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734 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 en su carácter oncógeno y la potencia de asociación con el cáncer cervicouterino. Los tipos 6 y 11 de HPV de bajo riesgo ocasionan casi todas las verrugas en genitales y un corto número de infeccio- nes subclínicas por HPV. Las infecciones de HPV de bajo riesgo en contadas ocasiones (si es que así ocurren) son oncógenas. A diferencia de lo comentado, la infección persistente por HPV de HR es una condición para que aparezca el cáncer cervicouterino. Los tipos de HPV de HR que incluyen 16, 18, 31, 33, 35, 45 y 58 y otros menos frecuentes son los vinculados con casi 95% de los cánceres cervicouterinos a nivel mundial (Bosch, 2002; Lorincz, 1992; Muñoz, 2003). El HPV 16 es el más carcinógeno de todos y ello se debe tal vez a su mayor tendencia a persistir en comparación con otros tipos de HPV (Schiff man, 2005). Explica el mayor por- centaje de lesiones de tipo CIN 3 (45%) y cánceres cervicouterinos (55%) a nivel mundial y de cánceres vinculados con HPV en cual- quier punto del aparato anogenital y en la orofaringe (Schiff man, 2010; Smith, 2007). La prevalencia de HPV 18 es mucho menor que la de HPV 16 en la población general. Sin embargo, se le detectó en 13% de los carcinomas de células escamosas y también en una proporción todavía mayor de adenocarcinomas cervicales y en carcinomas adenoescamosos (37%) (Smith, 2007). En con- junto, HPV 16 y 18 son el origen de 70%, aproximadamente de los cánceres cervicouterinos. Los tipos de HPV detectados más a menudo en cáncer cervicouterino (HPV tipos 16, 18, 45 y 31) también son los más prevalentes en la población general. El HPV 16 suele ser el HPV más común en las lesiones de baja malignidad y en mujeres sin neoplasias (Herrero, 2000). La infección por HPV de tipo HR no causa neoplasia en muchas de las mujeres infectadas; ello indica que algunos factores del hospedador y ambientales que se agregan son los que rigen si dicho virus causará una neoplasia. ■ Transmisión de HPV La transmisión del HPV genital es consecuencia del contacto directo (por lo común sexual) con la piel, las mucosas o líqui- dos corporales de un compañero con verrugas o infección subclí- nica por HPV (Abu, 2005; American College of Obstetricians and Gynecologists, 2005). Son escasos los conocimientos en cuanto a la infecciosidad por HPV subclínico, pero se cree que son grandes en presencia de un gran número de virus. Suele aceptarse que el HPV penetra en la capa de células basales y la membrana basal por microabrasiones del epitelio genital durante el contacto sexual. Las células basales, una vez infectadas se convierten en “depósito” del virus. La infección por HPV de genitales es multifocal y abarca más de un sitio en la porción inferior del aparato genital en la mayoría de los casos (Bauer, 1991; Spitzer, 1989). Por lo tanto, la neopla- sia en un sitio genital incrementa el riesgo de neoplasia en otra localización dentro de la porción inferior del aparato genital feme- nino aunque al parecer el más vulnerable es el cuello de la matriz. También, es frecuente que la infección sea simultánea o seriada con múltiples tipos de HPV (Schiff man, 2010). Formas de transmisión de HPV Casi todas las infecciones de HPV genitales son consecuencia de relaciones sexuales. La infección cervicouterina por HPV de alto riesgo por lo común se centra en mujeres que han tenido con- tacto sexual penetrante. Las mujeres sin actividad sexual a veces muestran tipos no oncógenos en la vulva o la vagina tal vez por el uso de algún tampón vaginal o la penetración digital (Ley, 1991; tión causa en promedio 5% de todos los cánceres (D’Souza, 2007; Steben, 2007). ■ Aspectos virológicos básicos de HPV El virus del papiloma humano es un virus de DNA de doble cadena (bicatenario) simple con una cápside proteínica. Infecta predominantemente células del epitelio escamoso o metaplásico de mujeres. Los tipos y subtipos de HPV se diferencian por el grado de homología genética (Coggin, 1979; de Villiers, 2004). Se han identifi cado en promedio 130 tipos de HPV genéticamente diferentes y de ellos, 30 a 40 son los que infectan de forma pre- dominante la porción inferior del aparato anogenital de la mujer. Ciclo de vida del HPV El genoma de HPV bicatenario y circular consiste solamente en 9 marcos de lectura abierta identifi cados (Southern, 1998; Stanley, 2010). Además de la región reguladora, los 6 genes “tempranos” (E) regulan las funciones durante las etapas iniciales del ciclo vital del virus, incluida conservación, replicación y transcripción del DNA. Los genes tempranos se expresan en las capas epiteliales bajas (fig. 29-6), en tanto que los dos genes “tardíos” codifi can las proteí- nas de cápside mayor (L1) y menor (L2) que son expresadas en las capas más superfi ciales. Las proteínas recién mencionadas son necesarias en etapas ulteriores del ciclo vital del virus para comple- tar el ensamblado en nuevas partículas infectantes (Beurner, 1997). La expresión del gen de HPV se hace de manera sincrónica con la diferenciación del epitelio escamoso y depende de ella. Por esta razón, completar el ciclo vital de un virus se produce únicamente dentro de epitelio escamoso intacto y totalmente diferenciado (Doorbar, 2005). Las partículas víricas ensambladas totalmente se “desprenden” por completo dentro de las escamas superfi ciales. El HPV no es un virus lítico y por esta razón su capacidad infectante depende de la descamación normal de las células epiteliales infec- tadas. Se inicia una nueva infección cuando las proteínas L1 y L2 de la cápside se unen a la membrana basal y al epitelio, a las células basales o a ambos elementos y permiten la entrada de las partículas de HPV en nuevas células del hospedador (Sapp, 2009). Tipos de HPV Desde el punto de vista clínico, se clasifi can los tipos de HPV en riesgo alto (HR, high-risk) o riesgo bajo (LR, low-risk), con base GENES TEMPRANOS: E1,2,4 E6, E7 GENES TARDÍOS: L1, L2 FIGURA 29-6. El ciclo de la vida del virus de papiloma humano se com - pleta de manera sincrónica con la diferenciación del epitelio escamoso. Los genes tempranos, que incluyen los oncogenes E6 y E7, se expresan con mayor fuerza dentro de las capas basal y parabasal. Los genes tardíos que codifican proteínas de la cápside se expresan más tarde en las capas superficiales. El virus intacto se “desprende” durante la desca- mación normal de las escamas superficiales. Los genes tardíos no son expresados con fuerza en las lesiones neoplásicas de alta malignidad. 29_Chapter_29_Hoffman_4R.indd 73429_Chapter_29_Hoffman_4R.indd 734 06/09/13 21:4906/09/13 21:49
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