Logo Studenta

La Familia Y Jesus

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Félix Moracho 
de Nazaret 
Colección 
Catcquesis 
JESÚS DE NAZARET, 
EL HOMBRE LIBRE Y LIBERADOR 
Félix Moracho Galindo, 2a. ed. 
LA VIRGEN MARÍA 
ES MARÍA DE NAZARET 
Félix Moracho Galindo, 2a. ed. 
LIBRO BÁSICO DEL CATEQUISTA 
José Arturo Penagos 
SEGUIR A JESÚS 
Félix Moracho Galindo, 3a. ed. 
ENCUENTROS CON CRISTO 
P. Almir ribeiro Guimaraes 
LOS SIETE SACRAMENTOS 
Hugo Estrada, 2a. ed. 
LOS DIEZ MANDAMIENTOS 
Félix Moracho Galindo 
LO QUE JESÚS HACIA Y DECÍA 
Félix Moracho Galindo 
LA FAMILIA Y JESÚS DE NAZARET 
Félix Moracho Galindo 
Félix Moracho Galindo 
La familia 
y jesús de 
Nazaret 
ediciones paulinas 
) EDICIONES PAULINAS 1993 Distribución: Departamento de Divulgación 
Carrera 46 No. 22A-90 Calle 170 No. 23-31 
FAX (9-1) 2684288 A.A. 100383 - FAX (9-1) 6711278 
Santafé de Bogotá, D.C. - Colombia 
ISBN: 958-607-641-5 
Presentación 
La persona histórica de Jesús de Nazaret, sus palabras, 
acciones, sus opciones de vida, sus conflictos, su muerte y resu-
rrección, sus apóstoles y la comunidad originaria son los puntos 
de referencia^permanentes y la norma para entender a Cristo. Por 
eso los evangelios son esenciales. Ellos son relatos de historia y 
textos de fe. Sin referencia a ellos no hay posibilidad de conocer 
al Cristo verdadero. 
Este Cristo Jesús es el mensajero de la palabra de Dios para la 
familia hoy. Esa es la pretensión de este librito: presentar a este 
Jesús, el de ayer y el de hoy, Señor y Salvador siempre. Sus com-
portamientos, sus relaciones, sus palabras sobre la familia, llegan 
también hoy con sentido, verdad y exigencia a cada familia cris-
tiana, a cada cristiano, seguidores de Jesús, amigos en el Señor, 
antes que nada hijos del Padre y por eso hermanos. 
Dios Padre ha salido a nuestro encuentro en Jesús y dice a 
esposos, padres, hijos, hermanos según la carne y sangre: 
"Ustedes todos son hermanos... pues su Padre es uno solo" (Mt 
23,8-9). 
Viviendo, pues, activamente (ejerciendo) como miembros de la 
familia de Dios (hermanos-amigos-prójimos), libres para la soli-
daridad que comparte, el servicio que alivia, la verdad leal que 
da confianza, hay esperanza y futuro para la familia cristiana en el 
mundo de hoy. 
5 
Así las familias cristianas, familias de hijos que son hermanos, 
fraternidad, no serán coto cerrado, ni grupo privilegiado, sino 
cocuyo, fermento, sal, destinado a iluminar, fermentar, sazonar las 
familias de todos los pueblos. Y será posible el proyecto del 
Padre: que el mundo, el único que Dios ha creado, vaya siendo un 
hogar para la familia de todos sus hijos, anticipo del "cielo nuevo 
y la tierra nueva" (Ap 21,1). 
Félix Moracho, s ] 
R 
TEMA1 
LA FAMILIA Y EL EVANGELIO 
Gladys es maestra de 3S de Básica en un plantel de la Pastora. 
Tiene 38 niños en el aula. Me dice que solamente 16 viven con 
sus padres, los dos o al menos uno de ellos, generalmente la 
madre. Los otros 22 viven "arrimados" con la abuelita, o con una 
tía, con la madrina... 
Juanita se ha ido de casa, vive con dos compañeras que, 
como ella, estudian y trabajan. No soportaba más a su padre 
autoritario, macho, con quien le era imposible compartir. Y tam-
poco a su madre, siempre sumisa, apoyadera y casera. No se 
puede entender con ella. 
La familia Fernández es una familia muy unida. Sus hijos estu-
dian en un colegio católico. En estos años de devaluación del 
dinero, de carestía de la vida, toda la familia viaja tres veces al 
año fuera del país: en navidades a Estados Unidos, a España en 
semana santa; y en las vacaciones de agosto un crucero por el 
Caribe. La plata que a tiempo sacaron del país, produce gene-
rosamente para todo eso. Los Fernández educan a sus cuatro 
hijos para que sean como ellos y que aspiren a tener más, a 
poder más, a ser más y, por supuesto, a ser buenos católicos que 
vayan a misa todos los domingos y se casen por la Iglesia. 
¿Como es tu familia? ¿A qué grupo pertenece?: 
¿Al de las familias que viven unidas, o al de las que viven 
desunidas? 
9 
¿Al de las familias que se enriquecen, o al de las familias que se 
empobrecen? 
¿Al de las familias que anulan la personalidad de sus hijos, o al de 
las familias que los ayudan a madurar? 
¿Es importante la familia? ¿Por qué? ¿Para qué? 
¿Qué es para ti lo más importante en la vida de la familia? 
/. La familia se mira en el espejo 
del evangelio 
Como lo dice el título de este tema, vamos a relacionar el men-
saje de Jesús con la familia, vamos a ver, según el evangelio, qué 
valores deben acompañar a una familia cristiana, vamos a poner 
cada uno a nuestra familia frente al espejo del evangelio. 
Quizá esta confrontación de la vida de tu familia con el men-
saje liberador de Jesús te ayude a descubrir algo importante sobre 
la familia, horizontes insospechados. Y esto provoque cambios 
que ayuden a que tu familia sea más feliz. 
2. Las dificultades 
Cuando conversaba con unos amigos sobre mi propósito de 
tratar este tema, me pusieron estas dos dificultades: 
la. ¿Qué podría saber Jesús de Nazaret de la familia? El no fue 
marido, ni padre, y además es Dios. Y es verdad. Pero también es 
verdadero nombre. Y en nada podemos disminuir su hombría. El 
nació y vivió en el seno de una familia judía. Y estuvo convivien-
do y relacionándose siempre con las familias de Nazaret, donde 
vivió unos treinta años, y con las familias de los pueblos y ciu-
dades y campos que recorrió en su campaña por el reino. 
Como iremos viendo, Jesús vivió y conoció bien las cosas de 
la familia, las relaciones familiares, los problemas, las alegrías. En 
su conversación y en su actuación conecta continuamente con el 
10 
matrimonio, con sus vivencias y problemas, con las mu-iones 
entre padres e hijos, etc. 
2a. ¿El evangelio, sus exigencias, son también para loa ciuados, 
para la familia? Pues claro que si. No hay dos evangelios: uno 
"aguado" rebajado para la tropa, y otro, el verdadero, el fuerte, el 
radica] para los "jefes y oficiales". Como dos clases de "ranchos" y 
de "raciones". 
El evangelio es el mismo para todo cristiano, seguidor de 
Jesús. Sus exigencias todas, también las radicales, son para todos 
los invitados a seguir a Jesús: lo mismo para el papa Juan Pablo n 
que para el padre de familia, igual para la monjita que no se ha 
casado que para la madre de familia. Lo máximo a que puede 
aspirar Juan Pablo II, cualquier virgen consagrada a Dios, es a ser 
cristiano, a seguir a Jesús, a vivir la radicalidad del evangelio que 
es para todos por igual. Y eso es también lo máximo a que puede 
aspirar el esposo y la esposa, el que no se ha casado y sigue en el 
mundo, la divorciada que no se ha vuelto a casar, la viuda, todo 
hijo de familia. En el evangelio no hay una doble moral, dos tipos 
de exigencias: una para los cristianos ordinarios, y otra para los 
perfectos. El evangelio es norma para toda vida cristiana por 
igual. Las exigencias del amor, que es de lo que, en definitiva, se 
trata, son válidas para todos. Y el amor no conoce medida alguna. 
3. Jesús nació, creció y se educó 
en una familia judía 
Una familia formada, según el registro civil, por José y María 
(Mt 1,16). 
José, el esposo de María, era un "hombre recto" (Mt 1,19). A 
María, la joven madre de Jesús, su prima Isabel la llama "¡Bendita 
entre las mujeres!" y "¡dichosa tú que has cieído!" (Le 1,42-45). 
Es una familia pobre, descendiente de David (Le 2,4-5). Jesús 
nace circunstancialniente en Belén fuera déla casa de familia. Por 
cuna tuvo un pesebre "poique no encontraron sitio en la posada" 
(Le 2,6-7). 
11 
María, como toda madre, cuidó a Jesús-niño en todos sus 
aspectos. A los cuatro años José empezó a instruir al niño en la 
oración, en los preceptos de la ley. Esa era una de las tareas del 
padre. Jesús fue a la escuela de la sinagoga de Nazaret desde los 
6 ó 7 años, donde aprendió a leer (Le 4,16) y a escribir. Jesús 
aprendió la profesión de su padre, José. Era conocido como "el 
hijo del carpintero" (Mt 13,55). Jesús vivió en un ambiente fami-liar que incluía tíos, primos, hermanos de crianza, parientes (Me 
3,21-31). 
En una familia así creció y se educó Jesús (Le 2,39-40. 50-52), 
bajo la autoridad y ejemplo de sus padres (Le 2,51). 
4. Algunas de las cosas que Jesús 
nos dice sobre el matrimonio 
y las relaciones entre padre e hijos 
Jesús habla: 
• De las fiestas de bodas (Le 14,16-24; Me 2,19; Mt 25,1; Jn 2,1-2). 
• De las mujeres que están embarazadas o criando (Me 13,17). 
• De los dolores de parto y de la alegría de la maternidad (Jn 
16,21). 
Jesús compara a Dios con el padre: 
• Que está siempre dispuesto a escuchar a sus hijos (Le 11,11-
13). 
• Que recibe y perdona al hijo que se fue de la casa y botó la for-
tuna (Le 15,11-24). 
• Que pone a disposición de sus hijos todo lo que tiene, porque 
los quiere (Le 15,31-32). 
12 
Jesús habla también de: 
• El padre que envía a sus hijos al trabajo (Mt 21,28-31). 
• El padre que envía a su hijo único a cobrar una renta (Me 
12,1-12). 
• El padre que descansa con sus hijos (Le 11,5-7). 
Jesús tiene en cuenta a: 
• Los hijos que desatienden a sus padres (Me 7,1-13). 
• Los hijos conscientes de sus deberes familiares (Me 10,19-20). 
Jesús considera también: 
• Al hermano que se preocupa de la suerte de sus hermanos (Le 
16,27-28). 
• A los hermanos que no se llevan bien entre sí (Le 15,25-28). 
Jesús presenta las relaciones mutuas de sus seguidores como 
relaciones de hermanos: 
• Que son capaces de superar todo enfado, insulto, desprecio (Mt 
5,22). 
• Que se perdonan siempre (Mt 18,21-23). 
• Que se aceptan mutuamente (Mt 5,23-24). 
• Que no andan fijándose en defectos o fallos ajenos (Mt 7,3-5) 
Para Jesús, en el reinado de Dios: 
• Dioses come un padre páralos hombres (Mt 6,9; 5,48). 
