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HABERMAS: Historia y crítica de la opinión pública
Introducción
La cuestión de partida
El uso lingüístico de ¨público¨ y ¨publicidad¨ se prestan a una turbia conexión. No sólo el lenguaje
cotidiano contribuye a ello, también las ciencias, incapaces de substituir categorías tradicionales como
¨público¨ y ¨privado¨, ¨publicidad¨, ¨opinión pública¨, por conceptos más precisos.
¨Públicas¨ llamamos a aquellas organizaciones que, en contraposición a sociedades cerradas, son accesibles
a todos. Ej: Plazas públicas. Pero ya el hablar de ¨edificios públicos¨ implica algo más que la alusión a su
accesibilidad general. Albergan instalaciones del Estado y ya sólo por eso cabría predicar de ellos la publicidad. El
Estado es la ¨administración pública¨. Debe el atributo de la publicidad a su tarea: cuidar del bien común, público.
La utilización más frecuente de la categoría en el sentido de la opinión pública implica significaciones que
tienen que ver con público, con notoriedad pública, pero que no coincide en absoluto con éstos. El sujeto de esa
publicidad es el público como portador de la opinión pública, y la notoriedad pública está vinculada con la función
crítica de aquélla. En el ámbito de los medios, la notoriedad pública ha variado su significación. De una función de
la opinión pública ha pasado a ser un atributo de aquello que atrae a la opinión pública. Incluso la publicidad se
presenta como una esfera en la que los ámbitos de lo público y de lo privado están frente a frente. Hacia finales del
siglo XVIII, la publicidad pertenece a la sociedad burguesa.
Acerca del tipo publicidad representativa
Durante la Edad Media europea, la contraposición jurídica romana de publicus y privatus, aun cuando
utilizable, no es obligatoria. Una organización económica del trabajo social hace de la casa del señor un elemento
central de todas las relaciones de dominio. El dominio del feudo comienza a dar paso en la Alemania del siglo
XVIII, como consecuencia de la liberación campesina y del aligeramiento de los feudos, a la propiedad privada de
la tierra. El poder doméstico no es dominio.
La plaza de mercado es públicamente accesible. Este ¨común¨ está enfrentado a lo ¨particular¨. Este es lo
separado. En el marco de la constitución feudal se refiere, por otro lado, lo particular también a los distinguidos con
derechos particulares, con inmunidades y privilegios; lo particular constituye la liberación respecto del núcleo de la
feudalidad y con ello, al mismo tiempo, de lo ¨público¨.
En la Edad Media, la publicidad representativa no se constituye como un ámbito social. Es algo así como
una característica de status. El status del señor feudal es neutral frente a los criterios ¨público¨ y ¨privado¨; se
muestra como la corporeización de un poder siempre ¨elevado¨. La representación sólo puede ¨darse en la esfera de
la publicidad, no hay representación que pudiera considerarse ¨asunto privado¨¨. Lo que pretende esa representación
es hacer visible, por medio de la presencia públicamente presente del señor, un ser invisible.
La evolución de la publicidad representativa está ligada al atributo de la persona: insignias, hábitos, gestos
y retórica. En un código estricto del comportamiento ¨noble¨. Durante la Edad Media, las virtudes tenían que
adquirir cuerpo, había que exponerlas públicamente. Pero la publicidad de la representación cortesano-caballeresca,
desarrollada más en los días festivos que en los días de audiencia, no constituye una esfera de la comunicación
política . Es signo de un status social. El código caballeresco de conducta es común a todos los señores, desde el rey
hasta el semicampesino caballero de un único escudo.
Sólo aquellos señores del espíritu poseen un local para la representación: la Iglesia. En la misa y en la
procesión, sobrevive aún hoy la publicidad representativa. Sólo la Iglesia ha sobrevivido y tan solitariamente que
quien no ve en ella sino fachada externa está obligado a decir que ya solo representa a la representación. El entorno
forma parte de la publicidad representativa y está excluido de ella: es privada. La misa y la Biblia son leídas en
latín, no en el lenguaje del pueblo.
En el siglo XVI, con el cortegiano comienza a desprenderse del caballero cristiano un cortesano
humanísticamente instruido. Su serena y elocuente sociabilidad es síntoma de la nueva sociedad en cuyo núcleo
central está situada la Corte. La aristocracia agraria, autosuficiente merced a sus propiedades rurales, pierde fuerza
representativa: la publicidad representativa se concentra en la corte del soberano. La fiesta barroca ha perdido ya
publicidad respecto de las fiestas de la Edad Media. Torneo, danza y teatro se retiran de las plazas públicas a los
jardines, de las calles a los salones de palacio. Pero el fundamento de la publicidad representativa no solo es
conservado, sino que se manifiesta aún más claramente. No servían tanto el placer del participante cuanto a la
demostración de la grandeur del anfitrión. Tampoco aquí estaba el pueblo completamente excluido; quedaba en la
calle constantemente a la expectativa.
En el siglo XVI, Privat alude a la exclusión de la esfera del aparato estatal. El público es, en contraposición
a la privacidad, el ¨poder público¨. Los servidores del Estado son personas públicas (tienen un oficio público, los
negocios de su oficio son públicos) y públicos se llama a los edificios y establecimientos de la autoridad. Del otro
lado, están la gente privada y los hogares privados. Gotthelf habla del hombre privado. Enfrentados a la autoridad
están los súbditos excluidos de ella. Aquella sirve al bien común, éstos persiguen su provecho privado.
Hasta el final del siglo XVIII, los poderes feudales (Iglesia, soberanía y estamento señorial) se atomizan en
elementos privados y públicos. La religión se convierte en un asunto privado. La llamada libertad religiosa garantiza
la primera esfera de autonomía privada. La polarización del poder soberano comienza a hacerse visible con la
separación del presupuesto público y bienes domésticos privados del señor feudal.
Excursus: el final de la publicidad representativa ilustrado con el ejemplo de Wilhelm Meister
Las formas de publicidad representativa conservan plena efectividad hasta el umbral del siglo
XIX. Goethe escribió la 2º versión de su Wilhelm Meister. En esa obra se encuentra la carta en la que
Wilhelm renuncia al ajetreado mundo burgués materializado por su cuñado Werner. El noble es una
persona pública, y cuanto más cuidados sus movimientos, cuanto más sonora su voz, cuanto más
estudiada y medida su propia esencia, más perfecto es y todo lo demás que posea y que le circunde,
capacidad, talento, riqueza, sólo parecerá añadidos. Según Goethe, la burguesía ya no puede conseguir
una publicidad representativa desde su casa. El noble es lo que representa; el burgués, lo que produce: ¨Si
el noble, por medio de la exposición de su persona, todo lo da, nada da el burgués mediante su
personalidad. A aquél le es dado y ha de parecer; éste sólo ha se ser, y lo que quiera parecer resulta cursi
y grotesco¨.
3. Sobre la génesis de la publicidad burguesa
El capitalismo temprano es conservador política y económicamente (sigue viviendo de los frutos de viejo
modo de producción). La producción agraria es forzosamente feudal. Sin reestructurarlo (al modo) no
consigue librarse de la ambigüedad de sus rasgos: este capitalismo estabiliza, por un lado, las relaciones
estatales de dominio; y pone, por otro lado, los elementos en los que las relaciones habrán de disolverse.
Nos referimos a los elementos del nuevo marco de relaciones: el tráfico de mercancías y noticias creado por
el comercio a larga distancia del capitalismo temprano.
Mercados locales estrictamente reglamentados. Con el comercio de larga distancia para el cual la ciudad era ya solo
una mera base operativa, surgen mercados de otro tipo. Ferias periódicas q pronto se establecen, con el desarrollo
de las técnicas financieras capitalistas, como Bolsas. El orden político no resulta afectadopor los nuevos procesos
políticos. La vieja capa dominante participa en ello solo como consumidora.
