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PLAN DE MANEJO TECNOLÓGICO DEL CULTIVO DE LA PITAHAYA Elaborado por: ANA CRUZ MORILLO CORONADO (CIDE). | ELSA HELENA MANJARRÉS HERNÁNDEZ (CIDE). MARÍA CAMILA PEDREROS BENAVIDES (CIDE). | DIEGO ISRAEL SANABRIA HIGUERA (CIDE). LUZ MARINA LIZARAZO FORERO (Biología Ambiental). | IRINA TATIANA MORALES CASTAÑO (Sistemática Biológica). ROSA NELLY PÉREZ (CREPIB). | IVÁN DAVID RUÍZ ROSAS (CREPIB). JOSÉ OLIVERIO VELÁSQUEZ ARIAS (PITAFCOL). ESTABLECIMIENTO DEL CULTIVO DE PITAHAYA 1. SELECCIÓN Y PREPARACIÓN DEL TERRENO Seleccionar muy bien el terreno en el cual se va a establecer el cultivo de pitahaya amarilla, con presencia de buena vegetación y arbustos, y que tenga como un mínimo de 7 años de reposo [1]. Además, se recomienda realizar el análisis físico-químico de suelo con el fin de obtener infor- mación para realizar el plan de necesidades nutricionales y de encalamiento para el buen desarrollo del cultivo [2]. Para el análisis de suelos es necesario tomar una buena muestra en forma de zig-zag en el terreno que se dispondrá para la siembra como se presenta en la Figura 1a y Figura 1b. Por último, las muestras de suelo deben ser enviadas a un laboratorio para su respectivo análisis y recomendación. Es importante mencionar también que dentro del plan de nutrición del cultivo hay que considerar las fases fenológicas del mismo para su correcta aplicación. ba Figura 1. Selección y preparación del terreno para el establecimiento del cultivo a. Trazado de la toma de muestra de suelo en el terreno seleccionado para la siembra. b. Toma de la muestra de suelo. Fuente: CIDE. 2. SELECCIÓN DEL MATERIAL VEGETAL PARA SIEMBRA La pitahaya puede reproducirse por semilla, lo cual puede resultar conveniente porque se obtiene material vegetal con diferente información genética, presen- tando características variables que pueden ser aprovechables. Sin embargo, para que la planta llegue a la fase productiva pueden transcurrir varios años; o por partes vegetativas como esqueje, injerto o micropropagación. En Colombia, el sistema más utilizado es el vegetativo para el cual es importante seleccionar un cultivo sano, con plantas vigorosas, de alta productividad, libre de problemas fitosanitarios. Para la propagación vegetativa por esquejes se cortan tallos de unos 25 a 30 cm de longitud proce- dentes de las plantas madre seleccionadas. Las pencas deben ser de al menos dos años de edad. Al momento de cortar el material vegetal se recomienda desinfectarlo con una solución fungicida (mancozeb+carboxin) para evitar contaminación por hongos patógenos cuando se siembre, y posteriormente se debe poner en un lugar sombreado y aireado entre dos a cuatro días (Fase denominada Curado), esto con el fin de lograr la cicatrización de las heridas causadas por el corte y que no entren en contacto directo con el suelo, pues se produciría una pudrición (Figura 2). Se debe incluir la desinfección de herramientas de trabajo, humedeciéndolas con cloro al 5% una cantidad de 50 ml disuelto en 1 Lt de agua o yodo agrícola en una cantidad 0.5 cc o 1 cc por litro. Para la desinfección de tallos se 1 puede realizar una mezcla de 10 mL de malathion más 5 g de benomil, disueltos en 10 Lt de agua o 60 mL de Lorsban más 30 gr de Dithane, disueltos en 10 Lt de agua [3]. Se debe asegurar una buena cicatrización y desinfección, esta debe hacerse el mismo día de corte, en donde también se pueden utilizar amonios cuaternarios, hipoclorito de sodio y/o productos fungicidas-bactericidas a base de kasugamicina o sulfato de cobre pentahidratado [3]. Es de gran importancia que, en cada una de las preparaciones, mezclas y aplicaciones, se utilicen los elementos de protección personal (EPPs). a d e b c Figura 2. a) Desinfección de calzado previo a ingresar al cultivo; b) y c) Recolección de semi- llas; d) Demarcación del material vegetal; e) Desinfección de semillas. Fuente: CIDE. 2.1 ENRAIZAMIENTO En el cultivo de la pitahaya amarilla es frecuente el uso de enraizadores tanto naturales como sintéticos para el establecimiento del cultivo y aprove- chamiento de este. Se reportan aplicaciones de enraizadores como ANA y AIB en pitahaya (Hylocereus undatus) obteniendo excelentes resultados en el porcentaje de enraizamiento [4]. También se suele usar el extracto de sábila, el cual ha mostrado gran eficacia en la sustitución de reguladores sintéticos con efecto enraizante “in vitro” de plantas medicinales y frutales [5]. Por lo tanto, son una gran alternativa que permiten acelerar los procesos de siembra y establecimiento de buenos sistemas productivos. 2.2 SIEMBRA A posteriori se procede a la siembra del material vegetal, en la cual existen tres formas de realizarla: a. Siembra directa insertando las pencas directamente al suelo al lado de su soporte. b. Insertar los tallos directamente en tierra del vivero para su enraizamiento y posterior trasplante. c. Insertar los tallos en tierra embolsada de 20 x 30 cm para su enraizamiento y trasplante. Los sustratos utilizados deben tener buena capacidad de drenaje, rico en materia orgánica, además se recomienda el uso de micorrizas. En esta etapa transcurren entre 20 a 30 días, en los cuales se debe asegurar la humedad del sustrato, el control fitosanitario y de arvenses.P LA N DE M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 2 La pitahaya se cultiva mejor en suelos francos y bien drenados con pH de 5.5 a 6.5 y alto contenido de materia orgánica. Se desarrolla bien a una altitud de 0 a 1850 msnm, con precipitaciones anuales de 650 a 1500 mm, el rango de temperatura óptima oscila entre 18 a 27°C. El municipio de Miraflores presenta una temperatura promedio de 20 °C y el municipio de Zetaquira de 18°C. La provincia de Lengupá presenta una altura entre 300 msnm hasta los 1.400 msnm con temperaturas promedio anuales de 17°C [6], por lo cual el departamento de Boyacá, cuenta con las condiciones edafoclimáticas requeridas para el buen desarrollo del cultivo de pitahaya amarilla. En el trabajo de investigación desarrollado en las parcelas experimentales establecidas en el municipio de Miraflores y Zetaquira con los materiales genéticos seleccionados de pitahaya amarilla a campo abierto y bajo semicubierta, la preparación de la siembra se inició con la selección de los lotes y la adecuación del terreno, realizando inicialmente una limpieza con guadaña, una labor de subsolado para mantener el suelo aireado y con buena capacidad de drenaje. Teniendo en cuenta el análisis de suelos se aplicó cal 15 días antes de la siembra y posteriormente se abrieron los huecos y se levantaron montículos de piedra con una altura aproximada de 120 cm, sobre los cuales se apoyó cada planta. Entre las distancias de siembra comúnmente utilizadas en cultivos de pitahaya se encuentran de 3X3 m para un total de 1.100 plantas o de 3 x 1.5 m para 2.200 plantas por ha. La densidad de siembra de las plantas utili- zada fue de 25 plantas por material. Se utilizó el sistema de espaldera simple que es el sistema más utilizado en los cultivos comerciales del país, el cual resulta más económico como se observa en la Figura 3, los postes pueden ser en cemento o piedra, dependiendo de los recursos que tiene cada agricultor en su finca [7]. Figura 3. Montaje de la estructura utilizada para la siembra de los materiales seleccionados. Fuente: CIDE. Una práctica que es común e indispensable para mantener la producción y la densidad de siembra es hacer una resiembra, la cual consiste en recolectar más pencas o pencas adicionales a las que se tienen programadas para la siembra, con el fin de poder reemplazar aquellas plantas que no presentan un buen anclaje o brotación, así como también aquellas que presenten algún síntoma de daño por plagas o enfermedades. Material en mal estado fitosanitario debe sacarse del cultivo y realizar la respectiva desinfección del sitio antes de la resiembra [8].3. PLAN DE MANTENIMIENTO DEL CULTIVO Entre las labores agronómicas de manejo y mantenimiento del cultivo se encuentran las podas, ya que la pitahaya amarilla es una planta que crece muy rápido, formando una masa densa de tallos. La poda la realiza el agricultor y consiste en dejar crecer las pencas y a los 50 o 60 cm se despuntan con la mano, con cuchillo, machete o tijera. En cada una de las podas se debe tener en cuenta la desinfec- ción de los implementos y el uso de los EPPs [7]. Por este motivo, la poda es una labor indispensable para mantener los cultivos en buenas condiciones. Entre los tipos de podas más comunes y necesarias para un buen desarrollo del cultivo, podemos mencionar las siguientes: 3.1 PODA DE FORMACIÓN: Tiene como fin propiciar un ambiente favorable para que la rama primaria se adapte al sistema de soporte, incrementar el área efectiva de exposición a la luz solar, estimular el crecimiento de ramas secundarias y para facilitar las labores del cultivo [9]. Se recomienda realizar entre los tres y seis 3 primeros meses, dependiendo de la estructura de soporte que se haya seleccionado. Por otra parte, la poda de formación consiste en selec- cionar tallos que crezcan en diferentes direcciones, para evitar aglomeraciones que favorezcan pudriciones por diferentes patógenos; además, con este tipo de podas se facilitan otras labores culturales, tales como: aplicaciones fitosanitarias, control de malezas, cosecha, etc. Se deben podar todos los brotes que la planta emite entre el nivel del suelo y un metro de altura, con el fin de formar una canasta en la parte superior del tutor [10]. Esta poda generalmente se realiza al inicio del cultivo y consiste en la eliminación de todos los brotes de la penca principal hasta una altura aproximada de 60 cm del suelo. Se debe despuntar la planta, para permitir así el desarrollo de yemas laterales desde el extremo (Figura 4). a b Figura