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FORMACIÓN EN TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN ESCRITA DIRIGIDA A INGENIEROS DE INFORMÁTICA. EL CASO DE LA MARCACIÓN DE LA OPERACIÓN TEXTUAL DE LA ENUMERACIÓN1

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1
ESTRELLA MONTOLÍO DURÁN 
 
FORMACIÓN EN TÉCNICAS DE 
COMUNICACIÓN ESCRITA DIRIGIDA A 
INGENIEROS DE INFORMÁTICA. EL CASO 
DE LA MARCACIÓN DE LA OPERACIÓN 
TEXTUAL DE LA ENUMERACIÓN 1 
 
 
 
 
 
 
0. Objetivos 
 
 
Dos son los objetivos fundamentales de estas páginas: 
(i) Analizar el uso de un mecanismo lingüístico de gran 
productividad en la elaboración de documentos técnicos, y, en general, 
de gestión y de divulgación del conocimiento: la enumeración. 
(ii) Contribuir a la investigación en gramática y en lingüística 
general sobre este mecanismo textual de gran implicación cognitiva. 
Late también un tercer objetivo que podrá tan solo esbozarse en 
este trabajo, dado el límite de espacio, y que planteamos aquí de modo 
no sistemático en diferentes epígrafes para desarrollarlo con más 
detalle en futuros trabajos: 
(iii) Proponer pautas de uso para mejorar la elaboración de esta 
operación por parte de los profesionales. 
 
1 Un primer y más breve acercamiento a este tema constituyó la comunicación 
presentada en el ABC 7th European Convention (Business Communication: Making 
an Impact), celebrado en la Universidad de Copenhague (26-28 de mayo de 2005). 
Por otro lado, este trabajo se ha beneficiado de una ayuda de la DGICYT al proyecto 
HUM-2004-01453/FILO. 
 
 2
 
En correspondencia con los dos objetivos fundamentales arriba 
presentados, la estructura de este trabajo se organiza en dos partes. La 
primera, correspondiente a los apartados 1 y 2, está dedicada al 
análisis de las inadecuaciones más frecuentes (e importantes, debido a 
los problemas de interpretación que conllevan) que aparecen en las 
enumeraciones elaboradas por profesionales. 
En la segunda parte se ahondará en el estudio de esta operación 
textual en dos sentidos: por un lado, en el apartado 3, se analizarán las 
características de los diferentes procedimientos de marcación de una 
serie enumerativa. Por otro lado, en el apartado 4, se expondrá la 
importancia discursiva y cognitiva de las suboperaciones textuales que 
lleva a cabo el mecanismo textual de la enumeración, ya que permite 
que el receptor ponga en marcha estrategias decisivas para la 
interpretación. Por tanto, la exposición contenida en la segunda parte 
reviste también cierto carácter argumentativo, dado que se propone 
demostrar la relevancia de este mecanismo textual. 
 
 
 
1. Descripción de la situación comunicativa profesional 
analizada 
 
 
El análisis que presentamos en estas páginas se fundamenta en nuestra 
actividad de formación en técnicas de comunicación escrita para los 
ingenieros de software del Área Técnica de los Servicios Centrales de 
“la Caixa”,2 por lo que la práctica totalidad de los ejemplos aportados 
proceden de la documentación elaborada en dicha Área. 
El corpus básico lo componen 25 documentos, redactados tanto 
en castellano como en catalán, que constituyen, esencialmente, 
manuales de intrucciones, descripciones de herramientas informáticas 
 
2 Las características de la auditoría textual previa, así como del diseño, 
impartición, experiencia y evaluación de los cursos de formación en técnicas 
de comunicación escrita llevados a cabo en el Área Técnica de la citada 
entidad financiera se detallan en nuestro trabajo Montolío (en prensa a). 
 3
e informes de formulación de requisitos de los proyectos de software. 
El número de palabras que contiene asciende a cerca de 139.000. 
A pesar de la circunscripción de este estudio a un área 
profesional de carácter técnico y, en concreto, informático, lo cierto es 
que la mayor parte de las observaciones, análisis y propuestas que se 
plantean en estas páginas son igualmente aplicables tanto a los 
documentos técnicos, en general, como, más ampliamente, a los 
documentos de gestión y de divulgación del conocimiento. De hecho, 
a lo largo de nuestra actividad de asesoría en comunicación escrita 
dirigida a profesionales de empresas dedicadas a la Consultoría,3 he 
advertido que, en buena medida, en este ámbito profesional se 
producen fenómenos textuales semejantes en relación con la 
conceptualización, identificación y elaboración de las listas o 
enumeraciones por parte de los profesionales. Ésta es la razón por la 
que algunos ejemplos (en concreto, 3, 4 y 13) proceden de 
documentos elaborados por consultores.4 
El caso del departamento de informática de “la Caixa”5 
representa un ejemplo paradigmático del hecho indudable de que las 
habilidades comunicativas constituyen en la actualidad un 
conocimiento imprescindible en las organizaciones dedicadas a la 
tecnología. 
En efecto, una de las tareas esenciales de estos profesionales es 
la de redactar los requisitos de que constará el proyecto informático 
por ellos diseñado pero que será realizado por una empresa externa. 
Igualmente, estos técnicos han de elaborar, entre otros, los 
 
3 Sobre las reflexiones teóricas surgidas como resultado del trabajo realizado 
en formación de técnicas de escritura experta destinada a profesionales de la 
consultoría, véanse nuestros trabajos Montolío 2003 y en prensa (b). 
4 En los documentos elaborados por consultores, aparece de manera recurrente 
la enumeración al servicio de una operación y un “espacio” textual muy relevante: las 
conclusiones. A pesar de la gran importancia que reviste una elaboración correcta de 
las conclusiones dada su relevancia en lo que podríamos llamar la “topografia 
comunicativa” de un documento, no podemos dedicar ahora nuestra atención a este 
fenómeno concreto. 
5 “La Caixa” es la primera institución financiera de Cataluña, la primera Caja 
de Ahorros española y la tercera entidad bancaria de España. Esta entidad 
cuenta con el que es, probablemente, el equipo de desarrollo informático 
más innovador y potente del sector bancario español. 
 
 4
documentos explicativos que permitan a los usuarios de la entidad 
utilizar las herramientas informáticas de la manera más eficiente 
posible. En suma, buena parte del quehacer profesional de estos 
ingenieros de software consiste, como se ve, en elaborar documentos 
técnicos, bien sea de carácter expositivo, bien sea de carácter 
instructivo. En ambos casos, se trata de documentos de alto valor 
perlocutivo, o, formulado de modo menos terminológico, son textos 
con un importante valor económico, ya que cada inadecuación o error 
en la formulación discursiva que implique una interpretación costosa o 
ambigua por parte de los receptores comporta importantes pérdidas 
económicas, pérdidas que si bien hasta el momento no han sido 
cuantificadas con detalle, son perfectamente percibidas tanto por los 
propios técnicos como por la dirección de la entidad. 
 