El tráfico de noticias es desarrollado sobre las vías de tráfico mercantil; Los cálculos del comerciante
necesitaban como consecuencia de la extensión del comercio, de información más frecuente y más exacta
sobre hechos, y antecedentes especialmente lejanos. Por eso desde el S XIV el viejo tráfico epistolar del
comerciante da lugar a un sistema profesional de correspondencia. Correos ordinarios fueron organizados
por los comerciantes de acuerdo con sus propios fines. Las grandes ciudades comerciales son al mismo
tiempo centros de tráfico de noticias, cuya permanencia se hizo urgente en la medida en q el trafico de
mercancías y de papeles-valor se hizo también permanente. Casi al mismo tiempo q surgen las Bolsas,
institucionalizaron el correo y la prensa, los contactos y la comunicación duraderos. De todos modos,
bastaba a los mercaderes un sistema de información profesionalmente discreto y a las chancillerías urbanas
y cortesanas un sistema administrativo interno. A ninguno de ellos le resultaba cómoda la publicidad de la
información. Mucho más coincidían con sus intereses los “periódicos escritos”. Según Sombart, no puede
hablarse de “correo” hasta q la oportunidad del transporte regular de cartas es accesible al publico en gral.
Tampoco puede decirse q hay Prensa, hasta q la info periodística regular no se hace publica, hasta q no
resulta accesible al público en gral.
Los elementos q forman en marco del trafico tempranamente capitalista, del trafico de mercancías y noticias,
demuestran su potencia revolucionaria en la fase del mercantilismo, en la q se forman las economías
nacionales y territoriales al mismo tiempo q el Estado moderno. El q en 1959 la Liga Hanseática fuera
definitivamente confirmada desde Londres, instalándose dos años después la compañía de los Merchant
Adventurers en Hamburgo, indica no solo es ascenso comercial de Inglaterra sino q es síntoma de una
nueva etapa alcanzada entretanto por el capitalismo. Se llevó a cabo una nacionalización de la economía
urbana y se constituyó lo q hoy se conoce como “nación”. El estado moderno, con sus organizaciones
burocráticas y una necesidad financiera creciente, actúa a su vez retroactivamente como acelerador de la
política mercantil. El estado moderno es esencialmente Estado Impositivo y la administración financiera la
pieza clave de su administración general. Fue necesaria la delimitación entre bienes domésticos del
soberano y bienes estatales.
La reducción de la publicidad representativa que acontece con la mediatización de las autoridades
estamentales producida por causa de la de los Sres feudales, ofrece otra esfera espacial que está enlazada
con el nombre de la publicidad en el moderno sentido de la palabra: la esfera del poder Público. Este se
objetivisa en una administración constante y en un ejército permanente; la permanencia de los contactos en
el trafico de mercancías y noticias (bolsa, Prensa) coincide ahora con una actividad estatal continuada. El
poder público se consolida como perceptible estar-frente-a aquellos q le están meramente sometidos. Por q
ellos son las personas privadas excluidas en el poder público. “Público” el atributo no se refiere al
funcionamiento del aparato dotado del monopolio de la violencia legítima. El dominio señorial se transforma
así en “política”.
La exploración y ampliación de mercados exteriores, el nuevo colonialismo, actúa cada vez más en provecho
del desarrollo de las economías mercantiles internas; en la misma medida, los intereses del capital
manufacturero prevalecen frente a los del capital comercial. Así se modifica el tráfico de mercancías y con
ellos también la estructura productiva: El intercambio entre materias primas y productos acabados tiene q
entenderse como un proceso de transformación del viejo modo de producción en un modo capitalista de
producción.
Se constituye la sociedad burguesa, las actividades y dependencias q hasta el momento habían sido
relegadas en el marco de la economía domestica, aparecen en el umbral hogareño a la luz de la publicidad.
Esta esfera privada de la sociedad, q ha adquirido relevancia pública ha caracterizado en la opinión de
Hannah Arendt, la moderna relación de la publicidad con la esfera privada, engendrando lo “social”.
El Sr de la casa adquiere su moderna significación: las obligaciones señoriales domesticas se reducen
esmerando su celo en ellos, al ahorro. En la economía moderna, el Estado ha ocupado el lugar principal de
la casa y la ha convertido en una economía de comercios.
Dentro de este orden político y social se desarrolla el segundo elemento constitutivo del marco del tráfico
tempranamente capitalista: la Prensa. Aparecen los primeros periódicos en sentido estricto. Los suscriptores
de las correspondencias privadas no tenían interés en q el contenido de éstas se hiciese público, por eso los
periódicos políticos no existen para los comerciantes, sino q los comerciantes existen para los periódicos. Se
publicaban informaciones del segundo orden del material de noticias disponible. El tráfico de noticias se
desarrolla no solo en relación con las necesidades del tráfico mercantil: Las noticias mismas se han
convertido en mercancías. La información periodística profesional obedece, a las mismas leyes del mercado
a cuyo surgimiento debe su propia existencia. Una parte del material de noticias recibidas comenzó, a
imprimirse periódicamente y a venderse anónimamente, consiguiendo así pues, publicidad.
El interés de las nuevas autoridades por utilizar a la prensa de acuerdo con los objetivos de la administración
había crecido. Ese instrumento les servía para dar a conocer órdenes y disposiciones, se convirtieron los
destinatarios propiamente por vez primera en “público”. La autoridad dirigía sus participaciones “al”
publico, pero no llegaban al hombre común, sino a los “estamentos ilustrados”. Junto al aparato del Estado
moderno surgió una nueva forma burguesa q habrá de ocupar una posición central en el conjunto del
“público” su núcleo lo constituyen los funcionarios de la administración real, predominantemente juristas,
médicos, curas, etc y “sabios”. Los propiamente “burgueses” (del burgo), los viejos estamentos profesiones
de artesanos y tenderos perdieron relevancia social. Las compañías se vincularon con el Estado. Los nuevos
Burgueses, son un público de lectores. No pueden ser integrados en bloque como capa. Llevan a una
tensión entre “ciudad” y “corte”. La autoridad provoca en esta capa su auto comprensión como un
competidor en el juego, como público de la naciente publicidad burguesa q se desarrolla en la medida en q el
interés público de la esfera privada de la sociedad burguesa deja de ser tomado en consideración como algo
propio por los mismos súbditos. Junto a los agentes del capitalismo comercial y financiero el creciente grupo
de editores, manufactureros y fabricantes pasan a ser dependientes de medidas administrativas, y de ahí la
intención de no dejar reglamentar meramente su actividad. El mercantilismo no favorece al funcionamiento
del estado; la política industrial requiere más bien la construcción y demolición de empresas privadas
trabajando en sentido capitalistas por vías burocráticas. La relación entre autoridad y los súbditos cae así en
la propia ambivalencia de la suma de relegamiento público e iniciativa privada. Y de ese modo de vuelve
problemática la zona en la q el poder publico entra en contacto con las personas privadas. La población
urbana también se ve afectada, en torno a tasaciones e impuestos de la intervención pública en el
privatizado hogar y se transforma en una esfera crítica; Ej cuando llega la escasez de trigo llega a prohibirse
por decreto el consumo de pan los viernes por la noche el pueblo critica. La zona de contacto administrativo
se convierte en zona de “crítica” también en sentido de q reclama la critica de un publico raciocinante, y este
publico podrá reaccionar a este reclamo, ya q solo necesitapara ello la Prensa.
Desde el ultimo tercio del S XVII los periódicos eran completados con revistas q además contenían
instrucciones pedagógicas, criticas e incluso reseñas. El curso de la primera mitad del S XVIII hace su
entrada en la prensa diaria con el artículo “sabio”, el raciocinio.
Los ciudadanos reciben por encargo del soberano, ideas q al punto de convertirse en propias y vuelven
contra aquel.
El publicum se desarrolla convirtiéndose en publico, el subjectum , en sujeto; el destinatario de los mandatos
de la superioridad, en adversario. Desde mediados del S XVII se habla de public en Inglaterra, le public en
Francia y tb en Alemania. El público era un público juez; lo q se somete a juicio público consigue “publicidad”.
