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03_Celulas_inmunocompetentes

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02 Células Inmunocompetentes 
 C.Alonso y J.Peña 
La acción del sistema inmune es posible gracias a la participación e interrelación de 
diferentes poblaciones celulares, conocidas como células inmunocompetentes. Estas células 
son fundamentalmente los linfocitos T y B, las células NK, células dendríticas, macrófagos y 
polimorfonucleares (tabla 2.1). 
TABLA 2.1 
Tipos de células inmunocompetentes y 
sus funciones principales 
 
Célula Función 
B 
Th 
Tc 
NK 
Macrófagos 
Dendríticas 
Neutrófilos 
Producción de Igs y presentación Ag. 
Producción de linfocinas 
Citotoxicidad 
Citotoxicidad y producción de linfocinas 
Fagocitosis y presentación de Ag 
Presentación de antígenos 
Fagocitosis 
Las células inmunocompetentes se encuentran distribuidas por toda la economía, como 
epitelios y mucosas, pero su concentración es máxima en los ganglios linfáticos y bazo. En 
estos tejidos se dan las condiciones óptimas para su estimulación antigénica gracias a que a 
ellos afluyen con facilidad las sustancias extrañas (antígenos) a través de los vasos linfáticos y 
es posible la interrelación celular, óptima para que se pueda iniciar y desarrollar la respuesta 
inmune. 
En este capítulo estudiaremos las características morfológicas y fenotípicas más 
importantes de estas células inmunocompetentes, así como también el sistema linfático, 
especialmente la estructura funcional de los ganglios linfáticos, bazo y timo. 
LINFOCITOS T Y B 
Los linfocitos son células de tamaño pequeño con un núcleo muy voluminoso y 
provistos de una membrana citoplasmática de especial importancia en la regulación de su 
funcionalidad. Estas células se dividen en linfocitos T y linfocitos B. 
Ambos tipos de linfocitos al igual que todas las células sanguíneas derivan de una 
célula progenitora pluripotencial que en el feto se encuentra en el hígado y después del 
nacimiento en la médula ósea. A esta célula precursora común se le denomina CFU-LH o 
Unidad formadora de colonias linfoides y hematopoyéticas (Figura 2.1). Posteriormente esta 
célula se diferenciará para dar lugar, por un lado, a la célula madre hematopoyética 
pluripotencial (CFU-GMEM) para las series eritrocítica, granulocítico-macrofágica y 
megacariocítica. Por otro lado, dará lugar a una célula progenitora unipotencial (CFU-L), 
específica para la serie linfoide. 
 
 
 
Cada una 
de estas células 
progenitoras 
continuará diferen-
ciándose hacia 
otras células 
inmaduras, 
originándose así 
las CFU-E 
(precursor 
eritrocítico), CFU-
GM (precursor 
mielomonocítico) y 
CFU-Meg 
(precursor 
megacariocítico) a 
partir de la célula 
precursora 
hematopoyética. 
De la célula madre linfoidea derivarán dos células precursoras, CFU-T y CFU-B, que 
tras un proceso de maduración, conocido como linfopoyesis, originarán los linfocitos T y B 
respectivamente. En sangre periférica la proporción de linfocitos T es aproximadamente de un 
70% mientras que la proporción de linfocitos B es de un 15%. En la Figura 2. 2. Se muestra 
una imagen de microscopía electrónica de barrido de un linfocito B (a) y un linfocito T (b) 
donde pueden observarse las diferencias en su superficie. 
Existen otras 
células de estirpe lin-
foide que no 
presentan carac-
terísticas de linfocitos 
T ni B, denominadas 
células NK que 
poseen actividad 
citotóxica y secretora 
de ciertas citocinas. 
Linfopoyesis 
Las células pluripotentes, en las aves, se diferencian y transforman en células también 
inmaduras, que emigran, unas hacia el timo y otras hacia la bolsa de Fabricio, donde se 
transforman y maduran en linfocitos T o timo dependiente y linfocitos B o bolsa dependiente, 
respectivamente (figura 2.3). 
 
 
 
 
 
 
 
Fig.:2.1 
Fig.:2.2 
Fig.:2.3 
 
En los mamíferos, y entre ellos el hombre, estos procesos se realizan en el timo 
(linfocitos T) y en la propia médula ósea (linfocitos B) (Figura 2.4). 
Fig.:2.4 
 
Veamos a continuación los aspectos más importantes de la linfopoyesis en el timo y en 
la bolsa de Fabricio o en los órganos equivalentes a la misma en los mamíferos. 
Linfopoyesis T 
El timo es un órgano situado en la parte superior del mediastino anterior, donde 
maduran los linfocitos T. El timo presenta su máximo desarrollo en el feto y en el niño, mientras 
que a partir de los 10-12 años comienza un proceso atrófico y degenerativo con gran invasión 
grasa, de tal forma que en el adulto sólo quedan residuos del mismo (Figura 2. 5). 
Los precursores de los 
linfocitos T, durante el proceso de 
maduración intratímica, reciben el 
nombre de timocitos. Durante esta fase 
mueren muchos timocitos, 
aproximadamente el 95 por 100 de 
ellos, debido a que se eliminan aquellos 
que reconocen los antígenos propios 
del organismo. El resto de las células 
abandonan el timo, vía sanguínea, 
como linfocitos T maduros. Estos 
linfocitos colonizan los órganos 
linfoideos secundarios, situándose en la 
zona paracortical de los ganglios 
linfáticos y vainas paracorticales 
linfocíticas del bazo. 
 