 
 
2. Identificación de las patologías más frecuentes y 
relevantes en las enumeraciones elaboradas por los 
profesionales 
2.1. Técnicos y documentos 
 
El trabajo de auditoría textual previo al asesoramiento a los 
profesionales informáticos mostró que un importante porcentaje de los 
documentos analizados presentaba de manera recurrente una 
operación textual rara vez estudiada de modo exhaustivo por la 
ingente bibliografía especializada en los mecanismos de 
textualización: la enumeración. 
En efecto, a pesar de la sorprendente omisión de su tratamiento 
en los trabajos especializados (especialmente, a la vista de su elevado 
índice de frecuencia de aparición), el estudio de los documentos revela 
que la elaboración de listas, a veces de tipo simple y sintético, pero, a 
menudo, también de carácter complejo, constituye una operación 
textual recurrente en los textos técnicos. 
A la hora de presentar a los profesionales propuestas y 
recomendaciones de mejora para elaborar con éxito sus textos, hemos 
utilizado una metáfora holística que ayuda a que el profesional 
interiorice de manera globalizadora los diferentes mecanismos 
 5
característicos de la escrituraexperta que se le van presentado. Tal 
metáfora (“el escritor como diseñador de un itinerario de lectura”) 
hace referencia a la necesidad de que el escritor experto señale 
mediante indicios lingüísticos nítidos, por un lado, cuál es la 
estructura del texto y en qué punto del documento está ubicado el 
lector en cada momento; así como, por otro, cuáles son las diferentes 
operaciones textuales que está llevando a cabo (de diferente carácter y 
nivel, como ejemplificación, reformulación, resumen, focalización de 
la información, cierre, etc.). La necesidad de señalización alcanza 
también a los mecanismos argumentativos (presentar consecuencias, 
argumentos, contraargumentos, grados de fuerza argumentativa, etc.). 
La utilización de tal “metametáfora” permite que los técnicos: 
(a) aprehendan fácilmente la relevancia de los mecanismos textuales 
y, en concreto, la importancia de la enumeración; (b) adviertan la 
capacidad que presentan tales mecanismos de textualización de incidir 
en un procesamiento cognitivo eficiente de la información por parte 
del lector; (c) asuman, en consecuencia, la necesidad de señalizar 
todos estos mecanismos de un modo claro; así como que, finalmente, 
(d) lleven a cabo dicha señalización de manera competente. 
 
 
2.2 La enumeración. Introducción. 
 
La operación textual de la enumeración permite realizar diferentes 
suboperaciones discursivo-cognitivas, como, fundamentalmente: (i) 
parcelar datos; (ii) agruparlos bajo un tema global; y (iii) visualizar los 
aspectos, fases o elementos enumerados. Formulado de manera más 
sintética, una enumeración eficiente permite (iv) estructurar la 
información. 
Organizar los datos mediante una serie enumerativa ayuda a que 
el lector aprehenda la información interpretándola como un todo 
coherente. Por tanto, las enumeraciones consistentes permiten que el 
receptor perciba lo que podría parecer un confuso magma de datos 
inconexos (en caso de no estar organizado en forma de lista) en 
información (esto es, en datos informativos con sentido).6 
 
6 Sobre la diferencia entre los conceptos de datos (no estructurados, no dotados de 
significación) e información (conjunto de datos organizados, dotados de una 
 6
 
 
2.3. Tipos más frecuentes de elaboración deficiente de 
enumeraciones: 
 
El análisis de los textos que conforman el corpus muestra que las 
inadecuaciones más comunes en la elaboración de enumeraciones que 
provocan equívocos en la interpretación del lector son las cinco 
siguientes: 
 
2.3.1. En primer lugar, analizaremos el fenómeno de la indefinición y 
ambigüedad en la indicación del número de los elementos de que se 
compone la lista. Esta imprecisión viene determinada generalmente 
por la utilización de determinantes nominales inespecíficos (como 
ciertos, determinados, algunos o diferentes), en lugar de una cifra 
concreta que funcione a modo “marco de enumeración” que pueda 
ayudar al lector a interpretar más fácilmente el número de fases o 
aspectos de los que se compone la exposición o el procedimiento. La 
conveniencia de indicar de manera explícita el número exacto de 
aspectos o etapas resulta especialmente crítico en los textos 
instruccionales, en los que tanto la omisión de una de las fases como 
su realización en un orden inadecuado imposibilita llevar a cabo la 
tarea de manera exitosa. 
Así, por ejemplo, en el fragmento que sigue, la utilización del 
determinante adjetivo de significado inespecífico diferentes no 
permite que el lector pueda prever el número posible de tipos de datos 
que se están manejando en la instrucción. Tal ambigüedad provoca en 
el receptor cierta inseguridad interpretativa, dado que nuestra 
experiencia de lectores nos ha habituado a interpretar significados ya 
previstos por las señales contenidas en el propio texto a modo de 
indicaciones catafóricas que guían las expectativas de lectura. 
 
 
estructura; los datos se convierten en información cuando el que los crea les agrega 
significado), puede consultarse Davenport & Prusak (2001). 
 7
(1) Se han definido diferentes7 tipos de datos para el código de la moneda 
estándar. Para aplicaciones que sólo van a gestionar pesetas y euros, es 
CÓDIGO-MONEDA-EURO-PESETAS y está definido con tres caracteres del 
alfabeto. 
Las aplicaciones multidivisa que ahora no pueden introducir el código de la 
divisa están definidas con CÓDIGO-DIVISA-EPO. Para representación 
externa está definido con cinco posiciones alfanuméricas para permitir la 
introducción del código de divisa de la entidad con dígitos, además del código 
EPO para las aplicaciones de multidivisa que en la actualidad permitan 
introducir el código de Divisa de la entidad, que están definidas por 
CÓDIGO-DIVISA-EPO-ENTIDAD, y con tres caracteres alfabéticos (código 
EPO) como estándar de almacenamiento.8 
 
Adviértase igualmente que la vaguedad semántica del determinante 
siguientes se combina con una omisión de marcas gráficas o de algún 
otro tipo que indiquen la presencia de una enumeración. Todo ello sin 
duda dificulta que el lector obtenga una comprensión rápida del texto. 
De hecho, en el proceso de formación que llevamos cabo con 
estos profesionales, a menudo les solicitamos que, reunidos en 
equipos de dos o tres, rehagan documentos elaborados en el Área 
Técnica a fin de que resulten más fácilmente comprensibles para el 
lector. A continuación, presentamos la reformulación del fragmento de 
(1) llevada cabo por los propios técnicos una vez han reflexionado de 
manera consciente sobre los mecanismos de textualización y sobre 
cuáles son los beneficios para la interpretación del uso de marcaciones 
nítidas: 
 
(1bis) ¿Cuál es el código de moneda estándar? 
Se han definido tres tipos de datos que sean estándares de código de moneda 
para el Euro. 
Para que un dato sea código de moneda estándar ha de tener asignado uno de 
los tres tipos siguientes: 
 
7 La negrita que aparece el ejemplo, al igual que ocurre en los ejemplos 
sucesivos, es nuestra y responde al deseo de mostrar de manera ostensiva el fenómeno 
que se está analizando. 
8 Los ejemplos se aportan sin modificaciones en su redactado. En cambio, sí se ha 
manipulado deliberadamente la denominación de buena parte de las utilidades 
informáticas mencionadas (del tipo XCTR334), con el propósito de mantener opaca 
cierta información. Por otro lado, cuando el ejemplo procede de un documento 
originariamente redactado en catalán, soy la responsable de su traducción al español. 
 8
1. CÓDIGO-MONEDA-EURO-PESETAS. Es el tipo de dato a usar por las 
aplicaciones que solo van a gestionar pesetas y Euros. Está definido con tres 
caracteres alfabéticos (código EPO) que es el estándar de almacenamiento. 
2. CÓDIGO-DIVISA-EPO. Es el tipo de dato a usar por las aplicaciones 
multidivisa que en la actualidad no permitan introducir el código de Divisa. 
Está definido con tres caracteres alfabéticos (código EPO) que tanto el 
estándar de presentación externa como el estándar de almacenamiento. 
3. CÓDIGO-DIVISA-EPO-ENTIDAD. Es el tipo de dato a usar por las 
aplicaciones multidivisa que en la actualidad permitan introducir el código 
de Divisa de la entidad. Está definido con tres caracteres alfabéticos (código 
EPO) como estándar de almacenamiento, si bien para representacion externa 
está definido con cinco posiciones alfanuméricas para permitir la 
introducción del código de divisa de la entidad con dígitos, además del 
código EPO. 
 
