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Biodiversidad_y_conservacion_del_ambient

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Licencia Creative Commons bajo la condición de 
Atribución-NoComercial-SinDerivadas
 
© Academia de Ciencias de Nicaragua, 
Editores generales:
Jorge A. Huete-Pérez 
Manuel Ortega Hegg
Edmundo Torres Godoy
Josefina Vijil
Coordinación editorial:
Narayana Salvatierra 
Diseño y diagramación:
Belkis Cordero
Academia de Ciencias de Nicaragua
segunda planta. Pista Juan Pablo II, de la rotonda Rubén 
Darío 150 metros al oeste. Managua, Nicaragua.
 
Teléfono: (+505) 22783923, extensión 1368
Celular: (+505) 85907010
Diciembre 2021
La Academia de Ciencias de Nicaragua (ACN) 
agradece a la Universidad Centroamericana 
(UCA), por su generosa colaboración para la 
publicación de este libro. Agradecemos también 
la colaboración de quienes revisaron los textos e 
hicieron valiosas recomendaciones.
Sobre la ACN:
La Academia de Ciencias de Nicaragua, ACN, es una organización 
con los más altos valores de la persona, y su contribución, a través 
de la excelencia, al desarrollo humano y sostenible del país.
www.cienciasdenicaragua.org
Facebook:@AcademiaCienciasNicaragua
Twitter: @ACNNicaragua 
I. Prólogo
Carlos Tünnermann Bernheim
II. La necesidad de un proyecto de nación en temas de ciencia, tecnología 
e innovación para el desarrollo humano en Nicaragua
Jorge A. Huete-Pérez
III. Biodiversidad y conservación del ambiente
Jean-Michel Maes
IV. La sostenibilidad ambiental y la ciencia, la tecnología y la innovación
Katherine Vammen y Salvador Montenegro Guillén
V. Ciencia, tecnología e innovación para la educación, la investigación y 
el currículo
Rafael Lucio y Melba Castillo
VI. Ciencia, tecnología y educación: algunos desafíos
Melba Castillo A.
VII. Determinantes sociales del desarrollo de CTI en materia de salud en 
el periodo 2010-2018
Marianela Corriols
VIII. Divulgación de la ciencia en Nicaragua. Apuntes para la definición 
de una política
Manuel Ortega Hegg
IX. Foro ACN: Institucionalidad y sociedad. ¿Qué podemos aprender 
de nuestras experiencias de construcción y deconstrucción de 
institucionalidad democrática en Nicaragua?
Manuel Ortega Hegg, Harold O. M. Rocha, María Luisa Acosta y Jorge A. Huete-Pérez
X. Epílogo: La necesaria transformación de la educación superior
Carlos Tünnermann Bernheim
Contenido
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20
28
38
44
52
60
66
74
8
I. Prólogo
Carlos Tünnermann Bernheim
Considero un acierto que la Academia de Ciencias de Nicaragua publique este libro cuyo objetivo 
es enfatizar la importancia de promover un proyecto de nación que tome en consideración la ciencia, la 
tecnología y la innovación para contribuir al desarrollo humano y sostenible de Nicaragua, en el contexto 
del bicentenario de nuestra Independencia.
El libro contiene valiosos ensayos, escritos por colegas de la Academia de Ciencias de Nicaragua, 
que examinan, desde una perspectiva multidisciplinaria, los diferentes aspectos relacionados con el tema 
central de libro, como son, por ejemplo, la sostenibilidad ambiental, el desarrollo económico, la salud, 
la educación y el talento humano, el sistema nacional de CTI, el financiamiento y la infraestructura, y la 
divulgación de la CTI.
Se reconoce que la humanidad ha entrado en un proceso acelerado de cambios, que se manifiesta 
en todos los ámbitos del acontecer político, social, científico y cultural, de suerte que puede afirmarse que 
estamos viviendo el inicio de una nueva era civilizatoria.
Frente a los procesos de globalización y de conformación de los grandes espacios económicos, 
los Estados necesitan nuevos enfoques y políticas lúcidas para fortalecer su capacidad de negociación, y 
mejorar su inserción en la economía internacional, teniendo presente que la globalización está dominada 
por la “intensidad del conocimiento” y la competitividad internacional. 
Creo oportuno recordar que, así como la UNESCO promovió en noviembre de 1998 la Conferencia 
Mundial sobre la Educación Superior, que tuvo lugar en París en la sede de la UNESCO, en 1999 auspició la 
Conferencia Mundial sobre la Ciencia, la que se llevó a cabo en Budapest, Hungría. Igual que la Conferencia 
Mundial sobre Educación Superior, la Mundial sobre la Ciencia fue precedida por una Reunión Regional 
de Consulta en América Latina y el Caribe, preparatoria de la Conferencia Mundial. La Reunión Regional 
tuvo lugar en Santo Domingo, República Dominicana.
La Declaración Regional aboga por un “nuevo compromiso (contrato) social de la Ciencia, que 
debería basarse en la erradicación de la pobreza, la armonía con la naturaleza y el desarrollo sustentable”.
La Declaración proclama que la ciencia y la tecnología constituyen un componente central de la 
cultura, la conciencia social y la inteligencia colectiva. 
América Latina y el Caribe, según la Declaración, deben asumir un nuevo compromiso con la ciencia 
y diseñar nuevas estrategias y políticas de ciencia y tecnología, que deberían contemplar, entre otras, las 
medidas siguientes:
Definir políticas lúcidas de desarrollo científico y tecnológico, debidamente consensuadas, con objetivos asumidos 
en conjunto por los gobiernos, el sector empresarial, las comunidades académicas y científicas, otros actores 
colectivos de la sociedad civil y la cooperación internacional. Sólo así se podrán definir políticas y estrategias de 
largo plazo que promuevan el desarrollo humano y la investigación interdisciplinaria. 
Resulta, entonces, necesario el fortalecimiento institucional que permita la adecuada formulación, 
implementación, evaluación y gestión de estrategias y políticas de ciencia y tecnología. La intervención 
del Estado es necesaria en esta área en la que resultan evidentes las deficiencias del mercado, promoviendo 
mecanismos que aseguren una amplia participación social.
De la Declaración Mundial sobre la Ciencia, aprobada en Budapest, Hungría, vale la pena destacar 
conceptos llamados a influir en las políticas de desarrollo científico-tecnológico.
•“La mayoría de los beneficios de la ciencia −advierte la Declaración− están distribuidos de manera 
desigual, producto de las asimetrías estructurales existentes entre los países, regiones y grupos 
sociales, y entre sexos”. 
•Por eso, en el siglo XXI −afirma la Declaración− “la ciencia debe ser una ventaja compartida que 
beneficie a todas las personas sobre una base de solidaridad”.
•“El acceso al conocimiento científico debe ser considerado como parte del derecho a la educación”.
•“La enseñanza de la ciencia, en sentido amplio, sin discriminación e incluyendo todos los niveles y 
modalidades, constituye una condición fundamental para la democracia y para asegurar un desarrollo 
sostenible”.
9
Otro aspecto importante es que la época de cambios que hoy vivimos genera un sentimiento de 
crisis por las incertidumbres que han tomado el sitio de antiguas certidumbres. Tal sentimiento abarca 
los sistemas educativos, sin que escapen las propias universidades. El reto consiste en transformar la 
incertidumbre en creatividad e innovación.
Hay quienes prefieren hablar, más que de reforma o transformación de la educación superior, de una 
revolución en el pensamiento, caracterizada por su complejidad en la elaboración de nuestra construcción 
mental y en la estructura misma del conocimiento contemporáneo. El pensamiento complejo, que está en 
la esencia de la interdisciplinariedad, está animado, según Edgard Morin, de una tensión permanente entre 
la aspiración a un saber no parcelado, no dividido, no reduccionista, y el reconocimiento de lo inacabado 
e incompleto de todo conocimiento. De aquí surge un desafío, que requiere una respuesta: superar la 
concepción unidisciplinar del conocimiento y buscar estructuras académicas flexibles que promuevan la 
interdisciplinariedad.
Frente a los desafíos provenientes del conocimiento contemporáneo y de la sociedad global, es urgente 
estructurar las respuestas de las instituciones de educación superior. En primer lugar, y ante un mundo en 
constante proceso de cambio, la educación permanente aparece como larespuesta pedagógica estratégica 
que hace de la educación asunto de toda la vida y dota a los educandos de las herramientas intelectuales que 
les permitan “aprender a aprender” y adaptarse a los nuevos requerimientos del mundo social y laboral, y a 
la expansión y obsolescencia del conocimiento. De esta manera, a la idea de la educación como preparación 
para la vida sucede la idea de la educación durante toda la vida.
Una tendencia notable en la educación superior contemporánea es la revisión de los procesos 
de transmisión del conocimiento, lo que ha llevado a revisar los métodos de enseñanza-aprendizaje, 
trasladando el acento de la enseñanza hacia el aprendizaje y enfatizando el papel protagónico del estudiante. 
La educación debe promover la formación de individuos cuya interacción creativa con la información les 
lleve a construir conocimiento. Se trata de promover un aprendizaje por comprensión. De esta suerte, en 
cada aula donde se desarrolla un proceso de enseñanza-aprendizaje se realiza una construcción conjunta 
entre enseñante y aprendices. 
