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1 ESTRELLA MONTOLÍO DURÁN FORMACIÓN EN TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN ESCRITA DIRIGIDA A INGENIEROS DE INFORMÁTICA. EL CASO DE LA MARCACIÓN DE LA OPERACIÓN TEXTUAL DE LA ENUMERACIÓN 1 0. Objetivos Dos son los objetivos fundamentales de estas páginas: (i) Analizar el uso de un mecanismo lingüístico de gran productividad en la elaboración de documentos técnicos, y, en general, de gestión y de divulgación del conocimiento: la enumeración. (ii) Contribuir a la investigación en gramática y en lingüística general sobre este mecanismo textual de gran implicación cognitiva. Late también un tercer objetivo que podrá tan solo esbozarse en este trabajo, dado el límite de espacio, y que planteamos aquí de modo no sistemático en diferentes epígrafes para desarrollarlo con más detalle en futuros trabajos: (iii) Proponer pautas de uso para mejorar la elaboración de esta operación por parte de los profesionales. 1 Un primer y más breve acercamiento a este tema constituyó la comunicación presentada en el ABC 7th European Convention (Business Communication: Making an Impact), celebrado en la Universidad de Copenhague (26-28 de mayo de 2005). Por otro lado, este trabajo se ha beneficiado de una ayuda de la DGICYT al proyecto HUM-2004-01453/FILO. 2 En correspondencia con los dos objetivos fundamentales arriba presentados, la estructura de este trabajo se organiza en dos partes. La primera, correspondiente a los apartados 1 y 2, está dedicada al análisis de las inadecuaciones más frecuentes (e importantes, debido a los problemas de interpretación que conllevan) que aparecen en las enumeraciones elaboradas por profesionales. En la segunda parte se ahondará en el estudio de esta operación textual en dos sentidos: por un lado, en el apartado 3, se analizarán las características de los diferentes procedimientos de marcación de una serie enumerativa. Por otro lado, en el apartado 4, se expondrá la importancia discursiva y cognitiva de las suboperaciones textuales que lleva a cabo el mecanismo textual de la enumeración, ya que permite que el receptor ponga en marcha estrategias decisivas para la interpretación. Por tanto, la exposición contenida en la segunda parte reviste también cierto carácter argumentativo, dado que se propone demostrar la relevancia de este mecanismo textual. 1. Descripción de la situación comunicativa profesional analizada El análisis que presentamos en estas páginas se fundamenta en nuestra actividad de formación en técnicas de comunicación escrita para los ingenieros de software del Área Técnica de los Servicios Centrales de “la Caixa”,2 por lo que la práctica totalidad de los ejemplos aportados proceden de la documentación elaborada en dicha Área. El corpus básico lo componen 25 documentos, redactados tanto en castellano como en catalán, que constituyen, esencialmente, manuales de intrucciones, descripciones de herramientas informáticas 2 Las características de la auditoría textual previa, así como del diseño, impartición, experiencia y evaluación de los cursos de formación en técnicas de comunicación escrita llevados a cabo en el Área Técnica de la citada entidad financiera se detallan en nuestro trabajo Montolío (en prensa a). 3 e informes de formulación de requisitos de los proyectos de software. El número de palabras que contiene asciende a cerca de 139.000. A pesar de la circunscripción de este estudio a un área profesional de carácter técnico y, en concreto, informático, lo cierto es que la mayor parte de las observaciones, análisis y propuestas que se plantean en estas páginas son igualmente aplicables tanto a los documentos técnicos, en general, como, más ampliamente, a los documentos de gestión y de divulgación del conocimiento. De hecho, a lo largo de nuestra actividad de asesoría en comunicación escrita dirigida a profesionales de empresas dedicadas a la Consultoría,3 he advertido que, en buena medida, en este ámbito profesional se producen fenómenos textuales semejantes en relación con la conceptualización, identificación y elaboración de las listas o enumeraciones por parte de los profesionales. Ésta es la razón por la que algunos ejemplos (en concreto, 3, 4 y 13) proceden de documentos elaborados por consultores.4 El caso del departamento de informática de “la Caixa”5 representa un ejemplo paradigmático del hecho indudable de que las habilidades comunicativas constituyen en la actualidad un conocimiento imprescindible en las organizaciones dedicadas a la tecnología. En efecto, una de las tareas esenciales de estos profesionales es la de redactar los requisitos de que constará el proyecto informático por ellos diseñado pero que será realizado por una empresa externa. Igualmente, estos técnicos han de elaborar, entre otros, los 3 Sobre las reflexiones teóricas surgidas como resultado del trabajo realizado en formación de técnicas de escritura experta destinada a profesionales de la consultoría, véanse nuestros trabajos Montolío 2003 y en prensa (b). 4 En los documentos elaborados por consultores, aparece de manera recurrente la enumeración al servicio de una operación y un “espacio” textual muy relevante: las conclusiones. A pesar de la gran importancia que reviste una elaboración correcta de las conclusiones dada su relevancia en lo que podríamos llamar la “topografia comunicativa” de un documento, no podemos dedicar ahora nuestra atención a este fenómeno concreto. 5 “La Caixa” es la primera institución financiera de Cataluña, la primera Caja de Ahorros española y la tercera entidad bancaria de España. Esta entidad cuenta con el que es, probablemente, el equipo de desarrollo informático más innovador y potente del sector bancario español. 4 documentos explicativos que permitan a los usuarios de la entidad utilizar las herramientas informáticas de la manera más eficiente posible. En suma, buena parte del quehacer profesional de estos ingenieros de software consiste, como se ve, en elaborar documentos técnicos, bien sea de carácter expositivo, bien sea de carácter instructivo. En ambos casos, se trata de documentos de alto valor perlocutivo, o, formulado de modo menos terminológico, son textos con un importante valor económico, ya que cada inadecuación o error en la formulación discursiva que implique una interpretación costosa o ambigua por parte de los receptores comporta importantes pérdidas económicas, pérdidas que si bien hasta el momento no han sido cuantificadas con detalle, son perfectamente percibidas tanto por los propios técnicos como por la dirección de la entidad. 