Salta a la vista que esta versión resulta mucho más legible. Además 
del uso simultáneo de sistemas diferentes para señalar la enumeración, 
que se tratarán en el epígrafe 3.2.2., querríamos ahora destacar de la 
versión (1bis) la presencia de tres mecanismos de carácter catafórico 
que, debido a su alto valor predictivo, 9 constituyen inestimables guíaspara el proceso interpretativo del lector, ya que crean un horizonte de 
expectativas en el proceso interpretativo. 
Estos tres mecanismos son: (i) la aparición de un título (en 
negrita), que ayuda al lector a ubicar el ámbito general en el que se 
inscribe la enumeración posterior (y que constituye la cima jerárquica 
de la macroestructura). (ii) La explicitación del objetivo o meta de la 
enumeración (que aparece en el segundo párrafo: “Para que…”, a 
modo de introducción). (iii) La inserción de lo que hemos dado en 
llamar “marco de enumeración” (“tres tipos de dato”), es decir, un 
tipo de expresión que anuncia el tema general de la enumeración10 y 
que deseablemente ha de contener, como aquí, una cifra que indique 
de manera transparente el número exacto de ítems que compone el 
conjunto. Como se ve, el dominio de los mecanismos lingüísticos de 
carácter predictivo que anuncian significados textuales que irá 
 
9 De ahí que Renkema sugiera para un amplio conjunto de mecanismos catafóricos 
como los que se analizan aquí la denominación “organizador adelantado” (advanced 
organizer) (2004: 95). 
10 También llamada “idea central” o “idea organizadora”. Vid. Serafini (1992: 131-
172) y Garachana y Montolío (2000: 83-87). 
 9
ratificando el lector a lo largo del proceso de lectura constituye uno de 
las habilidades que identifica a un escritor experto. 
 
2.3.2. Un segundo tipo de inadecuación frecuente en la elaboración de 
enumeraciones en ámbitos profesionales coincide con el anterior en el 
hecho de que la inadecuación reside en la característica semántica de 
la vaguedad. 
En este caso, se trata de la utilización de puntos suspensivos 
para mostrar que el repertorio no está cerrado, en lugar de indicadores 
más precisos de composición o cierre de la lista, como, en primer 
lugar, la ampliación de la sarta incompleta a un mínimo de tres ítems; 
o, también, la utilización de otras secuencias indicadoras de “marca 
incompleta” pero que aportan algún tipo de información adicional 
sobre los elementos que sí son mencionados de manera explícita. Ése 
es el caso de expresiones tales como “en concreto”, 
“fundamentalmente”o “entre otros”. 
Véase a continuación un ejemplo de este fenómeno, que ilustra, 
al mismo tiempo, sobre dos tipos de inadecuación en la elaboración de 
enumeraciones asociados a aquél: por un lado, el caso frecuente en el 
que los puntos suspensivos aparecen detrás de un solo elemento 
enumerado; por otro, el uso incorrecto de los signos de puntuación tras 
los puntos suspensivos: 
 
(2) Si no se puede utilizar un tipo estandard de dato, se ha de escoger un tipo 
(alfabético…,), que es la característica más importante del dato, pues los otros 
paneles de diálogo del formato, nos piden la información en función del tipo 
de dato. 
 
2.3.3. Un tercer tipo de error recurrente se produce por la 
inconsistencia entre el número de ítems anunciado por el marco de 
enumeración y el número real de elementos que aparece finalmente 
consignado en el texto. Esta inexactitud resulta especialmente 
frecuente cuando cada uno de los elementos de los que se compone la 
lista es largo y complejo, tal y como muestra el ejemplo siguiente, en 
el que se advierte una incoherencia entre la marca catafórica “cinco 
modelos” y los modelos finalmente presentados, que son, como se ve, 
cuatro: 
 
 10
(3) A continuación se describen las claves de cinco modelos básicos y las 
sinergias que aportan a la gestión de compras. 
1.1.1.1.Compras descentralizadas con coordinación voluntaria 
Cada unidad de negocio gestiona su función de compras de manera autónoma. 
[…] 
1.1.1.2.Compras coordinadas 
En este modelo, las unidades de compras reportan a los directores de unidad, 
pero […] 
1.1.1.3.Compras centralizadas 
En esta aproximación un grupo central de compras gestiona todas las 
actividades de compra de la empresa […] 
1.1.1.4.Compras lideradas en las unidades de negocio 
Los departamentos de compras son unidades de beneficio gestionadas 
profesionalmente y todos los aspectos de la compra estratégica son tenidos en 
cuenta. […] 
 
Un tipo especial de error por incoherencia entre la marcación 
enumerativa y el número de elementos finalmente listados se produce 
cuando la marcación es lingüística y, por tanto, basada en el uso de 
marcadores enumerativos, que presuponen una correlación. La 
inconsistencia reside en que, a pesar de que el marcador anuncia la 
apertura de una serie (es decir, de, por lo menos, dos elementos), en 
realidad, encontramos un solo elemento enumerado. Ése es el caso de, 
por ejemplo, en primer lugar o por un lado en series que se abren con 
estos elementos sin que les siga después ningún segundo miembro. 
Así, por ejemplo, el siguiente fragmento, elaborado por un 
consultor, contiene un párrafo que se inicia con el primer elemento de 
una serie enumerativa (un marcador de apertura de la serie): en primer 
lugar. Sin embargo, cuando se avanza en la lectura del texto, no se 
encuentra ningún segundo elemento de la serie, es decir, no se 
visualiza ni identifica ningún elemento marcado mediante algún 
procedimiento, no sólo de la misma serie correlativa (como sería el 
caso de en segundo lugar), sino tampoco mediante algún otro 
marcador perteneciente a otra correlación, como, por ejemplo, por 
otro lado; o bien a través de un aditivo como también o asimismo, o 
un sintagma o frase de significado conectivo, como “Un segundo 
aspecto… u “Otro aspecto que debe considerarse…”. Se frustran, 
pues, las expectativas del lector generadas por el valor catafórico y 
correlativo de en primer lugar y éste pierde la comprensión de la serie 
enumerativa. 
 11
En el mismo ejemplo de (4), mostramos los párrafos posteriores 
al que contiene el marcador de inicio (en primer lugar), pero no al 
completo, sino sólo su inicio, ya que nuestra intención es que se 
advierta la dificultad que tiene cualquier lector para identificar cuáles 
son los sucesivos elementos de la supuesta serie anunciada por el 
marco enumerativo “A continuación se mencionan cambios (...)”, 
contenido en el párrafo de introducción. Téngase en consideración, 
además, que cada párrafo que se ha seccionado para el ejemplo (4) 
tenía como promedio una extensión original de seis líneas. Tal 
densidad expositiva hubiera hecho especialmente recomendable la 
presencia de una marcación explícita de los elementos que componen 
la serie: 
 
(4) A continuación simplemente se mencionan cambios que ha traido consigo la 
Nueva Economía y que afectan en mayor o menor medida a la financiación y 
explotación de la innovación. 
En primer lugar , el desarrollo del capital riesgo ha jugado un papel 
fundamental en el propio desarrollo de la Nueva Economía. En los últimos 
años hasta llegar al año 2000 [...]. 
La convicción de que la creación de start-ups y spin-offs es la mejor 
manera de dar salida a iniciativas innovadoras ha hecho también que surjan 
iniciativas [...] 
Aunque no es del todo cierto, se puede hablar de un incipiente 
mercado de ideas, de tecnologías y de oportunidades de financiación, de cuya 
interacción se espera la puesta en marcha de más y mejores iniciativas que 
exploten los resultados de la actividad de I+D de empresas, universidades y 
centros de investigación. [...] 
Al desarrollo del mencionado mercado, imperfecto en cualquier caso, 
también contribuye que cada vez son más las empresas que quieren explotar 
las capacidades y know-how desarrollado en sus departamentos de I+D [...] 
 