La crítica misma se expone en forma de “opinión pública”, noción acuñada en la segunda mitad del S XVIII.
5. Instituciones de la publicidad.
Le public se llamaba en Francia a los destinatarios, consumidores y críticos de arte y literatura. Se entendía
a la corte, aristocracia urbana, y a la capa superior de la burguesía q tenía asiento en los palcos del teatro.
Un momento moderno aparece formado con el Hotel de Rambouillet, donde aparece lo q luego habría de
llamarse Salón. Con Felipe de Orleáns q trasladó el palacio de Versalles a París, perdió la corte su posición
central en la publicidad. En la medida pues, q la “ciudad” toma el relevo de sus funciones culturales, cambia
no solo el sostén de la publicidad sino la publicidad misma. La esfera de la representación real se convierte
en apenas conservada fachada. El colosal ceremonial retrocede a casi la intimidad burguesa.
Se puede observar luego de la Gran Revolución, un cambio muy profundo en las relaciones entre corte y
ciudad. La corte fue en lo sucesivo residencia de una flia real de vida retirada q se contemplaba a distancia.
El sobrepeso de la “ciudad” es apuntado con nuevas instituciones q en Inglaterra y en Francia tenían
idénticas funciones el Café y el Salón. Tuvo época floreciente (el café) entre 1680 y 1730. Se trata de
centros de crítica literaria y luego también política en los q comienza a establecerse una paridad entre los
gentes cultivadas aristocráticas y la intelectualidad burguesa. En la primera década del S XVIII habían
en Londres 3000 cafés, cada uno con un círculo de clientes de alcurnia. La aristocracia inglesa representa
intereses hacendados y adinerados. Así se extiende bien pronto el raciocinio q integró disputas económicas y
políticas. Solo eran admitidos en las salas de Café varones. , mientras q el salón también contaba con una
impronta femenina. En Francia los salones formaban un enclave propio. En la medida en q la burguesía
estaba poco menos q excluida de la dirección del Estado y de la Iglesia tomando cada vez mas posiciones
clave en la economía. Se produjo aquí un común alineamiento de la nobleza y de la gran burguesía
bancaria y burocrática con la “intelectualidad”. La opinión se emancipa de los vínculos de la dependencia
económica. El salón mantenía el monopolio de la primera publicación.
En Alemania no hay “ciudad” alguna q pueda servir de infraestructura a una remoción de la publicidad
respectiva de la corte, favoreciendo la aparición de instituciones de publicidad burguesa. Pero análogos
elementos se encuentran Tb aquí, por lo pronto las ilustradas Tischgesellschaften , en las reuniones
dialogantes del S XVII. Estaban excluidas de la práctica política, pero al igual q q el de las casas de café,
su publico se recluta entre personas privadas activas en el trabajo productivo. La conjunción de personas
privadas en calidad de público se mantenía en secreto; anticipaba la puerta cerrada, la publicidad burguesa.
La práctica secreta de la ilustración. La razón q ha de realizarse en la comunicación racional de un público
de hombres instruidos en el uso público del entendimiento necesita protegerse frente a la divulgación. En
tanto la publicidad ocupa si puesto en la secreta chancillería real, no puede acceder la razón al dominio
público.
La práctica de las sociedades secretas un valida a sui propia ideología en la medida en q el público
raciocinante comenzó a prevalecer frente a la publicidad autoritariamente reglamentada. Otras sociedades,
se amplían, dando lugar a agrupaciones públicas de un relativamente fácil acceso. En ella han ganado
claridad el estilo burgués del trato social, la intimidad, la moral contraria a la convención cortesana.
Las Tischgesellschaften, los salones y las casas de café organizaban una tendencia hacia la discusión
permanente entre personas privadas; de ahí q dispusieras una serie de criterios institucionales comunes. Por
lo pronto se exige un tipo de trato social q no presupone la igualdad de status, sino q prescinde por lo
general de él. Se impone el tacto de la igualdad de calidad humana de los nacidos iguales. Tampoco las
dependencias económicas tienen ahora relevancia, las leyes del mercado están suspendidas como las del
Estado. Las personas privadas constituyen el público. Esta idea de público se ha institucionalizado allí, y se
ha hecho eficaz.
La discusión del marco de un público tal, supone en segundo lugar, la problematización de ámbitos
incuestionados hasta aquel momento. “Lo general” de q ahora de ocupaba el público seguía siendo
monopolio interpretativo de las autoridades eclesiásticas y estatales. En la medida en q las obras filosóficas y
literarias y las obras artísticas en general comenzaron a ser producidas para el mercado y mediadas por él,
adquirieron semejanza esos productos culturales con aquellas informaciones: en su calidad de mercancías,
comenzaron a ser universalmente accesibles. Poco tiempo les quedaba ya como elementos de
representaron de la publicidad eclesiástica o cortesana. El mismo proceso q lleva a la cultura a convertirse
en mercancía, y a ser objeto de critica y controversia, lleva al desenclaustramiento del público. Ahora se
entiende a si mismo y se encuentra dentro de un publico más amplio formado por todas las personas
privadas a las q se les presupone patrimonio e instrucción suficiente como para adueñarse del mercado de
objetos en discusión. Las cuestiones discutidas se convertían en algo “general”·, no solo en el sentido de
relevancia, sino tb en el sentido de accesibilidad. Todos deben poder entender de ello.
El gran publico formado difusamente al margen de las tempranas instituciones de público, tiene una
envergadura reducida si se la compara con la masa de la población rural y del “pueblo” urbano. La escuela
primaria es allí donde la hay inferior; el número de analfabetos es altísimo. A comienzo del S XVIII más de
la mitad de la población vive en los límites de la mera supervivencia.: las masas son iletradas y
depauperadas. Con el público difuso formado a partir de la comercialización del tráfico cultural surge una
nueva categoría social.
La aristocracia cortesana del S XVII no constituía propiamente un publico lector, la producción basada en el
mecenazgo tiene q ver mas con un estilo de consumo visible. Se forma ésta en los primeros decenios del
siglo XVIII, luego de q los editores hayan sustituido a los mecenas en el encargo de obras a los escritores,
encargando después al mercado su distribución.
Igual q en la literatura también se hace el teatro por vez primera con un público cuando el teatro cortesano y
de palacio se hace “publico”.
La entrada paga convirtió también al concierto en mercancía; al mismo tiempo apareció algo así como la
música desvinculada de fines u obligaciones: por vez primera se juntaba un público a oír música como tal. En
la misma medida se emancipaban los pintores de las ataduras del gremio, de las de la corte y la iglesia.; del
artesano surge una ars liberalis, aunq ésta evidentemente, por via del monopolio estatal.
La discusión se convierte en medio de apropiarse del arte. La crítica de arte como conversación. El público
forma también “los aficionados ilustrados”. Surgen los críticos de arte profesional, es decir la critica de arte
como profesión. Esta a salido de los Salones y se la llamó“juez de arte”. Se entiende a si mismo como
mandatario público y al mismo tiempo como su pedagogo. Pueden entenderse a si mismos como portavoces
del publico xq no conocen autoridad alguna fiera de la q proporciona el razonamiento. Pueden volverse
contra el público mismo cuando impugnan la calidad de sus críticos. No constituye una “profesión” en sentido
estricto, tiene algo de amateur.
Pronto se convierte el escrito periódico en instrumento publicístico de esa critica. Los periódicos de crítica
artística y cultural son creaciones típicas del siglo XVIII. Por una parte la filosofía es ya solo posible como
filosofía crítica y la literatura y el arte son solo posibles en conexión con la crítica literaria y artística. Por otro
lado adquirió también el publico ilustración solo por la vía de la apropiación critica de filosofía, literatura y
arte: solo por esta vía llego a comprender el proceso vivo de la ilustración.