N°4. Diferentes tipos de podas que se pueden realizar para el buen mantenimiento del cultivo de pitahaya amarilla. a. Despunte, eliminación de las puntas del tallo para promover producción de brotes reproductivos. b. Eliminación de tallos bajeros, para dar forma y producti- vidad a la planta. Fuente: CIDE. 3.2 PODA SANITARIA: Estas deben realizarse con el fin de eliminar las partes de la planta que se encuentran afectadas por algún tipo de patógeno o insecto [9], las cuales deben eliminarse enterrándolas, aplicándoles cal en forma abundante para luego taparlas con una capa de tierra mínimo de 30 cm de esta manera se reduce la posibilidad de rein- fección evitando así que el inóculo quede en el campo y se propague por los operarios, el viento o por insectos. Las herramientas utilizadas en esta actividad deben ser desinfectadas después de cada corte. Esta poda debe realizarse siempre que se observan pencas afectadas por plagas o enfermedades; usualmente se realizan podas sanitarias cada dos meses durante el período lluvioso. Algunos agricultores también optan por la eliminación de algunos frutos enfermos, aprovechando la actividad de poda [2]. Se recomienda en este tipo de podas aprovechar el momento de formación de frutos para retirar las flores marchitas, esto con el fin de evitar la contaminación con patógenos que puedan llegar a enfermar la planta, se debe realizar con el mayor cuidado, ya que en muchos de los casos el tubo polínico se encuentra en funcionamiento, si este se parte o hiere se puede llegar a perder el fruto. 3.3 PODA DE PRODUCCIÓN O ENTRESACA: Consiste en eliminar los tallos y brotes improductivos que se encuentran en la parte interna de la planta [2,9]. Es comúnmente conocida como poda de entresaca. Con este tipo de poda se logra concentrar la producción en pocas ramas ya que se regula el número de tallos improductivos [9]. Las podas de producción se deben realizar después del primer año de haber establecido el cultivo, ya que, de acuerdo, con la teoría, la estabilización en la producción en pitahaya amarilla se da a partir de este año, donde la planta ha alcanzado el mayor vigor. El objetivo de esta poda es encontrar brotes reproductivos fértiles y bien ubicados que permitan una mejor calidad con rendimientos regulares. Las podas de producción se hacen en las pencas terciarias que tengan una longitud superior a los 70 cm de longitud, esta poda que es la primera y consiste en despuntar la penca eliminando entre 5 a 10 cm del extremo o ápice de crecimiento [9]. Para cualquier tipo de poda que se vaya a realizar es importante recordar los procesos de desinfección continuos de la herramienta, así como el uso de los EPPs correspondientes (Figura 5). PL AN D E M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 4 Figura 5. Desinfección con hipoclorito de las tijeras de poda para el corte de tallos y frutos. Fuente: CIDE. 4. PLAN DE FERTILIZACIÓN Uno de los componentes más importantes para el desarrollo de las plantas de pitahaya es la nutrición, tener un manejo adecuado de la nutrición influye directamente sobre el desarrollo fisiológico y sobre la incidencia de plagas y enfermedades [9]. Para una buena nutrición del cultivo, es importante aplicar un efectivo plan de fertilización, cuyo punto de partida son el análisis de suelo y los requerimientos nutricionales del cultivo para garantizar el buen desarrollo del mismo [2]. Por lo general, la pitahaya es una planta exigente en potasio y nitrógeno y en menor medida en fósforo y responde muy bien a aportes de materia orgánica (Tabla 1). La pitahaya responde bien a las aplicaciones de fertilizantes, sobre todo de nitrógeno, manteniéndola sana, vigorosa y productiva por mucho tiempo (Hasta 25 años). Tabla 1. Plan de Fertilización para la pitahaya amarilla. Grado Fertilizante Dosis/sitio/planta Método de aplicación Presiembra Cal dolomita. 400 gr Voleo en el sitio de siembra e incorporar. Siembra Abono orgánico descompuesto, broza de monte. 500 gr a 1 Kg. Corona profunda una vez sembrado, nunca al fondo debajo de la raíz. 17N-6P-18K. 50 gr. En corona encima del abono orgánico y tapar. Desarrollo vegetativo 15N-15P-15K-Menores. 60 gr – 20 gr. En corona a 10 cm del tallo y tapar con tierra. Aplicar 1 vez. 17N-6P-18K-2MgO/14N-26CaO-0.38 70 gr – 30 gr. En corona a 10 cm del tallo y tapar con tierra. Aplicar cada 35 días hasta el emparrado. Emisión de botón floral y floración 17N-6P-18K-2Mg-Menores 80 gr – 50 gr. En corona a 15 cm y tapar con tierra. Aplicar cada 30 días durante la floración. B-Auxinas/Fosfito de potasio. 1 cc/litro – 2.5 cc/litro. En aspersión foliar cada 15 días, dos veces. Producción 19N-4P-19K/12N-26 CaO-11 MgO. 100 gr – 50 gr. En corona a 15 cm del tallo cada 35 días. Fuente: I.A Miguel Ángel Chocontá Moreno. 5 En Israel se reportó una plantación de pitahaya que, en su rendimiento máximo, consumió alrededor de 110 kg de nitrógeno, 280 kg de potasio, y 25 kg de fósforo por hectárea cada año [11]. [12] mencionan que en Brasil un cultivo de H. undatus y H. polyrhizus, con una densidad de siembra de 1.111 plantas/ ha; aplicaron en un año, N: 111, P: 33 y K: 184 (g/planta), en la siembra, 60 días después de la floración y 120 días después de la floración, obteniendo un rendimiento de 7.5–8.7 ton/ ha [12]. Para el correcto suministro de nutrientes, en terrenos con topografía irregular, se recomienda efectuar aplicaciones de fertilizantes en semicírculos a 30 cm de la planta y en la parte superior del suelo para evitar que el agua lo arrastre hacia las partes más bajas evitando su rápida volatilización. El fertilizante debe aplicarse cuando hay suficiente humedad en el suelo, mas no en días lluviosos [10]. La aplicación de fertilizantes granulados debe realizarse en corona cernida a 15 cm de distancia del tallo y hasta 60 cm de diámetro en plantas adultas, tapar el fertilizante con tierra, abono orgánico y/o con residuos vegetales secos. También se recomienda el usode fertilizantes foliares ya que favorecen la floración y el fructificación. 4.1 FERTILIZACIÓN FOLIAR: La pitahaya suele responder bien a la fertilización foliar [13], la cual consiste en aplicar fertilizante diluido en agua a la parte aérea de la planta en la época seca, con el objetivo de mantener en buenas condiciones el cultivo; se recomienda a partir del segundo año. Para un mejor aprovechamiento, las aplicaciones deben efectuarse en horas tempranas, antes que salga el sol o al atardecer. Generalmente se realizan entre tres y cuatro aplicaciones anualmente. Existen investigaciones que muestran que este tipo de aplicación antes de las primeras lluvias y la floración disminuye la caída de las flores [10]. En la Tabla 2 se presentan los requerimientos nutricionales anuales del cultivo de la pitahaya amarilla. Tabla 2. Requerimientos nutricionales anuales del cultivo de la pitahaya. Edad del cultivo Nitrógeno(Kg/ha) Fósforo (Kg/ha) Potasio (Kg/ha) Año 1 95 33 100 Año 2 140 50 150 Año 3 187 66 198 Año 4 al 20 187 69 198 Fuente: Adaptado de Rabelo et al. (2020) [12]. Según [12], recomiendan que para el primer año, al esta- blecer las plantas de pitahaya, aplicar 50 gr de fósforo, de tal manera que estimule el desarrollo de las raíces. Para tal propósito, se sugiere emplear el superfosfato (0-46-0). Dos meses después, se recomienda aplicar 50 gr de nitrógeno por planta, para favorecer el crecimiento vegetativo. En este caso, el fertilizante indicado es urea (46-0-0). En el segundo año, generalmente las plantas inician la producción. Se sugiere aplicar triple 15 (15-15-15) por planta, con el objetivo de mantener los niveles nutricionales de la planta. También se pueden hacer dos aplicaciones foliares de macronutrientes, a intervalos máximos de 15 días. Las pitahayas requieren mayor cantidad de nutrientes cuando comienza la formación de flores y frutos. Como se ha determinado que las plantas tienen una mejor respuesta al nitrógeno (N) y al potasio (K) que al fósforo (P). El K es el elemento requerido en mayor cantidad durante la producción, se recomienda aplicar la fórmula 18-09-19-03 (S). Para preparar dicha fórmula se pueden mezclar triple 15, urea, y sulfato de potasio. Cuando el período productivo casi ha finalizado, es conveniente aplicar urea (46-0-0), a fin de favorecer el crecimiento vegetativo [14]. Para los años posteriores, se sugiere incrementar las dosis en 25 gr, hasta alcanzar 200 gr por planta, es decir, el tercer año se aplican 100, en el cuarto 125, en el quinto 150, en el P LA N DE M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 6 sexto 175 y en el séptimo 200 gramos; esta última cantidad se repite en los siguientes años, pues con el manejo la producción se estabiliza entre el sexto y séptimo año [14]. Para la fertilización foliar las dosis para su aplicación, según [10], son las siguientes: • Bayfolán: 2 litros disueltos en 200 litros de agua. • Kinfol: 2 litros disueltos en 200 litros de agua. • Newffol: 1 litro disuelto en 200 litros de agua. • Urea 46%: 2.27Kg disueltos en 200 litros de agua. 4.2 FERTILIZACIÓN ORGÁNICA Se recomienda alternar la fertilización de productos de síntesis química con materia orgánica compostada cada dos meses. Esto es recomendable teniendo en cuenta que el origen de la pitahaya amarilla es de hábitats selváticos en donde ella dispone de abundante materia orgánica en el suelo [9]. La materia orgánica genera una mayor retención de humedad, el mantenimiento de microorganismos benéficos y una excelente relación carbono/nitrógeno [15]. La pitahaya responde favorablemente a la aplicación de enmiendas o abonos orgánicos como estiércoles de ganado vacuno, porcino, caprino y gallinaza (Figura 6). Se puede aplicar medio kg por planta de algún estiércol al momento de establecer la pitahaya, se sugiere aumentar un cuarto de kilogramo cada año, hasta estabilizarse en el séptimo año a dos