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09- ROTURA PREMATURA DE MEMBRANAS (RPM) RANDY MEJÍAS GONZÁLEZ Página 1 de 3 ROTURA DE MEMBRANAS OVULARES Es un accidente obstétrico en el que ocurre una solución de continuidad de las membranas ovulares antes del inicio del trabajo de parto, independientemente de la edad gestacional. Se observa aproximadamente entre el 8-10 % de todos los embarazos. Su importancia para el pronóstico está en relación inversa con la edad gestacional en que se produce. O sea, que mientras más temprano aparece, peores serán los resultados. Cuando ocurre antes de la semana 35 se le llama rotura prematura de las membranas pre-término (RPMpt). Podemos entonces asegurar que en el embarazo de más de 35 semanas (feto viable) el pronóstico es bueno, aunque no libre de complicaciones Cuando ocurre antes de las 34 semanas es desfavorable y peor aún antes de las 32, cuando la evolución está sujeta a una alta morbilidad y mortalidad fetal y neonatal. Líquido amniótico El volumen de líquido amniótico (LA) alcanza su punto máximo alrededor de la semana 34 de gestación, cuando llega a un promedio de 800 mL. Aproximadamente 600 mL de líquido amniótico rodean al feto a término ‒a la semana 40 de la gestación‒. El feto hace circular constantemente este líquido al tragarlo e inhalarlo y reemplazarlo a través de la micción y posible exhalación. El líquido amniótico cumple numerosas funciones para el feto: protección de las lesiones externas al amortiguar golpes o movimientos súbitos, permitir su libre movimiento y desarrollo músculo-esquelético simétrico, mantener una temperatura relativamente constante como protección de la pérdida de calor y, por último, permite el desarrollo apropiado de los pulmones. Amnios El amnios está compuesto por cinco láminas distintas: 1º. la más cercana al feto es el epitelio amniótico, cuyas células secretan colágeno tipo III, tipo IV y proteoglicanos ‒laminina, fibronectina, entre otros‒ que luego confluirán para conformar la segunda lámina conocida como membrana basal. 2º. En el siguiente estrato se encuentra la lámina compacta, compuesta por tejido conectivo, la cual se puede considerar como el esqueleto fibroso principal del amnios. 3º. Luego se encuentra la lámina fibroblástica en donde se observan macrófagos envueltos de una matriz extracelular y células mesenquimales que son responsables de la secreción del colágeno encontrado en la lámina inmediatamente anterior. 4º. Por último, se encuentra la lámina intermedia conocida así debido su apariencia, la cual limita al amnios y el corion. Está lámina posee gran cantidad de colágeno tipo III y proteoglicanos hidratados, lo que le confiere su aspecto característico; su función principal es absorber el estrés físico, permitiendo que el amnios se deslice suavemente sobre el corion subyacente. Mientras que el corion es más grueso que el amnios, este último posee una mayor fuerza tensil. Patogenia de la rotura prematura de membrana La etiología de la gran mayoría de las RPM se desconoce; sin embargo, se ha identificado que los factores predisponentes más frecuentes son: – Infecciones cervicovaginales. – Tensión excesiva de las membranas ovulares. – Alteraciones en las propiedades físicas de las membranas ovulares. Infecciones cervicovaginales A. La infección precede a la rotura en por lo menos el 50 % de los casos. B. Se ha observado que la zona donde se produce la rotura es pobre en colágeno III y la elastasa de los granulocitos es específica para dirigir dicho colágeno, que, a su vez, precisa de ácido ascórbico y cobre para mantenerse. Esto explica que la corioamnionitis histológica predispone a la RPM. C. Además, las células deciduales, especialmente si hay bacterias, sintetizan prostaglandinas E2 y F2- alfa que estimulan las contracciones uterinas. Así que por una parte se debilitan las membranas y por otra aumentan las contracciones provocando la rotura de las membranas. También la isquemia de las células deciduales, además de prostaglandinas segregan interleucina 1-beta, sustancia que hace que la membrana amniótica metabólica PG E2 a expensas de la gran cantidad de ácido araquidónico y fosfolípidos que ella posee. También las bacterias producen fosfolipasa 2 y un polisacárido que induce la síntesis de PG E2. Tensión excesiva de las membranas ovulares En los embarazos múltiples y en el polihidramnios, la membrana ovular se ve sometida a una tensión excesiva que por causa mecánica hace que esta se rompa. Alteraciones en las propiedades físicas de las membranas ovulares El colágeno es un componente importante, envuelto en la matriz extracelular de las membranas fetales contribuye a la elasticidad y fuerza