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TFG-E-1024

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Facultad de Ciencias Económicas y 
Empresariales 
Trabajo de Fin de Grado 
Grado en Economía 
 
 
Transformaciones económicas en 
el siglo XXI en África 
subsahariana 
 
Presentado por: 
Paula Hernando Sancho 
 
Tutelado por: 
Ramiro García Fernández 
 
Valladolid, 20 de julio de 2020 
 
 2 
 
 3 
 
 
ÍNDICE DE CONTENIDO 
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................ 6 
2. ÁFRICA AL SUR DEL SAHARA: SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y BREVE HISTORIA .................................. 7 
3. EVOLUCIÓN DEL DESARROLLO EN EL AFRICA SUBSAHARIANA. ................................................... 11 
3.1. PIB per cápita. ......................................................................................................................... 11 
3.2. La dinámica del PIB y la población. .......................................................................................... 15 
4. EXPLICACIÓN DEL DESARROLLO Y CRECIMIENTO. ....................................................................... 18 
4.1. Inversión o Formación bruta de capital fijo (FBCF). ................................................................. 20 
4.1.1. La Inversión Extranjera Directa. ........................................................................................ 21 
4.2. Empleo. .................................................................................................................................. 24 
4.3. Nivel educativo. ...................................................................................................................... 25 
4.4. Investigación y desarrollo (I+D)............................................................................................... 29 
4.5. El cambio estructural en el África subsahariana. ..................................................................... 30 
4.6. Relaciones comerciales. .......................................................................................................... 34 
4.6.1. Saldo comercial ................................................................................................................ 36 
4.6.2. Composición de las importaciones y las exportaciones. ..................................................... 37 
4.6.3. Saldo de la balanza por cuenta corriente. ........................................................................ 38 
4.6. Buen gobierno/ corrupción. ................................................................................................... 38 
4.7. Sostenibilidad ambiental del desarrollo y cambio climático. .................................................. 40 
4.7.1. La huella ecológica. .......................................................................................................... 40 
4.7.2. Las emisiones de gases del efecto invernadero. ................................................................. 42 
5. CONCLUSIONES. ......................................................................................................................... 42 
6. BIBLIOGRAFÍA. ............................................................................................................................ 45 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 4 
ÍNDICE DE GRÁFICOS Y TABLAS 
GRÁFICOS 
Gráfico 3.1: Evolución del PIB per cápita (US$ a precios constantes de 2010) de África subsahariana, 
China y el Mundo………………………….………………….………………….………………….………………….…………………………13 
Gráfico 3.2: Tasas de variación del PIB anual de África subsahariana, China y el Mundo para el período 
del 2000 al 2018…………….………………….………………………….………………….…………………………….…………………….15 
Gráfico 3.3: Evolución de la población. Tasas de variación anual en %..………….………………….………………...16 
Grafico 4.1: Formación bruta de capital fijo (% del PIB) en África al sur del Sahara, China y el 
Mundo………….………………………….………………….………………….………………………….………………….…………………....20 
Gráfico 4.2: Formación bruta de capital fijo (% del PIB) del grupo de países de los años 2012, 2015 y 
2018….………….………………….………………………….………………….………………………….………………….…………………….21 
Gráfico 4.3: Inversión extranjera directa, entrada neta de capital (% del PIB)… ……….……………………………22 
Gráfico 4.4: Tasa de variación de la población activa para el período del 2000 al 2019……….……..…………24 
Gráfico 4.5: Evolución tasa de alfabetización sobre el total de adultos de África subsahariana……………..26 
Gráfico 4.6: Inscripción escolar, nivel terciario (% bruto)……..……….………………………….………………….………..27 
Gráfico 4.7: Tasa de variación de las exportaciones e importaciones de bienes y servicios y del PIB, en % 
anual en África subsahariana………………………………………………………………………………………………………………..34 
Gráfico 4.8: Grado de apertura de la economía subsahariana y de China (en % sobre el PIB)…………………35 
Gráfico 4.9: Saldo de la Balanza comercial de bienes y servicios (% del PIB)…… ……….……………………………36 
Gráfico 4.10: Distribución de las exportaciones sobre mercaderías por grupos para el conjunto de África 
subsahariana, en %.......……….………………………….………………….………………….………………………….………………...37 
Gráfico 4.11: Distribución de las importaciones mercaderías por grupos para el conjunto de África 
subsahariana, en %...……….………………………….………………….………………….………………………….……………………..38 
 
TABLAS 
Tabla 3.1: Crecimiento del PIB per cápita (% anual) y tasa de variación total del período de 2000 a 
2018………………………..…………….……………………………….……………………………….……………………………….………..…13 
Tabla 3.2: Índice de Gini (valores más actuales) para los países de nuestra muestra y China…..…………….13 
Tabla 3.3: Índice de Desarrollo Humano de África subsahariana, China y el mundo….……………………………14 
Tabla 3.4: Tasas variación media anual del PIB per cápita, PIB y la población para el período de 2000 a 
2018…….………………………………………………………………………………………………………………………………………………..18 
Tabla 4.1: Gasto en investigación y desarrollo (% del PIB)…… ……………………………………………………………….29 
Tabla 4.2: Distribución sectorial del empleo (% sobre el total de empleos) y valor agregado (% del PIB) 
para cada sector……………………………………………………………………………………………………………………………….…..31 
 
 
 5 
RESUMEN: 
Desde la entrada del milenio, se han vivido grandes transformaciones 
económicas y sociales en todo el mundo. Destaca por ello la región de Asia 
Oriental y en particular el fenómeno de rápido crecimiento y desarrollo de 
China. No obstante, existen otras áreas en el mundo que también podrían 
haber experimentado importantes cambios, como es el caso de África 
subsahariana a quien los medios no prestan especial atención en la actualidad, 
pero ¿se están viviendo realmente cambios significativos en el continente 
africano? 
Este trabajo compara la evolución y la situación actual de las variables 
utilizadas habitualmente para explicar los procesos de crecimiento y desarrollo 
de las economías subsaharianas con el resto del mundo y especialmente con 
China. De este modo, quedan al descubierto los principales retos a los que 
debe hacer frente la región africana y qué nivel de crecimiento y desarrollo 
alcanza con respecto al mundo. 
 
Palabras clave: África subsahariana; China; crecimiento; desarrollo. 
Códigos JEL: 01; 05 
ABSTRACT: 
Since the start of the millennium, large economic and social transformations 
have happened around the world. These phenomena are especially prominent 
in the region of Eastern Asia and with particular salience in the rapid growth and 
development in China. However, while other regions of the world could have 
also experienced important changes, like for example Sub-Saharan Africa, 
these are nowadays overlooked by the media. Yet are significant changes really 
happening in the African continent? 
This piece of work compares the evolution and the current state of the variables 
generally used to explain the processes of growth and development of the Sub-
Saharan economies with the rest of the world, particularly with China. This 
exposes the main challenges which this African region has to faceand its 
growth and development level in comparison to the rest of the world. 
 