2. Identificación de las patologías más frecuentes y relevantes en las enumeraciones elaboradas por los profesionales 2.1. Técnicos y documentos El trabajo de auditoría textual previo al asesoramiento a los profesionales informáticos mostró que un importante porcentaje de los documentos analizados presentaba de manera recurrente una operación textual rara vez estudiada de modo exhaustivo por la ingente bibliografía especializada en los mecanismos de textualización: la enumeración. En efecto, a pesar de la sorprendente omisión de su tratamiento en los trabajos especializados (especialmente, a la vista de su elevado índice de frecuencia de aparición), el estudio de los documentos revela que la elaboración de listas, a veces de tipo simple y sintético, pero, a menudo, también de carácter complejo, constituye una operación textual recurrente en los textos técnicos. A la hora de presentar a los profesionales propuestas y recomendaciones de mejora para elaborar con éxito sus textos, hemos utilizado una metáfora holística que ayuda a que el profesional interiorice de manera globalizadora los diferentes mecanismos 5 característicos de la escrituraexperta que se le van presentado. Tal metáfora (“el escritor como diseñador de un itinerario de lectura”) hace referencia a la necesidad de que el escritor experto señale mediante indicios lingüísticos nítidos, por un lado, cuál es la estructura del texto y en qué punto del documento está ubicado el lector en cada momento; así como, por otro, cuáles son las diferentes operaciones textuales que está llevando a cabo (de diferente carácter y nivel, como ejemplificación, reformulación, resumen, focalización de la información, cierre, etc.). La necesidad de señalización alcanza también a los mecanismos argumentativos (presentar consecuencias, argumentos, contraargumentos, grados de fuerza argumentativa, etc.). La utilización de tal “metametáfora” permite que los técnicos: (a) aprehendan fácilmente la relevancia de los mecanismos textuales y, en concreto, la importancia de la enumeración; (b) adviertan la capacidad que presentan tales mecanismos de textualización de incidir en un procesamiento cognitivo eficiente de la información por parte del lector; (c) asuman, en consecuencia, la necesidad de señalizar todos estos mecanismos de un modo claro; así como que, finalmente, (d) lleven a cabo dicha señalización de manera competente. 2.2 La enumeración. Introducción. La operación textual de la enumeración permite realizar diferentes suboperaciones discursivo-cognitivas, como, fundamentalmente: (i) parcelar datos; (ii) agruparlos bajo un tema global; y (iii) visualizar los aspectos, fases o elementos enumerados. Formulado de manera más sintética, una enumeración eficiente permite (iv) estructurar la información. Organizar los datos mediante una serie enumerativa ayuda a que el lector aprehenda la información interpretándola como un todo coherente. Por tanto, las enumeraciones consistentes permiten que el receptor perciba lo que podría parecer un confuso magma de datos inconexos (en caso de no estar organizado en forma de lista) en información (esto es, en datos informativos con sentido).6 6 Sobre la diferencia entre los conceptos de datos (no estructurados, no dotados de significación) e información (conjunto de datos organizados, dotados de una 6 2.3. Tipos más frecuentes de elaboración deficiente de enumeraciones: El análisis de los textos que conforman el corpus muestra que las inadecuaciones más comunes en la elaboración de enumeraciones que provocan equívocos en la interpretación del lector son las cinco siguientes: 2.3.1. En primer lugar, analizaremos el fenómeno de la indefinición y ambigüedad en la indicación del número de los elementos de que se compone la lista. Esta imprecisión viene determinada generalmente por la utilización de determinantes nominales inespecíficos (como ciertos, determinados, algunos o diferentes), en lugar de una cifra concreta que funcione a modo “marco de enumeración” que pueda ayudar al lector a interpretar más fácilmente el número de fases o aspectos de los que se compone la exposición o el procedimiento. La conveniencia de indicar de manera explícita el número exacto de aspectos o etapas resulta especialmente crítico en los textos instruccionales, en los que tanto la omisión de una de las fases como su realización en un orden inadecuado imposibilita llevar a cabo la tarea de manera exitosa. Así, por ejemplo, en el fragmento que sigue, la utilización del determinante adjetivo de significado inespecífico diferentes no permite que el lector pueda prever el número posible de tipos de datos que se están manejando en la instrucción. Tal ambigüedad provoca en el receptor cierta inseguridad interpretativa, dado que nuestra experiencia de lectores nos ha habituado a interpretar significados ya previstos por las señales contenidas en el propio texto a modo de indicaciones catafóricas que guían las expectativas de lectura. estructura; los datos se convierten en información cuando el que los crea les agrega significado), puede consultarse Davenport & Prusak (2001). 7 (1) Se han definido diferentes7 tipos de datos para el código de la moneda estándar. Para aplicaciones que sólo van a gestionar pesetas y euros, es CÓDIGO-MONEDA-EURO-PESETAS y está definido con tres caracteres del alfabeto. Las aplicaciones multidivisa que ahora no pueden introducir el código de la divisa están definidas con CÓDIGO-DIVISA-EPO. Para representación externa está definido con cinco posiciones alfanuméricas para permitir la introducción del código de divisa de la entidad con dígitos, además del código EPO para las aplicaciones de multidivisa que en la actualidad permitan introducir el código de Divisa de la entidad, que están definidas por CÓDIGO-DIVISA-EPO-ENTIDAD, y con tres caracteres alfabéticos (código EPO) como estándar de almacenamiento.8 Adviértase igualmente que la vaguedad semántica del determinante siguientes se combina con una omisión de marcas gráficas o de algún otro tipo que indiquen la presencia de una enumeración. Todo ello sin duda dificulta que el lector obtenga una comprensión rápida del texto. De hecho, en el proceso de formación que llevamos cabo con estos profesionales, a menudo les solicitamos que, reunidos en equipos de dos o tres, rehagan documentos elaborados en el Área Técnica a fin de que resulten más fácilmente comprensibles para el lector. A continuación, presentamos la reformulación del fragmento de (1) llevada cabo por los propios técnicos una vez han reflexionado de manera consciente sobre los mecanismos de textualización y sobre cuáles son los beneficios para la interpretación del uso de marcaciones nítidas: (1bis) ¿Cuál es el código de moneda estándar? Se han definido tres tipos de datos que sean estándares de código de moneda para el Euro. Para que un dato sea código de moneda estándar ha de tener asignado uno de los tres tipos siguientes: 7 La negrita que aparece el ejemplo, al igual que ocurre en los ejemplos sucesivos, es nuestra y responde al deseo de mostrar de manera ostensiva el fenómeno que se está analizando. 8 Los ejemplos se aportan sin modificaciones en su redactado. En cambio, sí se ha manipulado deliberadamente la denominación de buena parte de las utilidades informáticas mencionadas (del tipo XCTR334), con el propósito de mantener opaca cierta información. Por otro lado, cuando el ejemplo procede de un documento originariamente redactado en catalán, soy la responsable de su traducción al español. 8 1. CÓDIGO-MONEDA-EURO-PESETAS. Es el tipo de dato a usar por las aplicaciones que solo van a gestionar pesetas y Euros. Está definido con tres caracteres alfabéticos (código EPO) que es el estándar de almacenamiento. 2. CÓDIGO-DIVISA-EPO. Es el tipo de dato a usar por las aplicaciones multidivisa que en la actualidad no permitan introducir el código de Divisa. Está definido con tres caracteres alfabéticos (código EPO) que tanto el estándar de presentación externa como el estándar de almacenamiento. 