tensil del amnios. La colagenasa es una enzima lítica que se encuentra en altas concentraciones en la placenta humana; su actividad aumenta a medida que avanza el embarazo, el mecanismo propuesto es una falta de equilibrio entre factores de degradación y síntesis de la matriz extracelular. Se encuentran, además, otras enzimas que contribuyen al cambio en la estructura del colágeno como son la elastasa de neutrófilos, metaloproteasas, gelatinasa, proteoglucanasa y cisteína-proteinasas. En la actividad y calidad de todos estos elementos se ha señalado que pueden influir una serie de factores como las enfermedades del tejido conectivo, déficit nutricional, bajas concentraciones de cobre y de vitamina C. La deficiencia de hierro y la anemia ‒que genera hipoxia‒ pudieran inducir a estrés materno y fetal, lo cual estimula la síntesis de hormona liberadora de corticotropina. Las concentraciones elevadas de esta son un factor de riesgo para presentar no solo RPM, sino también otras complicaciones como hipertensión inducida por el embarazo, eclampsia, retardo del crecimiento intrauterino e infección. 09- ROTURA PREMATURA DE MEMBRANAS (RPM) RANDY MEJÍAS GONZÁLEZ Página 2 de 3 Un mecanismo alternativo sugiere que la marcada disminución del hierro puede llevar a daño oxidativo de los eritrocitos y, por consiguiente, de la unidad feto- placentaria. Dispositivo intrauterino (DIU) y embarazo. La presencia de un DIU con el embarazo es una importante causa de RPM. Esto ocurre por dos mecanismos: – Generalmente el embarazo se produce porque el DIU ha descendido hacia el orificio cervical interno, dejando espacio suficiente para la implantación ovular. Al comenzar a formarse el segmento inferior hacia la semana 28 y aumentar el volumen ovular, hay un deslizamiento de la membrana sobre el DIU y ocurre la rotura de esta. – La guía del dispositivo que está en contacto con la vagina que es un medio séptico, sirve de puente a los gérmenes a través del tapón mucoso cervical, lo que ocasiona una corioamnionitis histológica. Diagnóstico Anamnesis. La paciente refiere salida de líquido por sus genitales. En ocasiones, se despierta con la cama mojada y, a veces, después de relaciones sexuales. Es importante interrogar si hay historia de incontinencia urinaria para establecer el diagnóstico diferencial. Examen físico La simple visualización permite ver la salida del líquido amniótico por la vagina que cuando es en cantidad suficiente no da lugar a dudas. Siempre se debe colocar un espéculo, ya que, además de verificar el diagnóstico, permite descartar una procidencia del cordón. Veremos entonces la salida de líquido por el orificio cervical. Si no es evidente, se debe desplazar la presentación a través de las cubiertas abdominales. De ser una verdadera rotura de la bolsa, esto permite hacer el diagnóstico en más de un 90 % de los casos. El tacto vaginal solo está indicado si existe evidencia de trabajo de parto avanzado o alteraciones de la frecuencia cardiaca fetal que sugieran una procidencia del cordón. Exámenes complementarios1. Ultrasonografía obstétrica. Se emplea mucho, pero aun cuando se observe un oligohidramnios no es capaz de hacer el diagnóstico en un 100 % de las veces, puesto que puede deberse a otra causa. 2. Prueba de cristalización de Neuhaus. Se toma una muestra del fondo de saco y se extiende en una lámina. Se le da calor con una lámpara y al observarla al microscopio, si es positiva se visualizan formaciones en forma de hojas de helecho. Puede ser falso negativo en RPM de muchas horas de evolución o si el líquido contiene sangre o meconio. 3. Determinación del pH. Se realiza por el papel de tornasol o nitracina. Si el pH vaginal es más de 7, se sospecha la RPM porque el líquido amniótico alcaliniza el medio. Otras pruebas: – En la citología vaginal se pueden observar células de descamación fetal, sobre todo cutáneas. – Una prueba descartada porque es invasora es la inyección intraamniótica de un colorante (azul de metileno) para comprobar posteriormente en el apósito estéril colocado en la vulva. Tiene la ventaja de poder tomar una muestra estéril de líquido amniótico para cultivo, previa a la inyección y estudiar el índice de fosfolípidos (lecitina- esfingomielina) con vistas a determinar el grado de maduración pulmonar. – Un examen muy sencillo es la observación por 6 h en reposo con apósito estéril en la vulva. Si hay una RPM, es muy difícil que no se corrobore en ese tiempo. – Otros exámenes complementarios están indicados en relación con la evolución y para buscar signos precoces de infección ovular que es la principal complicación: • Leucograma seriado que mostraría leucocitosis. • Proteína C reactiva: cuando