kilogramos [16]. El uso de bochashi ha generado buenos resultados en cuanto al número de frutos y peso de los mismos, se recomienda el uso de 115 Kg/ha. Se deber tener en cuenta los tiempos de compostaje y de transformación de estos abonos para que sean realmente aprovechables y no generen algún daño al cultivo o al suelo. El uso de bioles también es una gran alternativa orgánica ya que pueden aportar macronutrientes, micronutrientes, materia orgánica, y otros beneficios derivados de su composición microbiológica [17]. Figura 6. Sistema de fertirriego utilizado en el sistema productivo de la pitahaya amarilla. Fuente: CIDE. 5. DESHIERBA Las malezas pueden ser muy perjudiciales para el cultivo de la pitahaya, principalmente en las primeras etapas del cultivo, inme- diatamente después de la siembra o el trasplante, ya que la planta está muy pequeña y en período de adap- tación y no tolera una alta competencia [18]. Esta actividad se puede realizar principalmente con guadaña y machete, la frecuencia depende del desarrollo de las malezas. Son escasas las aplicaciones de herbicidas (una o dos por año). En términos generales, el manejo de las malezas se debe realizar con las prácticas de plateo de las plantas, el control mecánico con machete o guadaña y/o con el uso de herbicidas registrados [2]. El control de malezas en el cultivo, se debe hacer teniendo en cuenta ciertas especificidades del cultivo, del clima y del terreno. Las calles se pueden mantener protegidas con cobertura verde manejando, siempre la altura de éstas con guadaña o machete y eliminando selectivamente las que puedan representar riesgos por ser hospederos de plagas y/o enfermedades. Cuando se tengan malezas muy agre- sivas y se dificulte el control, se pueden utilizar herbicidas siempre y cuando el terreno no sea muy pendiente y no quede expuesto el suelo al agua o al viento. En caso de 7 un verano muy severo lo mejor es dejar la cobertura como protección [9]. La zona que rodea la planta a unos sesenta centímetros del tallo, conocida como zona de plateo se debe hacer la limpieza manualmente, debido a que el uso de herramientas puede dañar el sistema de raíces, el cual es muy superficial y es en esa zona en donde hay una mayor concentración de pelos absorbentes [9]. En este proceso se recomienda hacer uso de estos residuos, pueden ser aprovechables como mulch vegetal, lo cual permitirá que el medio conserve mayor humedad y por lo tanto no se volatilicen los nutrientes, siendo mayormente aprovechados por la planta; sirve como protección de las raíces, ya que en la pitahaya éstas son superficiales. También se puede usar para la generación de abonos orgánicos como es el caso bocashi (Figura 7). Figura 7. Malezas presentes en el cultivo de pita- haya amarilla, pueden ser hospederos alternantes de plagas y enfermedades. Fuente: CIDE. 6. RIEGO La pitahaya es una planta resistente a la sequía, que no requiere abundante agua, sin embargo, su escasez puede llevar a una disminución de los brotes vegetativos, la pérdida de la turgencia en los tallos, la aparición de brotes deformes, muerte de algunas partes de la planta, afectación de la floración, entre otros. El riego favorece la recuperación de las plantas y el reinicio del desarrollo. Sin embargo, en épocas secas es necesario implementar riego, en este caso se puede establecer riego por goteo, ya que la disponibilidad de agua permite que la planta garantice la generación de flores y el desarrollo de frutos [19] se debe realizar monitoreo de la frecuencia de riego, en las épocas de lluvia no es necesario hacerlos y en época seca se pueden hacer dos riegos por semana durante 20 a 30 minutos (Figura 8). Figura 8. Sistema de riego por goteo en el cultivo de pitahaya. Fuente: CIDE. 7. PRINCIPALES PROBLEMAS FITOSANITARIOS El cultivo de la pitahaya amarilla se ha convertido en las dos últimas décadas en una especie dentro del renglón de exportaciones a países europeos y asiáticos [20]. Colombiacultiva el 76.4% con un rendimiento cercano a 10 t/ha [21]. Si bien, Colombia puede encontrar mercados emergentes con interesantes oportunidades para la exportación de frutas en volúmenes adecuados a su capacidad productiva, es necesario la tecnificación del cultivo, junto a la racionalización de los costos asociados a fertilización, control de plagas y enfermedades [22]. Debido a la transición rápida del cultivo silvestre al cultivo comercial, sin previa investigación, ni paquete tecnológico específico para el manejo fitosanitario, se ha generado una baja rentabilidad del cultivo [9]. PL AN D E M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 8 En la actualidad, uno de los principales problemas es la presencia de microorganismos patógenos, como bacterias y hongos, que en muchas ocasiones causan la pérdida total del fruto [23]. Adicionalmente las consecuencias dramáticas provocadas por el cambio climático intervienen de una u otra manera en la proliferación de plagas y de enferme- dades nuevas o en la alta incidencia de estos problemas [24]. Actualmente se reconocen 17 géneros y 25 especies de fitopatógenos que infectan a la pitahaya, originando enfermedades fúngicas en flores, penca y fruto. Además, existen dos enfermedades bacterianas, que afectan al fruto, una nematodo y otra viral. El chancro (Neoscytalidium dimi- diatum), la enfermedad viral (virus de cactus X), la antrac- nosis (especies de Colletotrichum), son las enfermedades más comúnmente encontradas [22]. En Colombia, se han identificado una serie de enfermeda- des consideradas como limitantes, como en el caso de la antracnosis con una incidencia del 16.6%, pudrición basal con 29.3%, daño por fumagina 34.2%, marchitez con 36.6%, pudriciones en penca con 47.5% y roña del fruto con 48.0% [25]. La enfermedad más limitante en la producción de pi- tahaya amarilla es la pudrición basal del fruto ocasionado por Fusarium spp., reportando pérdidas de hasta el 80% [7]. Sin embargo, existen reportes de complejos bacteria-hongo que afectan significativamente la calidad y producción de frutos (Figura 9). a c b d Figura 9. Lesiones fúngicas y bacterianas observadas durante el trabajo realizado en el municipio de Miraflores y Zetaquira. A. Pudrición blanda causada por Pectobacterium (también se aisló Enterobacter). B. Manchas circulares de color café-rojizo generadas por la presencia de Colletotrichum spp. C. Lesiones de color amarillo-marrón y pudrición blanda del tejido por posible presencia de Fusarium spp. D. E. Pedúnculo y fruto con reblandecimiento de tejido por presencia de Fusarium spp. Fuente: Luz Marina Lizarazo. 9 7.1 PRINCIPALES ENFERMEDADES PRESENTES EN EL MUNICIPIO DE MIRAFLORES, BOYACÁ 7.1.1 PUDRICIÓN BASAL DEL FRUTO Las enfermedades en las plantas producen pérdidas significativas en la producción agrícola. Fusarium es considerado como uno de los princi- pales patógenos que causan enferme- dades en las plantas. La pudrición basal inicia con una lesión amarilla en el tallo, en el sitio de unión del fruto con la penca, generando en el fruto una apariencia de madurez prematura (Figura 10). La infección avanza hacia el centro del fruto, produciendo pudrición parcial, y afectando hasta el 50% de la superficie [26,27]. Finalmente se observa pudrición blanda o seca de color café en la base del fruto [9,26]. La enfermedad se hace más evidente cuando se acerca la cosecha [28]. Autores han atribuido la pudrición basal de la pitahaya amarilla a diferentes especies, generalmente del género Fusarium [29]. Las especies de este género son responsables de varias alteraciones en las plantas incluyendo la marchitez y la pudrición del tallo [30]. Fusarium tiene estructuras de resistencia las cuales pueden permanecer latentes en el suelo por más de diez años. El crecimiento del hongo se ve favorecido por temperaturas cálidas, las cuales le permiten colonizar el suelo e invadir la planta a través de la xilema [31]. El cultivo de la pitahaya amarilla es afectado por espe- cies de Fusarium incluyendo F. oxyosporum sp. melonis, F. monoliforme, y F. fujikuroi, las cuales producen la pudrición basal en el fruto [29]. a b c Figura 10. Frutos de pitahaya mostrando síntomas característicos producidos por Fusarium spp. Fuente: Luz Marina Lizarazo. 7.1.2 PUDRICIÓN NEGRA Un limitante de la pitahaya amarilla es que tiene una corta vida poscosecha debido principalmente a su maduración acelerada provocada por la alta tasa de respiración y la pérdida de peso. La deshidratación de la fruta es perceptible ocho días después de la cosecha [32], los signos incluyen pardeamiento y necrosis de la piel [33]. Además, se ha reportado que el fruto de pitahaya es seriamente vulnerable a varias enfermedades complejas causadas por hongos (Figura 11), como A. alternata que causan graves pérdidas poscosecha [34], conocida también como la pudrición negra. Este hongo infecta lesiones de la fruta madura que se presentan en poscosecha, generando lesiones deprimidas acuosas con manchas polvorientas que van de color oliva a negras y que coexisten con una pudrición blanda [35]. Figura 11. Pudrición blanda de tejido externos del fruto generado por Fusarium spp. y Alternaria spp. Fuente: Luz Marina Lizarazo. 10 7.1.3 ANTRACNOSIS Otra de las enfermedades poscosecha que sufre la pitahaya amarilla es la antracnosis producida por Colletotrichum spp [23], el cual afecta a diversas especies vegetales [36,37]. El 50% de las pérdidas en verduras y frutas frescas en poscosecha son ocasionadas por la antracnosis [38]. Una vez que la fruta se infecta, esta disminuye significativamente su valor comercial y calidad, afectando el margen de ganancias y la generación de ingresos de los exportadores y productores [39]. Esta enfermedad se caracteriza por una lesión necrótica y deprimida (Figura 12). En países como Brasil, China, Estados Unidos, Tailandia y Malasia [22] se han reportado cinco especies de Colletotrichum a saber, C. aenigma [40], C. gloesporioides [41], C. siamense [40], C. truncatum [40] y C. karstii [42]. [23] mediante aislamientos patogénicos de pencas enfermas de S. monocanthus, en Luzon, Filipinas, identificaron el agente causal de la enfermedad como C. tropicale, sin embargo, este aislamiento no infectó a S. megalanthus [23]. Figura 12. Manchas circulares de color café-rojizo presentes en el tallo y fruto. Fuente: Luz Marina Lizarazo. 