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1 Figura 1. Fotografía “Saberes Otros” 2 Performance Por Los Saberes Otros: Las Escuelas Rurales Como Espacios Potenciales Adriana Parra Doctor Horacio Esteban Belgich Director Tesis presentada como requisito para optar al título de Doctora en Educación Doctorado en Educación Facultad de Artes y Humanidades Universidad de Caldas Manizales, julio 2022 3 Figura 2. Fotografía “Cantos del río” Cúrate mijita Cúrate mijita, con la luz del sol y los rayos de la luna, con el sonido del río y la cascada, con el vaivén del mar y el aleteo de las aves . Cúrate mijita, con las hojas de la menta y la hierbabuena, con el neem y el eucalipto. Endúlzate con lavanda, romero y manzanilla. Abrázate con el grano de cacao y un toque de canela. Ponle, amor al té, en lugar de azúcar y tómalo mirando las estrellas. Cúrate mijita, con los besos que te da el viento y los abrazos de la lluvia. Hazte fuerte con los pies descalzos en la tierra y con todo lo que de ella nace. Vuélvete cada día más lista, haciendo caso a tu intuición, mirando el mundo con el ojito de tu frente. Salta, baila, canta… para que vivas más feliz. Cúrate mijita, con amor bonito. Y recuerda siempre: ¡tú eres la medicina! Poema de María Sabina Curandera y Chamana, Mazateca Oaxaca 4 Dedicatoria A Padre, por cuidar mi capacidad para jugar. A Madre Carmen, por su inagotable afecto y buenos tratos. A Maestra Blanca, por sembrar en mi ser la pregunta por la escuela rural. A las gentes campesinas desterradas, por resistir y preservar sus saberes. 5 Agradecimientos Al Doctorado en Educación en la dirección del profesor Yasaldez Eder Loaiza Zuluaga por abrir espacios a Saberes Otros. Agradezco su constancia en decires sobre lo posible. Al Maestro Carlos Valerio Echavarría Grajales y su grupo de investigación “Educación Ciudadana Ética y Política para la Paz”; quienes abrieron su casa y su corazón para acompañar los primeros pasos de este caminar para investigar. Cada encuentro, cada palabra, cada silencio, cada lectura compartida y cada fotografía… fueron el inicio de un bello e inesperado viaje a mis orígenes. A la comunidad Indígena Wounaan del Chocó, por su generosidad para compartir-evocar Saberes Otros. El viaje en canoa por el río San Juan para llegar a su encuentro; la fluidez de las personas Wounaan al hablar su lengua, cómplice con las corrientes del río; su intimidad con la tierra al danzar entre movimientos y pasos que guardaban armonía con los sonidos… gestó en mí las condiciones para soñar con el regreso del Caballo-Ave. Al Maestro Horacio Esteban Belgich por su escucha; presente, pausada y esquizoanalítica. El regreso a mis orígenes me llevó a escenarios de múltiples y atroces violencias. Agradezco de corazón su decisión de acompañarme en un momento en el que el terror de la guerra se apoderaba nuevamente de mi cuerpo y me impedía seguir. Ha sido un privilegio contar con su complicidad para tomar postura frente al destierro y dar mis primeros pasos en esta, mi línea de fuga. Al Maestro Javier Taborda Chaurra, por acercarme a la comprensión de la (s) experiencia (s). Agradezco su genuino interés en acompañar mi caminar – investigar; traducido en la profundidad de las lecturas – mundos a los que me invita y el cuidado hacia mi persona tras el evocar estas experiencias emocionales sobre la escuela rural. El conocer acompañado del cuidar es un gesto que el Maestro Javier encarna y que resulta muy cercano a las prácticas campesinas que me mantienen, todavía hoy, con vida. 6 A la Maestra Silvia M. Bénard Calva, por su capacidad creadora para mostrarme caminos posibles en mi andar autoetnográfico; haciendo lugar para la pintura en óleo y el psicoanálisis. Agradezco sus huellas, serenas y poéticas; muestra de su arduo trabajo para configurar condiciones de posibilidad para hacer del caminar autoetnográfico un camino cada vez más posible. Su generosidad y apertura con el acto de conocer dan lugar a mundos otros posibles. A Johana Elizabeth Cuatín Galindres, por su espiritualidad, misma con la que acompañó mi caminar en el tejer un performance para susurrar al río una historia sobre la escuela rural. Su caminar conmigo, me enseña senderos y ofrendas para encontrar (me) conexiones con las corrientes de las aguas del río Guáitara, para sostener en movimiento, ésta, mi línea de fuga. A quienes me ofrecen su amistad. El cuidado como criterio de relación y acto vinculante con el mundo, ha sido una de sus cualidades. Agradezco de corazón su acompañar, tejido siempre de esperanza y resistencia. 7 Presentación Este documento está organizado en tres apartados, cada uno de los cuales contiene uno o varios capítulos configurados alrededor de fotografías, pinturas y diálogos para corazonar la escuela rural como espacio potencial. Esta es, tanto una forma de contarles mis experiencias emocionales en las escuelas rurales del Huila, Caquetá y Chocó en Colombia, como una acción en un sentido performativo; para preservar estas otras maneras de ser y habitar el mundo, más propias en los Saberes Otros de las gentes rurales. La primera parte está configurada por los capítulos I y II. En el capítulo I realizo una introducción que contiene los orígenes y horizontes investigativos del presente estudio, los antecedentes analizados en el estado del arte y la problemática que bordea la pregunta investigativa. En el capítulo II presento los pasos-andares que propongo para corazonar las escuelas rurales como espacios potenciales a partir de mis experiencias emocionales con la autoetnografía como proceso y como producto (Ellis, C., Adams, T. y Bochner, A. 2019). La segunda parte del documento está configurada por cuatro capítulos así: los capítulos III, IV y V en los que planteo tres tejidos autoetnográficos para corazonar la escuela rural como espacio potencial. La composición artística que introduce el capítulo III con el primero de los tejidos recoge las siguientes experiencias: “Soñar la tierra”, “El padre y la niña en la escuela”, y “Recuerdo de una infancia compartida”. La composición artística que introduce el capítulo IV con el segundo de los tejidos recoge las siguientes tres experiencias: “Encuentro con la lectura del mundo”, “La escuela en la montaña” y “Caminos de montaña”. La composición artística que introduce el capítulo V con el tercero de los tejidos recoge las siguientes tres experiencias: “Tiempos para cosechar”, “Adentrarse en los ríos” y “Tiempo para las historias”. Y Finalmente, el capítulo VI en el cual propongo algunas reflexiones del corazonar la escuela 8 rural como espacio potencial en el marco de la invención – creación de una línea de fuga como apuesta política. La tercera parte del documento está configurada por el capítulo VII el cual contiene unas palabras sobre la autoetnografía como proceso y producto enfatizadas en mi caminar autoetnográfico con las fotografías, las pinturas y la escritura. Y el capítulo VIII en el que presento algunas conclusiones y recomendaciones del estudio para un corazonar que posibilite nuevas conversaciones e investigaciones futuras. 9 Índice Resumen ............................................................................................................................10 Primera parte; Primeros Latidos del Corazonar........................................................................13 Capítulo I. Orígenes y horizontes investigativos....................................................................14 Orígenes investigativos e introducción.............................................................................17En busca de Huella Otras, Estado del Arte ........................................................................26 Experiencias Emocionales. ..........................................................................................27 Educación rural. ........................................................................................................40 Entre colonialidad (es) y exclusión (es) .............................................................................58 Capítulo II. Caminos de Montaña........................................................................................62 Metodologías Analítico Creativas....................................................................................65 Autoetnografía Performativa .........................................................................................71 Segunda parte; Corazonar la Escuela Rural Como Espacio Potencial ...........................................78 Capítulo III. Tejido Autoetnográfico: Experiencias Emocionales en Devenir ..............................86 Soñar la Tierra...........................................................................................................88 Palabrear – curar la Tierra. .........................................................................................91 Labrar la Tierra. .........................................................................................................95 Capítulo IV. Tejido Autoetnográfico: Tiempos y Espacios en las Escuelas Rurales.................... 103 Pintar la Escuela Rural. ............................................................................................. 105 Construir la Escuela Rural. ........................................................................................ 107 Caminar la Escuela Rural........................................................................................... 111 Capítulo V. Tejido Autoetnográfico: Pedagogías Campesinas; Sonoridad y Movimiento .......... 120 Sembrar la Montaña. ............................................................................................... 