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teseopress.com CUERPO, MUNDO Y VIDA: HEIDEGGER EN PERSPECTIVA teseopress.com teseopress.com CUERPO, MUNDO Y VIDA: HEIDEGGER EN PERSPECTIVA Actas de las Segundas Jornadas Nacionales de la SIEH – Argentina Luciano Mascaró (compilador) teseopress.com Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva : Actas de las segundas jornadas nacionales de la SIEH -Argentina / Elías Ger- mán Bravo… [et al.]; compilado por Luciano Mascaró. – 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Mario Adrian Bertore- llo, 2020. Libro digital Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-86-5958-9 1. Hermenéutica. 2. Fenomenología. 3. Filosofía Contemporánea. I. Bravo, Elías Germán. II. Mascaró, Luciano, comp. CDD 121.686 ISBN: 9789878659589 Las opiniones y los contenidos incluidos en esta publicación son responsabilidad exclusiva del/los autor/es. Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva TeseoPress Design (www.teseopress.com) teseopress.com ExLibrisTeseoPress 29476. Sólo para uso personal Índice Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva .............. 11 1. Vida y cálculo: la ratio moderna y la época técnica. Del principio de razón a la meditatio del Ser ....................... 13 Elías Germán Bravo, Mariano Olivera 2. ¿En qué medida es el marxismo lo que Heidegger llamaría una fenomenología de la historia? .......................... 23 Sofía Carreño 3. Técnica y destino en el pensar tardío de Heidegger. Hacia la búsqueda de un nuevo arraigo en nuestra época 39 Rigoberto Alonso Lincura Matamala 4. La pregunta por la técnica como camino a la serenidad51 Carlos Arturo Ceballos Restrepo 5. Apuntes para repensar el estatus ontológico de los seres vivos no humanos a la luz del pensamiento de Martin Heidegger ......................................................................... 63 Uriel Abel Brito Ortiz 6. La mismidad del animal en tanto organismo................... 75 Javier Pascua 7. Enfermedad y degradación. La corporalidad más allá de la propiedad e impropiedad................................................. 85 Tadeo González Warcalde 8. El cuerpo vivo (Leib) y la plástica como forma del habitar poético .............................................................................. 95 Sabrina Noemí Ramallo 9. La posibilidad de una ética en Heidegger y el papel que en ella tiene la voluntad a la luz de la historicidad....115 Sofía Carreño teseopress.com 7 10. Subjetividad y normatividad. La perspectiva de la normatividad social de Ser y Tiempo................................... 131 Bruno Gabriel Muntaabski 11. La memoria en Ser y Tiempo........................................... 143 Gabriel Corda 12. Cognición como comprender. Una aproximación heideggeriana y enactiva al fenómeno cognitivo ..............157 Juan Diego Bogotá 13. Normatividad vs. objetividad. La experiencia del ente en la estructura fenomenológica del mundo.............173 Leticia Basso Monteverde 14. El sentido de una lectura en trascendencia de la obra de Martin Heidegger ................................................................. 185 Adrián Bertorello 15. La pantalla como dispositivo del Gestell ...................... 205 Santiago Bellocq 16. Un acercamiento temprano a la cuestión de la técnica. La articulación de la téchne aristotélica en el primer Heidegger ....................................................................... 221 Juan Solernó 17. El silenciamiento como posibilidad de un lenguaje filosófico-poético ....................................................................... 233 Gerardo Córdoba Ospina 18. ¿Quién es el Zaratustra de Heidegger? .......................... 245 Lucas Gonzalo Aldonati 19. Ser (-un-cuerpo)-en-el-mundo. La centralidad del cuerpo en el marco de la analítica existenciaria ................259 Tomás Stöck 20. Cuerpo y mundo en Ser y Tiempo ................................. 267 Vera Capilla 21. Angustia y muerte en el psicoanálisis y en Ser y Tiempo de Heidegger ................................................................ 281 Hugo Alazraqui 8 • Índice teseopress.com 8 22. Aún allí. La corporeidad y las discusiones con la psicología en elaboraciones de Heidegger .......................... 291 Luis Fernando Butiérrez 23. La física cuántica como parte de la historia del ser ...309 Jeremías Camino 24. Zu Ernst Jünger: Heidegger y Nietzsche en perspectiva.................................................................................... 323 María de los Milagros Kruk 25. La intencionalidad histórica de la vida y el misterio de su opacidad vital en el joven Heidegger (1919-1921).339 Mario Martín Gómez Pedrido 26. Befindlichkeit, ética y política. Aportes para pensar su entrecruzamiento desde el joven Heidegger .................363 Gustavo Salerno 27. Aportes antropológicos en Heidegger para la práctica clínica en torno al concepto de enfermedad ......383 Catalina Barrio 28. La psicosis como privación de mundo. Martin Heidegger y Henri Maldiney en torno al concepto de impropiedad (Uneigentlichkeit) ............................................. 391 Leandro Catoggio 29. Sí mismo como cuerpo. La noción de Eigentlichkeit desde la perspectiva de la enfermedad ................................. 407 Marco Sanz 30. Los estados de ánimo como una posición filosófica contra el psicologismo .............................................................. 423 Carlos Alberto García Calderón, Luis Fernando Macías García Índice • 9 teseopress.com 9 teseopress.com Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva Esta segunda edición de las Jornadas Nacionales de la SIEH Argentina, continúa con el espíritu y el proyecto planteado para el encuentro de 2017, a saber, propiciar la reunión de especialistas y estudiantes que desarrollan sus investigacio- nes en diversos aspectos del pensamiento heideggeriano. El objetivo de estas reuniones es el de ofrecer un espacio para la discusión y el intercambio de ideas en torno a la filosofía de Heidegger, espacio que hasta hace dos años, no estaba presente en la escena filosófica argentina. Por medio de estos encuentros, buscamos afianzar nuestro compromiso compartido con la profundización en la comprensión de la obra heideggeriana, así como sus influencias, recepciones y focos de discusión. Las segundas jornadas en Argentina se realizaron el 6 y el 7 de diciembre de 2018 en la cuidad de Mar del Plata; la sede del encuentro fue el aulario de la Agremiación Docente Universitaria Marplatense (ADUM); fueron llevadas a cabo por la Sociedad Iberoamericana de Estudios Heideggeria- nos, y coordinadas por la Dra. Leticia Basso Montever- de, quien es miembro activo de dicha sociedad. Las Jorna- das contaron con el auspicio de la Asociación Argentina de Investigaciones Éticas, Regional Buenos Aires (AAdIE), el CCT-Mar del Plata/CONICET y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) y con el aval académico de la Facultad de Humanidades de la Uni- versidad Nacional de Mar del Plata, y el reconocimiento de su Departamento de Filosofía. Las jornadas contaron con una extensa participación y asistencia. Allí tuvieron lugar conferencias, mesas y ponen- cias en las cuales se expusieron en detalle elementos cen- teseopress.com 11 trales