Un fenómeno clave en este contexto son los semanarios morales. Constituyen una parte de las discusiones
de las casas de café y se entienden aun como piezas literarias. Steele y Adisson sacaron en 1709 el primer
número del Talter. Estos artículos son objeto de discusión. Las cartas de lectores se institucionalizaron por la
época en q el Spectator de desprendió del Guardian.
En los semanarios morales aparece la tensión interna de la concepción de q si tenían aquellos q se sentían
llamados al procedimiento oral de un modo mas claro q en los periódicos posteriores.
Adisson se calcificaba a si mismo como censor of manner and morals.
6. La familia burguesa y la institucionalización de una privacidad inserta en el público.
Mientras q las instituciones más tempranas de la publicidad burguesa están prisioneras de la nobleza
desprendida de la corte, en cambio el gran “publico” formado en teatros, museos y conciertos es un público
burgués tb desde el punto de vista de su procedencia social. Su influencia triunfa alrededor de 1750. Esos
semanarios surgen de necesidades de un público lector burgués. Este Público apasionado tematizador de sí
mismo busca entendimiento e ilustración. Su hogar es la esfera de la pequeña flia patriarca.
La aristocracia urbana, en particular la parisina, continua manteniendo “casa” y ve con malos ojos la
intimidad de la vida familiar burguesa. Esta se desprende de las viejas formas de la comunidad granfamiliar q
se conservaban sobre todo en el campo todavía en el S XVIII.
Formas familiares eran preburguesas tb en el sentido de q no se sujetaban a la diferenciación entre publico y
privado.
La privatización de la vida puede observarse en un cambio estilístico de la arquitectura. En las mansiones
privadas modernas han sido reducidos a su más mínima expresión todos los espacios funcionales a la casa
completa.
Riehl analiza el proceso de privatización de la casa q la lleva a ser más habitable para cada individuo pero
mas estrecha y mas pobre para la flia. Las fiestas de mansión se convierten en veladas de sociedad. Pero el
salón no rinde tampoco servicio a la casa, sino a la sociedad y esta muy lejos de ser meramente equivalente
al estricto y fijo círculo de amigos de la casa. La línea fronteriza entre la esfera privada y la publicidad
atraviesa la casa. Las personas privadas salen de la intimidad de su sala de estar a la publicidad del salón.
Solo el nombre de Salón recuerda el origen, la esfera de la sociedad aristocrática. Ese espacio constituye el
lugar de una emancipación psicológica. Coincide con la emancipación político económico. Aun cuando la
esfera del círculo familiar no quiere sino verse independiente desprendida de todo vínculo social, esta en una
relación de dependencia con la esfera del trabajo y del tráfico mercantil. Los poseedores de mercancías
pueden considerarse en cierto modo, autónomos.
La representación de los hombres en la flia, a cuya intimidad arrancada a la contracción social subyace en
verdad una autonomía privada ejercida en el mundo competitivo de los negocios. Una autonomía q cae fuera
del ámbito de la autonomía de q goza el competidor en el mercado. Esos tres momentos: libertad de impulso
de voluntad, comunidad amorosa e instrucción, dan lugar a una idea de humanidad q se entiende como
inherente a ella y q ciertamente le fija por vez primera.
La idea según la cual la esfera íntima pequeño familiar se constituye por si misma choca con las funciones
reales de la flia burguesa. Por q naturalmente no esta la flia libre de construcción a la q la sociedad burguesa
la somete. Ella desempeña un rol encerrado en el proceso de valoración del capital. Garantiza la continuidad
personal objetivamente encausada en la acumulación de capital y anclada jurídicamente en la libre
transmisión hereditaria de la propiedad. Ella es funcional, preservando una apariencia de libertad.
Si las necesidades de la sociedad burguesa hacen tambalear la autocomprensión de la flia como una esfera
de la humanidad constituida en su intimidad, no son mera ideología las ideas de libertad, amor, y formación
nacidas de las experiencias de la esfera privada pequeño-familiar. Estas ideas son tb realidad en su calidad
de disposición mental. El trascender de la esencia fijada es el momento de verdad. La ideología burguesa
destaca de entre las ideologías en sus comienzos precisamente allí donde la experiencia de la humanidad
tiene su punto de arranque en la humanidad de la intima relación de los hombres como meros hombres al
resguardo de la flia.
En la esfera de la intimidad pequeño familiar las personas privadas se conciben a si mismas como
independientes incluso de la esfera privada de su actividad económica. No por casualidad se convierte el S
XVIII en un siglo de intercambio epistolar. Escribiendo cartas se robustece el individuo en su subjetividad.
Pero todavía la carta familiar “bien escrita “ del S XVII q brinda de antemano a los cónyuges “ amor etc” vive
de las secas participaciones de los periódicos q habrían de autonomizarse luego con un rotulo propio. En la
era del Sentimentalismo las cartas son receptáculos antes aptos al desahogo del corazón q a la fría noticia.
La carta es considerada, según el léxica de la época “estampa del alma”. El interés psicológico crece desde
el comienzo en la doble relación consigo mismo y con los otros: El diario se convierte en una carta destinada
al remitente; la narración en primera persona, en monologo destinado a receptor ajeno; ambos se convierten
en la misma medida en experimentos con la subjetividad descubierta en las relaciones intimas pequeño
familiares.
Ésta está continuamente inserta en público. Un giro expresivo corriente de la época confirmaba el acierto de
la carta conseguida diciendo q estaba “a punto de imprenta”. Así se explica a partir de la subjetividad de los
intercambios epistolares y de los diarios íntimos el origen del genero típico y de la propia disposición literaria
de ese siglo: la novela burguesa, la descripción psicológica en forma autobiográfica . Su más temprano
ejemplo es Pamela (1740) de Richardson. Cuando Rousseau con la Nouvelle Heliose y luego Gorthe con las
Wether Leiden se sirven de la forma de la novela epistolar, es ya imposible hacer marcha atrás. A fines del
Siglo se mueven con soltura en el terreno de la subjetividad a penas explorado en sus comienzos.
Las relaciones entre autor, obra y público, cambian; llegan a convertirse en interrelaciones intimas de las
personas privadas psicológicamente interesadas en lo humano. En el autoconociemiento, así como en la
compenetración.
La realidad como ilusión creada por el nuevo género tiene en inglés el nombre de Ficción: con ellos se la
despoja de su calidad de meramente fingida.
La esfera del público se origina en las capas más amplias de la burguesía, por lo pronto como aplicación y
consumación de la esfera de la intimidad pequeño familiar. Sala de estar y Salón se encuentran bajo el
mismo techo, y como la privacidad de una necesita de la publicidad de la otra, como la subjetividad del
individuo privado esta inserta desde el comienzo en la publicidad, también enla literatura convertida en
ficción, están ambas conectadas. La intimidad literalmente mediada, la subjetividad literariamente capaz, se
convierte en la literatura de un amplio público lector; las personas privadas convertidas en público razonan
también públicamente sobre lo leído. Dos años después de la aparición de Pamela en el escenario literario
se fundo la primera librería pública de novelas, se convierta en un hábito de las capas burguesas. Esas
capas constituyen el público q se ha informado desde tiempo atrás en as tempranas instituciones de las casa
de Café, de los Salones y los Tischgsellschaften, ya q ahora adquieren una textura uniforme gracias a la
instancia mediadora de la prensa y de su crítica profesional. Ellas forman la publicidad de un raciocinio
literario en el cual las subjetividad de origen íntimo y pequeño-familiar llegan a un entendimiento consigo
misma y acerca de si misma.
PATRICE FLICHY: Una historia de la comunicación moderna
Del transporte a la comunicación: de la comunicación territorial a la comunicación virtual y de la
comunicación de Estado a la comunicación de mercado (1790-1870)
La comunicación de Estado: el telégrafo óptico
Flichy advierte que la idea de la comunicación a distancia ya está presente en los siglos XVII y XVIII. La
literatura de la época ya difundía la fantasía científico-utópica de la comunicación a distancia a través
dispositivos telepáticos. Será por eso quizás que en 1667 Hooke inventó el teléfono de cordel para la
comunicación amorosa.