7.1.4 ENFERMEDADES BACTERIALES 7.1.4.1 PUDRICIÓN SUAVE DE LA PENCA Y DEL TALLO El agente causal es la bacteria Erwinia carotovora, la cual puede vivir en condiciones de escasez de oxígeno, afecta principalmente a los tallos, brotes vegetativos y rara vez afecta a los frutos (Figura 13); inicia con manchas amari- llas que con el paso de los días cubre todo el tallo hasta ocasionar una pudrición acuosa y con olor fétido [43]. La pudrición de la penca tiene una incidencia del 48%, la manera más común como se disemina es por insectos y herramientas contaminadas, ingresando por las heridas de labores como podas o deshierbe, por ejemplo; la humedad relativa superior al 90% y las altas temperaturas favorecen al desarrollo de esta enfermedad [22]. Figura 13. Pudrición amarillenta y acuosa en el tallo de pitahaya producido por E. carotovora y Pectobacterium. Fuente: Luz Marina Lizarazo. 11 La pudrición blanda y la pudrición del tallo causadas, respec- tivamente, por Entorobacter cloacae y Paenibacillus polymixa son las dos enfermedades bacterianas más comunes en las pitahayas [41,43]. Ambas enfermedades comienzan con una apariencia acuosa en los tejidos infectados (Figura 14). Los tallos infectados con pudrición bacteriana blanda muestran síntomas de pudrición blanda de color amarillento a café y el patógeno y Erwinia cloacae, puede infectar a las tres especies de Hylocereus [41]. La pudrición blanda se desarrolla dentro de las 24 horas posteriores a la inocu- lación de la bacteria en los tallos y dentrode 48 horas en los frutos. Los tallos infectados con P. polymixa se vuelven gradualmente amarillos y cafés y todos los tallos carnosos se descomponen [43]. Figura 14. Lesiones color amarillento y café en las pencas de pitahaya amarilla. Fuente: Luz Marina Lizarazo. Dentro de los sistemas productivos evaluados a campo abierto y bajo semicubierta se observó también una sintomatología con una alta incidencia y severidad asociada a un complejo de hongos y bacterias los cuales pueden generar pérdidas significativas en la calidad y productividad del fruto (Figura 15). Figura 15. Sintomatología asociada al complejo hongo-bacteria atacando la penca de la pitahaya amarilla. Fuente: Luz Marina Lizarazo. 7.2 MANEJO Y CONTROL DE ENFERMEDADES 7.2.1 MANEJO CULTURAL Y FÍSICO Actualmente, los fungicidas sintéticos, como el imazalil, son de uso común para el control de enfermedades que afectan a la pitahaya amarilla [44]. Sin embargo, el impacto ambiental y la proliferación de cepas resistentes han despertado la conciencia pública sobre los efectos nocivos de los fungicidas en la salud humana [45,46]. En los últimos años ha aumentado el interés por encon- trar métodos alternativos de control que sean eficientes contra los patógenos y sobre todo el uso de estrategias que conlleven a un Manejo Integrado de Enfermedades (MIE) (Figura 16); entre los que se están estudiando se encuentran inmersiones en agua caliente, a 50°C durante 2 min [44], así como productos químicos seguros como conservantes de alimentos [47]. Las sales orgánicas e PL AN D E M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 12 inorgánicas también se han utilizado ampliamente en la industria alimentaria como agentes antimicrobianos activos. Se ha informado que el control de la tempera- tura, el tratamiento con agua caliente y la irradiación gamma reducen la incidencia y la severidad de las enfermedades en la fruta del dragón. Almacenar la fruta a 6°C durante 21-26 días puede reducir las pudriciones de almacenamiento causadas por hongos patógenos, por ejemplo, Alternaria alternata, B. cactivora, N. dimidiatum y C. gloeosporioides [48]. El tratamiento con agua caliente durante 2 min a 50°C, antes del almacenamiento a 12°C durante 21 días, redujo el diámetro de la lesión en un 63% sin efecto significativo en las cualidades sensoriales del fruto [44]. Irradiación de frutas a 800 Gy o menos también fue eficaz para inhibir o reducir la descomposi- ción de la fruta, aunque se observaron cambios menores en la calidad de la fruta [49]. Figura 16. Componentes tácticos del Manejo Integrado de Enfermedades. Fuente: Martha Salgado. Se recomienda el uso de cultivos asociados o sistemas agroforestales, estos ayudan a disminuir la condensación de agua que se acumula en las pencas y frutos especial- mente en horas de la noche, condición que interrumpe la germinación de esporas de los hongos y genera un buen drenaje [50]. Mantener una buena distancia de siembra para así evitar la humedad, desinfección de herramientas para podas y cicatrización de las heridas del corte. Una parte fundamental es la selección de los materiales de siembra deben estar sanos, productivos y longevos. No olvidar el eliminar las plantas contami- nadas y desinfectar el lugar con cal o algún fungicida para el agente patógeno, apartar los residuos secos que quedan luego de la apertura de la flor, para evitar que sean hospederos de hongos y/o insectos potencialmente dañinos que pueden provocar lesiones en los frutos. Los residuos de cosecha, poda y floración deben ir a una fosa, en esta se debe depositar cal para su desinfección y posterior degradación. Una metodología que se puede adoptar es la solarización del lugar con la afectación. No olvidar manejar un buen sistema de fertilización, ya que esto evitará que el ataque de las enfermedades sea significativo, pues plantas bien nutridas son más vigorosas y presentan una mejor respuesta al ataque de patógenos [27]. 13 7.2.2 MANEJO QUÍMICO Se deben realizar aplicaciones preven- tivas de productos fungicidas preventivos desde el estado de botón floral. Para este tipo de manejo se recomiendan productos como Ditiocarbamatos, Bencimidazoles, Imidazoles, aplicados de acuerdo al estado fenológico en el que se encuentre el cultivo, ya sea floración, fructificación o llenado del fruto. Tener en cuenta el pronóstico meteorológico, aplicar cuando no haya precipitación para evitar el lavado del producto, en temperaturas bajas en las horas de la mañana o al atardecer y en las dosis indicadas por el ingeniero agrónomo [7]. Se evaluaron diferentes concentra- ciones de cloruro de calcio por su efecto sobre el desarrollo de la pudrición parda (M. frutícola) en pitahaya [51]. La mayor reducción de la severidad de la pudrición parda se logró con 4.0 g CaCl2/L de agua (tratamiento de 30 min). Las mismas concentraciones químicas también se usaron para controlar la antracnosis (C. gloeosporioides). El tratamiento no afectó la incidencia de antracnosis, pero el tamaño de la lesión de antracnosis se redujo a medida que se aumentaba el nivel de CaCl2 sin afectar la concentración de sólidos solubles de la fruta y la acidez titulable [52]. Las sales carbónicas como el bicarbonato de sodio son fácil- mente accesibles, se pueden usar sin riesgo grave de dañar a la fruta, son económicas y menos engorrosas en contraste con otras alternativas no químicas como los tratamientos térmicos y el control biológico [53]. [54] probaron tratamientos con bicarbonato de sodio para incorporarlo a un programa integrado de manejo de enfermedades y para reducir el uso de fungicidas sintéticos después de cosecha en frutos de S. megalanthus [54]. El control de la pudrición negra de los frutos tratados con bicarbonato de sodio 298 mM (2.5%) fue superior al resultado obtenido en otros tratamientos, al examinar los frutos después de 21 días a 12°C más cinco días de vida útil a 20°C. El tratamiento con 298 mM redujo la pérdida de peso, retuvo el color y la firmeza, redujo los cambios en los sólidos solubles totales, el contenido de acidez titulable y el pH de la pitahaya amarilla durante el almacenamiento. Después del almacenamiento, la apariencia general de la fruta tratada con 298 mM de bicarbonato fue significativamente mejor que la de las frutas tratadas con imazalil o no tratadas. El tratamiento con 298 mM de bicarbonato es potencialmente útil para controlar la pudrición negra poscosecha en pitahaya amarilla sin dañar su calidad sensorial. El carbonato de sodio y el sorbato de potasio, en concen- traciones variables (0, 1, 2, 3 y 4%), también se han probado contra varios patógenos fúngicos que causan la pudrición de la fruta (C. gloeosporioides, C. capsici y Fusarium sp.) [55]. El sorbato de potasio inhibió por completo la germinación de esporas de todos los hongos patógenos en los medios de cultivo. Se observó una inhibición completa de la germinación de esporas de C. gloesporioides por carbonato de sodio en medios enmendados con 2% del producto químico y al 3% para C. capsici y Fusarium sp. [55]. La gravedad de la enfermedad también se redujo en las frutas del dragón tratadas con sorbato de potasio (a 55 °C en agua fría). También se ha demostrado el uso del quitosan en el tratamiento de la antracnosis poscosecha. [32] evaluaron el quitosan administrado en gotas de 600 nm de manera convencional. Tanto la técnica de dispersión de quitosan convencional como la submicrónica (1.0 %) redujeron el desarrollo de antracnosis y mantuvieron la calidad de los frutos dentro del período de almacenamiento de 28 días (10 ± 2 °C y 80 ± 5 % de humedad relativa) [32]. De manera similar, [56] utilizaron quitosan de bajo peso molecular preparado localmente en forma de nanoemulsiones para controlar la antracnosis. El quitosan de bajo peso molecular a una concentración del 1 % con un tamaño