de la obra de Heidegger en torno al objetivo principal del evento: trabajar los aportes del filósofo a otras disci- plinas, con el propósito de discutir su obra en el marco de cuestiones vigentes o de reciente emergencia. Para ello, se acentuaron una serie de ejes que orientaron el debate hacia los conceptos nodulares de “cuerpo, mundo y vida”. Dichos ejes buscaron ampliar el abanico de perspectivas desde las cuales puede rescatarse su pensar, por ejemplo, a partir de la psicología fenomenológica y la psiquiatría, la ciencia cognitiva, la filosofía de la técnica, la filosofía de la biología y la medicina. Todas estas áreas realizan hoy un cruce interesante y productivo con la fenomenología y en particular con la teoría heideggeriana. Por ende, se consi- derónecesario vislumbrar aspectos que aún requieren una mejor comprensión y demandan un avance o revisión. Esperamos que este volumen constituya el punto de partida para fructíferas discusiones, y promueva el inter- cambio y la profundización de las temáticas analizadas. Luciano Mascaró, Octubre de 2019, Buenos Aires, Argentina 12 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com 1 Vida y cálculo: la rratioatio moderna y la época técnica Del principio de razón a la meditatio del Ser ELÍAS GERMÁN BRAVO, MARIANO OLIVERA1 La cotidaneidad y la cientificidad del principio de razón El principio de razón no es una simple formulación teórica que atraviesa la historia de la filosofía, sino que obra pode- rosamente en su influjo cotidiano en la praxis del hombre. Si nos remitimos a las condiciones de su revelación, tal principio goza de una larga tradición y sufre de sus arrugas, en cuanto se puede percibir desde el origen de toda concep- ción racionalista del mundo, contando así con una línea de numerosos antecedentes y su marcha aún continúa, pues no cesara hasta que del mundo se apague toda chispa de razón, y con ello sucumba toda exigencia de racionalidad. Pero su pronunciamiento familiar, permaneció latente e implícito, operando en el pensamiento filosófico occidental durante 2500 años (desde el siglo VI a.c) y recientemente fue for- mulado e invocado por Leibniz en el siglo XVII, en su for- ma más madura, definitiva, explicita y breve: “Nihil est sine ratione” (Nada es sin razón). Con él culmina su tiempo de 1 Universidad Nacional de Mar del Plata teseopress.com 13 incubación o letargo, y tal proposición asume el estatuto y la dignidad de principio y ley con el reconocimiento de todo su alcance, llevado a validez ilimitada. Lo denomina princi- pium rationis, y le asigna el rango de proposición suprema o fundamental. Por eso lo califica como el principio grande y poderoso, el principio más conocido y excelso o el muy noble e ilustre principio. No es casual, además, que su aparición más manifiesta se propicie con el auge del racionalismo moderno y de la mano de un racionalista fervoroso como Leibniz. El prin- cipio de razón suficiente acompaña la racionalización de lo real, bajo la forma de la matematización “galileana” y el universo geométrico e infinito que desplaza al cosmos cerrado. El principio de razón está asociado con un hecho de suma importancia para la historia universal humana; el surgimiento de las ciencias modernas y el despliegue de la técnica. El “porqué” omnipresente en toda pregunta, es no solo el fundamento de todos los conocimientos posi- bles, sino también como afirma Schopenhauer, la “madre de todas las ciencias” (Schopenhauer, 1998: 41).En todo su operar, la ciencia moderna se halla íntimamente ligada con el principio de razón, en su exigencia infatigable de demos- tración de razones verdaderas. Aun así, más allá de toda concepción estricta, el fundamento también actúa -como hemos sostenido- en toda faena cotidiana, independiente- mente de su histórica formulación, siendo proposición tan evidente, supuesta y naturalizada; condición por la cual se debe la demora de su explicitación como principio. [El principio de razón suficiente] parece al alcance de la mano y que, sin necesidad de ser formulado, ha regido en todas las circunstancias, las representaciones y el comportamiento del hombre. (Heidegger, 1962: 79) Lo que enuncia la proposición del fundamento es para nosotros pues, cosa corriente y, por corriente, también de inmediato clara. A ello se debe igualmente que lo que la 14 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com proposición del fundamento dice no esté, por de pronto, establecido propiamente como proposición, y menos todavía promulgado como ley. (Heidegger, 2003: 157). Por ello partiremos, desde aquel enunciado tan claro, simple y evidente: “Nihil est sine ratione” que significa aquel acontecimiento decisivo de la historia del pensamiento: la formulación leibniziana de la proposición del fundamento elevada a principio, para extendernos a la reformulación e interpretación heideggeriana del mismo, donde finalmente asume y se transparenta su compromiso con el ser. Todo el recorrido de nuestro trabajo, a través de Heidegger, cul- minara en el salto al ser, en el desplazamiento del estadio óntico al ontológico, manifestando que el mismo principio de razón fue un medio más de su ocultamiento, retraimien- to o dispensación enmascarada, pero que tiene un senti- do distinto, un eco sordo, que remite al develamiento del ser en su identidad como fundamento de todo ente (sin fundamento). El ens rens rationaleationale calculador y la pregunta por el fundamento La tradición declara y define al hombre como animal ratio- nale, ente que se caracteriza por vivir conforme a la segu- ridad de los fundamentos, que demanda, exige, busca y halla razones que justifiquen su existencia y su transcu- rrir cotidiano. En todo lo que nos rodea, nos importa y nos sale al encuentro, vamos mirando a la busca de fundamentos […] A menudo nos contentamos con los fundamentos más cercanos; a veces, indagamos en pos de fundamentos más distantes; finalmen- te, nos atrevemos a acercarnos a los fundamentos prime- ros y preguntamos por el fundamento último. (Heidegger, 2003: 157). Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 15 teseopress.com Sin percatarse, recae en la insistencia del “¿por qué?” que rige y guía todas sus acciones, circunstancias, enuncia- dos, motivaciones y comportamientos. Frente a todo acon- tecimiento se puede constatar que busca y apela al “porqué”. En este se halla concentrado todo el carácter racional del hombre, del que consiguientemente proceden en sentido interrogativo, el “como”, el “cuando” y el “para que” causal. Heidegger reformula o resignifica la clásica definición racionalista del hombre, refiriéndose al individuo moderno y contemporáneo: El hombre es el animal rationale, el ser viviente que pide y da cuentas […] el ser viviente calculador, entendiendo el calcular en el amplio sentido que la palabra ratio -originalmente, una palabra del lenguaje mercantil romano-, adopta ya en Cice- rón, en la época en que el pensar griego es vertido en el modo romano de representar. (Heidegger, 2003: 171) El sentido de razón que Heidegger adopta no es el del logos antiguo y la definición filosófica-helénica del hombre, sino la ratio moderna, en su original sentido latino, como calcular o computar que no se limita al estrecho sentido de operar con números, sino