122 Adentrar (se) en los Ríos........................................................................................... 124 Contar Historias. ..................................................................................................... 128 Capítulo VI. Reflexiones del Corazonar Como Apuesta Política ............................................. 134 Tercera parte; Latidos del Corazonar Para Continuar Conversando .......................................... 144 Capítulo VII. Autoetnografía, Proceso y Producto ............................................................... 145 Fotografía, Pintura y Escritura ...................................................................................... 146 Capítulo VIII. Conclusiones y Recomendaciones, a Propósito del Corazonar ........................... 148 Conclusiones............................................................................................................... 149 Recomendaciones ....................................................................................................... 151 Anexos ............................................................................................................................. 154 Referencias Bibliográficas ................................................................................................... 156 10 Resumen “Performance Por Los Saberes Otros: Las Escuelas Rurales Como Espacios Potenciales”, es una investigación que tuvo como objetivo principal corazonar1 las escuelas rurales como espacios potenciales desde las experiencias emocionales y las producciones de subjetividad que desde los saberes campesinos allí se tejieron en tres momentos en los que habité la escuela rural del Huila (como estudiante), Caquetá (como maestra) y Chocó (como investigadora). Esta investigación se inscribió en el paradigma otro (Mignolo, 2003) con un diseño metodológico autoetnográfico (Ellis, C., Adams, T. y Bochner, A. 2019) y performativo (Holman Jones, 2015). El principal instrumento de esta investigación fue el diario de campo, el cual, aunque apoyado en lo digital con la fotografía, fue esencialmente artesanal. El corazonar la escuela rural como espacio potencial se configuró, desde y con las pinturas en óleo, los relatos autoetnográficos y un proceso terapéutico desde un enfoque psicoanalítico; en torno a tres tejidos autoetnográficos que abordaron el devenir de mis experiencias emocionales; los tiempos y espacios en las escuelas rurales y las pedagogías campesinas allí encarnadas. Finalmente, se plantea el corazonar la escuela rural como apuesta política en el devenir de esta tesis doctoral como mi línea de fuga (Deleuze, 1980). Palabras clave: autoetnografía, escuela rural, experiencia emocional, espacio potencial, pintura, psicoanálisis y línea de fuga. 1 “Corazonar constituye una respuesta política insurgente frente a la colonialidad del poder, del saber y del ser, pues desplaza la hegemonía de la razón, y muestra que nuestra humanidad se erige a partir de la interrelación entre la afectividad y la razón, y que tiene como horizonte la existencia” (Guerrero, 2011, p. 5). 11 Abstract "Performance for other knowledge: rural schools as potential spaces", is an investigation whose main objective was to heart rural schools as potential spaces from the emotional experiences and the productions of subjectivity that from the peasant knowledge there were woven in three moments in which I lived in the rural school of Huila (as a student), Caquetá (as a teacher) and Chocó (as a researcher). This research was inscribed in the other paradigm (Mignolo, 2003) and performative (Holman Jones, 2015) autoethnographic methodological design (Ellis, C., Adams, T. y Bochner, A. 2019). The main instrument of this research was the field diary, which, although supported by the digital with photography, was handmade. The hearting of the rural school as a potential space was configured, from and with oil paintings, autoethnographic stories and a therapeutic process from a psychoanalytic approach, around three autoethnographic artistic fabrics that addressed the evolution of my emotional experiences; the times and spaces in rural schools and the peasant pedagogies embodied there. Finally, the heart of the rural school is proposed as a political bet in the future of this doctoral thesis as my line of escape (Deleuze, 1980). Keywords: autoethnography, rural school, emotional experience, potential space, painting, psychoanalysis, and line of flight. 12 Resumo "Performance para outros saberes: escolas do campo como espaços potenciais", é uma investigação que teve como principal objetivo centralizar as escolas do campo como espaços potenciais a partir das experiências emocionais e as produções da subjetividade que a partir do saber camponês se teceram em três momentos em que vivi na escola rural de Huila (como aluna), Caquetá (como professora) e Chocó (como pesquisadora). Esta pesquisa inscreveu-se no outro paradigma (Mignolo, 2003) com um desenho metodológico autoetnográfico (Ellis, C., Adams, T. y Bochner, A. 2019) e performativo (Holman Jones, 2015). O principal instrumento desta pesquisa foi o diário de campo, que, embora suportado pelo digital com fotografia, era essencialmente feito à mão. Configurou-se o coração da escola rural como espaço potencial, a partir e com pinturas a óleo, histórias autoetnográficas e um processo terapêutico a partir de uma abordagem psicanalítica, em torno de três tecidos autoetnográficos que abordaram a evolução das minhas experiências emocionais; os tempos e os espaços nas escolas rurais e as pedagogias camponesas aí encarnadas. Por fim, o coração da escola rural se propõecomo aposta política no futuro desta tese de doutorado como minha linha de fuga (Deleuze, 1980). Palavras-chave: autoetnografia, escola rural, experiência emocional, espaço potencial, pintura, psicanálise e linha de fuga. 13 Primera parte; Primeros Latidos del Corazonar 14 Capítulo I. Orígenes y horizontes investigativos 15 Sueño – Despertar Sobre el Secuestro “El otro día tuve un sueño Padre…” Padre me vio a los ojos y dijo: “¿Me quiere contar mijita?” “Fue al amanecer de un día frío, intentaba abrir mis ojos con mucha dificultad, quería soñar un poco más, adentrarme aún más en aquella montaña... ascendía a ella caminando entre muchos árboles, habitados todos ellos por pequeñas aves cantoras de diversos colores” “¿Recuerda lo que sentía mijita?”. Asentí y luego le dije: “Sentía curiosidad… los árboles formaban una especie de techo, el cual dejaba entrar el sol, pero de una manera muy tímida. Al instante, un caballo salvaje caminaba a mi lado, sus pasos eran firmes pero muy cuidadosos… era un poco confuso, en ocasiones a mi lado, en ocasiones galopaba delante mío, como mostrando caminos” “¿Recuerda el color del caballo mijita?” “Su color era negro Padre…” “¿Y cómo eran los caminos que le mostraba?” “Cómo los caminos de trocha que tantas veces hemos andado… Yo caminaba junto al caballo, luego lo contemplaba... las plantas iban abriendo paso, floreciendo con colores muy intensos, casi como celebrando su caminar. Me surgió una intuición, este caballo que en ocasiones se mostraba como una gigante ave, parecía ser de ahí, de cada espacio que habitaba. Aunque maravillada, me sentía algo extraña y me sorprendía su compañía ¿Qué lo hacía esperarme y mostrarme caminos? ¿A qué lugar quería llevarme?” “Mijita, ¿usted lo siguió?” … “Si Padre, estaba intrigada y decidida a descubrir su intención” “No tengo certeza de cuánto tiempo lo seguí, no sentía cansancio, cada espacio de la montaña que visitamos, contenía vida, nos contenía a nosotros. En un momento, el caballo hecho ave, aquietó su caminar/volar a la sombra de un enorme árbol… como si esperara que esta vez, fuera yo quién decidiera el rumbo… parecía un misterio que debía descifrar” “¿Mantenía el color el caballo cuando se convertía en ave?” “Si señor, el ave seguía siendo de color negro, aunque tenía unas pintas blancas en la cabeza” “¿Qué rumbo tomó usted mijita?” “No alcancé a decidir qué camino tomar… De repente, una escena a manera de batalla irrumpe en mi sueño... el caballo emprende galope y se aleja apresurado, puedo sentir su intención de no alertar a otros sobre mi presencia... perdí su rastro, se desvaneció conforme mis pies se iban alejando de la trocha. Una fuerza violenta me alejó abruptamente del camino. Seguido, gritos de angustia. Me desperté asustada. Caminé unos pasos y escuché a Hermana decir con su voz entrecortada y su cuerpo temblando: ¡Unos hombres armados se llevaron a Padre!” [Comunicación personal con Padre, noviembre de 1989] 16 Figura 3. Fotografía “El cafetal” Figura 4. Fotografía “Lenguajes otros” Figura 5. Fotografía “Casa-techo para secar café” 17 Orígenes investigativos e introducción Mi tesis doctoral es un intento de fuga para abandonar el dualismo “afuera – adentro” de la guerra en la que estuve cautiva casi toda mi vida. Una acción para recuperar la potencia de las enseñanzas de mi padre y la escuela rural y así adentrarme en el “entre” o “tercera zona” (Winnicott, 1971) que sin saberlo salvó mi vida y preservo mi esperanza y creatividad. No me detendré a investigar- narrar los hechos de las violencias que sufrí… intentaré transitar en mis narrativas a través de una autoetnografía el “entre” que en silencio me sostuvo y las producciones de subjetividad que allí -en la escuela rural como espacio potencial- se gestaron. Bénard (2019) propone que, partir de la experiencia individual supone situarse en el “contexto espacio – temporal” (p. 9), para su comprensión desde sus diversas dimensiones: cultural, social y política. Un