano, se pueden diferenciar 15 serotipos: ► D-E-F-G- H-I-J-K son cepas urogenitales y de transmisión sexual, cuya expresión clínica fundamental es la uretritis del varón y la cervicitis de la mujer; ► los serotipos L1, L2 y L3 son los causantes del linfogranuloma venéreo, y ► el A, B, Ba y C se asocian al tracoma de la ceguera epidémica. ► Los serotipos D al K también son responsables de la conjuntivitis de inclusión e infecciones perinatales. Las clamidias son organismos intracelulares obligados, gramnegativos que poseen ADN y ARN. Por su capacidad metabólica limitada precisan de células columnares o seudoestratificadas para sobrevivir. El periodo de incubación varía de 1-3 semanas. Chlamydia trachomatis y embarazo ► Varios investigadores encuentran fuertemente asociados la infección materna por Chlamydias al aborto espontáneo, muerte fetal, rotura prematura de membranas ovulares, parto pretérmino y crecimiento intrauterino retardado, aunque las pruebas no son concluyentes. ► El riesgo de transmisión vertical al neonato está bien demostrado, mientras la tasa de transmisión vertical en las mujeres infectadas no tratadas puede llegar al 70 %. ► Los síntomas de conjuntivitis de inclusión se desarrollan en las 2 semanas siguientes al nacimiento en aproximadamente un 20-50 % de los lactantes expuestos. ► Otro 10-20 % desarrollan neumonía en los primeros 4 meses de vida. Tratamiento El tratamiento es con eritromicina en dosis de 2 g/día por 7 días y la ofloxacina en dosis de 300 mg, 2 veces al día por 7 días Infección por virus del papiloma humano (PVH) La infección debida a PVH es una de las ITS más frecuentes y alcanza del 15-30 % de la población adulta. 22- INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL RANDY MEJÍAS GONZÁLEZ Página 4 de 6 La mayor parte de las mujeres infectadas son asintomáticas. La infección se puede manifestar de forma inaparente o provocar la formación de múltiples lesiones verrucosas o planas. Hoy día, se han aislado y caracterizado más de 60 tipos de PVH y más de 20 de ellos son capaces de infectar el tracto anogenital. Basado en su asociación con tipos específicos de lesión anogenital, se han dividido en tres grupos según su riesgo oncogénico: 1. Bajo riesgo: tipo 6; 11; 42; 43 y 44. 2. Riesgo intermedio: tipo 31; 33; 35; 51 y 52. 3. Alto riesgo: tipo 16; 18; 45 y 56. Tratamiento El tratamiento puede eliminar las lesiones aparentes, pero no reduce los riesgos de cáncer. Los riesgos de recurrencia de lesiones verrucosas son altos, cualquiera que sea el tratamiento. Se prefiere el tratamiento tópico. Se utiliza mucho la crioterapia combinada con la administración de podofilina 2 veces al día durante 4-7 días. Si la aplicación se debe hacer sobre las mucosas o la paciente está embarazada, se optará por el ácido bicloro o tricloroacético. El 5-fluoracilo es teratogénico y no debe emplearse en una paciente con posibilidades de estar embarazada. Se deberá reservar la electrodesecación, electrocoagulación, laserterapia y cirugía para las lesiones extensas o resistentes. En todos los casos de lesiones dudosas se realizará biopsia, así como la prueba de Papanicolaou en todas las mujeres infectadas por VPH. En caso de gestante en trabajo de parto con lesiones verrucosas, se procederá a realizar operación cesárea, solo cuando el volumen de estas o la posibilidad de complicaciones impidan el parto transpelviano _____________________________________________________________________________________________ Infección por virus del herpes simple (VHS) Las infecciones por VHS en los adultos suelen presentarse como lesiones orales o genitales en su fase aguda y pueden recurrir clínicamente. La transmisión perinatal del VHS causante del herpes neonatal se adquiere comúnmente a partir de una mujer embarazada con infección del tracto genital en el momento del parto Biología y patogenia El VHS pertenece al grupo de Herpes virus. En los seres humanos hay dos serotipos: VHS-1 y VHS-2. El primero es responsable de gingivo-estomatitis y faringitis; el segundo se asocia principalmente con el herpes genital. El VHS es neurotrópico, o sea, infecta los ganglios nerviosos en donde está protegido de los mecanismos inmunológicos de la célula hospedera y puede reactivarse con manifestaciones clínicas a través de úlceras genitales recurrentes. El periodo de incubación es de 3-7 días y la infección primaria se presenta en forma de lesiones vesiculares múltiples, como pápulas que se pueden ulcerar y son extremadamente dolorosas. La ulceración tiene una base eritematosa indurada y desaparece de 4-6 semanas sin dejar cicatriz. Puede acompañarse de síntomas constitucionales como malestar y fiebre. Las infecciones primarias son grandes excretoras de virus y pueden ocurrir lesiones extragenitales por autoinoculación. Las recurrencias ocurren del 38-56 % de los pacientes y se presentan con lesiones similares a la infección primaria, aunque tienen una duración menor de la eliminación vírica y de los síntomas, con escasos síntomas sistémicos o ninguno Herpes virus y embarazo El hecho de que una mujer elimine virus durante el tercer trimestre no significa que