que se extiende a todos los demás asuntos humanos, en una actitud útil y aseguradora. Calcu- lar en sentido amplio y esencial, significa contar con algo, asegurarlo, explicarlo, utilizarlo, poniéndolo a resguardo en la trama de consecuencias y ordenamientos causales. Que el hombre pida y rinda cuentas, es que el mismo se esfuerza en la obtención y demostración de razones útiles y por ende verdaderas. Así es el ser viviente calculador. Sin más, la pregunta por el ¿por qué?, refiere a la exi- gencia más íntima de nuestra razón, consonante con la defi- nición racional del hombre, según la cual nada puede ser simplemente sin razón, ya que el hábito y cálculo humano requiere de cierto margen de necesidad y estabilidad, por la que la razón hace ser todo lo que es, “como es”, y no de otra manera. Se rehúye a la ausencia del fundamento, porque no podemos concebir un mundo desordenado en 16 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com mera contingencia o devenir azaroso, si guiamos tácitamen- te por el principio de razón, nuestro humano representar y comportarnos en el mundo moderno. Pero para Heidegger la esencia del hombre, no se agota en tal definición del animal rationale y su pensar útil o cal- culante. El hombre es capaz de otro modo de pensar, que se remite más allá de todo ente y su apropiación. Hacia la pregunta por el fundamento sin fundamento Trascendiendo la pregunta por este, aquel o cualquier ente en general, es capaz de dirigirse a lapregunta por el funda- mento de todo ente: el ser. De aquí se rompe con la defi- nición racional del hombre, al indicarlo como ente capaz de pensar meditativamente e interrogarse sobre el sentido del ser. Es posible en el hombre, el salto del plano óntico (o concerniente al ente) y epistémico (concerniente al objeto de representación) al ontológico y la formulación de la pre- gunta de todas las preguntas, el interrogante fundamental: “¿Por qué es en general el ente, y no más bien la nada?”, lo que es lo mismo pronunciar: ¿Por qué (necesariamente) el ser? Es la inquietud y la mirada de un fundamento diferente a todos los demás fundamentos, un porqué distintivo que se eleva sobre todos los demás, meramente contingentes y accidentales. Así de la proposición de todas las propo- siciones, la proposición del fundamento proseguimos a la pregunta ontológica fundamental. Ambas cuestiones que remiten veladamente al Ser. Los límites del principio de razón La pregunta por el fundamento sin fundamento es provoca- da allí donde nos topamos con los límites de nuestra racio- nalidad: ¿Cuál es la razón del principio de razón? ¿Sobre Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 17 teseopress.com qué está fundado? ¿Cómo hallar el porqué (búsqueda del fundamento) del porque (fundamento en sí)? )? Un princi- pio es aquello que contiene la razón (ratio) de otra cosa, tal es la definición clásica de Wolff discípulo de Leibniz. Hecho por el cual no podemos concebir principio externo que gobierne o se halle por encima del principio que merece ser llamado principio supremo o primerísimo, presente en todos los demás principios. Nos enredamos con un círculo vicioso, al pretender dar una fundamentación de aquel principio que en todo exige una explicación, por suponer todo racionalmente explica- ble. Lo mismo que afirmar: se necesita una razón del dere- cho a exigir una razón. En vano podríamos ir en busca de otro principio que lo justifique como su consecuencia, y otro a este, cayendo inevitablemente en una serie de princi- pios y consecuencias hacia al infinito. El principio de razón es el principio de toda explicación […] no es explicable, porque no hay ningún principio para expli- car el principio de razón –lo mismo que el ojo lo ve todo, pero no puede verse a sí mismo– (Schopenhauer, 1998: 121). Ciertamente, el conocimiento ceñido a nuestro princi- pio, nos puede presentar la visión onírica de un mundo per- fectamente ordenado en el que todo objeto tiene su corres- pondiente lugar según ciertas formas a priori, y encuentra allí donde se lo pueda hallar su porqué y su para qué. A la ciencia y al modo de conocimiento ordinario esa visión ensoñada les bastaría. Pero no a la conciencia o reflexión filosófica que debe percatarse pronto de toda insuficien- cia; de que la explicación guiada por el principio de razón encuentra un límite en el que ya no caben más razones y la cuestión del “por qué” se convierte en una pregunta por el “que”, por el supuesto inexplicado de toda explicación. A esas alturas se habrán terminado ya los recursos del cono- cimiento y la ratio ha de guardar silencio: y entonces le toca 18 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com el turno al ser. Aquí es momento de obedecer al imperativo que rescata Heidegger de Goethe: «Tú atente al porque y no preguntes: ¿por qué?» Siempre que andamos en pos de fundamentos de los entes, preguntamos: ¿por qué? […] El porqué no da descanso ni ofrece tregua, no brinda ningún punto de apoyo […] la infa- tigable investigación […] ¿Pero entonces a que podemos ate- nernos aún? […]: ¿Qué dice el porqué? El porqué rehúsa investigar el porqué y, por ende, la fundamentación. Se niega a fundamentar y sondear. Pues el porque es sin porqué; care- ce de fundamento; es, él mismo, el fundamento […] aquello sobre lo cual todo se aquieta, aquello que ya de antemano yace para todo ente, como soporte (Heidegger, 2003: 168-169). Del dominio del ente a la meditmeditatioatio del Ser En la época moderna sólo es propiamente ente, lo que es susceptible de representarse y someterse como objeto al cálculo asegurador de la ratio. El ente se vuelve objeto deter- minable para el sujeto representante, ya no preocupa al hombre moderno su physis originaria o naturaleza esencial. El mundo es tal, en la medida que se mensura y objetiva. El principio de razón suficiente es “el dominio del poderoso elemento en el que se mueven las ciencias, como el pez en el agua y el pájaro en el aire” (Heidegger, 1962: 83; 2003: 192). De tal modo, el principio de razón acompañando el avance y un desarrollo casi delirante de las ciencias moder- nas y de la técnica, conduce a lo que Heidegger denomina la época de la técnica o era atómica. La era atómica, entendida como época planetaria de la huma- nidad, se caracteriza por el hecho de que el poder del todopo- deroso principium reddendae rationis se despliega de un modo ominoso. (Heidegger, 1962: 95) Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 19 teseopress.com La ciencia dirigida por la técnica moderna, se somete cada vez más a la llamada del principio de razón, en cuanto está obligada a asegurar la utilidad y, ante todo, la calcula- bilidad de la energía atómica. Calculo y aseguramiento, los grandes caracteres de la ratio, se muestran en la conexión de las ciencias tecnificadas con la energía atómica. En consecuencia, al girar la vida en torno a la ciencia y la técnica, al hallarse bajo el régimen predominante de la ratio y su principio, el hombre pierde su capacidad de asombro, en pos de tal razón calculadora de los objetos. Asume un nuevo modo de pensar que se obsesiona por el control y la conquista desenfrenada de los entes. Así entifica al ser, en pos de acumular saberes útiles y fines técnicos, hasta toparse con la