asunto crucial en este «camino otro», desde los planteamientos de esta autora, tiene que ver con el lugar y el reconocimiento que hace la autoetnografía a “la subjetividad, a lo emocional, y a la influencia del investigador en la investigación” (Ellis, C., Adams, T. y Bochner, A. 2019, p. 20). Esta metodología no solo responde a la naturaleza de mi interés investigativo sino además me invita a pasar del resistir en secreto a la creación, al accionar pasando de una postura personal a una postura política… me propongo entonces con mi investigación “un performance por los Saberes Otros”, a través de una autoetnografía artística y decolonial desde mi experiencia emocional de la escuela rural como espacio potencial. El objetivo fue por tanto, corazonar las escuelas rurales del Huila, Caquetá y Chocó en Colombia como espacios potenciales desde las experiencias emocionales y las producciones de subjetividad que desde los saberes campesinos e indígenas allí se tejen. Nací en Colombia en la década de los ochenta en medio de tantas y tan atroces violencias que crecí sintiendo que no había habido nada más a mi alrededor. El mundo, los vínculos con los otros, hasta mi propio Self; todo me parecía terreno fértil para el odio. Afuera estaba el horror generado por las acciones de los grupos guerrilleros (FARC-EP, ELN. EPL, M-19), el narcotráfico (el grupo Costeño, el 18 núcleo del Valle, el cartel de Medellín) y los paramilitares (AUC)2. Las tomas guerrilleras, los ataques a la población civil, el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes, el secuestro, el desplazamiento forzado (destierro como lo seguiré denominando en adelante); el horror en el rostro de mi Padre, madres y hermanos al soportar toda una noche de enfrentamientos entre las personas armadas; fueron acontecimientos que atravesaron mi cuerpo y me dejaron en una encrucijada. Cada vez que intenté enunciar, lo que quería investigar y cómo iba a hacerlo, sentía un escalofrío recorrer mi cuerpo. Esto que sentía mi cuerpo estaba constituido por un miedo muy cercano al terror (el terror que infunde la violencia del conflicto armado). Junto a este miedo – o frente a él, aparece también un resistir (uno propio de la esperanza) … emerge entonces en mí, de tanto en tanto, un atisbo de desobediencia, una que me ha invitado desde siempre a sobrevivir. Con lo dicho hasta acá, parecen emerger dos escenarios: uno constituido por la guerra (habitado por personajes siniestros que infundieron terror) y el otro configurado por el cuidado (habitado por personajes que promovieron la esperanza y con ella un resistir). Durante muchos años creí que él único escenario en mi vida había sido el primero… no resulta sencillo escapar de la guerra y del posterior destierro que ella supuso para mi familia y para mí. El encuentro con algunas personas me empujó a descubrir la existencia en mí, de un segundo escenario: desde muy pequeña y luego en la escuela rural, había encontrado formas de relación enmarcadas en el cuidado que no se hacían tan visibles, pero que allí estaban – me habitaban silenciosas. Esta tesis supone la articulación de al menos tres asuntos: a) uno de orden epistemológico y teórico, al posicionarme desde los “Saberes Otros” de las comunidades campesinas e indígenas con las que he compartido en el Huila, Caquetá y Chocó; y al tomar distancia de teorías que suponen una 2 El tiempo comprendido “entre 1979 y 1989, se caracteriza por el ascenso y expansión guerrillera,especialmente de las FARC, el ELN y el EPL, y la reacción y resistencia armada paramilitar que emergió en ciertos contextos regionales” (Centro de memoria histórica, 2017, p. 84). Así como también la aparición de los carteles de la droga a finales de los setenta - principios de los ochenta (Mesa, 2015). 19 dicotomía entre emoción y cognición3, puesto que intento argumentar la mutua afectación entre las emociones y el pensamiento4, para investigar la escuela rural como espacio potencial desde las experiencias emocionales que allí se tejieron; b) otro asunto es de orden metodológico5 dado que le apuesto a una autoetnografía como una de las “perspectivas que reconocen y dan lugar a la subjetividad, a lo emocional, y a la influencia del investigador en la investigación” (Ellis, C., Adams, T. y Bochner, A. 2019, p. 20), desde el devenir histórico de mi experiencia emocional en la escuela rural y mi constitución como investigadora de origen campesino; c) y un tercer asunto de carácter ético – político y por tanto de resistencia, dada la intencionalidad de esta investigación de contribuir con el posicionamiento de Saberes Otros que emergen en la (s) ruralidad (des) desde diversas voces que reclaman legitimidad para una educación propia como resistencia frente a prácticas colonizadoras y violentas provenientes de la matriz colonial pero además del conflicto armado. La hipótesis preliminar que ronda mi ser desde épocas muy tempranas pasa por pensar que las escuelas rurales se configuran en espacios potenciales al gestar experiencias emocionales que posibilitan formas otras de habitar el mundo. Varios acontecimientos me impulsan a reconocer la escuela rural como espacio potencial como fuente fundante de condiciones de posibilidad para aparecer, habitar y resistir en un constante reencantamiento con el mundo. Para ello es importante retomar la categoría experiencia emocional, la cual desde Meltzer (1990), es conceptualizada como: "Un encuentro con la belleza y el misterio del mundo que despierta un conflicto entre L, H y K y - L, - H y - K6. En tanto que el sentido inmediato es experimentado como emociones, quizás tan 3 Desde diversas teorías filosóficas y psicológicas se ha propuesto la dicotomía emoción y cognición, dando prioridad a esta última, incluso en detrimento de las emociones. Esto supone la existencia de un sujeto que obtiene el conocimiento a través de la razón y crea la necesidad de pedagogías centradas en la colonialidad. 4 Desde los planteamientos del psicoanalista Wilfred Bion, para quien el pensamiento no es un acto cognitivo sino una acción que implica dar sentido a la experiencia emocional. 5En el sentido de metodologías horizontales - descolonizadoras (Corona y Kaltmeier, 2012). 6 Aquí Meltzer hace referencia a los vínculos propuestos por Bion en sus teorías acerca del pensamiento. L: amor, H: odio, K: conocimiento. 20 diversas como los objetos capaces de evocarlas en esa forma inmediata, su significación siempre se refiere, en última instancia, a las relaciones humanas íntimas… " . (pp. 22-23) Esto me sugiere pensar el tiempo y el espacio en la escuela rural en términos del devenir de la experiencia emocional, como un “encuentro con la belleza y el misterio del mundo”; un encuentro que se gesta en el entramado de relaciones, que, aunque nombradas por este autor como íntimas, no están inscritas exclusivamente a la relación temprana madre-bebé, trascienden ésta, y afloran allí donde encuentran condiciones de posibilidad. Mis experiencias emocionales en las escuelas rurales se gestaron en medio de múltiples violencias, secuestros, ataques a las poblaciones, asesinatos y destierro. Miller (2004) denomina emoción a “una reacción corporal no siempre consciente, pero a menudo vital, a los acontecimientos externos o internos…” (p. 8). Es decir que lo emocional pasa por el cuerpo, es una construcción en contexto que difiere del organismo. Fernández (1997) apoyada en Sara Paín, afirma que para salir del dualismo organismo-psiquismo es fundamental la diferenciación entre organismo y cuerpo. Ahora bien, las experiencias emocionales que atravesaron mi cuerpo se generaron en un territorio que, aunque habitado por múltiples violencias, tenía un espacio que se había configurado como resistencia: la escuela. Las personas que habitaban la escuela resistían a la guerra y a la colonialidad que pretendía homogeneizar la educación y aniquilar los saberes campesinos. Se intentó ver en esta investigación que implicaciones tuvo la formación de las maestras rurales desde sus prácticas pedagógicas, sus saberes campes inos y desde su “habitus” (Bourdieu) en la configuración de la escuela rural como espacio potencial en mi cuerpo [presente en las maestras campesinas rurales, no en aquellas que venían de fuera]. Al respecto Bourdieu (1997) dice: “Una de las funciones de la noción de habitus es el de dar cuenta de la unidad de estilo que une a la vez las prácticas y los bienes de un agente singular o de una clase de agentes...” (p. 33). Es decir, estructuras mentales por las cuales aprenden el mundo. 