Las universidades de Nicaragua, como parte fundamental de su compromiso con el sistema educativo, 
deberían promover la renovación de los métodos didácticos en la enseñanza secundaria. Necesitamos que 
las Facultades de Educación y las Escuelas Normales formen a los docentes de acuerdo con los nuevos 
paradigmas y metodologías didácticas.
10
Doctor en Biología Molecular y 
Bioquímica. Es cofundador y actualmente 
miembro de la junta directiva de la Academia 
de Ciencias de Nicaragua; Vicerrector 
General y de Investigación de la Universidad 
Centroamericana (UCA), miembro de la 
Academia de Ciencias de América Latina y 
expresidente de la Comunidad Científica del 
Caribe (CCC).
Ha realizado investigaciones 
biotecnológicas en la Universidad de Sao 
Paulo, Brasil Universidad de California de 
San Francisco, New England Biolabs y la 
Universidad de Harvard, EEUU. Es director 
fundador del Centro de Biología Molecular 
de la Universidad Centroamericana, donde 
coordina el Programa de investigaciones 
sobre biodiversidad marina y genómica de 
Nicaragua y Centroamérica.
Ha recibido becas y premios de 
instituciones como la Organización Mundial 
de la Salud, Fundación MacArthur y la 
Fundación Rockefeller.
La necesidad de un proyecto de nación en temas de
ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo
humano en Nicaragua
Dr. Jorge A. Huete-Pérez 
11
II. La necesidad de un proyecto de nación en temas de ciencia, 
tecnología e innovación para el desarrollo humano en Nicaragua
Jorge A. Huete-Pérez
La economía y la sociedad del conocimiento como oportunidad para Nicaragua
En las últimas décadas el mundo ha venido avanzando de manera acelerada hacia economías y 
sociedades basadas en el conocimiento. La economía del conocimiento se refiere a la producción y servicios 
que se fundamentan en actividades intensivas de conocimiento, lo que contribuye, a la vez, a un ritmo 
acelerado de progreso científico-técnico (Powell & Snellman, 2004). El componente clave de la economía 
del conocimiento es su mayor dependencia de las capacidades intelectuales, en vez de circunscribirse a 
insumos físicos o recursos naturales. Esto podría considerarse como una oportunidad extraordinaria para 
países pequeños como Nicaragua que podrían aprovechar la transferencia de tecnología, la adaptación de 
conocimiento y tecnología provenientes del exterior, habilitando la creación y producción de conocimiento 
endógeno e incorporando el conocimiento propio y el global a la realidad propia para solucionar problemas 
concretos. No menos importante es el valor cultural que, cada vez con mayor intensidad, viene adquiriendo 
la comprensión de la ciencia como un quehacer humano, así como también en términos de la habilidad 
humana y societal de integrar los descubrimientos científicos en la visión y comprensión del mundo.
Considerando esas tendencias del desarrollo económico por vía del conocimiento, muchos países 
se esfuerzan por adoptar los requisitos cambiantes que impone el ritmo acelerado del avance científico 
y tecnológico. Entre estos requisitos, los gobiernos están dando prioridad a las actividades intensivas 
en materia de conocimiento, transformación digital y la amplia necesidad de mejorar sus sistemas e 
infraestructuras nacionales de ciencia, tecnología e innovación (CTI). 
Si bien las necesidades son mayores para las naciones económicamente más vulnerables, estas 
enfrentan al mismo tiempo serias limitaciones para aprovechar los servicios básicos y las oportunidades 
que surgen de la globalización y de los avances de la ciencia y la técnica moderna. Debido a que sus 
instituciones tienden a ser frágiles, estos países enfrentan el desafío de obtener acceso al conocimiento y 
utilizar la inversión extranjera para desarrollar sus capacidades científicas y tecnológicas. Mientras los países 
que crecen más rápidamente producen una gama diversificada de productos manufacturados y servicios 
basados en actividades intensivas de conocimiento, los países centroamericanos continúan proporcionando 
materias primas y mano de obra barata. Estos países continúan especializándose en la manufactura de 
productos agrícolas básicos, lo que hace que sus economías sean peculiarmente débiles ante el mercado 
internacional. A su vez, eso tampoco estimula el ritmo del avance técnico y científico. Tal es el caso de 
Nicaragua, donde la agricultura de baja productividad y con exportaciones de escaso contenido tecnológico 
generalmente representa alrededor del 20% del producto interno bruto (PIB) y emplea a casi el 40% de la 
fuerza laboral. Además, Nicaragua continúa ocupando el último lugar en Centroamérica en cuanto al uso de 
tecnologías de la información y comunicación (TIC) y son pocas las instituciones educativas que cuentan 
con acceso a internet. Por otra parte, en 2020 Nicaragua obtuvo una calificación de 0.666 en una escala de 
0 a 1 del Índice de Desarrollo Humano, habiéndose estancado en los últimos años hasta quedar muy por 
debajo de la vecina Costa Rica, que obtuvo un índice de 0.810 (Programa de las Naciones Unidas para 
el Desarrollo [PNUD], 2020). Este índice mide el avance en el grado de desarrollo de los países, siendo 
Noruega el que presenta mejor valoración (0,957) entre 189 países.
En este ensayo argumentamos que, a pesar de su retraso económico y sus carencias en el ámbito 
científico-técnico, incluso países empobrecidos como Nicaragua podrían utilizar de manera inteligente 
y creativa las tendencias mundiales, aprovechando sus capacidades humanas como motor del desarrollo 
socioeconómico sostenible. El objetivo de este ensayo es resaltar que, en la encrucijada actual del país, 
a la par de la necesidad de establecer una sociedad más justa y democrática, también se le presenta a 
Nicaragua la oportunidad de emprender una transformación estructural que permita redirigir la economía 
hacia actividades y sectores de mayor valor agregado y con mayor saturación de conocimientos científico-
tecnológicos. Proponemos que estos cambios se enfoquen en lograr crecimiento sostenible, desarrollo 
La necesidad de un proyecto de nación en temas de ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo humano en Nicaragua
12
humano y reducción de la pobreza y la desigualdad. Un plan de nación en temas de ciencia, tecnología e 
innovación para el desarrollo humano en Nicaragua podría potenciar las fortalezas actuales e impulsar al 
país hacia una sociedad más incluyente.
¿Por qué un proyecto de nación en CTI?
El desarrollo de una sociedad basada en el conocimiento exige un sistema nacional de ciencia, 
tecnología e innovación bien pensado y articulado para que funcione eficientemente. Por ello, los países 
que buscan insertarse en la sociedad del conocimiento consideran esta tarea fundamental como un proyecto 
de nación, y dedican esfuerzos importantes a organizar e impulsar su desarrollo científico-técnico. 
Para esos países está claro que la adopciónde conocimientos y aplicaciones tecnológicas se logra con 
mayor eficacia en donde se cuenta con entidades científicas calificadas. Por eso, se presta especial atención 
a la creación y fortalecimiento de instituciones con capacidad de evaluar y adaptar el conocimiento y las 
tecnologías modernas a las condiciones locales y contribuir a la producción mundial de conocimiento.
En Latinoamérica, habiendo reconocido la importancia de la ciencia y la investigación científica 
como factor esencial para el desarrollo, desde hace medio siglo muchos países latinoamericanos −México, 
Brasil, Argentina y Chile− desarrollan planes o estrategias para estimular el sector de CTI. Por lo general, 
estas estrategias buscan: primero, determinar el estado actual del país en cuanto a CTI, elaborando 
un diagnóstico detallado de las capacidades establecidas, las áreas de mayor desarrollo y los temas 
estratégicos. Sin embargo, una dificultad particular de muchos países en vías de desarrollo es la escasez de 
estadísticas y datos confiables. Segundo, se impulsan programas concretos de desarrollo científico-técnico 
que generalmente se enfocan en dos grandes áreas de prioridad: (i) la formación de talento humano; (ii) el 
apoyo a proyectos de investigación e innovación tecnológica en sectores priorizados.
En Nicaragua, hasta donde se sabe, el primer esfuerzo organizado de este tipo fue el Plan Nacional 
de Ciencia, Tecnología e Innovación (Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología [CONICYT], 2010), 
presentado en agosto de 2010 (CONICYT, 2010). Entre los méritos importantes de dicho plan cabe destacar 
que se elaboró por iniciativa y con la participación de científicos de la Academia de Ciencias de Nicaragua 
(ACN) y de otros expertos nicaragüenses, así como con la colaboración técnica de la Comisión Económica 
para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas. 
La premisa fundamental de los científicos reunidos en la ACN –entonces recién establecida en abril 
de 2009– era que en las últimas décadas Nicaragua había atravesado un proceso que se podría considerar 
como de institucionalización del quehacer científico, mismo que se reflejaba en un esfuerzo continuo por 
estimular la investigación científica. Además, la postura de la ACN era que en Nicaragua la ciencia, la 
tecnología y la innovación (CTI) eran ya valoradas públicamente como motores importantes para impulsar 
el crecimiento económico sostenido a largo plazo. Más allá del sector universitario existe también un 
interés de que el impulso de la CTI se enfocase en la elaboración de productos, servicios y procesos, nuevos 
o mejorados, lo que podría traducirse en mayor competitividad de las empresas y en un mejoramiento del 
nivel de vida de la población.