Lo cierto es que el dispositivo que puede considerarse como un antecedente al telégrafo que vendría
después es el sistema de semáforos que inventó en 1690 Amontons. El sistema de comunicación mediante
semáforos consistía en una dotación de gente ubicada a cierta distancia que trasmitía señalas
convencionalizadas. Pero la necesidad de desarrollar una red durable a nivel nacional no llegaría hasta la
Revolución Francesa.
Mientras llegaba ese momento, el siglo XVIII vio el desarrollo de numerosos estudios sobre electricidad
que permitirían luego transmitir señales luminosas en reemplazo del cuerpo humano y, por ende, el
desarrollo del telégrafo eléctrico.
En 1789 se produce la Revolución Francesa y nace el Estado moderno. Inmediatamente se desata la
necesidad de transmitir órdenes militares a gran distancia en el menor tiempo posible para asegurar la
victoria de la Revolución en territorio francés. Paralelamente el físico Claude Chappe ideó un proyecto que
satisficiera con esa necesidad. En 1792 lo presenta ante la Asamblea Legislativa y al año siguiente ya se
instala la primera línea telegráfica.
Es así que con la llegada de la Revolución Francesa y la constitución del Estado moderno, la comunicación a
distancia tomó una nueva significación social. El telégrafo óptico se inscribe en el proceso de formación del
Estado-nación mediante la coordinación de las fuerzas militares. El dispositivo está vinculado a la dinámica
de cohesión del nuevo espacio nacional francés y su administración racionalista en unidades homogéneas.
No sólo permite reforzar y asegurar la unidad nacional, sino que además satisface las fantasías de
comunicación instantánea propias de la época.
Durante los primeros tiempos, los usos del telégrafo fuera del campo militar son restringidos. En 1799
Chappe le propone al Directorio utilizar su invento para informar sobre la llegada de los barcos a los puertos
y sobre la cotización de las monedas, pero el Estado decidió mantener su monopolio sobre este invento:
durante la Revolución y el Imperio los usos fueron esencialmente militares. Durante la Restauración,
policíacos.
La comunicación del mercado: el telégrafo eléctrico
Alrededor de 1830, Watson prevé igualmente otros usos para el telégrafo: la información de gestión de los
ferrocarriles en Inglaterra. Es allí que en 1837 no sólo florecen los proyectos del telégrafo eléctrico sino
también la voluntad de explotar este invento comercialmente. Es así que mientras Cooke y Wheatstone
patentan el invento, Morse se lanza a hacer lo mismo habiendo ideado antes un código de señales cortas y
largas (código Morse). Los científicos-ingenieros son desplazados por una nueva generación compuesta por
inventores-empresarios.
Recién en la década de 1840, el telégrafo óptico es reemplazado por el eléctrico en Francia y se consigue la
abolición del monopolio de Estado. El gobierno de Luis Bonaparte ve en el telégrafo un instrumento favorable
al desarrollo de la industria y el comercio, por lo que abre a los intereses privados su utilización, pero
priorizando los despachos del gobierno.
Durante la década de 1850, Europa asiste al desarrollo de las Bolsas de comercio y los mercados
financieros. En este contexto, la transmisión de informaciones bursátiles constituye el principal uso social del
telégrafo eléctrico. El nuevo invento se inscribe en una nueva necesidad de transmisión rápida y precisa
de información financiera y comercial. Los lazos entre la Bolsa y el telégrafo eléctrico son, pues,
estrechos dado que éste en definitiva actuó como el principal agente técnico del mercado bursátil
internacional del siglo XIX.
Así como el telégrafo óptico de Chappe formó parte de un proyecto de centralización del Estado destinado a
reforzar la unidad de la nación, el telégrafo eléctrico se inscribe en el desarrollo del comercio y de los
mercados de capitales de mediados del siglo XIX. E incluso está en sintonía con las teorías y políticas
económicas favorables al libre cambio.
Pero si bien en Francia la red estatal de telégrafos se abrió al uso comercial, en Inglaterra las insuficiencias
de la red de telégrafos comerciales provoca su nacionalización. En efecto, en 1868 el Parlamento británico
aprueba una ley que nacionaliza las empresas privadas que gestionan la red y las incorpora a Correos.
En definitiva, a fines del siglo XIX se establece un modelo de gestión pública de telégrafos que intenta
equilibrar la comunicación estatal y la mercantil. Si bien es predominante la comunicación comercial, es el
Estado quien asume la responsabilidad principal de su desarrollo.
A partir de finales del siglo XIX, las nuevas revoluciones de la comunicación estarían concentradas en el
ámbito doméstico y aparecerán vinculadas a la consolidación del modelo de familia victoriana y la
transformación de la vida privada, tal como lo demostrará el desarrollo de la fotografía y el fonógrafo.
Comunicación a distancia y espacio privado. La comunicación familiar (1870-1930)
Colección y recuerdo: la fotografía y el fonógrafo
A partir de mediados del siglo XIX, se asiste por tercera vez en cien años al surgimiento de una nueva
representación de la comunicación. Un siglo antes se había pasado de una visión galante de las máquina de
comunicar a una nueva perspectiva que las consideraba como instrumentos de poder del Estado (el telégrafo
óptico de Chappe) y de la Bolsa de valores (telégrafo eléctrico de Cooke). Al mismo tiempo vemos que la
mayor parte de los inventores ya no son científicos como Chappe y Niepce sino técnicos autodidactos que
crearán su propia empresa para desarrollar y comercializar su invento. Es el caso de Cooke, Morse,
Daguerre y Disderi.
Esta segunda época de la comunicación moderna es también la de la transformación de la vida privada por
el apogeo de la familia victoriana y el repliegue hacia la vida doméstica. Ubicado en el centro del salón,
junto al fuego, el piano empieza a convertirse en un signo de estatus social y de una práctica familiar
importante hasta ser uno de los primeros instrumentos de ocio doméstico de masas.
Mientras la orquesta sinfónica alcanza su apogeo, el público se aleja geográficamente de los lugares
de representación ya que comienza a establecerse en los barrios periféricos de las afueras de las grandes
ciudades industriales. Es por eso que comienza a afirmarse una demanda potencial importante para el
nuevo instrumento diseñado por Edison: el fonógrafo.
Hacia 1890, el conjunto de fabricantes de fonógrafos y gramófonos ofrecen un aparato especialmentediseñado para su uso doméstico, pero recién acabada la Primera Guerra Mundial el fonógrafo, junto al
teléfono y al automóvil, se generalizan ampliamente en las familias norteamericanas. No obstante, es,
después de la prensa, el primer medio de comunicación de masas.
Una publicidad de 1905 cita a un granjero de Michigan: “… no podemos ir a la ciudad porque somos
once de familia, pero cuando las ventanas están cubiertas de escarcha escuchamos El Danubio Azul dando
gracias al señor Edison”. La colección familiar de discos y canciones se inscribe en la relación que la familia
victoriana creó con el mundo exterior.
Al igual que la fotografía, el disco constituye un medio de conservar fragmentos musicales o el
recuerdo de los temas y de las estrellas ya escuchadas. El gusto por las colecciones, antes limitado a la
aristocracia, se extiende entre las capas burguesas transformándose en un nuevo elemento de status
social.
Para introducirse en el hogar posvictoriano, el fonógrafo tuvo que integrarse en el mobiliario y
presentarse como un elemento decorativo. En 1906, Víctor lanza un fonógrafo en caoba que tiene el mismo
acabado que un piano.
Nacidos como formas de distinguirse del resto de la sociedad, la fotografía y el fonógrafo se
convierten en un apoyo para captar el pasado y relacionarse con el mundo exterior, hasta convertirse en una
neurosis por retener recuerdos.