peligrosa energía atómica. Se degrada el pensamiento en la actitud de la perdida de asombro ante el ser, que no se interroga por el mismo, y el hombre se halla estancado en el mero estadio del conocimiento, en la obsesión del pensar calculante. Esta propensión a entificar el ser, para luego emplazarlo (ocultarlo aún más), ante el sujeto en el modo de objeto del conocimiento, es lo que denominamos el olvido del ser. El principio de razón suficiente contribuye a tal ocul- tamiento, en cuanto como llamado a la razón, recae en los entes y su objetivación. Tal es el velo que ciega al hom- bre moderno. Sin embargo, es posible corresponder a la interpelación del ser que habla a través de la prevalencia del principio de razón suficiente de otra manera que no sea el puro someti- miento a él. Consiste en prestar oído y acoger la silenciosa exhortación que proviene del principio de razón por debajo de su manifestación pública, ruidosa y omnialarmante. Esa exhortación nos impele a dar el “salto” en el ser y recono- cerlo como fundamento, en el pensar meditativo. Es pues el momento de oír el llamado del ser, que nos interpela más allá de nuestra distinción como ens rationale. Puesto que el principio de razón, no concierne en su sentido 20 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com más profundo sino al ser, que ha permanecido oculto o velado. El principio es un decir concerniente al ser, pero en secreto, calla su ser más propio. Hablamos del fundamento sin fundamento, que da razón de todos los entes, de todo lo que “es” o está siendo. No se trata de que el ser “tenga” una razón, sino de que el Ser es en sí razón que funda. Fondo sin fondo, abismo (Ab- grund). Notese que Grund en alemán, además de significar fundamento, alude al significado de suelo y de fondo. El principio de razón suficiente tomado de tal manera, es un salto en el ser (el abismo), un trayecto que recorre de lo óntico a lo ontológico. Se trata de adentramos en el Ser y filosofar intempestivamente, dejando atrás la influencia de la época técnica y el desenfrenado dominio y consumo de los entes. Así resuena el imperativo de Goethe: «Tú atente al porque y no preguntes: ¿por qué?» Referencias bibliográficas Acevedo Guerra,J. (2003) En torno a la interpretación hei- deggeriana del principio de razón suficiente, texto resul- tante del proyecto FONDECYT 1010971, Universidad de Chile. Heidegger, M. (1969) Introducción a la metafísica. “La pre- gunta fundamental de la metafísica”. Editorial Nova, Bue- nos Aires. (2003) La Proposición del Fundamento. Ediciones del Serbal, Barcelona. (1962) Le principe de raison. Éditions Gallimard, París. Kruger Castro, J.C. (1998) El Principio de Razón Suficiente en Leibniz. Disponible en Revista Escritura y Pensamiento, año 1, N°2, pp. 9-75. Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 21 teseopress.com Leibniz, W.G.(1982) Principios de la naturaleza y de la gracia fundados en la razón; en Escritos Filosóficos (1663-1690), Editorial Charcas, Buenos Aires, pp. 597- 606. Sauval, M.(1994) El principio de razón suficiente y la cuestión del ser en Heidegger (lectura y comentarios de “Le prín- cipe de raison” (1962) de Heidegger). Schopenhauer, A. (1998) De la cuádruple raíz del principio de razón suficiente. Editorial Gredos, Madrid. 22 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com 2 ¿En qué medida es el marxismo lo que Heidegger llamaría una fenomenología de la historia? SOFÍA CARREÑO1 En los Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo, Heidegger habla de la necesidad de hacer fenomenología de la historia y la naturaleza, pues el autor señala que la historia como ha sido tratada por la ciencia de la histo- ria (historiografía) no es “la realidad histórica verdadera” (Heidegger, 2006: 16). Según Heidegger, las ciencias de la historia y la naturaleza han fallado en realmente conocer sus objetos a causa de que el esfuerzo de estas disciplinas ha estado enfocado en el dominio de dichos objetos (Heideg- ger, 2006: 18). Así, el autor propone que el enfoque de estas disciplinas debería tomar un giro hacia la “relación origina- ria” del hombre con las cosas mismas a ser estudiadas (Hei- degger, 2006: 19). Esto quiere decir que una fenomenología de la historia habría de ser una descripción de la manera en la que los fenómenos históricos se nos presentan antes de cualquier mediación teórica. Ahora bien, esta labor debe ser llevada a cabo a partir de “un campo de cosas subsistentes en el cual la historia y la naturaleza resalten” (Heidegger, 2006: 20). A partir de estas observaciones acerca de lo que debe ser una fenomenología de la historia, pretendo argumentar 1 Universidad de Colombia. teseopress.com 23 que la teoría marxista expuesta en los Grundrisse y El capital ya es, en cierta medida, la fenomenología de la historia que Heidegger estaba buscando. 1. Metodología Puesto que la fenomenología se refiere a un método, es lógico que el primer paso a dar en la presente investigación sea el de ver si el método marxista consiste con el método fenomenológico. Como vimos, Heidegger sostiene que el análisis feno- menológico de la historia debe ser una descrispación de la manera en la que los fenómenos históricos se nos presentan antes de cualquier mediación teórica. Por su parte, en los Grundrisse, Marx sostiene que su análisis del capitalismo debe partir de aquello más concreto para a partir de allí comprender las determinaciones más abstractas de la socie- dad capitalista, pues de otro modo los fenómenos concretos sólo podrían ser comprendidos a través de teorizaciones complejas que no necesariamente se dan en la realidad efec- tiva y que pueden acabar por obstaculizar la comprensión de la sociedad capitalista. En este sentido, Marx advierte que no siempre es claro qué es lo más concreto, ya que esto no necesariamente es lo más inmediato, pues, por ejemplo, se podría pensar que el dinero es lo más concreto que se presenta en la sociedad capitalista, sin embargo, hablar de dinero supone una teoría del valor la cual a su vez surge de otras determinaciones más concretas (como, por ejem- plo, la mercancía) que posibilitan hablar del dinero y que se tratarán más adelante. Igualmente, tampoco se puede comenzar por analizar la población en su totalidad, pues esta no es más que una abstracción de las relaciones que la componen. En este sentido, para poder comprender la población –la sociedad capitalista–el autor advierte que se debe empezar por describir y comprender la manera en 24 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com que las relaciones simples, lo que realmente se nos da en la experiencia, posibilitan la articulación de la población como un todo (Marx,1858). Es por estas razones metodo- lógicas que se puede decir que el proyecto de Marx es, en principio, un proyecto fenomenológico a la manera como lo entendía Heidegger. No obstante, los Grundrisse no son más que planes para la más reconocida obra de Marx, a saber, El capital, entonces, resta ver si el proyecto esbozado en los Grundrisse logra presentarse en El capital como una verdadera fenomenología de la historia. 