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Cuantificacion-ideal-de-sangrado-transquirurgico

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO 
 
 
Facultad de Medicina 
 
 
Cuantificación Ideal de sangrado trasnquirúrgico 
 
T E S I S 
Para obtener el título de especialista en 
ANESTESIOLOGÍA 
 
PRESENTA: 
DR. FEDERICO YOLIXTLI RAMÍREZ ENCISO 
 
 
DIRECTOR DE TESIS 
DRA. HERLINDA MORALES LÓPEZ 
Profesor Titular del Curso de Anestesiología 
con sede en Hospital General Ticomán 
 
 
 Ciudad Universitaria, Cd.Mx., 2020 
 
 
Servicio S. 6
Texto escrito a máquina
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO
Servicio S. 6
Texto escrito a máquina
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
	
 
"CUANTIFICACION IDEAL DE SANGRADO TRANSQUIRUGICO" 
AUTOR: DR. FEDERICO YOLlXTLI RAMIREZ ENCISO 
Va. Bo. 
Profesor titular del curso de Especialización en Anestesiología 
Va. Bo. 
~---
Dra. Lilia Elena Monroy 
	
"CUANTIFICACION IDEAL DE SANGRADO TRANSQUIRUGICO. 
AUTOR: DR. FEDERICO YOllXTlI RAMIREZ ENCISO 
VO.80. 
Director de Tesis 
Titular del curso de anestesiología con sede en el Hospital General Ticomán 
Médico Anestesiólogo e Intensivista en el Hospital General Xoco 
	
DEDICATORIA 
A Lourdes Enciso mi madre, a quien agradezco por estar en mi vida; por su apoyo 
incondicional y sacrificio, sus cuidados, la felicidad que me brindas, y por mucho la madre 
más increíble que he conocido, siempre intentaré hacer que te sientas orgullosa. 
A mi amada esposa Maritza Rojas, por acompañarme en este duro camino, por lo que 
compartimos, por tu amor, por llenar de alegría todos los días, incluso aquellos más 
difíciles, por impulsarme; así como por forjar este camino juntos, que espero recorrer el 
resto de mi vida a tu lado. 
 
 
 
	
INDICE 
 
INTRODUCCION…………………………………………………………………...………..1 
MATERIAL Y METODOS………………………………………………………………..…15 
RESULTADOS……………………………………………………………………………....20 
DISCUSION……………………………………………………………………………….….27 
CONCLUSIONES……………………………………………………………………….…...31 
RECOMENDACIONES…………………………………………………………..………....33 
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS……………………………………………..…….....34	
 
 
	
RESUMEN 
Objetivo: determinar la concordancia entre la estimación visual y la medición objetiva de 
volumen sanguíneo trans operatorio para establecer la metodología ideal para cuantificar 
el sangrado. 
Material y métodos: se realizó un estudio prospectivo, transversal, cuasiexperimental y 
descriptivo. Los médicos de base y residentes en anestesiología realizan cálculos de 
sangrado en cada cirugía; en este estudio se compara la medición con métodos de 
cuantificación volumétrica y gravimétrica, y el cálculo realizado por estos médicos. 
Resultados: se encontró que la mayoría de médicos con mayor experiencia tienen mayor 
precisión para calcular un sangrado, sin embargo se sigue sub estimando, no se 
consideran factores importantes en donde se llegan a encontrar pérdidas sanguíneas. 
Conclusión: a pesar de que el método utilizado es objetivo no es el más preciso, tal vez 
el más ideal al momento por su factibilidad, fácil acceso y mayor cercanía a precisión; 
hace falta desarrollar métodos más precisos, de bajo costo, que se puedan llevar a cabo 
en el operatorio sin espera de mucho tiempo, ya que en ocasiones puede ser 
determinante para la morbilidad y mortalidad del paciente. 
 
Palabras clave: sangrado trans quirúrgico; cuantificación objetiva. 
 
 
 
	
SUMMARY 
Objective: to determine the agreement between the visual estimation and the objective 
measurement of trans operative blood volume to establish the ideal methodology to 
quantify the bleeding. 
Material and methods: a prospective, transversal, quasi-experimental and descriptive 
study was carried out. Anesthesiologists and residents in anesthesiology perform 
bleeding calculations in each surgery; In this study, the measurement is compared with 
volumetric and gravimetric quantification methods, and the calculation made by these 
physicians. 
Results: it was found that the majority of physicians with more experience have greater 
precision in calculating bleeding, however it is still underestimated, they are not 
considered important factors where blood losses are found. 
Conclusion: although the method used is objective, it is not the most accurate, perhaps 
the most ideal at the moment due to its feasibility, easy access and closer proximity to 
precision; It is necessary to develop more precise, low-cost methods that can be carried 
out in the surgery without waiting for a long time, since sometimes it can be determinant 
for the morbidity and mortality of the patient. 
Keywords: surgical trans bleeding; objective quantification. 
1	
	
INTRODUCCION 
Se estima que en el mundo se realizan 234,2 millones de intervenciones quirúrgicas 
mayores al año, sin olvidar los procedimientos quirúrgicos ambulatorios, en los cuales, 
aunque de menor impacto, ocurre algún grado de sangrado operatorio. La hemorragia 
es uno de los predictores más significativos de mortalidad peri operatoria; esto hace que 
garantizar prácticas quirúrgicas seguras sea un problema de gran interés en salud 
pública. La hemorragia no controlada es la responsable del 30% al 40% de la mortalidad 
avanzada en el trauma y de más del 80% de la mortalidad en quirófano, y aparece como 
siendo la principal causa de muerte potencialmente evitable. A partir de la experiencia 
de la medicina de urgencia en el ámbito militar, principalmente en las guerras de Vietnam, 
Irak y Afganistán, se ha desarrollado el concepto de resucitación hemostática. La 
resucitación hemostática envuelve la administración rápida de hemocomponentes con el 
objetivo de restaurar al mismo tiempo la perfusión y la coagulación y minimizar el uso de 
grandes volúmenes de cristaloides y su efecto dilucional sobre la coagulación; sin 
embargo se ha de considerar que dicha administración de hemocomponentes se debe 
de llevar a cabo de manera objetiva y responsable con la cuantificación adecuada de las 
pérdidas sanguíneas 17,4. La estimación visual es el método más común para estimar la 
pérdida de sangre intra operatoria, pero es un método sub óptimo, poco confiable, que 
arroja inadecuada estimación del sangrado trans quirúrgico, sobre todo en volúmenes de 
gran magnitud, ya que su estimación por arriba de los 500 ml llega a tener un rango de 
error de hasta el 40%. En la literatura, hay pocas herramientas para mejorar la estimación 
visual; por lo tanto, mejorar la estimación visual, con un método fácil y preciso es crucial 
para una estimación precisa de la pérdida de sangre 1,4,7,11, 12. 
2	
	