Se han identificado algunos factores de transcripción que son imprescindibles para la 
diferenciación de los linfocitos a lo largo de la linfopoyesis. Entre estos destacan PU.1 e 
IKAROS que controlan el desarrollo de células T y B mientras que GATA-3 solo afecta el 
compromiso de las células T y E2A, EBF y Pax controlan el compromiso B. 
En el timo se han identificado células precursoras que poseen capacidad de generar 
células T, NK, B y células dendríticas del timo, y a lo largo de su diferenciación los precursores 
mas evolucionados van perdiendo paulatinamente la capacidad de generar células B, NK y 
células dendríticas en este orden. 
Durante el proceso de maduración intratímico, los timocitos adquieren una serie de 
moléculas nuevas en su superficie. Estas moléculas van apareciendo secuencialmente en los 
diferentes estadíos de maduración intratímica así como, en general, en todos los procesos de 
maduración y diferenciación hematopoyéticos. Se les denomina marcadores de diferenciación 
hematopoyética ya que son propios de los diferentes estadíos madurativos y pueden ser 
utilizados para definirlos. Se denominan con las siglas CD (cluster of differentiation o grupo de 
diferenciación) seguido de un número ordinal. La CFU-T, no expresa todavía en su superficie 
ninguno de los marcadores de los linfocitos T. Posteriormente estas células, ya en el timo, 
maduran distinguiéndose varios estados diferenciativos con la presencia de diferentes 
marcadores de superficie. Así en los timocitos inmaduros aparecen los marcadores CD7 y CD2, 
añadiéndose en un estadio posterior de maduración (timocito común), el marcador CD1. 
Ya en el timo va a ocurrir una especialización funcional, distinguiéndose dos 
subpoblaciones de timocitos maduros: Una es aquella que expresa en su superficie el 
marcador CD4 y que será el precursor inmediato de los linfocitos T colaboradores que 
aparecen en sangre periférica. La otra expresa en la superficie el marcador CD8 y dará origen 
a los linfocitos T citotóxicos/supresores circulantes. En ambas subpoblaciones se pierde la 
expresión de la molécula CD1 (Figura 2.6.). 
 
 
Fig.:2.5 
En la Tabla 
2.2 se muestran 
algunos de los 
marcadores de 
diferenciación de las 
células linfoides de 
estirpe T. 
Los timocitos 
más inmaduros no 
expresan CD3, CD4 
ni CD8, por lo que 
son conocidos como 
células triples 
negativas. A medida 
que van madurando, 
en estas células se 
produce la 
reorganización del 
TCR, la expresión 
del complejo CD3 y 
de las moléculas 
CD4 y CD8 
conjuntamente 
(células dobles 
positivas), para 
después perder una 
u otra quedando 
bien como CD4-CD+ 
o como CD+CD8-. 
En el proceso de diferenciación de los timocitos a linfocitos maduros se destruyen gran 
número de células, tal como se ha indicado con anterioridad. Esto se debe a un proceso de 
selección tímica que se realiza en dos fases y está condicionado por el grado de afinidad del 
TCR con las moléculas delMHC de las células epiteliales del timo. En una de las fases tanto 
los timocitos CD4-CD8+ como CD8-CD4+ se seleccionan positivamente, es decir, solo aquellos 
timocitos que poseen capacidad de reconocer las moléculas del MHC presentes en las células 
epiteliales del timo se van a diferenciar y crecer mientras que el resto mueren. Por el contrario, 
en el proceso de selección negativa se destruyen los timocitos que ahora poseen la capacidad 
de reconocer las moléculas del MHC presentes en el timo, con lo que se eliminan los clones 
celulares autorreactivos. No se conoce bien cuando se efectúa uno u otro proceso, aunque 
todo parece indicar que se relaciona con la afinidad del TCR de los timocitos con las moléculas 
del MHC, de tal manera que cuando la afinidad es alta se efectuaría una selección negativa, 
mientras que cuando es baja la selección sería positiva. 
 
