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652 Medicina y cirugía reconstructiva de la pelvis femenina SECCIÓ N 3 FIGURA 24-20. Fotografía que muestra tejido de granulación (llaves) en las paredes vaginales anterior y posterior debido al traumatismo del pesario. grave. Por el contrario, la técnica vaginal ofrece un tiempo quirúr- gico menor y el restablecimiento pronto de las actividades diarias. Laparoscopia y cirugía robótica Cada vez se practican más las técnicas laparoscópicas y robóticas para reparar el prolapso. Estos procedimientos comprenden a la sacrocolpopexia, suspensión de la cúpula vaginal y el ligamento uterosacro, reparación paravaginal y reparación del rectocele. Sin embargo, los estudios sobre los resultados de la reconstrucción pél- vica laparoscópica se limitan en esencia a series de casos (Higgs, 2005). Es difícil comparar las técnicas laparoscópica y abierta sin estudios clínicos aleatorizados. No obstante, los cirujanos con una gran habilidad laparoscópica que pueden realizar la misma ciru- gía por vía laparoscópica deben tener resultados equivalentes. En la actualidad se prefi ere recurrir a la sacrocolpopexia laparoscó- pica robótica en los hospitales con el sistema quirúrgico da Vinci (Sección 42-1, pág. 1107). Sin embargo, los estudios clínicos alea- torizados demuestran que la técnica robótica no es hoy día equi- valente ni superior. Plan quirúrgico El tratamiento reconstructivo del prolapso incluye a menudo una combinación de procedimientos en varios compartimientos vagi- nales. Sin embargo, la decisión sobre cuáles compartimientos repa- rar no siempre es sencilla. Antes se prefería una conducta enfocada en el defecto. Con esta técnica, se creía que debían valorarse y repararse todos los defectos actuales, latentes o potenciales com- pensatorios. No obstante, la opinión experta actual sugiere que las áreas de prolapso asintomático no siempre requieren reparación; en realidad, la corrección puede originar síntomas nuevos. Por ejemplo, la reparación de un prolapso asintomático de la pared posterior puede causar dispareunia. Por lo tanto, la operación debe diseñarse para aliviar los síntomas vigentes. Compartimiento anterior Se han descrito muchos procedimientos para reparar el prolapso de la pared vaginal anterior. Hasta ahora, la colporrafi a anterior ha sido la operación más frecuente, pero los índices de éxito a largo plazo son bajos. En un estudio con asignación al azar de tres técnicas de colporrafi a anterior (plegamiento medial tradicional, reparación unilateral y plegamiento tradicional más reforzamiento lateral con malla sintética), Weber et al. (2001b) encontraron un bajo índice de éxito anatómico. Sólo se obtuvieron resultados ana- tómicos satisfactorios en 30% de los casos en el grupo sometido al método tradicional, 46% del grupo ultralateral y 42% en las pacientes a las que se les ofreció el método tradicional con aplica- ción de malla. Estas diferencias no tuvieron relevancia estadística. Aunque aún se realiza con frecuencia, los bajos índices de éxito anatómico con la colporrafi a anterior tradicional condujeron a la revaloración de los conceptos para la reparación y al desarrollo de otros procedimientos. A pesar de estas limitaciones, si se sospecha un defecto central o medial, puede realizarse la colporrafi a anterior (Sección 43-13, pág. 1214). También puede usarse malla o material biológico, ya sean solos o junto con la colporrafi a anterior. La malla se usa para refor- zar la pared vaginal y se fi ja con material de sutura a los lados. Sin embargo, aún no están bien estudiados el uso de malla y los equi- pos de malla para el prolapso de la pared vaginal anterior y deben considerarse experimentales (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2007). Si bien los estudios más recientes demuestran que el éxito anatómico es mejor cuando se utiliza la malla para reparar la pared anterior, el riesgo es considerable. Éste comprende erosión de la malla, dolor y dispareunia, que se describen más ade- lante en la página 654 (Sung, 2008). En muchos casos, el prolapso de la pared vaginal anterior se debe a defectos fi bromusculares en el segmento apical anterior o al desprendimiento transversal entre dicho segmento y el vértice vaginal. En estas situaciones, un procedimiento de suspensión api- cal, como la sacrocolpopexia abdominal o la suspensión de cúpula vaginal con el ligamento uterosacro, suspende la pared vaginal anterior al vértice y reduce el prolapso de la pared anterior. Con estos procedimientos, también se restablece la continuidad entre las capas fi bromusculares vaginales anterior y posterior para preve- nir la formación de un enterocele. Si se sospecha un defecto lateral, una buena alternativa es la reparación paravaginal por vía vaginal, abdominal o laparoscópica (Sección 43-14, pág. 1217). La reparación paravaginal se realiza con la reinserción de la capa fi bromuscular de la pared vaginal al arco tendinoso de la fascia pélvica. Vértice vaginal Cada vez se advierte más que el soporte del vértice vaginal es la base de la reparación exitosa del prolapso. Algunos expertos creen que la reparación quirúrgica aislada de las paredes anterior y posterior está condenada al fracaso si el vértice no se sostiene en forma adecuada (Brubaker, 2005a). 24_Chapter_24_Hoffman_4R.indd 65224_Chapter_24_Hoffman_4R.indd 652 06/09/13 21:3306/09/13 21:33
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