• Los hombies deben vivir como hijos que confían a fondo perdi-
do en su padre (Mt 6,25-33). 
• Y todos los homhres somos hermanos (Mt 23,8), y debemos 
vivir como hermanos unos de otros (Mt 7,12). 
13 
5. Jesús sabe también qué cosas 
destruyen a la familia 
Por eso defiende la estabilidad del matrimonio: 
• "Lo que Dios ha unido, un hombre no lo separe" (Mt 19,4-6). 
• "Todo el que despide a su mujer... y el que se case con una 
despedida comete adulterio" (Mt 5,31-32). 
• "Todo el que mira a una mujer casada excitando su deseo por 
ella, ya ha cometido adulterio con ella en su interior" (Mt 5,28). 
• "Porque de dentro del corazón del hombre... salen los adulte-
rios" (Mt 7,21-23). 
Reflexiona y responde 
1. ¿Crees tú que una familia, por el hecho de ser todos sus miem-
bros bautizados y casados por la Iglesia, y estar muy unidos, ya 
es cristiana? 
2. ¿Cómo describirías tú el modelo de una familia cristiana? 
3. ¿Cuáles son los valores que, según el evangelio, deben acom-
pañar a una familia cristiana? 
4. ¿Y cuáles son los valores de ella que se están perdiendo? 
5. ¿Qué te ha llamado más la atención en este tema? ¿Por qué? 
14 
TEMA 2 
UNA FAMILIA CON PROBLEMAS 
15 
A la familia formada por Jesús, José y María se la llama "La 
Sagrada Familia". 
A veces en libios, estampas, predicación, hemos formado de 
la "Sagrada Familia" una imagen ideal: 
El "casto" San José, un viejito encantador, con barbas y con un 
nardo florecido en la mano o trabajando en su taller de carpin-
tería. 
La "Virgen" María, pura, blanca, hermosísima, un "cielo", siempre 
recogida, o rezando o dedicada a sus labores. 
Y el "Niño" Jesús, como un angelito sin alas, cortando maderitas, 
fabricando una cruz. 
• ¿Qué ideas tienes tú sobre la familia de Nazaret: Jesús, María y 
José? ¿Cómo te la imaginas? 
• ¿Es una familia sin problemas, o es una familia con problemas? 
Y si los tiene ¿qué problemas, qué dificultades soporta? ¿Por 
qué? 
17 
/. La sagrada familia: 
una familia con problemas 
La "Sagrada Familia" de Nazaret fue una familia con proble-
mas, problemas bien serios, y a todo lo largo de la vida. Abre el 
evangelio y verás. 
/. 7. Con problemas matrimoniales 
El evangelio de Mateo nos dice: "Así nació Jesús, el mesías: 
María, su madre, estaba prometida a José y, antes de vivir juntos, 
resultó que esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo" (Mt 
1.18). 
No hay fundamento en la Biblia para pintar a San José como 
anciano. María se casaría como toda jovencita judía con un joven 
de su edad más o menos. Sucede, pues, que: 
• María y José son novios comprometidos oficialmente a con-
traer matrimonio. 
• No han vivido juntos. Sí lo sabrá bien José. 
• ¿Cómo conoce José el embarazo de María? ¿Quizá porque algu-
na vecina con cierta picardía le felicitó porque iba a ser padre? 
• José es varón y judío. El derecho al divorcio era exclusivo del 
judío varón. 
• Según la práctica que parece prevalecer en ese tiempo, el hom-
bre puede despedir a su mujer (y María era ya, como "prometida", 
su mujer "legal") si encuentra en ella "algo vergonzoso", 
"cualquier" cosa de ella que le desagrade. 
• ¿Qué pensaría José? Quiere a María con toda su alma, Es su 
"vida". Confiaba en ella plenamente. ¿Y ahora? No quiere creerlo. 
Pero el embarazo es ya evidente. Y María calla. No puede arran-
carle ni una palabra. Su desconcierto es total. Una situación bien 
difícil para el bien José. La primera idea que se le ocurrió íue 
romper totalmente con María, abandonarla definitivamente. Eso 
sí, no quiso armar un escándalo. No se aprovechó de la situación 
para denunciarla, humillarla, desprestigiarla. Le dolía el alma. Pero 
la respetó. La amaba de verdad. Los celos son la prueba del amor 
18 
egoísta, no verdadero. ¡Grandeza de hombre, José!: "Su esposo, 
José, que era hombre recto y no quería manchar su fama, decidió 
romper con ella en secreto" (Mt 1,19). 
• ¿Y qué pasaría por la mente y el corazón de María? Quiere a 
José. Ve el sufrimiento que todo esto le causa. Y no puede consul-
tar a nadie, no puede desahogarse con nadie. ¡Y Dios calla tam-
bién! 
• Las vecinas se van dando cuenta de que María está embaraza-
da. Y todavía no es más que prometida. No se ha cumplido la ce-
remonia matrimonial. En un pueblo tan pequeño el embarazo de 
María sería una noticia enorme y durante días, semanas, no se 
hablaría de otra cosa en sus cincuenta (más o menos) casas. 
• Menos mal que José tuvo en sueños una inspiración de Dios 
que le armó de valor "y se llevó a su mujer a su casa" (Mt 1,24). 
Pero ¿qué explicación dar? ¿Cómo quedaba él? ¿Y María? ¿Y los 
dos? 
Los dos tuvieron, pues, desde el principio, problemas bien 
serios, y "aquello" sería ocasión de "comentario" en Nazaret 
durante muchos años. 
1.2. Con problemas políticos 
El nacimiento de Jesús no les trae más que problemas: 
• Obligados a hacer un largo viaje cuando María está cercana a 
dar a luz, no encuentran sitio donde hospedarse, y María da a luz 
fuera de su casa, teniendo que acostar a su hijo en un pesebre de 
animales (Le 2,1-7) ¿Cómo se sentiría José? ¿Y María, madre? 
• El rey Heredes busca "al niño para matarlo" (Mt 2,13). Y no les 
queda otro remedio, si quieren salvar la vida del niño y la suya 
propia, que exiliarse a un país extranjero, como una pareja de 
emigrantes pobres, con un niño pequeño, sin parientes, sin 
recomendaciones, sin dinero, sin trabajo... 
• Incluso después de la muerte del dictador Heredes, José tiene 
miedo a las represalias porque está ya marcado como persona 
sospechosa, fichado, con antecedentes ante la autoridad política 
(Mt 2,21-22). 
19 
• Y fue a parar a un pueblo pequeño, Nazaret, colgado al borde de' 
un precipicio (Le 4,28-30), en la región más pobre de Galilea (Mt 
2,23). Y tanto el pueblo (Jn 1,46), como la región (Le 13,1; Jn 7,52; 
Hch 5,37) tenían mala fama. 
• Y María no ha contribuido a solucionar las cosas. Ha dicho en 
voz alta lo que piensa. 
Lee lo que María piensa y proclama de Dios: (Le 1,46-53). Su 
espiritualidad es liberadora y hasta subversiva. "Es la espirituali-
dad de una mujer fuerte que conoció de cerca la pobreza y el 
sufrimiento, la huida y el destierro" (cf Mt 2,13-23), de una "mujer 
que no dudó en afirmar que Dios es vengador delos humildes y 
oprimidos y derriba de su trono a los poderosos de este mundo" 
(Pablo VI, Marialis Cultus, (37,2-2-74). El Dios de María es un Dios 
radicalmente revolucionario. Es el padre de todos los hombres. Y 
por eso está a favor de todos. Y quiere acabar con la dominación y 
el disfrute de unos pocos sobre todos los demás. Eso es lo que 
también asumiría Jesús en aquel hogar. 
1.3. Con poblemos entre podres e hijos 
Hijo único además. Que en un viaje a Jerusalén se queda en la 
ciudad sin decir nada a sus padres (Le 2,41-45). Se queda, no se 
pierde. 
Durante tres días lo buscan y por fin lo encuentran en el tem-
plo: "Al verlo se quedaron extrañados, y le dijo su madre: Hijo, 
¿por qué te has portado así con nosotros? ¡Mira con qué angustia 
te buscábamos tu padre y yo!" María y José no comprendieron lo 
que había hecho su hijo Jesús, por qué lo había hecho, la excusa 
que les daba (Le 2,48-50). 
1.4. Con problemos con el resto de lo familia 
Jesús ya mayor, comprometido con ese Dios-Padre de todos los 
hombres, con su reinado tan opuesto al mundo de los soberbios, 
poderosos y ricos, se pone al lado de los más desamparados (Me 
1,21-29; Me 1,40-45) y desenmascara a los que abusan del pueblo 
20 
(Me 2,23-38; 3,1-17). Eso crea problemas a su familia y "sus pa-
rientes fueron a echarle mano, pues se decía que había perdido el 
juicio" (Me 3,21). 
Otras veces, sus familiares quieren utilizar su prestigio para 
medrar ellos. Y Jesús se opone (Jn 7,3-5). María, su madre, 
estaría al tanto de todo esto. 
1.5. Con problemas religioso-sociales 
José y María son gente piadosa, religiosa. Cuando llevaron a 
Jesús al templo por primera vez, "Simeón, hombre honrado y pia-
doso", inspirado por Dios, les dijo cosas terribles: 
• Que esté niño iba a tener muchos problemas cuando fuese ya 
mayor. 
• Y que ella, su madre, sufriría moralmente mucho: (lee Le 2,34-
35). 
Cómo sufriría María, viuda, sola: 
• Cuando su gente, trató de despeñar a Jesús por un barranco (Le 
4,16-30; Me 3,1-6). 
• Cuando le cuentan que "los sumos sacerdotes y los fariseos 
tenían dada la orden de que si alguien se enteraba donde estaba 
(su hijo Jesús), avisara, para prenderlo" (Jn 11,57). 
• Cuando la señalan como la madre del que anda en malas com-
pañías: "Vaya un comilón y un borracho, amigo de recaudadores 
y descreídos" (Le 7,34). 
• Cuando en la fuente, en el mercado, la señalarían como la 
madre del criminal (Le 22,37) crucificado entre "dos bandidos, 
uno a su derecha y el otro a su izquierda" (Me 15,27) ¡Y crucifica-
do por la gente más religiosa del pueblo más religioso! 
21 
2. La presentación de Jesús 
y el favor de Dios en la familia 
Nadie puede negar que en la familia de Na2aret estaba pre-
sente Jesús, el Señor, es decir: lo mejor que puede haber en una 
familia, en una casa. Y con él, la gracia y la bendición de Dios. 
Sin embargo, en aquella familia había problemas, muchos, 
graves, y durante toda la vida. 
Otra cosa además: precisamente la presencia de Jesús es la 
causa de las tensiones, conflictos, problemas. ¿Qué nos quiere 
decir esto? 
I9 Que el favor de Dios no está en la ausencia de problemas, en 
que él nos los resuelva. Nuestro Dios no es el que nos evita todo, 
sino el que nos da la fuerza para superarlo todo, como la dio a 
José, a María, al mismo Jesús-hombre (Mt 26,39. 42; Le 23,46). 
2B La familia ideal no es la familia donde no hay problemas. La 
mejor familia que ha existido en el mundo es la que acogió total-
mente a Jesús, escuchó su evangelio, trató de vivirlo, aunque eso 
fuese a costa de tener que soportar las situaciones más pro-
blemáticas. 