2. Campo de cosas subsistentes Como señalábamos, Heidegger sostiene que la fenomeno- logía de la historia debe partir de un campo de cosas subsis- tentes en el cual la historia resalte. Ahora bien, para lograr establecer si el proyecto marxista cumple con esta condi- ción de la fenomenología de la historia, es preciso com- prender a qué se refiere Heidegger al hablar de este campo de cosas subsistentes. Ciertamente, hablar de un campo de cosas subsistentes es equivalente a hablar del mundo. Sin embargo, el mundo no debe entenderse como una mera colección de entes, ni tampoco como una entidad metafísica y objetiva cuyo conocimiento total está fuera de nuestro alcance, para Heidegger, el mundo es, a grandes rasgos, una apertura de sentido. Esto quiere decir que el mundo, más allá de ser una colección de cosas, se constituye a partir de las relaciones de sentido que se tienen con los entes, las demás personas y uno mismo. En este sentido, partir de un campo de cosas subsistentes en el cual la historia resalte, quiere decir partir del análisis de relaciones reales en las cuales la historia resalte. Heidegger señala que el campo de cosas subsisten- tes en el cual la historia resalta es el mundo del trabajo. En los Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo, Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 25 teseopress.com Heidegger señala que el mundo del trabajo se caracteriza por su relación con las herramientas, pues es allí en donde los útiles se vuelven útiles; es el trabajo lo que dota de sen- tido a las cosas en tanto que allí se vuelven cosas-para-algo (Heidegger, 2006: 240). De igual manera, el autor señala que el mundo del trabajo es una forma de relacionarse con los otros, pues: El mundo del trabajo apresenta, junto con el posible empleo del propio trabajo, el mundo en el que viven los usuarios y consumidores, así como a estos mismos […] Ese mundo público está siempre ya presente en el trabajo que hay que realizar […] El mundo público se halla presente ya en el sen- tido del propio trabajo y del posible empleo que tenga, aun cuando no lo esté de modo consciente (Heidegger, 2006: 241). A partir de estas características del mundo del trabajo, Heidegger parece sostener una primacía de dicho mundo a la hora de constituir el sentido de nuestras relaciones con las cosas y los demás seres humanos, pues el autor señala que: El mundo en su totalidad comparece a partir del mundo específico de la ocupación, […] el mundo no se construye en su mundanidad a partir de las cosas dadas de entrada o de los datos de los sentidos, ni mucho menos a partir del estar siempre ya ahí de una –como se suele decir– naturale- za por sí misma subsistente. La mundanidad2 del mundo se funda, por el contrario, en el mundo del trabajo específico (Heidegger, 2006: 243). En este sentido, la importancia del trabajo radica en que este permite diferenciar lo que está ahí de aquello que está a la mano, pues lo “ahí” se vuelve “a la mano” en el trabajo. El trabajo les da sentido a las cosas en tanto útiles para uno mismo y para los demás y parece ser aquello que 2Por “mundanidad” se entiende el modo de ser del Dasein al través del cual se comprende el modo de ser de lo ente 26 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com nos permite relacionarnos con las cosas. En este sentido, parecería que el estar-en-el-mundo del ser humano3 es per- mitido por el trabajo, lo cual quiere decir que sería en el trabajo donde el ser humano realiza su “esencia”, pues, como Heidegger pone de presente en Ser y Tiempo, el ser humano siempre está-en-el-mundo. Sin embargo, la concepción de Heidegger en los Prole- gómenos acerca del papel del mundo del trabajo en la cons- titución de sentido da un giro un tanto oscuro que a su vez se aleja de lo que sostendría dos años después en Ser y Tiempo4 y parece más cercano a aquello que sostendrá 20 años después en la Carta sobre el Humanismo5, pues el autor señala que, si bien el mundo del trabajo es crucial para relacionarnos con las cosas como útiles, hay algo más fundamental que permite esta relación: la presencia de la naturaleza misma, ya que es esta la que permite el desarrollo del mundo del trabajo. En palabras del autor: El que el mundo del trabajo contenga en sí remisiones a lo ente es lo que […] nos hace ver que ese mundo del trabajo, eso que nos ocupa, no es en absoluto lo ente primordial. Mas como las propias remisiones halladas en el análisis del mundo del trabajo nos llevan al final a reconocer y a carac- terizar como estrato fundamental de lo real el mundo de la naturaleza, vemos que la presencia mundana verdaderamente primordial no es lo puesto al cuidado en toda ocupación, sino la realidad de la naturaleza. […] (La naturaleza) es aquel ente en el mundo que satisface de manera eminente el sentido de realidad, esto es, de mundanidad (Heidegger, 2006: 250). 3 Digo “ser humano” en lugar de “Dasein”, pues resultaría redundante hablar del “Dasein que está en el mundo” ya que el concepto de “Dasein” supone el estar-en-el-mundo 4 Allí Heidegger sostiene que el cuidado (Sorge) entendido como un “ocupar- se” es lo que permite comprender al Dasein en su totalidad 5 Donde el autor la da una primacía a la presencia misma y se alejará, como veremos más adelante, de la concepción humanista en la cual es el Dasein quien dota de sentido al mundo Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 27 teseopress.com Es en este giro donde creo que podemos encontrar la verdadera diferencia entre Heidegger y Marx a la hora de describir el campo que permite hacer fenomenología de la historia. Examinemos pues lo que nos dice Marx al respecto. 3. El campo de cosas subsistentes en Marx Como ya vimos, Marx desea comenzar su análisis desde lo más concreto y encuentra que esto es la mercancía, pues, según el autor “la riqueza de las sociedades en las que impe- ra el régimen capitalista de producción se nos aparece como un ‘inmenso arsenal de mercancías’ y la mercancía como su forma elemental” (Marx, 2008: 23). Al hablar de mercancía Marx se está refiriendo a obje- tos útiles, cuya utilidad se puede considerar atendiendo a su cantidad o a su calidad. Esto quiere decir que la utilidad de las mercancías puede residir en su valor de uso o en su valor de cambio. Por valor de uso entendemos la capacidad de un útil para satisfacer necesidades que está definida por las propiedades mismas del objeto. Por otro lado, el valor de cambio se refiere a la capacidad de las mercancías de ser intercambiadas por otras. Cuando Marx introduce el valor de cambio, se da cuenta que para que el cambio entre mercancías cualitati- vamente distintas sea posible, debe haber un tercer término común que permita una equivalencia entre ellas. Entonces para determinar qué es, Marx debe prescindir de las cuali- dades específicas de cada mercancía –prescindiendo así de su valor de uso– para darse cuenta de que lo común que queda entre ellas es el ser producto del trabajo. Ahora bien, hemos visto que los valores de cambio se pueden dar gracias al uso del trabajo como medida, o más precisamente, del tiempo social de trabajo medio, es decir de un obrero promedio en condiciones promedio. No 28 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com obstante, los valores de cambio también dependen de las necesidades sociales, esto se debe a que Marx afirma que hay objetos que pueden ser producto de trabajo sin ser ellos