21 Lo que en medio de este escenario y a propósito de él, logré hacer, estuvo afortunadamente mediado por la relación con Padre [hombre campesino], Madre Carmen [mujer campesina] y la Maestra Blanca [maestra rural] (en sus enseñanzas están condensadas las de otras personas de distintas escuelas rurales del Huila, Caquetá y Chocó). Para Bárcena y Mélich (2000), “La auténtica experiencia de formación, constituye un acontecimiento de orden ético dentro del cual, como núcleo central, se encuentra una relación” (p. 35); basada en mi experiencia emocional, una pedagogía centrada en la relación y orientada al cuidado. La escena en el río se configuró en experiencia emocional, puesto que ocurrió en el marco de una relación íntima y genuina (Meltzer, 1990). Recuerdo la voz de mi padre, sus relatos acerca de sus viajes, las alegrías y tristezas en medio de sus travesías… y gracias a su saber campesino, su sabiduría para crear las condiciones y alentarme a que avanzara con mis propios pasos, con mi propio cuerpo; tengo la fortuna de recordar mis propias y muy amadas experiencias en el campo. Mi padre tenía una relación especial con la naturaleza, orientada al cuidado y así se relacionaba con nosotros. Su saber campesino, parecía emanar de la bondad. La experiencia en el río sugiere una relación de encuentro con el otro y por tanto de creación en el sentido Winnicottiano; una relación en la que un hombre, posicionado en su saber campesino, lo encarna y se adentra en el rio para conocerlo y mostrarlo con su cuerpo. Seguido a esto, posibilita y acompaña la experiencia de conocimiento de sus hijos. Estos Saberes Otros que en muchos sentidos han sido olvidados e incluso aniquilados, son los que orientaron esta propuesta investigativa. Por lo anterior, los autores y teorías que en adelante enunciaré, han sido elegidos puesto que se configuran como referentes que crean condiciones de posibilidad para la emergencia de dichos “Saberes Otros”. La invitación en este momento del documento es a reflexionar acerca de las cualidades de las relaciones en el escenario educativo rural y su implicación en el acto educativo. En Le Breton inspiro estas palabras, para posicionar el lugar de la vida emocional en las interacciones que tejen vínculos en la escuela y potencian la relación pedagógica. Winnicott propone tres momentos en la relación madre – 22 bebe, en el camino de la dependencia a la independencia del niño, planteando una zona intermedia de espacio transicional de encuentro y desencuentro que gesta creación y vida. Algunos asuntos que cobran especial importancia en la relación para el pensamiento y la capacidad de representación tienen que ver con la presencia, el amor, la constancia en el cuidado y una genuina experiencia. Voy a centrarmeen este último asunto, desde el concepto de experiencia emocional de Meltzer (1990). Este autor reserva este término “relaciones íntimas” a aquellas con toda la fuerza y potencia para desencadenar pensamiento. Algo interesante para señalar es que, aunque su origen lo ubica en la relación madre – bebe, deja espacio para pensarlo en otros escenarios en los que, por sus cualidades, gestan un constante devenir de estas experiencias emocionales originarias. Les invito a pensar el tiempo y el espacio en la escuela en términos del devenir de la experiencia emocional, como un “encuentro con la belleza y el misterio del mundo”; un encuentro en compañía [de la mano] de docentes, padres y comunidad; emergen allí, los cuerpos, los lenguajes y los vínculos. Recuerdo un bello relato de una Maestra Indígena de la comunidad Wounaan en Chocó… “nos hacemos mamá y a la vez papá de cada uno de ellos”. Esta maestra encarna el lugar de lo materno, en palabras de Winnicott, en su genuina preocupación materna primaria, que la conduce a configurar una relación pedagógica centrada en el cuidado, dando un lugar privilegiado a la vida emocional, por tanto, al acto creador - educativo. “Las emociones tienen una historia” (Nussbaum, 2008, p. 206); acaso en un acto reflexivo, profundamente ético y político, nos preguntamos, ¿cuál es la historia y la narrativa de las emociones de los niños y niñas que habitan las escuelas? ¿cuál es la historia de las emociones del niño- niña que nos habita? ¿qué cualidades ha de tener una pedagogía para contemplar estas historias de las emociones encarnadas en los niños y niñas, docentes, padres…? Enunciaré algunos asuntos que, desde algunos autores de distintas disciplinas, me ayudan a pensar en algunas cualidades para una pedagogía que contemple y posibilite la emergencia de la vida emocional en la escuela. Para Le Breton (2010), “toda pedagogía es, por ende, una antropología; ofrece 23 los elementos de un saber parcial, pero también transforma la existencia, ampliando la sensibilidad ante el mundo” (p. 31). Hay aquí un trasfondo fenomenológico muy interesante; una pedagogía que transforme la existencia (del niño, el docente, la comunidad), y que, por ende, intervenga en las maneras en que nos relacionamos con el mundo. Un asunto que podría resultar crucial en una pedagogía para la ruralidad tiene que ver con la posibilidad narrativa. “Las narraciones [que tiene un lugar privilegiado en las comunidades indígenas y campesinas] “alimentan la curiosidad, el asombro…” (Nussbaum, 2008, p. 272). Nussbaum, mostrando la bondad de las teorías de Winnicott, "señala a la actividad artística como un tipo de «espacio potencial», sagrado para el individuo, que media «entre el bebé y la madre, entre el niño y la familia, entre el individuo y la sociedad»” (Nussbaum, 2008, p. 272). Lenguajes otros, muy propios de los pueblos originarios. Forero, et al., (2019), proponen que “no solo es necesario ampliar la cobertura educativa; además, hay que propiciar una educación local, localizada y territorializada en el contexto rural, con las cosmovisiones y cosmogonías propias del espacio” (p. 73). Lo cual implica, ética y políticamente que las comunidades indígenas y campesinas sean creadoras de una educación propia. Para Echavarría, et al., (2019) La educación rural no es un constructo urbano, desde el cual comprender homogéneamente procesos de aprendizaje y de enseñanza permeados por condiciones y situaciones sociales, culturales, políticas y cognitivas específicas, de quienes están implicados en esta modalidad educativa. Se trata de una polisemia de la enseñanza y el aprendizaje contextual, in situ y encarnada en prácticas pedagógicas transformadoras, comunitarias e intencionadas políticamente. (p. 16) Finalmente, las formas en las que se investiga la educación - escuela rural están ancladas a claves analíticas que responden a lógicas occidentales, subordinando las epistemologías experienciales de la ruralidad. Relaciones asimétricas mediadas por la colonización del saber, el poder y el ser, 24 enfatizadas en una ruralidad despojada. He oído y leído un poco sobre las resistencias (luchas)… éstas suponen de un acto creador. Ubico allí un desafío de la educación - escuela rural; posicionar su saber (es) a través de la acción creadora. Pienso en la urgencia de una decolonización del pensamiento, que posibilite la emergencia y configuración de una epistemología experiencial (Walsh, 2017); una pedagogía revolucionaria – performativa (Denzin, et al., 2003) en el marco de una minga epistémica (Boaventura de Sousa), que dé lugar a los Saberes Otros. 25 Figura 6. Fotografía “Sendero a la escuela de la montaña” Figura 7. Fotografía “Sendero mi cafetal” Figura 8. Fotografía “Paso a la escuela” 26 En busca de Huella Otras, Estado del Arte Una enseñanza en la que converge el tiempo y espacio compartido con personas indígenas y campesinas en diversos momentos histórico–vitales, contempla la lectura y escucha en el caminar; lectura de signos-pasos-huellas y escucha de la tierra en el susurrar de las montañas o en el cantar de las aves y los ríos. Caminar en búsqueda de mis experiencias emocionales sobre la escuela rural como espacio potencial, implicó un trabajo artesanal para realizar un estado del arte que me aproximara al encuentro de huellas otras que inspiraran mis decisiones investigativas sobre el conocimiento de los posibles vacíos (teóricos y metodológicos) a propósito de analizar investigaciones que hubieran centrado su interés en la experiencia emocional y/o en la educación rural. Este trabajo artesanal lo realicé en clave analítica categorial desde los planteamientos de Strauss y Corbin (2002) sobre la Teoría Fundamentada (TF) e implicó varios momentos: a. En un primer momento elaboré un análisis de contenido (Bardin, 2002) a cada una de las investigaciones elegidas como antecedentes sobre experiencia emocional (80 documentos) y educación rural (82 documentos), para luego adentrarme en cada documento e inferir la intención del investigador (a) en su estudio; b. Un segundo momento me posibilitó descubrir la emergencia de relaciones entre las intenciones investigativas inferidas en los documentos, y con ello, ir develando encuentros y desencuentros desde su experiencia, la teoría y la metodología; c. Un tercer momento me permitió realizar un análisis relacional - intencionado, para develar las tendencias en dichas relaciones; y finalmente, d. Un momento categorial que dio cuenta de las articulaciones entre las diferentes tendencias y así lograr reconstruir en su estructura una categoría con la fuerza conceptual para contenerlas. Es por esto por lo que, tanto la experiencia emocional como la educación rural, las presento a través de categorías y al interior de estas, las tendencias que la componen. Esta clave analítica categorial para elaborar mi estado del arte la elegí dado que resultó fundamental para hacer un análisis riguroso de los antecedentes y desde allí, lograr la emergencia de 27 vacíos que me ayudaron a delimitar asuntos relacionados con la problemática, la perspectiva experiencial, teórica y metodológica para el hacer-caminar mi investigación. Ahora bien, el análisis de estos textos en los que se relatan diversas aproximaciones tanto a la experiencia emocional como a la educación rural, estuvo también habitado de encuentros y desencuentros; mismos que posibilitaron la emergencia de huellas otras que alentaron mis pasos con mayor firmeza. Luego de presentar el estado del arte, retomo estas huellas otras para narrar dichos encuentros y desencuentros. A continuaciónpresento las categorías sobre experiencia emocional y educación rural que emergieron del trabajo artesanal en clave analítica categorial y las tendencias construidas al interior de cada una de ellas. Las páginas que siguen, las escribo en tercera persona para referir las palabras y experiencias investigativas que otras personas interesadas al igual que yo, en la experiencia emocional y la educación rural, han pronunciado, desde diferentes