de gota de 600 nm inhibió el crecimiento deconidios y redujo el peso seco del micelio de C. gloeosporioides [57,58] en comparación con el quitosan preparado localmente y el control (Tratamientos sin nanoemulsiones) [56]. Las mezclas de azoxistrobina (200 g/L) y difenoconazol (124 g/L) se han utilizado para controlar enfermedades de la pitahaya, en particular la antracnosis y el chancro del tallo [58]. Varios pesticidas tienen un efecto fungistático contra el patógeno N. dimidiatum del chancro del tallo. El hexaco- nazol, el tebuconazol, el flusiazol y la piraclostrobina han tenido un efecto negativo en el crecimiento del micelio de N. dimidiatum [59]. También se probó la azoxistrobina, pero su bioactividad fue relativamente baja en comparación con los otros cuatro productos químicos. En el campo, 250 g/L de piraclostrobina EC controlaron el chancro del tallo y del fruto hasta en un 80% y 85%, respectivamente. La azoxistrobina SC (250 g/L) y el tebuconazol (430 g/L) también han tenido un efecto comparable al de la piraclostrobina EC [59]. Se ha reportado que el tratamiento previo con fungicida imazalil a 0.4 h/L antes del almacenamiento reduce la severidad de la enfermedad en un 70.5 % [44]. Técnicamente se indica el uso de triazoles y cúpricos en cuanto al manejo de Alternaria sp y Colletotricum sp. Si existe la presencia de bacteriosis se recomienda Hymexazol 300 cc/ ha. Todos los productos químicos deben aplicarse de acuerdo a las dosis recomen- dadas, considerando el ingrediente activo, usando las EPPs y con la asistencia técnica dada por un ingeniero agrónomo (Figura 17). PL AN D E M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 14 Figura 17. Proceso de desinfección del material de siembra de pitahaya amarilla. Fuente: CIDE. 7.2.3 USO DE BIOPESTICIDAS El tratamiento del aceite esencial de Cymbopogon nardus en pitahayas almacenadas en cámara frigorífica (10 °C, HR 85-90 % durante 21 días) retrasó la incidencia de antracnosis sin afectar la calidad de la fruta en concentraciones inferiores al 2 % de aceite [60]. Al 2% y más, se observaron efectos de fitotoxicidad y, por lo tanto, no se recomienda para el tratamiento poscosecha. Los aceites esenciales de Cinnamomum zeylanicum, Cymbopogon flexuosus, Eucalyptus globulus, Eugenia caryophyllus y Rosmarinus officinalis también se han probado contra las enfermedades poscosecha causadas por A. alternata. C. zeylanicum y E. caryophyllus inhibieron fuertemente el crecimiento del micelio a 250 y 500 μg/mL, respectivamente. En frutos, E. caryophyllus redujo el crecimiento micelial de A. alternata en un 31% en comparación con los frutos no tratados [61]. Se encontró que E. caryophyllus y C. zeylanicum contenían altas cantidades (90,50 % y 80,70 %, respectivamente) de eugenol [61], una sustancia química con actividad anti- microbiana conocida. También se ha encontrado que los extractos de hojas de árbol de lluvia (Samanea saman) inhiben el crecimiento de F. solani en medios de cultivo y al 2.5 % el desarrollo de F. solani y pudrición del tallo de la pitahaya [62]. De manera similar, los extractos de hojas de CK de zingiberaceae (Ellettariopsis slahmong) silvestres y sus compuestos volátiles pueden inhibir el crecimiento del patógeno de la antracnosis (C. gloeosporioides) in vitro. Se ha reportado el uso de silicio para reducir la incidencia y severidad de diversas enfermedades fúngicas en pitahaya [22]. Las plantas tratadas con silicio (5.0 ml/L) tuvieron una menor incidencia y severidad de la enfermedad en comparación con los tratamientos control y los tratamientos con menos silicio (1.5 y 2.5 ml/L) [63]. Sin embargo, se necesita más investigación para determinar el impacto de la absorción del silicio por las plantas en el desarrollo de la fruta. 7.2.4 CONTROL BIOLÓGICO Una de las alternativas de control biológico al uso de agroquímicos contra bacterias y hongos, es el uso de microorganismos antagonistas, tales como las bacterias ácido lácticas (BAL). El uso de las BAL ha llamado la atención de investigadores dado su potencial como agentes de biocontrol contra bacterias y hongos patógenos, causantes de enfermedades en animales y plantas. Las BAL han sido ampliamente estudiadas en plantas y se consideran como agentes de biocontrol [64]. Los compuestos antifúngicos producidos por BAL incluyen ácidos orgánicos, ácidos grasos de cadena corta, peróxido de hidrógeno, reuterina, diacetilo y bacteriocinas como sustancias inhibidoras [65]. El potencial de biocontrol de las 15 BAL se demuestra en la prevención de infecciones fúngicas tanto en manzanas como en uvas [66]. [24] evaluaron in vitro BAL aisladas de pitahaya amarilla en el control de especies de Fusarium, encontrando que Lactobacillus plantarum, aislada a partir de cultivos de pitahaya amarilla, presentan alta actividad fungistática contra las especies de Fusarium (F. oxysporum and F. fujikuroi), los cuales son patógenos de las plantas y causan la pudrición basal en la pitahaya amarilla. Sin embargo, se requieren estudios en campo para demostrar estos resultados. El aserrín de champiñón aplicado en el suelo redujo la incidencia de la pudrición basal del tallo a un 3-12%, en comparación con la del control, que es de un 44-59% [67]. [68] evaluaron 943 aislados microbianos contra B. cactivora e identificaron dos bacterias (Bacillus subtilis GA1-23 y B. amyloliquefaciens GA4-4) con fuerte actividad antimi- crobiana. El Bacilo spp. inhibió el crecimiento micelial y la germinación de las esporas de B. cactivora. El efecto fue comparable al tratamiento de control químico difenoconazol. Se han recomendado mezclas de azoxistrobina (200 g/L) y difenoconazol (124 g/L) para controlar enfermedades de la pitahaya, en particular la antracnosis y el chancro del tallo [58]. [69] también identificaron dos Bacillus sp. de la superficie del fruto de la pitahaya que son capaces de inhibir el crecimiento y la germinación conidial del patógeno de la antracnosis. Además de bacterias, también se ha identificado un hongo que tiene actividad antimicrobiana contra C. gloesporioides. Los extractos crudos de Penicillium oxalicum inhibieron el crecimiento de C. gloesporioides en la prueba de difusión [70]. Una investigación realizada en frutos de pitahaya, planteó la alternativa de reemplazar los fungicidas por recubrimientos comestibles de extractos crudo de rizoma de cúrcuma y jengibre para controlar la antracnosis. Se utilizaron pitahayas de la variedad Hylocereus costaricensis, los resultados mostraron que estos extractos poseían una actividad fúngica significativa contra la antracnosis ya que inhibe la germinación conidial y el crecimiento micelial además producen hinchazón, distorsión y contracción de las hifas fúngicas [71]. Los extractos crudos de jengibre a 10.0 g/L mostraron el mejor resultado in vitro al suprimir el creci- miento la germinación conidial (87.50%) y micelial (88.48%) que resultó equiparable al fungicida comercial (Mancozeb) a 2.0 g/L (80.45%). En conclusión, el extracto de cúrcuma se puede usar como biofungicida para contralar la antracnosis en frutos de pitahaya a concentraciones de 10.0 g/L [71]. Se recomienda almacenar los frutos de pitahaya a tempe- raturas menores de 14°C, para prolongar su vida útil, ya que este fruto cuando es almacenado a temperaturas superiores a 20°C presenta una pérdida de azúcar, acidez y ablandamiento rápido [72]. El principal método para evitar el deterioro de la pitahaya a fin de lograr conservar su valor nutricional es el almacenamiento en frío, sin embargo, este método causa alteraciones fisiológicas que se conocen como daño por frío (DF), esto conlleva a un impacto nega- tivo en la calidad del fruto [73]. Los signos comunes de DF abarcan cambios como áreas acuosas, hundimientos en la cáscara, cambios de color externo e interno, maduración heterogénea, desarrollo de condiciones que favorecen la incidencia acelerada de hongos y sabores extraños.Este desorden se estudia en especial en productos con valor económico como mango, cítricos y aguacate [74]. En una investigación para determinar las variables correla- cionadas con el DF realizada con madurez comercial de la variedad Hylocereus undatus, cosechados en Santa Clara Huiziltepec, Puebla (México), se les aplicó un tratamiento que consistió en almacenar las pitahayas 30 días a 2 o 7 ± 1 °C HR de 90±6 %, y después se mantuvieron hasta 7 días a 22 ± 4 °C y HR 60±8 %. La evaluación visual de DF se realizó usando una escala hedónica de cinco puntos después del almacenamiento refrigerado y la transferencia de los frutos a 22 ± 4 °C. Los resultados indican que las variables que resultaron consistente y positivamente correlacionadas con DF fueron, acidez titulable, actividad de superóxido dismutasa, translucidez y contenido de etanol. Por eso, en temperatura más baja y período de almacenamiento más largo, se observó un cambio proporcionalmente mayor en estas variables [73]. Por otra parte, para el manejo de Colletotrichum sp. se deben integrar controladores bioló- gicos como hongos antagonistas del género Trichoderma sp. [50]. Dentro de los procesos de cosecha y poscosecha del fruto se deben evitar los factores de riesgo para que este no pierda calidad y no genere impactos negativos en la productividad y rentabilidad del cultivo (Figura 18). Figura 18. Procesos de acopio de los frutos de pitahaya amarilla cosechados. Fuente: CREPIB.PL AN D E M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 16 8. PRINCIPALES PLAGAS PRESENTES EN EL MUNICIPIO DE MIRAFLORES, BOYACÁ Debido a que la pitahaya es una importante fruta de exportación en Colombia, es necesario generar alternativas de control de plagas, que disminuyan las trazas de pesticidas en las frutas. Para lo cual, la identificación de las plagas más importantes es indispensable en la generación de estrategias de control [75]. En el