Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
FIGURA C6-2. En todas las pelvis óseas, las espinas isquiáticas se extienden una hacia la otra, y la distancia interespinosa entre ellas es normalmente la parte más estrecha del conducto de la pelvis (el paso a través de la apertura superior de la pelvis, la pelvis menor, y la apertura inferior de la pelvis) que tendrá que atravesar la cabeza del niño durante el parto (fig. C6-2 B), pero no es una distancia fija (v. cuadro clínico «Relajación de los ligamentos pélvicos y aumento de la movilidad articular durante el embarazo»). Durante una exploración pélvica, si las espinas isquiáticas están lo bastante separadas como para permitir el paso de tres dedos entre los lados de la vagina, se considera que el ángulo subpubiano es suficientemente ancho para permitir el paso de una cabeza de tamaño medio de un feto a término. Fracturas de la pelvis En los accidentes con aplastamiento (como cuando cae un objeto pesado sobre la pelvis, fig. C6-3 A) se produce una compresión anteroposterior de la pelvis. Este tipo de traumatismo suele producir fracturas de las ramas del pubis. Cuando la pelvis se comprime lateralmente, los acetábulos y los iliones se comprimen y aproximan entre sí, y pueden fracturarse. Las fracturas del anillo óseo pélvico son casi siempre múltiples, o bien una combinación de fractura y luxación articular. Esto se puede comprobar tratando de romper una rosquilla sólo por un punto. Algunas fracturas pélvicas se producen por arrancamientos óseos debidos a los fuertes ligamentos asociados a las articulaciones sacroilíacas. (Estos ligamentos se muestran en las figs. 6-3 y 6- 4 A.) Las fracturas pélvicas pueden estar provocadas por traumatismos directos sobre los huesos de la pelvis, como sucede en un accidente de automóvil (fig. C6- 3 A), o por fuerzas transmitidas a estos huesos desde los miembros inferiores en las caídas de pie (fig. C6-3 B). Las zonas débiles de la pelvis, que es donde suelen tener lugar las fracturas, son las ramas del pubis, los acetábulos (o el área inmediatamente circundante), la región de las articulaciones sacroilíacas y las alas del íleon. Las fracturas pélvicas pueden lesionar tejidos blandos, vasos sanguíneos, nervios y órganos pélvicos. Las fracturas de la región puboobturatriz son relativamente frecuentes y suelen complicarse, debido a su relación con la vejiga urinaria y la uretra, que pueden romperse o desgarrarse. Las caídas de pie o de nalgas desde una escalera de mano alta pueden empujar la cabeza del fémur a través del acetábulo hasta la cavidad pélvica, y lesionar vísceras pélvicas, nervios y vasos. En los sujetos menores de 17 años de edad, el acetábulo puede romperse por el cartílago trirradiado en sus tres porciones embrionarias (fig. 6-2 C), o pueden desgarrarse los bordes óseos acetabulares. Relajación de los ligamentos pélvicos y aumento de la movilidad articular durante el embarazo 1038 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
Compartir