lugares experienciales, geográficos y epistémicos. Experiencias Emocionales. Gráfica 1. Categorías y tendencias en el estado del arte de la experiencia emocional. Experiencia emocional (80 documentos) El cuerpo como experiencia 1. De disciplina y control 2. Sensible 3. Saber pedagógico 4. Narrativa, encarnada y de comunalidad Emociones como prácticas discursivas 1. Emociones y lenguaje 2. Cultura, política e identidad La interacción y la proxemia 1. Cuidado como práctica familiar, escolar y comunitaria 2. Vinculación emocional 3. Lo relacional desde diversos escenarios 28 En la búsqueda de investigaciones y/o artículos producto de una investigación que hubieran centrado su interés en la experiencia emocional, elegí 80 documentos de trabajos realizados desde distintas orillas teóricas y metodológicas. El trabajo artesanal realizado a estos textos sobre experiencia emocional, produjo tres categorías tal como lo señala la gráfica 1 antes presentada: el cuerpo como experiencia, emociones como prácticas discursivas y, la interacción y la proxemia. A continuación se describen las tendencias elaboradas al interior de cada una de estas tres categorías. Al finalizar se enuncian unas palabras en relación con los vacíos epistémicos y metodológicos. Categoría 1. El cuerpo Como Experiencia. Esta categoría articula el análisis realizado a 28 textos de investigaciones sobre experiencia emocional. Al interior de ella, se elaboraron 4 tendencias: el cuerpo como experiencia de disciplina y control, el cuerpos como experiencia sensible, el cuerpo como experiencia de saber pedagógico y, el cuerpo como experiencia narrativa, encarnada y de comunalidad. A continuación una descripción de cada una de ellas. Tendencia 1. El cuerpo como experiencia de disciplina y control. En esta primera tendencia, las investigaciones analizadas proponen que las interacciones en el aula se caracterizan por un estilo autoritario que enfatiza en la obediencia y promueve la autorregulación conductual (Castillo, 2008), a través del proceso de escolarización (Kirk, 2007). Para Moreno (2009), a partir del análisis de la relación escuela – cuerpo; el cuerpo es tomado como dispositivo para la subjetivación. Esta comprensión se amplía con la investigación de Bolívar, et al., (2015), quienes señalan que en el aula el cuerpo es tratado como un concepto en detrimento de lo experiencial. Es así como los cuerpos se configuran en medio de la regulación, incorporando aspectos de la disciplina que domina, las normas de la institución educativa y las mediaciones pedagógicas que crean a partir de los espacios físicos de la institución. 29 Finalmente, Ordoñez, (2019) encuentra “permanencia de las técnicas de disciplina en la escuela, como acción requerida para mantener el orden, la obediencia y la docilidad del cuerpo” (p. 166). Se propone en esta última investigación que las prácticas disciplinarias en la escuela permanecen, pero se identifican mutaciones en relación con las tecnologías orientadas al gobierno, ya no dirigidas al cuerpo sino a la psique. Tendencia 2. El cuerpo como experiencia sensible. En la segunda tendencia, las investigaciones consultadas enfatizan inicialmente en la consciencia de sucesos somáticos a través de la autoinspección de la experiencia emocional (Anónimo, 2004); refieren, por tanto, la experiencia sensible a una reflexión de las conductas (Rice, 2010), (Hazanov, 2014). Dada esta concepción del cuerpo limitada a asuntos conductuales, Ruiz (2010) enuncia en su investigación la necesidad de humanizar los procesos pedagógicos, de-construyendo las representaciones de infancia y cuerpo que se tienen en los escenarios escolares. Lo anterior se retoma en Pineda, & Rocha, (2018), quienes plantean que resignificar el cuerpo como territorio de paz, implica retos en el quehacer pedagógico, y por tanto, es necesaria la formación sensible de maestros desde y con sus cuerpos; como parte del reconocimiento de sus experiencias vinculantes y de constitución de la interdependencia humana. Esta tendencia retoma lo simbólico en escenarios terapéuticos psicoanalíticos, en los cuales el juego a través de la caja de arena como método terapéutico promueve la contención emocional de las experiencias que trastocan los cuerpos de niños y niñas de contextos vulnerables (Alzate, 2011). Finalmente, Hurtado, (2017), plantea que “es justamente vía el cuerpo… que los jóvenes pueden resistir, escribir, danzar, encausar, mesurar, reencantarse con el mundo y con su vida” (p. 14). Tendencia 3. El cuerpo como experiencia de saber pedagógico. En la tercera tendencia, los investigadores enuncian el cuerpo como un saber pendiente en la escuela, dicho saber tiene algunos matices en relación con su propósito. El primero de los matices está 30 relacionado con la experiencia emocional como predictor de los comportamientos de riesgos (Caballero et al., 2003), así como también de la conducta prosocial (López, 2012). Otro de los matices del cuerpo como experiencia de saber pedagógico apunta precisamente a la pedagogía del cuerpo como una propuesta para la formación - reflexión de maestros y maestras, previa a habitar el aula (Castrillón, 2016) o en espacios – escenarios diferentes a esta (Ayala, et al., 2015). Otras investigaciones, posicionan su decir, en la categoría corporeidad, ocupándose entonces en la relación entre esta y la expresión simbólica (Suesca, 2015); afirmando la necesidad de una educación emocional en la escuela a través del lenguaje y las emociones transparentadas en la corporeidad de los maestros, maestras y estudiantes (Chaverra, et al., 2018). Finalmente, otro matiz en este artefacto está enraizado en el cuerpo como experiencia de saber pedagógico orientado al desarrollo del potencial humano (Castro, 2004) (Buitrago, 2012) para beneficio personal y social a través de la educación física corporeizada (Águila & López, 2019). Tendencia 4. El cuerpo como experiencia narrativa, encarnada y de comunalidad. La cuarta tendencia enuncia el cuerpo como experiencia narrativa – encarnada y, por tanto, con toda la potencia para constituirse en acto político, tomando forma de resistencia. Para Roig (1993), es necesario retornar a las experiencias del mundo de la vida desde una filosofía de la corporeidad. Lo anterior se retoma y amplía en Hurtado (2008), quien propone el cuerpo como experiencia encarnada. En este sentido, los cuerpos vividos en fenómenos como el destierro y entendidos como acontecimientos narrativos, develan la pérdida de mundo, pero al mismo tiempo, surgen distintas formas de aparecer en el mundo con la capacidad de crear algo nuevo; por lo que, se va dando lugar desde la narrativa a la configuración de resistencias (Gaviria, 2012). Giraldo (2017) en su análisis de los cuerpos de jóvenes indígenas, propone una enunciación de Cuerpos Geográficos – Sur, los cuales revelan resistencias, identidad ética colectiva y comunalidad; lo 31 que implica un “yo” que se sabe “nosotros” y un estar ombligueados con la tierra. “La participación del espíritu de comunalidad, es una estructura, una fuerza, un deseo… es pura o mera geo-poética” (p. 234). Sin embargo; García & Quintero (2013) develan que la educación está profundamente afectada por un afán de lograr lo que se ha denominado como “calidad educativa”, por tanto, reconocen la urgencia de generar acciones que posibiliten la transformacióndel accionar pedagógico hacia procesos de resistencia. Finalmente, Martínez & González (2016) apuestan por una enseñanza de maestros con cuerpo a través de la presencia corporal del educador, el afecto y el contacto, y la aceptación de la motricidad en el aula. Se reconoce, a partir de la investigación de Piedrahita & Muñoz (2018) que la experiencia engendrada en prácticas familiares y escolares, configuran los cuerpos de los maestros. Categoría 2. Emociones Como Prácticas Discursivas. Esta categoría articula el análisis realizado a 14 documentos. Al interior de ella, se elaboraron 2 tendencias: emociones y lenguaje; cultura, política e identidad. A continuación una descripción de cada una de ellas. Tendencia 1. Emociones y lenguaje. En esta tendencia se reúnen investigaciones que han indagado las emociones en relación con el lenguaje. Belli (2009) analiza la relación íntima de las emociones con el lenguaje y cómo a través de éste, se expresan; propone la emoción por tanto como práctica discursiva. Gil (2002), Martínez (2014) y Quiroz & Rodríguez (2017) proponen las emociones como un asunto afincado en lo social, es decir, su comprensión estaría alrededor de las construcciones sociales. Charaudeau (2011) por su parte, propone las emociones como efectos del discurso. Lo anterior, es retomado en Jiménez & Montoya (2016), al proponer las narrativas como una posibilidad para comprender el ser en el mundo. Ahora bien, algunas investigaciones evidencian la necesidad de abrir espacio a la emergencia de las emociones en los contextos escolares. Quenoran (2017) al analizar el 32 afecto en las relaciones entre estudiantes, familias y escuela, plantea un reclamo de amor de parte de los estudiantes, una incapacidad de parte de los padres para expresar el afecto, y la necesidad de que la escuela ofrezca una educación afectiva. Sandoval (2017) al indagar por las experiencias emocionales en las prácticas docentes, devela que en los espacios de reflexión compartida (formación), no se abordan las emociones de los docentes, en el compartir se privilegian asuntos académicos y administrativos de la educación; finalmente propone un giro al Cogito Ergo Sum (Pienso, luego existo) de Descartes, para la práctica pedagógica: Siento, luego enseño. Finalmente, Arellano, et al., (2018) manifiesta a través de su investigación la importancia de investigar las emociones en niveles distintos a los de primaria. Tendencia 2. Cultura, política e identidad. Basabe, et al., (1999), proponen la comprensión de la experiencia emocional desde un análisis de su anclaje sociocultural. Gil (2002) por ejemplo, hace énfasis en el uso político de los afectos. Gil (2016) al plantear en su investigación, desde la teoría de Nussbaum, la relevancia del papel de las emociones en la vida moral y política. A propósito de esto, Gil (2016) propone que el reportorio emocional varía de acuerdo con “las condiciones físicas, las creencias metafísicas, religiosas y cosmológicas, los usos y las costumbres, diferencias lingüísticas y las formas sociales” (p. 207). González (2017) parte de la familia como primera experiencia de vinculación en el mundo, para analizar la relación entre las emociones y la configuración de lo político en ella. A propósito de esto, el autor propone, que “la experiencia emocional es una vía para comprender cómo se configura el amor por el mundo actual donde se han fragmentado los vínculos entre-nos” (p. 18). Por lo que plantea las prácticas de resistencias en relación a lo político. Finalmente, García (2018) propone el anterior análisis desde una esfera más individual al proponer la resignificación e identificación de los recursos personales, lo que el autor ha denominado la germinación de la congruencia emocional. 