3. CÓDIGO-DIVISA-EPO-ENTIDAD. Es el tipo de dato a usar por las aplicaciones multidivisa que en la actualidad permitan introducir el código de Divisa de la entidad. Está definido con tres caracteres alfabéticos (código EPO) como estándar de almacenamiento, si bien para representacion externa está definido con cinco posiciones alfanuméricas para permitir la introducción del código de divisa de la entidad con dígitos, además del código EPO. Salta a la vista que esta versión resulta mucho más legible. Además del uso simultáneo de sistemas diferentes para señalar la enumeración, que se tratarán en el epígrafe 3.2.2., querríamos ahora destacar de la versión (1bis) la presencia de tres mecanismos de carácter catafórico que, debido a su alto valor predictivo, 9 constituyen inestimables guíaspara el proceso interpretativo del lector, ya que crean un horizonte de expectativas en el proceso interpretativo. Estos tres mecanismos son: (i) la aparición de un título (en negrita), que ayuda al lector a ubicar el ámbito general en el que se inscribe la enumeración posterior (y que constituye la cima jerárquica de la macroestructura). (ii) La explicitación del objetivo o meta de la enumeración (que aparece en el segundo párrafo: “Para que…”, a modo de introducción). (iii) La inserción de lo que hemos dado en llamar “marco de enumeración” (“tres tipos de dato”), es decir, un tipo de expresión que anuncia el tema general de la enumeración10 y que deseablemente ha de contener, como aquí, una cifra que indique de manera transparente el número exacto de ítems que compone el conjunto. Como se ve, el dominio de los mecanismos lingüísticos de carácter predictivo que anuncian significados textuales que irá 9 De ahí que Renkema sugiera para un amplio conjunto de mecanismos catafóricos como los que se analizan aquí la denominación “organizador adelantado” (advanced organizer) (2004: 95). 10 También llamada “idea central” o “idea organizadora”. Vid. Serafini (1992: 131- 172) y Garachana y Montolío (2000: 83-87). 9 ratificando el lector a lo largo del proceso de lectura constituye uno de las habilidades que identifica a un escritor experto. 2.3.2. Un segundo tipo de inadecuación frecuente en la elaboración de enumeraciones en ámbitos profesionales coincide con el anterior en el hecho de que la inadecuación reside en la característica semántica de la vaguedad. En este caso, se trata de la utilización de puntos suspensivos para mostrar que el repertorio no está cerrado, en lugar de indicadores más precisos de composición o cierre de la lista, como, en primer lugar, la ampliación de la sarta incompleta a un mínimo de tres ítems; o, también, la utilización de otras secuencias indicadoras de “marca incompleta” pero que aportan algún tipo de información adicional sobre los elementos que sí son mencionados de manera explícita. Ése es el caso de expresiones tales como “en concreto”, “fundamentalmente”o “entre otros”. Véase a continuación un ejemplo de este fenómeno, que ilustra, al mismo tiempo, sobre dos tipos de inadecuación en la elaboración de enumeraciones asociados a aquél: por un lado, el caso frecuente en el que los puntos suspensivos aparecen detrás de un solo elemento enumerado; por otro, el uso incorrecto de los signos de puntuación tras los puntos suspensivos: (2) Si no se puede utilizar un tipo estandard de dato, se ha de escoger un tipo (alfabético…,), que es la característica más importante del dato, pues los otros paneles de diálogo del formato, nos piden la información en función del tipo de dato. 2.3.3. Un tercer tipo de error recurrente se produce por la inconsistencia entre el número de ítems anunciado por el marco de enumeración y el número real de elementos que aparece finalmente consignado en el texto. Esta inexactitud resulta especialmente frecuente cuando cada uno de los elementos de los que se compone la lista es largo y complejo, tal y como muestra el ejemplo siguiente, en el que se advierte una incoherencia entre la marca catafórica “cinco modelos” y los modelos finalmente presentados, que son, como se ve, cuatro: 10 (3) A continuación se describen las claves de cinco modelos básicos y las sinergias que aportan a la gestión de compras. 1.1.1.1.Compras descentralizadas con coordinación voluntaria Cada unidad de negocio gestiona su función de compras de manera autónoma. […] 1.1.1.2.Compras coordinadas En este modelo, las unidades de compras reportan a los directores de unidad, pero […] 1.1.1.3.Compras centralizadas En esta aproximación un grupo central de compras gestiona todas las actividades de compra de la empresa […] 1.1.1.4.Compras lideradas en las unidades de negocio Los departamentos de compras son unidades de beneficio gestionadas profesionalmente y todos los aspectos de la compra estratégica son tenidos en cuenta. […] Un tipo especial de error por incoherencia entre la marcación enumerativa y el número de elementos finalmente listados se produce cuando la marcación es lingüística y, por tanto, basada en el uso de marcadores enumerativos, que presuponen una correlación. La inconsistencia reside en que, a pesar de que el marcador anuncia la apertura de una serie (es decir, de, por lo menos, dos elementos), en realidad, encontramos un solo elemento enumerado. Ése es el caso de, por ejemplo, en primer lugar o por un lado en series que se abren con estos elementos sin que les siga después ningún segundo miembro. Así, por ejemplo, el siguiente fragmento, elaborado por un consultor, contiene un párrafo que se inicia con el primer elemento de una serie enumerativa (un marcador de apertura de la serie): en primer lugar. Sin embargo, cuando se avanza en la lectura del texto, no se encuentra ningún segundo elemento de la serie, es decir, no se visualiza ni identifica ningún elemento marcado mediante algún procedimiento, no sólo de la misma serie correlativa (como sería el caso de en segundo lugar), sino tampoco mediante algún otro marcador perteneciente a otra correlación, como, por ejemplo, por otro lado; o bien a través de un aditivo como también o asimismo, o un sintagma o frase de significado conectivo, como “Un segundo aspecto… u “Otro aspecto que debe considerarse…”. Se frustran, pues, las expectativas del lector generadas por el valor catafórico y correlativo de en primer lugar y éste pierde la comprensión de la serie enumerativa. 11 En el mismo ejemplo de (4), mostramos los párrafos posteriores al que contiene el marcador de inicio (en primer lugar), pero no al completo, sino sólo su inicio, ya que nuestra intención es que se advierta la dificultad que tiene cualquier lector para identificar cuáles son los sucesivos elementos de la supuesta serie anunciada por el marco enumerativo “A continuación se mencionan cambios (...)”, contenido en el párrafo de introducción. Téngase en consideración, además, que cada párrafo que se ha seccionado para el ejemplo (4) tenía como promedio una extensión original de seis líneas. Tal densidad expositiva hubiera hecho especialmente recomendable la presencia de una marcación explícita de los elementos que componen la serie: (4) A continuación simplemente se mencionan cambios que ha traido consigo la Nueva Economía y que afectan en mayor o menor medida a la financiación y explotación de la innovación. En primer lugar , el desarrollo del capital riesgo ha jugado un papel fundamental en el propio desarrollo de la Nueva Economía. En los últimos años hasta llegar al año 2000 [...]