El problema reside en que el método visual es menos objetivo, y no hay una descripción 
adecuada de los factores que lo afectan la evaluación del sangrado trans quirúrgico en 
comparación con un método bien establecido. Se han postulado diversos métodos para 
cuantificar el sangrado intra operatorio, a saber: métodos de espectrofotometría, 
colorimétricos, e incluso con marcadores radioactivos, sin embargo estos métodos 
resultan complejos y en algunos casos costosos, por tal motivo resultade vital de 
importancia refinar la habilidad clínica de evaluar visualmente la cantidad de sangre 
contenida en los dispositivos absorbentes utilizados en cirugía. 
La justificación para el desarrollo de nuevos análisis comparativos de la sub estimación 
de sangrado quirúrgico, residen en establecer una metodología para la cuantificación el 
sangrado intra operatorio, la cual debe ser objetivizada en el mayor grado posible, debe 
constituirse un blanco dentro de todos los grupos de anestesiólogos, con el motivo a 
encontrar estrategias y metodologías que conduzcan a un cálculo eficiente de este. 
El objetivo es establecer la concordancia entre la estimación visual y la medición con 
metodología del volumen sanguíneo trans operatorio en medios absorbentes y 
contenedores volumétricos, dependiente de experiencia y tomando en cuenta perdidas 
sanguíneas de acceso complejo como sangre ubicada en suelo, mesa, ropa quirúrgica y 
en piezas anatómicas; ya que para disminuir la morbilidad y mortalidad secundaria a 
sangrado en pacientes sometidos a cirugía es importante identificar cuando es necesaria 
y el momento adecuado de una transfusión al momento de determinar la cuantificación. 
Por ello se establece la hipótesis de que si se cuantifica de manera objetiva el sangrado 
trans operatorio, entonces se identificaran de manera más precisa las perdidas 
sanguíneas; así como la falta de estandarización objetiva de sangrado trans operatorio 
3	
	
está asociada a una cuantificación imprecisa de sangrado trans operatorio. 
Para desarrollar y establecer de manera efectiva nuevos procesos que brinden 
efectividad, bajo tiempo y costo, es importante conocer la existencia y analizar cómo 
funcionan otros métodos para medir la pérdida de sangre: 
Estimación visual. Es el método más frecuentemente practicado para determinar la 
pérdida de sangre durante muchos procedimientos quirúrgicos, este método se utiliza a 
pesar de los estudios muestran de manera repetida su inexactitud; siendo la 
subestimación como lo más común 7. 
Medida directa. Es uno de los métodos más antiguos para determinar con precisión la 
pérdida de sangre. Los diferentes informes enumerados utilizaron diferentes 
herramientas para recolectar la sangre para la medición directa, en un intento de 
cuantificar la pérdida de sangre. Varios investigadores utilizaron varias cortinas con 
bolsas incorporadas para ayudar con la recolección directa, o esponjas en donde se 
calculó por peso directo el contenido hemático, convirtiendo 1 g en 1 ml. Así esté método 
nos habla de la cuantificación volumétrica con el avance de instrumentos graduados, se 
deben considerar las fuentes de error, que son otros fluidos distintos de la sangre y 
cualquier cantidad de material. 
Gravimétrico. Se han utilizado una variedad de métodos gravimétricos (medición por 
peso) para determinar la pérdida de sangre. Se pueden usar básculas graduadas, o el 
sistema de báscula computarizado de precisión para pesar esponjas y contenidos de 
succión a medida que se colocaban en una báscula. La altura y el peso del paciente se 
ingresaron en la computadora de la báscula y la escala calculó la pérdida de sangre 
aceptable (10% del volumen total de sangre). Sonó una alarma cuando se alcanzó la 
4	
	
marca del 10%, pero la balanza continuaría pesando. La máquina pudo detectar 
cantidades grandes o muy pequeñas. Se informó que las pruebas se establecieron 
dentro de 2 g de error. Se ha de tener en consideración, que en cualquier caso, la pérdida 
de sangre intra operatoria fue la diferencia de peso entre las esponjas de gasa antes y 
después de la operación, así como la solución salina estéril para lavado quirúrgico. 
Fotometría / Colorimétrica. Este enfoque para calcular la pérdida de sangre fue descrito 
por primera vez por Pilcher y Scheard en el siglo XX. Éste lleva dos o tres veces el lavado 
de hisopos, instrumentos, cortinas, exfoliantes, guantes, etc. manchados de sangre y 
luego recolectando el líquido que queda después del lavado junto con el contenido 
presente en el recipiente del aspirador. Este líquido se acumula en un recipiente que 
contiene un agente, que altera la hemoglobina a un pigmento más permanente, como la 
metahemoglobina o la cianometahemoglobina. Al calcular la concentración por densidad 
óptica de la hemoglobina del líquido en el contenedor en un colorímetro y su volumen 
total, se calcula su contenido de hemoglobina. Es un método costoso, con una lectura 
precisa, sin embargo, con fuentes de error, que incluyen variaciones en la hemoglobina 
del paciente durante la operación, falla en la recolección de toda la sangre perdida en el 
campo operatorio e inestabilidad de la hemoglobina que sufre una rápida degradación, 
lo que resulta en una estimación insuficiente de la sangre perdida. Los cálculos incluyen 
la medición de la hemoglobina obtenida de una muestra de sangre del paciente antes de 
la cirugía; la pérdida de sangre medida en el laboratorio demostró un error entre el 0% y 
el 9,4%. 
Glóbulos rojos marcados. En este método, una muestra de sangre del paciente se incuba 
con Cr 51 (existe métodos con I 131/132, o P32), después de lo cual se lavan los glóbulos 
5	
	
rojos, se mide la radiación gamma en un contador de centelleo y se devuelven al sistema 
cardiovascular. Antes de la operación, se registra la cantidad de Cr 51 presente en la 
sangre periférica; y al final de la operación, todos los hisopos, instrumentos, cortinas, 
peelings, guantes, etc. manchados de sangre se miden para determinar la radiación 
gamma y se toma en cuenta el volumen de sangre perdida. Es un método fiable y preciso 
(error de <1%). Sin embargo, es muy costoso, consume mucho tiempo, es sensible a la 
técnica y necesita personal capacitado, y requiere instrumentos voluminosos. Además, 
los riesgos de radiación que el personal de manejo encuentra durante el procedimiento 
restringe el uso de este método para investigar 7,5. 
Lo más nuevo desarrollado para la cuantificación de sangrado trans quirúrgico, se realizó 
en el hospital general de Massachusetts en Boston; en dos grupos de 50 pacientes 
sometidos a prostatectomía radical; se obtuvo una puntuación de pérdida de sangre 
durante tres períodos de tiempo (0, 24 y 48 h después de la cirugía) en una muestra 
aleatoria de 50 pacientes. El volumen del líquido de succión se midió con precisión y se 
evaluó la concentración de hemoglobina del líquido de succión. Se añadió una cantidad 
de 100 ml de solución salina al 0.9% al fluido de succión, lo que permitiría para que 
pequeños volúmenes de líquido tengan una concentración de hemoglobina calculada 
con precisión. Luego se extrajo una muestra del recipiente de succión y se midió la 
concentración de hemoglobina y se corrigió para la adición de la solución salina. Se 
determinó la concentración de hemoglobina en suero de cada paciente (antes y después 
de la operación). Todos los hisopos y toallas quirúrgicas se pesaron antes y después de 
su uso en la sala de operaciones. Los cambios en el peso se sumaron para medir la 
sangre perdida en los hisopos y las toallas. Además, se registró el volumen total de fluido 
6	
	