presente estudio, se identificaron las principales plagas de insectos de la pitahaya que son: La mosca del botón floral Dasiops sp. (Díptera: Lonchaeidae) y el chinche patifoliado Leptoglossus zonatus (Hemíptera: Coreica), además de algunos visitantes ocasionales de las familias Phlaeothripidae y Thripidae (Thysanoptera), Chrysomelidae, Lycidae, Lampiridae (Coleóptera), Aphididae Coreidae, Pentatomidae y Cicadellidae (Hemíptera). De acuerdo con [76] y [77], la mosca del botón floral (Dasiops sp. Figura 19) es un insecto de importancia fitosanitaria debido a que causa daños en el botón floral de la pitahaya. Es una mosca de color azul metálico, y los daños causados se deben principalmente a que la hembra pone los huevos en los botones florales y posteriormente las larvas destruyen los botones florales lo que genera una podredumbre de adentro hacia afuera [76], y los botones florales se vuelven de color amarillo (Figura 20). Figura 19. Adulto mosca del botón floral Dasiops sp. (Díptera: Lonchaeidae). Fuente: Ximena Galindo. Figura 20. Afectación de la mosca del botón floral, lesiones o manchas oscuras y negras sobre la flor de la pitahaya amarilla. Fuente: CIDE. Por su parte el chinche patifoliado (Leptoglossus zonatus Figura 21) es una plaga que afecta a la pitahaya durante los meses secos, y las ninfas y adultos provocan daños cuando se alimentan de los frutos, al succionar la savia de las pencas, provocando clorosis [77]. De igual manera afectan los botones florales, cuyos síntomas se manifiestan con cierto color rojizo o una coloración café en las anteras y pistilos [2] (Figura 22). De igual manera pueden provocar daños indirectos, ya que las lesiones o grietas en los frutos que originan, se convierten en puertas de entrada de hongos y bacterias, haciendo inviable el comercio, pudiendo llegar incluso a la muerte de la parte afectada [77]. Figura 21. Adulto chinche patifoliado Leptoglossus zonatus (Hemíptera: Coreidae). Fuente: Ximena Galindo. 17 Figura 22. Coloración rojiza en la flor de la pitahaya daño causado por insectos. Fuente: CIDE. La Abeja Angelita Trigona tetragonisca angustula (Figura 23), este género es considerado una plaga ocasional, los cuales pueden atacar los botones florales y el fruto [78,77]. Figura 23. Abeja Angelita Trigona angustula considerada una plaga ocasional en pitahaya. Fuente: Ximena Galindo. Diabotrica sp. (Chrysomelidae Figura 24 A), también es una plaga ocasional, los adultos se alimentan de flores, frutos y tallos y las larvas de raíces [79]. a b Figura 24. Insectos Chrysomelidae y Coccinellidae asociados al cultivo de la pita- haya amarilla. A. Diabrotica sp. B. Epilachna sp. Fuente: Ximena Galindo. Epilachna sp. es el único de la familia Coccinellidae (Figura 24B) con hábitos fitófagos de importancia económica [79]. Para el manejo de las plagas algunos autores como [9], han recomendado la implementación de métodos de muestreo y estrategias de control cultural, químico, y biológico [9]. PL AN D E M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 18 8.1 MANEJO Y CONTROL DE INSECTOS 8.1.1 MONITOREO DE POBLACIONES DE INSECTOS: Según [9], [75] y [80], recomiendan desarrollar programas de monitoreo de las especies plaga importantes como Dasiops sp. y L. zonatus. En el caso de Dasiops sp., se recomienda el uso de trampas tóxicas cebadas con proteínas hidrolizadas a base de soya o maíz, de nivel IV que presenten baja residualidad [75,9]. Para el caso de L. zonatus, [78] y [80], recomiendan la vigilancia de las plantas revisando el daño directo en los botones florales y por los signos de enfermedades en los tallos como la clorosis u otras, que aprovechan el ataque de este chinche. Además, se debe realizar un seguimiento, observando si hay presencia de huevos de la plaga en las pencas. De igual manera, hay que eliminar las malezas, podar la planta para favorecer una adecuada aireación, eliminar el material vegetal afectado, aplicar productos preventivos, entre otros. Finalmente, para el orden Thysanoptera puede ser monito- reado por medio de tarjetas adhesivas de colores, además de inspecciones regulares a las plantas [75,79]. En la Figura 25 se pueden observar algunas de las estrate- gias de monitoreo usadas para controlar las poblaciones de insectos dentro de los sistemas productivos. Figura 25. Estrategias de monitoreo de poblaciones de insectos en cultivos agrícolas. Fuente: Irina Morales. 8.1.2 CONTROL CULTURAL El control cultural es una herramienta de planificación y gestión de la estructura del cultivo, la cual permite la regulación de las características microclimáticas, que puedan afectar o favorecer la presencia de plagas [80]. Esta promueve el manejo preventivo del cultivo por medio de las podas de las plántulas para evitar la infestación por plagas de caracoles y ácaros, que al igual que los insectos pueden generar daños importantes en los frutos y tallos [79,80]. Además, es importante realizar un control de malezas, ya que dichas plantas pueden servir como refugio, zona de alimentación y de reproducción de plagas como los chinches patifoliados (L. zonatus), este tipo de manejo ayuda a regular las poblaciones de insectos dañinos sin afectar la presencia de insectos benéficos dentro del sistema [80]. Otro aspecto importante en el control cultural corresponde a la capacitación y generación de conocimiento del ciclo de vida de los insectos plaga, lo cual es indispensable para determinar las medidas preventivas y de manejo [9]. En el caso de la mosca Dasiops sp., es crucial la identificación de botones florales afectados, los cuales cambian su colo- ración de verde a rojizo, es importante cortar la estructura y retirarla para evitar que las larvas completen su ciclo de vida, posteriormente los botones florales deben ser enterrados 19 con una capa de cal y otra de tierra según lo sugerido por [9,75,80]. Para tener un mayor control de estas plagas que generancierta limitación al momento de la cosecha y la producción del fruto es necesario eliminar malezas, podar la planta a tiempo para garantizar la aireación, eliminar material vegetal afectado y usar productos preventivos. Una buena opción es usar trampas McPhail con atrayentes de proteínas hidroli- zadas a base de maíz y soya, en caso de la mosca de la fruta ya que se ha observado la generación de resistencia que ésta ha adquirido frente a los agroquímicos. Para hormiga se puede iniciar la siembra de un sistema agroforestal con vetiver el cual tiene un efecto repelente. Establecer en medio del cultivo hileras de Fleminga macrophyla, que sirve de alimento para las hormigas. De la mano se debe realizar podas y fertilizaciones adecuadas para evitar daños significativos en el cultivo [50]. Otra práctica que el agricultor puede incluir a su control de plagas es la colecta de botones florales con síntomas de daño esto se convierte en un punto clave para este control. Se deben enterrar los botones florales afectados en una fosa, cubrirlos con una delgada capa de cal, y posteriormente con 30 cm de tierra. Por lo tanto, si se opta por realizar esta prác- tica a tiempo puede ayudar a disminuir significativamente una infestación, evitando que las larvas completen el ciclo de vida (Figura 26). Figura 26. Eliminación de material enfermo y desinfección de las herramientas para evitar la transmisión de problemas fitosanitarios de una planta a otra. Fuente: CIDE 8.1.3 CONTROL QUÍMICO El control químico dentro de los cultivos ha sido la forma más utilizada, sin embargo, las consecuencias del uso sostenido de estas sustancias han generado daños graves, como la contaminación del suelo y de cauces hídricos, eliminación de insectos bené- ficos y resistencia de plagas [9]. El surgimiento de poblaciones resistentes a los insecticidas es uno de los principales problemas fitosanitarios, entre los cuales se ha documentado la resistencia de trips en los cultivos de pitahaya [79], es por esto, que la aplicación de estos productos debe realizarse con asesoría técnica [75]. Se indica el uso de fenilpirazoles, piretroides, avermectinas y espinosinas [50]. En algunos cultivos se identificó el uso de insecticidas en los botones florales y las flores, lo cual según [9], no tiene mayor efecto sobre los huevos y las larvas de la mosca Dasiops sp. ya que éstas se encuentran protegidas dentro del ovario de la flor, donde estas sustancias no alcanzan a penetrar, además de la rápida aparición de resistencias. Sin embargo, estas prácticas de forma sostenida pueden dejar trazas de insecticidas en la fruta, afectando la calidad de la exportación. PL AN D E M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 20 8.1.4 CONTROL BIOLÓGICO El uso de enemigos naturales para el manejo de plagas en cultivos es una alternativa novedosa que ha permitido mini- mizar las trazas de productos químicos [81]. En la pitahaya se han usado insectos controladores biológicos como las avispas (Hymenoptera), las cuales depositan sus huevos dentro de los huevos, larvas, pupas, ninfas y/o adultos de sus hospederos, dentro de los cuales desarrollan parte de su ciclo de vida, se ha registrado que atacan plagas de las familias Noctuidae, Aphididae, Coreidae (L. zonatus), Milichidae [79]. Los insectos depredadores también son una muestra importante del uso de enemigos naturales para el control biológico, como es el caso de las mari- quitas (Coleóptera: Coccinelidae), las chinches asesinas (Hemíptera: Reduviidae), las moscas asesinas (Díptera: Asilidae), los tábanos (Díptera: Tabanidae), capaces de controlar plagas como L. zonatus (Coreidae), Aphididae, Milichidae, Thripidae y Phlaeothripidae [79]. Algunos estu- dios también sugieren el uso de hongos entomopatógenos (Beauveria sp.) y para el manejo de trips el uso de depreda- dores del género Orious sp. [50]. 