. La convicción de que la creación de start-ups y spin-offs es la mejor manera de dar salida a iniciativas innovadoras ha hecho también que surjan iniciativas [...] Aunque no es del todo cierto, se puede hablar de un incipiente mercado de ideas, de tecnologías y de oportunidades de financiación, de cuya interacción se espera la puesta en marcha de más y mejores iniciativas que exploten los resultados de la actividad de I+D de empresas, universidades y centros de investigación. [...] Al desarrollo del mencionado mercado, imperfecto en cualquier caso, también contribuye que cada vez son más las empresas que quieren explotar las capacidades y know-how desarrollado en sus departamentos de I+D [...] El mismo fenómeno de “dilución” de la enumeración a partir de la señalización del primer elemento (aunque de menor alcance sintáctico y textual que el de (4)) se observa también en un fragmento como el siguiente, en el que se utiliza de manera incorrecta la serie enumerativa [tanto A como B]. (5) Las reuniones de coordinación son un importante primer paso en la búsqueda de coordinación y sinergias entre las unidades, siendo recomendable trabajar en launificación de códigos de referencias, familias de productos y proveedores para facilitar la negociación conjunta de acuerdos que se 12 traduzcan en una mejora de las condiciones de la compra tanto a nivel de gestión de pagos, existencias, flexibilidad de los pedidos y precios. ∅∅∅ ∅ En definitiva, la marcación enumerativa de carácter correlativo (es decir, discontinua) constituye a priori una útil guía para el proceso interpretativo del lector, pero suele ser fuente de inconsistencias, como se acaba de ver, cuando el escritor no activa suficientes mecanismos de autorregulación y revisión. 2.3.4. Un caso más complejo de incorrección en la elaboración de esta operación textual se produce cuando la enumeración debe reproducir una sucesión de pasos correlativos que el receptor tiene que realizar si desea llevar a cabo una determinada acción técnica; es decir, cuando la enumeración constituye una secuencia instructiva. En los textos instructivos es necesario que las fases sucesivas se enumeren mediante algún sistema ordenado que indique de modo no ambiguo cuál debe ser la secuencia correcta en la que deben llevarse a cabo las tareas,11 ya que las diferentes acciones han de seguir un orden cronológico para que pueda cumplirse con éxito la realización del proceso. Constituyen textos cuya estructura global se fragmenta en una serie de microacciones (Adam 1997:40). Eso no ocurre en fragmentos como el siguiente, en el que el marcador enumerativo en primer lugar no se halla después en correlación con otros numerales cardinales, sino que son cláusulas subordinadas temporales, finitas y no finitas, las que expresan la secuenciación de las fases. (6) Copiar la definición de una tabla de Público a pruebas Será necesario en primer lugar solicitar la ejecución de la cadena variable TAZZ1211 en la que es preciso entrar como parámetro el nombre de la tabla que se quiere migrar. El formato del parámetro es TAVnnn donde nnn es el número de la tabla. Una vez ejecutada correctamente la cadena se puede ejecutar la opción 1 de la herramienta. Es necesario informar el parámetro nombre de la tabla. Si la ejecución del Job que se submite es correcta la herramienta envía un SEND de TZA indicando que la definición de la tabla ya se encuentra disponible en el entorno de pruebas. 11 Véanse, entre otros, Silvestri (1999) y Reep (20024: 119-121). Puede consultarse igualmente Montesinos (2002). 13 Si se desea volver a volcar la definición de una tabla ya existente en el entorno de pruebas, primero hay que hacer la baja de la misma con la opción 2 de la herramienta. […]. Cuando ya está cargada la definición se puede proceder a rellenar de contenido la tabla bien mediante el Online de la aplicación TBB en el IMSMSST11 o bien con el mecanismo de carga Batch. Salta a la vista la dificultad que encuentra el lector para reorganizar cognitivamente el orden adecuado en el que debe ejecutar los diferentes pasos; pasos, que, por otro lado, tampoco sabe cuántos son, puesto que el texto no lo indica. Resulta claro que, en este caso, se imponía recurrir a una marcación gráfica de la secuencia, que permitiera al lector visualizar sin ambigüedad el número y orden de las acciones de que se compone el proceso. El autor de este texto muestra no tener más que una conciencia muy intuitiva, poco explícita, del género instruccional, ya que presenta la instrucción bajo un aspecto correspondiente más bien al género de la documentación. De hecho, la ausencia de un conocimiento genérico reflexivo constituye una característica extendida entre los profesionales que elaboran documentos técnicos.12 2.3.5. El fenómeno que analizamos en este apartado se refiere a una marcación deficiente de la enumeración fundamentada en una conceptualización errónea de esta operación. En concreto, el escritor parece no tener una idea exacta de cuál es, con precisión, el conjunto de datos que globalmente constituyen la serie enumerativa o de cuál es exactamente el tema general o idea organizadora de la serie. De hecho, los ingenieros de software productores de estos textos, en su experiencia de lectores cotidianos de textos técnicos (muy a menudo, elaborados por otros compañeros de la misma organización), están muy habituados a encontrar en los documentos una constante marcación gráfica correspondiente, en principio, a la aparición de un listado; por ejemplo: el uso de los dos puntos y aparte, la utilización de un párrafo diferenciado para cada ítem, el sangrado de los párrafos y utilización de un signo tipográfico ante cada párrafo de la sarta (topos, generalmente). 12 Sobre la importancia que reviste el conocimiento de los diferentes géneros comunicativos para el desarrollo de una buena competencia escrita, véase Berkenkotter y Huckin (1995). 14 Ahora bien, en realidad, diríase que algunos escritores técnicos no expertos identifican el aspecto visual de una página perteneciente a un documento técnico con el uso de signos de marcación en principio correspondientes a listas. Eso explica que no resulte extraño encontrar casos en los que la aparición de indicios gráficos de enumeración no coincide realmente con la presencia efectiva de algún tipo de serie, como ocurre en el ejemplo siguiente: (7) El fichero únicamente contendrá información pendiente de pago por el deudor. Además, en la información contenida en la RAB figurará necesariamente el POC del deudor, expresado según: • Entre los datos incluidos en el fichero central el RAB figurará el POC del deudor (sea persona física o persona jurídica) del documento • Al ser la entidad librada/domiciliataria la que incluye los datos en el RAB y tener ésta perfecto conocimiento del POC del deudor, este dato será aportado con total garantía por la misma • La validez del POC aportado se verificará por el Encargado de Tratamiento, de acuerdo con los criterios de validación del dígito de control del POC, rechazando aquellos registros individuales que no los cumplan. Cuando se lleva a cabo una lectura atenta del fragmento (7), se advierte que los tres puntos señalados no conforman ningún tipo de lista, en el sentido de que las diferentes informaciones contenidas en los tres párrafos no constituyen subaspectos de un tópico común. De hecho, los tres subcomentarios introducidos por los dos puntos no responde al tema que anuncia el marco enumerativo “la información (…) figurará necesariamente el POC del deudor, expresado según:”. De este modo, por ejemplo, el redactado contenido en el primer punto de la serie constituye, de hecho, una repetición de lo que se ha planteado ya en el párrafo introductorio previo. Igualmente, el segundo y tercer párrafos tratan cuestiones relacionadas con el POC pero, desde luego, en ningún momento especifican qué tipo de información sobre el POC ha de figurar en la utilidad informática. 