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748 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 factores de riesgo de enfermedad de endometrio deben ser some- tidas a mayores valoraciones de dicha capa uterina al igual que se hace en todas las posmenopáusicas (cap. 8, pág. 223). ■ Colposcopia Se trata de un método extrahospitalario en que se explora la por- ción inferior del aparato anogenital de la mujer con un microscopio binocular. Su objetivo principal es identifi car lesiones neoplásicas invasoras o preinvasoras para obtener muestras de biopsias orienta- das por la propia colposcopia y el tratamiento ulterior. Sigue siendo el método clínico normativo para valoración de mujeres con anor- malidades de la imagen citológica cervicouterina y en lo pasado se supuso que tenía una sensibilidad casi absoluta. Sin embargo, se ha cuestionado su sensibilidad, concordancia de un observador a otro y reproducibilidad, en fecha reciente (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2008; Cox, 2008; Ferris, 2005; Jeronimo, 2007). Una cifra más real de la sensibilidad de la col- poscopia para detectar neoplasia cervicouterina de alta malignidad después de referir a la mujer por tener anormalidades citológicas es de 70% (Cantor, 2008); ello destaca la necesidad de vigilancia citológica o colposcópica ininterrumpida si con esta última técnica no se identifi can lesiones de tipo CIN 2 o de grado más alto. Para realizar la colposcopia se necesitan conocimientos especia- lizados de las funciones de la porción inferior del aparato genital femenino y sus enfermedades y también la capacidad para realizar de manera segura la identifi cación y la gradación de las lesiones y las técnicas de obtención de material para biopsia. Chase et al. (2009) hicieron una revisión cabal de la colposcopia y sus compo- nentes actuales de tipo técnico y las mejorías posibles. Conforme se han vuelto más sensibles las técnicas de detección sistemática del cáncer cervicouterino, las mujeres son referidas con el colpos- copista, con lesiones más tempranas y de menor tamaño, y algunas escapan a los límites de la visualización colposcópica. Se necesitan nuevas técnicas para mejorar el valor predictivo positivo y la espe- cifi cidad de los resultados de la citología y la histología cervico- uterina. Están en investigación (del Pino, 2009) algunos posibles biomarcadores como la tinción en busca de p16INK4A, una proteína oncosupresora. Se necesitan también técnicas objetivas, sensibles y exactas como complementos de la colposcopia. El estudio más promisorio hasta la fecha es la hiperespectroscopia multimodal que utiliza fl uorescencia tisular para identifi car neoplasias de alta malig- nidad (DeSantis, 2007). Colposcopios Se conocen varios estilos de colposcopios pero su operación es similar. Consiste en una lente estereoscópica o un sistema ima- genológico digital, cuya capacidad de amplifi cación varía de 3 a 40 veces y que se encuentra unido a una pértiga móvil. Un emisor de luz de gran intensidad ilumina el campo. El uso de un fi ltro para luz verde (sin rojo) mejora el contraste para explorar la distribución de vasos (fig. 29-10). Preparación El colposcopista antes de explorar a la paciente, debe revisar los datos de su anamnesis que incluya antecedentes ginecológicos y de displasias y confi rmar las indicaciones para la colposcopia (cuadro 29-6). Si conviene desde el punto de vista clínico se harán pruebas de embarazo en la orina. Se fi jará una fecha óptima para el exa- men colposcópico para que no se realice durante la menstruación Adolescentes. En el futuro cercano diferir el comienzo de la práctica de métodos de cribado de cáncer cervicouterino hasta que la mujer cumpla 21 años para las que tienen riesgo promedio en gran medida eliminará la valoración de anormalidades en dicho grupo de edad. Mientras tanto, los datos de estudios citológicos ASC-US y LSIL en adolescentes son valorados de manera diferente a causa de la mayor cifra de positividad