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Arte y mercado: Las artes plásticas y la fotografía
La querella de la fotografía y sus usos sociales
� JULIO MOYANO: “Antecedentes de la fotografía”
� GISÈLE FRUEND: “La fotografía como documento social”
La reproducción de imágenes
visuales acompaña a la humanidad desde
la prehistoria, bajo la forma de pintura,
dibujo y otras artes visuales. Pero la
fotografía como técnica de reproducción a
partir de procesos ópticos y químicos, en
cambio, es mucho más reciente,
contemporánea del ascenso de la sociedad
burguesa en los siglos XVIII y XIX, la
primera revolución industrial y del
desarrollo de las ciencias experimentales
modernas. La hipótesis de Freund es que
la imagen responde a la necesidad cada
vez más urgente en el hombre de dar una
expresión a su individualidad.
Algunos antecedentes de la misma,
sin embargo, son más antiguos. Algunos
de ellos son las proyecciones de sombras
en movimiento sobre una pantalla, propia
de una variante del arte dramático chino
desde la antigüedad (sombras chinescas),
la proyección sobre un plano por efecto de
un haz de luz sobre imágenes sobre papel
traslúcido o vidrio (linterna mágica) y
muy especialmente, la cámara oscura.
La cámara oscura
La cámara oscura era, como su
nombre lo indica, una habitación cerrada
al paso de la luz, excepto por un pequeño
agujero en el centro de una de sus
paredes. La luz producía un efecto
curioso: en la pared interior opuesta al
agujero proyectaba una imagen de
aquellos objetos que se hallaban frente al
mismo fuera de la habitación.
La imagen era borrosa, dependía de
que la fuente de luz fuese muy potente
(luz solar a pleno día o fuego) y además
aparecía invertida (lo de abajo arriba y
viceversa). El fenómeno produjo, sin
embargo, un enorme interés entre los
sabios de la antigüedad, con fines
artísticos, científicos o lúdicos. Hacia el
año 300 A.C. el filósofo griego
Aristóteles utilizó la cámara oscura para
estudiar los eclipses de sol.
Los artistas utilizaron este
fenómeno como técnica para esbozar en el
plano las imágenes proyectadas por la
cámara, así como para generar
espectáculos proyectados en una
habitación oscura y para generar juegos
luminosos (linterna mágica). Es por este
uso que la cámara reduce su tamaño hasta
convertirse en una pequeña caja.
Sombras chinescas y linterna mágica
A comienzos de la modernidad se
le incorpora una lente al orificio para
mejorar la nitidez de la imagen. Leonardo
Da Vinci se interesó por el fenómeno y lo
utilizó él mismo como recurso para
pintura y astronomía, apuntando que
mientras la imagen era reducida y más
pequeña, conservaba las proporciones de
forma, tono y color. Giovanni Della
Porta sistematizó el uso de la lente, y el
jesuita alemán Athanasse Kircher
(1602-1680) construyó una linterna
mágica para proyectar palabras.
Una fuente de luz encausada por un
tubo o caja angosta permitía proyectar la
misma sobre un plano. Bastaba entonces
colocar lo que deseaba proyectar sobre un
soporte translúcido o transparente,
usualmente papel manteca o vidrio,
antecedentes del actual film de celuloide.
Estas imágenes eran fijas. Algunas
evoluciones de la linterna mágica ya
preparan el interés por los espectáculos de
proyección.
Las sombras chinescas, en cambio,
jugaban con el movimiento de las formas
generadas por el contorno de las sobras a
contraluz sobre una pantalla. Esta técnica
es considerada un antecedente de la
reproducción de la imagen movimiento.
Crisis del feudalismo y ascenso de la
sociedad burguesa: la silueta y el
fisionotrazo
Los antecedentes ideológicos de la
fotografía pueden rastrearse en la silueta y
el fisionotrazo de mediados del siglo
XVIII. El primero consistía en una
técnica pictórica que registraba el
contorno del rostro de una persona. El
fisionotrazo, en cambio, fue una técnica
mixta de registro de contorno y pintura
que fue inventado por Chretien en 1786 y
que permitió la expansión del retrato.