33 Categoría 3. La Interacción y la Proxemia. Esta categoría articula el análisis realizado a 38 documentos. Al interior de ella, se elaboraron 3 tendencias: cuidado como práctica familiar, escolar y comunitaria; vinculación emocional; y, Lo relacional desde diversos escenarios. A continuación una descripción de cada una de ellas. Tendencia 1. Cuidado como práctica familiar, escolar y comunitaria. La primera tendencia que se construye en relación a la interacción y la proxemia tiene que ver con las prácticas de cuidado estudiadas en las investigaciones desde diferentes escenarios. Un primer escenario responde a los intereses de algunos investigadores que se han centrado en el contexto familiar y desde allí expresan sus comprensiones acerca de la vida emocional alrededor del cuidado. Hay un acercamiento comprensivo desde teorías psicoanalíticas, al hacer referencia a que “el desarrollo psíquico, e incluso físico, es entendible si existe una referencia a otro externo que cumple distintas funciones” (Herrera, 2012, p. 16), funciones de cuidado, lo cual es relacionado por este autor con la categoría Winnicottiana de “preocupación materna primaria”; Parrado & Torres (2014) por su parte, hacen mayor énfasis, desde estos planteamientos psicoanalíticos, al “espacio transicional” y la “capacidad de ensoñación de la madre”. Algunos investigadores, abordan las dificultades que viven las mujeres en la experiencia materna; Calesso (2007), refiere que las madres adolescentes en ocasiones sienten desbordada su capacidad afectiva para cuidar a su hijo, por lo que, terminan delegando esta función a un tercero (a); Quiroz & Rodríguez (2017), plantean que las mujeres cabeza de hogar sienten temor y miedo alrededor de la labor materna y del cuidado hacia sus hijos. Finalmente, se considera relevante desde algunas investigaciones, interrogarse por el cuidado y acompañamiento que reciben las madres. Bermúdez (2016), propone, a partir del análisis que hace sobre que los factores psicológicos influyen en el desarrollo del embarazo y el parto, incluir a la familia en el acompañamiento terapéutico que les debe 34 procurar. Mite (2017), por su parte, propone la necesidad de ampliar el conocimiento del vínculo afectivo en el cuidado materno perinatal. Un segundo escenario hace énfasis en la vida emocional más allá del contexto familiar y analiza el cuidado en el contexto escolar. Marín (2011), a través de su investigación, identifica “la presencia de una cultura de afecto de carácter transformador que conlleva a aprendizajes significativos” (p. 6), por lo que propone incluir la enseñanza de la gestión de las emociones en pro de lo afectivo. Esto último es reafirmado por Montealegre (2017), cuando refiere la importancia del manejo de las emociones para mejorar la convivencia. Un tercer escenario fija su mirada en el contexto social, a manera de reclamo por la necesidad de fortalecer un cuidado que se podría denominar comunitario. Benoit (2000) propone las emociones como “un reflejo, condición y substrato ultimo de toda reflexión humana y social… por lo que resulta inconcebible un actor social cuyo universo simbólico este exclusivamente compuesto de ideas y cogniciones” (p. 145). En este sentido, Moreno (2012) centra su atención en analizar las Interacciones vinculares en el sistema de cuidado infantil en contextos de pobreza y desnutrición, y afirma que “las relaciones vinculares no se dan sólo entre la madre y el hijo sino que se dan con otros actores familiares o actores comunitarios, por lo que los vínculos son múltiples convirtiéndose en factores protectores del cuidado, en tanto exista permanencia y continuidad” (p. 236); el análisis desde este autor se hace desde una mirada eco-eto-antropológica de los vínculos desde los planteamientos de Ángela Hernández. Estupiñan (2018), se pregunta por los vínculos desde la perspectiva de niños sin cuidado parental, y al respecto refiere que, el vínculo es buscado en otras personas. Este autor plantea el cuidado como fundamento para la educación y la expresión de la afectividad. Este autorenfatiza en que las disposiciones que requieren las relaciones de cuidado para establecer vínculos afectivos son: el reconocimiento del otro, estabilidad en las relaciones, acompañamiento emocional, acuerdos paras la convivencia y participación de las decisiones. Finalmente, Charmeine (2009) y Acuña & Godoy (2015) 35 proponen su investigación en relación con las emociones y el cuidado desde el psicodrama y los fragmentos de películas, respectivamente; dos técnicas de abordaje más comunitario. Tendencia 2. Vinculación emocional. La segunda tendencia que se construye en relación a la interacción y la proxemia tiene relación con los vínculos, abordados desde la teoría del apego de Bowlby. Varias investigaciones confluyen en su interés por indagar los vínculos en el ámbito familiar y/o escolar. Sánchez & Oliva (2003), plantean que el vínculo primero (con los padres, o al menos con uno de ellos) es determinante para el desarrollo de una competencia emocional que favorezca las relaciones con los iguales en el presente, basado en el afecto, la comunicación y la estimulación de la autonomía. En este sentido; García (2017), propone que los padres que no han recibido amor de un vínculo paterno – filial, presentan dificultades para ejercer su parentalidad y para lograr que sus hijos descubran el amor; el autor propone entonces, una intervención en el vínculo paterno – filial para favorecer los procesos afectivos en la parentalidad. En este sentido, Moreno, et al., (2012) establecen la necesidad de abordar el vínculo familia y escuela; lo cual resulta interesante como oportunidad de re-configurar formas vinculares que promuevan el cuidado y el afecto en casa, y por ende, las relaciones afectivas en la escuela. Gordillo (2016) interesado en indagar el clima afectivo en el aula, resalta el papel fundamental para el desarrollo del niño, el tipo de apego que ha establecido con su figura primaria. Al respecto propone que: “la calidad del primer apego será esencial en la formación de sucesivas relaciones de apego, desempeñando un papel fundamental en la regulación de su conducta y su adaptación a nuevos contextos” (p. 200). A pesar de lo anterior, este autor reconoce que la escuela todavía prioriza la inteligencia cognitiva, por lo que señala la importancia de conocer la historia afectiva de los niños. Finalmente, Bethelmy (2012), opta por indagar la experiencia de lo sublime en la vinculación emocional con la naturaleza. Al respecto concluye que: “La emoción sublime queda definida por dos dimensiones 36 conceptuales: a. temor referencial, b. energía inspiradora” (p. 13). Dicha conexión emocional posee un rol mediador a la hora de comprender la conducta pro-ambiental (Bethelmy, 2012). Otras investigaciones, en cambio, al indagar por los vínculos, centran su interés en escenarios médicos y terapéuticos. Estudian, por ejemplo, las psicopatologías asociadas a vínculos inseguros en la infancia (Repetur, 2005), la incidencia en el desarrollo del niño desde el vínculo afectivo positivo como recurso para hacer frente al estrés (Narváez, 2017), los efectos de la estimulación y el vínculo afectivo en el desarrollo sensoriomotor y cognitivo de bebés no videntes (Bei, 2015); los tres estudios enfatizan en la necesidad de realizar intervenciones vinculares tempranas. Brotons (2015) propone también la necesidad de una intervención, pero de carácter familiar, dado que su investigación sugiere que el grado de seguridad de apego del niño con síndrome de Down, está relacionado con el grado de estrés parental. Finalmente, Rodríguez (2017) propone que el apego seguro en personas con diagnóstico de cáncer, la hacen más resiliente frente a esta enfermedad; la pareja se convierte en la figura de apego actual. Tendencia 3. Lo relacional desde diversos escenarios. Esta tendencia contempla diversas investigaciones enfocadas en el análisis de las relaciones en tres escenarios: al interior de la escuela, relación familia – escuela, y comunidad - escuela. El énfasis de los estudios al interior de la escuela ha estado centrado en la relación educador/educando (Muñoz, et al., 2016), las relaciones entre las emociones y los procesos de