39 La familia de Nazaret tuvo problemas. Pero ante las dificultades 
todos reaccionaban positivamente y se ayudaban unos a otros. 
Analiza la reacción de José ante el problema del embarazo de 
María (Mt 1,18-20) ¿Qué les ayudaría para mantenerse unidos en 
la persecución? (Mt 2,13-21). 
Reflexiona y responde 
1. ¿Te da todo esto alguna luz para orientar los problemas de tu 
propia familia? 
2. ¿Por qué tuvo muchos problemas la "Sagrada Familia" ? 
22 
3. ¿La familia instalada, que solo piensa en su propio interés y 
provecho, insolidaria con el sufrimiento de tantas otras familias, 
conformista, sigue los pasos de la familia de Nazaret? ¿Por qué? 
23 
TEMA 3 
JESÚS DE NAZARET 
NO SE LLEVA BIEN CON SU FAMILIA 
Gerardo pertenece a una buena familia cristiana: casados por 
la Iglesia, fieles en sus 32 años de matrimonio, con dos hijos ya 
casados, una familia unida. El "viejo" Antonio colabora con los 
"padres" de la parroquia. Antonio y María llegaron muy jóvenes al 
país. Aquí se conocieron, se casaron, trabajaron duro. Durante 
muchos años se negaron no solo el descanso sino cualquier otra 
satisfacción que no fuera el trabajar y ahorrar. Enviaron a sus 
hijos, Alfredo y Gerardo, al mejor colegio de la ciudad, de "curas". 
Eran los años 70. Alfredo ya era universitario. Gerardo cursaba su 
último año de bachillerato. El colegio se había contagiado con la 
preocupación "social". La juventud de Gerardo, generoso y noble, 
estaba a "millón" en todo: en el grupo juvenil, en el periódico 
(dos hojas) contestatario, la catequesis, el barrio, los pobres... Y 
también en la exhuberancia de su amor y sexualidad. Y Elena 
resultó embarazada. Era una muchacha pobre, sencilla, pero 
encantadora. 
Gerardo reaccionó noblemente: se casarían. El se pondría a 
trabajar. Habló claramente con sus padres. A éstos como que se 
les cayó el cielo encima, se opusieron por todos los medios posi-
bles. Como el fin que perseguían era para ellos el bueno, el único 
bueno y querido por Dios, todas las presiones y artimañas esta-
ban automáticamente permitidas. Consiguieron que Elena abor-
tase: pagaron todo y más. Y lograron quebrar las resistencias, la 
moral de Gerardo. 
27 
Hoy Gerardo está "bien" casado, como soñaron sus padres: 
familia cristiana, por supuesto. Acaba de trasladarse a un "pent-
house" que le ha costado nueve millones. ¡Gracias a Dios que, a 
tiempo, toda la familia sacó su buena plata fuera del país! 
• ¿Qué piensas del proceder de los padres de Gerardo? ¿Es cris-
tiano? 
• ¿Eran valores cristianos los que vivía Gerardo? ¿Y los que ahora 
vive? 
• ¿Qué te dice este caso sobre la familia cristiana? ¿Cómo debe 
ser una familia verdaderamente cristiana? 
7. La familia cristiana 
tras el seguimiento de Jesús 
Ser familia cristiana es algo mucho más fundamental y trans-
cendental que el hecho de estar casados por la Iglesia y cumplir 
con ella. Lo iremos viendo al ver lo que el evangelio nos dice de 
la familia. 
Pero antes tenemos que partir de estas verdades, de estos pre-
supuestos: 
Ia Cristiano es el que reconoce a Jesús de Nazaret como el Señor 
(el Hijo de Dios hecho hombre), y lo sigue (Me 8,34), tratando de 
vivir como él, continuando en la tierra, hoy, su tarea, su misión, lo 
que daba sentido a su vida, aquello por lo que él dio su vida: el 
reinado de Dios, hacer un mundo "como Dios manda". 
2Q Este seguimiento de Jesús comporta el vivir la vida con entre-
ga radical a Dios (Le 10,27), haciendo siempre lo que le agrada a 
él (Jn 8,29). Esta entrega radical a Dios pasa necesaria y 
simultáneamente por la entrega radical al hombre (Le 10,27-
37;6,35; 1 Jn 4,20-21). 
3Q El cristiano, el seguidor de Jesús opta, pues, por el hombre 
"hecho a imagen y semejanza de Dios para ser su hijo", y se com-
promete, como Jesús, personal y socialmente a servir y promo-
cionar más a los grupos humanos y estratos sociales más débiles 
28 
y necesitados, porque en ellos los hijos de Dios están más despre-
ciados y escarnecidos (Mt 25,31-46; Le 4,16-30; 7,18-23; Puebla 
327.1141-42). 
49 Así se da gloria a Dios, ayudando a que sus hijos más necesita-
dos tengan vida (Jn 10,10). Así se empieza a realizar el remado de 
Dios, cumpliendo la voluntad del Dios que quiere que todos viva-
mos como hijos suyos, cosa imposible si no vivimos como her-
manos que compartimos con los demás lo bueno que nosotros 
tenemos (Un 4,19-21;3,16-18). 
5Q Por eso y para eso, todo cristiano, toda comunidad, familia cris-
tiana, tiene que fomentar una sociedad: 
• En la que no nos dejemos llevar por la ambición y el egoísmo, 
enriqueciéndonos unos a costa de otros: "Ricos cada vez más 
ricos a costa de pobres cada vez más pobres" (Puebla 28.30; Le 
16,19-31). 
• En la que el subir todo lo que se pueda en la vida no se consiga 
y mantenga dominando y oprimiendo, sino sirviendo responsable-
mente (Le 22,25-27). 
• En la que nadie goce, ría y disfrute de la vida haciendo llorar y 
sufrir a los demás (Le 6,20-26). 
• El cristiano, soltero o casado, en familia o en sociedad, en el 
trabajo y en el ocio, como seguidor de Jesús, abraza estos crite-
rios de vida y acción, este modelo de sociedad. Supuesto esto, 
vamos a ver qué le pasa a Jesús con la familia, con su familia. 
2. La familia contra Jesús, 
por que les crea problemas CMC 3.20-21; 
La familia busca a Jesús cuando se entera de la vida que lleva 
entregado a la gente pobre, enferma, necesitada, hasta el punto 
de no tener tiempo ni de comer. Además están alarmados porque 
Jesús se ha enfrentado repetidas veces, por causa de esa "gente", 
a los que tienen autoridad y prestigio: letrados (Me 2,5-12) y 
fariseos (Me 2,15-17). Estos, con los partidarios del rey Heracles, 
planean "para acabar con él" (Me 3,1-6). También los letrados de 
29 
Jerusalén, la capital, han llegado, llamados quizá por los de la 
provincia, y lo acusan diciendo que tiene dentro al demonio (Me 
3,22). Jesús está creando problemas a la familia.¿Por qué les crea 
problemas Jesús? Porque está entregado al reino (Me 1,15), a la 
gente marginada (Me l,23.40-42;2,15-17). Sobre todo porque li-
bera y reintegra a la sociedad a esta gente marginada (Me 1,40-
45), y despierta la conciencia crítica del pueblo frente a sus 
líderes (Me 1,21-22.27). 
Sus familiares "fueron a echarle mano, porque decían que no 
estaba en sus cabales". Jesús les complica la vida. En definitiva 
un pobre hombre enfrentado con todos los que tienen poder y 
prestigio. 
3. La familia desprecia a Jesús por que es 
un pobre hombre que no hace las cosas 
que ellos quieren y como ellos las quieren 
(Me 6,1-6; Mt 13,53-58; Le 4,14-30) 
Es un pobre hombre. No es más que "el hijo del carpintero" y 
"su madre es María". 
Quieren que haga cosas maravillosas a su favor:— "Todo lo 
que según hemos oído se ha hecho para esa Cafarnaún, hazlo 
también en tu tierra" —. Pero no creen en él. 
Y se extrañan de que hablando de la liberación del pueblo, no 
hablara de la violencia "de que mencionara solo las palabras sobre 
la gracia". Jesús es galileo, habla en Galilea, país de violencia (Le 
13,1; Hch 3,57), conoce bien la Escritura que habla del "desquite 
de nuestro Dios", que ellos esperan por la violencia de las armas 
(Is 61,1-2). Estaban escandalizados. Jesús se siente despreciado 
no creen en él. Quieren hasta despeñarlo. 
El cristiano, el seguidor de Jesús, el discípulo de Jesús debe 
saber que muy probablemente sea en su tierra, entre sus fami-
liares más cercanos, donde más fácilmente suscite el escándalo y 
donde menos sea comprendido y apreciado (Me 3,21; 6,1-6). 
30 
4. Definitivamente la familia de Jesús 
va por un lado y Jesús por el opuesto 
(Jn 7,1-8) 
Jesús se ha puesto siempre al lado de los más necesitados (Jn 
6,6); ha rehuido toda publicidad y poder (Jn 6,15); se ha arriesga-
do, jugándose la vida, al denunciar la injusticia y opresión mon-
tadas por los dirigentes religiosos judíos (Jn 5,1-16.41.44). 
Sus parientes, en cambio, quieren que vaya a la provincia más 
importante (Judea), a la capital (Jerusalén), que sea una figura 
pública, con poder, con prestigio: 
"Trasládate de aquí y márchate a Judea, así tus discípulos pre-
senciarán esas obras que haces, pues nadie hace las cosas clan-
destinamente si busca ser una figura pública. Si haces estas cosas 
manifiéstate al mundo". 
Jesús se niega y da la razón: 
"El mundo no tiene motivo para aborreceros a vosotros; a mí sí 
me aborrece, porque yo declaro que sus acciones son malas". 
El discípulo de Jesús, fiel a su misión, siguiendo a Jesús, tra-
bajando por el reinado de Dios con él y como él, denunciará toda 
clase de injusticias, atrayéndose la enemistad de los que dominan 
y pasando a ser considerado un individuo peligroso. 
Los familiares, siguiendo la lógica de la "sangre", se arrimarán 
a él empujándole a la publicidad y a la fama, pretendiendo que 
sea un personaje importante en la sociedad en quien apoyarse y 
de quien vanagloriarse. 
31 
Reflexiona y responde 
1. ¿Qué te enseña el evangelio en este tema sobre la familia? 
2. ¿Por qué tiene Jesús los enfrentamientos con su propia familia? 
3. ¿Qué modelo de sociedad quiere Jesús? 
4. ¿A qué modelo de sociedad se enfrentó? 
5. ¿Qué modelo de sociedad fomenta tu familia, y, en general, la 
familia cristiana? 
6. Los problemas que tienes con tu familia ¿a qué se deben? 
¿Han sido por causa del evangelio? 
7. Si no has tenido problemas por causa del evangelio, ¿a qué 
crees que se debe? ¿A que tú y tu familia viven el mensaje del 
evangelio? ¿O a que no lo viven, no siguen a Jesús, o lo hacen 
muy a medias y muy de lejos? ¿Puedes concretar? ¿Qué vas a 
hacer? 
