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926 Aspectos de cirugía ginecológica SECCIÓ N 5 Una teoría sugiere que el soporte de la placa del elevador previene la tensión o el estiramiento excesivos del tejido conjun- tivo de los ligamentos pélvicos y las fascias (Paramore, 1908). Por consiguiente, la lesión neuromuscular de los músculos elevadores del ano puede provocar de manera eventual colgamiento o inclinación vertical de la placa del elevador y del hiato urogenital. Por consi- guiente, el eje vaginal se yergue más y el cue- llo uterino se orienta sobre el hiato abierto (fig. 38-11). El efecto mecánico de este cambio es el aumento de la tensión sobre los tejidos conjuntivos que soportan las vísceras pélvicas. Está demostrado que el aumento del tamaño del hiato urogenital se relaciona con una mayor gravedad del prolapso de órganos pélvicos (DeLancey, 1998). Inervación del piso pélvico Los músculos del diafragma pélvico están inervados sobre todo por ramas eferentes somáticas directas del segundo al quinto nervios radiculares sacros (S2-5) (fi g. 38-7) (Barber 2002; Roshanravan, 2007). La descripción tradicional indica una inervación doble. La superfi cie pélvica o superior de los músculos recibe ramas eferentes directas de S2-5, que llegan al elevador del ano. La superfi cie peri- neal o inferior está inervada por ramas del nervio pudendo. Esta última relación se ha cuestionado en fechas recientes. Se sugirió que el nervio pudendo no contribuye a la inervación del músculo elevador del ano (Barber, 2002). Sin embargo, sus ramas inervan partes del esfínter uretral estriado y los músculos del esfínter anal externo (pág. 944). El separado suministro nervioso del músculo elevador del ano y de los esfínteres estriados uretral y anal podría explicar por qué algunas mujeres presentan prolapso de órganos pélvicos y otras desarrollan incontinencia urinaria o fecal (Heit, 1996). lo que contribuye a mantener el ángulo anorrectal. Este músculo se considera parte del complejo esfi ntérico anal y contribuye a mante- ner la continencia fecal (cap. 25, pág. 660). Músculo iliococcígeo. El iliococcígeo, la parte más posterior y delgada de los músculos elevadores del ano, tiene una importante función de sostén. Se origina a los lados, en el arco tendinoso del elevador del ano y las espinas isquiáticas (fi gs. 38-7 a 38-10). Las fi bras musculares de un lado se unen con las del sitio contrario en el cóccix y el rafe iliococcígeo, también denominado rafe anococcígeo. Además del músculo iliococcígeo, algunas fi bras del músculo pubococcígeo pasan detrás del recto y se unen al cóccix. Estas fi bras transcurren en un plano cefálico o profundo al músculo iliococcí- geo y también contribuyen al rafe anococcígeo. La placa del elevador es el término clínico usado para describir al rafe anococcígeo (fi g. 38-10). Esta parte de los músculos elevadores forma una placa de apoyo sobre la que descansan el recto, la parte superior de la vagina y el útero. Un trascendente estudio con miografía radiográfi ca del ele- vador, realizado por Berglas y Rubin (1953), generó la duradera creencia de que en las mujeres con soporte normal la placa del elevador se encuentra casi paralela al plano horizontal cuando están de pie. Su estudio también mostró que la placa del elevador se desplaza a un plano más vertical durante el pujo en las mujeres con prolapso que en aquellas con soporte normal. En contraste con la posición horizontal de la placa del elevador ya descrita, un estudio reciente con imágenes por resonancia mag- nética (MR, magnetic resonance) encontró que en las mujeres con soporte normal, la placa del elevador tiene un ángulo medio de 44 grados con respecto a la línea horizontal de referencia durante la maniobra de Valsalva (Hsu, 2006). Como en las observaciones previas, los autores mostraron también que durante dicho proce- dimiento las pacientes con prolapso tienen un ángulo de la placa del elevador mucho mayor que las mujeres sanas. El ángulo más grande mostró una correlación moderada entre una mayor lon- gitud del hiato del elevador y un desplazamiento aumentado del cuerpo perineal en las féminas con prolapso, comparadas con las del grupo de control. FIGURA 38-10. Interacción de los órganos de la pelvis con los músculos y el tejido conjuntivo del piso en reposo (A) y con aumento de la presión intraabdominal (B). Ligamento uterosacro Hiato genital Músculo pubococcígeo Músculo puborrectal Músculo iliococcígeo/ placa del elevador A B FIGURA 38-11. Interacción de los músculos y el tejido conjuntivo del piso de la pelvis en presencia de prolapso de órgano pélvico. Ligamento uterosacro Músculo pubococcígeo Músculo puborrectal Músculo iliococcígeo/ placa del elevador Hiato genital 38_Chapter_38_Hoffman_4R.indd 92638_Chapter_38_Hoffman_4R.indd 926 06/09/13 22:0506/09/13 22:05
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