Key Words: Sub-Saharan Africa; China; growth; development. 
JEL Codes: 01; 05 
 
 6 
1. INTRODUCCIÓN 
A lo largo de los años transcurridos del siglo XIX se han producido importantes 
trasformaciones económicas y sociales en las diferentes áreas y países de todo 
el mundo. Por el alcance que han tenido y por el gran volumen de población 
afectada, han sido objeto de especial atención los cambios que se han 
producido en Asía y en particular en China. La atención que se ha prestado al 
continente africano ha sido mucho menor, sin embargo, cuando se observa la 
evolución de las principales variables e indicadores económicos y sociales 
relativos a los países que integran este continente se comprueba que también 
en África se están produciendo transformaciones importantes. 
África es un continente muy extenso, con una gran diversidad climática, étnica 
y por supuesto económica, y en consecuencia sería muy complicado intentar 
estudiar esas transformaciones considerándolo como una unidad, por ello 
parece más acertado acercarse al mismo tomando como referencia áreas que, 
si bien siguen presentado una gran diversidad, se pueden considerar más 
homogéneas. En concreto este trabajo se centra en el África subsahariana, 
tomando como referencia la agregación de países que utiliza la base de datos 
del Banco Mundial. 
En este contexto este trabajo de fin de grado tiene dos objetivos principales. El 
primero es comprobar en qué medida el África subsahariana ha participado del 
crecimiento y desarrollo que han tenido lugar a escala mundial durante los 
años trascurridos del siglo XXI. El segundo estudiar la forma en que las 
variables que habitualmente se suelen utilizar para explicar los procesos de 
crecimiento y desarrollo permiten entender los avances observados y las 
diferencias respecto a otras regiones del mundo. 
Dado que una de las economías que ha obtenido uno de los mejores 
resultados en términos de crecimiento y desarrollo ha sido la china, con la 
finalidad de comprender mejor el papel que desempeñan las variables 
implicadas en este tipo de procesos, se compara en todos los casos en los que 
esto es posible la evolución de las mismas en los dos espacios, además de con 
el total mundial. 
 7 
Teniendo en cuenta la diversidad de los países que forman el África 
subsahariana, para obtener una idea algo más precisa de esa diversidad se 
analizan en paralelo las economías de Costa de Marfil, Etiopía, República 
Democrática del Congo (RD del Congo), Ruanda y Sudáfrica. 
En relación con lo expuesto, el trabajo se estructura en tres partes principales. 
En la primera, con la finalidad de contextualizar geográfica y temporalmente el 
área de referencias del estudio, se hace una presentación geográfica e 
histórica del África subsahariana. En la segunda se analiza la evolución del PIB 
por habitante, como indicador básico del nivel desarrollo alcanzado, seguido 
del crecimiento del PIB y de la población cuyas variaciones relativas permiten 
entender la trayectoria seguida por la renta por habitante. Para tener una visión 
más completa del alcance del desarrollo se estudian el Índice de Desarrollo 
Humano (IDH) y el índice de Gini. En tercer lugar, se estudian las variables que 
influyen en el crecimiento y desarrollo. 
Dados los objetivos del trabajo, la metodología utilizada se basa 
fundamentalmente en la localización de las fuentes estadísticas, la selección 
de las variables e indicadores adecuados y el análisis e interpretación de los 
resultados. 
Para todo ello, como fuente de la información estadística se he acudido a las 
bases de datos del Banco Mundial, la OMC, y la ONU y a diversos informes 
publicados por estas instituciones junto con otras fuentes bibliográficas. 
2. ÁFRICA AL SUR DEL SAHARA: SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y 
BREVE HISTORIA 
África es el tercer continente más extenso después de Asia y América, situado 
entre el Océano Atlántico y el Índico y el mar Mediterráneo al norte. Tiene una 
superficie total de 30,37 millones de km² y una población de 1.216 miles de 
millones de habitantes, lo que supone en torno al 16% del total mundial. El 
continente se divide en 54 estados por lo que es muy difícil hablar sobre él de 
manera simplificada. 
 8 
Como se ha señalado, este análisis estará centrado en los países al sur del 
Sahara1. La mayoría de ellos tienen algo en común, y es que casi todos fueron 
colonias de países europeos. Solo llevan alrededor de 50 años siendo 
naciones independientes, pero muchos mantienen todavía lazos con sus 
antiguas metrópolis. 
África es conocida por ser la cuna de la humanidad porque allí se han 
encontrado los fósiles más antiguos de nuestros antepasados. El hallazgo de 
dos fósiles de hace 160.000 y 145.000 años en Etiopía, pertenecientes al 
Homo sapiens antiguo, nos ratifica que fue en África donde se culminó el 
proceso evolutivo del hombre (Barrios, 2009). 
Hasta prácticamente el siglo XVII, el África subsahariana estuvo ocupada por 
poblaciones inmersas en una cultura neolítica y muchas de las regiones que 
hoy en día diferenciamos eran tierras desconocidas. Convivían diferentes 
sociedades, cuyo modelo de organización podía estar basado en la aldea o en 
modelos algo más jerarquizados y complejos con grandes entidades políticas2. 
La existencia de diferencias lingüísticas y étnicas en un territorio tan 
sumamente extenso resultaba evidente. Las economías se basaban en la caza, 
la recolección, la agricultura, la pesca, la ganadería, incluso sociedades 
especificas tenían conocimientos sobre el hierro (Barrios, 2009). 
Estuvieron olvidados y prácticamente aislados hasta la llegada de las primeras 
expediciones europeas donde las primeras fueron de Portugal, con sus 
diversas tentativas en África del sur, y Francia penetrando en Senegal. 
Posteriormente, también tendrían un importante papel Alemania, Bélgica, Italia 
y España. El período colonial de la historia africana se considera abierto desde 
1885 y cerrado alrededor de 1960. El contacto de las civilizaciones negro-
africanas con las civilizaciones de Europa occidental, condujo a una 
redistribución geográfica de la población africana en función de las nuevas 
 
1Angola, Benín, Botswana, Burkina Faso, Burundi, Cabo Verde, Camerún, Chad, Comoras, 
República Democrática del Congo, República del Congo, Costa de Marfil, Eritrea, Eswatini, 
Etiopía, Gabón, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea Ecuatorial, Guinea-Bissau, Kenya, Lesotho, 
Liberia, Madagascar, Malawi, Mali, Mauricio, Mauritania, Mozambique, Namibia, Nigeria, Níger, 
República Centroafricana, Ruanda, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Seychelles, Sierra Leona, 
Somalia, Sudáfrica, Sudan, Sudan del sur, Tanzania, Togo, Uganda, Zambia y Zimbawe. 
 
2 Durante los siglos XII-XVI surgieron las primeras. 
 9 
actividades económicas y administrativas. La formación de nuevas entidades 
lingüísticas y políticas dio lugar a los estados africanos actuales, rompiendo su 
forma tradicional. Esta transformación del patrimonio ancestral africano, vino 
motivado por los deseos de cristianizar a los africanos (Bertaux, 1994). 
Había diversas formas de colonización. Existían quienes respetaban las 
costumbres locales y permitían la fusión de sangre negra y blanca, otros 
trataban de hacer del colonizado un ciudadano, y otros se propusieron sacar 
rentabilidad económica de los africanos mediante la esclavitud. Por eso, podría 
considerarse que “el motor principal de la colonización fue el comercio” 
(Bertaux, 1994, pp 189). Los misioneros buscaban convertir a los africanos en 
nuevos cristianos, los militares buscaban buenos soldados y a la vez, el 
desarrollo del comercio marítimo, alcanzo su apogeo en la comercialización de 
esclavos. 
Los procesos expuestos tuvieron entre otras, consecuencias sobre la lengua y 
la demografía.Las primeras se explican por la rápida colonización europea, la 
difusión de la enseñanza, la incorporación de los africanos al comercio y su 
acceso a los organismos internacionales, que hicieron del inglés y del francés 
instrumentos lingüísticos fundamentales, además del suaheli3. Las segundas, 
son algo más complejas ya que si la colonización ya motivaba los intercambios, 
migraciones y reagrupaciones, aún se vieron más acelerados por la apertura 
de vías férreas, carreteras y líneas aéreas. Finalmente también tuvieron su 
influencia sobre la demografía la apertura de puertos y minas y el surgimiento 
de las grandes ciudades coloniales. Las explotaciones mineras del Congo y de 
África del sur, provocaron importantes desplazamientos de población, creando 
pueblos mucho más densos. Incluso se introdujeron cambios en los cultivos 
tradicionales, lo que produciría innumerables migraciones temporales para el 
trabajo de los mismos (Bertaux, 1994). 
Desde que se produjo el reparto hasta la Primera Guerra Mundial (1914-1918), 
hubo numerosas crisis económicas, sociales y culturales debido a que muchos 
 
3 Es una lengua bantue, utilizada en muchas regiones sobre todo del África oriental aunque 
recibió una fuerte influencia del árabe y en menos medida de las inglés y del portugués. 
 
 10 
de los pueblos no estaban de acuerdo con el reparto las fronteras, 
considerando que no se respetaban las tradiciones de los mismos (Barrios, 
2009). A pesar de esto, se vivió una mejora del régimen alimenticio, y la lucha 
contra las enfermedades endémicas y epidémicas consiguió que la mortalidad 
infantil se redujera. En consecuencia, tuvo lugar un crecimiento de la población 
nunca vistos en el territorio, no obstante, la densidad poblacional seguiría 
siendo baja, salvo en grandes aglomeraciones como por ejemplo en Nigeria. 
A partir de la década de los 50, comenzaría el proceso de descolonización. 
Este se dio gracias a corrientes como el Panafricanismo4 y otros movimientos 
anticolonialistas, a la celebración de congresos y conferencias como la de 
Bandoeng5, y también a la ayuda de los estados independientes que pusieron 
mucho empeño y colaboración con los que aún seguían sometidos (Bertaux, 
1994). Se vivieron guerras civiles por el descontento del sometimiento al 
gobierno blanco. Al mismo tiempo, brotaba la violencia por parte de las 
comunidades africanas hacia las potencias europeas ya que, para ellos, el 
trazado de fronteras arbitrarias era poco respetuoso con los territorios 
ocupados por las diferentes etnias. 
La segunda guerra mundial también tendría un papel importante en el proceso 
ya que, tras su finalización, Estados Unidos y la Unión Soviética se opusieron 
al colonialismo. Al final, el conjunto de acontecimientos seria caldo de cultivo 
para que las potencias coloniales permitiesen de forma pacífica, la 
independencia de los países (Barrios, 2009). 
Durante años, hablar de África ha sido hablar de pobreza extrema, catástrofes 
naturales y todo tipo de conflictos. En la región del África subsahariana, se 
calcula que unos 560 millones de personas viven en situación de pobreza 
extrema en África, lo que supone más del 40% de la población (Fernández, A; 
2019). Esto ha sido motivo para que gobiernos y ONGs lleven destinando 
millones de euros para el desarrollo de África durante décadas. A pesar de la 
 
4 Movimiento político, filosófico, cultural y social que reclamaba África para los africanos, es 
decir, buscaba la defensa de los derechos de los pueblos africanos y la unidad del continente. 
 