9. PROCESOS DE COSECHA Y POSCOSECHA La maduración de los frutos ocurre primero en la parte basal y va ascendiendo a la media y alta. La recolección de los frutos debe hacerse cuando están maduros, iniciando el corte desde el pedúnculo con cuidado de no dañar al fruto ni al tallo [9]. Los frutos deben presentarse en perfecto estado, sin manchas, cicatrices y asintomáticos. Primero se retiran las espinas con un cepillo, escoba o guantes gruesos, el cepillado debe hacerse de la base del fruto hacia el extremo [82] posteriormente el corte se realiza con tijeras podadoras y se depositan los frutos en canastillas plásticas de 20 a 25 kg de capacidad (Figura 27). Al momento de acomodar la fruta para evitar el daño ocasionado entre mamilas, se sugiere el utilizar papel periódico o cartón previamente desinfectado con alcohol o hipoclorito disuelto en agua. En un año se pueden realizar tres o cuatro cosechas, se habla de dos principales, las demás se conocen como “traviesa” o “mitaca” y se caracterizan por presentar menor productividad. Figura 27. Canastillas plásticas sobre estiba evitando el contacto con el suelo, se debe intentar conservar y cosechar en bajas temperaturas, que permita que el aire fluya entre las canastillas. (Ilustración tomada y modificada de PROCOMER, 2020). En Colombia, históricamente la pitahaya amarilla ha presen- tado una marcada estacionalidad en la producción, con dos épocas de cosecha, una mayor en el primer semestre del año (marzo-mayo) y una menor en el segundo semestre (septiembre-noviembre). El cultivo alcanza a tener, con adecuado manejo, una vida útil de hasta 10 años. La producción inicia entre el segundo y tercer año de siembra con un promedio de 4.5 Kg por planta y se estabiliza entre el quinto y el sexto año, alcanzando un rendimiento de 10 t/ha [80]. Se recomienda realizar la cosecha en horas de la mañana y en días secos, con el fin de evitar el deterioro por hongos, de forma rápida para evitar la deshidratación de los frutos; además, se debe asegurar la manipulación adecuada de la fruta para evitar maltratarla. Las actividades de cosecha en el cultivo de pitahaya amarilla empiezan entre uno y dos años después del trasplante, dependiendo del tamaño de la semilla vegetativa utilizada, de la altitud o piso térmico en el cual se localiza el cultivo y de la forma de propagación [9]. La clasificación de los frutos se realiza por categorías de acuerdo a su peso [83]: • Categoría I: ≥ 150 g • Categoría II: 80 -149 g • Categoría III: Descarte 21 9.1 DESCRIPCIÓN DEL PROCESO DE POSCOSECHA En la Figura 28 se muestra el recorrido desde la finca hasta los lugares de consumo intermedio y consumo final. El acopio en las fincas, las cuales están certificadas en Buenas Prácticas Agrícolas BPA, se hace la recolección de la fruta. Este proceso es manual y se hace siguiendo las pautas determinadas en los Manuales ICONTEC y la guía de Asohofrucol, entidad con la que Pitafcol ha tenido relaciones de asesoría. Se dispone la fruta en canastillas plásticas de 60 x 40 cm en dos y en ocasiones tres capas de fruta. El fondo y las paredes de la canastilla está recubierta con láminas de papel (periódico usado) generalmente y una vez llena la canastilla se cubre con más papel de periódico. El Transporte al centro de acopio se realiza en camionetas con platón generalmente o camperos. Este tipo de vehículo es el más usado en la región dada las malas condiciones de las vías interveredales, especialmente en época de invierno. Las canastillas deben disponerse de la mejor manera para que la fruta no sufra roces y tenga peladuras o daños por presión. Una vez en el centro de acopio, localizado en la cabecera municipal de Miraflores se realizar la Recepción en el centro de acopio, el productor descarga la fruta y es examinada por personal de Pitafcol. Por lo general, especí- ficamente la pitahaya, el agricultor ya la trae clasificada en: Primera: Fruta por encima de 250gr. Segunda: Entre 200 y 249 gr. Tercera: 150 a 199 gr. Cuarta: Entre 100 y 149.Pica: Lo que sobra y se deshecha por su apariencia poco atractiva. Así que solo se hace una inspección ocular y se confía plenamente en la calidad declarada por el productor. Sin embargo, el pago se le hace una vez se haya recibido de la empresa exportadora el certificado de calidad. Se hace la recepción de la fruta solamente los lunes y los jueves. Figura 28. Guía del flujo de procesamiento poscosecha del fruto de pitahaya. (Diagrama modificado de PROCOMER, 2020). Recomendaciones en poscosecha, mantener las tempera- turas de conservación entre 10 y 12 °C, esto permite que no proliferen enfermedades y la fruta disminuya su tasa respiratoria, por lo cual su grado de madurez de cosecha se mantiene por más tiempo, llegando en perfecto estado al consumidor final [84]. En el primer punto de acopio se recomienda hacer la respectiva selección y saneamiento del fruto, evitando que vayan plagas y enfermedades o algún signo de daño, que evite su comercialización (Tabla 3). PL AN D E M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 22 Tabla 3. Temperaturas de conservación de diferentes frutales. Fuente: García et al. (2015). PRODUCTO T°C Naranja valenciana 4-9 Nectarina -0.5 Níspero 15-20 Níspero del Japón 0 Orégano 0-5 Papaya 7-10 Patata 10-12 Patata, larga conservación 4-8 Pepino 10-12 Pepino dulce 5-10 Pera -1.5 a 0 Perejil 0 Pimiento; chile dulce 7-10 Piña 7.5 Pitahaya 10-12 Plátano macho 10-15 Banano 13-15 PRODUCTO T°C Pomelo 7-9 Puerro 0 Rábano 0 Rábano picante -1 a 0 Rambután, mamón chino 12 Remolacha 0 Salvia 0 Perejil 0 Pimiento; chile dulce 7-10 Piña 7.5 Pitahaya 10-12 Plátano 10-15 Banano 13-15 Pomelo 7-9 Puerro 0 Rábano 0 Rábano picante -1 a 0 PRODUCTO T°C Rambután, mamón chino 12 Remolacha 0 Salvia 0 Sandía 12-15 Tamarillo 3-4 Tamarindo 2-7 Tomate maduro firme 8-10 Tomate verde-maduro 10-13 Tomillo 0 Toronja 12-15 Uva -0.5 a 0 Yuca, mandioca 0.5 Zanahoria en manojos 0 Zanahoria sin hojas 0 Zarzamora -0.5 a 0 En casos especiales, donde el pedido establece un tamaño y color específicos, el personal hace dicha clasificación manualmente, fruta por fruta, siguiendo la carta de colores, tamaño y peso (de acuerdo con la solicitud expresa), tomando como guía la Tabla de Color de la Norma Técnica Colombiana NTC 3554 para Pitahaya y fruta fresca (Figura 29). Figura 29. Tabla de Colores NTC 3554 para pitahaya. COLOR 0: Fruto bien desarrollado de color verde, con aristas notoriamente marcadas en las mamilas. COLOR 1: Fruto de color verde, con un ligero viso amarillo en la zona basal. Permanece la forma de las aristas. COLOR 2: Fruto de color verde con visos amarillos en toda la superficie. 23 COLOR 3: Fruto de color verde-amarillo. Inicia el llenado de las mamilas y la separación entre ellas. COLOR 4: Fruto de color amarillo, con la punta de las mamilas de color verde y aumenta la separación entre las mismas. COLOR 5: Fruto de color amarillo, con la punta de las mamilas ligeramente verdosas. COLOR 6: Fruto totalmente amarillo. 9.2 DAÑOS FISIOLÓGICOS DURANTE COSECHA, EMPACADO Y ALMACENAMIENTO El daño más ocasionado a los frutos durante el proceso de cosecha y poscosecha está relacionado con el daño por frío, cuando el fruto se almacena a temperaturas menores a la recomendada. Por lo tanto, se genera oscurecimiento, quema, ablandamiento o hundimientos en la cáscara. En algunos casos llega a afectar el sabor del fruto. Se observa daño mecánico debido al mal manejo y empaquetado de los frutos, mal corte de la planta durante la cosecha o algún otro daño por rose entre las frutas o presión que recibe el fruto durante su procesamiento. La pitahaya presenta deshidratación ya que tiene una cáscara demasiado delgada. Se debe evitar exponer a altas temperaturas o a la luz solar para evitar la pérdida de agua y el arrugamiento de la cáscara, por lo cual se recomienda el manejo de la temperatura de conservación mencionada anteriormente. Cuando el fruto se deja madurar en la planta, puede acumular agua en exceso y romper la cáscara. Puede sufrir de marchitamiento en donde el fruto pierde peso y se deshidrata por transpiración. Evitar almacenar por largos períodos de tiempo o no brindarle las condiciones adecuadas de almacenamiento y conservación [15]. El transporte a Bogotá se hace en camiones contratados los días miércoles y viernes. Luego de la recepción la empresa envía el reporte de calidad, explicando las razones por las cuales un determinado porcentaje de la fruta se devuelve. Pitafcol informa al productor de la devolución y hace le ajuste en el pago correspondiente. El peso de la fruta para exportación es de 180 hasta 480 gr. Esta tiene dos clasifi- caciones, (principalmente de acuerdo con el criterio de las exportadoras). El material devuelto no regresa a Miraflores, se vende a Abastos o se vende en puntos específicos (super- mercados pequeños en Bogotá) para abastecer el mercado nacional (Figura 30). 10. COMERCIALIZACIÓN La comercialización de la fruta se hace en fresco y de acuerdo a las condiciones que Pitafcol exige que son, a su vez, las que las comercializadoras le exigen a Pitafcol. De acuerdo con las estadísticas de la Asociación desde el 2 de enero de 2019 hasta el 1 de agosto de 2021, es decir 2.5 años de operaciones, la comercialización se hace en mayor parte a las empresas exportadoras: Caribbean, Heaven´s, Isashii, Macondo, Nativa, Ocati, Tropigold y OCATI Pr, todas ellas ubicadas en Bogotá. Pitafcol comercializa su fruta con particulares también (Figura 31). En cuanto a los envíos que se hacen a las comercializa- doras, la Figura 31 muestra el volumen en Kg en el tramo de tiempo analizado. Se aclara que el año 2021 son solo los seis primeros meses y por tanto la cifra es menor. Se evidencia que la empresa que mayormente ha capturado el mercado es Ocati con el 43% del total del producto en el periodo analizado. Del total que la empresa recibe, evidenciado en la Figura 31, estas empresas solo exportaron el 48.8% en el año 2019; el 46.2% en 2020 (año de mayor restricción de movilidad a causa de la pandemia del COVID 19) y, en lo analizado en 2020 exportó el 35.6% aclarando que esta cifra puede ser más elevada, dado que solo se analizan seis meses. De otra parte, una franja de la fruta comercializada se hace por medio de personas particulares quienes hacen parte de la cadena de intermediación en ciudades capitales, Bogotá, principalmente (Figura 32). PL AN D E M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 24 Figura 30. Proceso Poscosecha pitahaya amarilla en el municipio de Miraflores. Fuente: CREPIB. 