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historia de Puerto Rico

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PUERTO RICO (ISLA)
HISTORIA
Antes de la llegada de los españoles, Borinquén, nombre indígena de la isla, estaba poblada por los tainos. Cristóbal Colón la descubrió en su segundo viaje, el 19 de noviembre de 1493, y la bautizó con el nombre de San Juan Bautista. La isla empezó a conocerse con el nombre de Puerto Rico a partir de 1521, después de la fundación de la ciudad de Puerto Rico (hoy la ciudad de San Juan) que dio el nombre a la isla.
Conquista y asentamiento español
En 1509 el conquistador Juan Ponce de León fundó el primer establecimiento español, Villa Caparra, llamada después ciudad de Puerto Rico, y se convirtió en su primer gobernador. La isla estuvo habitada en un primer momento por los tainos, pueblo agrícola que pronto fue diezmado por las duras condiciones de trabajo y las enfermedades, que llevaron los españoles, a las que no estaban adaptados. A partir de 1520 la población aborigen fue reemplazada progresivamente por esclavos africanos procedentes del golfo de Guinea y por grupos indígenas de otras islas, quienes comenzaron a trabajar en algunos yacimientos de oro y posteriormente en plantaciones de azúcar.
Los corsarios y los piratas acosaron a los habitantes de la isla durante los primeros años de la colonización, por lo que se construyeron imponentes fortalezas; en 1595 Puerto Rico rechazó a los ingleses Francis Drake y John Hawkins cuando éstos intentaron conquistar la actual ciudad de San Juan. Sin embargo, los ataques continuaron durante mucho tiempo: en 1625 San Juan fue incendiada durante un ataque de una Armada holandesa y en 1797 Puerto Rico resistió con éxito el gran ataque de los ingleses capitaneados por Ralph Abercromby.
Puerto Rico se abrió al comercio extranjero en 1804 y, entre 1809 y 1814, con la restauración del absolutismo en España, fue considerado parte integrante de la metrópoli y se acordó que tuviera representación en las Cortes de Cádiz. En 1815 obtuvo amplias libertades económicas, con la liberalización del comercio y el impulso a la inmigración. Sin embargo, durante todo este siglo se sucedieron los levantamientos contra el gobierno español, aunque todos ellos fueron duramente reprimidos (véase Grito de Lares). En 1873 se abolió la esclavitud; en 1897 se concedió la autonomía política y administrativa a la isla y un año después se constituyó el primer gobierno de Puerto Rico presidido por Francisco Mariano Quiñones.
Control estadounidense
En 1898, a raíz de la Guerra Hispano-estadounidense, España cedió Puerto Rico a Estados Unidos por el Tratado de París (10 de diciembre de 1898). En 1900 el Congreso de Estados Unidos elaboró la Ley Foraker, por la cual el poder político de la isla quedaba en manos de funcionarios civiles. En 1917, con la aprobación de la Ley Jones, el Congreso de Estados Unidos otorgó la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños y estableció medidas que tenían como objetivo resolver los problemas sociales y económicos. De 1940 a 1948 se instituyó un programa de expansión de la energía hidroeléctrica para atraer la industria estadounidense y proporcionar más empleo a los habitantes de la isla; también se iniciaron proyectos de construcción de sistemas de regadío. Durante la II Guerra Mundial la isla se convirtió en una importante base del Ejército y la Armada de Estados Unidos, con la construcción de bases navales en el puerto de San Juan y en la isla de Culebra.
En el año 1942 se emprendió un programa de desarrollo conocido como ‘Operación Oreja’, dirigido por Luis Muñoz Marín, presidente y fundador del Partido Popular Democrático, que preconizaba la autonomía interna y la asociación con Estados Unidos. Este programa tuvo como resultados la expansión industrial y el aumento general del nivel de vida. En 1948 Muñoz Marín fue el primer gobernador electo por los puertorriqueños, después de que el Congreso de Estados Unidos dispusiera su elección de forma democrática y no por decisión del presidente de ese país.
Creación del Estado Libre Asociado
El 4 de junio de 1951 los votantes puertorriqueños aprobaron mediante referéndum una ley estadounidense que les garantizaba el derecho a redactar su propia Constitución; en septiembre de ese mismo año la Asamblea Constituyente comenzó sus deliberaciones y en marzo de 1952 el electorado aprobó la nueva ‘Carta Magna’, que entró en vigor el 25 de julio. Muñoz Marín proclamó el Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Las primeras elecciones generales bajo el nuevo estatuto se celebraron el 4 de noviembre y supusieron una aplastante mayoría para Muñoz Marín y el Partido Popular Democrático.
La reelección del gobernador Muñoz Marín en 1956 y en 1960 se consideró como una prueba del amplio apoyo popular del que gozaba, no sólo su política social y económica, sino la nueva condición de la isla como estado libre asociado. En el referéndum celebrado en julio de 1967 la mayoría de los puertorriqueños votaron a favor y ratificaron el mantenimiento de esta condición.
La cuestión del estado integrado
En las elecciones de 1968 Luis A. Ferré, candidato del Partido Nuevo Progresista, fue elegido gobernador. Ferré favoreció la integración de Puerto Rico en Estados Unidos, pero sólo cuando la economía de la isla se hubiera reforzado. Sin embargo, en 1973 el Partido Popular Democrático volvió al poder con Rafael Hernández Colón como gobernador, partidario de mantener la autonomía y la condición de Puerto Rico como estado libre asociado. La administración puertorriqueña inició una política de atracción de inversiones de Estados Unidos al gozar de franquicia arancelaria para la exportación de sus productos a ese país. El electorado cambió de nuevo en 1976: el Partido Nuevo Progresista volvió a hacerse con el control de la Asamblea Legislativa y Carlos Antonio Romero Barceló fue proclamado nuevo gobernador al año siguiente.