Puesto que se trataba de un plan básico que se pretendía acorde con las condiciones reales del país, 
se procuró que incluyera la participación de los diversos actores involucrados en el incipiente sistema de 
ciencia, tecnología e innovación y que permitiera establecer mejores interacciones entre tales componentes. 
Además, la intención era que el desarrollo de capacidades en CTI permitiría al país incorporarse a la 
economía del conocimiento, lo cual mejoraría la competitividad de sus sectores estratégicos y propiciaría 
un mayor crecimiento económico y la disminución de la pobreza y la desigualdad. 
En dicho plan, el diagnóstico del sistema reveló que al cabo de cuatro décadas de esfuerzo institucional 
Nicaragua había alcanzado algunas capacidades para “usar, mejorar y generar ciencia, tecnología e 
innovación en los diversos actores del sistema”. Se describen, además, las principales limitaciones 
(CONICYT, 2010): 
•Una industria formada principalmente por empresas pequeñas y microempresas, generalmente 
caracterizadas por tener baja productividad y baja competitividad. Predominan los procesos manuales 
y los niveles tecnológicos insuficientes.
La necesidad de un proyecto de nación en temas de ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo humano en Nicaragua
13
•Escasa inversión en actividades de investigación y desarrollo, y reducida presencia de innovaciones 
de productos y de procesos.
•Los centros públicos de investigación enfrentan restricciones significativas para sus actividades 
debido a la insuficiente disponibilidad de recursos humanos y financieros, procesos inadecuados de 
reclutamiento de investigadores, falta de infraestructura y la persistencia de bajas remuneraciones.
A ese diagnóstico, que data ya más de diez años, hay que agregar otras dificultades más recientes: las 
universidades públicas, que son las que demuestran mayor desarrollo científico-técnico, han sido sometidas 
a interferencia política, restricción de la libertad de cátedra y subordinación de las prioridades del desarrollo 
de CTI a los intereses de quienes sostienen el poder. Además, la década del modelo de “diálogo y consenso” 
establecido para la concertación económica entre el gobierno y los grandes empresarios imprimió también 
su sello en la agenda de la universidad pública, redirigiéndola en función de los propósitos de las cúpulas 
políticas y empresariales. A tal punto que, teorizando sobre las bondades de dicho modelo, algunos han 
llegado a proponer que se asuma como instrumento para construir la política de ciencia y tecnología 
(Canales Salinas & Garcia Morales, 2018). 
Son muchas las debilidades de la investigación en Nicaragua: la falta de vinculación estrecha entre el 
aparato productivo, las políticas estatales y la infraestructura científico-técnica existente; el desplazamiento 
de la investigación a un lugar secundario respecto de la docencia; carencia de una masa crítica de 
investigadores; necesidad de motivación y estímulos salariales; y el hecho de que, en las universidades 
privadas, la única actividad investigativa consiste en trabajos monográficos que sirven como requisitos 
de graduación (Tünnermann, 2007). Debemos agregar la falta de una cultura sólida de investigación e 
innovación.
Los datos de CTI evidencian las dificultades de Nicaragua para avanzar hacia una sociedad 
del conocimiento
El gobierno de Nicaragua no efectúa esfuerzos periódicos y sistemáticos de recolección de 
información en materia de CTI, por lo que el país carece de estadísticas actualizadas sobre actividades de 
ciencia y tecnología, sin las cuales resulta sumamente difícil valorar el estado del país en estos temas y hacer 
propuestas factibles y ajustadas a la situación vigente. Ante esta limitación −que es común en países de 
menor desarrollo− algunos autores proponen que las estadísticas de patentes y artículos científicos pueden 
constituir elementos relevantes para estos países, concretamente cuando se trata de valorar las perspectivas 
de desarrollo científico de un país (Da Motta e Albuquerque, 2005). A fin de evaluar y resumir la dinámica 
del cambio tecnológico o las capacidades científico-técnicas de Nicaragua, en este trabajo hemos recogido 
informaciones provenientes de diversas fuentes internacionales, como son el Informe de Ciencia de la 
Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura [UNESCO], 
2021), el Banco Mundial (Banco Mundial, 2020) y la Red Iberoamericana de Ciencia y Tecnología (Red 
Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología [RICYT], 2018). La tabla 1 recoge algunos de los 
datos e indicadores más relevantes.
Algunos indicadores de esfuerzos son los concernientes a las publicaciones y exportaciones 
tecnológicas. Como se muestra en la tabla 1, según registros del año 2017 Nicaragua invirtió 4.3% de 
su PIB en educación pública, lo que está por debajo de la media regional de 4.8%. Por otra parte, el 
número de publicaciones anuales de Nicaragua es reducido, en promedio 132 publicaciones anuales. Otros 
índices del 2018 (último año disponible) reportan: USR, 124; SCI,126; y SCOPUS, 148. Nicaragua, con 
92 publicaciones, se ubica casi en último lugar respecto de otros países, sólo por encima de El Salvador. El 
mayornúmero de publicaciones nicaragüenses (61%) son del área de las ciencias biomédicas.
Según datos de 2010 (CONICYT, 2010), Nicaragua cuenta con 1.6 titulados de grado en ciencias 
e ingeniería por cada mil habitantes, lo cual es la cuarta parte del número de titulados de Costa Rica. 
En cuanto al número de personas dedicadas al sector de CTI por cada mil habitantes, Nicaragua ocupa 
el último lugar entre los países latinoamericanos, pues sólo emplea en CTI 0.2 personas por cada mil 
habitantes, mientras Costa Rica registra un mejor índice: 3.9.
La necesidad de un proyecto de nación en temas de ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo humano en Nicaragua
14
Fuente: Elaborado por Lucía Páiz y Bryant Mendoza, del Centro de Biología Molecular de la Universidad Centroamericana, UCA, 
utilizando las referencias abajo mencionadas.
aUSR – Unesco Science Report (2021)
bRICYT – Red Iberoamericana de Ciencia y Tecnología (2018)
cWorld Bank (2020)
SCI: Science Citation Index
SCOPUS: Elsevier’s abstract and citation database
Indicador Datos de Nicaragua 
 
1. Publicaciones científicas 
por año a,b 
Nicaragua presenta una ínfima cantidad de publicaciones científicas anuales. Según 
los índices de citas, en el 2018 USR a reporta 124, SCI b reporta 126 y SCOPUS c 
reporta148. Nicaragua se ubica casi de último respecto de otros países, sólo por 
encima de El Salvador, con 92 publicaciones en 2018 (USR). 
2. Inversión en educación c Según registros del 2017, Nicaragua invirtió 4.3% de su PIB en educación pública. 
Esto es menor que la media regional de 4.8% y que la media de los países del 
mismo grupo de ingresos de 4.5%. 
3. Publicaciones científicas 
por área de estudio en 
Latinoamérica a 
En Nicaragua, el mayor número de publicaciones científicas son del área de las 
ciencias médicas (61%), seguido por ciencias ambientales, con 9%, biología animal 
y botánica, con 8%, agricultura, pesca y bosque, con 5%, e ingeniería con 5%. En 
Latinoamérica, Nicaragua es el segundo país con mayor porcentaje de 
publicaciones en el área de ciencias médicas, detrás de Guatemala (68%). 
4. Publicaciones científicas 
por millón de habitantes en 
Latinoamérica a 
En Nicaragua (2019) se reportan 18 publicaciones por millón de habitantes, 
ocupando uno de los lugares más bajos en Latinoamérica. Chile es el país con más 
publicaciones por millón de habitantes (633) y El Salvador el último (11). 
5. Países con mayor número 
de colaboraciones con 
Latinoamérica según el 
número de publicaciones 
científicas a 
Estados Unidos es el país con el mayor número de publicaciones en colaboración 
con Nicaragua, se reportan 184 en el año 2019. El siguiente país por número de 
publicaciones es México (71), seguido de España (56) y Colombia/Costa Rica 
(52). 
6. Publicaciones de países 
latinoamericanos en 
colaboración internacional, 
por área de estudio b 
En Nicaragua, en 2018 se reportó que el mayor número de publicaciones en 
colaboraciones internacionales se realiza en el área de ciencias de la vida (97.83%), 
seguido por ciencias físicas (91.30%), ciencias de la salud (91.18%) y ciencias 
sociales (66.67%). 
7. Porcentaje de 
exportaciones tecnológicas 
de países latinoamericanos a 
Nicaragua es el país que reporta la menor cantidad de exportaciones tecnológicas en 
Latinoamérica (0.70%). México es el país con el mayor número de exportaciones 
en esta área (20.7%). Nicaragua no cuenta con información sobre aplicaciones de 
patentes en su PIB. 
8. Porcentaje de la población 
que usa internet a 
En 2017 se registra que el 27.8% de la población en Nicaragua tiene acceso a 
internet. Es el porcentaje más bajo respecto de otros países de Latinoamérica. Chile 
posee el índice más alto: el 82.3% de su población tiene acceso a internet. 