8. ¿Qué piensas cuando el "mundo" (es decir: políticos, sindica-
listas, autoridades, corrompidos y corruptores; ricos cada vez 
más ricos a costa de los pobres, cada vez más pobres, etc.) busca 
el apoyo de gente de la Iglesia (¡seguidores de Jesús asesinado y 
resucitado!) los condecora, los obsequia, se quieren hacer "bien-
hechores" de ella...? ¿Cómo reaccionaría Jesús? 
NOTA; Algunos familiares siguieron a Jesús, sobre todo en su pasión y muerte, y 
después de resucitado. LeeMt 27,56; Jn 19,25; Hch 1,14. Santiago, pariente de Jesús, fue 
el principal dirigente de la comunidad de Jerusalen (Hch 12,17; 15, 13.19-22: 21.17-18). 
32 
TEMA 4 
JESÚS DE NAZARET DA 
UN DISGUSTO TREMENDO 
A SUS PADRES, JOSÉ Y MARÍA 
Rafael hizo su profesión religiosa en Caracas. Estaban su 
mamá, sus hermanas, la abuelita. El papá se opuso siempre a la 
vocación de su único hijo varón. Y renuente, no asistió. No acepta 
que ningún nieto suyo lleve su apellido como el primero. El tam-
poco tuvo hermanos varones. Lo que Rafael ha hecho le parece 
pura pérdida. 
¿Conoces otros casos en los que los padres quieren disponer, 
determinar ellos el estado de vida de sus hijos? 
¿O el trabajo o profesión que deben asumir? ¿La mujer o el 
marido con quien se deben casar? 
¿Que te parece eso? 
7. Jesús de Nazaret, sin permiso 
de sus padres, "se perdió" por tres días 
"Sus padres iban cada año a Jerusalén por las fiestas de pascua. 
Cuando Jesús cumplió doce años subieion a las fiestas según la 
costumbre, y cuando éstas terminaron, al volverse ellos, el niño 
Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. 
Estos creyendo que iba en la caravana, al terminar la jornada se 
pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; y, como no lo 
encontraban volvieron a Jerusalén en su búsqueda. A ¡o:; imu díus 
lo encontraron, por fin, en el templo..." (Le 2,41-51). 
35 
Piadosamente hemos llamado a este suceso "el niño perdido y 
hallado en el templo". Pero, como vemos, Jesús no es el mucha-
chito campesino, que se extravía entre el gentío por las calles de 
la gran ciudad. Jesús se quedó porque quiso. Lo planeó así, "sin 
que lo supieran sus padres". La cuestión es que Jesús no era un 
jovenzuelo rebelde, malcriado, irresponsable. Sin embargo, aun a 
sabiendas de que les iba a dar un tremendo disgusto, Jesús no 
pidió permiso a sus padres. Y le hubiera sido fácil. José y María 
eran buena gente, comprensibles. No se merecían aquello. Por 
eso al verlo se quedaron extrañados, y le dijo su madre: "¿Hijo, 
por qué te has portado así con nosotros? ¡Mira con qué angustia 
te buscábamos tu padre y yo"! 
Aquello no fue una casualidad, ni un accidente. Tampoco una 
aventura de muchacho. El les contestó: "¿Por qué me buscaban? 
¿No sabían que yo tenía que estaren la casa de mi Padre?" Lo 
que él ha hecho lo ha llevado a cabo premeditadamente. Sus 
padres están desconcertados ante esa conducta de un hijo tan 
obediente, tan respetuoso. 
2. "Ellos no comprendieron 
lo que quería decir" 
Y era natural que la conducta de Jesús fuese incomprensible 
para sus padres. Sobre todo en aquel tiempo, en aquella sociedad, 
en aquella familia. 
Hasta los trece años el niño era un menor de edad, sujeto en 
todo a sus padres. Y estos eran muy estrictos con sus hijos. 
Desde los cuatro años el padre tomaba la responsabilidad de los 
hijos varones. A veces desde los seis hasta los doce años, los 
padres enviaban al hijo a que aprendiese el oficio en casa de otro, 
o vendían a la hija como esclava. El padre podía casar a las hijas 
con quien él quisiera. El disponía de todo lo que ganaban los 
hijos. El padre tenía obligación jurídica de alimentar a sus hijos 
solo hasta los 6 años de edad. Y hasta podía anular los votos y 
promesas que los hijos hicieran a Dios. Es decir, el padre era 
quien orientaba y organizaba, no solo la vida social y económica 
de sus hijos, sino incluso su vida de creyentes. 
36 
Jesús es un menor de edad cuando se queda en la capital sin 
contar para nada con sus padres: algo inusitado en aquella 
sociedad, en una buena familia, nada menos que ¡la Sagrada 
Familia de Nazaret! 
3. Hay que obedecer a Dios 
antes que a los padres 
La respuesta que Jesús da a su madre cuando ella, disgustada 
y adolorida, le reclama,"¿por qué te has portado así con 
nosotros?", es: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo tenía 
que estar en la casa de mi Padre?" Veamos si nosotros enten-
demos hoy esta respuesta de Jesús. 
En primer lugar, hay que aclarar que Jesús no obró así por 
rebeldía y malcrianza, ya que el evangelio añade: "Bajó con ellos 
a Nazaret y siguió bajo su autoridad". 
Jesús ha dado a María y a José una respuesta: "Que tiene que 
estar en la casa de su Padre", que debe ocuparse de las cosas de 
su Padre. Jesús de Nazaret tiene un padre que le llama, y ante esa 
llamada del Padre del cielo, ni José ni María son dueños de la 
vida de Jesús. No será fácil convivir con un Jesús de Nazaret que 
crece así, con esa conciencia de que para él lo único absoluto e 
intocable es esa relación, esa obediencia a su Padre del cielo, ese 
cumplir la voluntad del Padre, ese ocuparse de las cosas de Dios: 
el reinado de Dios. 
¿Crecen así los hijos en las familias cristianas? ¿En mi familia? 
¿Por qué no? 
Esto es lo que también nos dice y enseña este evangelio a 
nosotros: que Dios, nuestro Padre, es el único absoluto en nuestra 
vida. Que cuando en mi conciencia entra en conflicto la voluntad 
de Dios y la voluntad de los hombres (sean padres, autoridades, lo 
que sean), ¡hay que obedecer a Dios antes que a los hombres!; 
¡hay que obedecer a Dios antes que a los padres!; ¡hay que obe-
decer a Dios antes que a las autoridades! ¿Vivimos esto los cris-
tianos? ¿Y las familias cristianas? ¿Qué tendríamos que hacer? 
Claro está que ese nuestro Dios no es un cualquiera. En ol Dios 
para quien lo más querido somos nosotros, sus hijos. Es ol Dios a 
37 
quien le es imposible el dejar de amarnos, el que siempre nos 
quiere bien, el que siempre está a nuestro favor... ¡El Dios de la 
vida, de la felicidad! 
Por eso nos dirá Jesús a los cristianos: "No se llamarán padre 
unos a otros en la tierra, pues su Padre es uno solo, el del cielo " 
(Mt 23,9). 
La autoridad y dominio de los "padres" de este mundo (no solo 
de los padres de familia) no es intocable. La última palabra no la 
tienen esos "padres", sino el Padre del cielo. Y nuestro Padre del 
cielo nos habla de muchos modos. También a través de los conse-
jos, el ejemplo de los otros "padres". Pero la última palabra la 
tiene él a través de lo que nos dicta nuestra conciencia de 
creyentes. 
En la familia de Nazaret, llegó un día en que Jesús abandonó 
la seguridad del hogar para cumplir la voluntad del Padre, para 
ocuparse de las cosas de Dios (lo que Dios quería de él en la 
vida). Así también llega un día en que los hijos dejen de ser la 
continuación de los padres y buscan su propio camino en la vida 
(su ideal o su "Padre" ). Solo si los padres asumen esa ruptura y 
aceptan la lejanía e independencia de sus hijos podrán volver a 
encontrarlos. 
4. 0 seguidores de Jesús o hijos de papá 
Este Jesús de Nazaret es el Señor, es el Hijo de Dios hecho 
hombre. Es Dios con nosotros. Para el cristiano, seguidor de 
Jesús, el seguimiento de su persona es lo primero y está por enci-
ma de la familia. Por eso nos dice: 
"El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es 
digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no 
es digno de mí" (Mt 10,37-38). 
"Si uno quiere ser de los míos (simplemente cristiano) y no 
me prefiere a su padre o a su madre, a su mujer y a sus hijos, a 
sus hermanos y hermanas, y hasta a si mismo, no puede ser dis-
cípulo mío" (Le 14,26). 
La familia (como el partido político, el estado..., la propia per-
sona) puede convertirse en un "ídolo" exigente y absorvente. Un 
38 
"ídolo" que reclama mi amor, mi atención, mi entrega. Y surge el 
conflicto entre la voluntad de Dios por una parte, y la voluntad de 
la familia por la otra, entre los planes y criterios de Jesús de 
Nazaret y los planes y criterios de muchas familias aun cristianas. 
Por eso Jesús es tajante en sus exigencias y no tolera que nada ni 
nadie interfiera en el camino de su seguimiento por el reino 
(puedes comprobarlo leyendo Le 9, 59-62). Este es el reto: ¡O 
seguimos a Jesús, o seguimos siendo no más que hijos de papá! 
Reflexiona y responde 
1. ¿Has entendido un poco más lo que es una familia cristiana 
según el evangelio? ¿Qué has entendido? 
2. ¿Qué valores positivos exalta este tema? ¿De parte de los 
padres, de los hijos? 
3. ¿Qué valores como negativos rechaza este tema? ¿De parte de 
los padres? ¿De parte de los hijos? 
4. ¿En qué cosas importantes de la vida los padres no pueden 
imponerse a los hijos? ¿Por qué? ¿En qué cosas los hijos que 
buscan responsablemente su propio camino, tienen que mostrar 
su independencia y libertad con respecto a la propia familia? 
5. Muestra el egoísmo nada cristiano que hay en los padres que 
quieren que los hijos sigan apegados a ellos, que sean lo más 
iguales posibles a ellos... 
6. Muestra cómo la familia, aun cristiana, puede ser obstáculo a 
nuestro vivir cristiano, para seguir a Jesús. 
39 
TEMA 5 
JESÚS DE NAZARET DICE QUE ES MAS 
IMPORTANTE CUMPLIR LA VOLUNTAD 
DE DIOS QUE SER PARIENTE SUYO 
: 
Las familias López y Chirinos están que no caben más de 
orgullo y felicidad. Su pariente Antonio López Chirinos ha sido 
nombrado director de personal del Ministerio de Relaciones 
Interiores. Su "hermanazo" del alma, ahora el presidente, no 
podía fallarle. Un mes no más lleva Antonio al frente de la direc-
ción, pero entre López y Chirinos, y demás parientes, son 17 los 
"acomodados" en direcciones, divisiones, secciones, servicios, 
inspectorías, etc. Y no precisamente de porteros, ascensoristas y 
otras menudencias. Aunque es verdad que algunos de ellos no 
han pasado de tercer año, se les da mucho eso de la "adminis-
tración", "proveduría y transporte", "compras y suministros", la 
"cooperativa de consumo". Como que con Antonio les cayó el 
loto acumulado a los López-Chirinos. Familia es familia, dice 
Antonio. Y la familia tiene que estar por encima de todo lo 
demás. El amor familiar por encima de todo. Para algo los López-
Chirinos son cristianos; no faltaba más. Y siempre han cumplido 
con la Iglesia. Cuando María, la mujer de Antonio, fue a encargar 
la misa en acción de gracias, se puso y puso a Antonio a las 
órdenes del P. Pedro, el párroco. 