lo hará durante el parto. Algunos autores han observado la asociación entre prematuridad, crecimiento intrauterino retardado e infección primaria por VHS de la madre antes de la semana 20 de la gestación. Los riesgos para el feto son mayores en el momento del nacimiento, aunque la infección intrauterina puede ocurrir en cualquier momento del embarazo. Los recién nacidos de madres afectadas de primoinfección son los de más riesgos, ya que la infección intrauterina es rara en caso de infección recurrente Tratamiento La paciente deberá ser informada de que padece una ITS y que debe evitar todo contacto con las lesiones desde los pródromos de la enfermedad hasta la curación de las lesiones. Debe ser advertida que, si bien es posible prevenir y tratar las recurrencias sintomáticas, no existe cura para la infección por VHS. Debe conocer que, en caso de parir, el parto deberá ser por operación cesárea si presenta lesiones activas por VHS o síntomas sugerentes de reactivación. El tratamiento de las lesiones genitales dolorosas es principalmente sintomático. En general, se recomienda: I. Aciclovir oral (200 mg 5 veces/día durante 7 a 10 días) en caso de primoinfección. 22- INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL RANDY MEJÍAS GONZÁLEZ Página 5 de 6 II. Cuando la frecuencia de recurrencias es mayor que seis por año, la paciente debe recibir 400 mg de aciclovir 2 veces/día. III. También pueden administrarse 200 mg 5 veces/día al inicio de los pródromos de recurrencia. El uso del aciclovir no está aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) durante el embarazo; pero se ha utilizado en casos graves de infección materna. Actualmente no hay datos definitivos respecto al efecto teratogénico del aciclovir en niños nacidos de madres que tomaron aciclovir. VIH/sida Actualmente se demostró la posibilidad de disminuir el riesgo mediante un régimen terapéutico basado en tres elementos: 1. Zidovudina (ZDV) desde las 14 semanas de gestación hasta el final de la gestación. 2. ZDV intravenosa durante el parto. 3. ZDV oral al recién nacido durante las primeras 6 semanas de vida El tratamiento con ZDV intravenoso debe comenzar 3 h antes de la operación. Se puede administrar profilaxis antimicrobiana perioperatoria. Si la carga vírica es menor que 1 000 copias/mL a las 36 semanas, el riesgo de transmisión perinatal es igual al 2 % o menor, aunque el parto sea transvaginal; si la mujer opta por la operación cesárea debe respetarse su decisión. En caso de no poderse determinar la carga vírica, el parto debe ser mediante operación cesárea. No se aconseja la lactancia natural, porque se han demostrado casos de infección por la leche materna. Hasta ahora no se ha documentado una influencia significativa del embarazo sobre la evolución de la enfermedad por VIH. La transferencia pasiva de anticuerpos maternos al feto y su persistencia en la sangre del recién nacido durante 18 meses significa que, si hay ausencia de síntomas y no se pueden emplear pruebas más específicas, puede ser imposible determinar si el niño se ha infectado hasta los 18 meses Vaginosis bacteriana (VB) Entre las mal llamadas anteriormente vaginitis inespecíficas se han agregado hoy día los cuadros en cuya causa está implicado un complejo infeccioso, que muestra de manera constante un aumento en la incidencia de Gardnerella vaginalis, bacterias anaerobias (fundamentalmente Bacteroides y Mobiluncus) y Mycoplasma hominis, junto con una disminución del número de lactobacilos y del que G. vaginalis se convierte en el principal marcador diagnóstico. Se ha eliminado, asimismo, el término “vaginitis” para los cuadros de esta causa, y se ha acuñado el de vaginosis, cuya patogénesis correspondería a un efecto simbiótico entre G. vaginalis, productora de aminoácidos y los gérmenes anaerobios que producen aminas (putrescina y cadaverina) a partir de los aminoácidos, lo que elevaría consecuentemente el pH, y, a su vez, favorecería el crecimiento de G. vaginalis, y establecería un círculo vicioso. Las pacientes sintomáticas refieren un aumento de las secreciones o la aparición de un olor similar al del pescado en sus genitales. En la mitad o más del total de las pacientes que presentan esta infección, los síntomas son mínimos o ausentes. Las pacientes asintomáticas presentan una concentración bacteriana en la vagina similar al de las pacientes sintomáticas. Se admite que las parejas sexuales de mujeres con VB poseen por lo regular G. vaginalis en la uretra, así como el componente anaerobio de la infección, y, aunque no se ha demostrado que provoque uretritis en el varón, algunos autores lo involucran en la patogénesis de algunos cuadros de prostatitis. Diagnóstico Puede establecerse clínicamente o mediante tinción de Gram de las secreciones vaginales. El diagnóstico clínico se hace si están presentes al menos tres de las cuatro características siguientes: 1. aspecto acuoso y homogéneo de las secreciones; 2. pH superior a 4,5; 3. olor a pescado tras la alcalinización de las secrecionescon hidróxido de potasio (KOH) al 10 % y 4. presencia de más del 20 % de células guía en el extendido húmedo, que