3. Las funciones cognitivo-textuales de la enumeración 15 Se inicia aquí la segunda parte de este trabajo, dedicada a profundizar en las características de esta operación textual. Nos concentraremos primero en el análisis de los distintos procedimientos posibles de marcación de una enumeración y, posteriormente, se revisarán las utilidades de esta operación para conseguir que el lector lleve a cabo una comprensión eficaz. 3.1. Sobre la marcación Para que un receptor reconozca que se encuentra ante una lista, deben aparecer algunas pistas o indicios que así se lo señalen; esto es, ha de haber en el texto algún tipo de indicadores de enumeración. Los estudios actuales sobre estrategias textuales y discursivas expertas indican que las buenas producciones muestran de manera explícita y no ambigua el mecanismo textual que se está aplicando, con el objetivo de que, mediante la inserción de tales indicaciones, la tarea interpretativa del lectorresulte lo más cómoda y eficiente posible. De hecho, cada vez resulta más evidente que la metacognición desempeña un papel muy relevante en la escritura. Diversos especialistas han puesto de manifiesto que las dificultades y progresos en la escritura dependen, en gran medida, de la conciencia respecto de todas las suboperaciones que demanda de la tarea y, sobre todo, de la habilidad para utilizar mecanismos autorreguladores a lo largo del proceso, así como también reguladores en el sentido de tener siempre presente la instancia del lector. Téngase en cuenta, además, que las estrategias retóricas que utilizan los escritores se materializan a lo largo del texto, por lo que pueden especificarse fácilmente, mientras que las estrategias cognitivas que también utilizan los escritores son invisibles para el lector, por lo que éste sólo puede aproximarse a ellas cuando el escritor las explicita o las propicia por vía inferencial (cfr. García y Marbán 2001: 39 y ss.). Por todo ello resulta esperable que los lingüistas que trabajan asesorando la elaboración de textos profesionales expertos que se proponen ser de interpretación prístina se interesen por los procedimientos que ayudan al lector a identificar los itinerarios de la 16 lectura, y, por tanto, de la interpretación. Ése el caso de los marcadores enumerativos. Como se verá en los tres apartados siguientes, pretendemos demostrar que los indicadores de enumeración funcionan a modo de operadores de legibilidad,13 en el sentido de que guían14 el proceso de lectura del receptor y colaboran así en el propósito de que el receptor acceda cómodamente al contenido del discurso La enumeración puede aparecer señalada en un texto mediante tres tipos diferentes de procedimientos de marcación: (i) gráficos (ii) números y letras y (iii) lingüísticos. 3.2. Tipos de marcación 3.2.1. Marcación gráfica Éste es, sin duda, el tipo de marcación más frecuente en los textos técnicos, dado que entre las convenciones asociadas a este tipo de discurso se encuentra una superior libertad respecto de otros tipos de lenguaje para manejar mecanismos gráficos y visuales (fotos, dibujos, símbolos tipográficos, espacios en blanco, etc.). Así, en efecto, resulta habitual que los profesionales utilicen en la elaboración de sus listas marcas de carácter visual, como el uso de párrafos diferenciados y de signos tipográficos (guiones, puntos o topos, por ejemplo), como muestra el fragmento que sigue: (8) Las restricciones sintácticas de los descriptores (nombres) de dato están orientadas a optimizar el proceso de obtención de los nombres, manteniendo un máximo significado con un mínimo de símbolos, para facilitar su búsqueda posterior. Estas restricciones son las siguientes: ·El descriptor ha de ser lo más corto posible ·No ha de incorporar partículas del lenguaje (p.ej.: artículos, preposiciones, etc.). ·Sólo se utilizarán letras mayúsculas sin acentos y números. ·No se utilizarán abreviaturas ni nmemotécnicos excepto si pertenecen a la cultura de la empresa, o hubiese limitaciones de espacio. 13 Es ésta una idea que ya sugiere Adam (1987: 7). 14 No sorprende, pues, que Turco y Coltier (1988) señalen que su función es la de “guidage”. 17 ·A excepción de las clases estandarizadas, las otras partículas siempre se utilizarán en castellano. El análisis de los documentos revela que aun siendo cierto que la marcación gráfica contiene indudables ventajas para la percepción visual, no puede perderse de vista que su efectividad está sujeta a ciertas condiciones; en concreto, a un manejo experto del mecanismo. Por ejemplo, en el caso del uso de párrafos diferenciados para señalar, individualizándolo, cada ítem de la sarta, resulta necesario que, previamente a la marcación de la lista, el autor haya conceptualizado de manera adecuada los componentes de ésta y que, por tanto, cada párrafo diferenciado constituya, efectivamente, un aspecto de la lista, y no un mero comentario añadido. Esto es lo que ocurre en el ejemplo propuesto en (9), en el que el último punto de la lista constituye un comentario adicional, pero no una fase más del proceso. De hecho, considerado globalmente, el conjunto de puntos de (9) está en realidad formado por un cúmulo de aspectos dispersos que no se perciben como fases de un proceso, a pesar de lo que anuncia el título15: (9) Nuevo proceso por imputación de intereses El proceso será similar al de petición variable ya existente (PRSA556): • Proceso de las ERM mediante el programa PRBBB897, en el que no debe hacerse ninguna adaptación •Formato de fichero de entrada (WACH. VR898999) igual al tratado actualmente. Este fichero llegará desde CIO al TBOT via “XXCA76”. •Perioricidad y fecha de proceso: la cadena se planificará mensualmente el último día hábil del mes. •Catalogar ficheros de salida […]. •Generar aviso para SDRES con indicación de si se han producido incidencias. •Generar listado de control. •La contabilidad de estos movimientos no varía respecto de tratamiento que se hace actualamente para las DRET5 batch generadas en el proceso (PRSA556): 3.2.2. Marcación mediante números o letras de alfabeto 15 Como se ve, se trata de un nuevo ejemplo de una inadecuada conceptualización de la enumeración, tal como se describió en el epígrafe 2.3.5. 18 El segundo tipo de marcación más recurrente en los documentos técnicos analizados es el numérico cardinal, como ejemplifica el enunciado de (10): (10) Así pues hay tres tipos de tablas16: 1. Tablas agrupadas: son módulo link 2. Tablas no agrupadas: son módulos fetch 3. Tablas de acceso inmediato: Se encuentran dentro de la tabla DC1 Este ejemplo ilustra igualmente un fenómeno frecuente en las enumeraciones: la coexistencia de más de un tipo de señal indicadora de la presencia de una lista enumerativa. Así, en el ejemplo precedente encontramos cuatro marcaciones simultáneas de enumeración, pertenecientes a cuatro sistemas diferentes de mecanismos de listado: (i) la presencia de los dos puntos17 (señal catafórica de lista, de carácter tipográfico); (ii) el marco enumerativo “hay tres tipos de tablas” (indicio igualmente catafórico); (iii) la señalización gráfica mediante párrafos diferenciados y (iv) sangrados respecto del cuerpo del resto del texto; y, por último, (v) la serie ordenada de números 1, 2 y 3. Tal multiplicidad de indicadores de enumeración, lejos de constituir un defecto de estilo, resulta una estrategia recomendable para la elaboración de listas en los documentos técnicos, ya que garantiza que el lector interprete de manera nítida la presencia de la enumeración, la unidad semántica de ésta e, igualmente, el orden de la secuencia cuando se trata de un proceso. El ejemplo siguiente muestra el uso de una marcación también múltiple en la que intervenienen las letras del alfabeto: (11) Zona de trabajo 16 La cursiva es nuestra y responde al deseo de hacer notar a nuestro lector la conveniencia de utilizar un marco de enumeración para asegurar un procesamiento interpretativo eficaz por parte del receptor. 