9. Índice de capital humano c Se estima que un niño o niña que haya nacido hoy en Nicaragua puede aspirar a 
tener en su adultez una productividad del 51% si disfruta de salud y educación de 
calidad. Este valor es menor que el promedio en Latinoamérica, pero más alto que 
el promedio de países del mismo grupo de ingresos. 
10. Pruebas de aptitud 
estandarizadas c 
Los estudiantes en Nicaragua consiguen un puntaje de 392 en una escala en la cual 
625 representa una calificación avanzada y 300 representa puntuación mínima. 
11. Participación de las 
mujeres en las academias de 
ciencias a 
A nivel mundial, Nicaragua se encuentra entre los diez primeros lugares en cuanto a 
inclusión de mujeres en las academias. El 23% de miembros de la Academia de 
Ciencias de Nicaragua son mujeres, por encima de países como EUA y Brasil. 
12. Ingreso a educación 
preescolar c 
En el año 2010, el porcentaje de ingreso a educación preescolar en Nicaragua fue 
56%. Esto es menor que la media regional de 76%, pero mayor que la media de los 
países del mismo grupo de ingresos (49%). 
 
 
 
Tabla 1.
Indicadores importantes de CTI para Nicaragua.
La necesidad de un proyecto de nación en temas de ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo humano en Nicaragua
15
En qué consistiría un proyecto de nación en materia de CTI
Los países menos desarrollados de Centroamérica −Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala− 
deberían invertir de manera significativa y sistemática en el desarrollo científico para impulsar al menos sus 
economías, apuntalar los avances educativos y mejorar sus sistemas de salud y agrícolas. A la fecha, estos 
países están lejos de invertir el 1% del PIB en el sector –según recomienda la UNESCO– y están cada vez 
más rezagados respecto de países como Brasil, Chile y Argentina.
Si bien el plan de CTI de 2010 pudo representar una plataforma fundamental para impulsar en 
Nicaragua una sociedad y una economía basadas en el conocimiento y la innovación, el plan no llegó 
a implementarse porque no se asignaron los recursos financieros indispensables, debido al escaso 
involucramiento del sector privado y la falta de voluntad política. Es responsabilidad de los gobiernos 
promover el fortalecimiento del sistema de CTI mediante alianzas con la academia, el sector productivo, el 
sector financiero y la sociedad civil. Dada la poca valoración que se le atribuye al CONICYT como agente 
estatal responsable de la coordinación de las políticas de CTI, no es de extrañar que el plan no llegara 
a concretarse en programas operativos. Los estamentos decisorios no tomaron en cuenta la necesidad 
apremiante de una sociedad urgida de aumentar la competitividad y la productividad empresarial con el fin 
de alcanzar mayores niveles de desarrollo económico y social.
Por otra parte, si bien desde abril de 2018 Nicaragua está sumergida en una crisis socioeconómica, 
durante más de dos décadas hubo en Nicaragua una cierta estabilidad macroeconómica y un crecimiento 
económico relativamente alto para la región (promedio 4.5% anual). Paradójicamente, ese crecimiento del 
PIB y la estabilidad macroeconómica no se tradujeron en una inversión determinante en educación ni en 
formación técnica para reducir las desigualdades económicas y sociales. En 2010 Nicaragua fue el país 
centroamericano con la menor inversión en investigación y desarrollo (0.04% del PIB) (Padilla-Pérez & 
Gaudin, 2014). Como consecuencia de la falta de recursos para el sector de CTI, no se abren nuevos puestos 
de investigación en las universidades, tampoco hay puestos de trabajo de calidad para científicos en los 
sectores productivos, mientras las personas jóvenes más aventajadas, creativas y emprendedoras carecen 
de oportunidades para desarrollar sus talentos, conocimientos y capacidades en un país que no estimula las 
ideas innovadoras.
No obstante, para evitar mayores rezagos, Nicaragua necesita mejorar la calidad y el nivel de 
educación y capacitación, procurar un sistema educativo de base científica, empeñarse en hacer un uso 
más eficaz del conocimiento global apropiado y desarrollar su propio conocimiento local. Abordar estos 
desafíos requiere visión, desarrollo y ejecución deestrategias a más largo plazo y una articulación efectiva 
de los esfuerzos clave que se están implementando.
Hay que tomar en cuenta también que, a pesar de todas las dificultades, el pueblo nicaragüense ha 
dado pasos importantes hacia la utilización del conocimiento para abordar los desafíos fundamentales del 
desarrollo sostenible. Las principales universidades, y muchas instituciones –incluso organizaciones no 
gubernamentales– han dedicado varias décadas y esfuerzos a la aplicación del conocimiento para ayudar a 
resolver problemas tales como la pobreza, la exclusión, el desempleo, el cambio climático, los conflictos 
sociales, la construcción de instituciones sólidas de gobernanza, el respeto y consolidación del Estado de 
derecho y la construcción de sociedades democráticas, pacíficas e inclusivas. 
Pese al rezago en que se encuentra el país y con todos los obstáculos y debilidades mencionadas, 
Nicaragua no tiene otra salida sino utilizar mejor sus recursos humanos para favorecer su desarrollo 
económico y social. Para ello, el Plan de 2010 debería retomarse como un instrumento valioso para 
formular un nuevo plan actualizado conforme a las condiciones y necesidades vigentes.
Como bien conceptualiza el Plan de 2010, el objetivo general debe ser “impulsar el desarrollo 
económico y social sostenible de Nicaragua cuyos motores principales son la ciencia, la tecnología y la 
innovación”. Se trata de impulsar un sistema nacional de generación de conocimientos a fin de desarrollar 
las capacidades de los actores del sistema. El plan recoge como áreas de prioridad: (a) el sector salud, 
(b) medio ambiente y recursos naturales, (c) energía, (d) agricultura y agroindustria (e) tecnologías 
transversales como la biotecnología y las tecnologías de la información y comunicación (TIC). 
La necesidad de un proyecto de nación en temas de ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo humano en Nicaragua
16
Un plan de CTI para el desarrollo humano sostenible se debería concretar en el impulso de algunos 
programas precisos que permitan alcanzar los objetivos específicos del plan. Particularmente, o como 
exigencia mínima, se debería reconsiderar la conformación y puesta en marcha de los siguientes programas:
 
•Fortalecimiento de los recursos humanos para la ciencia, la tecnología y la innovación, de 
fundamental importancia para el desarrollo productivo, tecnológico y social de Nicaragua.
•Retención del talento humano que representa una masa crítica indispensable para los procesos de 
investigación e innovación del país, lo que, aunado a un esfuerzo de vinculación con la diáspora 
científica, permita crear, innovar y resolver problemas concretos de interés nacional y regional. Por 
su importancia para el desarrollo del país, la ACN incluye entre sus acciones la vinculación con la 
diáspora profesional y científica. 
•Investigación, desarrollo e innovación para la modernización productiva, enfocándose en identificar 
necesidades de investigación y desarrollo tecnológico acorde a las necesidades sectoriales y para 
establecer prioridades en las áreas de investigación y en la demanda tecnológica.
•Articulación de los actores que componen el sistema de innovación, de modo que se facilite la 
generación de redes que apoyen el desarrollo de la innovación y la inclusión social. 
En la formulación de una estrategia de desarrollo científico-técnico hay que tomar en cuenta que el 
trabajo del sector de CTI exige vinculaciones internacionales y que, en el caso de la región centroamericana, 
la región se beneficiaría mejor trabajando de manera conjunta, lo que permitiría evitar duplicaciones y más 
bien crear sinergias. Hay que tomar en consideración que, si bien estos países permanecen notablemente 
rezagados en el desarrollo de sectores basados en el conocimiento, existen estudios que han explorado las 
oportunidades que se le presentan a la región centroamericana en el futuro cercano. En particular se puede 
mencionar el Proyecto de Economía del Conocimiento en Centroamérica (González et al., 2011) que tuvo 
como objetivo crear el entorno necesario para permitir una transición exitosa hacia economías nacionales y 
regionales basadas en el conocimiento. El proyecto, impulsado gracias al auspicio de la Agencia Alemana 
de Cooperación Internacional, GIZ, proporcionó una línea de base en CTI para Centroamérica y generó 
conciencia sobre la necesidad de crear mejores condiciones para avanzar hacia economías basadas en el 
conocimiento. En la preparación de un plan de CTI, Nicaragua debería tomar en cuenta estos antecedentes 
regionales.
Las universidades deberían desempeñar un papel importante en las transformaciones conducentes al 
desarrollo humano y social que requiere la sociedad nicaragüense. La mayor responsabilidad recae en aquellas 
universidades de mayor prestigio investigativo, por diversas razones: cuentan con personal profesional 
de competencia suficiente para formar profesionales con capacidades creativas y de investigación; han 
recibido por varias décadas enormes cantidades de recursos del Estado y de la cooperación internacional; y 
porque cuentan con un acervo cultural y científico-técnico como pocas instituciones del país. 
