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GINECOLOGIA (641)

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620 Medicina y cirugía reconstructiva de la pelvis femenina
SECCIÓ
N
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cerca de 300 ml o hasta llegar a la capacidad máxima subjetiva. 
Luego se pide a la paciente que orine en forma espontánea en un 
dispositivo para recolectar la orina. Se registra la diferencia entre 
el volumen introducido y el recuperado como el volumen residual 
después de la micción. Un volumen residual menor de 100 ml o 
un tercio del volumen instilado, si fue menor de 300 ml, indica 
vaciamiento vesical adecuado.
con una sonda transuretral. También se utilizan equipos de eco-
grafía portátiles tridimensionales para observar la vejiga y obtener 
resultados numéricos (fig. 23-14). En general, son rápidos, fáciles 
de utilizar y más cómodos para la paciente. Sin embargo, si se 
emplea el primero, debe tenerse cuidado en las mujeres con leio-
miomas uterinos grandes, ya que puede obtenerse un registro falso 
del volumen residual posmiccional (PVR) alto. En estas circuns-
tancias, o cuando no se cuenta con equipos de ecografía, puede 
usarse el sondeo transuretral para confi rmar el volumen residual 
en la vejiga. 
Un volumen residual posmiccional alto es refl ejo muchas veces 
de varios problemas, como infección recurrente, obstrucción ure-
tral por una masa pélvica o trastornos neurológicos. Por el con-
trario, es normal encontrar un PVR pequeño en aquellas con 
incontinencia urinaria de esfuerzo.
Volumen residual posmiccional posoperatorio. Después 
de una operación para corregir la incontinencia, la medición del 
PVR es un indicador útil de la capacidad de la paciente para vaciar 
por completo la vejiga. Esta valoración puede completarse con una 
prueba de micción “pasiva” o “activa”.
Con una prueba de micción pasiva, se retira la sonda urinaria y 
se mide el PVR con ecografía o sondeo transuretral después de la 
micción voluntaria en dos ocasiones. Lo que se busca es un volu-
men emitido de al menos 300 ml y un PVR menor de 100 ml. 
Sin embargo, se asume que el vaciamiento vesical es adecuado si 
el PVR es menor de un tercio del volumen emitido en la micción. 
Si la persona no cumple estos criterios o si es incapaz de orinar 4 a 
6 h después de retirar la sonda urinaria, se coloca de nueva cuenta 
la sonda y se repite la prueba uno o más días después.
Durante la prueba de micción activa, la vejiga se llena en forma 
activa con un volumen establecido y se mide el volumen de orina 
residual después de que la paciente ha orinado. Al principio, la 
vejiga se vacía por completo con una sonda. Algunas veces es útil 
que la mujer permanezca de pie durante el sondeo para vaciar las 
partes más inferiores de la vejiga. Se introduce agua estéril por gra-
vedad en la vejiga a través de la misma sonda hasta que se aplican 
A B
FIGURA 23-13. Representación que muestra la prueba del aplicador en una paciente con hipermovilidad uretral. A. Ángulo del aplicador en reposo. 
B. Ángulo del aplicador con la maniobra de Valsalva u otros incrementos de la presión intraabdominal. La unión uretrovesical desciende, lo que 
desvía hacia arriba el aplicador.
FIGURA 23-14. La ecografía portátil de vejiga ayuda a calcular el volu-
men vesical. (Fotografía cortesía de la Dra. Heather Gardow.)
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