 
El mismo fenómeno de “dilución” de la enumeración a partir de la 
señalización del primer elemento (aunque de menor alcance sintáctico 
y textual que el de (4)) se observa también en un fragmento como el 
siguiente, en el que se utiliza de manera incorrecta la serie 
enumerativa [tanto A como B]. 
 
(5) Las reuniones de coordinación son un importante primer paso en la búsqueda 
de coordinación y sinergias entre las unidades, siendo recomendable trabajar 
en launificación de códigos de referencias, familias de productos y 
proveedores para facilitar la negociación conjunta de acuerdos que se 
 12
traduzcan en una mejora de las condiciones de la compra tanto a nivel de 
gestión de pagos, existencias, flexibilidad de los pedidos y precios. ∅∅∅ ∅ 
 
En definitiva, la marcación enumerativa de carácter correlativo (es 
decir, discontinua) constituye a priori una útil guía para el proceso 
interpretativo del lector, pero suele ser fuente de inconsistencias, 
como se acaba de ver, cuando el escritor no activa suficientes 
mecanismos de autorregulación y revisión. 
 
2.3.4. Un caso más complejo de incorrección en la elaboración de esta 
operación textual se produce cuando la enumeración debe reproducir 
una sucesión de pasos correlativos que el receptor tiene que realizar si 
desea llevar a cabo una determinada acción técnica; es decir, cuando 
la enumeración constituye una secuencia instructiva. En los textos 
instructivos es necesario que las fases sucesivas se enumeren mediante 
algún sistema ordenado que indique de modo no ambiguo cuál debe 
ser la secuencia correcta en la que deben llevarse a cabo las tareas,11 
ya que las diferentes acciones han de seguir un orden cronológico para 
que pueda cumplirse con éxito la realización del proceso. Constituyen 
textos cuya estructura global se fragmenta en una serie de 
microacciones (Adam 1997:40). 
Eso no ocurre en fragmentos como el siguiente, en el que el 
marcador enumerativo en primer lugar no se halla después en 
correlación con otros numerales cardinales, sino que son cláusulas 
subordinadas temporales, finitas y no finitas, las que expresan la 
secuenciación de las fases. 
 
(6) Copiar la definición de una tabla de Público a pruebas 
Será necesario en primer lugar solicitar la ejecución de la cadena variable 
TAZZ1211 en la que es preciso entrar como parámetro el nombre de la tabla 
que se quiere migrar. El formato del parámetro es TAVnnn donde nnn es el 
número de la tabla. Una vez ejecutada correctamente la cadena se puede 
ejecutar la opción 1 de la herramienta. Es necesario informar el parámetro 
nombre de la tabla. Si la ejecución del Job que se submite es correcta la 
herramienta envía un SEND de TZA indicando que la definición de la tabla ya 
se encuentra disponible en el entorno de pruebas. 
 
11 Véanse, entre otros, Silvestri (1999) y Reep (20024: 119-121). Puede 
consultarse igualmente Montesinos (2002). 
 13
Si se desea volver a volcar la definición de una tabla ya existente en el entorno 
de pruebas, primero hay que hacer la baja de la misma con la opción 2 de la 
herramienta. […]. Cuando ya está cargada la definición se puede proceder a 
rellenar de contenido la tabla bien mediante el Online de la aplicación TBB en 
el IMSMSST11 o bien con el mecanismo de carga Batch. 
 
Salta a la vista la dificultad que encuentra el lector para reorganizar 
cognitivamente el orden adecuado en el que debe ejecutar los 
diferentes pasos; pasos, que, por otro lado, tampoco sabe cuántos son, 
puesto que el texto no lo indica. Resulta claro que, en este caso, se 
imponía recurrir a una marcación gráfica de la secuencia, que 
permitiera al lector visualizar sin ambigüedad el número y orden de 
las acciones de que se compone el proceso. El autor de este texto 
muestra no tener más que una conciencia muy intuitiva, poco 
explícita, del género instruccional, ya que presenta la instrucción bajo 
un aspecto correspondiente más bien al género de la documentación. 
De hecho, la ausencia de un conocimiento genérico reflexivo 
constituye una característica extendida entre los profesionales que 
elaboran documentos técnicos.12 
 
 2.3.5. El fenómeno que analizamos en este apartado se refiere a una 
marcación deficiente de la enumeración fundamentada en una 
conceptualización errónea de esta operación. En concreto, el escritor 
parece no tener una idea exacta de cuál es, con precisión, el conjunto 
de datos que globalmente constituyen la serie enumerativa o de cuál es 
exactamente el tema general o idea organizadora de la serie. 
De hecho, los ingenieros de software productores de estos 
textos, en su experiencia de lectores cotidianos de textos técnicos 
(muy a menudo, elaborados por otros compañeros de la misma 
organización), están muy habituados a encontrar en los documentos 
una constante marcación gráfica correspondiente, en principio, a la 
aparición de un listado; por ejemplo: el uso de los dos puntos y aparte, 
la utilización de un párrafo diferenciado para cada ítem, el sangrado 
de los párrafos y utilización de un signo tipográfico ante cada párrafo 
de la sarta (topos, generalmente). 
 
12 Sobre la importancia que reviste el conocimiento de los diferentes géneros 
comunicativos para el desarrollo de una buena competencia escrita, véase 
Berkenkotter y Huckin (1995). 
 14
Ahora bien, en realidad, diríase que algunos escritores técnicos 
no expertos identifican el aspecto visual de una página perteneciente a 
un documento técnico con el uso de signos de marcación en principio 
correspondientes a listas. Eso explica que no resulte extraño encontrar 
casos en los que la aparición de indicios gráficos de enumeración no 
coincide realmente con la presencia efectiva de algún tipo de serie, 
como ocurre en el ejemplo siguiente: 
 
(7) El fichero únicamente contendrá información pendiente de pago por el 
deudor. Además, en la información contenida en la RAB figurará 
necesariamente el POC del deudor, expresado según: 
• Entre los datos incluidos en el fichero central el RAB figurará el POC 
del deudor (sea persona física o persona jurídica) del documento 
• Al ser la entidad librada/domiciliataria la que incluye los datos en el 
RAB y tener ésta perfecto conocimiento del POC del deudor, este dato 
será aportado con total garantía por la misma 
• La validez del POC aportado se verificará por el Encargado de 
Tratamiento, de acuerdo con los criterios de validación del dígito de 
control del POC, rechazando aquellos registros individuales que no los 
cumplan. 
 
Cuando se lleva a cabo una lectura atenta del fragmento (7), se 
advierte que los tres puntos señalados no conforman ningún tipo de 
lista, en el sentido de que las diferentes informaciones contenidas en 
los tres párrafos no constituyen subaspectos de un tópico común. De 
hecho, los tres subcomentarios introducidos por los dos puntos no 
responde al tema que anuncia el marco enumerativo “la información 
(…) figurará necesariamente el POC del deudor, expresado según:”. 
De este modo, por ejemplo, el redactado contenido en el primer punto 
de la serie constituye, de hecho, una repetición de lo que se ha 
planteado ya en el párrafo introductorio previo. Igualmente, el 
segundo y tercer párrafos tratan cuestiones relacionadas con el POC 
pero, desde luego, en ningún momento especifican qué tipo de 
información sobre el POC ha de figurar en la utilidad informática. 
 
