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EDITORIAL 283
Regeneración (reconstitución) animal
Empecemos con los términos y límites de esta nota: “[…] ‘regeneración’ como el término aplicado al 
reemplazo de un único tipo de células parenquimatosas por la multiplicación de las sobrevivientes de la 
misma clase, y ‘reconstitución’ que denota el más complicado y altamente coordinado reemplazo de un 
tejido, órgano o parte, en los cuales el reemplazo concierne a más de un tipo de célula”1. No trataremos 
del eterno hígado devorado y regenerado de Prometeo, ni de las reconstituidas cabezas de la Hidra de 
Lerna que Heracles tuvo que cortar. Tampoco del reemplazo de células envejecidas, dañadas o des-
prendidas, ni de la renovación celular fisiológica. Trataremos de la reconstitución, de cómo una réplica 
suplanta una estructura perdida. Hecha esta aclaración, y como el término reconstitución no se impuso, 
seguimos usando regeneración en su lugar.
La capacidad de regenerar órganos y tejidos complejos de los mamíferos es casi nula comparada 
con la que tienen las hidras, pólipos de agua dulce, que miden 5-20 mm de largo, las planarias, gusanos 
planos de vida libre, de 3.2 a 25.4 mm de largo, caracoles, crustáceos, salamandras y lagartos. Los 
mamíferos, si pierden un dedo, parte de una oreja, o células miocárdicas deben conformarse con una 
cicatriz fibrosa.
Aristóteles dice, en el 350 a.C.: “Algunos afirman que el mismo fenómeno se observa en las ser-
pientes y en los pichones de golondrina, en otras palabras, dicen que si usted le saca los ojos a una 
serpiente estos crecen de nuevo. Más aún, que las colas de saurios y serpientes, si se cortan, crecerán 
de nuevo”2. Plinio el Viejo dice, en el 77 o 79 d.C.: “La cola de un lagarto o una serpiente, si se corta, 
crecerá de nuevo”3. Aristóteles y Plinio, haciéndose eco de una creencia popular, no hicieron ningún 
experimento.
En 1680, 1600 años después de Plinio, vuelven sobre el tema Melchisedech Thevenot (¿1620, 
1621?~1692) y Claude Perrault (1613~1688) quienes, auspiciados por la Académie des sciences de 
París, realizaron una serie de observaciones sobre la regeneración de las colas de lagartijas, pero poco 
escribieron sobre ellas4. En 1712, René Antoine Ferchault de Réaumur (1683~1757), conocedor de las 
creencias populares, observó y publicó con ilustraciones sus metódicos experimentos sobre la regene-
ración de patas, antenas y pinzas de cangrejos de río y de mar, y de bogavantes (langostas con pinzas 
grandes)5.
Abraham Trembley (1710~1784), ginebrino, tutor de los hijos de Lord Bentinck, noble inglés y holan-
dés, en La Haya, despierta una furia regeneradora cuando en 1740, en un pólipo de agua dulce (Hydra), 
que cree descubrir, encuentra que si lo divide longitudinal o transversalmente, en dos o más partes, 
cada una de ellas origina otras tantas réplicas perfectas.
Trembley, entusiasmado con sus experimentos, comunica los resultados a su sobrino, Charles Bon-
net (1720~1793), otro entusiasta naturalista, quien le aconseja comunicarse con Réaumur. Bonnet, a los 
17 años, se había animado a escribir al renombrado Réaumur, y tuvo éxito. Trembley sigue el consejo. 
Réaumur le contesta y le pide algunos pólipos, Trembley se los manda por correo; la primera vez los 
pólipos llegan muertos, selló los tubos con lacre, luego tapa los tubos con corcho, llegan vivos. A los 
pocos días, en abril de 1741, Réaumur repite los experimentos de Trembley en la Académie des scien-
ces6. Los experimentos fueron pronto el comentario de todo París, y luego de Europa (Fig 1). Trembley 
repartía pólipos a quien se los pidiera, naturalistas y aficionados, para que repitieran y confirmaran 
sus observaciones. La Royal Society de Londres en 1742 conoció de sus experimentos por una carta 
EDITORIAL MEDICINA (Buenos Aires) 2013; 73: 283-285
ISSN 0025-7680
MEDICINA - Volumen 73 - Nº 3, 2013284
Fig. 1.– August Johann Rösel von Rosenhof. Lámina 
N° 81 de Historie der Polypen und anderer Wasse-
rinsecten (1755).