5 Fue una reunión celebrada en Bandoeng, Indonesia, en 1955 donde se proclamó que “el 
derecho a disponer de sí mismos debe ser otorgado a todos los pueblos, y a la libertad y la 
independencia deben ser concedidas a los que todavía están sometidos”. 
 11 
cooperación al desarrollo, en la década de los 90 la pobreza no se redujo. 
Entre 1990 y 1998 la pobreza no paro de subir, pasando del 55% al 58% 
según datos del Banco Mundial. A su vez, el ritmo de crecimiento de la 
población en los últimos 10 años, ha sido de un 2,7% y esto unido a las malas 
condiciones de vida, ha obligado a muchos africanos a emigrar a países más 
ricos. Muchos de estos emigrantes envían dinero a casa, las populares 
remesas, y esto es todavía más importante que las ayudas al desarrollo. “África 
recibe unos 62.000 millones de euros anuales en forma de remesas, más que 
el volumen total de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) 56.000 millones de 
dólares)” (Solés, G; 2017). 
3. EVOLUCIÓN DEL DESARROLLO EN EL ÁFRICA SUBSAHARIANA. 
Como se ha señalado, el primero de los objetivos de este estudio es comprobar 
en qué medida el África subsahariana ha participado del desarrollo que ha 
tenido lugar a escala global en los años transcurrido del siglo XXI. Para ello 
recurrimos al indicador del PIB per cápita. Adicionalmente, y teniendo en 
cuenta las insuficiencias de este cociente, para tener una visión más precisa de 
lo sucedido se analiza también el índice de Gini y el IDH. 
3.1. PIB per cápita. 
El grafico 3.1. muestra el progreso del PIB per cápita en el África subsahariana 
desde el año 2000 hasta el 2018. La tendencia ha sido levemente creciente a 
lo largo de todo el período y no se perciben repuntes ni fluctuaciones a la baja. 
No obstante, a pesar de seguir una tendencia ascendente, igual que en 
conjunto del mundo y en China, la región se encuentra muy lejos de converger 
con los países más desarrollados. 
Es cierto que las situaciones de partida tomando el año 2000 como referencia, 
eran muy distintas para las tres economías. En el caso de África subsahariana 
contaba en este año con una PIB por habitante de 1.218$ (a precios 
constantes de 2010) mientras que China, no tan lejos de la región como la 
media mundial de 8.164$, se situaba en 1.768$. En 2018 la posición seguiría 
siendo la misma, aunque en ese momento África subsahariana tendría una 
 12 
renta media per cápita de 1.663$, y en este caso China tendría 7.308$ 
encontrándose en este año más cerca de la media mundial de 10.688$. 
Gráfico 3.1: Evolución del PIB per cápita (US$ a precios constantes de 2010) de 
África subsahariana, China y el Mundo. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
La renta per cápita desde el inicio del período hasta 2018 ha registrado una 
tasa de variación anual media del 1,75% en África, frente a un 8,56% en China 
y 1,62% en el mundo. Por lo tanto, China ha experimentado un proceso de 
crecimiento en este indicador mucho mayor que el de los otros dos espacios de 
referencia. 
Por los que se refiere a la muestra de países del África subsahariana, desde la 
entrada del nuevo milenio hasta el año 2014 la mayor parte de ellos crecieron 
con tasas por encima del 6%, más del doble que la Unión Europea en su 
conjunto, y por encima de América Latina y el Caribe y de la media del mundo 
en general. 
En 2018, cinco de las 15 economías que encabezan la lista de ritmos de 
crecimiento en el PIB per cápita más altos del mundo, son economías al sur del 
Sahara. Algunas de los ejemplos más representativos de este milagro 
silencioso que viene viviéndose en el continente son Etiopía y Ruanda. 
 -
 2.000
 4.000
 6.000
 8.000
 10.000
 12.000
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
U
S$
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20
10
África subsahariana China Mundo
 13 
Tabla 3.1: Crecimiento del PIB per cápita (% anual) y tasa de variación total del 
período de 2000 a 2018. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
A pesar del crecimiento general, en la tabla 3.1 se percibe irregularidad y 
dispersión. Sin embargo, a partir del año 2015 y se aprecia una tendencia más 
homogénea. 
Una vez comprobado el crecimientodel PIB per cápita, es necesario observar 
qué ha sucedido con la distribución del misto, en el sentido de si se ha 
avanzado hacia una distribución más o menos equitativa, utilizando para ello el 
índice de Gini. El problema con el que nos encontramos es que no se dispone 
de datos para el conjunto de la región, por lo que, para tener una visión 
aproximada de esta cuestión no queda otra alternativa que recurrir a los datos 
de la muestra de países que además corresponden a diferentes años. 
Tabla 3.2: Índice de Gini (valores más actuales) para los países de nuestra 
muestra y China. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
En la última década el país cuyo índice alcanza el mayor valor es Sudáfrica, 
con 63 puntos en el año 2014, de esta manera se encuentra entre los 10 
2000 2003 2006 2009 2012 2015 2018 (2000-2018)
África subsahariana 0,83 1,56 3,32 0,27 1,25 0,09 -0,28 1,75
China 7,64 9,35 12,09 8,86 7,34 6,36 6,08 8,56
Mundo 3,02 1,67 3,09 -2,87 1,31 1,67 1,93 1,62
Etiopía 3,06 -4,91 7,81 5,84 5,62 7,39 4,05 6,07
Costa de Marfil -4,58 -3,42 -0,65 0,92 8,04 6,13 4,73 1,24
RD del Congo -9,26 2,39 1,98 -0,50 3,57 3,44 2,40 2,06
Ruanda 2,46 0,65 8,24 3,44 6,00 6,13 5,77 5,20
Sudáfrica 2,74 1,70 4,28 -2,90 0,61 -0,34 -0,57 1,26
Crecimiento del PIB per cápita (% anual) Tasa de variación total
Año Valor Indice de Gini
Etiopía 2015 35,0
Costa de Marfil 2015 41,5
RD del Congo 2012 42,1
Ruanda 2016 43,7
Sudáfrica 2014 63,0
China 2016 38,5
 14 
primeros países de la región cuyo valor es más alto y en consecuencia con 
mayor desigualdad. A su vez, el país con menor valor es Etiopía con 35 puntos 
en 2015, por debajo de China que estaría en los 38,5 puntos en 2016. Por lo 
tanto, dentro del conjunto no se puede establecer un patrón determinado ya 
que cada país toma un valor muy distinto al de sus vecinos, pero si es cierto 
que la lista de países con mayor desigualdad en su distribución de ingresos 
está encabezada en su mayoría por países africanos. Estas cifras dejan 
entrever grandes diferencias entre los países debido a su enorme 
heterogeneidad y a que el fenómeno del crecimiento no se ha vivido en todos 
por igual. 
Una visión alternativa de la situación y evolución del desarrollo es la que ofrece 
el IDH. 
Tabla 3.3: Índice de Desarrollo Humano de África subsahariana, China y el mundo. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir del Informe sobre Desarrollo de las Naciones Unidas de 
2002, 2010, 2015, 2016 y 2019. 
La tendencia del IDH en África subsahariana ha sido creciente desde el año 
2000. Esto coindice con la tendencia del PIB per cápita. 
Si lo comparamos con China, existen grandes diferencias entre ambos. En 
primer lugar, el índice tiene un valor muy por debajo con respecto al país 
asiático. En segundo lugar, entre el año 2000 y el 2018 la región africana ha 
logrado mejorar mucho más que China a pesar de que esta haya tenido un 
crecimiento de la renta per cápita mucho mayor. En la comparación con el 
mundo ocurre lo mismo, siendo la diferencia de mejora aún mayor en África 
subsahariana que en el conjunto de todos los países que considera el índice. 
Esta mejora más pronunciada en el IDH de África subsahariana no se explica 
solo por el incremento en la renta per cápita, sino también por las mejoras en 
educación de las que hablaremos en el apartado 4.3 de este trabajo, y las 
2000 2010 2014 2018 (2000-2018)
África Subsahariana 0,421 0,487 0,524 0,541 1,403
China 0,726 0,663 0,727 0,758 0,240
Mundo 0,722 0,624 0,711 0,731 0,069
Valor medio Variación en el 
valor del IDH
 15 
mejoras en la esperanza de vida. Respecto a esto último es importante 
destacar que en el año 2018 estaba en los 61 años mientras que a comienzos 
de siglo en apenas alcanzaba los 50 años. 
3.2. La dinámica del PIB y la población. 
Dado que el PIB per cápita es el resultado del cociente ente la primera de las 
variables y el número de habitantes, es necesario preguntarse si el lento 
crecimiento de la renta per cápita en el África subsahariana se debe al bajo 
crecimiento del PIB o al fuerte aumento de la población. 
Gráfico 3.2: Tasas de variación del PIB anual de África subsahariana, China y el 
Mundo para el período del 2000 al 2018. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
Desde la entrada del milenio hasta el año 2018, el PIB de la economía 
subsahariana ha crecido a un ritmo anual medio de 3,6%, alcanzándose en 
2007 la tasa crecimiento más alta, desde entonces la tendencia ha sido 
descendente en términos generales. 
Como podemos observar en el grafico 3.2, África subsahariana ha tenido tasas 
de crecimiento en el PIB muy por debajo de las de China y es que esta ha 
crecido un ritmo medio de 9,4% desde el año 2000 hasta el 2018, frente al dato 
anterior aportado para la región subsahariana. No obstante, ambos han crecido 
por encima de la media mundial situada en 2,8%. 
-3
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1
3
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7
9
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2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
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 16 
Por lo que se refiere a la población, en África subsahariana conviven mil 
millones de personas, un 14% de la población mundial, casi igual que la Unión 
Europea y América Latina y el Caribe juntos. 
Gráfico 3.3: Evolución de la población. Tasas de variación anual en %. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
Como puede observarse en el gráfico 3.3, el ritmo de crecimiento de la 
población ha sido ascendente hasta 2010 y a partir de este año inicia una 
tendencia ligeramente descendente. La tasa de variación de la población del 
África subsahariana a lo largo del período ha sido del 2,72%, muy por encima 
de las correspondientes a China (0,55%) y al conjunto del mundo (1,21%). 
También, seis de los 10 países con mayor crecimiento de la población 
pertenecen a esta área geográfica. 
Este fenómeno se debe a diversos cambios en la dinámica demográfica. La 
tasa de mortalidad ha caído en picado en las últimas décadas. En el año 2000 
fallecían 15 personas de cada mil, en el año 2017 eran nueve. Respecto a la 
tasa de mortalidad infantil, en el año 2000 de cada 1000 bebes nacidos vivos 
morían 92, en 2018 serian 52. A su vez, la tasa de natalidad también ha 
seguido esta tendencia y es que ha pasado de un total de 41 nacidos por cada 
mil habitantes a un total de 36 en el mismo período de tiempo que la variable 
anterior. Además, la tasa de fertilidad en el 2019 fue de 4,6 nacimientos por 
mujer, muy por encima de la media mundial (2,5 nacimientos por mujer), no 
obstante, está ha descendido desde los 6 nacimientos que se daban en 1995. 
0,0
0,5
1,0
1,5
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2,5
3,0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
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 17 
Destaca el caso de la República Democrática del Congo donde actualmente la 
tasa de fertilidad es de 6 nacimientos por mujer. 
Además, se le suman las mejoras en la esperanza de vida mencionadas en el 
apartado 3.1 en las que destaca el caso de Ruanda, que ha logrado aumentar 
su esperanza de vida en más de 20 años entre el año 2000 y el 2018. No 
obstante, aún se encuentra lejos de alcanzar la media mundial situada en 72, y 
aún más lejos de los 76 años de China. 
Si tenemos en cuenta que el crecimiento de la población en China en 2018 era 
de 0,46%, África subsahariana crece a un ritmo 5 veces mayor en ese mismo 
año. La región crece por encima, incluso, de la media mundial situada en el 
año 2018 en un 1,1 %. 
Según el informe de Departamento de asuntos económicos y sociales de las 
Naciones Unidas, sobre Perspectivas de la Población Mundial 2019 (World 
Population Prospects 2019, Highlights) “se espera que la población de África 
Subsahariana se duplique para 2050 (con un crecimiento de 99%)”. 
Todas estas variaciones en las variablesmencionadas han provocado que la 
población que llega a la edad adulta aumente, por lo tanto, hay más personas 
en edad de trabajar, lo que significa un aumento de mano de obra. Esto puede 
suponer una oportunidad de acelerar el crecimiento económico, pero a su vez 
también es un desafío, ya que las áreas históricamente rurales cada vez 
tendrán más densidad de población, lo que supondrá una gran presión sobre el 
sector agrícola y los recursos en general, y es una de las razones que impulsan 
la emigración de personas de esta parte del mundo. 
Tradicionalmente, África subsahariana ha sido un área rural. En 1990 el 73% 
de la población vivía en zonas rurales, sin embargo, en el 2019 era el 59%. Por 
lo tanto, los países se han urbanizado, pero apenas han logrado 
industrializarse. 
Las ciudades más pobladas de toda África subsahariana corresponden a 
Nigeria (Lagos) y a la República Democrática del Congo (Kinsasa) con más de 
13 millones de persona en cada una de ellas. La densidad media del total del 
 18 
área geografía al sur del Sahara, es de 50,8 personas por kilómetro cuadrado 
entre tanto la de China está en 148,3. 
En síntesis, lo que desprende de la evolución y comparación del PIB y de la 
población en los tres espacios de referencia es bien claro. El PIB per cápita en 
África crece menos que en China, pero por encima de la media mundial. Tal y 
como puede observarse en los datos de síntesis recogidos en la tabla 3.4, el 
lento aumento de la tasa de variación del PIB per cápita a lo largo de estos 
años obedece al hecho de que si bien el PIB ha crecido de forma aceptable el 
crecimiento de la población ha sido muy intenso. La comparación con lo 
sucedido en China no puede ser más ilustrativa. En este país el PIB per cápita 
ha crecido de forma muy intensa debido a la combinación de un fuerte 
crecimiento del PIB junto con un aumento mínimo de la población. En 
conclusión, se puede decir que la mejora de la renta per cápita en el África 
subsahariana, vista desde esta perspectiva, sigue chocando con el 
inconveniente del rápido crecimiento demográfico. 
Tabla 3.4: Tasas variación media anual del PIB per cápita, PIB y la población para 
el período de 2000 a 2018. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
 