 
 
3. Las funciones cognitivo-textuales de la enumeración 
 
 15
 
Se inicia aquí la segunda parte de este trabajo, dedicada a profundizar 
en las características de esta operación textual. Nos concentraremos 
primero en el análisis de los distintos procedimientos posibles de 
marcación de una enumeración y, posteriormente, se revisarán las 
utilidades de esta operación para conseguir que el lector lleve a cabo 
una comprensión eficaz. 
 
 
3.1. Sobre la marcación 
 
Para que un receptor reconozca que se encuentra ante una lista, deben 
aparecer algunas pistas o indicios que así se lo señalen; esto es, ha de 
haber en el texto algún tipo de indicadores de enumeración. Los 
estudios actuales sobre estrategias textuales y discursivas expertas 
indican que las buenas producciones muestran de manera explícita y 
no ambigua el mecanismo textual que se está aplicando, con el 
objetivo de que, mediante la inserción de tales indicaciones, la tarea 
interpretativa del lectorresulte lo más cómoda y eficiente posible. 
De hecho, cada vez resulta más evidente que la metacognición 
desempeña un papel muy relevante en la escritura. Diversos 
especialistas han puesto de manifiesto que las dificultades y progresos 
en la escritura dependen, en gran medida, de la conciencia respecto de 
todas las suboperaciones que demanda de la tarea y, sobre todo, de la 
habilidad para utilizar mecanismos autorreguladores a lo largo del 
proceso, así como también reguladores en el sentido de tener siempre 
presente la instancia del lector. Téngase en cuenta, además, que las 
estrategias retóricas que utilizan los escritores se materializan a lo 
largo del texto, por lo que pueden especificarse fácilmente, mientras 
que las estrategias cognitivas que también utilizan los escritores son 
invisibles para el lector, por lo que éste sólo puede aproximarse a ellas 
cuando el escritor las explicita o las propicia por vía inferencial (cfr. 
García y Marbán 2001: 39 y ss.). 
Por todo ello resulta esperable que los lingüistas que trabajan 
asesorando la elaboración de textos profesionales expertos que se 
proponen ser de interpretación prístina se interesen por los 
procedimientos que ayudan al lector a identificar los itinerarios de la 
 16
lectura, y, por tanto, de la interpretación. Ése el caso de los 
marcadores enumerativos. 
Como se verá en los tres apartados siguientes, pretendemos 
demostrar que los indicadores de enumeración funcionan a modo de 
operadores de legibilidad,13 en el sentido de que guían14 el proceso de 
lectura del receptor y colaboran así en el propósito de que el receptor 
acceda cómodamente al contenido del discurso 
La enumeración puede aparecer señalada en un texto mediante 
tres tipos diferentes de procedimientos de marcación: (i) gráficos (ii) 
números y letras y (iii) lingüísticos. 
 
 
3.2. Tipos de marcación 
3.2.1. Marcación gráfica 
Éste es, sin duda, el tipo de marcación más frecuente en los textos 
técnicos, dado que entre las convenciones asociadas a este tipo de 
discurso se encuentra una superior libertad respecto de otros tipos de 
lenguaje para manejar mecanismos gráficos y visuales (fotos, dibujos, 
símbolos tipográficos, espacios en blanco, etc.). Así, en efecto, resulta 
habitual que los profesionales utilicen en la elaboración de sus listas 
marcas de carácter visual, como el uso de párrafos diferenciados y de 
signos tipográficos (guiones, puntos o topos, por ejemplo), como 
muestra el fragmento que sigue: 
 
(8) Las restricciones sintácticas de los descriptores (nombres) de dato están 
orientadas a optimizar el proceso de obtención de los nombres, manteniendo 
un máximo significado con un mínimo de símbolos, para facilitar su búsqueda 
posterior. 
Estas restricciones son las siguientes: 
·El descriptor ha de ser lo más corto posible 
·No ha de incorporar partículas del lenguaje (p.ej.: artículos, 
preposiciones, etc.). 
·Sólo se utilizarán letras mayúsculas sin acentos y números. 
·No se utilizarán abreviaturas ni nmemotécnicos excepto si pertenecen 
a la cultura de la empresa, o hubiese limitaciones de espacio. 
 
13 Es ésta una idea que ya sugiere Adam (1987: 7). 
14 No sorprende, pues, que Turco y Coltier (1988) señalen que su función es la de 
“guidage”. 
 17
·A excepción de las clases estandarizadas, las otras partículas siempre 
se utilizarán en castellano. 
 
El análisis de los documentos revela que aun siendo cierto que la 
marcación gráfica contiene indudables ventajas para la percepción 
visual, no puede perderse de vista que su efectividad está sujeta a 
ciertas condiciones; en concreto, a un manejo experto del mecanismo. 
Por ejemplo, en el caso del uso de párrafos diferenciados para señalar, 
individualizándolo, cada ítem de la sarta, resulta necesario que, 
previamente a la marcación de la lista, el autor haya conceptualizado 
de manera adecuada los componentes de ésta y que, por tanto, cada 
párrafo diferenciado constituya, efectivamente, un aspecto de la lista, 
y no un mero comentario añadido. Esto es lo que ocurre en el ejemplo 
propuesto en (9), en el que el último punto de la lista constituye un 
comentario adicional, pero no una fase más del proceso. De hecho, 
considerado globalmente, el conjunto de puntos de (9) está en realidad 
formado por un cúmulo de aspectos dispersos que no se perciben 
como fases de un proceso, a pesar de lo que anuncia el título15: 
 
(9) Nuevo proceso por imputación de intereses 
El proceso será similar al de petición variable ya existente (PRSA556): 
• Proceso de las ERM mediante el programa PRBBB897, en el que no 
debe hacerse ninguna adaptación 
•Formato de fichero de entrada (WACH. VR898999) igual al tratado 
actualmente. Este fichero llegará desde CIO al TBOT via “XXCA76”. 
•Perioricidad y fecha de proceso: la cadena se planificará 
mensualmente el último día hábil del mes. 
•Catalogar ficheros de salida […]. 
•Generar aviso para SDRES con indicación de si se han producido 
incidencias. 
•Generar listado de control. 
•La contabilidad de estos movimientos no varía respecto de 
tratamiento que se hace actualamente para las DRET5 batch generadas 
en el proceso (PRSA556): 
 
 
3.2.2. Marcación mediante números o letras de alfabeto 
 
15 Como se ve, se trata de un nuevo ejemplo de una inadecuada conceptualización de 
la enumeración, tal como se describió en el epígrafe 2.3.5. 
 18
El segundo tipo de marcación más recurrente en los documentos 
técnicos analizados es el numérico cardinal, como ejemplifica el 
enunciado de (10): 
 
(10) Así pues hay tres tipos de tablas16: 
1. Tablas agrupadas: son módulo link 
2. Tablas no agrupadas: son módulos fetch 
3. Tablas de acceso inmediato: Se encuentran dentro de la tabla DC1 
 