17 En ocasiones, al mecanismo predictivo de carácter catafórico indicador de una lista que constituyen los dos puntos se le suma el valor igualmente catafórico enumerativo aportado por un sintagma nominal en el que en la complementación aparece un adjetivo como siguientes, tal y como ocurre en en el enunciado “Concretamente, es necesario llevar a cabo las acciones siguientes:” 19 Todas las pantallas tendrán zona de trabajo. La zona de trabajo ocupa otras subzonas que existirán según el tipo de pantalla de que se trate: a. Subzona de Menú de selección de literales [… ]. b. Subzona de Campos de entrada y salida [… ]. c. Subzona de Acciones por lista de objetos [… ].Nótese que, a diferencia de la mera marcación gráfica (párrafos y signos tipográficos), cuando la marcación consiste, bien en el uso de números, bien en el uso de letras, la enumeración expresa un orden interno de prioridad, una prevalencia. Dado que ambos sistemas, numérico y alfabético, contienen una ordenación estandarizada, asumida por la comunidad de habla, el orden implícito que expresan letras y números permite al lector inferir bien un orden icónico de tipo cronológico (y así, la tarea señalada mediante “1” o “(a)”) será la que tenga que realizarse en primer lugar), bien un orden icónico de jerarquía interna (y, de este modo, el elemento introducido por los señalizadores anteriores podría ser interpretado como el más frecuente o el más importante). Por otro lado, nótese que, entre otros, los dos últimos ejemplos (10) y (11) son claros exponentes de enumeraciones puestas al servicio de la descripción. De hecho, el análisis de corpus demuestra que la descripción es una secuencia dominante en la mayor parte de textos informáticos. 18 Finalmente, la marcación mediante números puede realizarse también mediante números romanos (i, ii, iii, etc.). A pesar de que se trata de un sistema profusamente utilizado a lo largo de estas páginas (y es, en general, común en los artículos científicos), no ha aparecido en ninguno de los documentos analizados. 3.2.3. Marcación mediante marcadores del discurso Un caso especial, y el que más nos interesa en este trabajo, lo constituye la marcación mediante elementos lingüísticos; en concreto mediante los llamados ordenadores. 18 Además de adquirir conciencia sobre la existencia de los géneros y sus características, es importante que los profesionales conozcan los rasgos propios de los diferentes tipos de secuencias: enumeraciones de partes, enumeraciones de propiedades, y descripción de funciones y descripción de procesos (sobre la distinción entre estos dos tipos de descripción, véase Trimble 1985). 20 La denominación terminológica de estos elementos lingüísticos, cuya función es la de organizar la información, al señalar la presencia de una lista, es muy variada en las diferentes tradiciones lingüísticas. Así, por ejemplo, Turco y Coltier (1988) proponen, siguiendo a Auschlin (1981) la denominación Marqueurs d’Intégration Linéaire (MIL); Charolles (1988, 1992) y Adam y Revaz utilizan el término organisateurs. En la gramática del inglés, Quirk et al. (1972) los clasifican como enumerative conjuncts y, años más tarde, listing enumeratives (Quirk et al. 1985). En la descripción gramatical del español, encontramos denominaciones diversas pero que coinciden en señalar el carácter organizador y distribuidor de la información de estos elementos: organizadores de la materia discursiva (Fuentes 1996), ordenadores (Garcés 1996), estructuradores de la información (Portolés 1998) u organizadores de la información (Montolío 2001). Ahora bien, el análisis del corpus nos permite corroborar que, tal y como ya señalan Quirk et alii (1985: 634), este tipo de marcación discursiva es notablemente menos frecuente que las descritas en epígrafes anteriores en los textos de carácter técnico y, en realidad, resulta más productiva en la redacción de documentos profesionales de carácter más discursivo, como es el caso de los textos de consultoría.19 En general, los ordenadores son elementos lingüísticos de carácter aditivo, que habitualmente constituyen una señalización discontinua (en primer lugar…, en segundo lugar…, en X lugar…; por una parte… por otra…; de un lado… de otro, etc. –de ahí la denominación “pares correlativos” que sugiere Portolés (1998)--), por lo que el primer elemento reviste un neto carácter catafórico, ya que 19 En mi trabajo como asesora en comunicación de diversas empresas dedicadas a la Consultoría he podido observar una evolución, producida en muy breve tiempo, respecto del formato del género textual “informe de consultoría”. Así, de un género basado, formal y lingüísticamente, en el informe “clásico” en soporte de formato de texto (tipo Word), en el que, como el nombre del soporte indica, el elemento fundamental es la elaboración discursiva del texto y en el que, por tanto, los ordenadores tienen una presencia importante, se ha pasado a un formato PowerPoint impreso en papel, donde los elementos gráficos ocupan el lugar de honor y la textualización que los acompaña resulta ciertamente muy débil. Las implicaciones para el proceso comunicativo que supone la transformación de este género profesional, especialmente lo tocante a los procesos interpretativos del receptor constituirán, deseablemente, el tema de futuros trabajos. 21 funciona a modo de elemento predictivo20 de la serie distributiva. La definición que sigue procede de Garcés (1997: 296): “[Los ordenadores son] Una serie de elementos lingüísticos que señalan, por un lado, cómo se ha estructurado el discurso, mostrando la disposición que el emisor ha querido dar a las distintas partes que lo componen y, por otro, sirven para dar al interlocutor las indicaciones precisas sobre la estructuración del texto, sobre su articulación y sobre sus relaciones intratextuales, contribuyendo así a que el desarrollo de la comunicación esté asegurado.” A menudo, en correlación con este tipo de señalización discontinua, participan organizadores del discurso de inicio, como para empezar o ante todo; de cierre o conclusión, como finalmente o por último; y continuativos aditivos, como además o también. Un ejemplo de hibridación de sistemas de señalización, hibridación por otro lado nada extraña en español, lo encontramos en el enunciado (12) en el que al enumerativo ordinal primero le sigue el aditivo también: (12) La ventaja aportada por esta herramienta es doble. Primero, reducen la carga de trabajo cribando la información disponible, pero también tienen la capacidad de operar en continuo, informando a sus usuarios de cambios producidos o incluso reaccionando dinámicamente ante ellos. El ejemplo siguiente muestra el empleo habitual de una serie enumerativa basada en la utilización de secuencias conectivas formadas por piezas léxicas que etimológicamente significan ‘espacio’ o ‘lugar’, como es el caso de “parte” (de una parte... de otra parte) o de “lado” por/de un lado... por/de otro lado). Este valor locativo originario es todavía residual en el significado metafórico21 que tales elementos lingüísticos expresan en la actualidad en tanto que secuencias conectivas, ya que estos marcadores enumerativos 20 De ahí que Tadros (1994) los incluya en su trabajo sobre mecanismos predictivos del texto. También Santos destaca el carácter “anticipativo” de, en concreto, en primer lugar (2003: 436). 