 
 
 
 
 
Fig.:2.6 
TABLA 2.2 
Marcadores propios de las células de estirpe linfocitaria T 
 
 
Marcador 
PM 
(daltons) 
 
Función 
CD7 
CD2 
CD5 
CD1 a, b, c 
CD3 
 
 
 
CD4 
CD8 
 
CD44 
CD27 
40.000 
50.000 
67.000 
45.000 
γ 25.000 
δ 20.000 
ε 20.000 
55.000 
α 34.000 
β 34.000 
80.000 
55.000 
Activación células T con γδ TCR 
Receptor para CD58 o LFA-3 y adhesión celular 
Ligando para CD72 
Asociado a β-2-microglobulina 
Asociado al TCR y transmisión señal activación 
 
 
 
Unión al MHC- II en el fenómeno de presentación Ag 
Unión al MHC- I en el fenómeno de presentación Ag 
 
Modulación de la apoptosis de linfocitos T. 
Señal coestimuladora para activación linfocitos T 
Mediante el empleo de ratones transgénicos para el TCR se han estudiado los factores 
responsables de la maduración de timocitos que conduce específicamente a linfocitos Tc 
maduros. Así, cuando el TCR del timocito reconoce moléculas del MHC clase I las células que 
preferentemente se desarrollan son los linfocitos Tc (CD8+), mientras que cuando lo que 
reconoce el TCR son moléculas MHC clase II las células que esencialmente se desarrollan 
son los linfocitos Th (CD4+). 
Linfopoyesis B. 
En las aves, la maduración de los linfocitos B se realiza en la bolsa de Fabricio, órgano 
linfoideo primario asociado a la cloaca y ausente en los mamíferos. En los mamíferos este 
proceso se realiza en la médula ósea. 
El 
proceso de 
diferenciación 
conducente a la 
formación de 
linfocitos B es 
independiente de 
todo estímulo 
antigénico y se 
regula por fac-
tores presentes 
en el 
microambiente 
de los órganos 
linfoideos 
primarios. 
Durante el 
proceso de 
maduración de los linfocitos B, a partir de la célula progenitora (CFU-B), se distinguen varios 
estadios de diferenciación, que incluyen las células pre-pre-B, las células pre-B, células B 
inmaduras y linfocitos B maduros (Figura 2.7). En cada uno de estos estadíos de maduración 
las células expresan distintas moléculas en la superficie, utilizadas como marcadores de dife-
renciación 
En la Tabla 2.3 se detallan los pesos moleculares y función de algunos marcadores de 
diferenciación de las células B, que están siendo utilizados para estudiar y clasificar las 
Fig.:2.7 
enfermedades originadas por alteraciones en el proceso de diferenciación linfocítica B 
(leucemias y linfomas). 
TABLA 2.3 
Marcadores diferenciación de linfocitos B 
CD Pm 
(daltons) 
Función reguladora de 
CD19 
CD20 
CD24 
CD10 
CD21 
CD22 
CD37 
CD40 
95.000 
35.000 
35.000 
100.000 
130.000 
145.000 
45.000 
50.000 
Proliferación cel. B 
Activación cel. B 
Diferenciación cel. B 
Endopeptidasa 
Receptor de C3d/EBV 
Ligando de CD45Ro 
Desconocida 
Activación/diferenciación 
Ya en las células pre-B se detecta la presencia de cadena pesada m 
intracitoplasmática, adquiriéndose en la siguiente fase madurativa la capacidad de sintetizar las 
cadenas ligeras y pesadas de las inmunoglobulinas IgM e IgD, detectables en la superficie 
celular. En consecuencia, la mayoría de los linfocitos B expresan estos dos tipos de 
inmunoglobulinas en su superficie. Posteriormente estos linfocitos, mediante un proceso de 
reordenamiento génico, se especializarán en la producción de una sola clase de las 
inmunoglobulinas IgG, IgA, IgM, IgD e IgE (Figura 2.8). 
Linfocitos B 
Morfológicamente los 
linfocitos B son indistinguibles de 
los linfocitos T. Sin embargo, es 
posible establecer diferencias de 
tipo molecular que justifican su 
distinta función (Tabla 2.4). La 
característica más importante de 
los linfocitos B, por contribuir a su 
actividad funcional, es el hecho 
de que poseen inmunoglobulinas 
unidas a su membrana 
citoplasmática. Estas 
inmunoglobulinas son los 
receptores específicos para los 
antígenos, de tal forma que 
cuando se realiza la unión del antígeno a la inmunoglobulina de superficie, se va a producir la 
activación del linfocito B y su posterior transformación en célula plasmática. Éstas, son células 
más grandes que los linfocitos, muy ricas en retículo endoplásmico, y especializadas en la 
síntesis y secreción de grandes cantidades de inmunoglobulinas (Figura 2.9.). 
 
 
 
 
 
Fig.:2.8 
 También 
los linfocitos 
B poseen recep-
tores para 
mitógenos y para 
el virus Epstein-
Barr (EBV). 
Precisamente el 
tratamiento de 
linfocitos con 
EBV es el proce-
dimiento de 
elección para la 
preparación de 
líneas celulares de tipo B (inmortalización de una población celular) de gran utilidad en la 
actualidad para el estudio de estas células. El receptor que utiliza el EBV en la superficie del 
linfocito B es el mismo receptor que la fracción C3d del sistema del complemento o CD21. 
TABLA 2.4 
Algunas características diferenciales de las 
células de estirpe linfocítica 
 