Este ejemplo ilustra igualmente un fenómeno frecuente en las 
enumeraciones: la coexistencia de más de un tipo de señal indicadora 
de la presencia de una lista enumerativa. Así, en el ejemplo precedente 
encontramos cuatro marcaciones simultáneas de enumeración, 
pertenecientes a cuatro sistemas diferentes de mecanismos de listado: 
(i) la presencia de los dos puntos17 (señal catafórica de lista, de 
carácter tipográfico); (ii) el marco enumerativo “hay tres tipos de 
tablas” (indicio igualmente catafórico); (iii) la señalización gráfica 
mediante párrafos diferenciados y (iv) sangrados respecto del cuerpo 
del resto del texto; y, por último, (v) la serie ordenada de números 1, 2 
y 3. Tal multiplicidad de indicadores de enumeración, lejos de 
constituir un defecto de estilo, resulta una estrategia recomendable 
para la elaboración de listas en los documentos técnicos, ya que 
garantiza que el lector interprete de manera nítida la presencia de la 
enumeración, la unidad semántica de ésta e, igualmente, el orden de la 
secuencia cuando se trata de un proceso. 
 El ejemplo siguiente muestra el uso de una marcación también 
múltiple en la que intervenienen las letras del alfabeto: 
 
 
(11) Zona de trabajo 
 
16 La cursiva es nuestra y responde al deseo de hacer notar a nuestro lector la 
conveniencia de utilizar un marco de enumeración para asegurar un procesamiento 
interpretativo eficaz por parte del receptor. 
17 En ocasiones, al mecanismo predictivo de carácter catafórico indicador de una lista 
que constituyen los dos puntos se le suma el valor igualmente catafórico enumerativo 
aportado por un sintagma nominal en el que en la complementación aparece un 
adjetivo como siguientes, tal y como ocurre en en el enunciado “Concretamente, es 
necesario llevar a cabo las acciones siguientes:” 
 19
Todas las pantallas tendrán zona de trabajo. La zona de trabajo ocupa otras 
subzonas que existirán según el tipo de pantalla de que se trate: 
a. Subzona de Menú de selección de literales [… ]. 
b. Subzona de Campos de entrada y salida [… ]. 
c. Subzona de Acciones por lista de objetos [… ].Nótese que, a diferencia de la mera marcación gráfica (párrafos y 
signos tipográficos), cuando la marcación consiste, bien en el uso de 
números, bien en el uso de letras, la enumeración expresa un orden 
interno de prioridad, una prevalencia. Dado que ambos sistemas, 
numérico y alfabético, contienen una ordenación estandarizada, 
asumida por la comunidad de habla, el orden implícito que expresan 
letras y números permite al lector inferir bien un orden icónico de tipo 
cronológico (y así, la tarea señalada mediante “1” o “(a)”) será la que 
tenga que realizarse en primer lugar), bien un orden icónico de 
jerarquía interna (y, de este modo, el elemento introducido por los 
señalizadores anteriores podría ser interpretado como el más frecuente 
o el más importante). 
Por otro lado, nótese que, entre otros, los dos últimos ejemplos 
(10) y (11) son claros exponentes de enumeraciones puestas al 
servicio de la descripción. De hecho, el análisis de corpus demuestra 
que la descripción es una secuencia dominante en la mayor parte de 
textos informáticos. 18 
Finalmente, la marcación mediante números puede realizarse 
también mediante números romanos (i, ii, iii, etc.). A pesar de que se 
trata de un sistema profusamente utilizado a lo largo de estas páginas 
(y es, en general, común en los artículos científicos), no ha aparecido 
en ninguno de los documentos analizados. 
 
3.2.3. Marcación mediante marcadores del discurso 
Un caso especial, y el que más nos interesa en este trabajo, lo 
constituye la marcación mediante elementos lingüísticos; en concreto 
mediante los llamados ordenadores. 
 
18 Además de adquirir conciencia sobre la existencia de los géneros y sus 
características, es importante que los profesionales conozcan los rasgos propios de los 
diferentes tipos de secuencias: enumeraciones de partes, enumeraciones de 
propiedades, y descripción de funciones y descripción de procesos (sobre la distinción 
entre estos dos tipos de descripción, véase Trimble 1985). 
 20
La denominación terminológica de estos elementos lingüísticos, 
cuya función es la de organizar la información, al señalar la presencia 
de una lista, es muy variada en las diferentes tradiciones lingüísticas. 
Así, por ejemplo, Turco y Coltier (1988) proponen, siguiendo a 
Auschlin (1981) la denominación Marqueurs d’Intégration Linéaire 
(MIL); Charolles (1988, 1992) y Adam y Revaz utilizan el término 
organisateurs. En la gramática del inglés, Quirk et al. (1972) los 
clasifican como enumerative conjuncts y, años más tarde, listing 
enumeratives (Quirk et al. 1985). En la descripción gramatical del 
español, encontramos denominaciones diversas pero que coinciden en 
señalar el carácter organizador y distribuidor de la información de 
estos elementos: organizadores de la materia discursiva (Fuentes 
1996), ordenadores (Garcés 1996), estructuradores de la información 
(Portolés 1998) u organizadores de la información (Montolío 2001). 
Ahora bien, el análisis del corpus nos permite corroborar que, 
tal y como ya señalan Quirk et alii (1985: 634), este tipo de marcación 
discursiva es notablemente menos frecuente que las descritas en 
epígrafes anteriores en los textos de carácter técnico y, en realidad, 
resulta más productiva en la redacción de documentos profesionales 
de carácter más discursivo, como es el caso de los textos de 
consultoría.19 
En general, los ordenadores son elementos lingüísticos de 
carácter aditivo, que habitualmente constituyen una señalización 
discontinua (en primer lugar…, en segundo lugar…, en X lugar…; por 
una parte… por otra…; de un lado… de otro, etc. –de ahí la 
denominación “pares correlativos” que sugiere Portolés (1998)--), por 
lo que el primer elemento reviste un neto carácter catafórico, ya que 
 
19 En mi trabajo como asesora en comunicación de diversas empresas dedicadas a la 
Consultoría he podido observar una evolución, producida en muy breve tiempo, 
respecto del formato del género textual “informe de consultoría”. Así, de un género 
basado, formal y lingüísticamente, en el informe “clásico” en soporte de formato de 
texto (tipo Word), en el que, como el nombre del soporte indica, el elemento 
fundamental es la elaboración discursiva del texto y en el que, por tanto, los 
ordenadores tienen una presencia importante, se ha pasado a un formato PowerPoint 
impreso en papel, donde los elementos gráficos ocupan el lugar de honor y la 
textualización que los acompaña resulta ciertamente muy débil. Las implicaciones 
para el proceso comunicativo que supone la transformación de este género 
profesional, especialmente lo tocante a los procesos interpretativos del receptor 
constituirán, deseablemente, el tema de futuros trabajos. 
 21
funciona a modo de elemento predictivo20 de la serie distributiva. La 
definición que sigue procede de Garcés (1997: 296): 
 
“[Los ordenadores son] Una serie de elementos lingüísticos que señalan, por 
un lado, cómo se ha estructurado el discurso, mostrando la disposición que el 
emisor ha querido dar a las distintas partes que lo componen y, por otro, 
sirven para dar al interlocutor las indicaciones precisas sobre la estructuración 
del texto, sobre su articulación y sobre sus relaciones intratextuales, 
contribuyendo así a que el desarrollo de la comunicación esté asegurado.” 
 
A menudo, en correlación con este tipo de señalización discontinua, 
participan organizadores del discurso de inicio, como para empezar o 
ante todo; de cierre o conclusión, como finalmente o por último; y 
continuativos aditivos, como además o también. Un ejemplo de 
hibridación de sistemas de señalización, hibridación por otro lado 
nada extraña en español, lo encontramos en el enunciado (12) en el 
que al enumerativo ordinal primero le sigue el aditivo también: 
 
(12) La ventaja aportada por esta herramienta es doble. Primero, reducen la carga 
de trabajo cribando la información disponible, pero también tienen la 
capacidad de operar en continuo, informando a sus usuarios de cambios 
producidos o incluso reaccionando dinámicamente ante ellos. 
 