de irrigación intra operatorio, así como el volumen total de cristaloides, coloides, 
unidades de glóbulos rojos infundidos y la producción urinaria total. La recolección de 
datos continuó durante el postoperatorio hasta las 24 y 48 h. La concentración de 
hemoglobina se registró a las 24 y 48 h después del final de la cirugía. Cuando se 
combinan con el cambio en la concentración de hemoglobina durante el período 
operatorio, se ha demostrado que estos cálculos del volumen sanguíneo se 
correlacionan, pero subestiman la pérdida de sangre en al menos un 30%. La puntuación 
de pérdida de sangre fue más precisa 48 h después de la cirugía. Nuestra hipótesis es 
que la precisión mejorada de la puntuación de pérdida de sangre a las 48 h es secundaria 
a laadición de los valores de hemoglobina sérica. La variación adicional explicada por 
los valores de hemoglobina a las 24 y 48 h se ha atribuido previamente a los cambios 
continuos de fluidos después de la pérdida de sangre que hacen que las mediciones de 
hemoglobina sérica próximas sean menos precisas. Sobre la base de estas 
suposiciones, no es sorprendente que la variabilidad entre las puntuaciones de pérdida 
de sangre y la pérdida de sangre medida "verdadera" aumente a medida que aumenta 
la cantidad de pérdida de sangre. Con lo que concluyen que por las razones anteriores, 
los puntajes de pérdida de sangre, pueden ser incluso más precisos que el intento de 
evaluar meticulosamente la verdadera pérdida de sangre 
15
. 
Existen varios métodos para estimar la pérdida de sangre intra operatoria. Sin embargo, 
ningún método es considerado el estándar de oro. Cada método tiene sus propias 
ventajas y desventajas. Considerar un método específico depende de la elección, la 
factibilidad y la relación costo-beneficio de los operadores. Por lo tanto, se requieren 
estudios e innovaciones adicionales en técnicas para estimar la pérdida de sangre 
7,5
. 
7	
	
 
Para detallar los criterios de evaluación de las pérdidas sanguíneas, se deben considerar 
puntos clave en la fisiología del aparato circulatorio, el consiste en transportar la sangre, 
y por tanto el oxígeno, de uno a otro sector del organismo; y distribución corporal del 
contenido hemático. La sangre constituye aproximadamente el 20% del líquido 
extracelular (3.5 litros de plasma), y alcanza el 8% de la masa corporal total; el volumen 
sanguíneo es de entre 5 y 6 litros para el hombre adulto de talla promedio y de entre 4 y 
5 litros en una mujer adulta de talla promedio. De esta manera, el volumen total puede 
circular aproximadamente una vez por minuto 
2
. Es importante desarrollar técnicas de 
medición de sangrado considerando la viscosidad sanguínea y su esparcimiento sobre 
superficies sólidas, considerando primordialmente la tensión superficial del fluido en 
contacto con el sólido que puede tratarse como energía o como fuerza similar a la tensión 
superficial de los líquidos; así se concluye que a mayor viscosidad menor avance y 
esparcimiento en superficies solidas 
2,8
. 
El flujo circulatorio en los distintos segmentos circulatorios se mantiene debido a un 
proceso de redistribución, esto no se produce si se acumula líquido en algún sector; el 
flujo puede ser mayor en un conducto circulatorio horizontal que en otro también 
horizontal, pero el flujo de la columna vertical es idéntico: éste es el principio de la 
redistribución. Este simple principio es fundamental en fisiología vascular (figura 1) 
2
. 
8	
	
 
Figura 1. Distribución del flujo sanguíneo en diversos territorios del organismo 
2
. 
Es de suma importancia el conocimiento del flujo sanguíneo dependiente del territorio 
para considerarlo en la obtención de piezas anatómicas y tener una cuantificación más 
precisa; p.ej. un estudio realizado en el Servicio de Ginecología y Obstetricia en el 
Hospital Universitario Palma de Mallorca, España, 103 pacientes operadas de 
histerectomía abdominal, secundaria a miomatosis uterina, se encontró una correlación 
de peso menor a 280g corroborada al extraer la pieza, correspondiente a presentar una 
hemoglobina de 11g/dL, así como la relación en disminución de la hemoglobina pos 
quirúrgico en perdidas medidas mayores a 500 ml con un descenso del hematocrito 
mayor al 6%; recordemos que el útero no grávido en condiciones normales logra 
contener un volumen de 2 hasta 7ml con un peso máximo de 70 g; la distensibilidad del 
útero puede llegar al punto de contener volúmenes máximos de 5 l y pesar hasta 1Kg 
9
. 
Se han realizado estudios que se acercan a determinar con precisión el sangrado 
operatorio y su relación con la cuantificación visual. Se llevó a cabo un estudio transversal 
9	
	
en el hospital Hofuf en arabia saudita en 2015, para determinar la capacidad de absorción 
de la gasa quirúrgica junto con un estudio de casos y controles para determinar la 
capacidad de absorción de la gasa humedecida con solución salina y sobresaturada en 
comparación con la gasa seca. Se examinaron tres tamaños diferentes de gasa 
quirúrgica de uso común (10 × 10 cm, 30 × 30 cm y 45 × 45 cm) para determinar su 
capacidad de absorción y se utilizaron para reconstruir el análogo. El incremento en el 
derrame de sangre fue de 3 ml en la gasa 10x10, 10 ml en la gasa 30x30 y 40 ml en la 
gasa 45x45. Las manchas que resultaron de este derrame se fotografiaron para la guía 
visual. 
Después de que se completó la prueba de gasa, se seleccionaron cuatro patrones para 
cada gasa para construir la guía visual. Cada patrón representó una saturación del 25%, 
50%, 75% y 100%, figura 1 
1
. 
 