enseñanza/aprendizaje (Bachler, 2016), la práctica docente y su experiencia emocional cotidiana en el contexto laboral (Sandoval et al., 2017), y la comunicación docente – alumno (Ramos, 2019). Algunas de las principales conclusiones de los estudios tienen que ver con: la importancia de relevar la dimensión social del proceso pedagógico (Muñoz, et al. , 2016), la relevancia del estudio de las emociones en niveles distintos a los de primaria (Arellano, et al. , 2018) y el análisis que se origina al evidenciar que aún permanece el modelo pedagógico fundamentado en la trasmisión y reproducción 37 que mantienen a los escolares como receptores (Ramos, 2019). Esto último supone una relación mediada por la obediencia. Las investigaciones que han centrado su interés en la relación familia – escuela; evidencian estos dos escenarios como espacios para la protección del niño (Muñoz y Parra, 2016); o bien para que la escuela pueda compensar la seguridad emocional que las familias, en ocasiones no ofrecen a los niños (Bautista, 2015). Estos autores señalan la importancia de reflexionar acerca del detrimento en el sistema educativo, de lo emocional en pro del desarrollo intelectual (Bautista, 2015), y la necesidad de hacer una apertura hacia una educación afectiva por parte de los docentes, en medio de una reflexión sobre el papel del afecto y la diversidad en la educación (Quenoran, 2017). Finalmente, en el escenario de la relación comunidad - escuela, Gómez (2010) planeta que es necesaria una perspectiva de apertura sensible al contexto en una renovación de pactos: fortalecimiento del capital social comunitario, tejido social escolar fortalecido, fortalecimiento de la gestión (pedagógica y comunitaria) de la institución, con el ánimo de construir y deconstruir la experiencia de comunidad. Suarez & Urrego (2014) proponen que uno de los factores que interviene en la relación familia – escuela, son las nuevas configuraciones familiares. Este autor plantea, además, que el motivo para convocar a las familias ha de ser la formación y que estos encuentros con las familias estén incluidos en la planeación curricular. Ahora bien, estas acciones de trascender lo escolar y posibilitar lo comunitario, al incluir actores comunitarios a la escuela para recuperar la identidad cultural de la comunidad, así como también: “Que la labor docente se reconozca en el reto de asumir un carácter relacional, cultural, contextual y comunitario (Martínez, 2012) que tenga en cuenta: experiencias previas de la familia, institución y contextos externos” (Suarez & Urrego, 2014, p. 110). Configuración de vacíos y aperturas. El análisis ha dado cuenta de algunos elementos en cada una de las categorías de la experiencia emocional, que configuran vacíos epistémicos y metodológicos en la experiencia emocional. El cuerpo 38 como experiencia emerge como categoría que remite, en su sentido originario, a un pensamiento dicotómico entre emoción y cognición; que escinde al sujeto entre un cuerpo que siente y un cuerpo que razona. Lo anterior, instala dinámicas de relación en escenarios escolares y fuera de ellos, que conducen a pensar el cuerpo (del maestro, el estudiante y el padre o madre de familia) como concepto – desligado de la experiencia con el mundo-naturaleza, con los otros, consigo mismo e incluso con la vida misma. Se evidencia la necesidad de profundizar, teórica y metodológicamente en el encarnamiento; como una pedagogía que posibilita la presencia en la escuela, del cuerpo vivido, narrado, acontecido. Lo anterior respondería a las demandas de los investigadores en relación con; formar maestros desde y con sus cuerpos, resignificar el lugarde la vida afectiva en la escuela, investigar desde metodologías que atraviesen el cuerpo y la vida de los investigadores y las comunidades. Las Emociones como prácticas discursivas, se configura como categoría que evidencia la potencia de reflexionar en: a. las relaciones que se pueden establecer entre el lenguaje y las emociones, y b. lo político en la configuración de la identidad cultural desde los afectos. Esta categoría sugiere la necesidad de profundizar teórica y metodológicamente en la experiencia emocional como vía para comprender la configuración de los vínculos de amor (L), odio (H) y conocimiento (K), en relación con el mundo, la naturaleza, los otros y consigo mismo; desde lo narrativo como posibilidad comprensiva de ser y habitar el mundo. Sigue apareciendo la dificultad o resistencia en abrir espacio a la emocionalidad en los escenarios académicos. La interacción y la proxemia, se configura como categoría desde la cual, se considera relevante profundizar en el cuidado como fundante de los vínculos en el entramado de relaciones más allá de la esfera de la familia, por tanto, resulta interesante indagar en los afectos que se configuran en las relaciones que se dan en los contextos escolares y comunitarios. Esto, dado que, según Mélich (2000): “La auténtica experiencia de formación, constituye un acontecimiento de orden ético dentro del cual, como núcleo central, se encuentra una relación” (p. 35). 39 Lo anterior permite pensar la necesidad de abordar el estudio de los vínculos desde teorías psicoanalíticas que ayuden a ampliar y profundizar las comprensiones sobre la relación de éstos con la experiencia emocional en el contexto escolar en comunidades indígenas y campesinas; no como un asunto determinista, de identificar el vínculo de acuerdo al tipo de apego, sino más bien, cómo las relaciones con las maestras y maestros en la escuela y su relación con la comunidad potencian transformaciones en esas tramas vinculares fundantes – primarias. Lo anterior dado que, se presentan en los estudios un mayor énfasis en escenarios terapéuticos y médicos que en lo escolar. Se considera entonces importante ampliar la comprensión, desde otros horizontes epistemológicos, sobre las distintas relaciones: maestro – estudiante / familia – escuela / comunidad - escuela; indagando por la configuración de lo emocional y su lugar en los distintos escenarios relacionales. Según Mélich (2000), “porque tras lo -dicho-, lo único que queda es un puro por-venir, lo que resta por –decir-. ¿Y qué mejor porvenir para la educación que volver una mirada esperanzada a su propia esencia? A la esencia de la educación: la hospitalidad” (p. 147). Se tiene la profunda convicción que las relaciones escolares y comunitarias son escenarios potentes para la transformación de los vínculos y la configuración de un espacio psíquico creativo y apasionado por el conocimiento. Se resaltan entonces, tres asuntos que se constituyen en aperturas para nuevas investigaciones: a. El lugar de la vida emocional en la escuela, a partir de los cuerpos, los lenguajes y los vínculos que allí se tejen. b. La preocupación constante por la formación de maestros. Se evidencia la necesidad de profundizar, teórica y metodológicamente, en el encarnamiento. c. La investigación desde metodologías otras, que atraviesen el cuerpo y la vida de los investigadores y las comunidades. 40 Educación rural. Gráfica 2. Categorías y tendencias en el estado del arte de la educación rural. El trabajo artesanal realizado a estos textos sobre educación rural y la conceptualización de Echavarría et al., (2019), produjo tres categorías tal como lo señala la gráfica 2 antes presentada: los intérpretes (maestras y maestros), el texto (las políticas y condiciones de enseñanza) y la obra de arte (el aprendizaje)”. A continuación se describen las tendencias elaboradas al interior de cada una de estas tres categorías. Al finalizar se enuncian unas palabras en relación con los vacíos epistémicos y metodológicos. Categoría 1. Interpretes (Maestras y Maestros). Esta categoría articula el análisis realizado a 41 documentos. . Al interior de ella, se elaboraron 3 tendencias: Colonización y prácticas de resistencia; Entornos rurales que transforman; y Prácticas pedagógicas en tránsito hacia lo comunitario. A continuación una descripción de cada una de ellas. Educación Rural (82 documentos) Intérpretes (maestras y maestros) 1. Colonización y prácticas de resistencia 2. Entornos rurales que transforman 3. Prácticas pedagógicas en tránsito hacia lo comunitario Textos (políticas y condiciones de enseñanza) 1. Etnoeducación, interculturalidad y educación propia 2. Hacia una apuesta política desde los territorios 3. Hacia una formación ética, política y comunitaria Obra de arte (aprendizaje) 1. Desconocimiento del contexto 2. Saberes indígenas y campesinos 3. Relación con el conocimiento 41 Tendencia 1. Colonización y prácticas de resistencia. Esta primera tendencia da cuenta de las múltiples formas de colonización que han sufrido las comunidades rurales y frente a éstas, las prácticas de resistencia que han emergido en las maestras y maestros, las familias y las comunidades rurales. Con relación a las formas de colonización: La colonización y apropiación de tierras, construcción de represas en territorios indígenas, disminución de la tierra lo que obliga al indígena a trabajar como jornalero (Raymond, 1982). Las objeciones para la conformación y delimitación de las entidades territoriales indígenas, “la transformación de la tenencia colectiva a la propiedad individual, abriendo camino para que el territorio sea un bien que se pude comprar y vender en el mercado” (Bastidas, 2009, p. 92). Los desarrollos legislativos que no son una garantía, pues “persisten las diferencias abismales entre comunidad indígena y el resto de población colombiana” (Osorio & Lozano, 2019, p. 181). El derecho a pervivir como pueblo se ve duramente afectado por la política etnoeducativa (Niño, 2017). La occidentalización de la escuela que pone en riesgo la identidad cultural de las comunidades (Capera y Torres, 2014). La Mutación de las comunidades indígenas para encajar con la globalización. (Sabogal, 2010). Las prácticas pedagógicas y el currículo no están mediados por la interculturalidad (Potes & López, 2019). El predominio de un enfoque conductista con actividades descontextualizadas del mundo rural y mapuche, (Mellado & Chaucono, 2015); (Alemán, et al. , 2017). Miembros de las comunidades indígenas desplazados por el conflicto armado y sometidos a reconfiguraciones étnicas y re-territorialización en ciudades y escuelas ajenas a su cultura (Potes & López, 2019). La colonización de la sociedad rural por modos de vida urbana (Ávila, 2017). “La escuela, en el mundo rural, representa la imposición de un modelo educativo foráneo, que no parte de unos saberes previos” (Santamaría, 1996, p. 27). El actual modelo de implementación de las TIC’S parece privilegiar la inclusión de aparatos desde una perspectiva más mercantil que cultural (Cancheros, et al., 2015). 