Marcador B T NK 
CD2 (Receptor de LFA-3) 
CD3 (Asociado a TCR) 
CD19 
CD16 (Recept. de FcγIIIα) 
CD56 (N-CAM) 
CD11b (Recep. C3bi) 
CD11a (LFA-1) 
Ig de superficie 
HLA-clase I 
HLA-clase II 
- 
- 
+++ 
- 
- 
- 
-- 
++++ 
+++ 
+++ 
+++ 
+++ 
- 
- 
- 
- 
+++ 
- 
+++ 
- 
+++ 
- 
- 
+++ 
+++ 
++ 
+++ 
- 
+++ 
- 
Linfocitos T 
Los linfocitos T son una población celular muy heterogénea formada por, al menos, tres 
tipos diferentes de células. Entre los marcadores de diferenciación que definen los linfocitos 
cabe destacar el marcador CD2 que actúa de receptor para la molécula LFA-3, fundamentales 
para la unión entre el linfocito y la célula diana. En la Figura 2.2b se muestra una imagen de un 
linfocito T al microscopio electrónico de barrido. 
Los linfocitos T poseen receptores específicos para los antígenos. Estas moléculas 
conocidas como receptores T o TCR, han sido identificadas, utilizando tecnología de DNA 
recombinante, resultando ser altamente polimórficas y de gran importancia funcional. 
Estructuralmente constan de dos cadenas glicoproteicas ancladas en la membrana celular y 
unidas por puentes disulfuro y que estudiaremos en el capítulo 7. El receptor T se encuentra 
asociado estrechamente en la superficie celular al complejo molecular CD3. 
Tipos de linfocitos T 
No todos los linfocitos T son idénticos entre sí. Analizando las características funcionales 
de los linfocitos T, se observan al menos tres comportamientos muy distintos entre sí que 
deben basarse en diferencias moleculares y estructurales de estas células. Los tres tipos de 
linfocitos T funcionalmente distintos son: 
• Células T de colaboración (T helper cells). 
• Células T citotóxicas (T cytotoxic cells). 
Fig.:2.9 
• Células T supresoras/reguladoras (T suppressor cells) 
Células T de colaboración (Th) 
Esta subclase de linfocitos T participa de forma importante en la iniciación y desarrollo 
de la respuesta inmune, tanto humoral como celular, debido a su capacidad de producción de 
linfocinas, entre las que destacan la interleucina-2 (IL-2), la interleucina-4 (IL-4) e interferón 
gamma. Fenotípicamente, la característica esencial de esta subpoblación linfocitaria viene 
definida por la presencia de la molécula CD4 en la superficie celular. Esta molécula es de gran 
importanciafuncional y también se utiliza para la cuantificación de esta subpoblación. Se 
distinguen dos poblaciones diferentes de estas células, Th1 y Th2. La Th1 produce IL-2 e 
interferón gamma mientras que la Th2 produce IL-4, 5y 6. 
Células T citotóxicas (Tc). 
Una vez activada esta subclase de linfocitos T, adquiere capacidad citotóxica, siendo, 
por tanto, los principales responsables de los fenómenos de citotoxicidad de la respuesta 
inmune celular. Estas células se caracterizan por expresar el marcador CD8 y, al igual que lo 
hacen los linfocitos Th, el complejo TCR-CD3 y otras moléculas importantes funcionalmente 
tales como CD2 y LFA-1. 
Células T supresoras (Ts) y/o reguladoras. 
Estos tipos de células poseen acción reguladora de la respuesta inmune. La 
regulación de la actividad del sistema inmune es de gran importancia en todo el 
comportamiento del mismo y, sobre todo, en el desarrollo de tolerancia frente a los 
componentes propios del organismo. Estas células expresan en su membrana moléculas CD8 
al igual que lo hacen los linfocitos T citotóxicos y su mecanismo de acción no solo no es muy 
bien conocido en la actualidad sino que también la propia presencia de estas células se está 
cuestionando. 
Células Asesinas Naturales (NK) 
En la década 
de los años 70 
Herberman observó 
que los linfocitos 
obtenidos de individuos 
sanos eran capaces de 
destruir células 
tumorales sin que 
existiera sensibilización 
previa. La citotoxicidad 
mediada por estas 
células se denominó 
citotoxicidad natural, y 
a las células encar-
gadas de desarrollar 
esta actividad se las 
denominó Natural Killer (NK) o células asesinas naturales. Estas células representan 
aproximadamente el 10% de las células mononucleares de sangre periférica y fenotípicamente 
no poseen marcadores ni de los linfocitos T ni de los linfocitos B y corresponden con un tercer 
tipo de células linfoides conocido anteriormente como linfocitos nulos o tercera población. 
Desde el punto de vista morfológico la mayoría de las células con actividad NK corresponden 
con los linfocitos granulares grandes (LGL) por su gran tamaño y la presencia de abundantes 
gránulos citoplasmáticos (Figura 2. 10.). Aunque hoy se sabe que los linfocitos pequeños 
también pueden desarrollar esta acción citotóxica. 
Fig.:2.10 
Las células NK se definen como linfocitos que no reorganizan los genes de las 
inmunoglobulinas ni tampoco los del TCR y que, por tanto, no expresan sus productos así 
como tampoco el complejo CD3 completo. Por el contrario, expresan en su superficie las 
moléculas CD16 y CD56 y para su acción citolítica no requieren la expresión de moléculas del 
MHC en la célula diana. Estas células son responsables de la citotoxicidad celulomediada 
dependiente de anticuerpos (ADCC), es decir, destruyen células con antígenos extraños en su 
superficie frente a los que se han producido anticuerpos. 
Las células NK contribuyen a la defensa frente a células infectadas por virus, bacterias, 
hongos y parásitos. Pero la principal actividad de la célula NK es su capacidad de actuar frente 
al crecimiento de células tumorales impidiendo su expansión y la formación de metástasis. El 
síndrome de Shediack-Higashi es una deficiencia selectiva de actividad NK y cursa con una 
alta incidencia de tumores. 
Las células NK derivan de células hematopoyéticas stem cell presentes en el hígado 
fetal o en médula ósea del adulto. Su proceso de maduración se efectúa fuera del timo en 
órganos linfoides periféricos, desconociéndose los procesos requeridos para que esta 
diferenciación se produzca, y el órgano donde se desarrolla. Esto explica que no se afecten 
sustancialmente los niveles de células NK en animales atímicos y en inmunodeficiencia severa 
combinada observada tanto en animales como el hombre. También las células NK podrían 
derivar directamente, de las células doble negativas que sabemos son también CD16 positivas 
que se encuentran en el timo y que son precursoras de las células T. 
Células mielomonocíticas 
Las células inmunocompetentes de estirpe mielomonocítica son los macrófagos y los 
granulocitos. Ambos tipos de células proceden de un precursor común, la CFU-GM o Unidad 
formadora de colonias granulocítico-macrofágicas, de la médula ósea. Esta célula progenitora, 
mediante un proceso de diferenciación, dará lugar a dos series de células sanguíneas: a) la 
serie mieloide, cuyo último eslabón madurativo son los granulocitos, y b) la serie monocítica, 
cuyo elemento diferenciativo final lo constituyen los macrófagos. El proceso de diferenciación y 
maduración de las células monocíticas en médula ósea se denomina monopoyesis y al proceso 
de formación y maduración de las células mieloides se le conoce como mielopoyesis, 
Monopoyesis 
Durante el 
proceso de maduración 
de los macrófagos, a 
partir de la célula 
progenitora (CFU-GM) 
de médula ósea, se 
distinguen varios esta-
díos diferenciativos, 
que incluyen los mono-
blastos, promonocitos, 
monocitos y ma-
crófagos. En cada uno 
de estos estadíos de 
maduración las células 
expresan distintas 
moléculas en su 
superficie, cuya 
función, en la mayoría 
de los casos, es aún 
desconocida (Figura 
2.11). Las mejor caracterizadas son las moléculas CD16 y CD11b que, como ya hemos 
indicado, actúan como receptores para el extremo Fc de la IgG y para la fracción C3bi del 
complemento respectivamente. 
Fig.:2.11 
TABLA 2.5 
Marcadores de de células mielopoyéticas
 