25 Figura 31. Cantidad de fruta enviada a empresas comercializadoras 2019 -2021. Fuente: CREPIB. Figura 32. Participación de empresas y personas naturales en la comercialización. Fuente: CREPIB. Esto evidencia la importancia del aliado comercial que son las empresas exportadoras, que también manejan parte del mercado nacional con la fruta que no alcanza los estándares de maduración y tamaño exigido en el mercado europeo. En términos generales, durante el periodo de tiempo analizado, se comercializaron 109.569 Kg de fruta con precios que varían entre los $9.000 pesos por kilo y $13.000, según la calidad de la fruta. El precio más alto es la fruta de exportación Tipo 1. La asociación cobra hasta $1.000 por Kilo de pitahaya para financiar otros procesos misionales de la organización (Tabla 4). PL AN D E M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 26 Tabla 4. Historial de precios por Kg de Pitahaya 2015-2020. AÑO Vr. Venta 2015 $11.000 2016 $10.700 2017 $11.500 2018 $10.750 2019 $9.000 2020 $13.000 10.1 COMERCIALIZACIÓN A NIVEL INTERNACIONAL. De acuerdo con lo ya identificado en el documento técnico de la vigilancia comercial, la pitahaya tiene una gran acep- tación en el mercado internacional, tal y como se evidencia en la siguiente Figura, en la que Europa se convierteen el principal receptor de la fruta (Figura 33). Figura 33. Análisis de la información- Software TABLEAU Mapas. Fuente: CREPIB. Esta situación se ratifica con el registro de exportaciones de la fruta emitida por el DANE en la que se evidencian picos importantes de crecimiento que muestran el creciente interés del mercado internacional (Figura 34). Figura 34. Exportaciones de Pitahaya en fresco-Colombia- 2018-2021. 27 El ranking de los principales países destino de exportación de la pitahaya en fresco para el período de 2018 a junio de 2021 como se observa en la Figura 34 son: Brasil con 404.736 kilos exportados. Hong Kong con 281.858 kilos. exportados. Países Bajos con 198.111 kilos exportados. España con 142.018 kilos exportados. Emiratos Árabes 117.961 kilos exportados. 10.2 COMERCIALIZACIÓN A NIVEL NACIONAL: En el año de 2020, según datos de DANE (2021), Colombia exportó 391.968,34 kilos de pitahaya fresca con un nivel de decrecimiento con respecto al año anterior, debido especialmente a las restricciones del Covid-19, el principal país de destino fue Países Bajos con 83.544,3 kilos, seguido de Brasil con 71.953,4 kilos [85]. La empresa líder en volumen en exportación en el 2020 fue ISASHII SAS con 43.385 kilos exportados principalmente a Hong Kong, seguida de TIERRANDINA SAS con 34.805,5 kilos exportados principalmente a Países Bajos (Tabla 5). Tabla 5. Ranking Exportación 2020 Pitahaya Colombiana en fresco. Empresa Países de destino Total, exportación empresa año (Kg) PAISES BAJOS BRASIL HONG KONG CANADA ESPAÑA ISASHII SAS 3901.5 9880 21496 750 43385 TIERRANDINA SAS 3358.5 1125 34805.5 COMERCIALIZADORA PAZ&FLORA SAS 25718.5 197,5 50 75 30670.5 HEAVEN’S FRUITS SAS 2549.5 13630,5 30633.5 SOCIEDAD DE COMERCIALIZACIÓN INTERNACIONAL INVERSIONES MARTÍNEZ PÉREZ LTDA. 27933 30008 Total, exportación año ( todas las empresas) Kg 83544.3 71953.4 42028.14 31947.6 30991.89 391968.34 Dada la importancia del mercado asiático, se presenta una tabla de requerimientos para la exportación de la pitahaya en fresco con el fin de conocer y medir las capacidades locales en términos de preparación para este mercado (Figura 35). PL AN D E M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 28 Figura 35. Requerimientos internacionales exportación pitahaya en fresco. Fuente: CREPIB. En términos generales se ha observado que existen oportunidades para la asociación Pitafcol en países como Brasil, Emiratos Árabes, España, Países Bajos, pero es importante tener en cuenta los requerimientos de cada país en especial en la trazabilidad de la fruta, debilidad detectada en la asociación Pitafcol. Es importante desarrollar canales de monitoreo que le permita a la asociación acceder a información oportuna para el aprovechamiento de oportunidades comerciales. 29 11. CAPACIDADES ORGANIZACIONALES DE PITAFCOL Las capacidades organizacionales se entienden como un conjunto de opciones de decisión para obtener resultados significativos y que claramente son importantes para la supervivencia y la prosperidad de la organización [86]. En este caso, al tratarse de una organización de trabajadores de campo, las capacidades organizacionales dan cuenta del nivel de gestión empresarial y, particularmente, para Pitafcol, en términos generales muestra un buen desempeño en casi todas las áreas de actividad. Para determinar con claridad dichas capacidades se aplicaron dos instrumentos el ICO (Índice de Competencia Organizaciones) y el IDEO (Índice de Desarrollo Organizacional). Figura 36. Resultados obtenidos en la evaluación del índice ICO. Como se observa en la Figura 36, en tres de las cinco dimensiones hay cercanías a la situación ideal: Situación administrativa, financiera y capacidades de desarrollo humano. En éstas, el resultado supera la referencia, es decir, que existe una evidencia de las capacidades de la organización, en términos de sus resultados, en lo admi- nistrativo, lo económico y lo humano. Sin embargo, en las dimensiones de Manejo democrático-participativo y en la dimensión de Servicios a los socios y la comunidad, la distancia es bastante, lo cual refleja que, por ejemplo, en el componente de manejo democrático, no existe mayor participación de los integrantes de la organización, lo cual supone una centralización de la toma decisiones en la base gerencial. Este resultado se puede interpretar desde varias perspectivas: primera: Que existe una sólida situación en la parte gerencial, y es obvio dados los resultados de crecimiento financiero de la organización, y que, por ello mismo, existe la prospección de los demás integrantes de que no es necesaria su participación porque “todo va bien”. Segunda: que las decisiones estratégicas son tomadas muy centralizadamente lo cual no molesta a nadie, dados los buenos resultados de las mismas, entendiendo así con eso que existe una gran confianza y credibilidad que hay en este tipo de decisiones. Tercera: que existe poco interés por parte de los miembros en hacer parte activa en la toma de decisiones, a pesar de que existe una estructura claramente establecida desde los estatutos para ello. En cuanto a la dimensión de servicios a los socios y a la comunidad, es quizá donde hay mayor distancia, lo cual no significa que no los tengan. En efecto, existen servicios muy valiosos para los integrantes de Pitafcol, especialmente el servicio del Fondo Rotatorio y el de Asistencia Técnica a los productores. Sin embargo, servicios de capacitación relacionados con temas de comercialización, costos y aspectos administrativos de la actividad, a pesar de que están establecidos en los estatutos, es poco lo que se ha desarrollado al respecto. En cuanto al IDEO (Figura 37), busca detectar el nivel en el cual una organización campesina ha implementado activi- dades relacionadas con las áreas funcionales: Producción, PL AN D E M AN EJ O TE CN OL ÓG IC O DE L C UL TI VO D E LA P IT AH AY A 30 comercialización, financiera, administrativa y organizacional. Aquí se evidencia que el área funcional más desarrollada, quizá por los resultados financieros de la misma, es la financiera. Figura 37. Índice de desarrollo Organizacional IDEO. En términos generales, y considerando la trayectoria de la organización, los directivos han logrado una consolidación paulatina y con un crecimiento constante. 11.1 VIGILANCIA COMERCIAL De acuerdo a un ejercicio de priorización con integrantes de la Asociación, se determinaron los aspectos fundamentales para realizar la vigilancia en cada eslabón de la cadena productiva, así: Eslabón Necesidades informacionales identificadas en el desarrollo de los talleres Factores críticos identificados en el desarrollo de talleres Aprovisionamiento Proceso de trazabilidad de la fruta en fresco. Proveedores de tecnología para la trazabilidad de la pitahaya en fresco. Mejorar la residualidad en el manejo químico. Tendencias en el manejo de residuales químicos en fruta en fresco, específicamente la pitahaya. Conocer las características de la pitahaya cultivada. Informes técnicos de caracterización fisicoquí- mica de la pitahaya. 31 Eslabón Necesidades informacionales identificadas en el desarrollo de los talleres Factores críticos identificados en el desarrollo de talleres Transformación Oportunidades de transformación (agroindustria- lización) de la pitahaya. Mapeo de productos y técnicas de agroindustrial- ización de la pitahaya. Desarrollo de actividades de I+D+I aprovechando la maquinaria con la que se cuenta. Análisis de capacidades para desarrollar actividades de I+D+I. Comercialización Mercado para el producto en fresco que no cumple con el parámetro de exportación. Clientes potenciales para el producto en fresco que no cumple con el parámetro de exportación. Conocer el gusto del consumidor, anticipándose a su necesidad. Tendencias del consumidor en productos frutícolas. Oportunidades de transformación
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