Figura 2. Guía visual para determinar pérdidas sanguíneas para los diferentes tamaños 
de gasa y compresas
1
. 
10	
	
Otro estudio que se realizó en el hospital general regional No.1 de Ciudad Obregón en 
2015, para determinar los niveles posquirúrgicos de hemoglobina y su correlación con el 
peso de los textiles utilizados durante el procedimiento quirúrgico; a través de una 
gravimetría se estimó la pérdida mediante la conversión de 1 g a 1 ml; se encontró una 
asociación significativa entre la pérdida sanguínea y la disminución de la hemoglobina, 
se estableció que un sangrado mayor a 500 ml tenía una asociación directa con una 
disminución de la hemoglobina mayor a 1.1 g y una relación directa con una disminución 
del hematocrito mayor al 6%; no se puede estimar la relación de la pérdida con 
volúmenes mayores a los 1,000 ml, ya que en este estudio sólo una paciente presentó 
dicho valor de referencia. Se necesitaría realizar un nuevo estudio con pacientes 
sometidos a cirugías en donde la pérdida mayor a 1,000 ml sea considerada el objetivo 
principal con la finalidad de esclarecer este hecho; en este estudio se encontró que la 
estimación del sangrado por el peso de los textiles es una herramienta útil y objetiva para 
la valoración de sangrado trans operatorio 
3
. 
De manera práctica esta correlación es limitada para el uso tran quirúrgico y la solicitud 
de hemocomponentes de emergencia, pues se debe esperar el resultado de los niveles 
de hemoglobina y hematocrito posquirúrgicos. 
Lo que lleva al análisis de que la estimación precisa de la pérdida de sangre se considera 
una de las tareas más importantes y difíciles, el proveedor de anestesia debe considerar 
el estado general del paciente, que incluye signos vitales, hemoglobina y 
concentraciones de hematocrito, comorbilidades, saturación venosa mixta de oxígeno, 
saturación arterial de oxígeno, pérdida estimada de sangre y el volumen anticipado de 
pérdida continua de sangre, hemodilución por restitución hídrica; así la subestimación de 
11	
	
la pérdida de sangre puede ocasionar una reanimación inadecuada de líquidos y sangre, 
que se asocia con shock, daño a los órganos, infarto de miocardio y deterioro de la 
oxigenación tisular 
6
. 
Al considerar el estado clínico del paciente y su relación con las perdidas hemáticas se 
revisaron estudios que encontraron una variabilidad sustancial en la relación entre la 
pérdida de sangre y los signos clínicos, lo que dificulta el establecimiento de puntos de 
corte específicos para los signos clínicos que podrían utilizarse como desencadenantes 
de las intervenciones clínicas. Sin embargo, el índice de choque parece ser un indicador 
prometedor de la gravedad de la pérdida de sangre, sin dejar de lado variables como la 
anemia fisiológica en el embarazo y que los signos clínicos que pueden verse afectados 
por factores inherentes a cada individuo y su medio. Aunque el sistema de clasificación 
ATLS para el shock hipovolémico se usa ampliamente, los valores de corte propuestos 
para los signos clínicos han sido cuestionados. Los valores de presiónarterial sistémica 
que son más altos de lo que generalmente se considera como "hipotensión" se han 
asociado con un aumento de la morbilidad y la mortalidad Se ha sugerido que la 
hipotensión se debe redefinir utilizando una presión arterial de corte más alta que la que 
se usa en la población general 
14
. 
Indicadores de hipoperfusión global: hipotensión, taquicardia, oliguria, llenado capilar 
lento, alteración del sensorio, lactato sanguíneo elevado, saturación de oxigeno en 
sangre venosa mixta disminuida. 
Indicadores de hipoperfusión regional (marcadores de función orgánica): cardiaco, 
Isquemia o disfunción miocárdica; renal, disminución del gasto urinario, aumento 
12	
	
sanguíneo de nitrógeno ureico y creatinina; hepático, transaminasas, LDH y bilirrubina 
aumentadas; esplácnico, úlceras de estrés, íleo, mala absorción 
14
. 
Entendemos por shock aquel estado patológico de hipoperfusión tisular e hipoxia celular, 
caracterizado por el aporte insuficiente de oxígeno y otros sustratos metabólicos 
esenciales para la integridad celular y el adecuado funcionamiento de órganos vitales. 
En el shock hemorrágico la hipoxia celular es desencadenada por la hipovolemia 
secundaria a la hemorragia, con caída del retorno venoso y gasto cardiaco (GC). La 
mantención de este estado provocará una falla orgánica múltiple y shock irreversible de 
no mediar una oportuna y adecuada reanimación 
16
. 
Existen mecanismos compensadores. La primera respuesta a la pérdida sanguínea es 
un intento de formación de un coágulo en el sitio de la hemorragia. A medida que la 
hemorragia progresa se desencadena una respuesta de estrés que produce 
vasoconstricción de arteriolas y arterias musculares y aumento de la frecuencia cardiaca, 
buscando mantener la presión de perfusión y el gasto cardiaco. Esta respuesta 
neuroendocrina de estrés es caracterizada por la activación de tres ejes fisiológicos, 
relacionados entre sí de manera amplia y compleja: El sistema nervioso simpático, la 
secreción de vasopresina por la neurohipófisis y la estimulación del eje renina-
angiotensina-aldosterona (RAA) 
16
. 
El shock hemorrágico es uno de los tipos más frecuentes de shock y una de las 
principales causas de muerte en pacientes quirúrgicos y en pacientes de trauma. A pesar 
de los avances en el conocimiento y manejo del sangrado masivo, el shock hemorrágico 
da cuenta de la mayoría de las muertes potencialmente prevenibles, del 80% de las 
13	
	
muertes intra operatorias y de la mitad de las muertes en el primer día de hospitalización 
después de un trauma. A su vez, el trauma es la principal causa de muer- te a edades 
entre 1 y 44 años. Su gravedad requiere de un enfoque institucional protocolizado y 
multidisciplinario. Los objetivos de la reanimación son la pronta detención del sangrado 
y la restitución del volumen sanguíneo circulante, disminuyendo el tiempo de isquemia 
tisular, el compromiso multi orgánico y el riesgo de muerte. Una vez lograda la 
estabilización inicial, el pronto traslado del paciente a un centro especializado, es 
esencial para el manejo definitivo y la mejoría del pronóstico. La práctica clínica acepta 
un nivel de Hb entre 7-8 g/dl en pacientes críticos sin evidencia de hipoxia tisular. Sin 
embargo, se recomienda mantener una Hb de 10 g/dl en pacientes con sangrado activo, 
ancianos o pacientes en riesgo de isquemia miocárdica. Se recomienda el uso precoz de 
plasma fresco congelado y plaquetas frente a la hemorragia masiva para disminuir el 
riesgo de coagulopatía dilucional. El éxito de las maniobras de resucitación dependerán 
del tipo de in- juria y estado del paciente, el tiempo de hipoperfusión tisular y de la 
inmediata aplicación del protocolo de acción frente a la hemorragia masiva 
16
. 
 
