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La cultura de un siglo doc

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La cultura de un siglo: América latina en sus revistas
Los años setenta: Ideas, Letras, Artes en CRISIS.
María Sondereguer
Del intelectual comprometido al intelectual revolucionario
Horizonte simbólico de los años ’70 � Revista Crisis ejecuta una suerte de operatoria distributiva.
Cede lugares, otorga sentidos. Inscripta en esa voluntad de politización de la práctica cultural que dio su
signo al período, la revista propone un repertorio de significados y asigna así criterios de legitimidad �
radicalización política de los intelectuales implicó la determinación de los valores políticos sobre los
culturales, revolución y revisión será la doble impronta de su programa estético-ideológico.
Crisis � salio en mayo de 1973. Vogelius: director ejecutivo. Galeano: director editorial. Constela:
secretaria de redacción.
Luego se integran Gelman y Ford.
Gelman, Ford, Rivera, Romano, Lafforgue y Haroldo Conti proponen algunas de las líneas fundantes del
programa de Crisis: revisión y relectura de la historia argentina; revisión y revalorización de los géneros
“menores”, revisión de la tradición.
A mediados de los ’70 algunos tópicos – nacionalismo, latinoamericanismo, antiimperialismo,
tercermundismo. ya estaban instalados. En Crisis adquieren la espesura de la insistencia. Revisión y
revolución expresan un compromiso doble.
En un espacio marcado por el impacto de la revolución cubana, las luchas sociales en Argentina, el boom
latinoamericano literario y la modernización del estilo periodístico la revista se define como un vehículo
que quiere ser útil en el marco mayor de las luchas de liberación.
Entre mayo de 1973 y julio de 1975 � la entrevista y el ensayo funcionan como estrategias discursivas y
ejercen la tarea pedagógica de crear modelos.
Desde julio de 1975 hasta su cierre en agosto de 1976 � historias e vida pasan a ser los ejes que
estructuran el relato.
Informes: apuntan a persuadir, a convencer, a establecer con sus lectores una complicidad de sentido. Se
estructuran en torno a una clave interpretativa básica, planteada en términos de una fórmula compuesta
por pares de opuestos: Civilización o barbarie, liberación o dependencia.
Entre septiembre de 1973 y julio de 1975 � período comprendido entre el ascenso al poder de Perón y el
momento de crisis más aguda de la administración de Isabel Perón, se precipitará en un incontrolable
deterioro. Crisis plantea con nitidez su programa: por un lado, la discusión historiográfica; por otro, una
redefinición de las jerarquías simbólicas en la concepción de la cultura que pretende integrar el
romancero popular, las telenovelas o el “teatro del oprimido” con la narrativa, el cine o el teatro “cultos”.
Entre el viejo y el nuevo orden, la revista inscribe la conciencia de los ’70: del intelectual comprometido al
intelectual revolucionario.
Poco después de 1975 � pugnas en el interior del movimiento peronista + crisis política general.
Crisis � Zito Lema se incorpora como secretario de redacción y se aleja Galeano, por cuestiones de
seguridad. La lógica de la revista se modifica. El material a publicar debe ser aprobado por la Secretaria
de Prensa de Videla. Atravesada por las consecuencias del golpe de Estado, Crisis publicará solo unos
números más.
La cultura en la encrucijada
Crisis diseña una historia “real” contrapuesta a la historia “oficial”; elabora un nuevo canos creado con los
nombres que habían sido expulsados del panteón nacional.
Revista � responde a las necesidades de un público que ya había incorporado nuevos hábitos de lectura:
algunas editoriales distribuían en los quioscos sus ediciones populares sobre arte, literatura, historia y
economía; desde Primera Plana en adelante, los semanarios de actualidad ofrecían en sus páginas
críticas de libros, de cine y ensayos de cultura general.
Funda su legitimidad cultural sobre un reenvío al pasado en el cual el movimiento peronista es
considerado como el movimiento social y político que expresa la síntesis de las luchas sociales en
Argentina después de 1945.
Este reenvío al pasado se presenta como proyecto hacia el futuro: adhesión al movimiento peronista
forma parte de la adhesión a los movimientos revolucionarios de América Latina y el Tercer Mundo.
Si Rosas y los caudillos representan los genuinos intereses de la nación, su derrota en Caseros
expresaba el triunfo de la Argentina oligárquica y la adecuación de la economía nacional a una división
internacional del trabajo a la que el país se incorporo como exportador de materia prima.
Si el primer gobierno de Perón defiende también el interés nacional, su caída en 155 significa un nuevo
triunfo de la Argentina oligárquica.
Con esta perspectiva, revisión y revolución organizan el programa estético ideológico de la revista Crisis y
sostienen su intervención político moral: si construir una nueva historiografía es escribir una verdad que
había sido escamoteada, desarmar la jerarquía de las producciones simbólicas es liberarlas de una
falsedad, disolver imaginariamente, las diferencias sociales.
Volver a los ´70
Años después, en 1986, escasos meses antes de la muerte de Vogelius, Crisis es editada nuevamente.
La revista aparece una vez más durante dos años más a partir de 1987.
Se presenta en Brasil, donde salen dos números. La presencia de Galeano y de Aníbal Ford como
Asesores muestran una intensión: recuperar el “espíritu” de la Crisis primera. Sin embargo, tensionados
por al necesidad de elaborar respuestas a los desafíos de una época nueva y por la nostalgia de la “Crisis
de los años ´70” ninguno de los dos intentos logra superar su condición de memoria de una propuesta
recordada como la pasión y esperanza de nuestra América.

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