• ¿El comportamiento de la familia López-Chirinos tiene algo 
que ver con el evangelio? ¿Por qué? 
• ¿A qué da más importancia la familia López-Chirinos? 
¿Con quién se compromete y solidariza de hecho, no de palabras, 
Antonio? 
43 
• ¿Se da entre las familias cristianas,en tu familia en concreto, 
una doble moral: una privada, que es la que tiene que ver con las 
cosas religiosas, con lo espiritual, con la salvación, con el más 
allá; y otra pública que mira más bien a las cosas de este mundo 
material (riqueza, poder, prestigio), el más acá del cálculo, ambi-
ción, de los reales? 
• Con cristianos como Antonio, con familias cristianas como la 
López-Chirinos, ¿transformaremos la sociedad en el reinado de 
Dios que quiere Jesús, sin desigualdades, explotaciones, tra-
calerías... todos verdaderamente hermanos, hijos de Dios? 
1. Para Jesús su verdadera madre 
y sus verdaderos hermanos no son los de 
"su sangre", sino los que están entregados 
al servicio del reinado de Dios 
(Me 3, 31-35: Mt 12.46-50; Le 8,19-21) 
María de Nazaret, la Virgen María, concibió a Jesús, lo parió, 
lo amamantó. Jesús es su hijo: carne y sangre suya. Sin duda que 
la primera palabra que Jesús pronunció fue: ¡Mamá! María, como 
madre, crió y educó a su hijo responsablemente. Lo fue "hacien-
do" con su presencia cariñosa, ejemplar, con lo mejor que tenía 
en su corazón y en su vida. 
Jesús de Nazaret no tuvo hermanos, hijos de los mismos 
padres. En la Biblia hermanos son también los parientes próxi-
mos: primo, sobrino, tío, cuñado (ver Gn 29,12, 24,48; ver Me 6,3 
y Me 15,40.47:16,1). 
El evangelio narra cómo Jesús está en casa rodeado de gente 
sentada a su alrededor. Llegan su madre y sus hermanos. Lo lla-
man desde fuera. La gente que está cerca de Jesús le avisa que 
su mamá y sus hermanos lo buscan. Y Jesús responde que su ver-
dadera madre y sus verdaderos hermanos son los de la comunidad 
que comparten su ideal de poner por obra el designio de Dios, el 
reinado de Dios. 
"Llegaron su madre y sus hermanos y, quedándose fuera, le man-
daron recado para llamarle. Tenía gente sentada alrededor, y le 
44 
dijeron: oye, tu madre y tus hermanos te buscan ahí fuera. El les 
contestó: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y paseando la 
mirada por los que estaban sentados en corro a su alrededor, dijo: 
aquí tienen a mi madre y a mis hermanos. El que pone por obra el 
designio de Dios ése es hermano mío y hermana y madre"(Mc 3, 
31-34). 
Para Jesús su familia la constituyen aquellos que cumplen la 
voluntad de Dios. Los que ponen por obra el designio de Dios 
esos son ante todo su madre y sus hermanos. Esos son los que 
forman con Jesús un mismo hogar de amor, de ideal, de comu-
nión, de confianza. Esos son para Jesús los "suyos". Esa es la 
familia cristiana. 
El mero parentesco no nos hace cristianos, familia cristiana. 
La maternidad biológica, no hace a María cristiana. ¿Por qué? 
El lazo que une estrechamente a María con Jesús, no es única 
ni principalmente el hecho de haberlo dado a luz, sino sobre todo 
el haber escuchado la palabra de Dios y haberla cumplido siempre 
y en todo. María cumplió la voluntad de Dios en la misma edu-
cación que dio a Jesús, sin egoísmos opresores y anuladores de la 
personalidad, ayudando positivamente a Jesús para que libre-
mente acogiese y realizase su vocación, su misión, la voluntad del 
Padre hasta la muerte y muerte en cruz. 
2. No todos pueden parir un hijo, y menos un 
hijo que sea Dios. Pero al alcance de todos 
está el cumplir la voluntad de Dios 
Un día estaba Jesús hablando bonito a los que le rodeaban. Y 
respondía claro, cortante, a unos infiltrados mala gente: 
"Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la gente le dijo 
gritando: ¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te cria-
ron! Pero él repuso: mejor: ¡Dichosos los que escuchan el mensaje 
de Dios y lo cumplen!" (Le 11, 27-28). 
Ayer y hoy hemos reducido la mujer a biología. En el Oriente 
antiguo era un vientre fecundo que engendra hijos y unos pechos 
45 
generosos que los alimentan: la mujer que da hijos al marido. 
Hoy la estamos minimizando, quizá prostituyendo, a nada más 
que un sexo. 
Aquella mujer del pueblo, alaba a María viéndola nada más 
que desde lo biológico. Jesús corrige a la mujer que declara 
dichosa a su madre carnal. Para Jesús la verdadera bienaventu-
ranza del hombre y de la mujer no está en la relación natural, de 
parentesco. Mujer y hombre son más que biología, más que sexo: 
son personas. Y su realización como personas, su madurez 
humana, su dicha y felicidad verdadera, dice Jesús, está en vivir 
como hijos de Dios y como hermanos. 
La maternidad biológica de María fue "cristianizada" porque 
ella fue: 
• La mujer que acogió en toda ocasión la palabra de Dios (Le 
2,19-51). 
• La mujer que dio fe a esa palabra, creyó en ella (Le 1,45). 
• La mujer que fue siempre obediente totalmente a Dios en su 
vida (Le 1,38). 
• La mujer que valientemente anunció el reinado de Dios tan con-
trario a los "reinos" de este mundo (Le 1,51-53). 
• La mujer que nunca puso dificultades a la vocación y misión de 
su hijo Jesús, aunque ésta llevase consigo la separación (Mt 4,13; 
Me 1,9.14.21; 2,1). 
• La mujer que vivió y acompañó como mujer del pueblo y ma-
dre, la lucha de su hijo por e* reino hasta la cruz, hasta la muerte 
(Me ll,15-18;12,13;Jn 11,47-50.53.57; 19, 5-7.12-15.25) 
Jesús nos dice, pues, claramente en el evangelio que la verda-
dera familia cristiana, "su" verdadera familia: 
• No está en el mero parentesco de carne y sangre. Ese, de por sí 
solo, carece de importancia delante de Dios y de su reino. De 
hecho da origen a familias que, aunque bautizadas (como los 
López-Chirinos), no son cristianas, seguidoras de Jesús por el 
reino. 
46 
• Tiene que cumplir la voluntad de Dios. Es decir, lo cierto y claro 
es que la verdad y savia vital del evangelio, el seguimiento de 
Jesús, su proyecto de vida y compromiso por el reino de Dios 
tienen que ser tomados en serio por la familia, impregnando su 
realidad y vida toda. 
Reflexiona y responde 
1. ¿Qué te enseña en concreto este tema sobre la familia cris-
tiana? 
2. ¿Qué valor evangélico, según este tema, tiene que vivir la 
familia que quiere ser cristiana? 
3. Una familia como la de Antonio López Chirinos ¿ayuda a sus 
miembros a seguir a Jesús y a vivir el ideal del evangelio en 
nuestra sociedad? ¿Por qué? 
4. ¿Cómo catalogarías el cristianismo de Antonio y su familia? 
• ¿Un cristianismo puramente exterior y superficial (de nombres, 
de prácticas), con el que convive pacificamente el deseo desor-
denado de instalación y de lucro? 
• ¿Un cristianismo de cumplimiento de la voluntad de Dios, es 
decir, de verdadero seguimiento a Jesús y de sus exigencias 
evangélicas: 
- de compromiso con la verdad y la justicia. 
- de morir al egoísmo y a la ambición de poder y privilegio. 
- de actuar responsablemente, luchando contra toda injusticia, 
opresión, dominio, humillación o explotación del ser humano. 
- ¿con preferencia por los más débiles y desgraciados, estando al 
lado de los marginados? 
47 
TEMA 6 
¿HAY QUE ELEGIR ENTRE SEGUIR 
A JESÚS O SEGUIRÁ LA FAMILIA? 
Atilio, Hilda, Marcos y Ana son jóvenes formados en grupos 
cristianos de base que viven el ideal de seguir trabajando por los 
demás, comprometidos para que vayan desapareciendo las 
desigualdades injustas e irritantes, la opresión que aprieta y 
aplasta siempre a los de abajo. 
Atilio es de los bloques del 23 de enero. Se destacó en el 
Instituto Técnico Jesús Obrero, de Catia. Lo enviaron becado a 
Alemania. De allí regresó graduado de ingeniero. Se sentía orgu-
lloso, feliz, pero con sincero deseo de ayudar a su gente de Los 
Bloques, de Catia. De las varias posibilidades de trabajo que se le 
ofrecía le atraían dos: una de gerente de personal, buen puesto 
para ayudar a la gente; otra de gerente de compras y ventas, 
puesto clave para ganar mucho. La presión de su novia, de su 
familia, le decidió por las compras y las ventas. 
Hilda es del barrio El Manzanillo, de Maracaibo. Asistenta 
social, trabaja en el dispensario que el arzobispo tiene en el barrio 
"Betulio González". Y sigue como catequista de la parroquia 
desde hace muchos años. Y en la cooperativa. Se va a casar, 
enamoradísima,con un doctor que hizo su pasantía en el dispen-
sario. Ella dice que empatan en todo, menos en una cosa: él no 
entiende eso del seguimiento de Jesús. Van a vivir en una quinta 
en el Milagro. El padre del doctor es uno de los principales 
accionistas de la mejor clínica de Maracaibo; éste trabaja allí. Y lo 
,ha pedido a Hilda que deje su trabajo, la quiere para sí. 
51 
Marcos y Ana se acaban de casar. Los dos trabajan. Pero el , 
apartamento de la urbanización Caurimare de Caracas en que se 
han metido les lleva ocho mil bolívares de sus sueldos (14 mil). 
Desde que se casaron apenas han aparecido por el grupo cris-
tiano, por la parroquia universitaria. Agobiados económicamente 
no tienen tiempo. 
Atilio, Hilda, Marcos y Ana ¿tienen ahora libertad para seguir 
a Jesús? ¿Por qué? 
L Jesús exige una libertad total 
con relación a la propia familia 
1.1. Cuando Jesús llama a seguirle, a ser cristiano, 
a vivir y trabajar por el reino de Dios, exige, a 
veces, el abandono inmediato de la familia y 
hasta del trabajo (lee Mt 4,18-22/ Me 2,14) 
Jesús escoge, manda, y los elegidos obedecen dejándolo todo, 
y punto. Es que se trata nada menos que de Dios. Y de hacer el 
reinado de Dios. 
1.2. El seguimiento de Jesús es lo primero y está 
por encima de la familia: 
• A uno que ya era discípulo suyo y le pidió: "Señor, permíteme 
ir primero a enterrar a mi padre", Jesús le replicó: "Sigúeme y 
deja que los muertos entierren a sus muertos" (Mt 8,21-22). Y en 
el pueblo judío, en el mundo entero, el deber más sagrado era y 
es el dar sepultura a los padres. Para Jesús el amor de Dios, el 
cumplir su voluntad realizando el reinado de Dios, exige ser libre 
de toda atadura. 