Conclusiones
La implementación de un proyecto de nación en materia de CTI es un imperativo inaplazable si se 
quiere mejorar los niveles de desarrollo económico, social y humano del país. Esto requiere políticas y 
estrategias claras, audaces y efectivas de promoción del desarrollo en CTI. En particular, un plan de CTI 
debería enfocarse en acelerar la formación de recursos humanos y generar nuevos conocimientos para 
el desarrollo económico y social en las áreas prioritarias de desarrollo del país. Las acciones deberían 
materializarse en programas concretos que ayuden a apuntalar la competitividad del país y atender los 
principales problemas del desarrollo humano y social. Para ello hace falta inversión financiera, aunque 
sea modesta, a fin de implementar dichos programas a corto y mediano plazo, lo cual requiere voluntad 
política y capacidad para concertar los esfuerzos de los diversos componentes del sector de CTI. Las 
universidades deben cumplir mejor su función social, empoderando y movilizando a la juventud, apoyando 
su formación vocacional encaminada a implementar soluciones para los problemas concretos del país. La 
La necesidad de un proyecto de nación en temas de ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo humano en Nicaragua
17
Academia de Ciencias de Nicaragua, cuyo propósito es fomentar y difundir la ciencia, la investigación y 
la educación científica y que cumplió una importante función en la conformación del primer Plan de CTI, 
debería participar activamente en el diseño de una política de ciencia y tecnología y de un nuevo plan de 
CTI, dos tareas fundamentales para intensificar el desarrollo humano y social de Nicaragua. 
La necesidad de un proyecto de nación en temas de ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo humano en Nicaragua
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19
Biodiversidad y conservación del ambiente en el
marco de la ciencia, la tecnología y la innovación
Biólogo con doctorado en Ecología. 
Miembro de Número de la Academia de Ciencias 
de Nicaragua, fundador del Museo Entomológico 
de León y cofundador de la ONG ALAS.
Nacido en Bélgica y residente en Nicaragua 
desde 1983. Ha impartido clases en la Universidad 
Autónoma de Nicaragua, (UNAN-León), y forma 
parte del comité editorial de revistas científicas 
nicaragüenses y latinoamericanas.
Sus temas de investigación incluyen: 
inventarios y taxonomía de insectos de Nicaragua 
y de decenas de otros países, taxonomía de los 
Coleópteros Lucanidae y estudios de impacto 
ambiental utilizando insectos como escala de 
medición. En reconocimiento a su trabajo, 
entomólogos han nombrado con su apellido Maes 
a un género y más de 20 especies de insectos y 
uno de Tardigrada.Dr. Jean-Michel Charles Maes
20
III. Biodiversidad y conservación del ambiente en el marco de la 
ciencia, la tecnología y la innovación
Jean-Michel Maes
Introducción
Abordar la biodiversidad y la conservación del medioambiente en Nicaragua resulta un tópico 
frustrante. Pese a la diversidad de gobiernos que ha tenido Nicaragua, la frontera agrícola avanzó, desde el 
Pacífico, a veces con lentitud, a veces con rapidez, hasta llegar al océano Atlántico, al parecer sin que nadie 
haya podido frenar el avance. Los últimos bloques de bosques tropicales húmedos, que son las reservas de 
biósfera de Bosawás e Indio-Maíz, están siendo invadidas y destruidas a mansalva.
La ciencia, la tecnología y la innovación prácticamente no se han tomado en cuenta para frenar la 
destrucción; la ciencia se queda en sus laboratorios, la tecnología en algunas estaciones experimentales o 
en algunas empresas, y las innovaciones no reciben apoyo. Los elementos de CTI quedan desvinculados 
por completo de la realidad y carecen de coordinación entre sí.
Mas allá de la pérdida de la biodiversidad como patrimonio nacional, la pérdida de suelo y agua pone 
en riesgo la sobrevivencia alimentaria de la población nicaragüense, merma la calidad de vida, aumenta los 
riesgos para la salud y agrava la magnitud de los desastres naturales.
Fundamento teórico y situación deseada
La biodiversidad, que es el conjunto de todos los seres vivos −animales, plantas, hongos, algas, 
bacterias y virus− debe considerarse desde varios niveles: especies, poblaciones, ecosistemas, ambientes 
intervenidos por humanos.
El nivel de especie es comúnmente el que mejor se entiende, de principio consiste en un inventario o 
lista de especies que existen en el país, con información sobre la distribución, los requerimientos ecológicos 
y las relaciones con otras especies. La meta de cada país es establecer una lista de las especies presentes en 
el territorio nacional, la endemicidad, el nivel de riesgo de cada especie (listas rojas) y una caracterización 
de cada una. Las listas rojas deben ser vinculantes con el sistema de áreas protegidas.
El nivel genético o nivel de poblaciones es cada vez más importante, no solo para definir con más 
precisión el estatus de la especie o de la población, sino también porque a causa de la fragmentación de 
los ecosistemas cada vez más poblaciones están en peligro de desaparecer. Los bosques de montaña, por 
ejemplo, se transforman en islas en medio de áreas de cultivos o pastos. Cada isla contiene poblaciones 
separadas de algunas especies, y es fácil imaginar que por falta de algunos requerimientos ecológicos o por 
causa del cambio climático, estas poblaciones pueden desaparecer. Además de las listas de especies, hay 
que hacer una caracterización básica de ADN para comprobar que las especies a las que nos referimos se 
corresponden con las mismas especies en países vecinos, lo que también permite detectar diferencias entre 
poblaciones de una misma especie.
Nivel de ecosistemas. Es el nivel que más se emplea para definir áreas protegidas, con la idea de 
preservar para el futuro una muestra representativa de cada ecosistema del país. Lo ideal es tener un mapa 
de los ecosistemas del país, que se actualice cada año, y un análisis de los cambios de uso de suelo, así 
como un análisis de presiones sobre cada ecosistema.
Ambientes intervenidos por actividades humanas. Representan en cierto modo lo mismo que 
los ecosistemas, pero ya transformados o dañados por agricultura, ganadería, extracción de madera o de 
minerales, zonas urbanas, carreteras o modificaciones de la red hídrica. El cambio ya consumado de manera 
histórica no se puede revertir, pero un análisis económico puede indicar cuáles son los beneficios para 
el país de cada actividad y cuáles son sus requerimientos en cuanto a recursos naturales, lo que permite 
actualizar tendencias más acordes con el medioambiente en las decisiones económicas. La conservación de 
la biodiversidad y de los recursos naturales debe ser vinculante con las actividades económicas.
Biodiversidad y conservación del ambiente en el marco de la ciencia, la tecnología y la innovación
21
Conservación de la biodiversidad. Lo ideal es que, conforme a los niveles antes mencionados, se 
diseñe un sistema de áreas protegidas, con estrategias para preservar a futuro muestras funcionales de los 
diferentes ecosistemas, y por tanto, de las poblaciones de seres vivos que allí se encuentran.
Situación del país
En cuanto al inventario de especies, prácticamente sin apoyo de los gobiernos se ha logrado recopilar 
inventarios bastante avanzados de los grupos de vertebrados. Contamos con un inventario muy parcial (4 
a 5%) de los insectos, otro más avanzado para moluscos y algunos elementos para los demás grupos de 
animales invertebrados. En botánica se tienen resultados mucho mejores, principalmente gracias al apoyo 
del Missouri Botanical Garden.
En el nivel genético o de poblaciones estamos prácticamente en cero, salvo algunos estudios serios 
sobre peces. Los laboratorios que tienen incipiente capacidad para trabajar con ADN por lo general carecen 
de fondos para adquirirreactivos.
Se han definido y mapeado los ecosistemas, y algunos organismos independientes −como es la 
Fundación Humboldt− actualizan los mapas.
Se cuenta con mapas de algunos rubros agrícolas en los ambientes intervenidos por actividades 
humanas. No se dispone de mapas de los tipos de producción, sea orgánica o con agroquímicos.
A nivel de conservación y áreas protegidas, si bien existe un marco teórico excelente, una buena 
definición en mapas de las áreas protegidas, plan de manejo para muchas de ellas, en la realidad no 
se respeta casi nada en la mayoría de las áreas protegidas. Se usan como un derrotero adonde enviar 
campesinos que por algún motivo perdieron sus tierras, y más recientemente, para expandir la actividad 
ganadera. Al margen de cualquier argumento acerca de quién pueda ser culpable o responsable, el mapeo 
de cambio de uso de bosque a ganadería muestra un movimiento evidente hacia el interior de las grandes 
áreas protegidas con las que cuenta todavía el país.
Propuesta para superar las brechas existentes
El propósito de este artículo no es presentar una lista de acciones deseables, tema que podría llenar 
un libro entero, sino más bien definir líneas de acciones o cambios ideológicos para llegar a un resultado 
positivo en la conservación o la recuperación de la biodiversidad. Trataremos de tocar los aspectos 
siguientes: educación y recursos humanos; datos de biodiversidad; áreas protegidas; vinculación con la 
economía. En cada rubro hay que vincular los objetivos de conservación con las políticas nacionales, y 
definir metas claras y realistas para alcanzar resultados.