CD Pm* Función 
CD33 
CD34 
CD35 
CD14 
CD15 
CD16 
CD11a 
CD11b 
CD13 
67 
120 
190 
55 
- 
50 
180 
160 
150 
Desconocida 
Desconocida 
Receptor C3b 
Receptor LPS/LBP 
Adhesión neutrófilos 
Receptor FcgIII 
Adhesión celular 
Receptor C3bi 
*103 dalton 
En la Tabla 2.5 se detallan algunas características de estos marcadores, muchos de los 
cuales están siendo utilizados para clasificar las leucemias de estirpe monocítica. 
Mielopoyesis 
 
El proceso de 
diferenciación de los granulocitos 
en médula ósea incluye varios 
estadíos madurativos: 
mieloblasto, promielocito, 
mielocito, metamielocito y 
granulocito. En cada uno de 
estos eslabones diferenciativos 
las células mieloides expresan 
distintas moléculas de superficie. 
Los marcadores de 
diferenciación son compartidos, 
en su mayoría, con células de la 
serie monocítica ya que, como 
hemos indicado anteriormente, 
ambas estirpes celulares tienen 
un origen común. 
En la Tabla 2.6 se resumen algunas de las características diferenciales de los 
macrófagos y granulocitos. Se observa que los granulocitos carecen de la propiedad de 
sintetizar interleucina 1 y además no poseen la molécula CD14 ni los antígenos de 
histocompatibilidad clase II. 
Macrófagos 
La denominación de macrófagos engloba, en realidad, a una serie de células con 
características ligeramente distintas y con funciones similares, distribuidas en varios lugares del 
organismo. Así, los macrófagos van a recibir diferentes denominaciones según los diferentes 
tejidos donde se encuentren (Tabla 2.7). A este conjunto de células hísticas, se le da la 
denominación genérica de sistema retículo endotelial o sistema mononuclear fagocítico. 
TABLA 2.6 
Algunas características diferenciales 
de las células de estirpe mielomonocítica 
 