• Jesús a otro que daba la impresión de estar entre un sí y un no: 
"Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi fami-
lia", le contestó: "El que echa mano al arado y sigue mirando 
atrás, no vale para el reino de Dios" (Le 9,61-62). "Tomar el arado" 
presupone decidirse total, definitivamente. 
52 
No puede haber verdadero amor a Dios y verdadero amor a los 
hombres, hijos de Dios y por eso hermanos, sobre todo a los más 
desamparados, si estamos atados al dinero, al poder, al prestigio. 
Por eso Jesús exige a sus seguidores (a todo cristiano) vivir libres 
con relación al dinero, al poder, al prestigio. Igualmente exige a 
sus seguidores la libertad real y verdadera con relación a todo lo 
que crea dependencia y ataduras que provienen de la familia (el 
trabajo de Atilio, el matrimonio de Hilda, el apartamento de 
Marcos y Ana que quieren vivir a tono con su clase social). Jesús 
nos quiere libres para construir la familia del Padre, el reinado de 
Dios, donde vivíamos ya aquí y ahora como hijos de Dios, como 
hermanos unos de otros. 
2. Cuando des un banquete invita 
a los pobres y no a tus familiares 
Jesús dice: "Cuando des una comida o una cena no invites a 
tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos 
ricos; no sea que te inviten ellos para corresponder y quedes 
pagado. Cuando des un banquete invita a pobres, lisiados, cojos 
y ciegos; y dichoso tú entonces porque no pueden pagarte; te 
pagarán cuando resuciten los justos" (Le 14,12-14). 
Según la mentalidad de entonces, compartir la mesa era un 
gesto que expresaba la solidaridad con los comensales: con ellos 
también se compartía la vida. 
Para Jesús, la vida de sus seguidores no puede ser el inter-
cambio: te doy, te invito y ayudo para que me des, invites y ase-
gurarme tu ayuda. Y así marginamos en la vida a los que nada 
tienen, pueden, nada son (lee Le 6,32-36). 
El amor al prójimo no es interesado (lee Mt 5,43-48). Un amor 
fundado en el interés convierte el mundo en un negocio: también 
el mundo de la familia. Pero el mundo de Jesús y de sus 
seguidores está fundado y centrado en el amor que ofrece y se 
ofrece libre y generosamente y no en un tipo de negocio. 
63 
3. Seguir a Jesús no trae ventajas económicas . 
ni sociales para la familia 
Lee lo que dice el evangelio de Lucas 19.1-10: 
Zaqueo es un hombre rico. Se ha enriquecido aprovechándose del 
poder, privilegios y ocasiones que le da el ser "jefe de recau-
dadores" de los impuestos que había que pagar a los romanos 
opresores. Un día siente la curiosidad de saber quién es Jesús; se 
esfuerza, se arriesga: "Para verlo se adelantó corriendo y se subió 
a una higuera, porque tenía que pasar por allí". 
Jesús quiere entrar en su vida y le dice: "Zaqueo, baja 
enseguida que hoy tengo que alojarme en tu casa". 
Para Zaqueo, hombre público, rico pero también venal, co-
rrompido, injusto, es una satisfacción que Jesús lo honre invitán-
dose a su casa. Sin pensarlo dos veces "lo recibió muy contento". 
Por eso "al ver aquello murmuraban todos: ¡Ha entrado a 
hospedarse en casa de un pecador!" Y ¿qué pasa? 
Zaqueo no se aprovecha de Jesús para pantallear, justificarse y 
seguir enriqueciéndose injustamente, porque se siente "bendeci-
do" públicamente. A Zaqueo le parece inconcebible que el bueno, 
justo y honrado Jesús quiera ir a su casa, hospedarse y coma con 
él, señal de máxima amistad. Y ante un Jesús limpio, verdadero, 
Zaqueo cae en la cuenta de la mentira de su vida, y se convierte. 
Su conversión no se queda en buenas palabras, en limosnas: 
• A los que defraudó injustamente les devuelve cuatro veces más 
de lo que les quitó. 
• Y la mitad de lo que le queda, la entrega a los pobres. 
Quizá Zaqueo se sintió responsable de lo que sus subordina-
dos habían también robado con su dejar hacer, con su consen-
timiento, con su complacencia...: es decir con su complicidad y 
encubrimiento. Jesús comentó: "Hoy ha llegado la salvación a 
esta casa" (casa-familia). 
54 
Zaqueo no ha actuado en solitario. La invitación es suya y de 
toda "la casa" ( "la familia" ). Se salvó Zaqueo y se salvaron "los 
suyos". Pero la familia toda se empobreció. Y bajó en la escala 
social. De seguro que Zaqueo perdió su puesto de Jefe. Ya no 
podía seguir siendo cómplice; ni encubridor, mucho menos 
ladrón. 
4. Jesús puede ser causa de odio entre los 
miembros más allegados de una familia 
Analiza estas afirmaciones que hace Jesús de Nazaret: 
"¿Piensan que he venido a traer paz a la tierra? Les digo que no, 
división y nada más; porque de ahora en adelante una familia de 
cinco estará dividida; se dividirán tres contra dos y dos contra 
tres; padre contra hijo e hijo contra padre, madre contra hija e hija 
contra madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la sue-
gra" (Le 12, 51-53). Lee también Mt 10, 34-36. 
"Un hermano entregará a su hermano a la muerte, y un padre a 
su hijo; los hijos denunciarán a sus padres y los harán morir. 
Todos los odiarán a ustedes por causa mía; pero quien resista 
hasta el final se salvará" (Mt 10, 21-22). Lee también Le 21,12-17 y 
Me 13, 9-13. 
Jesús afirma que ha venido al mundo, y que su venida traerá 
enfrentamientos y división precisamente entre los miembros más 
allegados de la familia. Y esto lo dice el mismo Jesús cuyo 
nacimiento es anunciado así: "Gloria a Dios en el cielo y paz en la 
tierra a los hombres que él quiere tanto" (Le 2,14). 
Resucitado saluda a sus seguidores con aquellas palabras: 
"Paz con ustedes" (Le 24,36). ¿Qué paz es esa que trae Jesús? Ser 
de los de Jesús, seguidores suyos, cristianos ¿puede ser causa de 
que algunos miembros de la familia lleguen hasta odiar a otros de 
su misma sangre? ¿Por qué? 
Jesús no quiere familias fundadas solo en la unidad de la sangre 
y el egoísmo. Tenemos que seguir a Jesús individual y familiar -
55 
mente. Y las familias egoístas son incapaces de edificar la nueva ̂ 
familia de Jesús enraizada en la solidaridad con los demás, en el 
reino del Padre de todos los hombres, hermanos, sus hijos. 
Reflexiona y responde 
1. Muestra cómo el que la familia sea cristiana, seguidora de 
Jesús por el reinado de Dios, tiene que ver con la elección: 
• del trabajo que uno tenga 
• del sitio donde uno viva 
• delesposo/sa 
Estos aspectos ¿pueden ser determinantes paraque la familia de 
hecho siga o no siga a Jesús? 
2. ¿Qué consecuencias concretas tiene el marginar de la vida a 
los que nada tienen, nada pueden, nada son? Cita casos concre-
tos. 
¿Puede solucionarse eso con limosnas, con beneficiencia? 
¿Qué responsabilidad y actitud concreta debe tomar tu familia 
cristiana ante eso? 
3. La conversión de Zaqueo ¿fue un buen negocio para su fami-
lia? ¿En qué sentido no? ¿En qué sentido sí? 
4. Ante la realidad política actual, en la que sin duda habrá cris-
tianos (políticos, capitalistas, jueces, militares, etc.), responsables 
quizá de la coirupción y descomposición que vive el mundo 
(como autores, cómplices, encubridores...) ¿Qué nos enseña la 
historia evangélica de Zaqueo? ¿A ellos? ¿A sus familias cris-
tianas? ¿A todos? 
5. Desde siempre, seguir a Jesús ha sido peligroso con conse-
cuencias para la familia. Hay expulsiones (Jn 9,18-23; Hch 26,11), 
hay miedos (Me 114,66-71), solidaridad y comunidad de bienes 
(Hch 4,32-37; 5,1-11), destierro y cárcel (Hch 8,1-3), muerte (Hch 
12,1-2). 
Los emperadores romanos Domiciano, Decio, Valeriano, Galieno, 
Diocleciano apresaban, torturaban, desterraban a los cristianos; 
les privaban de propiedades, derecho, los mutilaban, los asesina-
ban. Los cristianos eran acusados de atentar a la seguridad 
pública del estado judío, del estado romano. Hubo muchos már-
tires. ¿Se da hoy algo de esto en el mundo, entre nosotros? ¿Con 
qué consecuencias? ¿Y para la familia? 
TEMA 7 
EL EVANGELIO 
NO NOS PRESENTA UN 
MODELO PREFABRICADO DE FAMILIA 
Después de haber reflexionado sobre lo ya dicho en los seis 
temas anteriores, puedes contestar a estas preguntas: 
• ¿Jesús, en el evangelio, nos presenta un modelo de familia que 
sea válido para siempre y para todo lugar? 
Si tu respuesta es Sí, da tus razones y muéstranos ese modelo 
prefabricado explícitamente por el evangelio. Si tu respuesta es 
No, da también, por favor, tus razones. 
/. Los cristianos no podemos presentar 
un modelo de familia prefabricado 
por el evangelio 
Parece claro, por todo lo dicho en los temas anteriores, que 
ese modelo: 
7.7. No lo es la familia judía 
tal como existía en tiempos de Jesús 
Porque esa familia representaba un grave obstáculo parn ni 
evangelio de Jesús, ya que: 
(¡1 
• Perpetuaba el poder y autoritarismo del padre, dueño absoluto 
y con plenos poderes sobre la mujer y los hijos, la casa y los 
bienes, el presente y el futuro (ver tema 4). 
• Negaba la dignidad de la mujer. Solo el varón participaba en la 
vida pública aun religiosa. Solo él podía tener varias mujeres. 
Impensable que la mujer tuviera varios hombres: la mataban, por 
ley religiosa, a pedradas. Mientras que él podía ser infiel a su 
mujer, divorciarse por causas mínimas. La mujer no pasaba de ser 
una menor de edad, recluida en el hogar, subordinada al dominio 
del marido, tolerando sus arbitrariedades y abusos: resignada 
siempre, pero nunca feliz. 
• Los mismos niños estaban siempre en función de los adultos. 
• Las relaciones familiares estaban por encima de todas las 
demás, fomentando así de hecho la insolidaridad. 
Y todo esto lo fundaban en la religión. La espiritualidad de la 
gente judía más piadosa creía que Dios estaba con ellos, pero no 
con los paganos, con los justos y no con los pecadores, con los 
conocedores de la ley y no con los ignorantes, con los ricos y no 
con los pobres. "Ningún ignorante es piadoso"; "no voy a apia-
darme de todos aquellos que se aparten del camino"; "está pro-
hibido apiadarse de alguien que no tiene formación", son frases 
de la espiritualidad farisaica. Y aquellas palabras del profeta 
Jeremías: "Yo seré el Dios de todas las familias de Israel" (Jr 
31,1), las entendían en el sentido de que Dios lo era solo de las 
familias legítimas, de las familias israelitas puras (y no de las 
familas que proceden de adulterio, matrimonio ilegítimo, matri-
monio con persona manchada de origen). 