de HPV, la rareza del cán- cer cervicouterino y los altos índices de regresión espontánea de la neoplasia cervicouterina de tal grupo (Boardman, 2005; Moscicki, 2005; Wright, 2006). En dicho grupo de edad es inaceptable el método de HPV refl ejo y será mejor no considerar su resultado. En vez de ello será mejor practicar una nueva citología a intervalos de 2 a 12 meses y realizar colposcopia sólo cuando el resultado de una citología sea de alta malignidad o si persiste cualquier anormali- dad citológica a los 2 años (Wright, 2007b). Si desde que se obtuvo el resultado ASC-US o LSIL 2 pruebas de Papanicolaou fueron negativas no se necesitan más valoraciones y el cribado se reanuda a los 21 años. La conducta en caso de haber otras anormalidades del Papanicolaou (ASC-H, HSIL, anormalidades glandulares), seguirá los lineamientos correspondientes a la población general. Embarazo. Las embarazadas de 21 años de edad y mayores deben ser sometidas a cribado y sus signos citológicos anormales se trata- rán con arreglo a las directrices válidas para la población general. Sin embargo, es aceptable el transcurso de 6 semanas después del parto para hacer una valoración diferida de las citologías de tipo ASC-US y LSIL (Wright, 2007b). Cuando así conviene, el obje- tivo de la colposcopia es descartar el cáncer invasor y durante el embarazo no se realiza el legrado endocervical. No se hace trata- miento de las neoplasias preinvasoras; se le valora de nuevo después del parto y con arreglo a la situación se emprende el tratamiento porque el grado de la lesión puede cambiar. Las indicaciones para la conización cervicouterina durante el embarazo, a pesar de que se realiza pocas veces se expone en el capítulo 30 (pág. 789). Hallazgos no neoplásicos. Se pueden detectar algunos signos no neoplásicos que incluyen hallazgos compatibles con el ataque de algunos microorganismos aunque no confi rman concluyente- mente el diagnóstico; comprenden Trichomonas vaginalis, especies de Candida y Actinomyces, y el virus del herpes simple, o un cambio en la fl ora congruente con vaginosis bacteriana. La sensibilidad por lo regular es escasa y varía la precisión del diagnóstico (Fitzhugh, 2008). Por tales razones, los métodos confi rmatorios o la correla- ción clínica son los factores que rigen cualquiera de las acciones que se emprenderán basadas en tales hallazgos. Otros signos no neoplásicos son los cambios reactivos asociados con la infl ama- ción o la reparación, alteraciones posradiación, células glandulares benignas después de histerectomía y atrofi a; ninguna de las mani- festaciones anteriores justifi ca una respuesta clínica específi ca. El citólogo a menudo desconoce los antecedentes menstrua- les, razón por la cual algunas células endometriales de aparien- cia benigna se incluyen en los señalamientos de las pruebas de Papanicolaou en todas las mujeres de 40 años y mayores. Como revisaron Browne et al. (2005) no hay consenso en cuanto a la necesidad de valorar mujeres que menstruan normalmente y por esa razón cada caso se individualiza con arreglo a los datos de la anamnesis y los factores de riesgo. Las directrices por consenso de 2006 señalan que no es necesaria valoración alguna en premeno- páusicas asintomáticas (Wright, 2007b). Sin embargo, las preme- nopáusicas con expulsión anormal de sangre o que tienen otros 29_Chapter_29_Hoffman_4R.indd 74829_Chapter_29_Hoffman_4R.indd 748 06/09/13 21:4906/09/13 21:49 GINECOLOGÍA������������������������������������������������� SECCIÓN 4 ONCOLOGÍA GINECOLÓGICA���������������������������������������������������������������������������������������������������������������� 29. LESIONES PREINVASORAS DE LA PORCIÓN INFERIOR (...)���������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������� NEOPLASIA INTRAEPITELIAL CERVICOUTERINA�������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������COLPOSCOPIA�������������������������������������������������
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