 Características Macrófago Granulocito 
 Fagocitosis 
 Producción de Il-1 
 Recep. FcgII(CD16) 
 Recep. C3bi (CD11b) 
 Receptor Il-2 
 CD14 
 CD17 
 HLA- clase I 
 HLA- clase II 
+++ 
+++ 
+ 
+++ 
+++ 
+++ 
+ 
+++ 
+++ 
+++ 
- 
+++ 
+ 
- 
- 
+++ 
+++ 
- 
Los macrófagos son células 
grandes con un solo núcleo, un aparato 
de Golgi muy desarrollado, gran 
cantidad de lisosomas y muy ricos en 
enzimas de diferentes tipos, entre los 
que destacan proteasas, peroxidasas y 
lipasas. Estas células poseen, además 
de la capacidad fagocítica ya indicada, 
capacidad de adherencia a los tejidos, 
al vidrio y al plástico, así como una gran 
movilidad en estas superficies 
(quimiotaxis). Los macrófagos tienen 
una vida mediade varios meses. 
Poseen también gran actividad metabólica, sobre todo en lo que se refiere a síntesis de 
proteínas, incluso cuando se encuentran en reposo. En la Figura 2.12 se muestra una imagen 
al microscopio electrónico de barrido correspondiente a un macrófago. 
Los macrófagos poseen en 
su membrana una serie de 
receptores de gran importancia 
funcional, como son los receptores 
para la fracción Fc de la IgG, 
receptores para las fracciones C3bi 
y C3b del complemento que se 
conocen como CD-11b y CD-35 y 
los receptores para interleucinas e 
interferones, todos ellos, de gran 
interés en la iniciación de la 
respuesta inmune. 
Granulocitos 
 El otro grupo de células, los 
granulocitos neutrófilos, se caracterizan 
por poseer una vida muy corta (vida 
media de menos de 48 horas) por lo que 
se encuentran en continua renovación, 
para mantener los niveles sanguíneos. 
Son células de gran tamaño cuya 
característica más llamativa es la 
segmentación del núcleo en varios 
lóbulos. Se les denomina también 
polimorfonucleares neutrófilos. En la 
sangre estas células se encuentran en 
período de tránsito hacia los tejidos, donde esencialmente ejercen sus funciones, al igual que 
ocurre con los otros tipos de polimorfonucleares: eosinófilos y basófilos (Figura 2. 13.). 
Otras células 
 Además de las células tratadas hasta el momento, hay otras células que pueden 
intervenir como células inmunocompetentes. Estas son los eosinófilos, basófilos, células 
cebadas, células dendríticas y células de Langerham. 
TABLA 2.7 
Denominación macrófagos según su localización
 
Localización Denominación 
Sangre 
Tejido conectivo 
Hígado 
Pulmón 
Hueso 
Sistema nervioso 
Cavidad peritoneal 
Monocitos 
Histiocitos 
Células de kupffer 
Macrófagos 
Osteoclastos 
Células microglía 
Macrófagos peritoneales 
Fig.:2.12 
Fig.:2.13 
 
 
 
Las células dendríticas, son de 
gran importancia en la presentación 
antigénica a los linfocitos y se encuentran 
en los ganglios linfáticos y en el bazo. 
Fenotípicamente estas células se 
caracterizan por poseer en su membrana 
una gran densidad de moléculas de 
histocompatibilidad de clase II. En la Figura 
2.14.se muestra una imagen de 
microscopia electrónica de barrido 
correspondiente a una célula dendrítica. 
Las células de Langerham de la 
epidermis, cuya característica morfológica 
más llamativa es la presencia de gránulos 
en raqueta de tenis denominados gránulos 
de Birbeck, también son ricas en antígenos 
MHC-clase II. Su misión es captar y transportar los antígenos extraños hasta los ganglios 
linfáticos de la proximidad, a través de los vasos linfáticos. Durante su paso por los vasos 
linfáticos estas células se adaptan y cambian de morfología denominándoselas células a vela. 
Una vez en el ganglio linfático las células a vela se introducen en la paracorteza que es el área 
de las células T, se interdigitan y presentan el antígeno a los linfocitos T. Ahora estas células 
presentadoras reciben la denominación de células interdigitadas reticulares por su particular 
disposición en los ganglios. 
ANTIGENOS DE DIFERENCIACION 
En la membrana plasmática de los linfocitos se han podido identificar múltiples 
moléculas, gracias al empleo de la tecnología de los anticuerpos monoclonales (AcMo). A 
estos antígenos y se les denominan antígenos de diferenciación. La celebración periódica de 
talleres (workshops) internacionales, donde los investigadores remiten sus AcMo para la 
realización de estudios multicéntricos, ha propiciado la progresiva sistematización de la 
abundante información obtenida. Estos se adscriben, según su especificidad, a grupos de 
diferenciación conocidos como CD ó clusters of differentiation, cada uno de los cuales incluye 
a todos aquellos AcMo que reconocen una misma molécula o, en casos excepcionales, un 
complejo molecular (ej. CD3). Los antígenos de diferenciación leucocitaria son estructuras cuya 
distribución no está necesariamente restringida a estos tipos celulares; no obstante, algunos 
pueden llegar a constituir, por su patrón selectivo de expresión, marcadores de diferentes 
propiedades de la célula, tales como: la estirpe de diferenciación a la que pertenece, su estadio 
madurativo, el estado de activación metabólica o, incluso, su especialización funcional. 
La secuencia habitual seguida en la caracterización de un antígeno de diferenciación 
se inicia con el análisis de su distribución celular y tisular, habitualmente realizado por técnicas 
de inmunofluorescencia, combinadas con la citrometría de flujo, y métodos 
inmunohistoquímicos. El aislamiento para su análisis electroforético se realiza por medio de 
técnicas de inmunoprecipitación, a partir de lisado de células radiomarcadas, que permiten 
valorar algunas de las principales características bioquímicas tales como su masa relativa (Mr), 
punto isoeléctrico (pI), la presencia de uniones covalentes intercatenarias, y determinadas 
modificaciones postraduccionales (ej. glicosilación, fosforilación), así como explorar el proceso 
de biosíntesis. 
DISTRIBUCION DE LAS CÉLULAS INMUNOCOMPETENTES. 
 Las células que componen el sistema linfoide se agrupan formando órganos 
discretamente encapsulados o bien acúmulos difusos de tejido linfoide (Figura 2.15). Los 
órganos linfoides contienen linfocitos en estado variable evolutivo y se clasifican en primarios 
(órganos centrales) y en secundarios (órganos periféricos). 
 