Pero así no piensa Jesús de Nazaret. Por ese camino no se 
entra en el reino de Dios. Compruébalo. 
• Mt 21,32 y Me 2,17; Le 15,1-3 y Mt 21,23; Le 18,9-14. 
• Mt 11,25 yJn 7,48,49; Jn 8,33-39 y Jn 8,36. 
• Le 6,24-26 y Le 16,19-31. 
Jesús viene a proclamar un nuevo estado de cosas, de rela-
ciones: el reinado de Dios. En el reino de Dios pueden entrar por 
62 
igual todos los que admitan que solo Dios es su Padre y que 
todos entre nosotros somos hermanos. Y entre hermanos no 
puede haber desigualdad, explotación, opresión, negación de 
derechos, autoritarismo, insolidaridad como se daba en la familia 
judía. El ser marido y mujer, padre e hijo, no puede anular el 
hecho básico y fundamental de ser todos hijos del único Padre del 
cielo, de ser todos hermanos (Mt 23,8-11). Esto es lo primero, lo 
absoluto, lo que no puede ser negado, anulado por práctica algu-
na, aunque sea religiosa. Por eso esa actitud tan fuerte y escan-
dalosa de Jesús ante la familia. 
1.2. Tampoco lo es la "Sagrada Familia" 
de Nazaret 
Esa es una familia completamente singular: 
José no es padre de Jesús. A lo más su representante legal. María 
es madre y es virgen al mismo tiempo. Única en eso. Jesús, el 
hijo, es verdadero hombre, pero también verdadadero Dios. 
La familia de Nazaret fue una familia con muchos y graves 
problemas. Originados precisamente por tener a Jesús en la fami-
lia (temas 2 y 3). 
Según Jesús hay que obedecer a Dios antes que a los padres 
(tema 4). 
Y es mucho más importante hacer lo que Dios quiere que el 
ser pariente suyo: ¡Su mamá! (tema 5). 
Jesús nos habla de seguirle a él, pero nada nos dice de que 
sigamos a su familia. Jesús quiere que le sigamos en comunidad, 
pero su comunidad familiar extensa va por un lado y Jesús por el 
opuesto. 
63 
2. Los cristianos no podemos invocar 
a la "Sagrada Familia de Nazaret" 
como modelo social de lo que 
debe ser la familia 
¿Por qué? Porque, en la práctica, cuando traemos el ejemplo 
de la "Sagrada Familia" para mostrar y pedir que nuestras fami-
lias cristianas sean como aquella familia, nos fijamos: 
• En un José viejito, bueno y simpático, marido fiel, "padre 
responsable", ciudadano ejemplar, trabajador resignado con su 
suerte. 
• En una María, mujer de casa, con todas las virtudes que ador-
nan a una mujer reducida a ser esposa y madre. 
• En un Jesús, hijo "único" por muchos conceptos. 
• En un matrimonio formado por una esposa, madre y virgen por 
especialísima gracia de Dios, y un marido que no ejerce como 
esposo y no es padre. 
• En un matrimonio sin problemas de paternidad responsable, ni 
métodos naturales o no. 
• En una familia sin problemas de trabajo, vivienda, salud... (al 
menos en la mayor parte de su vida), y con todos los medios reli-
giosos a la mano. 
Y al traer como ejemplo a esta "Sagrada Familia" estamos 
defendiendo, fomentando: 
• A la familia instalada en su dicha, en sus intereses, en su felici-
dad. 
• A una familia cuya aspiración suprema es no complicarse la 
vida con líos y problemas. 
• A una familia correcta en sus vínculos religiosos y civiles (José 
y María no se casaron ni pudieron casarse por la Iglesia). 
64 
3. Esa no es la familia "como Dios manda" 
Más bien "esa" es la "Sagrada Familia" que interesa y sirve a 
una sociedad que no es "como Dios manda". 
Los que así piensan creen que todo está arreglado con pare-
cerse a esa "Sagrada Familia" casándose por la Iglesia, llevando 
los hijos a colegios católicos y hasta asistiendo a misa los domin-
gos, y dando buenas limosnas. Como si "eso" ritual y externo, 
puramente legal y social, fuese lo específico cristiano. 
Pero, ese tipo de "sagrada familia" que nos tranquiliza, es el 
"modelo" que Dios quiere y Jesús nos trae para un mundo donde: 
* ¿Hay familias cuyos hijos mueren diariamente de hambre y dia-
rrea, malaria, tuberculosis...? 
* ¿Hay madres que ya no alimentan a sus hijos inapetentes para 
no quitarles la comida a los otros? 
* ¿Hay madres que se alegran con la muerte de sus hijos "para 
que no sufran", porque ese es el único porvenir quepueden ofre-
cerles? 
* ¿Padres y maridos viven peor que torturados ante la angustia de 
no poder conseguir un empleo, ni siquiera un trabajo indigno...? 
Y lo peor de todo es que no pocas veces las familias cau-
santes, cómplices de ese desorden institucionalizado, no querido 
por Dios, se consideran "bienhechoras"... y ¡cristianas! 
Reflexiona y responde 
1. ¿Estás de acuerdo con las afirmaciones que hemos hecho do 
este tema? ¿En qué sí? ¿En qué no? ¿Por qué? 
2. Piensas que la familia sigue siendo el medio más adecuado y 
también querido por Dios: 
66 
2.1. ¿Para desarrollar la personalidad integral del ser humano? 
2.2. ¿Para integrar al ser humano en la sociedad? ¿En qué senti-
do? ¿por qué? 
Para ayudarte puedes leer estos documentos: Vaticano II: 
Gaudium et Spes, nn 47-52. Populorum Progressio, n 36. 
Documentos de Medellín, El (Familia y Demografía). 
Documentos de Puebla, nn 567-616. 
Famüiaris Consortio, nn 42-48. 
3. Muestra cómo la familia es también una institución ambigua, 
es decir: 
3.1. Que puede ayudar a desarrollar una persona equilibrada: 
• ¿En qué condiciones, circunstancias? 
3.2. Que puede ayudar a desarrollar una persona desequilibrada: 
• ¿En qué condiciones, circunstancias? 
3.3. Que puede integrar al ser humano en la sociedad. ¿Pero en 
qué tipo de sociedad? 
• ¿En una sociedad que valore ante todo el tener más y más, el 
conseguir cada vez más poder a costa de los demás, el triunfar y 
figurar a como de lugar? ¿Qué tipo de sociedad en definitiva es 
esa? 
• ¿En una sociedad más masificadora y deshumanizadora que 
favorece el buscar la "evasión" en el alcohol, la droga, el sexo, la 
violencia? 
• ¿O en una sociedad más fraternal, solidaria, servicial, justa? 
¿Qué tipo de familias integran al ser humano en una u otra 
sociedad ? 
TEMA 8 
HACIA UNA FAMILIA 
SEGÚN EL EVANGELIO 
"¿Qué pueden esperar estos padres de familias, traficantes y 
desvergonzados, mintiendo en los congresos, mintiendo en las 
profesiones, mintiendo en los negocios, burlándose en la intimi-
dad del hogar de las adulaciones y de las cartas públicas; qué 
pueden esperar del hijo jovenzuelo que estudia en los libros lo 
que no ve en la vida paterna y termina por atenerse a ésta con la 
misma cínica bufonería de su "papá" cuando se desata en 
improperios contra las costumbres?" 
¿Qué pretende ese imbécil de cabeza gris, ese anciano 
impúdico que cree que su deber es acarrear para su casa cuanto 
pueda en bienes materiales, aunque enredados en ellos se lleve 
en jirones la propia honra y en despojos la vergüenza propia? 
"Los padres de familia... están incubando una generación de 
malhechores" (José Rafael Pocaterra, Obras Selectas, p 1059). 
Analiza este texto. ¿Estás de acuerdo con él? ¿Por qué? 
• Cuando en las familias se fomenta el que sus miembros tengan 
mucho, suban todo lo que puedan y que brillen lo más posiblo 
¿Qué tipo de sociedad se promueve? ¿Por qué? 
• Cuando en las familias se fomenta entre sus miembros la noli 
daridad que comparte con los necesitados en lugar del deseo do 
acaparar y enriquecerse a costa de ellos; el servir a los domas en 
69 
lugar de servirse de ellos para mandar y dominar; la sinceridad, la 
verdad y lealtad en lugar de la pretensión por sobresalir y briliar, 
¿qué tipo de sociedad se promueve? ¿Por qué? 
7. No hay nada mejor que ia familia 
para ir haciendo a la persona 
e integrarla en la sociedad 
El niño cuando viene al mundo, no es un ser "hecho", y su 
destino no es vivir en solitario. 
Los cuidados y atenciones que en la familia recibe el niño 
primero por parte, sobre todo, de la madre, y después también 
por parte del padre, no pueden ser suplidos por nadie. 
La familia no solo desempeña las funciones básicas procreati-
va (engendrar hijos) y económica (desde la familia se organizan 
normalmente los medios de subsistencia). Las funciones afectiva 
y educativa son todavía más importantes. 
El desarrollo sano y adecuado del niño no está únicamente en 
la satisfacción de sus necesidades físicas (comida, vestido, salud). 
Sobre todo necesita afecto: ser amado con un amor y atención 
personal. Sentir que es significativo en la vida de los otros: que 
es valorado por los papas, respetado, querido. Necesita encon-
trarse con los otros: expresarse, dialogar... con los papas. Así se 
amará y amará a los demás. 
La familia es la que con su vida transmite a sus hijos las tradi-
ciones, los valores, los comportamientos vigentes en la sociedad. 
A través de la familia el niño se integra en la sociedad y en la cul-
tura establecida. 
¿Acaso el amor libre legalizado puede hacer persona al ser 
humano? ¿Lo integrará en la sociedad? 
¿Realizarán estas tareas los medios de comunicación, la tele-
visión, por ejemplo? ¿Y la calle?.... 
¿Estarán estas tareas reservadas al estado a través de sus 
organismos como guarderías, escuelas, centros infantiles de pro-
tección inmediata, hospicios, albergues de menores, reformatorios 
etc.? 
70 
2. Por eso precisamente la familia 
es ambigua 
¿Qué sociedad refleja y qué sociedad reproducirá una familia 
que, en su funcionamiento concreto, es: 
• Machista: con padres que abandonan a sus hijos, varones que 
reducen a la mujer a lo sexual-genital? 
• Autoritaria: con padre rígido y autoritario, esposa sumisa, e 
hijos que no saben más que de obediencia o desobediencia? 
• Clasista: aceptadora de la desigualdad social vivida en el 
mismo hogar? 
• Puritana: con una educación represiva de parte del padre, opre-
siva de parte de la madre (por su amor posesivo), con hijos 
enormemente dependientes? 
• Consumista: más feliz cuantas más necesidades supérfluas sa-
tisface? 
• Insolidaria: centrada en sí sola, en sus intereses, desentendién-
dose de las injusticias sociales? "No te metas" es la fórmula con-
sagrada. Dedicarse a transformar la sociedad no es tarea de la 
familia. 
