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GINECOLOGIA (744)

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723Principios de la radioterapia 
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Un método más conveniente de mejorar el aporte de oxígeno 
a los tejidos comprende la “manipulación” de la hemodinámica 
de vasos sanguíneos con carbógeno o nicotinamida. El carbógeno 
(95% de oxígeno y 5% de bióxido de carbono), es un preparado a 
base de oxígeno que tiene mayor capacidad de difusión intratumo-
ral. El carbógeno inhalado de manera simultánea durante la radio-
terapia con haz externo mejora la tensión de oxígeno dentro del 
tumor y es tolerado de modo satisfactorio (Aquino-Parsons, 1999). 
Como otra posibilidad, la nicotinamida es el derivado amídico de la 
vitamina B3 (niacina) y evita el espasmo vascular intermitente. En 
combinación, según se piensa, el carbógeno inhalado y la nicotina-
mida ingerida mejoran el aporte de oxígeno a las regiones hipóxicas.
Fármacos biorreductores. Los fármacos de esta categoría com-
plementan la radioterapia e inician una serie de fenómenos bioquí-
micos activados por la hipoxia. Tales fases hacen que los agentes 
citotóxicos destruyan de manera selectiva las células hipóxicas. En 
decenios recientes algunos señalamientos indican que son clínica-
mente efi caces la mitomicina C y la tirapazamina (TPZ, tirapaza-
mine) (Craighead, 2000; Nguyen, 1991; Rischin, 2001). A pesar 
de resultados tempranos promisorios, los obtenidos de un estudio de 
fase III que incluyó TPZ, cisplatino y radioterapia, en comparación 
con cisplatino y radioterapia, no produjo mejoría de los índices de 
supervivencia en personas con cánceres de cabeza y cuello (Rischin, 
2005, 2010). El Gynecologic Oncology Group (GOG) ha completado 
la reunión de datos de un estudio de fase III en el cual se asignó 
en forma aleatoria a mujeres con cáncer cervicouterino para que 
recibieran cisplatino y además radiación con haz externo, u otro 
esquema con cisplatino, TPZ y radioterapia, aunque todavía no se 
han publicado los resultados (National Institutes of Health, 2010).
Transfusiones de sangre. En la práctica clínica en personas que 
reciben radioterapia es conveniente que la concentración de hemo-
globina sea, como mínimo, de 12 g/100 ml; para alcanzar tal obje-
tivo, con la transfusión se mejora la hipoxia tumoral y se incre-
menta la respuesta a la radiación. Por ejemplo, en una revisión de 
datos de un grupo de 204 mujeres con cáncer cervicouterino trata-
das con radiación, 26% tuvieron una concentración de hemoglo-
bina <11 g/100 ml antes del ciclo de radiación o durante el mismo, 
y recibieron concentrados eritrocíticos en transfusión. De las que 
recibieron transfusiones, sólo 18% pudieron conservar una concen-
tración de hemoglobina >11 g/100 ml durante todo el tratamiento; 
dicho subgrupo de mujeres tuvo un índice de supervivencia quin-
quenal sin enfermedad similar de 71%, en comparación con un 
grupo de pacientes que nunca necesitaron transfusión. El índice 
de supervivencia sin enfermedad fue sólo de 26% en aquellas que 
tuvieron anemia persistente. Sin embargo, no todas las pacientes 
obtuvieron benefi cio notable con la transfusión, en particular las 
que tenían ya metástasis ganglionares, estaban en estadio tardío de 
su enfermedad y la neoplasia tenía gran tamaño (Kapp, 2002). 
Como una situación precautoria habrá que señalar que la transfu-
sión de sangre ocasiona a veces inmunodepresión y por ello puede 
empeorar los resultados en casos de neoplasia. Se han planteado 
innumerables mecanismos, que incluyen una respuesta infl amatoria 
(Varlotto, 2005).
Eritropoyetina humana (recombinante). Además de la trans-
fusión de sangre para corregir la anemia se ha utilizado la eritro-
poyetina humana obtenida por bioingeniería. Sin embargo, desde 
el punto de vista clínico tal tratamiento no ha sido benefi cioso. 
En el estudio multiinstitucional de fase II del Southwest Oncology 
histológica similar, las respuestas a la radiación pueden ser muy 
variables. La heterogeneidad dentro de un tumor en particular 
pudiera explicar la respuesta diversa. Otro factor que interviene 
en la radiosensibilidad de un tumor es la capacidad de sus célu-
las para reparar el daño por la radiación. Por ejemplo, se observó 
que una frecuencia menor de reparación de las escisiones del DNA 
bicatenario se correlacionaba con una mayor radiosensibilidad de 
los tumores (Schwartz, 1988, 1996; Weichselbaum, 1992). Las 
investigaciones recientes básicas sobre “traducción” indican que 
son múltiples los factores que rigen la radiosensibilidad tumoral y 
que probablemente se vinculan, pero no se les conoce en detalle. 
Los aspectos actuales de la investigación se orientan a las vías de 
reparación del daño de DNA, hipoxia, microambiente y respuesta 
inmunitaria (Glazer, 2011).
Lapsos de tratamiento
Cuando se necesitan intervalos largos para completar un ciclo frac-
cionado de radioterapia es probable que disminuya el control de la 
neoplasia, particularmente en cánceres epiteliales de proliferación 
rápida. Por esa razón, hay que llevar al mínimo las interrupciones 
o los retrasos del tratamiento. En una revisión retrospectiva de 209 
mujeres con cáncer cervicouterino en estadios I a III, tratadas con 
radioterapia, el control pélvico quinquenal y los índices de super-
vivencia global fueron mejores en las pacientes que completaron el 
tratamiento en menos de 55 días (87 y 65%, respectivamente) que 
en aquellas que tardaron más de ese lapso (72 y 54%, respectiva-
mente) (Petereit, 1995). 
Hipoxia tumoral
La hipoxia tumoral es un factor importante que ocasiona defi ciente 
control local de la neoplasia y disminución de la supervivencia 
en mujeres con cáncer cervicouterino (Brizel, 1999; Nordsmark, 
1996). La relación íntima entre la hipoxia tumoral, la anemia y la 
angiogénesis, se demostró en una investigación en que participaron 
87 mujeres con cáncer cervicouterino en estadios II, III y IV trata-
das únicamente con radiación. De ese grupo, mostraron índices de 
supervivencia trienal menores aquellas que tuvieron un nivel de he-
moglobina menor de 11 g/100 ml, una mediana de tensión de oxí-
geno en el tumor (pO2) menor de 15 mmHg y un incremento en 
la trama microvascular anormal de la neoplasia (Dunst, 2003); por 
esta razón se han creado innumerables estrategias para superar la 
hipoxia tumoral.
Oxígeno hiperbárico. No se ha demostrado efi cacia del oxígeno 
hiperbárico junto con la radioterapia en cáncer cervicouterino de 
estadios II y III (Dische, 1999). Además, ha surgido preocupación 
de que dicha forma de oxígeno en realidad pueda acelerar la proli-
feración del tumor (Bradfi eld, 1996).
CUADRO 28-3. Radiosensibilidad de algunos cánceres 
particulares
Sensibilidad Tipo de cáncer 
Altamente sensibles Linfomas, disgerminoma, cáncer de 
células pequeñas, cáncer embrionario
Moderadamente
sensibles
Carcinoma epidermoide (escamoso), 
adenocarcinoma 
Poco sensibles Osteosarcoma, glioma, melanoma
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