son células del epitelio vaginal recubiertas de bacterias. Vaginosis bacteriana y embarazo Es una de las infecciones más frecuentes durante el embarazo (15-20 % de las gestantes). Se ha descrito la existencia de cierta relación entre la VB y los resultados adversos del embarazo como parto prematuro y rotura prematura de membranas ovulares. La mitad de los microorganismos aislados en el líquido amniótico se relacionan con vaginosis bacteriana, lo que sugiere que esta infección puede desempeñar un papel fundamental en la infección del líquido amniótico en las mujeres con parto pretérmino y membranas intactas. La mayoría de las bacterias aisladas a partir del estudio de las membranas pertenecen al grupo de las que se asocian a VB. Algunos autores consideran la vaginosis bacteriana como uno de los factores de riesgo más importantes en el desarrollo de endometritis posparto, especialmente tras la cesárea. También se ha relacionado con el aumento del índice de infección de la herida abdominal. 22- INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL RANDY MEJÍAS GONZÁLEZ Página 6 de 6 Tratamiento I. El metronidazol puede administrarse en dosis única de 2 g por vía oral o 500 mg, 2 veces al día durante 7 días. Los CDC recomiendan que el metronidazol no se administre durante el primer trimestre del embarazo. II. En cualquier fase del embarazo puede utilizarse clindamicina en dosis de 300 mg por vía oral, 2 veces al día durante 7 días. El tratamiento de las parejas sexuales no previene las recurrencias de la VB, por lo que no se aconseja. III. Está demostrado que el tratamiento de las mujeres asintomáticas antes de someterse a cirugía pelviana o durante el embarazo, reduce las complicaciones de origen infeccioso Tricomoniasis La infección por T. vaginalis (TV) es frecuente y responsable de aproximadamente el 25 % de las vaginosis sintomáticas. Es un parásito de transmisión sexual presente entre el 12-30 % de las embarazadas, en ocasiones asintomáticas (10 %). En el hombre, la infección de la uretra es por lo general asintomática (90 %). Muchos de los hallazgos clínicos son idénticos a los encontrados en las pacientes con vaginosis bacteriana y algunas de las complicaciones del embarazo son iguales. La presencia de T. vaginalis se asocia frecuentemente a otras ITS, en especial N. gonorrhoeae, ya que pueden favorecer su crecimiento y transmisión. El efecto de T. vaginalis sobre el embarazo no se conoce bien, ya que no se ha separado suficientemente de la vaginosis bacteriana como para saber si tiene un efecto independiente sobre el embarazo. Tratamiento Durante el embarazo solo se justifica en infecciones sintomáticas. El tratamiento debe evitarse durante el primer trimestre. Puede considerarse ante la presencia de síntomas moderados o graves durante el segundo y tercer trimestres del embarazo. El tratamiento recomendado consiste en metronidazol en dosis única de 2 g por vía oral. El índice de curación es superior al 95 % en las mujeres no gestantes, especialmente cuando se trata a los compañeros sexuales. Los índices de curación femeninos aumentan en un 10-25 % cuando también se trata al varón. Candidiasis Candida albicans es responsable del 80-90 % de las infecciones por hongos. Las gestantes asintomáticas tienen una incidencia de Candida similar a las no gestantes (15-20 %). El reservorio y la fuente de infección del género Candida, considerando las infecciones cruzadas de transmisión sexual, son las mujeres afectadas de vulvovaginosis, aunque no se debe olvidar que un porcentaje elevado de mujeres sin síntomas son portadoras de Candida, así como los varones en los cuales hay manifestaciones clínicas. En los varones cuya pareja sufre de candidiasis vulvovaginal la colonización por Candida es cuatro veces más frecuente. La incidencia de candidiasis sintomática aumenta durante el embarazo (30-40 %), quizás debido al aumento de los niveles de esteroides. Las pacientes con diabetes mellitus, inmunodeprimidas o sometidas a tratamiento antibiótico presentan índices altos de candidiasis. El tipo recurrente es más frecuente durante el embarazo. No se ha relacionado a Candida albicans en la vagina con el embarazo. Tratamiento I. La absorción sistémica de azoles o de nistatina en la vagina es tan limitada que ambos pueden utilizarse durante los tres trimestres del embarazo. II. No deben emplearse ácido bórico ni ketoconazol. III. Solo deben tratarse las parejas masculinas sintomáticas. IV. La candidiasis en las mujeres gestantes es más resistente al tratamiento, recurre con más frecuencia y por eso responde mejor a tratamientos más prolongados de 7-14 días que a los regímenes terapéuticos de 1-3 días. V. Con la nistatina, aunque es bien tolerada, los índices de curación son inferiores a los de los azoles, especialmente durante el embarazo o en casos de recurrencia, por lo que la nistatina se considera de segunda elección. VI. El tratamiento con violeta de genciana resulta eficaz. VII. Las cápsulas de ácido bórico, el ketoconazol y el fluoconazol por vía oral no deben administrarse durante el embarazo
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