mercancía, pues lo que hace que una mercancía sea real- mente una mercancía, es el hecho de producir valores de uso sociales es decir ser útiles para los otros y no sólo para el productor. Así, si un objeto no es útil para nadie más que su productor, este no poseerá valor de cambio alguno, a pesar de ser producto del trabajo, pues no habrá quien desee adquirirlo; no podrá ser cambiado. Es por esto que Marx señala que “ningún objeto puede ser un valor sin ser a la vez un objeto útil” (Marx, 2008: 26). En este sentido, podemos concluir que, para Marx, las mercancías establecen rela- ciones entre hombres en tanto que satisfacen necesidades sociales/históricas. Ahora bien, si tornamos nuestra mirada a las Tesis sobre Feuerbach, vemos cómo Marx señala en la tesis número seis que, para Feuerbach, la esencia humana es algo abstracto e inherente de cada individuo. Por su parte, Marx plantea que la “esencia humana” surge a partir del conjunto de las relaciones sociales; son las actividades prácticas las hacen que veamos el mundo de una u otra manera dependiendo de nuestro lugar en la sociedad. En este sentido, la esencia humana no es, como Feuerbach creía, una sustancia inva- riable que une a los diferentes individuos bajo el calificativo de “seres humanos”, sino que es la existencia misma de cada ser humano individual. Adicionalmente, si atendemos al hecho de que la mer- cancía ha sido expuesta como el principal componente de la sociedad capitalista a partir del cual se pueden comprender las demás determinaciones de la misma, y si tenemos en cuenta que el trabajo útil ha sido expuesto como aquello que posibilita la existencia de mercancías en tanto mercan- cías, entonces podemos decir que, de acuerdo con Marx, la principal actividad práctica del hombre es el trabajo. Esto quiere decir que para Marx el trabajo es lo que constituye la “esencia” del ser humano. Es en ese sentido que Axelos Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 29 teseopress.com nos dice, con respecto a la concepción marxista del hombre, que “para que el hombre sea, es necesario que haga, y su actividad fundamental (es) el trabajo productor ejecutado en común con otros hombres […]” (Axelos, 1969: 115). Es también gracias a esta realización de la “esencia” humana en el trabajo que se puede hablar de una objetivación en el tra- bajo, pues, cuando se trata de trabajo no alienado, se puede reconocer al productor en su producto. En otras palabras, podemos decir que, para Marx El hombre es, más que un sujeto, o un objeto, una actividad sensible. La naturaleza del hombre, humana y social, es lo que hace que «en el acto de establecerse, él no abandona ‘su acti- vidad pura’ para crear el objeto, sino que su producto objetivo manifiesta […] su actividad» (Axelos, 1969: 118). Hasta el momento podemos entonces concluir que, tanto para Marx como para Heidegger, el campo de cosas subsistentes a partir del cual se debe hacer fenomenología de la historia es el mundo del trabajo, pues es allí donde se ponen de presente las relaciones del hombre con el mundo que responden a necesidades históricas. No obstante, tam- bién hemos visto cómo para Heidegger el trabajo parecía ser el lugar donde se realiza la “esencia” del hombre, pero luego este autor pasó a enfocarse en la presencia de la naturaleza dejando abierta la cuestión acerca del verdadero lugar de la “esencia” del ser humano. Por su parte, Marx sigue viendo en el trabajo el lugar de la posible realización de la “esencia” del hombre, veamos entonces cómo esta divergencia entre ambos autores impide que el marxismo sea visto por Hei- degger como verdadera fenomenología de la historia. 30 • Cuerpo, mundo y vida: Heideggeren perspectiva teseopress.com 4. ¿En qué medida el marxismo es fenomenología de la historia? En la Carta sobre el humanismo, Heidegger afirma que “es precisamente porque al experimentar el extrañamiento Marx se adentra en una dimensión esencial de la historia por lo que la consideración marxista de la historia es supe- rior al resto de las historias” (Heidegger, 2001b: 279). Sin embargo, en el mismo párrafo en el que se encuentra esta afirmación, el autor señala que no se ha dado un diálogo entre la fenomenología y el marxismo, indicando que no se ha dado una lectura fenomenológica del marxismo, la cual el autor tampoco lleva a cabo ya que, a pesar de considerar el marxismo como “superior al resto de las historias”, parece que este sigue siendo insuficiente como fenomenología de la historia6. Veamos entonces qué es aquello que Heidegger resalta del marxismo –¿qué es el extrañamiento que según el autor experimentó Marx?– y qué es lo que le falta para ser fenomenología de la historia. 4.1. El problema de la técnica en Marx De acuerdo con Heidegger, aquello que se le debe resaltar al marxismo es su análisis del problema de la técnica pues, según Heidegger, el desarrollo de la técnica es “la única (fase) abarcable de la historia del ser” (Heidegger, 2001b: 280). En El capital, Marx aborda la cuestión de la técnica a partir de la relación entre el obrero y su herramienta (capí- tulo XII), con respecto a esto, el autor afirma que: 6 Este término no aparece en la Carta sobre el humanismo, sin embargo, hago uso de él pues el autor está hablando de una lectura fenomenológica de la historia Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 31 teseopress.com Si nos detenemos a analizar de cerca y en detalle este proceso, vemos ante todo que el obrero, reducido a ejecutar de por vida la misma sencilla operación, acaba por ver convertido todo su organismo en órgano automático y limitado de esa operación, lo cual hace que necesite, para ejecutarla, menos tiempo que el oficial obligado a ejecutar por turno toda una serie de operaciones distintas (Marx, 2008: 208). En este sentido, la especialización técnica es lo que permite que se dé un incremento en la productividad. No obstante, el autor sostiene que además de permitir un incre- mento en la productividad, la especialización técnica per- mite un incremento en la intensidad del trabajo, ya que, según el autor, “una jornada de trabajo más intensiva se traduce en una cantidad mayor de producto que una jor- nada menos intensiva del mismo número de horas” (Marx, 2008: 315). Así, todo aumento de productividad es a su vez un aumento de intensidad. Ahora bien, lo importante de esto es que el autor sostiene que son el aumento en la producción y en la intensidad del trabajo aquello que per- mite la plusvalía,7 lo cual, a su vez, permite la acumulación (Desanti, 1974: 406). Adicionalmente, el autor señala que cuando el proceso del trabajo se pone en función de la plusvalía (permitida por la técnica), se abren las puertas a posibles crisis socioeco- nómicas (crisis de sobreacumulación y de sobreproducción, por ejemplo), las cuales se pueden potenciar de acuerdo con las tendencias de división del trabajo y repartición de ingresos (Marx,2008: Cap XV) 7 Para entender qué es la plusvalía, cabe señalar que capital se acumula por ciclos de producción donde el capitalista invierte una cantidad X de capital y al final del ciclo (después de la venta y producción de la mercancía) obtiene una cantidad de dinero mayor a X-una ganancia-, lo cual incentiva al capita- lista a iniciar nuevamente el