¿Qué rasgos deben predominar en la familia para que ésta 
ayude a dar a luz una sociedad: 
• Igualitaria: con la igualdad fundamental, reconocida teórica y 
prácticamente, superando toda discriminación sexual, económica, 
racial...? 
• Democrática: con información, diálogo y participación real, 
responsable, leal en la búsqueda del bien común? Esto no coin-
cide necesariamente con el bien del partido en el poder, y menos 
con el bien del "cogollo" del partido. 
• Solidaria: en todos los niveles; respetuosa con todos, al servicio 
de todos? precisamente por eso está al servicio de los más mar-
ginados, mostrando eficazmente su preferencia por los más 
débiles y "sin padrinos". 
71 
• Libre: sociedad personalizada, respetuosa con las libertades 
civiles, públicas y privadas, de sus miembros en el marco de los 
valores anteriores? 
• Pluralista: donde se da la unidad, dentro y por encima del plu-
ralismo profesional, cultural, político y hasta religioso? 
3. Para que la familia vivificada 
por el evangelio no sea ambigua 
Muchas veces, en su funcionamiento concreto, la familia es 
opresora, anuladora, antievangélica, célula reproductora de una 
sociedad injusta. 
Ya hemos visto en los temas anteriores cómo Jesús rechaza 
aquellos aspectos concretos de la familia judía (y de toda fami-
lia), actitudes habituales, que en modo alguno pueden convivir 
con la novedad de su mensaje, con la buena nueva del reino. 
También vimos en el primer tema algunos aspectos de la 
familia que eran positivos para Jesús. Vamos a contemplar algu-
nas actuaciones de Jesús con respecto a relaciones familiares 
positivas, que dan vida, salvan, transforman la sociedad. 
3.1. Cuando los padres salvan a sus hijos 
Lee el evangelio. Contempla las escenas: los personajes, lo 
que dicen, lo que hacen: ¿Qué relación tienen los padres con los 
hijos? ¿Cómo reacciona Jesús? ¿Por qué? 
El padre del niño epiléptico (Me 9,14-27; Mt 17,14-
18; Le 9, 37-43) 
No tiene nombre. Lleva a su hijo a los discípulos y a Jesús. De 
rodillas, suplica angustiado: "¡Maestro, por favor, atiende a este 
hijo mío que es «1 único que tengo!" Insiste. Tieneun principio 
de fe: "Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos". Y la 
oración sencilla, humilde: "Gritó: ¡Fe tengo, ayúdame tú en lo que 
me falte!" 
72 
"Jesús... curó al niño y se lo devolvió a su padre". 
Jairo, el jefe de la sinagoga (Me 5,22-24.35-43; Le 
8,41-42.49-56) 
Hombre del sistema que mató a Jesús y excomulgó a los 
judíos que se hacían cristianos. El se fue a buscar a Jesús deján-
dolo todo. La mamá se quedó con la hija enferma. "Se echó a sus 
pies rogándole con insistencia: mi niña está en las últimas". Tiene 
doce años, edad en que las jovencitas podían ya casarse y se 
casaban. Jesús la devolvió a la vida, a sus padres y al matrimo-
nio. 
El funcionario real (Jn 4,46-54) 
Parece que es pagano. La misma humildad, el mismo amor por 
su hijito. No se apoya en su poder de "funcionario real". Se fía de 
las palabras de un Jesús que puede curar a distancia. 
La mujer cananea (Mt 15,21-28; Me 7,24-30) 
Extranjera. Quizá madre sola. Suplica, se humilla, insiste, 
"lucha" con Jesús en una oración perseverante. Una confianza a 
fondo perdido. Una fe profunda que recibe lo que quiere, porque 
lo que quiere es la voluntad de Dios: "¡Qué grande es tu fe, 
mujer! Que se cumpla lo que deseas". 
El hijo pródigo y el padre bueno (Le 15,11-32) 
El hijo gozón que se fue de la casa con mucho dinero. Ahora 
sin plata, sin amigos, con hambre, recuerda lo que el padre sem-
bró con su bondad generosa: "Cuántos jornaleros de mi padre 
tienen pan en abundancia, mientras yo aquí estoy muñéndome de 
hambre. Voy a volver a casa de mi padre..." Su padre, que nunca 
trancó la puerta de la casa y meaos la del corazón, que esperó, 
"lo vio de lejos y se enterneció: salió al encuentro, se le echó al 
cuello y lo cubrió de besos..." 
73 
Todos ellos son padres de familia responsables, cercanos a sus 
hijos. Su relación con ellos no es de dominación sino de profundo 
cariño, de solicitud diligente. Por amor al hijo o hija querido se 
humillan, suplican, perseveran... Y así dan la vida, salvan. 
3.2. Cuando el hijo salva a la madre 
Jesús resucita al hijo de una viuda (Le 7,11-17) 
Jesús ha dejado su casa de familia y anda anunciando el 
reinado de Dios. A Jesús, como hijo único de madre viuda, "le 
dio lástima de ella", la viuda, madre del hijo único, que llevaban 
a enterrar. Y se anticipó. Sin que nadie se lo pidiera "le dijo: no 
llores. Acercándose al ataúd lo tocó (los que lo llevaban se 
pararon) y dijo: ¡ A ti te hablo, muchacho, levántate...! Y Jesús se 
lo entregó a su madre" vivo. 
Hijo sensible, compasivo, humanitario ante el sufrimiento de 
una madre. 
3.3. Cuando las relaciones familiares son buenas 
Simón Pedro, su suegra y Jesús (Me 1,29-31) 
Simón es casado. Sigue a Jesús, pero conserva su casa en la 
que vivía su suegra. Llegan huéspedes: Jesús y sus discípulos. 
"La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron 
enseguida". Las relaciones con la familia eran buenas. Y fueron 
nuevas. Un rabino (maestro de la ley, escriba) nunca se habría 
dignado acercarse a una mujer y tomarla de la mano, ni aun para 
devolverle la salud. Mucho menos se hubiera dejado servir por 
una mujer. Cuando hay huéspedes, la mujer ni sirve a la mesa, ni 
está en la habitación donde comen los huéspedes, pues no es de 
fiar por su indiscreción. Jesús la toca y la cura. Y ella muestra su 
agradecimiento sirviendo libremente. 
74 
4. La familia dominada por el dinero, egoísta 
e insolidaría, no tiene salvación 
Jesús no quiere ni mediar en las disputas familiares (Le 12,13-
21), cuando lo que está de por medio es la codicia de acumular 
bienes. Compruébalo: Jesús y los seis hermanos ricos (Le 16,19-
31). 
El rico (sin nombre) acumula bienes y lleva una vida regalada 
de lujos y banquetes. El mendigo Lázaro no cuenta ni en la vida 
y menos todavía en los planes del rico. Al pobre solo se le tiene 
en cuenta cuando se le teme. 
La codicia familiar es contagiosa. Y también la insolidaridad y 
la dureza del corazón. Los cinco hermanos del rico, ricos e insoli-
darios como él "no le harán caso ni a un muerto que resucite". 
5. Cuando la familia se abre a Jesús 
y a su evangelio 
Los zebedeos, su madre y Jesús (Mt 20,20-28) 
Es normal que los padres deseen la superación de sus hiios. 
Pero a veces se pasan de la raya y el deseo malentendido de 
subir más y más, les lleva a estimular desmedidamente en sus 
hijos la ambición personal. Esto le pasó a la madre de los zebe-
deos. 
Jesús se mostró respetuoso y evasivo con la madre, y exigente 
con los hijos adultos. El sistema de Jesús no es de poder, domi-
nación de unos sobre otros. Aprendieron la lección: 
Por seguir a Jesús y obedecer a Dios antes que a los hombres 
serán martirizados los hijos, y la madre acompasará a la madre 
de Jesús al pie de la cruz (Mt 27,56). 
75 
Zaqueo, su familia y Jesús (Le 19,1-10) 
¿En qué consistió la conversión de Zaqueo? ¿Qué le pasó a él 
y a su familia? 
Zaqueo, padre, dejó a su familia la mejor de todas las heren-
cias: el sentido de la justicia, la honradez humana, un amor abier-
to a todos que se hace efectivo en el reparar el mal hecho y com-
partir las riquezas que tiene. 
Reflexiona y responde 
¿Qué rasgos, te parece, debe ir teniendo una familia que quiera 
ser fiel al evangelio? 
76 
TEMA 9 
MAS ALLÁ DE LA CARNE 
Y DE LA SANGRE 
I 
¿Conoces familias cristianas con problemas matrimoniales 
entre los esposos, con problemas familiares entre padres e hijos, 
entre hermanos? No es necesario dar nombres. ¿Qué problemas 
tienen? ¿Puedes clasificarlos? 
¿Cuáles son las razones de esos problemas? ¿Cuáles piensas 
que pueden ser las soluciones? Razona tus respuestas. 
Indudablemente que los problemas familiares son muy com-
plejos. Que son múltiples sus causas. Que no hay soluciones 
hechas, recetas. 
Quizá olvidamos que el matrimonio, la familia, es un proceso, 
un camino: algo que hay que ir haciendo y rehaciendo durante 
toda la vida. Y que tenemos que contar también con la libertad 
humana, con la influencia ambiental, con el favor de Dios. 
Sin duda que el vivir el evangelio como familia (como esposos, 
padres, hijos, hermanos) nos ayuda a solucionar no pocos proble-
mas, a sobrellevar mejor otros, a vivir más en plenitud con un 
mejor y mayor amor. ¿Qué orientaciones da el evangelio a l;i 
familia? 
79 
1. Lo vivencial es mucho más importante 
que lo legal 
¿Qué es lo primero que nos ocupa y preocupa en la Iglesia, 
cuando al nivel pastoral real, ordinario, tratamos de la familia? 
Que los esposos estén casados por la Iglesia. Y si no lo están, 
pensamos que es el principal y primer problema que hay que 
resolver. Sí, también que asistan a misa los domingos, que los 
padres eduquen cristianamente a sus hijos: pero nos contenta-
mos con que los preparen para la primera comunión, y poco más. 
Lo legal es importante para los cristianos. Y también lo insti-
tucional. Pero cuando ponemos el acento en eso, entre otras 
cosas, descalificamos a todas las familias latinoamericanas, que 
no han recibido el sacramento del matrimonio: "Muchas de estas 
familias, no obstante viven en cierta unidad, fidelidad y respon-
sabilidad" (Puebla 578). 
¿Qué nos dice Jesús? 
• Que Dios exige actitudes en vez de fidelidad literal a normas 
(lee Mt 5,21-48). 
• Que la ley es para el bienestar del hombre (Me 2,27; Mt 12,1-7). 
• Y la ley suprema es la del amor mutuo (lee Jn 13,34-35; 
15,17;Mt 7,12;Mc 12,28-34). 
Según eso, parece que lo que ante todo se debe cultivar, es la 
vida misma de la familia: 
* El mutuo apoyo y complementariedad entre los esposos en 
todos los aspectos, con amor fiel, leal, respetuoso. 
* Una preocupación responsable que ofrezca a los hijos, ante todo 
con la presencia ejemplar y coherente de sus padres, lo necesario 
para su desarrollo normal en todos sus aspectos (serán necesarios 
otros aportes sociales). 
* Una colaboración adecuada a la justa construcción de la 
sociedad: empezando por la convivencia con los vecinos, el com-
promiso con los problemas

Continuar navegando