Lo que nos lleva a pensar que la transfusión de productos sanguíneos puede salvar 
vidas, pero no está exenta de riesgos. La OMS define la anemia como una hemoglobina 
<12g/dl en mujeres y <13g/dl para hombres sobre 15 años. La anemia afecta al 25% de 
la población mundial (1.6 billones de personas), siendo la deficiencia de fierro la causa 
principal. Sabiendo que la hemoglobina es el factor principal para la concentración 
arterial de oxígeno y, por lo tanto, de la entrega de oxígeno a los tejidos, es lógico pensar 
que una disminución de la hemoglobina aumenta la mortalidad, tabla 1 
10
. 
14	
	
Hemoglobina (g/dL) Mortalidad (%) 
7.1 a 8.0 0.9 
5.1 a 7.0 9.2 
3.1 a 5.0 26.7 
menor a 3.0 62.1 
Tabla 1. Asociación de la mortalidad y morbilidad en pacientes con baja hemoglobina 
pos operatoria al declinar la transfusión 
10
. 
A pesar de que en américa y el resto del mundo, la manipulación y transfusión de 
productos sanguíneos se ha convertido en una práctica habitual e incluso regulada por 
la ley, aún existen riesgos y complicaciones asociados a éstas, existen muchas 
reacciones de tipo inmunológica y no inmunológicas, aunque el tamizaje de sangre de 
personas donantes ha disminuido el riesgo de infección, éste aún se mantiene, y no son 
siempre evitables y ponen en riesgo al paciente sin importar las precauciones que se 
tomen 
10
. La pérdida significativa de volumen intra vascular puede conducir daño a los 
órganos, retrasar el tiempo para sanar e incluso puede causar la muerte; por ello la 
adecuada cuantificación de sangrado trans operatorio de manera precisa y objetiva es 
fundamental para disminuir los riesgos de inestabilidad cardiovascular y ante la 
necesidad de transfusión, así como evitarla por la falta de fundamento para una 
transfusión 
7
. 
15	
	
MATERIAL Y METODOS 
Se realizó un estudio con área de investigación clínica, y diseño cuantitativo, 
observacional, cuasi experimental, prospectivo, transversal, con universo infinito, en 
donde se comparó la cuantificación de sangrado trans operatorio de forma subjetiva y 
los métodos de cuantificación volumétricos y gravimétricos en cirugías programadas en 
hospitales de los servicios de salud pública de la Ciudad de México. 
Diseño de la muestra: muestreo no probabilístico; por la validez basada en la información 
sobre el fenómeno en estudio, y de evidencias estadísticas que muestren su utilidad para 
conocer aspectos de comportamiento; se realizará un muestreo intencional o de juicio, 
cuya característica principal de este tipo de muestreo es que, tanto el tamaño de muestra 
como la selección de los elementos que la integran están sujetos al juicio del 
investigador; se tomará una muestra mínima de 30 pacientes para hacer la muestra 
representativa. 
Como criterios de inclusión se tomaron hombres y mujeres de edad entre 18 y 75 años, 
sometidos a procedimientos quirúrgicos programados o de pacientes no graves sin 
riesgo vital y clasificación ASA I, II y III. 
Criterios de no inclusión engloban clasificación ASA igual o mayor a IV, hemoglobina 
menor a 8 mg/dL, con transfusión previa, anti coagulados. 
16	
	
Los criterios de interrupción fueron por complicaciones mayores trans quirúrgicas 
(fallecimiento, paro cardio-respiratorio, lesión vascular) o por volúmenes para lavado 
quirúrgico mayores a 1000ml, ya que la distribución de altos volúmenes de liquido diluye 
mas fácilmente el contenido hemático expandiendo su extensión en las superficies, 
implicando un secado más rápido de la solución con sangre y por tanto su difícil 
recolección; así como que el llenado de los frascos recolectores seria rápido y el cambio 
inmediato causaría sesgos en la medición volumétrica adecuada. Y los criterios de 
eliminación, el retiro voluntario del estudio en cualquier punto de la investigación. 
Los tipos de variable se dividieron en cuantitativa nominal (medico de base y residente), 
cuantitativa nominal discontinua (sexo), cuantitativa continua (experiencia, volumen en 
frasco, peso en ropa quirúrgica, volumen de pieza anatómica, volumen de sangre 
recolectada en suelo, sangre total medida en báscula, sangre totalcalculada, edad, talla 
y peso), y cuantitativa discreta (número de gasas y número de compresas). 
Materiales: 
Peso de material seco (diferentes paquetes cerrados): se realizó la medición de 5 tipos 
de gasa simple y con trama, 5 campos pequeños y 5 grandes, 5 sabanas y 5 batas, 
determinando el promedio de dimensiones y peso resultante. 
• Gasa simple = 2 g (sin variación de peso entre 5 muestras de diferentes paquetes). 
• Compresa = 40.6 g promedio; al ser el segundo material utilizado, se realizo la 
medición de 8 muestras de diferentes paquetes para determinar una media de 
peso más precisa. 
• Gasa con trama = 2.07 g promedio. 
 
17	
	
• Campo pequeño, dimensiones promedio 41X48 cm = 47 g promedio. 
• Campo grande, dimensiones promedio 81X104 cm = 164 g promedio. 
• Sabana, dimensiones 223X158 cm = 637 g promedio. 
• Bata quirúrgica = 443 g promedio. 
Frascos recolectores de 100 ml graduados cada 10 ml. 
Frascos recolectores de 1000 ml graduados cada 100 ml. 
Volumen de jeringas asepto de cristal para considerar en irrigación de tejidos y lavado 
quirúrgico: 90 y 60 ml. 
Jeringas de plástico graduadas en 20 y 10 ml, para la medición y recolección de sangre. 
Báscula digital marca Mainstays que utiliza dos pilas AAA de 1.5 V; con unidades de 
medida en Kg o Lb, capacidad máxima de 5 Kg y mínima de 1 g, con opción de tara. 
Aspectos éticos y de seguridad para el sujeto incluido en el estudio: implementación del 
sistema preventivo de anestesia y cirugía correcta ¨cirugía segura¨. 
Bioseguridad para el investigador: uso de googles para protección oftálmica y guantes al 
momento de manipular cualquier tipo de muestra, barrera impermeable y limpieza 
continúa de los instrumentos de medición 
Desarrollo cuasi experimental: 
En cada procedimiento quirúrgico se implementaron dos formatos para recolección de 
datos, uno para el observador y otro para cada uno de los médicos anestesiólogos 
participantes del estudio, a los cuales se les señaló que no hubiera comunicación en sus 
cálculos para no causar influencia en la toma de decisión al determinar el sangrado; el 
18	
	