Educación
La educación en temas ambientales debe comenzar desde la escuela primaria, pero no se trata de 
atiborrar a los alumnos con información, sino de apelar a otras formas de percepción del ser humano en 
formación: lo emocional, lo sensorial y, sobre todo, las vivencias: la experiencia directa de ir a conocer 
la naturaleza, en un principio cerca de la escuela. Buscar el apoyo de los padres y madres de familia para 
organizar campamentos, sentir la naturaleza, el rocío matutino y el canto de los pájaros, buscar ranas en la 
noche, tratar de entender cómo es que todo está relacionado entre sí. Aprender a relatar las observaciones, 
a ordenar datos. Ya en la secundaria, además de colectar datos, asociarlos con otros datos del ambiente, 
como el tipo de vegetación y el clima, y aprender a usar redes o plataformas donde reportar y compartir 
datos, por ejemplo, eBird o iNaturalist. Ebird (https://ebird.org/region/NI) tiene acumulado un poco más 
de 35,000 observaciones de aves de Nicaragua, con un total de 752 especies, resultado del trabajo de 
1551 observadores). iNaturalist (https://www.inaturalist.org/ observations?place_id=6925) suma casi 
50,000 observaciones de todo tipo de organismos, animales, plantas, hongos, representando casi 7,000 
especies, fruto del trabajo de un poco más de 2,500 observadores. La red global de información sobre la 
biodiversidad, GBIF por su siglas en inglés (https://www.gbif.org/es/country/NI/summary), acumula bases 
Biodiversidad y conservación del ambiente en el marco de la ciencia, la tecnología y la innovación
22
de datos de la mayoría de los países del mundo, contenidas en muchos museos. De Nicaragua presenta 
más de un millón de datos (1,233,608, incluyendo los datos de iNaturalist y ebird) pertenecientes a 765 
conjuntos de datos de 33 países. Cada una de estas plataformas tiene tutoriales sobre cómo iniciar, y un foro 
de discusión donde buscar más información. En el ámbito de las escuelas cabe organizar giras de acopio 
de datos. También se aconseja apadrinar desde la escuela una área protegida, un remanente de bosque o un 
tramo de río, estudiarlo y mejorarlo sembrando más especies de plantas nativas si fuese necesario.
El objetivo a este nivel es que todos los alumnos experimenten personalmente el contacto directo con 
la naturaleza, no a través de un libro. Estas experiencias desde luego deben alimentar la parte académica, 
pero el punto de partida debe ser lo vivencial.
La educación técnica o de ciclo corto es importante, se requiere de muchos técnicos formados, que 
generalmente se improvisan en el camino. Puesto que el país ha lanzado la carrera de turismo, en lo que 
atañe a la biodiversidad hay que formar guías, guardabosques, técnicos forestales mediante una formación 
práctica que se pueda comprobar.
En la educación superior, en general, y en el tópico de biodiversidad en particular, la docencia debe 
enfocarse en situaciones reales, con prioridad en el país, contratar docentes con experiencia práctica en la 
materia que van a exponer, romper el ciclo en que cayeron gran parte de las universidades: docentes que 
forman alumnos para que a su vez sean docentes, y así forman una nueva generación de estudiantes que no 
han pasado por experiencias reales en el tema. Promover no solo los convenios con empresas nacionales 
o universidades extranjeras, sino también la construcción conjunta de laboratorios y la realización de 
investigaciones. Restablecer la figura de docente-investigador, perdida por razones económicas, competir 
por fondos de investigación nacionales e internacionales. Establecer relaciones directas con las alcaldías 
para la gestión de los problemas ambientales.
Involucrar directamente al estudiantado universitario con los problemas reales, como es el manejo de 
la basura. Las alcaldías pueden ofrecer a las universidades incentivos para la elaboración o la realización de 
proyectos, generando así ideas nuevas para el manejo del plástico o las llantas o para formular propuestas 
de energía limpia.
Recursos humanos. Muchas veces se propone repatriar recurso humano valioso que luego se topa 
con que no hay condiciones para trabajar en el país, no solo por los sueldos, sino también por la escasa 
capacidad en cuanto a laboratorios. La solución de proyectos conjuntos con laboratorios o departamentos 
universitarios es más realista y puede promoverla la diáspora nicaragüense, impulsando trabajos conjuntos 
y la formación de más científicos y técnicos nacionales. Basten tres ejemplos: la Flora de Nicaragua, 
obra monumental en tres volúmenes, es resultado del trabajo de muchos botánicos, con la coordinación 
del Missouri Botanical Garden; el Herbario de la UNAN de León (HULe); y el Herbario de la UCA de 
Managua (Stevens et al. 2001). Los coleópteros Scarabaeidae Dynastinae de Nicaragua, Honduras y El 
Salvador fueron estudiados por un equipo de entomólogos de la Universidad de Nebraska, del Zamorano de 
Honduras, del Museo Entomológico de León de Nicaragua y del Museo Nacional de El Salvador (Ratcliffe 
& Cave, 2006). 
Biodiversidad
Un instituto autónomo de biodiversidad, bajo la jurisdicción de por lo menos tres o cuatro 
ministerios, permitiría evitar la duplicación de recursos. Un lugar donde centralizar las bases de datos 
sobre biodiversidad y conservación de los recursos naturales, que disponga de capacidad de identificar 
muestras de taxones y de trabajar con ADN y que constituya el centro de un sistema de alerta de puntos de 
calor y otros elementos ambientales. Tal instituto podría coordinar los esfuerzos de inventarios de fauna y 
flora, apoyar la definición genética de las especies, asegurar un seguimiento de los cambios en el ambiente 
del país, apoyar al Ministerio de Agricultura en la gestión de colecciones y en la coordinación para 
identificar muestras asociadas a cultivos. Podría tener, entre otras cosas, su propio sistema de publicación, 
tanto en revistas como en redes sociales, radio y televisión. Los seguimientos de poblaciones aportan 
datos actualizados que sirven para definir un calendario de veda, o de manera más práctica, un calendario 
cinegético.
Biodiversidad y conservación del ambiente en el marco de la ciencia, la tecnología y la innovación
23
Repatriación de datos. A menudo este concepto se malentiende como repatriación de especímenes 
del país, conservados en universidades y museos extranjeros;esta repatriación que proponemos es más 
bien el rastreo de toda la literatura que cita especímenes o información de Nicaragua, datos de especímenes 
de Nicaragua en instituciones extranjeras, incluso con fotografías de los mismos, permitiría una mejor 
formación de los científicos locales.
Relación con la educación nacional. Fomentar el uso de plataformas para compartir datos de 
biodiversidad a fin de involucrar a las escuelas en la colecta de datos. Miles de estudiantes representan 
miles de pares de ojos observando fauna y flora, sacando fotos y datos para compartir. Algunos materiales 
deben agregarse a los libros clásicos de biología, incluso como aplicaciones para teléfonos celulares con los 
que se pueda subir datos a plataformas, contar con aplicaciones para identificar algunos grupos de fauna o 
flora, guías ilustradas en formato virtual.
Genética
Algunos países del área, como México y Costa Rica, están mucho más avanzados en la obtención 
de ADN de la flora y fauna de su territorio. Esto podría servir como atajo para analizar y comparar el 
ADN de las especies de Nicaragua, así como para identificar las especies nicaragüenses por comparación 
con las especies de Costa Rica y México. También serviría mucho para definir dentro de cada especie las 
poblaciones que hay en la región.
Muchas especies presentan poblaciones diversas dentro del país, a veces expresadas por el fenotipo, 
lo que permite definir subespecies, como es el caso de la ardilla Sciurus variegatoides, que presenta seis 
subespecies en Nicaragua (Genoways & Timm, 2019). En este caso particular, una subespecie es endémica 
de la isla de Ometepe, Sciurus variegatoides ometepensis (Genoways & Timm), por lo que su protección 
debe ser prioritaria en esta isla. En la mayoría de los casos no se observan variaciones morfológicas, 
pero al estudiar el ADN se evidencian poblaciones separadas por barreras naturales. La evolución reciente 
de algunas especies, con la presión de barreras de origen humano, como es la deforestación de zonas 
bajas entre macizos montañosos, divide una especie en poblaciones más reducidas, con riesgo mayor de 
endogamia y menor respuesta a enfermedades o cambios climáticos. Un ejemplo emblemático es el quetzal 
(Pharomachrus mocinno) (Solorzano et al. 2004, 2009) para el cual, además de la subespecie de Costa 
Rica y Panamá, la subespecie nominativa, Pharomachrus mocinno mocinno, se divide en dos poblaciones 
separadas geográficamente, México y Guatemala por un lado y Guatemala hasta Nicaragua por otro lado, 
demostrado por diferencia genética.
Una solución práctica, ex situ (es decir, fuera de su hábitat natural) para conservar la diversidad 
genética es almacenar en un banco de semillas las frutas y semillas y la mayor cantidad posible de especies 
de plantas que hay en el país. Así, en caso de que se necesite reconstruir o enriquecer ecosistemas, se 
tendría material genético con el cual empezar. Existen ya experiencias globales y nacionales (Chile, Brasil, 
México) que pueden ayudar a organizar mejor este tipo de instalaciones (León-Lobos et al. 2012). 
Áreas protegidas
Las áreas protegidas se decretaron en un principio sin más objetivo que conservar algunos espacios 
geográficos, y, evidentemente, en la mayoría de los casos no funcionó. Ya sabemos que las áreas protegidas 
deben de tener más funciones: turísticas, agrícolas, producción de agua o de energía. El equilibrio entre las 
actividades es lo complicado. En un primer momento, hacer respetar la ley sería ya un buen punto. Una 
solución práctica en la materia sería reorganizar las tareas del Ejército para que incluyan la protección de 
zonas de interés ambiental y la mitigación de desastres, e integrar en esa nueva entidad a los bomberos y 
a la defensa civil. El segmento encargado de las áreas protegidas apoyaría al cuerpo de guardabosques.