Si bien se hallan disponibles
inicialmente para los nobles, pronto son
apropiadas por amplias capas burguesas
de las ciudades. A principios del siglo
XIX, el retrato individual recibía una
idéntica aceptación en todas las capas
sociales: desde el obrero hasta el burgués,
lo que le permite asegurar a Freund que el
retrato fotográfico reflejaba la voluntad de
ascenso social propia de la época.
Investigaciones químicas y demanda de
retratos
La silueta y el fisionotrazo no
tienen nada que ver con el descubrimiento
técnico de la fotografía, sólo fueron sus
precursores ideológicos. Durante el siglo
XVIII, Thomas Wedgwood y Humphry
Davy realizaron estudios acerca de ciertos
compuestos con plata, en especial el
nitrato y el cloruro, que poseían ciertas
propiedades de sensibilidad a la luz.
Pronto se sistematizaron con rigor
científico sus experimentos con la
intención de obtener imágenes a partir de
las reacciones de estas sustancias a la luz.
Utilizando papel impregnado de
cloruro de plata lograron reproducir
objetos de formas sencillas y contrastantes
como perfiles humanos, siluetas de hojas
y cuadros en la pared. Las imágenes, sin
embargo, duraban poco tiempo. Expuestas
a la luz ambiental, el papel se ennegrecía
por completo. La inquietud por lograr una
reproducción permanente continuó a
comienzos del siglo XIX, impulsada por
la creciente investigación científica en el
campo de la química y de la óptica, así
como por el requerimiento cada vez más
amplio de retratos.
Niepce y Daguerre: entre el uso
científico y comercial de la fotografía
El verdadero precursor de la foto
fue el daguerrotipo. Niepce, nos dice
Freund, dio pasos decisivos inspirado por
una nueva técnica para reproducir dibujos:
la litografía, que llegó a Francia en 1814.
Se trataba de una técnica de reproducción
de altísima calidad para su tiempo, y muy
económica. Probó con numerosos
soportes (comenzando con piedras) y
emulsiones, y logró en 1816 la primer
fotografía de la historia, aunque aún no
sabía cómo hacerla permanente. Recién
en 1827 obtuvo, tras muchos intentos, la
primera imagen conservable.
Daguerre logra avances decisivos y
en 1839 patenta su innovación con el
nombre de daguerrotipo. Si bien los
primeros usos sociales del daguerrotipo,
según la propuesta del mismo Daguerre,
fueron científicos, pronto se intensificó su
uso artístico para comercializar retratos.
El sistema de Daguerre se expande por el
mundo occidental en forma inmediata. A
Montevideo llegará en 1839, y a Buenos
Aires en 1841, sólo demorado por el
bloqueo anglofrancés.
William Talbot: el calotipo y el negativo
También durante la década de 1830,
mientras Daguerre buscaba perfeccionar
su invento, el británico William Talbot
lograba nuevos avances. Entre otros
logros, inventó el procedimiento que
permitía evitar la reacción de la parte del
papel con emulsión que no se expusiese
directamente a la luz, y revolucionó el
arte fotográfico al organizar un sistema en
soporte papel con un negativo que
permitía lograr infinidad de copias de una
misma exposición.
Mejoró, además, el tiempo de
exposición necesario y la calidad de la
imagen. Talbot llamó a su invento
"calotipo" y lo presentó el mismo año
1839 en que Daguerre presentó el suyo.
De Nadar a Disderi: del artista
fotógrafo al fotógrafo comerciante
Los primeros fotógrafos eran
pintores bohemios, miniaturistas y
grabadores arruinados. Por eso Freund
dice que la primera fase del retrato
fotográfico corresponde al artista
fotógrafo y el ejemplo es Félix Nadar.