Romero, acérrimo defensor de la integración en Estados Unidos, vio muy disputadas las elecciones de 1980, en las cuales se mantuvo en su cargo sólo por un estrecho margen de votos; sin embargo, el Partido Popular Democrático obtuvo impresionantes resultados en las elecciones legislativas y en las municipales adjudicándose la mayoría en la Cámara de Representantes. Mientras tanto, grupos extremistas nacionalistas, como las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), con base en Estados Unidos, utilizaron tácticas terroristas a finales de la década de 1970 y comienzos de la de 1980 para presionar a favor de la independencia.
En 1984 Hernández Colón fue elegido de nuevo gobernador y el Partido Popular Democrático consiguió la mayoría en ambas cámaras legislativas. Colón fue reelegido en 1988 y tres años después promovió y firmó la Ley del Idioma, aprobada por la Asamblea Legislativa, por la cual se declaraba a la lengua española el idioma oficial único de Puerto Rico. En 1991, después de perder en un plebiscito simbólico sobre la condición de Puerto Rico como Estado Libre Asociado, Colón decidió no seguir gobernando durante otro periodo.
En 1992 Pedro Rosselló, del Partido Nuevo Progresista, que había sido elegido gobernador un año antes, comenzó a gobernar con un programa favorable a la integración de Puerto Rico en Estados Unidos. Una de sus primeras medidas fue la declaración del inglés como idioma oficial, además del español. En 1993 convocó un referéndum para conocer la opinión de los puertorriqueños sobre la condición política de la isla; sin embargo, el 48% de los votantes se decantó por la petición al Congreso de Estados Unidos de permanecer como Estado Libre Asociado, pero con un estatuto mejorado, frente al 46% que apoyó la plena integración a Estados Unidos y al 4% que defendió la total independencia de la isla.
En los comicios celebrados en noviembre de 1996, los puertorriqueños reeligieron a Pedro Rosselló para un segundo mandato. Participó un 90% del electorado, unos dos millones de votantes, de los que aproximadamente el 51% optó por Rosselló, ferviente partidario de la integración. Héctor Luis Acevedo, candidato del Partido Popular Democrático y defensor de mantener PuertoRico como Estado Libre Asociado, obtuvo un 44% de los votos. Por su parte, David Noriega, del Partido Independentista Puertorriqueño, tan sólo recibió el apoyo del 4% del electorado.
El Partido Nuevo Progresista consiguió, además, dos tercios del total de escaños en la Asamblea Legislativa, al tiempo que Carlos Romero Barceló, también del PNP, volvió a ser reelegido como Comisionado Residente en el Congreso de los Estados Unidos. En marzo de 1998 la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una ley que permitía a Puerto Rico celebrar en diciembre de ese mismo año un referéndum para conocer de nuevo la opinión de sus ciudadanos sobre la posible integración de la isla en los Estados Unidos. En el caso de que el resultado del mismo fuera favorable a la plena integración, Puerto Rico se convertiría, previa aprobación del Congreso estadounidense, en el 51 estado de la Unión, un proceso que podría culminar en 10 años.
Una vez más, cada una de las opciones principales (tres de las cinco propuestas) que se planteaban en la consulta venía avalada por un grupo político; así, mientras el Partido Nuevo Progresista del gobernador Pedro Rosselló impulsaba la incorporación como estado federado de pleno derecho (proceso conocido en la isla como 'estadidad'), el Partido Independentista, liderado por Fernando Martín, abogaba por la creación de un Estado soberano; por su parte, el Partido Popular Democrático, dirigido por Aníbal Acevedo, era favorable a mantener la condición de Puerto Rico como estado libre asociado, por lo que hizo campaña a favor de la opción conocida como 'ninguna de las anteriores'.
Pese a partir como favorita la opción de la plena incorporación, el referéndum —celebrado el 13 de diciembre de 1998, pese a que algunas voces habían propuesto su cancelación o su postergación ante la catástrofe provocada por el paso del huracán Georges en el mes de septiembre, que provocó la muerte a 13 personas y grandes daños materiales en las infraestructuras de la isla— fue ganado, una vez más, por los partidarios de mantener el estatuto político-jurídico vigente, cuya opción recibió el 50,3% de los votos emitidos.
En las elecciones para gobernador celebradas el 7 de noviembre de 2000, Sila María Calderón, líder del Partido Popular Democrático (y por tanto favorable a la libre asociación), obtuvo el 48% de los sufragios y resultó elegida para suceder a Pedro Rosselló en el cargo. El candidato del Partido Nuevo Progresista, Carlos Ignacio Pesquera, consiguió el 45% de los votos emitidos, mientras que el independentista Rubén Berríos no alcanzó el 5% de los mismos. Por lo que respecta a las elecciones legislativas, el triunfo fue también para el Partido Popular Democrático, que ganó el puesto de comisionado residente en el Congreso de Estados Unidos. Cuatro años después, en los comicios para la gobernación del 2 de noviembre de 2004, el Partido Popular Democrático repitió victoria, esta vez en la figura de Aníbal Acevedo, el cual obtuvo el 48,4% de los votos (por el 48,2% de Rosselló y el 2,7% de Berríos) y sucedió a su correligionaria Calderón, el 2 de enero de 2005, como gobernador de la isla.

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