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1088 Atlas de cirugía ginecológica SECCIÓ N 6 tardía, formación de cicatrices y un resultado estético defi ciente. PREOPERATORIO ■ Consentimiento informado Como sucede con otros métodos para el tra- tamiento de la VIN, es posible que la VIN persista o recurra después de la vaporización con láser de CO2. Esta frecuencia varía según la duración del seguimiento de la paciente, el número de sesiones terapéuticas, el área espe- cífi ca a tratar y el área total de enfermedad tra- tada. Es importante explicar a estas pacientes la importancia del seguimiento posoperatorio. Algunas complicaciones del tratamiento son dolor, infección, fi ebre, cambios de colo- ración de la piel, alopecia, cicatrices y dispa- reunia. La cicatrización concluye en cuatro a seis semanas, pero a veces se prolonga cuando el tratamiento penetra en la dermis (Wright, 1987). Asimismo, la vaporización con láser con- lleva el riesgo de inhalar la columna de humo y al HPV en aerosol (Cardosi, 2001). TRANSOPERATORIO ■ Instrumentos En la Sección 41-26 (p. 1081) se describe el láser de CO2. Las recomendaciones sobre su aplicación en la ablación cervical de la CIN aplican al tratamiento de la VIN. ETAPAS QUIRÚRGICAS ➊ Anestesia y posición de la paciente. La ablación de la VIN con láser casi siempre se esto se repite una o dos veces al día durante un lapso corto. Los analgésicos orales y baños de asiento son útiles para reducir el dolor. La paciente se cita para seguimiento entre dos y cuatro semanas después de la cirugía. VAPORIZACIÓN DE LA VIN CON LÁSER DE DIÓXIDO DE CARBONO Teóricamente, el láser de CO2 es un método ideal para tratar la VIN. Cuando se utiliza con el colposcopio, el láser permite erradicar con precisión el cáncer conservando la estructura y función del tejido sano. La hemorragia es mínima, la recuperación rápida y la cicatri- zación suele ser excelente. La frecuencia de complicaciones importantes es baja. La vapo- rización con láser de CO2 se puede combinar con una escisión. Un ejemplo es cuando el cáncer es multifocal y abarca regiones tanto con vello como lampiñas como el clítoris, donde la escisión no es el método ideal. Como sucede en los casos de otras técni- cas destructivas, es importante excluir la posi- bilidad de cáncer invasor antes de realizar la vaporización con láser. Puesto que la VIN a menudo es multifocal, se debe realizar un exa- men detallado de la vulva y la parte inferior del aparato genital obteniendo una muestra para biopsia en caso de observar cualquier área anormal. Después de la vaporización con láser de CO2 no habrá tejido disponible para su análisis. Reid et al. (1985) recomiendan que la vaporización de la VIN con este método sólo la realicen cirujanos con experiencia con láser de CO2. De hecho, literalmente existe un margen estrecho entre la profundidad del tratamiento necesario para erradicar la enfermedad y la profundidad que provoca una recuperación producir un daño térmico importante. Sin embargo, en algunos estudios se han utilizado amplitudes de 6 a 8 para el tratamiento de la VIN (Miller, 2002). La intensidad de irriga- ción y aspiración varían según la necesidad del operador. Por ejemplo, cuando se desea ful- gurar el tejido, una irrigación menos intensa permite producir más calor en la punta de la pieza de mano. La aerosolización se reduce equilibrando la irrigación y la aspiración. ➍ Ablación. Al igual que con la escisión local amplia, la zona de tratamiento se debe extender cuando menos 5 mm más allá del borde de las lesiones identifi cadas. La punta de la pieza de mano se desplaza sobre la vulva una y otra vez. Únicamente es necesario tener contacto directo con la piel de la vulva; no es necesario hacer presión. Los movimientos repetidos de la punta sobre la zona afectada dictan la profundidad de tejido que se elimina. Sin embargo, la profundidad de la destrucción a menudo es difícil de evaluar. Los haces de colágena y fi bras elásticas son visibles en la dermis reticular (Reid, 1985). La destrucción del tejido más allá de este punto aumenta la probabilidad de formar cicatrices. La profun- didad del tratamiento de la VIN varía de 1.5 a 2.5 mm (Miller, 2002; Rader, 1991). Para los condilomas acuminados, la profundidad del tratamiento no se debe extender más allá de la membrana basal (Fereczy, 1983). La hemorra- gia, en caso de existir, casi siempre es mínima y se contiene con presión. En la figura 41-28.5 se muestra el resultado fi nal de la misma paciente que se muestra en la fi gura 41-28.4. POSOPERATORIO Inmediatamente después de la ablación, se aplica crema de sulfadiazina de plata al 1% y FIGURA 41-28.4 VIN que abarca el labio menor derecho. FIGURA 41-28.5 Tratamiento de la VIN terminado. 41_Chapter_41_Hoffman_4R.indd 108841_Chapter_41_Hoffman_4R.indd 1088 06/09/13 22:1406/09/13 22:14
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