4. EXPLICACIÓN DEL DESARROLLO Y CRECIMIENTO. 
Tal y como se ha expuesto en la introducción, este apartado tiene por objetivo 
estudiar la evolución de las principales variables, que con arreglo a los 
sucesivos estudios de carácter teórico, así como las evidencias empíricas 
disponibles, están detrás de los procesos de crecimiento y desarrollo 
económico. 
El trabajo inicial de Solow (1956) sobre las causas del crecimiento económico 
se fundamentaba en la función de producción agregada y suponía que el 
PIB per cápita PIB Población
África subsahariana 1,71 3,60 2,72
China 8,53 9,43 0,56
Mundo 1,70 2,83 1,22
 19 
crecimiento solo podía ser el resultado del aumento de capital físico, 
consecuencia de la inversión, y del número de trabajadores. La comprobación 
empírica de que estas adiciones solo podían explicar una parte mínima del 
crecimiento de la producción hizo necesario buscar otras explicaciones más 
satisfactorias. 
Si bien no es la finalidad de este trabajo de fin de grado resumir la larga lista 
de estudios que a partir del artículo de Solow se han propuesto encontrar 
explicaciones más completas a los procesos de crecimiento y desarrollo 
económicos, un repaso de algunos de los estudios más recientes y de los 
manuales de referencia (Acemoglu D. y Robinson J., 2014, Elhanan, 2007; 
Jones, 1979; Ray, 2002; Vázquez, 2005, Stiglitz j. y Greenwald G., 2016) 
permite afirmar que se ha alcanzado cierto grado de consenso en torno a la 
idea de que crecimiento y desarrollo económicos se ven facilitados cuando: a) 
se produce una acumulación de factores como capital físico, trabajo, capital 
humano y capital tecnológico; b) tiene lugar un cambio de la estructura de la 
producción y del empleo en la dirección de un incremento del peso relativo de 
las actividades más productivas; c) se facilita y aumenta el comercio 
internacional y la apertura externa, lo que permite beneficiarse de las ventajas 
comparativas y competitivas del país y de las economías de escala; d) se crean 
y mantienen instituciones públicas que garantizan el buen gobierno y se 
persigue la corrupción; y e) finalmente no puede olvidarse que lo precedente 
corre el peligro de ser irrelevante a largo plazo en el supuesto de que no se 
garantice la sostenibilidad ambiental del planeta. 
En los apartados que siguen se estudian algunas de las variables y/o 
indicadores que permiten aproximar la evolución de los cinco grupos de 
factores señalados. Tal y como se ha expuesto, siempre que la información 
disponible lo permita, se compara la trayectoria de las variables e indicadores 
seleccionados del África subsahariana con las trayectorias correspondientes a 
China y al conjunto del mundo, para comprobar en qué medida el 
comportamiento diferencial de esas variables permite entender el menor 
crecimiento observado en el apartado precedente tanto del PIB per cápita 
como especialmente del PIB. 
 20 
4.1. La Formación bruta de capital fijo (FBCF). 
Uno de los requisitos para que pueda aumentar la producción a largo plazo, y 
en consecuencia para que las economías puedan crecer y que, en su caso, 
esto conduzca a una mejora de las condiciones de vida de la generalidad de la 
población, es que la sociedad disponga de más y mejores medios físicos con 
los que producir. Esto solo puede ocurrir si se dispone de ahorro, y que este 
finalmente se traduzca en inversión, o dicho en términos de la contabilidad 
nacional, si se destina a la Formación bruta de capital fijo (FBCF). 
En un contexto como el de la globalización del que de una u otra forma han 
participado todas las economías, y por tanto también la africana, hay que tener 
en cuenta que una parte de la inversión procede de países externos, 
tratándose por tanto de Inversión extranjera directa (IED). En consecuencia, 
dentro de este punto se analiza también la evolución y papel de este tipo de 
inversión. 
El indicador que suele utilizarse para medir la intensidad de la inversión es el 
porcentaje que supone la FBCF en relación con el PIB. En el África 
subsahariana la FBCF se ha situado de media en 21,3 puntos sobre el PIB, 
manteniéndose por debajo de la media mundial situada en 23,7. Además, es 
una de las regiones con los valores más bajos en lo que a recursos dedicados 
a la inversión se refiere. 
Grafico 4.1: Formación bruta de capital fijo (% del PIB) en África al sur del Sahara, 
China y el Mundo. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
15
20
25
30
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2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
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Como bien muestra el gráfico 4.1, África subsahariana está muy lejos de 
alcanzar valores como los de China. En el año 2018 la media subsahariana del 
PIB destinado a la FBCF estaba situada en un 20% frente a un 42% que de 
China. No parece arriesgado suponer que esta menor inversión está 
directamente relacionada con la baja capacidad de ahorro de la región africana. 
Al mismo tiempo, la media mundial también se encuentra por encima de la 
subsahariana con un 24% del PIB destinado a FBCF. 
Desde la perspectiva individual de los países, se observa que existen unas 
diferencias muy notables. Los valores más altos, muy por encima de la media 
mundial corresponden a Etiopia y los más bajos a Sudáfrica. 
Gráfico 4.2: Formación bruta de capital fijo (% del PIB) del grupo de países de los 
años 2012, 2015 y 2018. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
4.1.1. La Inversión extranjera directa (IED) 
En África la tendencia de laIED desde 2005 ha sido descendiente hasta el 
2018, año en el que estos flujos aumentaron un 20%. En este mismo año la 
IED suponía un 1,8% del PIB. 
La tendencia ha sido la misma en China, aunque en 2018 su IED suponía un 
1,7% del PIB. Mientras, a nivel mundial la IED comenzó a tomar porcentajes 
descendentes con posterioridad, a partir 2016 y en 2018 la media seria de 
1,6% del PIB. 
19
37
13 14
24
20
41
20 18
26
18
34
21
26
24
SUDÁFRICA ETIOPÍA COSTA DE MARFIL RD DEL CONGO RUANDA
2012 2015 2018
 22 
Gráfico 4.3: Inversión extranjera directa, entrada neta de capital (% del PIB). 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
Según el Informe sobre las Inversiones en el mundo de 2019 de la UNCTAD, 
este incremento no ha sido generalizado, sino todo lo contrario, la mayoría de 
los países han visto sus flujos de inversión reducidos, mientras que 
simultáneamente en otros han aumentado. Según el informe sobre la inversión 
a nivel mundial de 2019 (World Investment Report 2019, Special economic 
zones) recogido en la conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y 
Desarrollo, en los casos de los países africanos en los que se han dado 
incrementos, estos responden a las entradas de fondos para la obtención de 
recursos naturales, algunas inversiones diversificadas y la recuperación de 
Sudáfrica después de varios años de recibir escasas entradas. Este país 
destaca por los sectores receptores de IED que son sobre todo el sector 
energético y el de las nuevas tecnologías. Además, está a la cabeza de los 
países subsaharianos por sus avanzadas infraestructuras, tanto en transporte 
como en electricidad. 
Junto a Sudáfrica, Etiopia es otro de los principales receptores, a pesar de que 
los flujos al país se redujeron un 18%. Y tras ella se encuentra la República 
Democrática del Congo, que es donde mayor porcentaje sobre el PIB alcanza 
esta inversión. 
En el caso de China, en 1990 comenzó a atraer inversores, consiguiendo un 
crecimiento muy marcado hasta llegar a la situación actual, gracias al empeño 
1,0
1,5
2,0
2,5
3,0
3,5
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4,5
5,0
5,5
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
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del gobierno por impulsar la industria. Sería una década después cuando los 
países subsaharianos experimentarían también un fuerte crecimiento en la 
variable hasta la actualidad. Es cierto que, hasta el momento, los niveles de 
inversión que reciben los países subsaharianos no son como los del gigante 
asiático pero el mundo ha tomado conciencia de que África constituye una 
oportunidad para la inversión. 
Actualmente, debido a la globalización, el área subsahariana tiene un 
importante valor para algunos países que ven una oportunidad de inversión. 
Dicho valor viene dado por el interés que tienen los inversores en la 
explotación y suministro de las materias primas de las que puede proveer el 