Es después de la Primera Guerra Mundial, cuando se generaliza un nuevo género musical (el jazz)
que los principales valores victorianos empiezan a decaer: el nacimiento del disco de jazz se vio
acompañado por una afición desmesurada por un baile más libre, donde los jóvenes se emancipan respecto
a la vigilancia de los adultos. A partir de este momento empieza a aparecer una obsolescencia muy rápida
de las modas, la actividad promocional de los editores se hace más potente y el título de éxito se impone
sobre el repertorio.
En el curso de un siglo, la comunicación estuvo destinada al Estado, primero, luego al mercado
capitalista y, por último, a la familia. Pero un nuevo espectáculo colectivo (el cine) nace y se generaliza.
Habría que esperar hasta la aparición de la televisión para que una nueva máquina de comunicar se
insertara en el corazón del domicilio privado.
BARBIER y LAVENIR:
La Editorial Del Antiguo Régimen (1751-1790)
El modelo francés
Se vera una rápida descripción de las editoriales del antiguo régimen: permitirá ver camino de socavamiento-
destrucción y superación de los viejos sistemas.
Revolución intelectual: el conocimiento es objetivo, establecido por el trabajo de la razón humana. Los
hechos de creencia y opinión escapan a la categoría de juicio científico.
evolución de los textos, de las lecturas y de las prácticas : proceso general de apertura.
Se ve cómo el equilibrio alcanzado por un cierto sistema (aquí, el de las Luces) contiene ya en sí mismo la
lógica de su propia superación y, en el límite, de su destrucción.
• La editorial tradicional
El Antiguo Régimen tipográfico: la fórmula pone el acento sobre las continuidades de un sistema económico
y cultural de lo impreso que se extendería aproximadamente desde los primeros sucesores de Gutenberg -en
los años 1500-hasta el nacimiento del siglo xix. Esta lógica del Antiguo Régimen se caracteriza por tres
elementos:
• Un mercado cerrado
El taller tipográfico es un negocio de familia.
En esta estructura, las funciones profesionales se organizan según una simple: un lado, el maestro
imprentero, por el otro un editor de fondos, propietario de los títulos a publicar. Con respecto a la
distribución, el modelo de la editorial propiamente dicha parece el más extraño. Por último, editorial del
Antiguo Régimen privilegian los procedimientos que no exigen capitales
• La lógica corporativa:
Imprenteros tipógrafos, editores de fondos o libreros mayoristas se organizan en corporaciones, que, a
cambio de su trabajo, y de la autocensura que ellas ejercen sobre e! sector, son beneficiarías de un privilegio
de exclusividad por parte de las autoridades (imprentero del rey, etc.); la acción y la psicología del
empresario permanecen necesariamente ajenas a estas lógicas, aun cuando se hacen sentir las primicias de
la revolución de las técnicas. Los poderes establecidos encuentran sus intereses bien custodiados por este
sistema de control: limitando el número de los imprenteros profesionales, el poder asegura a cada uno un
privilegio de exclusividad.
Censura y privilegios, entonces: éstos son los rasgos que caracterizan la lógica de la actividad editorial. El
poder monárquico está comprometido, a partir de Luís XIV con la afirmación inequívoca de un sistema
cultural que funciona enteramente alrededor de la persona del Rey y del Estado centralizado.
El dominio de la cultura francesa en la Europa de las Luces contribuye a acentuar aún más esta conjunción
de intereses; los principales editores franceses, y especialmente los parisinos, se hacen ricos, y se
convierten del modo más natura! en los primeros interesados en la perpetuación del sistema. En cambio, las
librerías minoristas desarrollan una actividad prácticamente libre, bajo el control, relativamente teórico, de
las cámaras sindicales. En la práctica, las disposiciones previstas por el reglamento de 1723. que establecía
sobre todo un control de las capacidades profesionales de los candidatos a instalarse, no son cumplidas.
• Lectura y distinción
Carácter muy limitado del público de lectores. Siguen perteneciendo a los micro ambientes ilustrados,
miembros geográficamente muy alejados entre si.
En cambio, es necesario subrayar la extrema riqueza material y la apertura intelectual de una franja
cuantitativamente muy limitada de la población. Al lado de las viejas colecciones eclesiásticas, ciertas
bibliotecas nobiliarias son muy importantes, y constituyen un elemento de afirmación de un status social
privilegiado. Las bibliotecas monumentales de los príncipes son progresivamente copiadas por los grandes
señores.
A pesar de que el libro y lo impreso penetran en una franja estrecha de la sociedad, es posible constatar la
expansión de esta franja en dirección, sobre todo, a los grupos de intelectuales -escribanos, profesores,
sacerdotes, abogados y jurista, puede apreciarse la real apertura de un heterogéneo grupo
socioprofesional hacia lo escrito.
La ausencia de un publico importante impide el surgimiento hasta la segunda mitad del siglo XVIII de un
proceso de autonomización de las de escritura: si no posee fortuna personal, el escritor está obligado,
para vivir, a asegurarse una posición profesional (por ejemplo, un cargo en la Iglesia), o a procurarse la
protección de un noble. La práctica de la consagración interesada es característica de una situación donde la
insuficiencia de público es compensada por la acción de los príncipes y de los mecenas.
Apertura, entonces, hacia los "talentos", hacia aquellos a quienes se llamará más tarde intelectuales,
pero también en dirección a las mayorías, aun si los indicios, a menudo indirectos, son sobre este
punto más raros y tenues.
En el "país llano", donde no existen en general librerías, el libro y lo impreso no están radicalmente
ausentes: las redes de vendedores ambulantes, pero también los revendedores sedentarios no
especializados, difunden pequeños folletos, libros píos, almanaques y calendarios, imágenes,
papelería, etc., con itinerarios y periodicidad relativamente estables. Pero el espacio privilegiado de
aculturación es naturalmente el de la ciudad, donde los materiales escritos se presentan de manera
abundante, y donde se concentra una población de intermediarios culturales (especialmente los
empleados domésticos) que aseguran la transmisión de los modos de vida de las clases altas hacia una
población más vasta.
• El libro y las Luces
Importancia de dos etapas preliminares al establecimiento de la sociedad industrial del siglo XIX y de la
sociedad de consumo de masas del XX: se hace sentir en la segunda mitad del siglo xviii-sobre todo a partir
de 1760-, y la revoluciónpolítica misma, la Gran Revolución de 1789. En resumen, la editorial del
Antiguo Régimen se prolonga en muchos aspectos hasta el siglo XIX industrial.
• El crecimiento de la producción impresa francesa
La experiencia industrial no comienza sino con la Restauración
Las evaluaciones usuales de la producción impresa francesa del siglo xvín : en valores absolutos, tenemos
cerca de 2000 títulos por año a comienzos del siglo, y más de 6000 en la década de 1770. Más tarde, la
expansión continúa.
Los editores del interior se lanzan a la edición de obras eruditas (historia regional, manuales escolares...) o
de títulos más vinculados a la recreación, especialmente novelas. Definitivamente, se tiene la impresión de
que el mercado se abre, y de que, ante un fenómeno de fondo, los parisinos ya no pueden garantizar
su tradicional exclusividad. Las autorizaciones miden sobre todo la producción parisina, y conocen un
aumento significativo entre los años 1730 y 1777. En la década de 1770, sin embargo, la curva de las
autorizaciones se desploma rápidamente, lo que revela la nueva competencia hecha a los parisinos por los
editores de provincia o por ciertos recién llegados que cuentan con apoyo oficia.
La administración monárquica abandona entonces sus viejas posiciones, fundadas sobre la
prerrogativa y la vigilancia, reemplazándolas el modelo de la autorización tácita, por la cual el poder
autoriza, sin reconocerlo abiertamente (lo que no impide la inscripción), la publicación de obras o de
ediciones teóricamente prohibidas
• Nuevos libros, nuevos lectores, nuevas prácticas
La ampliación de los circuitos de distribución, sobre todo por la vía de los vendedores ambulantes y de los
revendedores de todo tipo, da cuenta de una relación diferente de las mayorías con la cosa impresa.