El ejemplo siguiente muestra el empleo habitual de una serie 
enumerativa basada en la utilización de secuencias conectivas 
formadas por piezas léxicas que etimológicamente significan ‘espacio’ 
o ‘lugar’, como es el caso de “parte” (de una parte... de otra parte) o 
de “lado” por/de un lado... por/de otro lado). Este valor locativo 
originario es todavía residual en el significado metafórico21 que tales 
elementos lingüísticos expresan en la actualidad en tanto que 
secuencias conectivas, ya que estos marcadores enumerativos 
 
20 De ahí que Tadros (1994) los incluya en su trabajo sobre mecanismos predictivos 
del texto. También Santos destaca el carácter “anticipativo” de, en concreto, en primer 
lugar (2003: 436). 
21 Sobre la metaforización del texto como tiempo o espacio que recorrer, y, por tanto, 
para entender la evolución metafórica de estos elementos desde los dominios 
objetivos del tiempo y el espacio a los valores metafóricos de tipo metadiscursivo que 
presentan en tanto que marcadores enumerativos, puede consultarse Fleischman 
(1991). 
 22
organizan la información, mostrando el “lugar” que ocupa un 
elemento en la estructura global del texto (Garcés 1996, 2000). 
Además de ordenar la materia discursiva, estos elementos 
enumerativos dividen o parcelan un tema más amplio en fragmentos 
más pequeños y, por tanto, más fácilmente interpretables (Montolío 
2001), y, al mismo tiempo, indican también la agrupación de 
subaspectos temáticos que forman parte de un único comentario o 
tema (Portolés 1998, 1999). 
Estas dos funciones (parcelar y agrupar) también son realizadas 
por los elementos de marcación pertenecientes a los dos sistemas de 
señalización enumerativa analizados en los epígrafes anteriores 
(elementos gráficos y letras y números);sin embargo, no cabe duda de 
que los marcadores lingüísticos que se describen ahora explicitan 
dichas funciones de un modo más léxico y, por tanto, menos ambiguo. 
Los ordenadores constituyen el mecanismo más eficaz para eliminar la 
posible ambigüedad respecto de las relaciones que mantienen los 
formantes de una lista, ambigüedad que se produce con frecuencia 
cuando la serie constituye una sarta no jerarquizada. 
El ejemplo siguiente ilustra el uso del par correlativo de carácter 
distributivo por un lado... por otro. Nótese la utilización en el mismo 
fragmento de la variante conectiva por otro lado, que no funciona ya 
en correlación enumerativa, sino como conector aditivo de valor 
opositivo22 (ya que introduce un aspecto colateral, que no forma parte 
de la enumeración anunciada como compuesta de dos elementos): 
 
(13) Aunque las tecnologías disponibles para la comunicación son muy variadas, 
se recomienda especialmente que al menos se disponga de dos. Por un lado, 
algún tipo de tecnología que permita al equipo llevar a cabo 
videoconferencias, enviar mensajes electrónicos, mantener sesiones de chats, 
etc. Por el otro, también es aconsejable disponer de un espacio virtual donde 
los equipos pueden guardar los documentos que vayan a ser compartidos de 
manera constante [...] 
Por otro lado, los sistemas tradicionales de gestión de proyectos están 
adaptándose a la nueva realidad y en concreto a Internet, como las 
desarrolladas por Pacific Edge. 
 
 
22 Valor señalado en varios estudios, como Garcés 1997:300; Martín Zorraquino y 
Portolés 1999:4088 y Montolío 2001: 150-51. 
 23
En otras ocasiones, la señalización de la lista tiene carácter 
retroactivo, pues sólo se marca explícitamente el último elemento de 
la serie mediante un marcador de tipo conclusivo, como en último 
lugar, por último o finalmente. Es precisamente esa señalización final 
la que permite al lector interpretar anafóricamente los datos 
precedentes como elementos coformantes de una lista única, tal como 
ocurre en el fragmento que sigue: 
 
(14) El nombre del grupo no tiene por qué ser el mismo que el de la include, 
registro o tabla. El nombre del grupo está diseñado para que sea un nombre en 
lenguaje natural (contrato, recibo, etc.), pues el nombre del objecto de 
software se le asocia cuando se genera el elemento físico. Además es posible 
generar desde un mismo grupo diferentes objetos que por definición de 
estándares han de tener codificación diferente. 
Por ejemplo, de un único grupo se pueden generar un registro, una include 
para tabla DB2 y una include PLI, que tienen codificación diferente. 
Finalmente el nombre del grupo es libre, por lo que si el responsable de la 
aplicación le quiere dar el nombre de include no hay ninguna norma que se lo 
impida. 
 
Cabe preguntarse por qué un autor decide marcar exclusivamente un 
único ítem de la lista, así como si, en consecuencia, dicho elemento no 
tendrá, debido precisamente a esa marcación ostensiva, un valor 
argumentativo particular, más fuerte que el del resto de ítems de la 
serie que no van acampañados de marcadores. 
De hecho, se ha sugerido (Garcés 1998: 112) que los 
ordenadores de cierre como es el caso de finalmente del ejemplo de 
(14), así como los ordenadores de inicio como para empezar o ante 
todo, cuando no funcionan en correlación con otros ordenadores del 
discurso, adquieren el valor de una partícula focal, es decir, de un 
elemento gramatical que destaca una información (el elemento al que 
acompaña) frente a otras alternativas posibles de una escala 
argumentativa (König 1991). 
Así, en el ejemplo anerior (14) es fácil interpretar el miembro 
del discurso que sigue al conclusivo finalmente como más importante 
que los previamente listados. Cuando menos, debido precisamente al 
hecho de estar precedida del marcador, la información señalizada por 
finalmente tiene más garantías de permanecer activa en la memoria de 
trabajo del lector. 
 24
De hecho, cabe extender este valor de activación de la memoria 
del lector, es decir, cierto carácter focal, a todos los organizadores de 
la información, ya que, al parcelar la información en fragmentos más 
pequeños y ordenados, los organizadores invitan a que el lector preste 
atención a cada elemento (cfr. Quirk et al. 1985: 632; Fuentes 1999: 
66). 
En otras ocasiones, la hibridación de sistemas de marcación 
enumerativa sí produce cierta confusión en la interpretación. Éste el 
caso del ejemplo siguiente, en el que aparece un elemento a modo de 
colofón al final de la sarta propiamente dicha, introducido por un 
conector aditivo, además. Una lectura atenta del fragmento revela que 
la información introducida por además a modo de “añadido 
secundario” constituye, en realidad, una información relevante que 
afecta directamente a los dos subaspectos señalados (ya que tanto si el 
dato es numérico como si es alfabético se ha de definir la gestión de 
valores nulos): 
 
(15) La información a proporcionar para el formato interno sólo tiene sentido en 
dos tipos de dato: 
El tipo alfabético, para conocer si es de longitud fija o variable 
El tipo numérico, para conocer si estará empaquetado, 
desempaquetado, será binario corto, binario largo o si tendrá coma fija 
o flotante. En caso que sea desempaquetado se ha de indicar la 
máscara que tendrá en la representación interna. 
Además, se ha de definir también el tipo de gestión de valores nulos que se 
desea sobre este dato si se incorpora a una tabla DB2 o una tabla ORACLE 
para ACCES. En este último caso, también se ha de indicar en los casos 
numéricos si será fijo o flotante. 
 
