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1109Cirugía de mínima invasión CA P ÍTU LO 4 2 ■ Anatomía de la pelvis El conocimiento del sitio anatómico del uré- ter pélvico y los vasos de la pared lateral de la pelvis es esencial en la cirugía laparoscópica. A menudo, la movilidad y la amplifi cación que se logran con la laparoscopia permiten la visualización directa y fácil de tales estruc- turas. Además, el operador debe identifi car sistemáticamente en todas las laparoscopias el trayecto del uréter pélvico desde el borde pél- vico, siguiendo la pared lateral de la pelvis y por fuera del cuello uterino, para asegurar que su peristaltismo y su calibre son normales. La identifi cación y la reidentifi cación frecuentes del trayecto del uréter se hacen al realizar ciru- gía de anexos, histerectomía y en particular en casos de enfermedad por adherencias, causada por endometriosis o infección (fi g. 38-22, pág. 938). ACCESO ABDOMINAL Desde que se pudo contar con el laparoscopio no ha cesado el debate del método óptimo para penetrar en la cavidad abdominal. La selección del sitio y el método de penetración reciben la infl uencia de factores como la talla corpo- ral, cirugías previas, riesgo de que exista algún trastorno por adherencias, método planeado, capacidad del cirujano, y el sitio, la magnitud y el tipo de alteraciones o enfermedades. Las complicaciones quirúrgicas más frecuentes y notables durante la laparoscopia se producen en la fase de penetración del abdomen. De manera específi ca, casi la mitad de todas las complicaciones con este método ocurren en la fase de obtención del acceso y prácticamente 25% de tales complicaciones se detecta sólo en el periodo posoperatorio (Bhoyral, 2001; Chandler, 2001; Chapron, 1999; Jansen, Por fuera de tal estructura están los plie- gues umbilicales internos que cubren las arte- rias umbilicales obliteradas. La identifi cación del pliegue umbilical interno es esencial en casos de pelvis congelada y puede conducir hasta la arteria iliaca interna. En tales casos, se identifi ca el curso de dicho pliegue debajo del ligamento redondo, a través del ligamento ancho, la arteria vesical superior y por último la arteria iliaca interna. Por fuera de los pliegues umbilicales internos, y los ligamentos redondos están los pliegues umbilicales laterales o externos (fig. 42-1.18), formados por el peritoneo que cubre los vasos epigástricos inferiores antes de que penetren en la vaina del recto anterior del abdomen. La visualización intraperitoneal directa de los pliegues umbilicales laterales impedirá la lesión de dichos vasos durante la colocación del acceso. Los accesos adicionales se sitúan por medio de la visualización directa del trócar y de las estructuras anatómicas importantes, que inclu- yen la vejiga, las asas intestinales y los vasos epigástricos inferiores (profundos) y superfi - ciales. De estos últimos, la arteria epigástrica inferior cruza por el tercio externo de la cara posterior del recto anterior del abdomen; se le identifi ca fácilmente en plano intraperito- neal, y discurre en sentido lateral al ligamento umbilical interno (fi g. 38-2, pág. 919). La arteria epigástrica superfi cial, rama de la femo- ral, cursa en el tejido subcutáneo por fuera del recto anterior del abdomen en un trayecto similar al de los vasos epigástricos inferiores. La arteria epigástrica superfi cial puede identifi - carse por transiluminación de la pared anterior del abdomen, con el laparoscopio. Las ramas nerviosas distribuidas en la pared anterior del abdomen, a pesar de que no se visualizan, tam- bién deben ser consideradas para no lesionarlas con la colocación del trócar. Los nervios abdo- minogenital mayor y menor pueden lesionarse durante la colocación de un acceso adicional (fi g. 38-3, pág. 920). Adelante se describen medidas para limitar la lesión de los vasos y nervios mencionados. ■ Puntos de referencia superficiales en las estructuras retroperitoneales Por medio del laparoscopio es posible visua- lizar fácilmente cinco ligamentos notables en la pared anterior del abdomen que están por detrás de los pliegues peritoneales; estos pun- tos anatómicos intraperitoneales superfi ciales de referencia siguen un trayecto de arriba abajo y pueden utilizarse para identifi car estructuras anatómicas básicas en el plano retroperitoneal (fig. 42-1.17). En la línea media, el ligamento umbilical interno atraviesa del domo de la cúpula vesical al ombligo y corresponde al uraco obliterado. Ligamento umbilical interno Ligamento umbilical interno Vasos umbilicales inferiores dentro del ligamento umbilical externo FIGURA 42-1.17 Ligamentos umbilicales y su relación con la colocación del trócar. FIGURA 42-1.18 Imagen laparoscópica del cuadrante inferior derecho del abdomen de la paciente en que se identifica el ligamento redondo (flecha sola). Los vasos epigástricos inferiores y el peritoneo que los cubre componen al ligamento umbilical lateral que transcurre tal como lo señalan las cuatro flechas en el extremo superior izquierdo. El uraco (flecha horizontal sola superior) es un remanente de la arteria umbilical obliterada y el peritoneo que la cubre. 42_Chapter_42_Hoffman_4R.indd 110942_Chapter_42_Hoffman_4R.indd 1109 06/09/13 22:1606/09/13 22:16
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