 Rösel von Rosenhof (1705-1759) naturalista, minia-
turista y grabador alemán, con la Hidra mítica en 
mente quiso saber cuántas cabezas podía regenerar 
el pólipo (Hydra) y produjo pólipos con numerosas 
cabezas y pies. En: www.bewie.de; 4/3/2013.
La figura puede verse en color en www.medicinabuenosaires.com
que Gronovius, un médico de Leiden, envió a 
un miembro de la sociedad, por un resumen 
en francés presentado por Lord Bentinck, que 
P.H.Z tradujo al inglés, y porque Réaumur los 
divulgó en el prefacio del sexto volumen de 
su Mémoires pour servir à l’histoire des insec-
tes7-8. Trembley recibió la Copley Medal de la 
Royal Society en 1743; recién en 1744 publica 
su libro Mémoires, pour servir à l’histoire d’un 
genre de polypes d’eau douce, à bras en forme 
de cornes, en Leiden. El lector curioso puede 
consultarlo en: http://books.google.com/.
En 1766 se observa que las planarias son 
también capaces de reproducir réplicas cuan-
do se cortan en cualquier sentido y en varias 
partes. Pronto se convierten en preciados obje-
tos de interés para Darwin, Faraday y Thomas 
Hunt Morgan10. También en buenos ejemplos 
para simples docentes que deben dar clases 
sobre regeneración.
Spallanzani es el gran investigador de la 
regeneración animal; en 1768 publica su obra 
sobre la regeneración animal titulada Prodromo 
di un opera da imprimersi sopra le riproduzioni 
animali. Los estudiosos que llegaron a la obra 
sostienen que Spallanzani en 1766, en una carta a Bonnet, el sobrino de Trembley, se extiende mucho 
más que en el libro en los detalles de sus experimentos de amputación de partes de lombrices, de 
antenas y cabezas de caracoles, de colas de renacuajos y miembros de salamandras. La carta es 
accesible11.
Todas estas asombrosas observaciones están teñidas por la pretérita y agria oposición entre prefor-
mistas y epigenetistas: “[…] donde preformación implicaba el despliegue de una estructura ya presente 
y epigénesis la de adquirir estructura y diferenciación en un sistema ostensiblemente sin estructura, 
como se pensaba en el huevo: Ahora que se conoce que el huevo está altamente estructurado a nivel 
molecular, la antítesis carece de sentido”12. En el huevo, y en las células, no hay organismos en minia-
tura sino información codificada en el ADN (preformada), pero la expresión de los genes está regulada 
e interpretada (epigénesis).
A estas noticias del pasado agregamos algunas novedades. Dos mamíferos tienen la capacidad de 
regenerar tejidos complejos, son dos ratones. El ratón Murphy Roths Large (MRL) una cepa encontrada 
en 1999, es capaz de “regenerar cartílago, piel, folículos pilosos y miocardio con casi perfecta fidelidad y 
sin cicatrices”, se lo llama también ratón de Spallanzani13. Al ratón espinoso africano Acomys si lo agar-
ran de la cola escapa desprendiéndose de la piel que la cubre, luego la regenera por completo, y como 
el MRL, regenera agujeros en las orejas sin cicatriz, con piel con folículos pilosos glándulas sebáceas, 
dermis, y cartílago14. La biología celular de la regeneración ha sido objeto de una revisión reciente15
Como los naturalistas de antaño, los biólogos actuales no dejan de añadir tintes filosóficos a sus ob-
servaciones y laboriosos experimentos. A Hydra se le atribuye inmortalidad. En 1998, Daniel E. Martínez 
comunica que para determinar el envejecimiento en la Hydra vulgaris estudió los índices de mortalidad y 
EDITORIAL 285
el reproductivo durante 4 años, tiempo suficiente para que esta Hydra muestre signos de envejecimiento 
(Drosophila melanogaster vive 30 días). Los índices de mortalidad fueron muy bajos y no declinaron los 
reproductivos. Por lo tanto, concluye: “Hydra pudo escapar al envejecimiento y podría ser inmortal”16. 