formato incluye ficha de identificación, somatometría, tipo de observador, años de 
experiencia y sangrado calculado; solamente para el formato del observador, contiene la 
posibilidad de señalar los materiales de medición utilizados, sitios de recolección de 
sangrado medido en báscula y/o frasco. También se observó y solicitó al medico cirujano 
el aviso de uso y cantidad de solución para lavado quirúrgico medidas por jeringas asepto 
de 90 y 60 ml; así como la adecuada graduación de frascos recolectores. 
Al término del procedimiento, posterior al conteo completo de gasas y compresas 
utilizadas, y previa calibración automática de báscula, se realizó la recolección de los 
materiales con sangre, se pesaron y se realizó la diferencia con su peso seco 
correspondiente para cada material obteniendo los gramos absorbidos por cada uno, se 
realizó la sumatoria total y los resultados se compararon con lo estimados por los 
médicos participantes. Si hubo recolección en frascos volumétricos se realizó el conteo 
en mililitros y con la conversión establecida de 1ml = 1g, los mililitros (ahora gramos) 
obtenidos se sumaron al material pesado determinando el total global, tomando en 
cuenta volumen de solución para lavado los cuales se restaron al volumen recolectado 
o absorbido en en gasa, compresas o ropa quirúrgica. Las pérdidas de acceso difícil se 
consideraron como la extensión de sangre en suelo o mesa quirúrgica, las cuales se 
recolectaron con gasa, compresa o campo seco y se realizó el pesaje para obtener los 
gramos, o con jeringas graduadas en 10 o 20 ml; cuando se presentó la obtención de 
piezas anatómicas, para piezas pequeñas se extrajo en contenido hemático con jeringas 
graduadas en 10 ml, para piezas grandes se proyectó pesar la pieza y realizar el cálculo 
de contenido hemático promedio tomando en cuenta el porcentaje de flujo sanguíneo 
para piel, musculo y/o intestino, riñones u otra pieza anatómica realizando el diferencial 
19	
	
con el peso total, además de sumar el drenaje y recolección volumétrica de sangre 
contenida en la pieza (ningún paciente en este estudio presentó extracción de pieza 
anatómica grande: pierna, brazo, porciones de intestino, riñones, hígado o bazo). 
Al final se compararon los mililitros calculados y los mililitros medidos con la metodología 
descrita. 
También se realizó la comparación del peso de cada gasa utilizada con saturación 
completa de sangre para determinar los gramos promedio que absorbe y la concordancia 
de la guía visual estandarizada de 1 gasa saturada es igual a 10 ml de contenido 
hemático absorbido; se esperó hacer lo mismo con las compresas, sin embargo en este 
estudio no se presentó saturación completa de las compresas utilizadas, por lo que se 
descartó este análisis. 
El desarrollo gráfico estadístico se realizó con el programa Minitab 18, 2017, se 
obtuvieron los siguientes resultados. 
 
 
 
 
 
20	
	
 
RESULTADOS 
De los pacientes englobados en el estudio que cumplieron los criterios de inclusión de 
edad entre 18 y 75 años, sometidos a procedimientos quirúrgicos programados, algunos 
de urgencia estables, no graves sin riesgo vital y clasificación ASA II y III, ya que ninguno 
cumplió las condiciones para clasificarse como ASA I; así de la muestra total obtenida 
de 31 pacientes, 12 fueron mujeres con un porcentaje de 38.7% y 19 hombres con un 
porcentaje de 61.3%. Se tomó en consideración peso y talla para observar si estas 
variables tenían influencia para cuantificar el sangrado, para el cálculo de sangrado 
permisible y la necesidad de transfusión, en este estudio ningún paciente requirió el uso 
de transfusión y no se encontró relevancia alguna, solo se observó mayor frecuencia de 
sobre peso en mujeres. 
Aunque los criterios de inclusión enunciaban pacientes entre 18 y 75 años de edad, 
algunos pacientes fuera de este rango de edad se consideraron ya que se presentaban 
estables y sin riesgo vital, cumpliendo todos los demás criterios de inclusión, no inclusión 
y exclusión, además de esperar algún patrón representativo en relación con el estudio 
fuera de este rango de edad, el cual no fue observado; la edad en mujeres oscilo en 45 
años, abarcando edades desde los 18 hasta los 85 años, en cuanto a los hombres la 
edad promedio fue de 35, oscilando entre 20 y 55 años de edad, con un caso aislado de 
78 años de edad. 
 
21	
	
ml absorbidos por gasas 
 
Figura 1. Histograma con línea de frecuencias de absorción de sangre total (ml) en 
gasas utilizadas por cirugía. 
En la figura 1 observamos la capacidad de absorción promedio que se registró de las 
gasas utilizadas por procedimiento (en algunos procedimientos se pesaron solo 2 gasas, 
y en otros hasta 10), el volumen medido promedio para no más de 10 gasas utilizadas 
por cirugía fue de 38.3 ml, con un mínimo de absorción medido de 2 ml y un máximo 
medido de 98 ml; no influyeron variables de sexo, edad, peso y talla. No se tomó en 
consideración el número de gasas utilizadas por procedimiento ya que era muy variable, 
por ejemplo, dos gasas podrían representar 15 ml absorbidos entre las dos en una 
cirugía, y 4 ml entre dos gasas para otro procedimiento; además de que algunas solo se 
usaron para limpieza con sangre muy diluida o con discreto manchado, lo cual se registró 
y se realizó la diferencia correspondiente para el cálculo final de sangrado. 
Sin embargo se realizó la medición del peso de 47 gasas utilizadas en diferentes 
procedimientos quirúrgicos, con trama y sin trama, las cuales resultaron con saturación 
completa de sangre en su superficie, obteniendo valores sin mayor variabilidad de peso 
entre 11, 12 y 13 gramos cada una, con una media de 11.6 gramos. 
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22	
	
ml absorbidos por compresas 
 
Figura 2. Histogramacon línea de frecuencias de absorción de sangre total (ml) en 
compresas utilizadas por cirugía. 
La figura 2 muestra la absorción de sangre medida en compresas, aunque no se 
utilizaron en todos los procedimientos, o algunas solo presentaban sangre muy diluida, 
ya que se utilizaron para limpieza final y no secado de sangrado; no se utilizaron más de 
5 compresas por cada procedimiento quirúrgico, y se obtuvo una media de absorción por 
compresa de 92.7 ml, mínimo de 2 ml y un máximo aislado de 303 ml, el cual fue 
estrictamente relacionado con el procedimiento quirúrgico; no influyeron variables de 
sexo, edad, peso y talla. 
 
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23	
	
 
Figura 3. Gráfico de caja que señala la absorción de sangre total en ml para ropa 
quirúrgica. 
Es importante señalar que no en todo procedimiento fue necesaria la medición de 
sangrado en ropa quirúrgica, ya que el secado de sangrado se limitó a gasas y/o 
compresas; o en el procedimiento no fue de tal magnitud que se distribuyera en estos 
materiales, de los cuales, el que más se pesó por contenido hemático fueron los campos 
pequeños, solamente en una ocasión una sábana y una bata, y en 3 ocasiones campos 
grandes; por ello en la figura 3 observamos datos muy dispersos; la media de absorción 
para ropa quirúrgica (campos pequeños) fue de 14.5ml, en el resto de los resultados la 
variabilidad fue debido a su uso infrecuente, el resultado máximo aislado de 128 ml se 
midió en 1 sábana, 1 bata, 1 campo grande y 2 campos chicos. 
En cuanto a los ml de sangre recolectados del suelo (no se presentó distribución sobre 
la mesa quirúrgica); solo en tres eventos quirúrgicos se realizó la recolección con 
compresas y su pesaje correspondiente, obteniendo 15, 25 y 62 ml respectivamente para 
cada procedimiento. 
24	
	
En este estudio solo se presentaron 2 casos con extracción de piezas anatómicas, 
ambos en pacientes mujeres, una histerectomía y quiste de ovario, con 72 ml y 11 ml 
obtenidos respectivamente, con base en extracción volumétrica con jeringas de 20ml y 
10ml. 
 