Otros indicadores confirman esta nueva posición de los medios de comunicación en la sociedad y las nuevas
prácticas de lectura y de apropiación que son á la vez su motor y su resultado. Así, varían los formatos y la
disposición material de los textos, pero también su misma naturaleza: la sensación es que el proyecto
global de la sociedad tiende a modificarse, y que, al mismo tiempo, la relación de las mayorías con la
cosa impresa cambia profundamente.
Los libros: composición temática de los títulos se desplaza. Caída del sector religioso, y crecimiento, a
contrario, de los sectores representativos de relaciones modernas : lecturas científicas o creativas. La
historia, la geografía y los relatos de
La afirmación de este nuevo dominio de reflexión y de trabajo da cuenta, sobre todo después de 1750, del
proyecto fundamental de las Luces: organizar la sociedad racionalmente y de modo tal de permitir el
aumento del bienestar general, y sus publicaciones conocen un rápido crecimiento en la segunda mitad del
siglo.+
Aparecido en 1776, el trabajo de Adam Smith. Por otro lado, la década de 1780 ve desplazarse a los
temas de economía política, por la vía de los folletos y de los artículos periodísticos, al corazón del
debate público.
Tipo de publicaciones q empiezan a caracterizar el movimiento en curso: periódicos.
Accesibles que los libros- artículos variados-aceleran la circulación.
En el dominio de los libros: crecimiento sensible del francés como lengua de publicación, en detrimento del
latín, a partir de la década de 1760. En un conjunto más complejo, como Alemania, donde la tradición erudita
en latín permanece más viva.
Paralelamente, cambian también las formas materiales: El formato del libro, su espesor, la elección de una
tipografía, la organización del texto en la página (bajo la forma de parágrafos más o menos individualizados,
etc.). la relación eventual con las ilustraciones, la existencia o no de dispositivos múltiples de referencia
(portada, paginación, folios explicativos, cuadro de temas, índice) son otros tantos indicadores" que reflejan
las elecciones hechas por el editor y el imprentero, pero que sobre todo enmarcan las lecturas y los usos
posibles de cada volumen, de una arqueología del objeto —ya sea que se trate de un libro, de un periódico,
de un modo más preciso sobre la evolución de las prácticas de sus usuarios corrientes.
"Por cierto, en París se lee diez veces más que hace cien años, si se considera esta multitud de pequeños
libreros distribuidos por todas partes y que, parapetados en sus puestos en las esquinas
• La administración de la editorial
Reorientación de la producción impresa. cada publicación es objeto de todo un conjunto de procedimientos
administrativos, que la autorizan y la protegen, y entre los cuales los principales son la autorización para
imprimir, acordada por un censor, y el privilegio otorgado por el rey, que garantiza al editor la exclusividad del
texto por un cierto plazo.
Aparece la preocupación mercantilista por no privar al Estado de una renta nada despreciable, ya que
no se puede impedir la publicación de libros prohibidos en el extranjero, y la circulación de ejemplares
a través de toda Europa, incluso en la misma Francia. "Ya que de todos modos se imprimirá, yo, como buen
francés, no puedo menos que decir que es mejor que sea para nosotros. '"
Sin embargo, el interés bien entendido del Estado debe también ser tenido en centa. Lo esencial de la
reforma se refiere a la abolición de los privilegios perpetuos, y al reconocimiento de la noción de
propiedad literaria: los privilegios no serán ya acordados más que por los libros nuevos,
convirtiéndose las reimpresiones en objeto de permisos simples y no quedando ya, por lo tanto,
sujetas al monopolio parisino. Las prórrogas de los privilegios, hasta entonces automáticas, son
suprimídos.
Por último, esta nueva curiosidad de la sociedad con respecto a sí misma, le da un nuevo estatuto a
periodistas, editores, hombres de letras y autores.
En Francia, sin embargo, la apertura de los mercados, alfabetización relativamente amplia y la posibilidad de
procurarse libros casi en cualquier parte permiten sin duda a ciertos autores liberarse más rápidamente de la
tutela del mecenas.
Esta evolución se ve acompañada, con las figuras de Voltaire y de Rousseau, por el surgimiento de
un cipo nuevo de autores, a la vez héroes y símbolos reconocidos por todas partes, y cuyo éxito da
cuenta de la afirmación del público como entidad autónoma- El autor simboliza una posición
filosófica o política (y se convertirá, en Francia, en el INTELECTUAL), o la emergencia de una
nacionalidad (en Alemania, en Rusia, etc.). A contrarío, la apertura de los mercados no deja de
producir efectos perversos, con la cohorte de defraudados, de intelectuales y autores fracasados, los
"Rousseau vulgares", que constituyeron una fuerza nada despreciable en la critica de los poderes
establecidos, tanto del Rey como de la Iglesia", (unión con texto de DARNTON)
• Geografía, redes y sociabilidad del libro
Una producción en vías de desarrollo y de redistribución rápidas, una discusión recurrente sobre el lugar de
lo Impreso en la sociedad y sobre la política a seguir a ese respecto, una reorganización en profundidad de
las vías reglamentarias de publicación; son estos otros tantos índices que no sólo revelan con mucha
precisión el lugar nuevo ocupado por lo impreso y por la lectura en la sociedad francesa y occidental sino que
subrayan también la importancia de la ruptura de los años 1760-1770, que abren definitivamente el pasaje a
la lógica de la segunda revolución del libro.
Un primer indicador de esto es el de la innovación técnica: *comienzo de un cambio del sistema técnico de
conjunto y al lento pasaje de las técnicas basadas en la madera y el agua a las del metal y, mis tarde a las de
la fuerza motriz
*el aumento de la demanda editorial
*más tarde a la máquina de papel continuo de Didot-Saint-Léger (por medio de la cual la lógica del cilindro,
capital para las invenciones que vendrían, es introducida por primera vez en el ciclo de la impresión) y a la
prensa metálica inglesa.
Puede verificarse la multiplicación de solicitudes de autorización para instalarse como editor oentitulares ya
establecidos no alcanzan a cubrir el conjunto de un mercado que —según se subraya— se encuentra en
expansión.
• La venta ambulante
El libro y el impreso penetran en todas partes, en primer lugar por medio de la librería establecida,
sedentaria, especializada y bien conocida por las autoridades, pero también por toda una multitud de
revendedores o expositores a los que podríamos considerar regulares (porque están instalados todos
los días en el mismo sitio, donde se puede estar seguro de encontrarlos), y también de vendedores
itinerantes de todo tipo.
La segunda mitad del siglo xviii se caracteriza sobre todo como una época fuerte de la venta ambulante de
libros. Las redes se organizan alrededor de ciertos puntos, donde las imprentas editan los llamados "libritos
azules", impresos de difusión (almanaques) y obras piratas o prohibidas.
Ciertas regiones se prestan muy especialmente a este tipo de actividad; la frontera del norte, difícil de
controlar.
Son pues los marginales, los vendedores ambulantes, los que aseguran lo esencial de la difusión. Aun si
algunos pueden alcanzar un cierto éxito, la estadística de libreros y revendedores encarcelados revela los
peligros de una actividad siempre incierta.
Estas redes son siempre difíciles de sorprender por la policía.
• La sociabilidad del libro y lo impreso.
Si la multiplicación de librerías minoristas y la presencia de un ejército de revendedores de todo tipo
constituyen indicadores significativos del proceso de apertura hacia la civilización libresca es aun mas
interesante subrayar la difusión de otras estructuras ligadas a lo impreso, que funcionan como estructuras
de sociabilidad y de sustitución. Aludimos, sobre todo, a las sociedades y los gabinetes de lectura. En los
dos casos, la idea es simple: reunir recursos para poner a disposición de todos un conjunto de títulos
que individualmente no podrían tener.