Fig.:2.14 
Fig.:2.15 
 
Los órganos linfoides primarios constituyen el principal origen de la linfopoyesis, es 
decir, donde los linfocitos se diferencian a partir de células madre linfoides y proliferan y 
maduran hacia células con capacidad efectora. En mamíferos, incluyendo al hombre, los 
linfocitos T son producidos en el timo, mientras que los linfocitos B se producen en el hígado 
fetal y en la médula ósea fetal y adulta. En los órganos linfoides primarios, los linfocitos 
adquieren sus receptores antigénicos específicos, y también aprenden a discriminar entre 
autoantígenos, que serán tolerados y antígenos extraños que serán atacados. 
Los órganos linfoides secundarios que incluyen bazo, ganglios linfáticos y MALT 
(mucosal associated lymphoid tissue) (amígdalas, placas de Peyer del intestino y cúmulos 
linfoides del tracto urogenital), proporcionan el medio en el que las células implicadas 
(macrófagos, células presentadoras de antígeno, linfocitos T y B) pueden interaccionar entre sí 
y con el antígeno. 
Órganos linfoides primarios 
Timo 
Es un órgano linfoepitelial de forma bilobulada situado en posición retroesternal sobre 
la cara anterior del pericardio. Deriva de un esbozo epitelial formado a partir de la tercera y 
cuarta bolsas faringeas, de aparición muy temprana en el embrión. En el hombre su estructura 
aparece completamente desarrollada en el tercer mes de gestación. El parénquima tímico está 
constituido por una malla de células epiteliales rellena de células linfoides (denominadas 
timocitos) y se organiza formando lobulillos tabicados por trabéculas conjuntivas. Dentro de 
cada lobulillo se puede distinguir una zona externa o corteza, que contiene la gran mayoría de 
los timocitos, y una zona interna o medular que es pobre en timocitos (Figura 2.16.). 
 
 
 
 
 
El estroma del timo 
está constituido 
fundamentalmente por la malla 
de células epiteliales que 
adoptan diferentes formas. En 
la médula se hallan también 
células dendríticas 
interdigitadas, derivadas de la 
médula ósea, que son células 
presentadoras de antígeno. En 
la unión corticomedular se 
hallan también macrófagos. En 
la médula existen, además, 
unas estructuras denominadas 
corpúsculos de Hassal forma-
dos por células epiteliales y 
macrófagos dispuestos de 
forma concéntrica. Las células 
epiteliales del timo, tanto de la 
corteza como de la médula, expresan una gran riqueza en moléculas del MHC clase II, 
imprescindibles para el reconocimiento de autoantígenos por los linfocitos T. 
Bursade Fabricio y su equivalente en mamíferos 
En las aves, los linfocitos B se diferencian en la bolsa de Fabricio, órgano constituido 
por un segmento intestinal con pliegues dirigidos hacia una luz central. Estos pliegues se 
componen de tejido linfoide formando corteza y médula. En los mamíferos, islotes de tejido 
linfoide en el hígado fetal y en la médula ósea fetal y adulta se ocupan de la producción de 
linfocitos B. 
 
Órganos linfoides secundarios 
Bazo 
Se trata de un órgano situado en el hipocondrio izquierdo, detrás del estómago y cerca 
del diafragma. Su superficie externa se compone de una cápsula fibrosa con algunas fibras 
musculares lisas y penetra profundamente en el parénquima del órgano. Básicamente, en el 
bazo se distingue la pulpa roja que es un reservorio vascular para hematíes y la pulpa blanca 
que contiene el tejido linfoide, el cual se dispone alrededor de una arteriola central, 
presentando áreas T y B. Las células T se disponen más próximas y alrededor de la arteriola 
central, mientras las células B se disponen exteriores a la misma. También son frecuentes las 
células reticulares dendríticas y macrófagos en el centro germinal, así como macrófagos 
especializados en la zona marginal (área que rodea a los folículos linfoides) que junto a las 
células foliculares dendríticas de los folículos primarios (folículos no estimulados sin centro 
claro germinal) se ocupan de la presentación del antígeno al linfocito B (Figura 2.17.) 
 
