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872 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 (protocolo #172) en pacientes con cáncer ovárico en etapa III con reducción de volumen óptimo que se distribuyeron al azar para recibir quimioterapia combinada con paclitaxel y cisplatino IV o intravenosa e intraperitoneal (cuadro 35-10). La mediana de la duración de supervivencia general fue 66 meses en el grupo IV/IP, comparada con 50 meses en el grupo con tratamiento intravenoso (Armstrong, 2006). Por el contrario, la supervivencia en ambos grupos resultó mucho mayor que la de las pacientes del estudio clínico de Vergote (29 en comparación con 30 meses de super- vivencia promedio), descrito en la página 871 (Vergote, 2010). Pese a esta mejoría notable de la supervivencia, muchos médicos todavía consideran que la quimioterapia IP constituye un trata- miento experimental y no lo recomiendan de forma sistemática (Gore, 2006). Las ventajas teóricas de la quimioterapia IP son impresionan- tes. Por lo general, el cáncer ovárico epitelial se disemina sobre todo por las superfi cies peritoneales. En las pacientes operadas con enfermedad residual mínima, puede alcanzarse una dosis de qui- mioterapia mucho mayor en el sitio del tumor con la administra- ción directa en el abdomen (Alberts, 1996; Markman, 2001). Es obvio que no todas las mujeres con cáncer ovárico avan- zado son elegibles para quimioterapia IP. Las pacientes en etapa IV y aquellas con gran volumen de enfermedad residual tienen menor probabilidad de benefi cio. Asimismo, los efectos adversos son mayores con el tratamiento a base de IP, son frecuentes los problemas relacionados con el catéter y las ventajas en cuanto a la supervivencia a largo plazo son controversiales (Walker, 2006). Sin embargo, el consenso actual es que el tratamiento con quimiotera- pia IP ciertamente se debe contemplar como posibilidad ante un cáncer cuyo volumen se ha reducido con éxito (Morgan, 2011). Sin embargo, la elección de recibir quimioterapia IP o no hacerlo fi nalmente es decisión de la paciente informada (Alberts, 2006). Con base en el anuncio clínico y el debate del National Cancer Institute, hoy día se están probando nuevos regímenes IP. En un estudio clínico con asignación al azar de GOG en fase III (proto- colo #252), se está comparando: 1) el paclitaxel a dosis densa con carboplatino IV; 2) el paclitaxel en dosis densa y carboplatino IB, y 3) el protocolo #172 del GOG modifi cado de cisplatino IP. Todos los grupos reciben bevacizumab de forma simultánea, seguido de bevacizumab de sostén. Se anticipa que esta informa- ción repercutirá en las aplicaciones futuras del tratamiento IP para el cáncer ovárico. Tratamiento de pacientes en remisión En la mayoría de las mujeres con cáncer ovárico avanzado, la com- binación de intervención quirúrgica y quimioterapia basada en platino lleva a remisión clínica (exploración, concentraciones de CA-125 y CT normales). Sin embargo, al fi nal, hasta 80% recae y muere por progresión de la enfermedad. Las concentraciones más bajas de CA-125 (valores de un solo dígito) casi siempre se rela- cionan con menos recurrencias y supervivencia más prolongada (Juretzka, 2007). Como la mayoría de las pacientes que alcanza la remisión tiene células residuales, ocultas, resistentes a fármacos, es apropiado considerar varias opciones. Por desgracia, no hay una prueba sólida de que alguna intervención sea de benefi cio. Vigilancia. Una vez que concluye el tratamiento, las pacientes se vigilan a intervalos regulares por medio de exploración física y con- centración de CA-125, al igual que en el cáncer incipiente. Para vigilar a aquellas con cáncer ovárico avanzado, se indican, por lo general, estudios de imagen. Los médicos deben estar muy alertas para sospechar la recurrencia. Laparotomía de revisión. Ésta es la “norma de oro” para iden- tifi car la enfermedad residual. En general, las principales indica- ciones son valorar la integridad de la respuesta y extirpar cualquier tumor residual. Dicha intervención quirúrgica tiene varios pasos. Primero, deben efectuarse lavados citológicos o recolección de líquido de ascitis, a menos que se descubra enfermedad demostrada por biop- sia. Segundo, se realiza una valoración visual de todas las super- fi cies peritoneales, incluido el diafragma, para remover cualquier nódulo sospechoso, adherencias o tumores. Tercero, en ausencia de enfermedad macroscópica, se deben realizar biopsias de superfi - cies peritoneales y epiplón residual. Por último, es necesario obte- ner muestras de ganglios pélvicos y paraaórticos, a menos que se haya hecho en la primera intervención quirúrgica y no se hubiera encontrado compromiso (Whitney, 2011). La laparotomía de revi- sión es una alternativa aceptable, con menor morbilidad para algu- nas pacientes (Husain, 2001; Littell, 2006). Sin embargo, por muchas razones ningún tipo de dicha lapa- rotomía se realiza de forma habitual. Aunque estudios ocasiona- les sin asignación al azar notifi caron alguna ventaja clínica en la identifi cación de pacientes con enfermedad residual, dos estudios multicéntricos europeos con asignación al azar de laparotomía de revisión no pudieron demostrar un benefi cio en la supervivencia (Luesley, 1988; Nicoletto, 1997). Además, en una comparación sin asignación al azar reciente de pacientes de un estudio previo del GOG que se habían sometido a una intervención quirúrgica de revisión, no se mostró mayor supervivencia (Greer, 2005). En resumen, la laparotomía de revisión sirve sobre todo como parámetro de valoración temprano útil de la efi cacia del trata- miento dentro de un protocolo experimental. Por otra parte, nin- gún estudio clínico prospectivo ha demostrado una ventaja en la supervivencia. Dicha laparotomía tiene valor pronóstico porque un procedimiento que no revela enfermedad recurrente se rela- ciona con una mejor tasa de supervivencia. En resumen, deben sopesarse la morbilidad y el costo adicionales contra el benefi cio esperado para cada paciente (American College of Obstetricians and Gynecologists, 1995). Quimioterapia de sostén. Hay poca evidencia que sugiera alguna ventaja para el tratamiento adicional en mujeres que alcan- zan la remisión clínica después de seis ciclos de quimioterapia basada en platino. Sin embargo, por la tasa tan alta de recurrencia conocida, en estudios sin asignación al azar se han probado varios fármacos como régimen terapéutico de sostén, también denomi- nado tratamiento de consolidación. Se observó que el paclitaxel mensual durante 12 ciclos extiende la supervivencia sin avance unos siete meses en comparación con CUADRO 35-10. Régimen de quimioterapia intraperitoneal para cáncer ovárico Día 1 Paclitaxel, 135 mg/m2 IV durante 24 h Día 2 Cisplatino, 100 mg/m2 intraperitoneal Día 8 Paclitaxel, 60 mg/m2 intraperitoneal Tomado de Armstrong, 2006. 35_Chapter_35_Hoffman_4R.indd 87235_Chapter_35_Hoffman_4R.indd 872 06/09/13 22:0106/09/13 22:01 GINECOLOGÍA������������������������������������������������� SECCIÓN 4 ONCOLOGÍA GINECOLÓGICA���������������������������������������������������������������������������������������������������������������� 35. CÁNCER OVÁRICO EPITELIAL���������������������������������������������������������������������������������������������������� CÁNCER OVÁRICO EPITELIAL���������������������������������������������������������������������������������������� TRATAMIENTO DE PACIENTES EN REMISIÓN����������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������
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