21 Sobre la metaforización del texto como tiempo o espacio que recorrer, y, por tanto, para entender la evolución metafórica de estos elementos desde los dominios objetivos del tiempo y el espacio a los valores metafóricos de tipo metadiscursivo que presentan en tanto que marcadores enumerativos, puede consultarse Fleischman (1991). 22 organizan la información, mostrando el “lugar” que ocupa un elemento en la estructura global del texto (Garcés 1996, 2000). Además de ordenar la materia discursiva, estos elementos enumerativos dividen o parcelan un tema más amplio en fragmentos más pequeños y, por tanto, más fácilmente interpretables (Montolío 2001), y, al mismo tiempo, indican también la agrupación de subaspectos temáticos que forman parte de un único comentario o tema (Portolés 1998, 1999). Estas dos funciones (parcelar y agrupar) también son realizadas por los elementos de marcación pertenecientes a los dos sistemas de señalización enumerativa analizados en los epígrafes anteriores (elementos gráficos y letras y números);sin embargo, no cabe duda de que los marcadores lingüísticos que se describen ahora explicitan dichas funciones de un modo más léxico y, por tanto, menos ambiguo. Los ordenadores constituyen el mecanismo más eficaz para eliminar la posible ambigüedad respecto de las relaciones que mantienen los formantes de una lista, ambigüedad que se produce con frecuencia cuando la serie constituye una sarta no jerarquizada. El ejemplo siguiente ilustra el uso del par correlativo de carácter distributivo por un lado... por otro. Nótese la utilización en el mismo fragmento de la variante conectiva por otro lado, que no funciona ya en correlación enumerativa, sino como conector aditivo de valor opositivo22 (ya que introduce un aspecto colateral, que no forma parte de la enumeración anunciada como compuesta de dos elementos): (13) Aunque las tecnologías disponibles para la comunicación son muy variadas, se recomienda especialmente que al menos se disponga de dos. Por un lado, algún tipo de tecnología que permita al equipo llevar a cabo videoconferencias, enviar mensajes electrónicos, mantener sesiones de chats, etc. Por el otro, también es aconsejable disponer de un espacio virtual donde los equipos pueden guardar los documentos que vayan a ser compartidos de manera constante [...] Por otro lado, los sistemas tradicionales de gestión de proyectos están adaptándose a la nueva realidad y en concreto a Internet, como las desarrolladas por Pacific Edge. 22 Valor señalado en varios estudios, como Garcés 1997:300; Martín Zorraquino y Portolés 1999:4088 y Montolío 2001: 150-51. 23 En otras ocasiones, la señalización de la lista tiene carácter retroactivo, pues sólo se marca explícitamente el último elemento de la serie mediante un marcador de tipo conclusivo, como en último lugar, por último o finalmente. Es precisamente esa señalización final la que permite al lector interpretar anafóricamente los datos precedentes como elementos coformantes de una lista única, tal como ocurre en el fragmento que sigue: (14) El nombre del grupo no tiene por qué ser el mismo que el de la include, registro o tabla. El nombre del grupo está diseñado para que sea un nombre en lenguaje natural (contrato, recibo, etc.), pues el nombre del objecto de software se le asocia cuando se genera el elemento físico. Además es posible generar desde un mismo grupo diferentes objetos que por definición de estándares han de tener codificación diferente. Por ejemplo, de un único grupo se pueden generar un registro, una include para tabla DB2 y una include PLI, que tienen codificación diferente. Finalmente el nombre del grupo es libre, por lo que si el responsable de la aplicación le quiere dar el nombre de include no hay ninguna norma que se lo impida. Cabe preguntarse por qué un autor decide marcar exclusivamente un único ítem de la lista, así como si, en consecuencia, dicho elemento no tendrá, debido precisamente a esa marcación ostensiva, un valor argumentativo particular, más fuerte que el del resto de ítems de la serie que no van acampañados de marcadores. De hecho, se ha sugerido (Garcés 1998: 112) que los ordenadores de cierre como es el caso de finalmente del ejemplo de (14), así como los ordenadores de inicio como para empezar o ante todo, cuando no funcionan en correlación con otros ordenadores del discurso, adquieren el valor de una partícula focal, es decir, de un elemento gramatical que destaca una información (el elemento al que acompaña) frente a otras alternativas posibles de una escala argumentativa (König 1991). Así, en el ejemplo anerior (14) es fácil interpretar el miembro del discurso que sigue al conclusivo finalmente como más importante que los previamente listados. Cuando menos, debido precisamente al hecho de estar precedida del marcador, la información señalizada por finalmente tiene más garantías de permanecer activa en la memoria de trabajo del lector. 24 De hecho, cabe extender este valor de activación de la memoria del lector, es decir, cierto carácter focal, a todos los organizadores de la información, ya que, al parcelar la información en fragmentos más pequeños y ordenados, los organizadores invitan a que el lector preste atención a cada elemento (cfr. Quirk et al. 1985: 632; Fuentes 1999: 66). En otras ocasiones, la hibridación de sistemas de marcación enumerativa sí produce cierta confusión en la interpretación. Éste el caso del ejemplo siguiente, en el que aparece un elemento a modo de colofón al final de la sarta propiamente dicha, introducido por un conector aditivo, además. Una lectura atenta del fragmento revela que la información introducida por además a modo de “añadido secundario” constituye, en realidad, una información relevante que afecta directamente a los dos subaspectos señalados (ya que tanto si el dato es numérico como si es alfabético se ha de definir la gestión de valores nulos): (15) La información a proporcionar para el formato interno sólo tiene sentido en dos tipos de dato: El tipo alfabético, para conocer si es de longitud fija o variable El tipo numérico, para conocer si estará empaquetado, desempaquetado, será binario corto, binario largo o si tendrá coma fija o flotante. En caso que sea desempaquetado se ha de indicar la máscara que tendrá en la representación interna. Además, se ha de definir también el tipo de gestión de valores nulos que se desea sobre este dato si se incorpora a una tabla DB2 o una tabla ORACLE para ACCES. En este último caso, también se ha de indicar en los casos numéricos si será fijo o flotante. 