 
4. La importancia estructural de las enumeraciones. 
Funciones cognitivas 
 
 
Hasta aquí se ha llevado a cabo un análisis cuya finalidad es triple: por 
un lado, mostrar la importante recurrencia de este mecanismo en los 
documentos elaborados por profesionales de la ciencia y la tecnología; 
por otro, señalar los problemas interpretativos derivados de una escasa 
o ineficiente marcación; por último (y como consecuencia de lo 
 25
anterior), reivindicar la relevancia que reviste una correcta elaboración 
de las enumeraciones en los textos que pretenden ser nítidos y 
eficaces. 
En esta última parte del presente trabajo pretendemos 
sistematizar y estudiar con más detalle las funciones metatextuales y 
cognitivas de esta operación textual. Tal como se ha ido exponiendo 
en las páginas precedentes, los marcadores de enumeración permiten 
organizar los signos lingüísticos que constituyen un documento y 
convertir así posibles datos latos, desconexos y no dotados de un 
significado coherente y global, en información organizada y, por 
tanto, dotada de un sentido. 
En concreto, los ordenadores llevan a cabo cinco tipos de 
suboperaciones textualizadoras,23 que han ido mostrándose a los largo 
de los apartados previos: 
(a) indican la continuidad temática de los miembros que forman 
parte de la enumeración24; 
(b) presentan el conjunto de la secuencia enumerativa como un 
único tema y cada parte como un subaspecto de éste; 
(c) parcelan la información, permitiendo distribuir bancos de datos 
complejos en unidades informativas más pequeñas y, por tanto, 
más fácilmente interpretables25; 
(d) ordenan los elementos de la serie, ya que indican el lugar que 
ocupa un miembro concreto en el conjunto enumerativo (en 
primer lugar, segundo, (3), (d), etc.); 
(e) organizan la información de un texto, indicando cuál es la 
estructura de éste. 
(f) focalizan el elemento al que acompañan. 
 
 
23 Formulado en unos u otros términos, los diferentes especialistas citados en el 
epígrafe 3.2.3. coinciden en señalar varias de estas funciones como propias de los 
marcadores de enumeración. De este modo, por ejemplo, Adam y Revaz (1989: 62) ya 
señalan que su función fundamental es convertir una sarta arbitraria en una lista 
ordenada, unitaria ycoherente:“[Ils sont] responsables de la mise en évidence de la 
progression du texte descriptif et de la hiérarchisation d’une séquence qui serait 
autrement platement linéaire et non ordonnée.” 
24 Se trata de la operación que en otras tradiciones se ha denominado función de topic 
continuation. 
25 Operación también denominada en otras tradiciones parsing o étiquetage. 
 26
El hecho de que los marcadores enumerativos lleven a cabo 
simultáneamente las suboperaciones textuales arriba reseñadas los 
convierte en unos relevantes operadores de legibilidad, ya que 
constituyen indicios que el escritor utiliza a fin de guiar la tarea 
interpretativa del lector; esto es, constituyen mecanismos de 
metarrepresentación (Wilson 2000). 
El valor metarrepresentativo de estos elementos conlleva 
importantes implicaciones cognitivas. Expondremos a continuación 
algunas de ellas: 
 
4.1. Dado que los marcadores analizados indican de manera explícita 
(en ocasiones, como se ha visto, mediante procedimientos únicamente 
de percepción visual y no necesariamente por el proceso de lectura) 
cuál es el número de ítems enumerado, así como cuáles son los 
elementos que componen la serie; y considerando también que los 
organizadores de la información señalan cuál es la estructura del texto, 
es lógico concluir que todos ellos constituyen una ayuda para la 
visualización rápida (skimming) de la estructura del texto (López 
Samaniego 2005). 
Así, en este tipo de lectura rápida (“en diagonal”), el lector se 
propone obtener una idea sintética, abstracta y global 
(metarrepresentacional) del contenido del texto (frente al 
procedimiento de scanning o lectura atenta). Para llevarla a cabo, el 
lector se fija sobre todo en el aspecto del texto y en elementos de 
importancia gráfica como títulos, subtítulos, negritas o mayúsculas 
(Cassany, Luna y Sanz 1994); e igualmente resigue elementos 
estructuradores como los ordenadores el discurso o, en general, ciertos 
marcadores del discurso, especialmente cuando éstos aparecen 
colocados en posiciones visualmente prominentes, como en inicio de 
párrafo. 
 
4.2. Estos marcadores ayudan igualmente en la aprehensión del 
sentido global del texto por parte del receptor, dado que está 
demostrado que cuanto más alta es la conexión estructural entre las 
partes de un discurso más posibilidades existen de que el lector capte 
su significado global. 
De este modo, de acuerdo con una perspectiva psicolingüística, 
en la fase de la interpretación en la que el receptor construye la red de 
 27
relaciones entre las diferentes partes del discurso, los fragmentos de 
red más fuertemente conectados entre sí refuerzan su presencia en la 
memoria del lector, mientras que los fragmentos más marginales se 
desactivan en la memoria26 (Kintch 1994:732). De acuerdo con este 
enfoque, los ordenadores del discurso, dado que relacionan algunos 
fragmentos del texto con un tema principal que ocupa una posición 
más alta en la macroestructura jerárquica del texto (el título, por 
ejemplo), contribuyen a que los subcomentarios que introducen 
queden fijados en la memoria el lector. 
 
4.3. Se deduce directamente de lo expuesto en los dos epígrafes 
anteriores que estos mecanismos constituyen también una ayuda para 
la memorización del contenido del discurso (López Samaniego 2006). 
Los trabajos especializados admiten de manera general que la 
existencia de una organización, esto es, de algún tipo de estructura en 
la información que se transmite, ayuda a que el receptor retenga en la 
memoria dicha información. Dado que, de hecho, comprender 
significa encontrar una organización apropiada para un texto, cuantos 
más recursos haya en el texto para identificar su estructura y 
organización, más sencillo resultará la tarea de interpretación (cfr. van 
Dijk & Kintsch 1983:251). Tal como señala van Dijk: “Una 
proposición se reencuentra tanto más fácilmente en la memoria cuanto 
mayor sea su valor estructural” (1978: 207). 
 
 
 
5. Conclusiones 
 
 
 La enumeración es un mecanismo lingüístico cuyo uso 
competente incide de una manera decisiva en la mejora de la calidad y 
productividad de las tareas de elaboración de documentos técnicos y, 
en general, en los procesos de comunicación y gestión del 
conocimiento. 
 
26 “The strongly interconnected parts of the network are strengthened, while isolated 
parts become deactivated” (Kintsch 1994: 732). 
 28
 La secuencia de trabajo que se ha seguido en este estudio es la 
siguiente. En primer lugar, se han explorado, desde un punto de vista 
teórico y mediante el análisis de ejemplos concretos, las funciones 
principales de la enumeración (procesamiento secuencial de datos, 
visualización del conocimiento, estructuración de la información). En 
segundo lugar, se han analizado las patologías más frecuentes y 
relevantes en las enumeraciones elaboradas por los profesionales en 
sus documentos de trabajo. Y en tercer lugar, como resultado de estos 
análisis, se ha puesto en evidencia la necesidad de proponer un 
protocolo de asesoramiento para que los profesionales mejoren su 
capacidad de uso eficaz de las enumeraciones. 
 Para finalizar este estudio, se han presentado una serie de 
recomendaciones de mejora encaminadas a la elaboración de textos 
profesionales más eficaces, basadas en el conocimiento de las 
funciones y en la explotación de las potencialidades constructivas y 
de interacción con el lector que ofrecen los marcadores discursivos de 
enumeración. 
 
 
 
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