continente, y por el factor poblacional del que hemos hablado anteriormente y 
los fenómenos que desencadena. Por estos dos motivos, es por lo que existe 
una fuerte competencia geoeconómica y geopolítica entre occidente y China 
por aprovecharse de las ventajas que el mercado africano ofrece actualmente. 
La potencia asiática ha diseñado en Etiopia a lo largo de los años un 
entramado de redes de comunicación para conectar dicho país (sin salida al 
mar) por vía férrea con Yibuti, “enclave fundamental para la salida de 
mercancías chinas” (Moral, P; 2019). 
En el caso de la RD del Congo, permite a China diversificar sus fuentes de 
obtención de materias primas e hidrocarburos. Aquí, más del 90% de las 
entradas se concentran en la actividad petrolera, por lo que la diversificación es 
necesaria para estimular el desarrollo económico del país. Adicionalmente, la 
FBCF es escasa por lo que, a pesar del potencial, la falta de infraestructuras 
hace que los inversores internacionales se muestren reacios y limita si 
capacidad de crecimiento y desarrollo. 
Para lograr un mayor atractivo a la inversión extranjera, los países deben 
asegurar la estabilidad económica y política eliminando la incertidumbre que 
desprende su panorama general. Debe trabajarse de manera intensa para 
rebajar las tensiones políticas y sociales, y lograr la estabilidad institucional y 
política mejorando la transparencia y reduciendo los ratios de corrupción con 
un marco regulatorio sólido. También es necesario solucionar los problemas 
 24 
logísticos. Por ejemplo, los datos en inversión que muestra Etiopia vienen 
motivados por las reformas económicas del nuevo gobierno que entró en 2018 
y un acuerdo de paz con Eritrea, cerrando el conflicto armado que los 
enfrentaba desde 1998, lo cual supone un enorme atractivo para cualquier 
inversor internacional. 
A pesar de todo, aún queda mucho trabajo por hacer, y aunque África supone 
una oportunidad de inversión muy potente, cuenta con muchas trabas que no 
permiten exprimir todo su potencial. 
4.2. Empleo. 
Junto con el capital, el trabajo se ha considerado tradicionalmente en la 
literatura sobre crecimiento y desarrollo como un factor decisivo para el 
aumento de la producción y por supuesto, como la fuente fundamental de 
ingresos para la mayoría de la población. Conforme a ello, es necesario 
observar cómo ha evolucionado el uso de este factor. Si bien es cierto que la 
variable más adecuada para ello sería en número de empleos, estos datos no 
están disponibles en la base del Banco Mundial, por lo que utilizamos los de 
población activa. 
Gráfico 4.4: Tasa de variación de la población activa entre 2000 y 2019. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
En coherencia con el aumento de la población total visto anteriormente, la 
población activa también se ha incrementado desde el 2000 hasta 2019 
-0,4
0,1
0,6
1,1
1,6
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2,6
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2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
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va
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 25 
población activa ha aumentado cuantiosamente, concretamente a una tasa de 
variación del 2,7%. Y al igual que sucede con la población total el aumento de 
la población activa ha sido mucho más intenso que en China, donde sólo ha 
crecido con una tasa media del 0,3% y que en el conjunto del mundo, donde el 
crecimiento se limita al 1,2%. En consecuencia, se puede decir que el África 
subsahariana es una de las áreas del mundo donde la disponibilidad de 
trabajadores está creciendo de forma más intensa. 
A medida que la mano de obra ha ido aumentando también lo ha hecho la 
población ocupada y la tasa de ocupación. Esto es así dado que, con arreglo a 
la base de datos de Banco Mundial, la tasa de desempleo ha pasado de un 
7,7% a principios de siglo a un 6,2% en el 2019. A pesar de ello, la tasa se 
encuentra por encima de la media mundial (5,4%) y de China (4,3%) lo cual es 
comprensible teniendo en cuanta el rápido crecimiento demográficos y a la falta 
de desarrollo de la industria. 
Además en los países subsaharianos el desempleo afecta ligeramente más a 
las mujeres, con una tasa del 6,5% frente al 5,8 de la población activa 
masculina. 
La abundancia de la mano de obra se puede considerar como una oportunidad 
para el desarrollo, pero dado que, como hemos comprobado, la FBCF es 
menos intensa que en los otros espacios considerados, encontrar empleos 
suficientemente productivos para las personas que cada año se incorporan al 
mercado de trabajo es un auténtico problema. Todo ello impulsa los procesos 
migratorios que sufre la región. 
4.3. Nivel educativo. 
Frente a la visión tradicional de las teorías de crecimiento que únicamente 
prestaban atención al empleo, a partir de la aparición de las sucesivas 
aportaciones a la teoría del capital humano, ha ido cobrandoimportancia la 
observación sobre la evolución de los conocimientos y habilidades de los que 
disponen las personas y que pueden ser de utilidad en el desempeño de sus 
actividades. 
 26 
La forma habitual de medir el capital humano es mediante el número de años 
de estudios terminados, a falta de esta información aproximaremos el estado 
de la cuestión mediante el grado de alfabetización y la inscripción escolar en el 
nivel terciario. La razón de la elección de este último indicador es que puede 
aproximar mejor la calidad del capital humano que si se usa solo el primero. 
Gráfico 4.5: Evolución de la tasa de alfabetización sobre el total de adultos de 
África subsahariana. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
En el año 2018 el 66% de la población adulta mayor de 15 años sabía leer y 
escribir en los países subsaharianos. De hecho, desde el año 2000 hasta el 
2018 este porcentaje ha aumentado en 8,4 puntos. Si bien se puede considerar 
que el ritmo de mejora es aceptable, dada la importancia del hecho que las 
personas sepan leer y escribir, el camino que queda por recorrer es todavía 
muy largo. Esto se pone claramente de manifiesto si se tiene en cuenta que los 
valores correspondientes a China y al mundo son 97% y 86% respectivamente. 
En términos educativos las diferencias entre China y los países subsaharianos 
son abismales. El primero se ha caracterizado en los últimos tiempos por su 
empeño en tener un sistema educativo de gran calidad, y lo mismo ocurre con 
muchos de los países asiáticos que han logrado un rápido crecimiento 
económico en las últimas décadas, como por ejemplo Singapur o Corea del 
Sur. 
En el África subsahariana los esfuerzos también se han intensificado por parte 
de organismos tanto públicos como privados, invirtiendo cientos de miles de 
dólares en reducir el analfabetismo, sin embargo, estos intentos no han sido 
suficientes para lograr una situación similar a la media mundial. 
52
54
56
58
60
62
64
66
68
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
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ad
as
 27 
Gráfico 4.6: Inscripción escolar, nivel terciario (% bruto6 ). 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
La educación terciaria en el África subsahariana se encuentra muy poco 
extendida. Desde el año 2000, el número de estudiantes matriculados en este 
nivel educativo ha pasado de un 4,5 a un 9,4 % en 2018, mientras que en 
China ha pasado de un 7,6 a un 50,6 %, y en el conjunto del mundo del 19 al 
38. Este indicador es particularmente importante, dado que en el contexto de 
una economía mundial, donde el conocimiento se ha convertido en una de las 
claves para el progreso de las personas y los países, el hecho de que el 
porcentaje de población que accede a este tipo de estudios sea tan bajo se 
convierte en un inconveniente más para el desarrollo. 
Según el informe del Banco Mundial sobre educación del año 2018, Sudáfrica 
tiene prácticamente universalizada la educación primaria y los primeros cursos 
de secundaria, con tasas de escolarización que abarcan casi el total de la 
población en edad escolar. Sin embargo, en el resto de países de la muestra, 
se enfrentan a grandes desafíos. 
La exclusión está a la orden del día ya que más del 20% de los niños de entre 
seis y 11 años no van a la escuela y el grupo de los de entre 11 y 14 solo uno 
de cada seis está escolarizado. Las principales causas que explican esto son la 
necesidad de que los niños se incorporen lo antes posible a trabajar en el 
 