 
 
 
 
 
Fig.:2.16 
Fig.:2.17 
 
Ganglios linfáticos 
Conforman junto a los vasos linfáticos una compleja red corporal cuya función es filtrar 
los antígenos procedentes del espacio extracelular y la linfa durante su circulación desde la 
periferia hasta el ducto torácico. 
Los ganglios linfáticos, en el humano, son redondeados u ovoides y presentan un hilio 
donde los vasos sanguíneos entran y salen respectivamente. Básicamente, se distingue un 
área B denominada córtex, un área T denominada paracórtex y un área medular central (Figura 
2.18.). 
Fig.:2.18 
 
 
El paracórtex, contiene linfocitos T y abundantes células presentadoras de antígeno 
(células interdigitantes o histiocitos de la zona T) quienes presentan abundantes antígenos 
MHC clase II en superficie. La zona medular presenta algunos cordones linfoides separados 
por espacios vasculares (senos medulares) que contienen la mayor parte de las células 
plasmáticas y los macrófagos sinusales de los ganglios linfáticos. 
 
El córtex contiene agregados 
de linfocitos B dispuestos formando 
folículos primarios y secundarios. Los 
folículos primarios son primordiales sin 
centro claro germinal (anteriores al 
estímulo antigénico) y los folículos 
secundarios poseen claros centros 
germinales (tras el estímulo antigénico). 
Estos últimos contienen además células 
presentadoras de antígeno y algunos 
macrófagos, linfocitos T, y células NK, 
quienes junto a los macrófagos 
sinusales parecen jugar un papel en el 
desarrollo de la respuesta de las 
células B, como su adquisición de 
memoria; esta parece ser la función 
primordial de los centros germinales 
(Figura 2.19.). 
Tejido linfoide asociado a mucosas (MALT) 
 
Acúmulos dispersos de tejido 
linfoide no encapsulado se observan 
frecuentemente en diversos órganos, 
particularmente en áreas submucosas 
gastrointestinales, respiratorias y 
urogenitales. Los elementos linfoides se 
encuentran formando agregados difusos 
u organizados formando folículos con 
centro claro germinal (Figura 2.20). 
En el tracto intestinal, se 
observan elementos linfoides difusos en 
la submucosa del órgano, y formando 
folículos linfoides con centro germinal en 
las denominadas placas de Peyer. El 
epitelio que reviste las placas de Peyer 
transporta el antígeno y en sentido 
inverso, la IgA secretora producida por 
las células plasmáticas muy abundantes en el epitelio (Figura 2.21.). 
 
 
 
 
Fig.:2.19 
Fig.:2.20 
Fig.:2.21 
En el hombre, además se encuentra abundante tejido linfoide con centros germinales 
en las amígdalas faríngeas y también en paredes bronquiales y a lo largo del tracto urogenital. 
CIRCULACIÓN LINFOCITARIA 
 Una vez que los linfocitos B y T abandonan los órganos primarios, pasan al torrente 
circulatorio, a través del cual circulan por el organismo. A los tejidos llegan a través del torrente 
sanguíneo, siendo recogidas por los vasos periféricos del sistema linfático que las conduce a 
los distintos ganglios linfoideos, de donde pueden de nuevo volver a la sangre y a los diferentes 
tejidos o almacenarse en el bazo (Figura 2.22). 
Fig.:2.22 
 
 En la Tabla 2.8 se recoge la proporción de leucocitos en sangre. 
 
 
 
De esta forma el contacto de los 
linfocitos con los antígenos se puede 
establecer en el organismo a nivel de los 
diferentes tejidos, sistema linfático, bazo y 
sangre, aunque es fundamentalmente a nivel 
de los ganglios y el bazo donde se puede 
desarrollar una respuesta inmune, ejerciendo 
una acción, bien local en ganglios y bazo, o 
bien general, dado que los elementos 
efectores (las inmunoglobulinas y linfocitos 
activados) pueden ser distribuidos por toda la 
economía a través del sistema circulatorio y 
linfático. En la Figura 2.23. se representa un esquema de las circulaciones sanguínea y linfática 
con la distribución porcentual de los linfocitos en sangre, bazo y órganos linfáticos. 
Fig.:2.23 
 
 
 
 
 
BIBLIOGRAFIA 
1. Lewis, C.E. and McGee, J.O.D. (1992). The Macrophage. IRL Press. 
2. Lewis, C.E. and McGee, J.O.D. (1992). The Natural Killer Cell. IRL Press. 
3. Nasal, G.J. (1997). Annual Review of Immunology, 1. P.F. Ed. Metzger 
 
TABLA 2.8 
Leucocitos en sangre 
 
Tipo % 
Neutrófilos 
Eosinófilos 
Basófilos 
Linfocitos 
Monocitos 
40-75 
5 
0.5 
20-50 
1-5

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