42 El contexto escolar y las representaciones sociales permeadas por el mundo patriarcal y de consumo occidental (Prederos, 2017). El cierre de las escuelas rurales, teniendo como criterio asuntos de medición que responden más a lógicas de funcionamiento urbano (Vera, et al., 2016). Las relaciones de poder en el ámbito de una educación hegemónica, excluyente y un reconocimiento que no ha resuelto desigualdades (Simmonds, 2010). La educación como instrumento de reproducción acrítica del poder, que genera, por ejemplo: “Lo étnico como reconocimiento no transparente de la diferencia en clave de la apropiación y control” (Torrado, 2018, p. 78). Procesos investigativos que se llevan a cabo “desde fuera” de los centros educativos(Bustos, 2011). Con relación a Las prácticas de resistencia: Según Cardona & Murcia (2014), son evidentes las expresiones de prácticas de agencia y resistencia que no solo se limitan al ámbito escolar, sino además en lo familiar y social – político. Estas apuestas son, a manera de creaciones, formas de pervivir enfrentando los procesos de colonización y exclusión que subyacen en ellos. García (2000), plantea la educación rural desde un enfoque participativo, con el ánimo de recuperar el sentido de la escuela rural, del mejoramiento del currículo y los aprendizajes interculturales. Pedreros (2017), plantea la necesidad de un enfoque de género en la formación y Ávila (2017), propone la pedagogía activa y la escuela popular, al considerar que estas apuestas sugieren espacios de aprendizaje mediados por la motivación y la curiosidad. Una práctica de resistencia muy interesante que desarrollaron Vera, et al., (2016), a propósito de la intención del Estado de cerrar las escuelas rurales, consistió en identificar y caracterizar perfiles de escuelas de alto rendimiento, para con ello evitar el cierre de estas y promover que, en lugar de cerrarlas, se desarrollaran procesos de formación para mejorar sus condiciones. Además de lo anterior, la investigación logró evidenciar la interdependencia entra la escuela y la comunidad. El cabildo universitario ha sido una estrategia política intercultural, que favorece la permanencia de los jóvenes indígenas en los espacios universitarios (Simmonds, 2010). La Importancia de la 43 vinculación de la familia a los procesos educativos para liderar el rescate cultural y ancestral (Capera & Torres, 2014). La creación e implementación a mediados del siglo XX en Ecuador, por parte de indígenas, de escuelas clandestinas, a través de las cuales, “se propuso una educación basada en la identidad ancestral” (González, 2014, p. 4). Alemán, et al., (2017), plantean trabajar a partir de cuentos, actividad ligada a las prácticas de la comunidad y la propuesta del sistema de educación indígena propio (SEIP). Para Sarmiento (2015), “la implementación del proyecto educativo permite la constitución de sujetos políticos… es efectiva en tanto se desarrollan currículos integradores de la educación propia del pueblo indígena” (p. 4); este autor señala, además, dos elementos fundamentales para generar estas relaciones: el vínculo de las experiencias cotidianas y la apertura al otro. Con respecto al desarrollo de investigaciones, Bustos (2011), propone la investigación acción como alternativa desde las propias escuelas, que incluiría el mejoramiento profesional y formativo de los profesores. Para Torrado (2018), “una necesidad de la investigación es habitar el mundo crítica y constructivamente (p. 78). Finalmente, en este apartado es necesario señalar, la profunda y actual necesidad de que los maestros sean formados en interculturalidad (Osorio & Lozano, 2019). Tendencia 2. Entornos rurales que transforman. Tobar (2003) plantea que los entornos rurales transforman y un elemento para esta trasformación que coincide en varias investigaciones tiene que ver con la posibilidad de la configuración de las maestras y maestros como sujetos políticos (Cardona & Murcia, 2014). Para Peña (2013) esta configuración de subjetividades políticas tiene su origen en la vida cotidiana. Gil (2017) por su parte, reconoce en su investigación al entorno como oportunidad de enseñanza – aprendizaje, maestro y comunidad, escuela y cuerpo, y enuncia al maestro transformador. El contexto transforma a tal punto que los jóvenes de la comunidad Wounaan, desplazados por la violencia y el conflicto armado, sometidos a una ciudad que atenta contra su identidad cultural, resisten, pues como propone Potes & López (2019) “ellos llevan la cultura y el territorio encarnados en su cuerpo” (p. 197). 44 Tendencia 3. Practicas pedagógicas en tránsito hacia lo comunitario. Feu (2004), señala las potencialidades pedagógicas, relacionales y humanas de la escuela rural; el trabajo colaborativo que se gesta en los escenarios rurales, entre los estudiantes y los docentes. La propuesta de este autor señala la importancia de trabajar por una escuela más vivencial. Hernández (2014) reconoce la labor del docente más allá de lo académico, lo cual, pone en juego sus cualidades en la relación con la comunidad. Es decir; sería necesaria no solo una formación en el modelo pedagógico pertinente al contexto rural sino, además, formar apara asumir un rol más comunitario para el cual, el docente no está preparado. Forero & Barrios (2015) manifiestan que, para el trabajo en el aula, los docentes incluso lo realizan con recursos propios, lo cual supone un compromiso político. “Las dinámicas manifiestas en la pedagogía activa y la escuela popular sugieren espacios para aprender, basados y centrados en la naturaleza del estudiante, un lugar donde se crean lazos de amistad de motivación y curiosidad para que se desarrollen en forma individual o grupal” (Ávila, 2017, p. 232). Juárez (2017) plantea con su estudio “cómo se desplaza la dimensión científico técnica que nuclea, en abstracto, el moderno perfil profesional y, posibilita la emergencia de la dimensión ético política que constituye a lo que denominamos como -educador comunitario-, categoría que condensa los sistemas prácticos que identifican el –moderno- maestro rural” (p. 1). Categoría 2. Textos (políticas y condiciones de enseñanza). Esta categoría articula el análisis realizado a 29 documentos. Al interior de ella, se elaboraron 3 tendencias: Etnoeducación, Interculturalidad y educación propia; Hacía una apuesta política desde los territorios; y, Hacia una formación ética, política y comunitaria. A continuación una descripción de cada una de ellas. 45 Tendencia 1. Etnoeducación, Interculturalidad y educación propia. La etnoeducación. Guzmán & Muñoz (2008) proponen que el aprendizaje más significativo está relacionado con la intervención dialógica orientada al desarrollo de la competencia socioafectiva. Para Romero (2010) la etnoeducación es un asunto de colonización. El autor presenta una “oposición entre a. interculturalidad como política (como horizonte) y b. política de la interculturalidad (como enfoque)” (p. 180). Con respecto a la etnoeducación y el enfoque de competencias, Niño (2017) plantea que las políticas tienden a desconocer o incluso a destruir la diferencia cultural, y en el desarrollo de competencias se piensa la educación de la “mayoría”. La Interculturalidad. Manco (2017) manifiesta que la interculturalidad no puede caer en un multiculturalismo pues esto consiste en “permitir el diálogo y la tolerancia, pero no el cuestionamiento sobre la desigualdad social, cultural, política y económica” (Walsh, 2009, p. 9). Lo anterior soportado en que la interculturalidad más que un concepto es la posibilidad de plantear propuestas que, como dice Walsh (2009), “pongan en relación equitativa lógicas, prácticas y modos de pensar, actuar y vivir” (p. 77). Para Santos, et al., (2018), hay ausencia de un contenido curricular y una pedagogía indígena, por lo que proponen una metodología intercultural desde los planteamientos de Freire, lo que implica: a. colocar la cultura indígena en el centro del proceso educativo y así revertir la herencia colonial, b. ejercicio constante de diálogo intercultural “práctica de la escucha de la voz del otro” y c. alfabetización intercultural del educador no indígena a través de su experiencia en la aldea, educarlo en el contexto que vive. Rozo (2019) evidencia el distanciamiento de la cultura, el abandono de la identidad, el predominio en los currículos de contenidos occidentales, el débil uso de la lengua nativa, un interés sin acción por parte de la comunidad; por lo que, hace una propuesta intercultural que aborda cada dimensión de la vida indígena:
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