El cuerpo de guardabosques debería ser un cuerpo autónomo, autofinanciado mediante el turismo. La 
figura de los guardabosques tendría tres funciones: defensa de la integridad del área protegida (con apoyo 
de la parte del Ejército asignada a ello), investigación de fauna, flora y ecología de su área (en coordinación 
Biodiversidad y conservación del ambiente en el marco de la ciencia, la tecnología y la innovación
24
con el Instituto de Biodiversidad) y guía turística, lo cual permitiría financiar el funcionamiento del área. 
La coordinación con las alcaldías y otros actores debe ser definida en cada plan de manejo. 
Áreas protegidas privadas. Cada vez más ciudadanos de este país están conscientes de la importancia 
de la conservación y quieren conservar algo de naturaleza en su propiedad. La intención es encomiable y 
deben ser apoyados por el sistema de áreas protegidas. Al igual que para las áreas protegidas estatales, 
deben ser áreas prioritarias para investigación y educación.
Áreas no protegidas y conectividad. Si la conservación del ambiente se limitara solo a las áreas 
protegidas tendríamos un sistema de islas que a mediano plazo generaría problemas por falta de flujo 
genético. En las décadas pasadas se promovieron los grandes corredores biológicos, el Corredor Biológico 
Mesoamericano y el Corredor Biológico del Atlántico, que representaron inversiones muy grandes con 
muy poco resultado, ya que siguen disminuyendo las áreas protegidos que se suponía iban a conectar. Un 
trabajo conjunto entre gremios de productores, alcaldías y universidades permitiría crear microcorredores 
realistas a partir de la protección de los cursos y fuentes de agua, de los remanentes de bosques, todo 
ello apoyado por una agricultura más sostenible. Un trabajo de dos vías entre investigación y extensión 
(divulgación técnica) es imprescindible, coordinado por los tres actores ya mencionados.
A partir de los planes de manejo de las áreas protegidas públicas y privadas, así como del diseño de 
microcorredores y la protección de los cursos de agua se puede reorganizar un plan nacional de protección 
de la biodiversidad y de los recursos agua y suelo.
Economía
Si bien actualmente Nicaragua tiene un gobierno de izquierda, la economía sigue siendo capitalista, 
con un componente muy grande de exportación. Esta línea, sin mayor control, genera una depredación del 
capital natural y una concentración de riqueza cada vez más evidente en los últimos años: más cantidad de 
pobres y algunos multimillonarios nuevos.
En el ámbito de la educación, y vinculada a las decisiones de gobierno, conviene organizar una 
reflexión sobre la lógica con la que funciona el país. La producción agrícola debe alimentar primero a los 
productores, luego a la comunidad donde están establecidos, luego a la población nacional y por último a 
la exportación. 
La investigación en biodiversidad, agronomía y economía debe cumplir un papel importante: 
equilibrar la conservación de los recursos naturales en función de una agricultura productiva, no solo en 
cantidad, sino también en calidad de producto. La innovación tiene allí también un papel clave: producir 
más, con mejores garantías para los productores, y asegurar una transformación de los productos para 
obtener mejores ganancias locales.
Los paradigmas que abogaban por producir más para dar de comer a una población mundial creciente 
han fracasado. Usar más abonos, insecticidas, plantas mejoradas, semillas resistentes a herbicidas, para 
aumentar la producción mundial de alimento contrasta mucho con el hecho de que 40% de los alimentos 
producidos en el mundo termina en la basura. La investigación de los economistas nacionales debe ir 
en torno a establecer circuitos comerciales lo más cortos posibles. Producir localmente para consumir 
localmente. Esto requiere, en la educación, establecer valores más nacionalistas que permitan consumir 
productos locales, y por otro lado, innovaciones para producir con mayor calidad.
Green Business, la economía verde, va a ser un motor de desarrollo casi obligatorio para acceder a 
mercados y fondos internacionales. Este componente, por serparte de la ecología del país, prácticamente 
debe tomarse en cuenta en las carreras de economía, administración de empresas, ingenierías y otras.
El logro de los objetivos de una economía sostenible pasa, a corto y mediano plazo, no solo por 
la educación formal, sino también por la educación permanente para los productores; a la par de ello se 
pueden gestionar incentivos y condicionalidades de préstamos bancarios.
Para la población en general: manejo de la basura, reflexión sobre origen de los bienes y alimentos 
consumidos, sobre la calidad de los alimentos y sobre la calidad de los recursos naturales. Esta educación 
permanente puede estar a cargo de las universidades en lo que atañe a investigación y divulgación, con 
apoyo de los medios de comunicaciones y redes sociales.
Biodiversidad y conservación del ambiente en el marco de la ciencia, la tecnología y la innovación
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Uno de los actores más criticados es la ganadería, pues ocupa una parte muy grande de la superficie 
del país, en su mayoría en ganadería extensiva. Puede llegar a ser un actor clave, si se cambia el modo de 
producción, para crear microcorredores, cursos de agua o plantando árboles forrajeros, todo esto solo para 
mejorar la rentabilidad de su empresa.
Las empresas, para obtener un permiso ambiental con el cual implantarse en un sitio, deben presentar 
un estudio de impacto ambiental (EIA). Este estudio debe ser transparente y acompañado por alguna 
institución académica a fin de dar garantías al país y a la población local de la inocuidad o de los riesgos 
inherentes a la actividad propuesta. Para las universidades, el vínculo con los EIA permitiría una experiencia 
real y una oportunidad de aplicar en la realidad las ideas o conceptos teóricos. Un ejemplo evidente es 
el EIA del canal interoceánico, donde las universidades no fueron tomadas en cuenta, pero tampoco el 
MARENA, que fue consultado en la fase final solamente para decidir si se aceptaba o no el proyecto. 
De haber podido participar de manera plena y efectiva, habría podido ser una fuente de información y 
experiencia muy grande para las universidades.
Conclusiones
Se requiere una reflexión profunda para ver de qué manera el gobierno pueda cambiar de rumbo, 
pues si se continúa la destrucción sistemática de los recursos naturales en aras de la actividad económica 
no hay futuro. En los últimos años, las cumbres mundiales, como son Estocolmo 1972, Rio 1992, 
Johannesburgo 2002 (Eschenhagen 2007) insistieron en el aspecto sostenible del desarrollo. Incluso las 
cumbres económicas, como las de Davos en Suiza, acuerdan que se debe pasar a una economía más verde 
a nivel global; el Foro Económico Mundial número 50 de Davos y el Foro Mundial sobre Biodiversidad, 
en enero y febrero de 2020 respectivamente, muestran la inquietud de los gobiernos y los empresarios en 
torno a la sostenibilidad del desarrollo frente al cambio climático. Es imprescindible cambiar de modelo 
económico y tener una manera de gobernar transparente y coordinada entre todos los actores. Nicaragua, 
tierra bendecida con un capital natural muy grande, está a unos pasos de convertirse en desierto. El cambio 
que se requiere no es de forma, sino de fondo: cambio de educación, cambio de prioridades económicas, 
reconstrucción del “capital natural” del país. 
Agradecimientos
Nuestros agradecimientos a Arnulfo Medina y a Jorge Huete por la revisión y los aportes al 
documento.
Biodiversidad y conservación del ambiente en el marco de la ciencia, la tecnología y la innovación
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La sostenibilidad ambiental y la ciencia,
la tecnología y la innovación
Dra. Katherine Vammen Prof. Salvador Montenegro Guillén 
Especialista en Calidad y Gestión de Agua y 
Estudios Interdisciplinarios en Ciencias Naturales. 
Doctora con especialidad en Bioquímica, Genética 
y Biología de Desarrollo de la Universidad de 
Salzburgo, Austria. Miembro Correspondiente de 
la Academia de Ciencias de Nicaragua.
Directora del Instituto Interdisciplinario 
de Ciencias Naturales (IICN) de la Universidad 
Centroamericana (UCA). Coordinadora (Co-
Chair) del Programa de Agua de la Red 
Interamericana de Academias de Ciencias 
(IANAS) y Punto Focal de Nicaragua en la Red.
Fue Decana de la Facultad de Ciencia, 
Tecnología y Ambiente de la UCA (2016-2018). 
Además, fue fundadora y coordinadora de la 
Maestría Regional Centroamericana en Ciencias 
del Agua y Subdirectora del Centro para la 
Investigación en Recursos Acuáticos de Nicaragua 
(CIRA) de la Universidad Nacional Autónoma de 
Nicaragua (UNAN-Managua).
Maestro normalista de Educación; Ecólogo 
y Limnólogo. Miembro Honorario de la Academia 
de Ciencias de Nicaragua y del Centro Alexander 
von Humboldt.
