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GINECOLOGIA (870)

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849Sarcoma uterino
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4
elemento carcinomatoso de este tumor mixto. Este componente 
puede ser seroso o de células claras, de manera que en algunos 
casos es recomendable una estadifi cación quirúrgica extendida con 
omentectomía infracólica y biopsias peritoneales aleatorias (Greer, 
2011).
 ■ Seguimiento
En las mujeres con un sarcoma uterino incipiente se utiliza sis-
temáticamente el tratamiento complementario, pero no se ha 
demostrado que prolongue la supervivencia (Greer, 2011; Reed, 
2008). Sin embargo, en vista de que la recurrencia para las varie-
dades agresivas desde el punto de vista clínico es excesiva, se debe 
considerar la posibilidad de inscribirlas en un estudio clínico expe-
rimental, siempre que sea posible. En la práctica, muchas pacientes 
reciben radioterapia posoperatoria con o sin quimioterapia.
Después de la cirugía, los síntomas menopáusicos como bo-
chornos se tratan como corresponde para un leiomiosarcoma ute-
rino, sarcoma indiferenciado de alta malignidad y adenosarcoma. 
Además, aunque no se considera peligroso conservar los ovarios 
en una mujer premenopáusica con un sarcoma del estroma endo-
metrial, el tratamiento de remplazo hormonal se ha vinculado con 
avance del cáncer, por lo que se debe evitar (Chu, 2003; Pink, 
2006). Se recomienda mantener precauciones similares para las 
pacientes con carcinosarcoma uterino.
Las pacientes con sarcoma uterino a quienes se les realizó ciru-
gía se someten a una exploración física cada tres meses durante los 
primeros dos años y posteriormente a intervalos de 6 o 12 meses. 
La mayor parte de las recurrencias aparece a distancia, por lo que 
la citología vaginal carece de importancia. Tampoco se recomienda 
cuantifi car sistemáticamente la concentración sérica de CA-125 a 
menos que se encuentre elevada antes de la cirugía. Dependiendo 
del tipo de sarcoma, se realiza una radiografía de tórax o CT cada 
6 a 12 meses durante dos años y posteriormente cada año. Siempre 
que lo indique la clínica, la CT o resonancia magnética intermiten-
tes también son útiles (Greer, 2011).
 ■ Radioterapia complementaria
Cerca de 50% de las pacientes con cáncer en estadio I que per-
manecen bajo observación sin tratamiento complementario recaen 
(Leath, 2009). En vista de la rareza de estos tumores y de la infor-
mación tan limitada apoyando una estrategia constante, el trata-
miento posoperatorio se debe individualizar.
La función de la radioterapia posoperatoria para el cáncer no 
metastásico es controversial. Algunos estudios retrospectivos sobre 
radioterapia pélvica con rayos externos sugiere que disminuyen 
las recurrencias pélvicas del carcinosarcoma, leiomiosarcoma y 
sarcoma del estroma endometrial (Callister, 2004; Hornback, 
1986; Mahdavi, 2009; Malouf, 2010). No obstante, ya se obtu-
vieron los resultados de un estudio clínico prospectivo en el que 
se asignó al azar a 224 mujeres a lo largo de 13 años con todos 
los subtipos de sarcomas uterinos quirúrgicos en estadios I o II a 
someterse a radioterapia pélvica o no recibir tratamiento ulterior. 
Si bien se observó una reducción de las recaídas pélvicas en las 
mujeres con carcinosarcomas, no hubo benefi cios en aquellas con 
leiomiosarcomas ni la supervivencia se prolongó en ningún grupo. 
Desafortunadamente, el número de pacientes con sarcoma del 
estroma endometrial era demasiado pequeño como para permitir 
el análisis (Reed, 2008).
La radioterapia pélvica no previene las recurrencias a distan-
cia ni se ha demostrado que prolongue la supervivencia (Nemani, 
2008). En muchos casos otra opción es la braquiterapia vaginal, 
principalmente cuando se combina con quimioterapia por vía 
general (Greer, 2011). Sin embargo, se ha propuesto la radiote-
rapia abdominal completa (WAR, whole abdominal radiotherapy) 
como una opción más defi nitiva. En un estudio clínico aleatori-
zado en fase III de 232 pacientes con carcinosarcoma en estadios 
I a IV, se comparó la WAR con la quimioterapia a base de ifosfa-
mida y cisplatino. Aunque no se demostraron ventajas en cuanto a 
la supervivencia, las diferencias observadas favorecen a la quimiote-
rapia combinada en los estudios clínicos futuros (Wolfson, 2007).
 ■ Quimioterapia complementaria
No existen benefi cios comprobados en cuanto a la supervivencia 
con el tratamiento antineoplásico complementario en las pacientes 
con sarcoma uterino en estadio I (Omura, 1985). Sin embargo, 
en vista de que en la mayoría de las pacientes el cáncer recurre a 
distancia, a menudo se utiliza tratamiento por vía general. Para 
los leiomiosarcomas en estadios I y II que se han extirpado por 
completo, los sarcomas indiferenciados de alta malignidad y los 
carcinosarcomas, se debe contemplar la posibilidad de usar algún 
régimen de quimioterapia en los casos más avanzados. Por el con-
trario, se recomienda mantener a la paciente bajo observación en 
los casos de sarcoma del estroma endometrial en estadios I y II y 
adenosarcoma (Greer, 2011).
 ■ Tratamiento con conservación 
de la fertilidad
Unas cuantas pacientes desean diferir la histerectomía defi nitiva 
después de que una “miomectomía” que conserva la fertilidad 
demuestra la presencia de características sarcomatosas en la patolo-
gía fi nal (Lissoni, 1998; Yan, 2010). La conducta expectante des-
pués de la resección de un tumor permite el embarazo satisfactorio 
en ciertas pacientes, pero resulta arriesgado evitar la histerectomía 
y fi nalmente todas estas mujeres se someten a esta cirugía (Lissoni, 
1998). Es importante asesorar a la mayoría de las pacientes, incluso 
aquellas con márgenes negativos, sobre la cirugía defi nitiva y la 
conservación de los ovarios durante la cirugía para los leiomio-
sarcomas uterinos en estadio clínico I o los sarcomas del estroma 
endometrial. De cualquier forma es posible obtener óvulos y recu-
rrir a las técnicas de reproducción asistida. En los cánceres más 
avanzados, la conducta diagnóstico-terapéutica en la que se con-
serva la fertilidad no constituye una opción razonable.
TRATAMIENTO DEL CÁNCER AVANZADO 
(ESTADIOS III Y IV)/RECURRENTE
El pronóstico en las pacientes con sarcoma uterino avanzado o 
recurrente es por lo general sombrío. En algunos casos es posible 
recurrir a la cirugía citorreductora secundaria (Giuntoli, 2007). 
También se puede utilizar la radioterapia paliativa, dependiendo 
de la ubicación y distribución del tumor. En general, los sarcomas 
uterinos tienden a recurrir en ubicaciones lejanas y se necesita qui-
mioterapia. Las opciones terapéuticas actuales son moderadamente 
efi caces, por lo que estas pacientes se deben alentar para que se 
inscriban en algún estudio clínico experimental.
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	SECCIÓN 4 ONCOLOGÍA GINECOLÓGICA����������������������������������������������������������������������������������������������������������������
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	TRATAMIENTO DEL CÁNCER AVANZADO (...)�������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������

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