ciclo, permitiendo así que el capital invertido crezca y se acumule. Ahora bien, en términos generales, este excedente que se le suma a X es la plusvalía 32 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com Por otro lado, otra consecuencia de la especialización técnica señalada por el autor es el hecho de que esta supone una reducción del saber del trabajo complejo de los oficios, pues dicho saber ya no es necesario al ser reemplazado por una mera repetición inconsciente. Ahora bien, el extrañamiento al que Heidegger se refe- ría radica en el hecho de que la suma de estas consecuen- cias de la especialización técnica conducen a la alienación, pues cuando, para aumentar la plusvalía del capitalista, la labor del trabajador se vuelve un mero accionar mecánico de maquinarias y es despojado de todo saber complejo, el trabajador mismo se vuelve una mercancía; un mero objeto útil que se puede intercambiar en función del tiempo de su trabajo. Reducido a mercancía, el trabajador pierde aún más su valor en tanto que cuanto más mecánico –más tec- nificado– es su trabajo, más fácilmente será reproducido, y, como ya se vio, toda mercancía pierde valor cuando puede ser producida más fácilmente. En este sentido, podemos concluir que, para Marx, la técnica empobrece al hombre en términos ontológicos, en tanto le impide la realización de su esencia en el trabajo, pues en lugar de permitir al hom- bre relacionarse con el mundo mediante la producción de útiles, hace del hombre mismo un útil. En otras palabras: Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, podemos concluir que el marxismo es fenomenología de la historia en tanto que logra hacer un análisis del campo de cosas subsistentes, es decir del mundo del trabajo, en el que resalta la historia, es decir la alienación desde la técnica, la cual, Heidegger mismo reconoce como “la única (fase) abarcable de la historia del ser” (Heidegger, 2001b: 280). Ahora bien, si Heidegger afirmaba que la fenomenología de la historia debía ser una descripción de la manera en que los fenómenos históricos (en este caso el fenómeno del capitalismo) se nos presentan a partir de un campo de cosas subsistentes en el que resalte la historia y esto es lo que hemos Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 33 teseopress.com visto que Marx hace, entonces, debemos preguntarnos por qué a pesar de esto Heidegger no reconoce el marxismo como fenomenología de la historia. 5. ¿En qué medida el marxismo no es fenomenología de la historia? Como ya mencionamos, Heidegger resalta los análisis sobre la técnica hechos por Marx, dado que este autor también insiste en que la especialización técnica despoja al hombre de su “esencia”, pues esta ha llevado a lo que Heidegger llama el desterramiento, es decir a hacer de los hombres meros entes a-la-mano; meros útiles. En este sentido, si tenemos que para ambos autores la técnica lleva a la anu- lación de la “esencia” del hombre en tanto que hace de este un mero útil, entonces ¿en qué radica la diferencia entre estos dos autores? Para resolver esta cuestión, debemos remitirnos a la conferencia De la esencia de la verdad y a la Carta sobre el humanismo, donde se pone de presente que lo que diferen- cia la concepción heideggeriana de la concepción marxista sobre la técnica son las razones por las cuales esta reduce a los hombres a meros útiles. En De la esencia de la verdad, Heidegger afirma que antes de realizar un enunciado8 sobre algo particular y concreto, el enunciado en su propia estruc- tura está mostrando un mundo de sentido y relaciones que permiten referirse a algo particular y concreto. Por ejemplo, al hablar de algún objeto con alguna forma y color, se pone de presente que los conceptos de “forma” y “color” tienen un sentido para quien realiza el enunciado. 8 El autor habla de enunciados pues se está preguntando por la verdad y sos- tiene que la concepción común es que el enunciado es el lugar de la verdad 34 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com En este sentido, Si bien Heidegger no niega la verdad comúnmente entendida como correspondencia, el autor quiere enfatizar en que esta relación de concordancia sólo es posible gracias a la apertura previa de sentido con unas significaciones establecidas que permiten la comprensión. De acuerdo con Heidegger, es esa apertura lo que propia- mente debe llamarse verdad, pues es esta apertura la que permite la “verdad”entendida como correspondencia. Adicionalmente, Heidegger introduce el “comportarse” (Ver-halten) como el mantener (halten) abierto aquello que se abrió, comportarse es mantener el traer a la presencia hecho por el lenguaje, pues con el lenguaje y la conducta ordinara mantenemos las referencias de sentido; mantenemos abier- to un entorno de significación. Así, es el comportarse y la apertura de sentido lo que permite la “verdad” entendida como correspondencia. Teniendo en cuenta lo anterior, Heidegger nos dice que la libertad es el sentido de la verdad al igual que la esencia del ser humano. Cabe señalar que, para Heidegger, la liber- tad se refiere al dejar ser, es decir al dejar que las cosas se manifiesten. Entonces, la libertad es el no imponerles un sentido a las cosas sino dejar que este se presente como es. La libertad en cuanto esencia de la verdad no es aquí una definición caprichosa de la verdad donde esta es decidida de manera subjetiva por el hombre. Por el contrario, la libertad entendida como “meterse en el desocultamiento de lo ente” (Heidegger, 2001a: 160) es un dejar ser a los entes dentro de su apertura. No obstante, definir la libertad de esta manera podría parecer que dicha libertad no es algo que le pertenezca al Dasein o algo sobre lo que el Dasein pueda decidir. Sin embargo, cuando Heidegger habla de la libertad como un “exponerse en el desocultamiento de lo ente” (Heidegger, 2001a: 160), está queriendo poner de presente que el Dasein que se comporta dentro de la apertura para mantenerla pue- de tener una actitud subjetivista que impone al ente sus con- diciones y, en vez de dejarlo ser, lo somete a sus proyectos Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 35 teseopress.com de sentido y de esta manera lo domina (como se ve en la ciencia y la técnica moderna). No obstante, esta actitud sería la opuesta al exponerse que define la libertad, pues si la libertad es la esencia del ser humano, entonces la libertad es la existencia entendida como el estar arrojado a posibilida- des abiertas, lo cual se hace manteniéndose en la apertura; dejando ser a aquellas posibilidades abiertas. Esto pone de presente que la apertura no depende del Dasein, sino que el Dasein la mantiene. Teniendo esto en cuenta, es claro que si el análisis marxista resulta insuficiente para Heidegger es porque para ambos la manera en la que la técnica despoja al ser humano de su “esencia” es distinta en tanto están trabajando con concepciones distintas de lo que es dicha “esencia”, pues, si bien para ambos la “esencia” del ser humano radica en su existencia y no en algún tipo de plano metafísico invaria- ble, la “esencia” del hombre para Marx radica en el dotar al mundo de sentido en la interacción, mientras que para Heidegger radica en mantener el sentido del mundo cuando se interactúa con él. Habiendo