Este dibujante bohemio abrió en 1853 un
taller fotográfico y pronto se vio obligado
a adaptar su oficio al gusto de un público
nuevo constituido por la burguesía rica.
El golpe decisivo que acabaría
arruinándoles del todo fue la aparición de
Disderi, un empresario con mucho más
espíritu comercial que comenzó a vender
sus retratos en un nuevo formato de
menor tamaño (tarjeta de visita) y a un
precio cinco veces más barato, lo que
permitió una producción mucho mayor y
democratizar el retrato de manera
definitiva.
Nuevas indagaciones técnicas y la
decadencia del oficio
Con la enorme aceptación que
adquirió la fotografíaen la vida social de
la segunda mitad del siglo XIX y
aprovechando los avances químicos de la
segunda revolución industrial, en 1885
George Eastman introdujo en el
mercado los negativos sobre plástico
sensibilizado con bromuro de plata fijado
con gelatina, con lo que el vidrio y la
hojalata quedaron rápidamente atrás como
soportes. Esto permitió un notorio avance
en la manipulabilidad y transportabilidad
de los negativos, en tanto que el
positivado quedó reservado a las casas
especializadas de Kodak.
La fácil manipulación de los
negativos que pronto tomaría la forma
clásica de rollos de 35 milímetros de
ancho, con una cantidad de exposiciones
disponibles (normalmente 12, 24, 36,
etc.), completó los requerimientos para el
nacimiento del sistema Kodak de
comercialización, que desde 1886
incluyó la venta masiva de cámaras
portátiles. “Apriete el botón, nosotros nos
encargamos del resto”, fue el slogan de
Kodak. La técnica fotográfica se hizo
cada vez más impersonal y los costos se
abarataron significativamente. Por eso
Freund dice que esto determinó que la
decadencia del oficio del fotógrafo.
El revolucionario avance de la
industria química permitió ya en la década
de 1880 presentar al mercado el papel de
revelado químico (la imagen surge por
acción química del revelador frente a la
luz que pasa a través del negativo ya
revelado), por iniciativa de Eastman
Kodak.
Este nuevo papel permitió otro salto
revolucionario: dada su sensibilidad,
podía lograrse el positivado con luz
artificial y no sólo solar, y podía hacerse a
distancia (sin contacto directo) por lo que
comenzó a vislumbrarse la técnica de la
ampliación de copias. Para 1905 este
papel era el más utilizado en el mundo.
Utilizando el mismo soporte, tipo
de emulsión y sistema comercial, Kodak
logró en 1935 el primer proceso
fotográfico en color, el Kodachrome. El
principio de esta nueva técnica es que los
colores no están en la emulsión cuando el
obturador abre la cámara oscura, sino en
el proceso químico al que se la somete en
el revelado.
En 1942, el sistema Ektachrome
incorpora los colorantes a la misma
emulsión. Los sistemas tuvieron nuevas
oleadas de mejoras en los últimos sesenta
años, pero el principio básico y la
capacidad de reproducir imágenes con
colores naturales y gran fidelidad en
formas y detalles estaba en lo
fundamental ya lograda hacia fines de la
segunda guerra mundial.
Fotografía y medios
En 1880 aparece por primera vez en
un periódico una fotografía reproducida
con medios puramente mecánicos. Con el
tiempo nacería una nueva raza de
reporteros: los paparazzi, cuyos éxitos no
hacen más que profundizar la
depreciación del oficio. Junto con las
fotos sin flash y sin pose abren el camino
al fotoperiodismo moderno.
Ya en el siglo XX la fotografía se
vuelve central en muchas revistas de
distribución masiva (casos de LIFE y
TIME). Paralelamente aparecen en el
mercado editorial las primeras revistas
especializadas en fotografía como campo
autónomo. La televisión reforzaría esta
tendencia a la importancia de la imagen y
lo visual en los medios.

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