Figura 4. Gráfico de caja que muestra los años de experiencia (Exp) de los médicos de 
base (MB) de anestesiología. 
Los médicos anestesiólogos que participaron en este estudio abarcaron desde 4 años 
hasta 45 años de experiencia, con media de 33 años, figura 4. Los años de experiencia 
correspondientes para residentes fueron constantes para el tiempo en que se realizó el 
estudio, se dividieron en dos años dos meses para R3, 1 años 2 meses para R2, y para 
R1 de dos meses. 
Frecuencia de sangrado calculado en ml R1 R2 R3 MB 
Correlación de Pearson 0.877 0.87 0.964 0.9 
Valor p 0 0.005 0 0 
25	
	
Tabla I. Correlación de Pearson del total de sangrado calculado por residentes (R1, R2 
y R3) y médicos de base (MB). 
Las variables analizadas y tomadas del estudio para llegar a los objetivos son 
cuantitativas continuas, por ello el coeficiente de correlación de Pearson nos ayuda como 
una medida lineal o índice para medir el grado de relación de dos variables aleatorias 
cuantitativas, en este caso el sangrado calculado y grado del anestesiólogo (años de 
experiencia); el valor del índice varia en el intervalo -1,1; indicando para este estudio una 
correlación de Pearson menor que 1, por tanto existe una correlación positiva al momento 
de cuantificar un total de sangrado entre anestesiólogos residentes y de base; a mayor 
experiencia, mayor cercanía en los ml calculados con los ml medidos de manera objetiva. 
En la investigación la probabilidad (p) o grado de significancia estadística, de que las 
diferencias observadas sean explicadas por azar; nuestros resultados obtenidos arrojan 
p menores a 0.05, lo que nos dice poca probabilidad de que los resultados se deban al 
azar, aceptando así la hipótesis Hi: si se cuantifica de manera objetiva el sangrado trans 
operatorio, entonces se identificaran de manera más precise las pérdidas sanguíneas; y 
la influencia de la experiencia en la estimación del sangrado. En cuanto al valor p 
obtenido para el cálculo de sangrado por residentes de segundo grado (R2), se presentó 
ya que fue más disperse el cálculo de sangrado de estos médicos dentro del estudio, sin 
embargo, este y los demás resultados son estadísticamente significativos, rechazando 
la H0. 
 
26	
	
 
Figura 5. Diagrama de dispersión de sangrado total calculado en ml por residentes de 
primero, segundo, tercer grado (R1, R2, R3) y médico de base (MB), en diferentes 
eventos quirúrgicos. 
La figura 5 muestra un comparativo del cálculo de sangrado total en ml al término de 
cada cirugía, observando la frecuencia de repetición del cálculo entre los diferentes 
grados de los anestesiólogos. Podemos notar que en cantidades calculadas de 100 ml o 
menores no hay una dispersión importante con concordancias muy próximas a los 
estimados de sangrado de cada grado; por el contrario, a mayor sangrado ocurrido en el 
trans operatorio, mayor variabilidad y dispersión del total de ml de sangrado calculado 
entre todos los grados de anestesiólogos. 
 
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27	
	
DISCUSION 
Para determinar las diferencias reales en los resultados obtenidos tenemos que emplear 
test estadísticos, la prueba estadística empleada que se aplicó en este estudio fue de 
tipo no paramétrico, el test de coeficiente de correlación de Pearson, ya que las variables 
tomadas en el estudio son independientes cuantitativas continuas; pues solo se tomaron 
en cuenta y se valoraron los rangos de los valores cuantitativos, las variables 
representaron solamente una medida aproximada del carácter sin una valoración exacta; 
por lo que se descartan pruebas como ANOVA, t de student, Chi cuadrada, etc, pues 
estas se basan en variables independientes cualitativas, las cuales no fueron utilizadas 
para fines de este estudio. 
Las variables relevantes para llegar a los objetivos de este estudio fueron: experiencia, 
los mililitros totales recolectados por gravimetría en gasas, compresas o en ropa 
quirúrgica, el sangrado total calculado por los médicos participantes y su comparación 
con la sumatoria gravimétrica y volumétrica; las demás fueron descartadas por que no 
representaron factores que alteraran los resultados, ni estaban ligados a los objetivos 
para alcanzar en el estudio como el peso, talla, edad; el volumen de sangre en pieza 
anatómica y recolectado en suelo, solo se presentaron como eventos aislados en 
algunos de los procedimientos sin la posibilidad de una evaluación mayor. 
Los resultados obtenidos muestran el alcance de los objetivos proyectados de este 
trabajo al establecer de manera positiva la diferencia entre la estimación visual y la 
medición objetiva del volumen sanguíneo trans quirúrgico con métodos de gravimetría y 
volumetría, porque aunque en algunos casos fue cercano el sangrado estimado a la 
medición objetiva, nunca fue igual al medido con métodos estandarizados de 
28	
	
cuantificación, la mayoría de médicos sub estima el sangrado real de manera global y 
sobre todo con volúmenes de 400 ml o mayores observados en este estudio, tal vez por 
la amplia dispersión del contenido hemático principalmente en ropa quirúrgica y 
contenedores volumétricos, y que no se limita a los estándares básicos de gasas y 
compresas. También se observó y analizó la concordancia de estimaciones con base en 
el rango académico, el cual determina que a mayor experiencia mayor precisión en el 
cálculo, volúmenes mayores a 200 ml crean dispersión en la estimación de sangrado 
entre residentes y médicos de base, siendo aquellos sangrados que oscilan en 100 ml 
los que más concuerdan independiente del grado académico o experiencia. 
Para a la absorción de sangre en materiales se encontró que las gasas son el material 
más utilizado en las cirugías, le siguen compresas, luego campos chicos, y el restoropa 
quirúrgica, la cual en su mayoría de ocasiones presenta absorción de sangre incidental, 
y muy pocas veces es tomada en cuenta; la recolección de sangre en suelo o mesa 
quirúrgica, así como de piezas anatómicas requiere maniobras para su obtención que 
restan tiempo, en ocasiones difícil acceso, lo que determina sesgos pues al secarse la 
sangre se limita su obtención y por tanto el cálculo correcto; aunque tal vez la extracción 
del suelo y de las piezas anatómicas no parece representativa para considerar, es de 
suma importancia para el conteo global, ya que puede ser la diferencia entre cumplir un 
criterio de trasfusión bien fundamentado y no requerirlo; se tendrá que pensar en 
desarrollar una metodología para cuantificar de manera correcta y precisa estas pérdidas 
hemáticas. 
Uno de los resultados más relevantes de este trabajo fue la cuantificación del peso de 
gasas saturadas de sangre y la variabilidad que se pudiera encontrar en esto, lo cual 
29	
	