Pero ¿Cuál es la razón de este fenómeno? La razón parece ser la indefinida capacidad de renovación 
de las células madres, y uno de los impulsores de esa continua renovación es el factor de transcripción 
FoxO, relacionado con elaumento del promedio de vida y resistencia al estrés de moscas y gusanos, 
y asociado a una firma genética (mutación individual, pasajera, arrastrada por la deriva genética) en 
humanos de longevidad excepcional17. Martínez, además del factor FoxO, incluye como de particular 
interés en el fenómeno la familia de proteínas Hsp70, proteínas del shock térmico18. Los genes codifica-
dores de FoxO como de Hsp70 son comunes a los seres vivos, se conservaron a lo largo de millones de 
años de evolución, y los comparten la Hydra vulgaris y el Homo sapiens sapiens.
Las esperanzas despertadas por la medicina regenerativa renovaron el interés en la reconstitución 
o regeneración de órganos: instituciones e investigadores disponen de cuantiosos recursos. Los inves-
tigadores fortifican cada artículo que publican, y cada pedido de subsidio, con una frase que insiste en 
el deseo esperanzado que sus hallazgos se apliquen al hombre. Esperamos que entre esos deseos no 
se encuentren ni la juventud eterna ni la inmortalidad. La literatura nos ha dado suficientes ejemplos de 
inmortales desdichados.
Juan Antonio Barcat
e-mail: jabarcat@yahoo.com.ar
Agradecimientos: A B. B. por la ayuda con el alemán y la figura.
 1. Payling Wright G. An Introduction to Pathology, 2nd. Edi-
tion. London: Longmans Green and Co, 1954. Chapter 
XV, Regeneration of parenchymal cells. p 254-76.
 2. Aristotle. The History of Animals (350 a.C.), Book II, Part 
17. Traducción inglesa de D’Arcy Wentworth Thomp-
son. Oxford: Clarendon Press, 1910. En: http://clas-
sics.mit.edu/Aristotle/history_anim.2.ii.html; consultado 
24/12/2012.
 3. Pliny the Elder. The Natural History (c. 77-79 d.C). Book 
11 (The various kinds of insects), Chapter 111 (50). The 
tails of animals. Traducción inglesa de John Bostock y 
H.T. Riley. London: Taylor and Francis, 1855. En: http://
www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3Atex
t%3A1999.02.0137%3Abook%3D11%3Achapter%3D111; 
consultado el 23/3/2013.
 4. Benson KR. Observation versus philosophical commitment 
in eighteen-century ideas of regeneration. En: Dinsmore 
CE. A history of regeneration research. Milestones in 
the evolution of a science. Cambridge: Cambridge UP, 
2007. Chapter 6, p 91-100. En: http://books.google.com/; 
consultado el 20/2/2013.
 5. Reaumur M. de. Sur les diverses reproductions. Qui 
le se font dans les E’crevisses, les Omards, les 
Crabes, et entre autres sur celles de leurs jambes et 
de leurs écailles. Histoire de l’Académie royale des 
sciences ... avec les mémoires de mathématique & 
de physique... tirés des registres de cette Académie. 
Paris: J. Boudot 1712; 135: 223-246. En: http://gallica.
bnf.fr/ark:/12148/cb32786820s/date; consultado el 
20/2/2013.
 6. Ratcliff MJ. The Trembley effect or the birth of marine 
zoology. Int J Dev Bio 2012; 56: 425-36.
 7. Gronovius JF. Extract of a Letter from J. F. Gronovius M.D. 
at Leyden, November 1742 to Peter Collinson, F.R.S. 
concerning a water insect, which, being cut into several 
pieces, becomes so many perfect animals. Phil Trans 
1742-1743; 42: 218-20; doi: 10.1098/rstl.1742.0046; 
consultado el 20/2/2013.
 8. Trembley M, PHZ. Observations and Experiments upon the 
Freshwater Polypus by Monsieur Trembley, at the Hague. 
Translated from French by PHZ, FRS. Phil Trans 1742-
1743; 42: iii-xi; doi: 10.1098/rstl.1742.0005; consultado 
el 20/2/2013.
 9. Anon. An abstract of what is contained in the preface to the 
sixth volume of Mons. Reaumur’s History of Insects, relat-
ing to the above mentioned observations, and delivered 
in to the Royal Society, immediately after the foregoing 
paper. Phil. Trans. 1742-1743; 42: XII-XVII; doi: 10.1098/
rstl.1742.0007; consultado el 20/2/2013.
 10. Newmark PA, Sánchez Alvarado A. Regeneration in Planaria. 
Encyclopedia of life sciences. London: Nature Publishing 
Group, 2001. En: www.els.net; consultado el 20/2/2013.
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African spiny mice (Acomys). Nature 2012; 489: 561-66.
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