Fue Director del Centro para la 
Investigación en Recursos Acuáticos de Nicaragua 
(CIRA), de la Universidad Nacional Autónoma 
de Nicaragua (UNAN-Managua) (1980-2014), 
Presidente del Comité Directivo Nacional del 
Programa de Pequeñas Donaciones del FMAM, 
(PPD); Presidente de la Alianza Nicaragüense 
de Cooperación para el Aprovechamiento y 
Protección de los Recursos Hídricos (GWP 
Nicaragua) y Miembro representante de la Región 
Centroamericana del Steering Committe de la 
Asociación Mundial para el Agua (Global Water 
Partnership), Estocolmo.
Ha recibido las Órdenes Presidenciales: 
Orden “Miguel Ramírez Goyena” y Orden “Semper 
Virens”, y la Orden Municipal “Dioclesiano 
Chávez” por la Alcaldía de Managua.
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IV. La sostenibilidad ambiental y la ciencia, la tecnología y la 
innovación
Katherine Vammen y Salvador Montenegro Guillén
Introducción
La sostenibilidad ambiental consiste en la gestión adecuada de los recursos naturales de cualquier 
actividad productiva. La forma óptima es lograr un equilibrio en el aprovechamiento racional de los 
recursos y en la protección que posibilita su conservación perenne. 
Las prácticas insostenibles −explotación desproporcionada de recursos y cambios en el uso de 
tierra− han generado una problemática ambiental que afecta al bienestar de los seres humanos al causar 
problemas de salud y a los ecosistemas, que han sufrido una reducción en su biodiversidad. Actualmente se 
observa falta de recursos tales como agua y energía;mundialmente existen ya comunidades con inadecuada 
seguridad alimentaria, y se observa un aumento en la conversión a suelos áridos que dificultan el cultivo 
de alimentos y la restauración de bosques, todo ello derivado del mal manejo y del cambio climático. La 
aceleración de estos procesos de degradación es clara señal de que los sistemas actuales tienen que cambiar 
y que deben buscarse nuevos caminos sostenibles. Para ello la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) 
cumplen un papel fundamental. Actualmente es esencial definir cómo las CTI deben aportar no solamente 
diagnósticos, sino también propuestas concretas para enfrentar la crisis ambiental y desarrollar políticas 
más sostenibles para el futuro. 
El propósito de este ensayo es ilustrar sobre la situación ambiental de Nicaragua en su contexto 
mundial y regional, vinculada a aspectos sociales, económicos y productivos que son desarrollados sin 
atender criterios de sostenibilidad, debido al extractivismo de corto plazo. Se destaca la urgente necesidad 
de alcanzar sostenibilidad ambiental mediante el desarrollo de CTI como forma de optimizar el correcto 
aprovechamiento de los recursos naturales bajo criterios de conservación y protección.
Fundamento teórico y situación deseada 
Una buena gestión ambiental se basa en la comprensión de las múltiples dimensiones de la naturaleza 
que permiten proteger los recursos y conducir el aprovechamiento de los servicios ecosistémicos en una 
dirección que garantice su sostenibilidad. Actualmente la salud de los ecosistemas está en proceso de 
deterioro más rápido que nunca, lo que tiene consecuencias en “los mismos cimientos de la economía, 
los sustentos de la vida, seguridad alimentaria, salud y calidad de vida mundialmente.” (IPBES, 2019). 
Estamos hablando de las dimensiones de seguridad de agua en suficiente cantidad y buena calidad, 
seguridad energética a base de fuentes renovables, seguridad alimentaria y protección de la biodiversidad, 
todo lo cual aporta a “una red de seguridad para sustentar la vida humana (life-supporting safety net)” 
(IPBES, 2019).
La demanda global de agua, energía y agricultura crece constantemente en todo el mundo. La 
velocidad en la expansión agrícola y la ganadería sobre ecosistemas intactos es un fenómeno mundial 
y estas pérdidas han ocurrido mayormente en los trópicos, hábitats que contienen los niveles más altos de 
biodiversidad del planeta. Basta leer las noticias desalentadoras sobre la expansión de la conversión de las 
Amazonias y sus bosques en tierras agrícolas o ganaderas. 
Entre 1900 y 2000, la población mundial se cuadruplicó, pero la extracción de agua dulce aumentó 
nueve veces. Se espera un aumento mayor de diez mil millones de pobladores mundiales en 2050; si 
continúa esta tendencia, en 2030 la extracción de agua superará los niveles sostenibles (World Economic 
Forum, 2011). El agua no tiene sustitutos, ni hay formas alternativas de producir la cantidad y la calidad de 
agua adecuadas para el futuro sin incurrir en gigantescos y costosos proyectos de infraestructura asociados 
con el transporte, almacenamiento y desalinización (Vammen, K., 2018). Actualmente la agricultura 
representa aproximadamente 3,100 billones de m3 o 70% de las extracciones totales de agua en el mundo. 
La sostenibilidad ambiental y la ciencia, la tecnología y la innovación
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Debido al crecimiento de la población, a la urbanización y al cambio climático se espera que aumente la 
competencia por los recursos de agua, especialmente para la agricultura, debido al aumento en el consumo 
de calorías y a una alimentación más compleja que va a la par con el crecimiento de ingresos en el mundo 
desarrollado. Por tanto, se pronostica que para 2050 la producción agrícola tendrá que aumentar en 70%. 
(World Bank, 2020). 
La agricultura actual implica contaminación de los recursos acuáticos por el uso indiscriminado 
de agroquímicos y fertilizantes, más los altos costos adicionales de su purificación. Además, el cambio 
climático influye en la disponibilidad de agua para la agricultura, por cambios en la estacionalidad y por el 
aumento de frecuencia de sequías e inundaciones. 
El agua, la producción de alimentos y la energía son interdependientes, y por tanto, requieren una 
gestión integral. Se ha pronosticado que mundialmente la demanda en la producción de energía podría 
aumentar en 50% para 2050 y se prevén 56% para América Latina, 63% en Asia occidental, 65% en 
África y 78% en el resto de Asia (IANAS, 2016), debido al aumento de los estándares de vida y al 
crecimiento de la población. La conversión del sistema de energía al uso de formas renovables de energía 
no solamente es urgente para reducir los impactos del cambio climático y disminuir las emisiones de gases 
de efecto invernadero, sino también para reducir el uso de agua para la producción de energía, pues la 
energía termoeléctrica y nuclear requieren cantidades considerablemente mayores que las fuentes eólicas, 
geotérmicas y solares (IANAS, 2016). 
La preservación de la biodiversidad es primordial para asegurar los servicios de los ecosistemas que 
están directamente relacionados con el bienestar humano. La biodiversidad desempeña un papel directo en 
la seguridad alimentaria, la salud, el agua limpia y la producción de energía (Vammen, K., 2018). En 2019 
se realizó una recopilación de la investigación global sobre el estado de la biodiversidad mundial en que 
se observó que hay una reducción generada por las actividades humanas con múltiples indicadores como: 
1) A nivel mundial, el 25% de las especies conocidas se encuentran amenazadas, lo que podría llevar a 
una pérdida de un millón de especies en pocas décadas (IPBES, 2019); 2) Latinoamérica es la región con 
mayor reducción de biodiversidad en el mundo; se ha observado un descenso alarmante de 94% en la fauna 
silvestre de las poblaciones de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces estudiadas entre 1970 y 2016 
(Informe Planeta Vivo de WWF, 2020). Este declive ha sido causado por cinco impulsores principales 
en orden descendente: (a) cambios en el uso de la tierra y los mares, (b) aumento en la explotación de los 
recursos y los organismos; (c) el cambio climático; (d) la contaminación; (e) especies exóticas invasoras 
(IPBES, 2019).
Tomando en cuenta todos estos factores se observa que existe un desequilibrio ambiental que 
involucra reducciones en la cantidad y calidad de recursos tales como el agua, pérdida de volúmenes 
sustanciales de bosque en las últimas décadas, disminución de la biodiversidad y por supuesto, todo 
exacerbado por el cambio climático. “El surgimiento de la pandemia del COVID-19 se vincula 
directamente con el estado desequilibrado que surge de una crisis ambiental-climática global causada por 
la intervención de la especie humana”. (Cornejo, A., Saldívar, I., Torrez, M. y Vammen, K. 2020). 
Es fundamental promover la investigación interdisciplinaria en ciencias naturales, ciencias 
ambientales y sus impactos en el bienestar social en los temas más marcados por la inestabilidad ambiental; 
o sea, investigar cómo nos encontramos actualmente para entender hacia dónde nos dirigimos, qué se puede 
hacer, y ofrecer soluciones racionales y transformaciones innovativas. 
Situación del país 
Nicaragua tiene gran riqueza de recursos ambientales para promover el desarrollo del país; sin 
embargo, no se ha logrado su aprovechamiento sostenible por no haber condiciones para una adecuada 
aplicación de ciencia, tecnología e innovación dirigidas a proteger y desarrollar planes para la gestión 
integral de los recursos; a la par es urgente establecer una estrategia adaptada a sus particularidades a fin de 
enfrentar el cambio climático, ya que es uno de los países más vulnerables al respecto. 
La sostenibilidad ambiental y la ciencia, la tecnología y la innovación
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Recurso hídrico
Nicaragua cuenta con riqueza de recursos acuáticos; según FAO-AQUASTAT, 2017, en el año 2015 
cada habitante contaba con 26 455

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