resulto en mediciones constantes entre 11, 12 y 13 gramos por cada gasa saturada, con 
una media de 11.6 gramos. En comparación con el estudio en el hospital Hofuf en arabia 
saudita en 2015, para determinar la capacidad de absorción de la gasa quirúrgica y otros 
materiales humedecidos con solución salina y sobresaturada en comparación con la 
gasa seca; seleccionaron cuatro patrones para cada gasa para construir la guía visual; 
en donde la gasa con patrón de saturación al 100% recolecto 12 ml en dicho estudio; 
teniendo una concordancia con los resultados obtenidos en este trabajo; no se pudo 
realizar la medición de compresas saturadas pues en los procedimientos estudiados no 
se presentó una saturación completa de compresas para tomar en consideración estos 
resultados. La variación de 1 a 2 gramos medidos en las gasas saturadas se pudo deber 
a la hidratación del contenido hemático al momento de la medición, componentes 
sanguíneos propios de cada paciente (hemoglobina, plaquetas, eritrocitos, nutrientes), e 
incluso la precisión del equipo para cuantificar	 el gramaje. Lo anterior es de suma 
importancia, pues aparte de que las gasas son el material de mayor uso para secado de 
sangrado en el trans operatorio, el estándar de cálculo visual se basa en una absorción 
promedio establecida en 10 ml por gasa con o sin trama, valor muy cercano a lo 
encontrado en este y el estudio en el hospital Hofuf en 20151. 
En cuanto a la importancia de una adecuada cuantificación de sangrado como criterio de 
transfusión; necesitamos tener estándares más precisos que sean concordantes entre 
volúmenes de pérdidas hemáticas y disminución de hemoglobina; como el estudio 
realizado en el hospital general regional No.1 de Ciudad Obregón en 2015, en donde se 
encontró una asociación significativa y se estableció que un sangrado mayor a 500 ml 
tenía una asociación directa con una disminución de la hemoglobina mayor a 1.1 g y una 
30	
	
relación directa con una disminución del hematocrito mayor al 6%; en este estudio a 
ninguno de los pacientes que se incluyeron le fueron transfundidos paquetes globulares 
por pérdidas hemáticas, no solo por el hecho de que los sangrados calculados, en su 
mayoría no fueron más allá de 500 ml, si no que se encontraban en condiciones clínicas 
estables, con hemoglobina dentro parámetros normales o con una disminución limítrofe; 
además de que se tomaron en cuenta para conjuntar el criterio de transfundir los 
indicadores de hipo perfusión global: hipotensión, taquicardia, oliguria, llenado capilar 
lento, alteración del sensorio (en casos que se pueda evaluar, como en la anestesia 
regional), lactato sanguíneo elevado, saturación de oxigeno disminuida en sangre arterial 
y/o venosa, o indicadores de hipo perfusión regional, valorados de manera constante en 
el trans operatorio, sin presentar alteraciones que indicaran la necesidad de una 
transfusión3,14. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
31	
	
CONCLUSIONES 
Tomando en consideración de que todas las cirugías presentan un grado de sangrado y 
que al cuantificar de manera idónea el sangrado se obtiene un mejor criterio para la toma 
de decisiones y se disminuyen riesgos de descompensación cardiovascular en el 
paciente e incluso se suprimen los riesgos pos transfusionales en el caso de haber 
realizado una trasfusión; el desarrollar nuevos métodos y establecerlos para su 
aplicación general es una labor importante que debemos desarrollar los médicos 
anestesiólogos, pues llama la atención que pocos estudios evalúan y avalan la habilidad 
en los profesionales involucrados en el manejo del sangrado intra operatorio; de la misma 
manera, la base de la investigación disponible, al momento no presenta suficiente 
literatura para considerar un método específico como ideal sobre el otro para la 
cuantificación adecuada de sangrado trans operatorio. 
El uso recurrente de gasas como material primario en el secado de sangrado debe 
tomarse en importante consideración para describir más estudio que establezcan el 
volumen más cercano real de absorción en gasas saturadas de sangre, así como el 
desarrollo de trabajos que comprueben lo anterior en compresas. 
Con los resultados obtenidos en este estudio se acepta la hipótesis de que la medición 
objetiva de sangrado trans operatorio con metodología objetiva identifica de manera más 
precisa las perdidas sanguíneas; se comprobó la variabilidad e impresión en el cálculo 
de sangrado sin importar el grado académico, pues la falta de estandarización objetiva 
de medición de sangrado trans operatorio está asociada a una cuantificación inadecuada 
y sobre todo subjetiva de en el cálculo del sangrado; también se demostró que a mayor 
experiencia del médico anestesiólogo, mayor precisión en el cálculo de sangrado. 
32	
	
Como hemos observado, la cuantificación de sangrado trans operatorio ha tenido 
dificultades en el desarrollo o establecimiento de algún método conocido más preciso y 
objetivo, que no sea costoso y se puede llevar a cabo en el operatorio sin espera de 
resultados de pruebas que consuman mucho tiempo, o que puedan apartar atención 
importante hacia el paciente, y que en ocasiones puedan ser determinantes para la 
morbilidad y mortalidad del mismo. 
 
 
 
 
 
 
33	
	
RECOMENDACIONES 
El desarrollo de nuevos métodos objetivos para cuantificar el sangrado operatorio puede 
presentar sus inicios en implementar la cuantificación volumétrica y gravimétrica en 
hospitales de segundo nivel y mayores; al ser objetiva, presenta mayor precisión para la 
cuantificación de sangrado y es de bajo costo, ya que en los hospitales se cuenta con 
recipientes de recolección volumétricos y las instituciones de salud solo deberán invertir 
en básculas con buena precisión para cada quirófano, y en cursos que no representan 
alto grado de complejidad para que se desarrolle de manera correcta la metodología para 
la recolección. Adiestrar al personal de enfermería circulante para el desarrollo de esta 
tarea es importante para que el médico anestesiólogo no tenga como un factor distractor 
los procedimientos de cuantificación de sangrado hacia el cuidado del paciente, todo lo 
anterior con el objetivo del mayos beneficio a los pacientes, reducción de costos a 
mediano plazo y así tener un beneficio de impacto positivo en la salud pública. 
Finamente, por el momento, hasta establecer los métodos objetivos de medición de 
sangrado, se podría pensar en la posibilidad de implementar algún programa de 
entrenamiento dirigido a fortalecer y hacer más objetiva la habilidad clínica de calcular el 
sangrado trans operatorio en los anestesiólogos con base en los estudios ya 
mencionados. 
 
 
 
 
34	
	
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