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759Lesiones preinvasoras de la porción inferior del aparato genital femenino CA P ÍTU LO 2 9 vulva durante 5 min antes del examen vulvoscópico; la maniobra anterior suele ser tolerada sin problemas pero a veces causa dolor excesivo o ardor en caso de haber irritación, úlceras o grietas en la vulva. El “lavado” con ácido acético destaca la topografía superfi cial de las lesiones y puede dirigir la atención a las lesiones acetoblancas que no se observan fácilmente a simple vista. Las lesiones pigmen- tadas de VIN por lo común adoptan un color gris pardusco por la hiperqueratosis. Por lo regular no se identifi can tramas vasculares, pero en contadas ocasiones VIN de alta malignidad muestra zonas puntiformes gruesas. Como otra posibilidad puede ser útil el azul de toluidina al 1%, un colorante nuclear para defi nir el mejor sitio para obtener material de biopsia o los bordes de la cirugía (Joura, 1998). Su empleo es técnicamente más difícil y genera muchos resultados positivos y negativos falsos. La VIN de tipo usual varía en su aspecto clínico. Algunas lesio- nes son elevadas, hiperqueratósicas y de pigmentación oscura en tanto que otras son planas y blanquecinas (figs. 29-19 y 29-20). A menudo, las lesiones son voluminosas y se asemejan a los condilo- mas, y son multifocales con afectación extensa del perineo y la piel vecina (fig. 29-21). En términos generales VIN de tipo diferen- ciado suele ser unifocal y puede surgir junto con liquen esclerótico o hiperplasia vulvar de células escamosas. La lesión puede tener el aspecto de una úlcera, una pápula verrugosa o una placa hiperque- ratósica. Hay que obtener material de toda lesión en que surja la sospecha de carcinoma invasor en particular las lesiones elevadas, rugosas, nodulares o úlceradas. Se obtiene material de biopsia de casi todas las zonas de apa- riencia anormal aunque las áreas necróticas a menudo generan hallazgos no diagnósticos y será mejor esquivarlas en la medida de lo posible. Se puede obtener material que mida incluso 6 mm de diámetro por medio de una pinza de Keyes en sacabocado des- pués de la anestesia subcutánea local con lidocaína al 1 o 2% con adrenalina o sin ella (fi g. 4-2). El anestésico tópico se aplica varios minutos antes de inyectar el anestésico local para aplacar las moles- tias. Si las lesiones están muy cerca del capuchón del clítoris, la anestesia general suele estar justifi cada porque se produce mayor dolor a causa de la inyección del anestésico local y la mayor vascu- laridad. La corroboración cuidadosa y la distribución topográfi ca de los sitios de biopsia vulvar son útiles para los planes terapéuticos futuros. A diferencia de lo mencionado, VIN de tipo diferenciado es menos frecuente y comprende sólo 2 a 10% de todos los casos de VIN 3 (Hart, 2001). Las lesiones de ese tipo tienden a ser unifo- cales y de manera característica se observan en mujeres ancianas, que no fuman y posmenopáusicas de la sexta y séptima décadas de la vida. La infección con HPV oncógeno es poco frecuente y es probable que no intervenga en la génesis de tales lesiones. A pesar de ello, VIN de tipo diferenciado muy probablemente evolucione y llega a la fase de carcinoma de células escamosas en comparación con VIN de tipo usual. Los datos de un estudio reciente señalaron una progresión 5 veces mayor de VIN de tipo diferenciado hasta llegar al carcinoma vulvar de células escamosas en comparación con VIN de tipo usual (van de Nieuwenhof, 2009). Los tipos page- toides raros de VIN 2 y 3 no se pueden clasifi car en algunas de las categorías anteriores y se les denomina VIN de tipo no clasifi cado (Sideri, 2005). ■ Diagnóstico La VIN puede ser asintomática y se identifi ca en la exploración ginecológica de rutina o durante valoración de la imagen citológica anormal de material cervicouterino o vaginal. Al estar presente el problema, signos y síntomas que pueden ser muy perturbadores afectan la actividad sexual y la calidad de vida de la mujer (cuadro 29-13). En términos generales, las lesiones de alta malignidad del cuello uterino y la vagina sólo son visibles con la aplicación del ácido acético y con el uso del colposcopio, pero las lesiones clíni- camente importantes de VIN por lo regular se pueden identifi car incluso sin el empleo de técnicas especiales. Para evitar el retraso en el diagnóstico, hay que tener material de biopsia de muchas de las lesiones focales de la vulva, situación particularmente válida en el caso de lesiones pigmentadas, verrugas en genitales en pos- menopáusicas o mujeres con defi ciencia inmunitaria, o verrugas que persisten a pesar de tratamientos tópicos (American College Of Obstetricians and Gynecologists, American Society for Colposcopy and Cervical Pathology, 2011). Vulvoscopia Se necesita la confi rmación histológica del diagnóstico para empren- der medidas en el caso de VIN de alta malignidad. Seleccionar el mejor sitio para biopsia se facilita con algún tipo de amplifi cación de la vulva y la zona perianal, por lo común con un colposcopio. La exploración mencionada se denomina vulvoscopia. Como otra posibilidad cabe recurrir a una fuente luminosa adecuada y algún lente de amplifi cación, de tipo manual. Los cambios del epitelio vulvar son “destacados” al aplicar una compresa de gasa humedecida en ácido acético al 3 a 5% en la CUADRO 29-13. Manifestaciones de la neoplasia intraepitelial vulvar Prurito, dolor, ardor Expulsión de sangre Secreción Molestias en la micción Úlcera persistente Color o contextura anormales de la piel Cambio de simetría o color en nevo existente Crecimiento de una masa o excrecencia verrucosa FIGURA 29-19. VIN de alta malignidad, multifocal y pigmentada. 29_Chapter_29_Hoffman_4R.indd 75929_Chapter_29_Hoffman_4R.indd 759 06/09/13 21:4906/09/13 21:49
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