4. La importancia estructural de las enumeraciones. Funciones cognitivas Hasta aquí se ha llevado a cabo un análisis cuya finalidad es triple: por un lado, mostrar la importante recurrencia de este mecanismo en los documentos elaborados por profesionales de la ciencia y la tecnología; por otro, señalar los problemas interpretativos derivados de una escasa o ineficiente marcación; por último (y como consecuencia de lo 25 anterior), reivindicar la relevancia que reviste una correcta elaboración de las enumeraciones en los textos que pretenden ser nítidos y eficaces. En esta última parte del presente trabajo pretendemos sistematizar y estudiar con más detalle las funciones metatextuales y cognitivas de esta operación textual. Tal como se ha ido exponiendo en las páginas precedentes, los marcadores de enumeración permiten organizar los signos lingüísticos que constituyen un documento y convertir así posibles datos latos, desconexos y no dotados de un significado coherente y global, en información organizada y, por tanto, dotada de un sentido. En concreto, los ordenadores llevan a cabo cinco tipos de suboperaciones textualizadoras,23 que han ido mostrándose a los largo de los apartados previos: (a) indican la continuidad temática de los miembros que forman parte de la enumeración24; (b) presentan el conjunto de la secuencia enumerativa como un único tema y cada parte como un subaspecto de éste; (c) parcelan la información, permitiendo distribuir bancos de datos complejos en unidades informativas más pequeñas y, por tanto, más fácilmente interpretables25; (d) ordenan los elementos de la serie, ya que indican el lugar que ocupa un miembro concreto en el conjunto enumerativo (en primer lugar, segundo, (3), (d), etc.); (e) organizan la información de un texto, indicando cuál es la estructura de éste. (f) focalizan el elemento al que acompañan. 23 Formulado en unos u otros términos, los diferentes especialistas citados en el epígrafe 3.2.3. coinciden en señalar varias de estas funciones como propias de los marcadores de enumeración. De este modo, por ejemplo, Adam y Revaz (1989: 62) ya señalan que su función fundamental es convertir una sarta arbitraria en una lista ordenada, unitaria ycoherente:“[Ils sont] responsables de la mise en évidence de la progression du texte descriptif et de la hiérarchisation d’une séquence qui serait autrement platement linéaire et non ordonnée.” 24 Se trata de la operación que en otras tradiciones se ha denominado función de topic continuation. 25 Operación también denominada en otras tradiciones parsing o étiquetage. 26 El hecho de que los marcadores enumerativos lleven a cabo simultáneamente las suboperaciones textuales arriba reseñadas los convierte en unos relevantes operadores de legibilidad, ya que constituyen indicios que el escritor utiliza a fin de guiar la tarea interpretativa del lector; esto es, constituyen mecanismos de metarrepresentación (Wilson 2000). El valor metarrepresentativo de estos elementos conlleva importantes implicaciones cognitivas. Expondremos a continuación algunas de ellas: 4.1. Dado que los marcadores analizados indican de manera explícita (en ocasiones, como se ha visto, mediante procedimientos únicamente de percepción visual y no necesariamente por el proceso de lectura) cuál es el número de ítems enumerado, así como cuáles son los elementos que componen la serie; y considerando también que los organizadores de la información señalan cuál es la estructura del texto, es lógico concluir que todos ellos constituyen una ayuda para la visualización rápida (skimming) de la estructura del texto (López Samaniego 2005). Así, en este tipo de lectura rápida (“en diagonal”), el lector se propone obtener una idea sintética, abstracta y global (metarrepresentacional) del contenido del texto (frente al procedimiento de scanning o lectura atenta). Para llevarla a cabo, el lector se fija sobre todo en el aspecto del texto y en elementos de importancia gráfica como títulos, subtítulos, negritas o mayúsculas (Cassany, Luna y Sanz 1994); e igualmente resigue elementos estructuradores como los ordenadores el discurso o, en general, ciertos marcadores del discurso, especialmente cuando éstos aparecen colocados en posiciones visualmente prominentes, como en inicio de párrafo. 4.2. Estos marcadores ayudan igualmente en la aprehensión del sentido global del texto por parte del receptor, dado que está demostrado que cuanto más alta es la conexión estructural entre las partes de un discurso más posibilidades existen de que el lector capte su significado global. De este modo, de acuerdo con una perspectiva psicolingüística, en la fase de la interpretación en la que el receptor construye la red de 27 relaciones entre las diferentes partes del discurso, los fragmentos de red más fuertemente conectados entre sí refuerzan su presencia en la memoria del lector, mientras que los fragmentos más marginales se desactivan en la memoria26 (Kintch 1994:732). De acuerdo con este enfoque, los ordenadores del discurso, dado que relacionan algunos fragmentos del texto con un tema principal que ocupa una posición más alta en la macroestructura jerárquica del texto (el título, por ejemplo), contribuyen a que los subcomentarios que introducen queden fijados en la memoria el lector. 4.3. Se deduce directamente de lo expuesto en los dos epígrafes anteriores que estos mecanismos constituyen también una ayuda para la memorización del contenido del discurso (López Samaniego 2006). Los trabajos especializados admiten de manera general que la existencia de una organización, esto es, de algún tipo de estructura en la información que se transmite, ayuda a que el receptor retenga en la memoria dicha información. Dado que, de hecho, comprender significa encontrar una organización apropiada para un texto, cuantos más recursos haya en el texto para identificar su estructura y organización, más sencillo resultará la tarea de interpretación (cfr. van Dijk & Kintsch 1983:251). Tal como señala van Dijk: “Una proposición se reencuentra tanto más fácilmente en la memoria cuanto mayor sea su valor estructural” (1978: 207). 5. Conclusiones La enumeración es un mecanismo lingüístico cuyo uso competente incide de una manera decisiva en la mejora de la calidad y productividad de las tareas de elaboración de documentos técnicos y, en general, en los procesos de comunicación y gestión del conocimiento. 26 “The strongly interconnected parts of the network are strengthened, while isolated parts become deactivated” (Kintsch 1994: 732). 28 La secuencia de trabajo que se ha seguido en este estudio es la siguiente. En primer lugar, se han explorado, desde un punto de vista teórico y mediante el análisis de ejemplos concretos, las funciones principales de la enumeración (procesamiento secuencial de datos, visualización del conocimiento, estructuración de la información). En segundo lugar, se han analizado las patologías más frecuentes y relevantes en las enumeraciones elaboradas por los profesionales en sus documentos de trabajo. Y en tercer lugar, como resultado de estos análisis, se ha puesto en evidencia la necesidad de proponer un protocolo de asesoramiento para que los profesionales mejoren su capacidad de uso eficaz de las enumeraciones. Para finalizar este estudio, se han presentado una serie de recomendaciones de mejora encaminadas a la elaboración de textos profesionales más eficaces, basadas en el conocimiento de las funciones y en la explotación de las potencialidades constructivas y de interacción con el lector que ofrecen los marcadores discursivos de enumeración. 6. Referencias bibliográficas Adam, Jean-Michel 1987. Textualité et séquentialité. L’exemple de la description. Langue Française 74, 51-72. Adam, Jean-Michel / Revaz, Françoise 1989. Aspects de la structuration du texte descriptif: les marqueurs d’énumeration et de reformulation. Langue Française 81, 59-98. Adam, Jean-Michel 1997. Los textos: heterogeneidad y simplicidad. 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