6 Es el % de estudiantes matriculados en educación superior independientemente de su edad, 
expresado como porcentaje de la población total del grupo etario cinco años después de 
finalizar la enseñanza secundaria. 
 
0,0
10,0
20,0
30,0
40,0
50,0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
%
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ud
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es
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 28 
campo, como ocurre en las regiones más pobres, y la dificultad para hacer 
frente al coste de la educación. Esto se explica porque a pesar de que en gran 
parte de África el sistema educativo es público, los padres continúan teniendo 
que sufragar diversos gastos como puede ser el material escolar o el 
transporte. Pero a este problema se le suman un cúmulo de circunstancias que 
empeora aún más la situación, como la baja calidad docente motivada por una 
escasa formación del profesorado, la masificación de niños en las aulas, la falta 
de material, el derroche de los fondos públicos, y en una gran parte de las 
ocasiones la lengua usada para la enseñanza es otra diferente a la que 
entiende el alumnado (Escudero, 2018). 
La región en conjunto ha aumentado su gasto público desde el año 2000 hasta 
2019 en un dos por ciento, suponiendo el gasto público en educación un 4,6% 
de todo el PIB. Sudáfrica es actualmente el país que más invierte en educación 
con un 6,2% de su PIB. Mientras, por ejemplo, la República Democrática del 
Congo apenas ha aumentado su gasto en educación, con un 1,5% en 2017. 
En algunos de los países se están dando modelos que los diferencian del resto 
y que muestran mucho empeño por mejorar en términos educativos. Además 
de los colegios públicos, con los abiertos por ONGs y la ayudas a la 
cooperación de los últimos años, la educación privada está en auge en varios 
países. Esta se financia gracias al apoyo de instituciones como en Banco 
Mundial o donaciones de grandes empresarios. La visión de estas empresas es 
de largo plazo, ya que, a pesar de no obtener rendimientos en la actualidad, 
pretenden que el hecho de promover una población alfabetizada les reporte 
mayores ingresos en el futuro. Aun así, hay gobiernos que todavía se muestran 
reacios a este tipo de iniciativas, ya que las consideran una amenaza para el 
control central. 
Se deduce que situar a África subsahariana en términos educativos al nivel de 
China podría llevarle décadas a la región. Aun así, hay que intensificar y 
enfocar los esfuerzos en reforzar las carencias de los sistemas educativos 
como puede ser con la apertura de colegios. 
 29 
4.4. Investigación y desarrollo (I+D) 
Si bien es cierto que la idea de que la innovación, ya sea consecuencia de 
descubrimientos casuales o de una actividad planificada de I+D por parte de 
personas, empresas o instituciones, ha sido una idea que ha estado presente 
de forma tradicional en los estudios de economía, los denominados modelos de 
desarrollo endógeno han sido los que han puesto más el énfasis en el papel del 
avance tecnológico y en las actividades que favorecen el mismo, como la I+D, 
de cara al desarrollo económico. El indicador más utilizado para aproximar esta 
cuestión el gasto en I+D en porcentaje sobre el PIB. 
Tabla 4.1: Gasto en investigación y desarrollo (% del PIB). 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de datos aportados por la ONU en el Libro de bolsillo de las 
Estadísticas Mundiales, edición 2018. 
El gasto dedicado a I+D en la región subsahariana apenas llega al 0,5% del 
PIB, muy lejos de China o la media mundial. Al mismo tiempo, la tendencia en 
estos dos últimos ha sido creciente a lo largo de los años, es decir, cada vez se 
invierte más en I+D en el mundo, sin embargo, en África subsahariana los 
esfuerzos a lo largo de los años no han dado lugar a grandes aumentos en el 
porcentaje del PIB destinado a esta actividad. Conjuntamente, a juzgar por el 
hecho de que en la base de datos del Banco Mundial los datos disponibles 
para el grupo de países son escasos, el gasto es mínimo. En todo caso el valor 
más alto es el correspondiente a Sudáfrica que el año 2016 ascendía al 0,82% 
del PIB. 
Otro indicador importante para medir el esfuerzo en materia de I+D es el del 
número de empleados en esta actividad,que supone 492 ocupados por cada 
millón de personas en 2016, frente a los 1.197 con las que contaba China en el 
mismo año. Entre tanto, países como RD del Congo o Ruanda apenas cuentan 
con 11 y 12 trabajadores en la actividad por cada millón de habitantes. 
2005 2010 2018
África subsahariana 0,4 0,4 0,4
China 1,3 1,7 2,1
Mundo 1,5 1,6 1,7
 30 
África trata de buscar oportunidades en las ayudas internacionales para la 
materia. Esto es una buena alternativa ya que muchos Gobiernos africanos no 
cuentan con los recursos suficientes para la financiación. Además, las cuantías 
monetarias que esta actividad conlleva, en ocasiones son necesarias para 
hacer frente a otros desafíos, por lo que la inversión científica pasa a un 
segundo plano para las administraciones. Por otra parte, muchos de estos 
retos, como por ejemplo el de alimentar a una población que crece a un ritmo 
tan rápido, podrían paliarse gracias a la investigación agrícola. 
Impulsar las capacidades científicas y saber aprovecharlas no es tarea fácil. 
Podemos afirmar que el gasto en investigación es insuficiente, por ser bajo y 
por involucrar aún a muy pocas personas. Esta insuficiencia al final se refleja 
en los bajos nivel de desarrollo alcanzados en diversas partes de la región. 
Utilizar la ciencia y la tecnología para la transformación socioeconómica del 
continente y su integración en la economía mundial puede ser vital para el 
África subsahariana. Para ello los gobiernos, además de incrementar el gasto 
en I+D, deberán llevar acabo acuerdos con empresas y saber aprovechar la 
financiación de otros países junto a nuevas políticas y alianzas (Ngumbi, 2018). 
4.5. El cambio estructural en el África subsahariana. 
Uno de los factores que aumenta las posibilidades de desarrollo de cualquier 
economía a lo largo del tiempo, y todavía en mayor medida en aquellas que 
siguen teniendo bajos niveles de renta, es el concerniente a la estructura 
productiva, entendiendo por tal el peso de los diferentes sectores de actividad. 
Esto es así porque las diferentes actividades tienen características distintas en 
cuestiones tales como requerimientos tecnológicos, intensidad de capital y 
mano de obra, y por supuesto productividades. La consecuencia de esto es 
que los procesos de desarrollo han ido acompañados a lo largo de la historia 
de un cambio estructural de las actividades más básicas, con menores 
requerimientos de tecnología y capital humano, pero poco productivas, hacia 
aquellas más exigentes, pero también más productivas. 
 31 
En consecuencia, la cuestión a observar aquí es si en el África subsahariana 
se está produciendo un cambio estructural y en qué sentido. Esta observación 
se puede hacer en términos de empleo y de valor añadido. 
Tabla 4.2: Distribución sectorial del empleo (% sobre el total de empleos) y valor 
agregado (% del PIB) para cada sector. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
En África subsahariana se está produciendo un cambio estructural, aunque a 
un ritmo lento. Poco a poco, a lo largo de las dos últimas décadas, la estructura 
tradicional basada en la agricultura ha ido perdiendo peso y comienza a 
ganarlo los sectores secundario y terciario. 
Las diferencias con China y el mundo son notables, aunque le tendencia que 
siguen los tres grupos es la misma. La agricultura como sector va quedándose 
atrás mientras se vive un auge en la industria y los servicios. En la región 
subsahariana el sector primario sigue siendo el que más puestos de trabajo 
genera, a pesar de que el mayor valor agregado se produce en los servicios. Al 
mismo tiempo, y contrariamente, China emplea más personas en su sector 
terciario que a su vez es el que mayor valor agregado tiene. Esto mismo ocurre 
en el mundo. 
El sector dominante en el África subsahariana en términos de empleo es la 
agricultura, como se ha indicado. En los últimos años ha representado el 16% 
del VA y ha empleado al 54% de todos los trabajadores de la región. 
Alrededor de un 47,3% del área de tierra de la región subsahariana es 
considerado tierra agrícola por lo que podría decirse que cuenta con una gran 
extensión, pero mal aprovechada. A lo largo de los años el sector apenas se ha 
2000 2008 2018 2000 2008 2018
 Agricultura 61,9 59,4 54,6 17,5 16,4 15,6
 Industria 9,9 10,2 11,3 30,7 29,4 25,0
 Servicios 28,2 30,5 34,1 46,3 48,5 52,0
 Agricultura 50,0 39,6 26,8 14,7 10,2 7,2
 Industria 24,3 26,9 28,6 45,5 47,0 40,7
 Servicios 25,7 33,5 44,6 39,8 42,9 52,2
 Agricultura 40,1 34,4 28,1 4,9 3,7 3,4
 Industria 21,2 22,3 22,9 29,0 28,6 25,4
 Servicios 38,7 43,3 48,8 60,2 62,0 65,0
Valor agregado (% del PIB)% del total de empleos
Mundo
China
África 
subsahariana
 32 
desarrollado y en muchos países, aún perdura una agricultura tradicional de 
subsistencia. Al fin y al cabo, la productividad en el sector siempre ha sido baja, 
por su escasa mecanización, y a pesar de incorporarse algunas mejoras en las 
últimas décadas estas no han sido suficientes. Por lo tanto, el impulso que la 
agricultura necesita comienza por la incorporación de una tecnología agraria 
moderna y junto a ella una buena forma de combatir la sequía de la región, por 
lo que los sistemas de regadío cobran gran importancia. 
Las mejoras en el sector primario pueden resultar indispensables en los 
próximos años para cubrir la demanda de alimentos de una población creciente 
y además garantizar su seguridad alimentaria. Pero eso no es todo, desarrollar 
esta actividad aumentaría los ingresos netos de la región y generaría empleo 
por lo que resultaría un motor de desarrollo y bienestar para las poblaciones. 
Dentro de las actividades industriales en el África subsahariana tiene un papel 
destacado la industria minera, que es una de las más importantes a nivel 
mundial y sigue ganado peso. Se estima que en el continente se encuentra uno 
de los porcentajes más altos en minerales del mundo, por ejemplo, “más del 40 
% de las existencias del oro, el 55 % de los diamantes, el 66 % del cobalto y 
más del 80 % del platino” (EFE, 2019). 
En algunos países se aprecia una fuerte dependencia del sector lo que los deja 
muy expuestos a las fluctuaciones de la demanda y precios internacionales. 
Esto explicaría muchas de las caídas en las tasas de crecimiento económico 
que se han vivido en las últimas décadas, que coinciden con la caída de los 
precios de las materias primas. 
Al mismo tiempo la minería, podría ser otro de los fuertes para el arranque de 
la región, pero, existen otros muchos problemas que frenan su actividad, como 
por ejemplo el subdesarrollo de las infraestructuras y la debilidad institucional. 
Los países en los que la industria extractiva es más importante son Sudáfrica y 
la República Democrática del Congo, que destacan por su riqueza en 
minerales metálicos como el oro y el cobre, los diamantes, el uranio, el coltán y 
el cobalto entre otros, pero también en minería energética y de combustibles 
como el petróleo y sobre todo el carbón. 
 33 
China tiene un importante papel como principal socio comercial en este tipo de 
actividades, tratando de asegurar sus suministros presentes y futuros. 
A continuación, cabe hablar de la industria manufacturera. De los países de 
nuestra muestra, Sudáfrica cuenta con la mayor parte de la industria 
manufacturera de África. La industria genera el 30% del valor añadido de su 
PIB y el 23,7% de todos los puestos de trabajo del país se focalizan en el 
sector. Destaca por la industria pesada, así como los productos metálicos, la 
fabricación de maquinaria y equipos de transporte. 
El resto de países de la muestra, pueden considerarse economías en 
transición. Esto es así porque desde la entrada del milenio, la agricultura ha ido 
perdiendo peso al mismo tiempo que el sector industrial lo ha ido ganando, 
sobre todo en Etiopia y en la República Democrática del Congo donde mayor 
crecimientoha habido de este sector. Esta industrialización está ligada sobre 
todo a una industria ligera, textil y de materiales de construcción. 
África subsahariana es muy dependiente de occidente y de China en cuanto a 
este tipo de actividades y esto en ocasiones frena su desarrollo, ya que lo limita 
a los productos que las multinacionales de estos países producen en el 
territorio subsahariano. Generalmente, la industria en el continente produce 
bienes con un bajo valor añadido sin aprovechar adecuadamente las ventajas 
comparativas. 
Las fábricas en estos países podrían ser tan productivas como las del resto de 
países emergentes, pero todavía cuentan con trabas de carácter político, entre 
otras, que dificultan su desarrollo. Por tanto, primero se debe trabajar en lograr 
un panorama general idóneo para el desempeño de estas actividades. De este 
modo, se podrá impulsar la creación de puestos de trabajo para el grupo 
creciente de jóvenes, con inversiones que generen empleos de mayor valor 
añadido y que equilibren a los sectores tradicionales. 
Respecto al sector servicios es el que mayor valor agregado genera sobre el 
PIB y a la vez ocupa a un 34% de todos los empleados. Su evolución ha ido 
creciente a lo largo de los últimos años en todos los países. 
 34 
Sudáfrica es el ejemplo más importante, donde el 72% de los empleos 
corresponden a los servicios. Desde el año 2000 ha crecido en un 16% 
llegando a ser con diferencia el sector terciario más desarrollado de la región. 
4.6. Relaciones comerciales. 
La evolución de los flujos comerciales ha seguido a lo largo de la historia una 
trayectoria directamente relacionada con la de la producción. Y esto es así 
porque dado que es prácticamente imposible que un país sea autosuficiente y 
que disponga de los recursos naturales, productos manufacturados y 
tecnología de mejor calidad, el comercio, por un lado le permite superar sus 
limitaciones en esos campos y por otro le facilita el aprovechar sus ventajas 
comparativas y competitivas. 
Como vemos en el grafico 4.7, las tasas de variación de las exportaciones e 
importaciones fluctúan al alza y a la baja sin seguir una tendencia clara, 
mientras que el PIB, a pesar de seguir una tendencia ligeramente descendente 
desde 2007, presenta fluctuaciones más suaves. Esta irregularidad está 
directamente relacionada con las oscilaciones de la economía mundial y con 
los precios de las materias, que constituyen la parte fundamental de sus 
exportaciones. 
Gráfico 4.7: Tasa de variación de las exportaciones e importaciones de bienes y 
servicios y del PIB, en % anual en África subsahariana 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
 