• Los libreros innovadores:
Nueva apertura psicologica por parte de ciertos profesionales.
En el establecimiento de los Didot se combinan curiosamente los tradicionales del buen imprentero y las
opciones más innovadoras. primogénito, a la vez mecánico, imprentero tipógrafo, enseguida librero, editor, y,
para terminar, fundidor de carao hermano menor, Pierre-Francois el joven, es desde 1777 imprentero del
futuro Carlos X, por entonces señor y conde de Artois, pero se interesa, también las investigaciones y las
aplicaciones técnicas, crea una fundición tipog: también la célebre papelera de Essonnes. La diagramación
despojada y los caracteres neoclásicos grabados y fundidos por los Didot hacen de sus libros un
modelo para las publicaciones de fines del Antiguo Régimen.
• La lectura como alienación y como peligro
La misma amplitud y la convergencia de este conjunto de fenómenos demuestran el hambre de lectura que
parece haberse apoderado de los espíritus en el curso del último tercio del siglo XVIII. Por todas partes se
tropieza con libros y se generaliza el interés por los grandes asuntos de la hora.
la ampliación de la población alcanzada a través de tal o cual medio, la importancia de un conjunto de
efectos psicológicos que se teme no poder controlar, provocan un sentimiento de malestar y, en ciertos
casos, de inquietud social. Es en Alemania (con la Leserevoltttion, la revolución de la lectura) donde el
fenómeno es más nítido, pero la discusión que se abre allí encontrará su prolongación igualmente en
Francia, e incluso en el siglo xix. La crítica de la "locura de leer" (Lesewut) permite subrayar uno de los
elementos característicos de la mediación: los efectos de rechazo de una transformación relativamente
rápida de las técnicas y de las prácticas ligadas a los medios dominantes, y las inquietudes o las
oposiciones que suscitan. Para el príncipe mercantilista, es útil que la población sea alfabetizada y tenga
un mínimo de educación, pero es inútil, e incluso peligroso, que supere ese mínimo.
El problema central será, con la Revolución, de orden casi exclusivamente político: tan pronto como se
plantea la cuestión de la participación de todos en los asuntos del Estado, la definición del espacio público
se desplaza profundamente, y la cuestión de la alfabetización general y de la ampliación social de las
prácticas de lectura se vuelve fundamentalmente política. La religión parece hasta cierto punto
secundaria.
Se tendría así, con Alemania y Francia, dos modelos, dos casos típicos diferentes:
*Alemania: la revolución de la lectura, un publico ampliado da paso a una forma moderna de lectura:
una lectura extensiva, pero sobre todo erudita, y que busca responder a la problemática del tiempo".
*Francia: la Revolución será en primer lugar política, porque lo esencial de lo que habría debido
permanecer como una reforma profunda de! Estado había sido encarado por los grupos dirigentes y
las clases privilegiadas: el libro y lo impreso son su vector principal. Es esta voluntad de reforma la que
pasará, por la fuerza del entrenamiento y de los medios, a la acción revolucionaría propiamente dicha.
*Inglaterra: que se encuentra ya comprometida en la lógica de la Revolución Industrial, está sin duda más
cercana al modelo alemán; si la alfabetización está allí largamente extendida, la red y la calidad de las
escuelas son todavía mediocres, y el nivel de instrucción sigue determinado por la posición social. La
imposición de una ética religiosa de inspiración protestante hace por otro lado connotar favorablemente la
practica de lecturas excesivamente recreativas, de las que se subrayan los peligros para aquellos que
estarían menos capacitados para protegerse -entre quienes se cuentan primer lugar, naturalmente las
mujeres y niños.
Se trasluce ya aquí el modernismo de una nueva relación de fuerzas de la que aún no nos hemos
desprendido; a la imposibilidad, material y moral, de prohibir el acceso de un "muy grande número" a los
medios, sucede una lógica que hace corresponder el nivel de cultura a la posición social. La literatura popular
y su género privilegiado, que es la novela, es presentada como una producción mediocre; muy pronto se
convertirá, en Alemania, en la Triviaüiteratur. y en Francia, en la "literatura de la puerta de servicio"...
Comunicación a distancia y espacio privado. La comunicación familiar (1870-1930)
Colección y recuerdo: la fotografía y el fonógrafo
A partir de mediados del siglo XIX, se asiste por tercera vez en cien años al surgimiento de una
nueva representación de la comunicación. Un siglo antes se había pasado de una visión galante de las
máquina de comunicar a una nueva perspectiva que las consideraba como instrumentos de poder del
Estado (el telégrafo óptico de Chappe) y de la Bolsa de valores (telégrafo eléctrico de Cooke). Al mismo
tiempo vemos que la mayor parte de los inventores ya no son científicos como Chappe y Niepce sino
técnicos autodidactos que crearán su propia empresa para desarrollar y comercializar su invento. Es el
caso de Cooke, Morse, Daguerre y Disderi.
Esta segunda época de la comunicación moderna es también la de la transformación de la vida
privada por el apogeo de la familia victoriana y el repliegue hacia la vida doméstica. Ubicado en el
centro del salón, junto al fuego, el piano empieza a convertirse en un signo de estatus social y de una
práctica familiar importante hasta ser uno de los primeros instrumentos de ocio doméstico de masas.
Mientras la orquesta sinfónica alcanza su apogeo, el público se aleja geográficamente de los
lugares de representación ya que comienza a establecerse en los barrios periféricos de las afueras de las
grandes ciudades industriales. Es por eso que comienza a afirmarse una demanda potencial importante
para el nuevo instrumento diseñado por Edison: el fonógrafo.
Hacia 1890, el conjunto de fabricantes de fonógrafos y gramófonos ofrecen un aparato
especialmente diseñado para su uso doméstico, pero recién acabada la Primera Guerra Mundial el
fonógrafo, junto al teléfono y al automóvil, se generalizan ampliamente en las familias norteamericanas.
Noobstante, es, después de la prensa, el primer medio de comunicación de masas.
Una publicidad de 1905 cita a un granjero de Michigan: “… no podemos ir a la ciudad porque
somos once de familia, pero cuando las ventanas están cubiertas de escarcha escuchamos El Danubio Azul
dando gracias al señor Edison”. La colección familiar de discos y canciones se inscribe en la relación que
la familia victoriana creó con el mundo exterior.
Al igual que la fotografía, el disco constituye un medio de conservar fragmentos musicales o el
recuerdo de los temas y de las estrellas ya escuchadas. El gusto por las colecciones, antes limitado a la
aristocracia, se extiende entre las capas burguesas transformándose en un nuevo elemento de status
social.
Para introducirse en el hogar posvictoriano, el fonógrafo tuvo que integrarse en el mobiliario y
presentarse como un elemento decorativo. En 1906, Víctor lanza un fonógrafo en caoba que tiene el
mismo acabado que un piano.
Nacidos como formas de distinguirse del resto de la sociedad, la fotografía y el fonógrafo se
convierten en un apoyo para captar el pasado y relacionarse con el mundo exterior, hasta convertirse en
una neurosis por retener recuerdos.
Es después de la Primera Guerra Mundial, cuando se generaliza un nuevo género musical (el jazz)
que los principales valores victorianos empiezan a decaer: el nacimiento del disco de jazz se vio
acompañado por una afición desmesurada por un baile más libre, donde los jóvenes se emancipan
respecto a la vigilancia de los adultos. A partir de este momento empieza a aparecer una obsolescencia
muy rápida de las modas, la actividad promocional de los editores se hace más potente y el título de
éxito se impone sobre el repertorio.
En el curso de un siglo, la comunicación estuvo destinada al Estado, primero, luego al mercado
capitalista y, por último, a la familia. Pero un nuevo espectáculo colectivo (el cine) nace y se generaliza.
Habría que esperar hasta la aparición de la televisión para que una nueva máquina de comunicar se
insertara en el corazón del domicilio privado.

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