está por encima de 2 mg/100 mL es un marcador de infección. • Cromatografía en gas líquido del líquido amniótico: es capaz de detectar los metabolitos orgánicos de las bacterias con una alta especificidad y sensibilidad. • Perfil biofísico: mediante la disminución de los movimientos respiratorios fetales puede indicar la presencia precoz de infección. • Ultrasonografía convencional: permite el cálculo del peso fetal para determinar la inducción del parto o no. Diagnóstico diferencial El diagnóstico diferencial se haría con: – Leucorrea: es frecuente en el embarazo; se trata de un flujo blanco amarillento, fétido en ocasiones y acompañado muchas veces de prurito. – Incontinencia urinaria: está presente muchas veces en la segunda mitad del embarazo, sobre todo en multíparas. El olor a orina es evidente. – Eliminación del tapón mucoso: ocurre cuando comienzan los pródromos del parto; es más bien un fluido mucoso casi siempre sanguinolento. – Rotura de un quiste vaginal (Gadner): es infrecuente y se trata de un líquido cristalino sin olor característico. – Hidrorrea decidual: ocurre en la primera mitad del embarazo. Se trata de un líquido blanco- amarillento que fluye del espacio entre las deciduas parietal y refleja y que evoluciona hacia la desaparición en pocos días. – Rotura de la bolsa amniocorial: infrecuente, se trata de líquido que parte del espacio virtual entre el corion y el amnios. Diagnóstico retroactivo: algunas mujeres que presentan pérdidas en el transcurso del embarazo, cuyo volumen de líquido amniótico se mantiene normal, no presentan signos de amnionitis y que desaparece en días pudiera corresponderse con esta causa. 09- ROTURA PREMATURA DE MEMBRANAS (RPM) RANDY MEJÍAS GONZÁLEZ Página 3 de 3 Conducta obstétrica ► Cuando la RPM ocurre con 25 semanas o menos, salvo casos excepcionales, la conducta será la interrupción de la gestación, debido a que el pronóstico fetal es muy malo debido a las complicaciones que aparecerían antes de llegar a la viabilidad, lo que es muy difícil de alcanzar en estos casos. ► Entre las 26-33 semanas se indica reposo, antibióticos por 7 días e inductores de la maduración pulmonar (betametasona). Se deben vigilar los signos de infección ovular donde existen los medios disponibles antes descritos ‒ estas pacientes deben ser ingresadas en hospitales con servicios perinatológicos especializados ‒. La taquicardia materna, el dolor abdominal suprapúbico a la palpación, acompañado del inicio de contracciones uterinas, la fiebre - más tardía - y los cambios de color del líquido amniótico a sanguinolento o purulento, así como la fetidez de este, son signos inequívocos de corioamnionitis y que indican la inmediata interrupción del embarazo. La vía generalmente depende de la presentación fetal que, por esta etapa de la gestación, es más frecuente la pelviana por lo que se realizará una cesárea. Si existe sufrimiento fetal, también debe evitarse el parto transpelviano. ► A las gestantes con 34-36 semanas y cálculo de peso de más de 1 800 g se le puede hacer una toma vaginal de líquido para determinar el fosfatidil glicerol y saber si existe maduración pulmonar fetal. Si está inmaduro, se administran 24 mg de betametasona en dos dosis y se induce el parto a las 48 h, si tiene menos de 34 semanas. ► Con más de 36 semanas, siempre se indica la inducción después de un periodo de observación de 12-36 h hasta alcanzar la posibilidad del trabajo de parto espontáneo, lo que ocurre en más del 60 % de los casos. Si pasadas 12 h del comienzo de la pérdida de líquido no se ha producido el parto, se inicia la administración de antibióticos, básicamente penicilina cristalina, 5 millones por vía intravenosa cada 4 h hasta que ocurra el parto, como profilaxis de la infección por estreptococo del grupo B hemolítico. Si la gestante es alérgica a la penicilina, se inicia tratamiento intravenoso con cefazolina, 1 g cada 8 h, hasta el parto. Complicaciones – Maternas: mayor índice de cesáreas y de infección puerperal. – Fetales: infección ovular, procidencia del cordón, hipoplasia pulmonar, síndrome de las bridas amnióticas, muerte fetal, hematoma retroplacentario mayor número de partos distócicos. – Neonatales: sepsis congénita y las que derivan de la inmadurez (enfermedad de la membrana hialina, hemorragia intraventricular, enteritis necrosante, etc.) Cuando la RPM ocurre en un embarazo a término o por lo menos con feto viable ‒más de 34 semanas y 2 000 g de peso‒ su pronóstico y resultados son buenos; pero antes de esa edad gestacional y, sobre todo antes de las 32 semanas, la morbilidad y mortalidad perinatal se elevan considerablemente
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