-15
-10
-5
1
6
11
16
21
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017Ta
sa
 d
e 
va
ria
ció
n
Exportaciones de bienes y servicios Importaciones de bienes y servicios PIB
 35 
Respecto a China es necesario aclarar que el tratamiento de sus datos se ha 
hecho de una manera diferente7. No obstante, las oscilaciones de las tasas de 
variación de las exportaciones y las importaciones en el período carecen de 
una tendencia clara como pasa en el área subsahariana, aunque si es cierto 
que las importaciones varían ligeramente por encima de las exportaciones a lo 
largo de casi todo el período. Y al igual que sucede en el área sudafricana las 
la trayectoria del PIB es mucho más regular que la de los intercambios 
internacionales. 
La trayectoria de las exportaciones e importaciones en relación con el PIB nos 
indica que las economías de los países subsaharianos se han abierto, como ha 
sucedido en la mayoría de los países del mundo, incluido China. Tal y como 
poder verse en el gráfico 4.8, el grado de apertura general ha pasado de un 
máximo en el año 2008 con casi un 70%, a un 57% en el año 2018. 
Gráfico 4.8: Grado de apertura de la economía subsahariana y de China (en % 
sobre el PIB). 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
China no ha tenido un grado de apertura tan alto en ningún año del período, 
alcanzando su mayor grado en el año 2006 con casi un 64,5% mientras que en 
2018 el peso de su sector exterior sobre el PIB sería de tan solo de un 37,4%. 
Este descenso del grado de apertura está relacionado por un lado con el menor 
dinamismo del comercio exterior mundial desde la crisis de 2008 y por otro con 
 
7 Los valores utilizados son los correspondientes a precios corrientes en moneda local ya que 
en la base de datos del Banco mundial no está disponibles ninguna de las variables necesarias 
en US$ a precios constantes de 2010 como se ha venido trabajando a lo largo del trabajo. 
15
25
35
45
55
65
75
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
Po
rc
en
ta
je
África subsahariana China
 36 
los cambios introducidos en la política económica del país orientados a 
aumentar los salarios y la demanda interior frente a la exterior. 
En síntesis, lo que se observa es que tanto en el África subsahariana como en 
China el grado de apertura es mayor al final que al inicio del periodo estudiado 
pero ha descendido significativamente desde sus máximos en los años 
anteriores a la crisis, y que este descenso ha sido menos intenso en África que 
en China, pero ambos comparten una tendencia de carácter global. 
4.6.1. Saldo comercial 
El saldo comercial de la región fue positivo a lo largo de casi todos los años de 
la primera década, no obstante, desde el año 2013 comenzaron a aparecer los 
valores negativos. Muy diferente es la situación en China que a pesar de 
alcanzar su mejor momento en lo que a esta variable respecta, en el año 2007, 
desde entonces el porcentaje ha caído, aunque siempre ha permanecido en 
positivo. 
Gráfico 4.9: Saldo de la Balanza comercial de bienes y servicios (% del PIB). 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
En la gran mayoría de los países, este se ha mantenido negativo a lo largo de 
los años, a excepción de Costa de Marfil y Sudáfrica. Sus exportaciones son 
muy fuertes ya que están muy afianzadas en los mercados internacionales. No 
obstante, el ritmo de crecimiento de las mismas cada vez ha sido más bajo 
durante estos últimos años. 
El saldo es negativo ya que los países subsaharianos no son capaces de 
producir todo lo que el país consume y necesitan importar mercaderías del 
-5,5
-3,5
-1,5
0,5
2,5
4,5
6,5
8,5
10,5
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018P
or
ce
nt
aj
e 
de
l P
IB
África al sur del Sahara China
 37 
resto del mundo. Esto deja entrever las deficiencias en los distintos sectores, 
por ejemplo, en el de la agricultura, como se ha explicado anteriormente y el 
problema que tienen de competitividad. 
4.6.2. Composición de las importaciones y las exportaciones. 
A lo largo de las últimas décadas las exportaciones de combustibles, han ido 
ganando peso, siendo ya desde hace décadas el principal producto de 
exportado. Del mismo modo, han aumentado las exportaciones de metales y 
minerales, mientras que las exportaciones de producto agroalimentarios han 
reducido su peso relativo. 
También son importantes las manufacturas que se exportan, que han perdido 
ligeramente peso desde el año 2000 pero siguen siendo el segundo grupo de 
exportaciones más importante. 
Gráfico 4.10: Distribución de las exportaciones de mercaderías por grupos para el 
conjunto de África subsahariana, en %. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
Respecto a las importaciones, los combustibles han aumentado 
cuantiosamente y los productos manufacturados siguen siendo con gran 
diferencia los principales productos importados. 
Esto dice mucho del nivel de desarrollo, ya que adiferencia de China que 
destaca por exportar bienes complejos muy ligados a la tecnología, África 
destaca por los combustibles, bienes desarrollados en una industria más simple 
y las exportaciones de metales y minerales. 
 
0
10
20
30
40
50
2000 2003 2006 2009 2012 2016 2018
Po
rce
nt
aje Alimentos
Combustibles
Metales y minerales
Manufacturas
 38 
 
Gráfico 4.11: Distribución de las importaciones mercaderías por grupos para el 
conjunto de África subsahariana, en %. 
 
Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos del Banco mundial. 
 
4.6.3. Saldo de la balanza por cuenta corriente. 
Respecto al saldo de la balanza por cuenta corriente, no está disponible para el 
conjunto del área, pero si para los países y en todos ellos se puede afirmar que 
es deficitario. Esto se debe a que, como se ha visto, el saldo de los 
intercambios de bienes y servicios es negativo, saldo que se agrava con la 
balanza de rentas primarias, debido a las inversiones del extranjero en los 
países subsaharianos y que no llega a compensarse con la entrada de rentas 
secundarias, las remesas de emigrantes. La consecuencia de estos hechos es 
que la práctica totalidad de estos países tienen necesidad de financiación. 
4.6. Buen gobierno/ corrupción. 
Uno de los aspectos que se han ido poniendo en evidencia en relación con las 
políticas de desarrollo, y en particular con la gestión de los denominados 
fondos de ayuda a desarrollo, es que a menudo estas políticas no obtienen los 
resultados esperados como consecuencia del mal funcionamiento de las 
instituciones en general o directamente por la existencia de prácticas corruptas. 
El trabajo de Acemoglu D. y Robinson J. (2014) ha contribuido a destacar la 
importancia de las instituciones y el buen gobierno en el desarrollo, por lo 
parece necesario examinar el estado de esta cuestión en el área subsahariana. 
0
10
20
30
40
50
60
70
2000 2003 2006 2009 2012 2016 2018
Po
rc
en
ta
je Alimentos
Combustibles
Metales y minerales
Manufacturas
 39 
Según el informe de 2019 de Transparencia Internacional, el África 
subsahariana es la región con la puntuación más baja en Índice de Percepción 
de Corrupción (IPC) con 32 puntos sobre un total de 100. De hecho, varios de 
los países que la conforman son catalogados como los más corruptos del 
mundo. 
Es cierto que existen casos que destacan no tanto por su valoración como por 
la evolución del índice. Por ejemplo, Costa de Marfil, que tan solo cuenta con 
35 puntos, pero desde 2012 ha experimentado importantes mejoras gracias a 
la voluntad política de sus líderes que llevaron a cabo una serie de reformas 
legales, políticas e institucionales que han sido claves. A pesar de ello esta 
situación solo se mantuvo hasta 2016 donde se volvió a vivir un retroceso. 
También Ruanda destaca con sus 53 puntos, estando entre los cuatro países 
subsaharianos con mejor puntuación en el índice. Este gobierno ha tenido que 
lidiar con un escenario devastado por el caos y la violencia que habría dejado 
el genocidio entre tutsis y hutus que finalizo en 1994. Ahora sus líderes 
políticos son reconocidos como “ejemplo de eficacia a la hora de combatir la 
corrupción y atraer inversión extranjera” (Gascón, 2019). Esto no implica que 
esté libre de corrupción, ni mucho menos. El presidente ruandés ha sido 
señalado por llevar a cabo prácticas poco éticas y de carácter violento. 
Por otro lado, el resto de países muestran en su panorama un fuerte deterioro. 
Desde 2012, varios países, incluida la República Democrática del Congo (con 
18 puntos), han disminuido significativamente en el IPC. Este debe hacer frente 
a varios desafíos de corrupción. Según este informe, la integridad política entre 
los funcionarios del gobierno es extremadamente baja, con el 79 por ciento de 
los ciudadanos de la RD del Congo que creen que todos o la mayoría de los 
parlamentarios están involucrados en la corrupción. 
Lo descrito para el Congo puede generalizarse, ya que prácticamente en toda 
la región, el dinero se usa para ganar elecciones, consolidar el poder y 
promover intereses personales. 
En China el índice se encuentra en los 41 puntos, dato superior a la región 
subsahariana en conjunto, pero inferior al de algunos países africanos. El país 
asiático no se encuentra entre los peores situados respecto a sus países 
vecinos, pero está muy por debajo de aquellos cuyos valores son más altos. 
 40 
No se dispone de datos globales del mundo, pero sí para las distintas regiones 
que nos permiten constatar que África subsahariana está en la peor posición. 
La corrupción, al fin y al cabo, en países como los africanos causa grandes 
estragos. Es un gran obstáculo para el desarrollo ya que limita la competitividad 
y contribuye a las desigualdades en el reparto de la riqueza. 
Por añadidura, África es el continente con más países en conflicto y guerras. 
Según el Comité español del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para 
los Refugiados (ACNUR) en 2016, estimaba que existían alrededor de unos 25, 
la mayoría vigentes hoy en día. Esto amenaza la vida y la salud de la 
población, originándose crisis económicas, hambre y desplazamientos que 
resultan ser factores fundamentales a la hora de entender el escaso desarrollo 
en algunos países. 
4.7. Sostenibilidad ambiental del desarrollo y cambio climático. 
Las evidencias que se han ido acumulando en las últimas décadas sobre el 
agotamiento de los recursos no renovables y los efectos del cambio climático 
de origen humano han hecho que la sostenibilidad se haya situado en el centro 
de los debates sobre el desarrollo. En este sentido la aprobación en 2015 por 
parte de la Naciones Unidas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015-
2030) o la firma en ese mismo año del Acuerdo de París sobre el cambio 
climático son un buen reflejo de la importancia de las cuestiones relativas a la 
sostenibilidad. 
Para aproximarnos al estado de este problema en el África subsahariana 
observaremos en primer lugar la huella ecológica y en segundo lugar la 
emisión de los gases de efecto invernadero. 
4.7.1. La huella ecológica. 
La huella ecológica se ha incrementado en toda la región desde las últimas 
décadas. Según Global Footprint Network podemos distinguir entre 4 diferentes 
regiones dentro del África subsahariana. La parte Oriental, donde se 
encuentran Etiopia y Runda, la parte Occidental con Costa de Marfil, el sur 
donde se sitúa Sudáfrica y la zona centro con RD del Congo. Pues bien, las 
 41 
tres primeras regiones, desde hace años tienen una huella ecológica inferior a 
su biocapacidad. Es decir, incurren en déficit ecológico ya que la tierra que 
conforma los territorios no tiene la capacidad de abastecer de recursos 
naturales útiles y absorber todos los desechos que se generan en ellas. Del 
mismo modo, si analizamos en términos per cápita, este déficit se acentúa aún 
más dejando al descubierto una fuerte problemática. 
La región al sur del continente muestra los peores datos. Desde 1969 estaría 
excediendo su capacidad, pero ha sido en las últimas décadas cuando el 
problema se ha acentuado. Además, es una de las regiones cuyo ecosistema 
sufre mayor impacto ambiental del planeta, generado por la demanda humana, 
con 3,03 hectáreas por persona frente a la media mundial de 2,73. 
En la otra cara de la moneda, nos encontramos con la zona centro del 
continente, donde el modo de vida es más conservador con el medio ambiente 
y el valor de la huella ecológica está por debajo de la biocapacidad del 
territorio, por lo que presenta superávit ecológico. 
Ante la situación planteada para África subsahariana nos topamos con que en 
cualquiera de las subregiones la situación no alcanza los niveles de China 
situados en 3,6 hectáreas por persona. Aquí la huella ecológica tiene aún una 
incidencia más negativa que lo que se ha visto para los países subsaharianos.

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