evidenciado esto, se hace un poco más clara la afirmación de Heidegger acerca de la naturaleza señalada en la primera sección de este trabajo. También se puede entender por qué Heidegger afirma que: Ninguna metafísica, ya sea idealista, materialista o cristiana, puede, según su esencia, y de ningún modo recurriendo sola- mente a los esfuerzos por desplegarse, re-tener y recuperar todavía el destino, es decir, alcanzar y recoger con su pen- samiento lo que, en un sentido pleno del ser, es ahora (Hei- degger, 2001b: 280). Podemos concluir entonces que el marxismo es feno- menología de la historia en la medida en que sigue el méto- do propuesto por Heidegger y llega así al mismo fenómeno señalado por Heidegger como crucial para entender la alie- nación o el desterramiento que ha marcado la historia, a saber, el problema de la técnica. No obstante, el marxismo no es considerado por Heidegger como fenomenología de 36 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com la historia en la medida en que el análisis marxista falla en describir correctamente la relación entre el fenómeno del trabajo y la realización de la “esencia” del hombre. Referencias bibliográficas Axelos, K.,(1969). Marx, pensador de la técnica. Barcelona: Editorial Fontanella. Bloch, E.(2007) El principio esperanza. Editado por Francisco Serra. Madrid : Trotta. Marx, K.(2001) Manuscritos económicos y filosóficos de 1844. Biblioteca virtual Espartaco. Heidegger, M.(2001) De la esencia de la verdad en Hitos. Madrid: Alianza Editorial. (2016). Ser y Tiempo. ( J. E. Rivera, Trans.) Madrid: Trotta. (2006). Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo. Madrid: Alianza Editorial. Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 37 teseopress.com teseopress.com 3 Técnica y destino en el pensar tardío de Heidegger Hacia la búsqueda de un nuevo arraigo en nuestra época RIGOBERTO ALONSO LINCURA MATAMALA1 En lo que sigue nosotros preguntamos por la técnica. El pre- guntar abre un camino. Por eso, es prudente prestar aten- ción a todo el camino y no permanecer apegados a frases y títulos aislados. El camino es un camino del pensar. Todos los caminos del pensar conducen, más o menos percepti- blemente, y de una manera inhabitual, a través del lenguaje. (Heidegger, 2004: 117) Con estas palabras Heidegger da inicio a su conferencia de 1953, La Pregunta por la Técnica (die Frage Nach der Tech- nik), en la cual nos introduciremos ahora. Por lo pronto, cabe señalar que cuando hablamos de la técnica como un “camino” del pensar no debemos concebirlo algo aislado dentro del pensar de Heidegger, pues, como señala Otto Pöggeler en uno de sus libros, “el pensar de Heidegger ten- dría que ser entendido como un camino, pero no como un camino de muchos pensamientos, sino como el camino res- tringido a un solo y único pensamiento (…) andariego en 1 Universidad de Chile. teseopress.com 39 la vecindad del ser” (Pöggeler, 1993: 9) y la esencia de las cosas, lo cual nos sugiere desde ya la perspectiva ontológica con que será abordada la pregunta por la técnica. Desde luego, la tematización de la técnica en Heidegger no tiene, como veremos en las páginas siguientes, una intención meramente descriptiva de dar cuenta del modo en que el desarrollo técnico afecta y caracteriza nuestra época, sino que ante todo busca preparar el camino para una meditación que nos exhorte a preguntarnos por el sentido que subyace a nuestro actual modo de habitar la Tierra, marcado por la preocupante devastación del medio ambiente y los designios del pensamiento calculador (Rech- nendes Denken), ínsitos en la voluntad de poderío como con- sumación de la metafísica moderna y que Heidegger identi- fica históricamente con la figura de Nietzsche. En efecto, el pensamiento tardío del autor de Ser y Tiempo (Sein und Zeit) se dirige hacia el análisis del mundo moderno interpreta- do como realización técnica de la metafísica cartesiana y su concepción del cogito como sujeto, cuestión que habría condicionado de manera decisiva todo el desarrollo de la modernidad y nos alcanzaría también a nosotros mismos hoy en día, ya que más que un cambio de paradigma lo que vivenciamos actualmente es una suerte de proyección de esa mentalidad moderna, cuyas consecuencias ya se extienden a nivel planetario e incluso fuera de éste, en los intentos de conquista del espacio exterior y la exploración de la galaxia, dispuesta como objeto de conocimiento y explo- ración humanos. De acuerdo a lo anterior, podemos decir entonces que la pregunta por la técnica consistirá en la preparación de una meditación para pensar la esencia de la técnica, la cual, como veremos, no ha de consistir en nada humano sino ante todo en una manifestación del ser. Esto nos ayuda- rá a enfrentar la situación actual desde un punto de vista ontológico cuyo rendimiento trasciende el utilitarismo y nos ubica más bien en el horizonte de un nuevo modo de aperturidad (Erschlossenheit) del Dasein hacia el ser del ente 40 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com en general, ayudándonos así a superar este estado de per- plejidad permanente en que nos mantenemos actualmen- te,absortos ante los aparatos tecnológicos y la alienación del hombre en el trabajo, cuestión que ya anunciaban con firmeza un sinfín de pensadores, como por ejemplo Ernst Junger en un libro de 1936 titulado El Trabajador (Der Arbei- ter), en donde nos hablaba de la incipiente era del “lenguaje universal de la técnica” y la puesta en marcha de una pla- nificación total del mundo en el marco de un proyecto de dominación de la naturaleza. Para complementar, preste- mos atención al siguiente pasaje del texto de Heidegger, Introducción a la Metafísica: Cuando se haya conquistado técnicamente y explotado eco- nómicamente hasta el último rincón del globo terrestre (Erd- ball), cuando cualquier acontecimiento en cualquier lugar se haya vuelto accesible con la rapidez que se desee (…) cuan- do el tiempo ya sólo equivalga a velocidad, instantaneidad y simultaneidad y el tiempo en tanto historia haya desapareci- do de cualquier existencia de todos los pueblos (…) entonces, sí, todavía entonces, como un fantasma que se proyecta más allá de todas estas quimeras, se extenderá la pregunta: ¿para qué?, ¿hacia dónde?, ¿y luego qué?. (Heidegger, 2009: 42-43). Para empezar a introducirnos en la meditación sobre la técnica, comencemos, pues, por recordar brevemente el itinerario trazado por el autor. Como sabemos, Heideg- ger comienza por caracterizar, en primer lugar, el sentido corriente o habitual con que solemos referirnos al concepto de técnica, el cual parece consistir a simple vista en una suerte de habilidad o destreza humana mediante la cual son producidos una serie de artefactos o dispositivos a los cuales llamamos deliberadamente aparatos técnicos. Desde esta perspectiva la técnica es vista como un instrumento del hombre al servicio de sus propios fines, como un medio. No obstante -y he aquí el punto de inflexión que nos con- duce hacia al umbral de nuestro tema, que es la esencia de la técnica-, aun cuando esta interpretación de técnica Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 41 teseopress.com sea correcta, en el sentido de que lo correcto nos permi- te constatar algo acertado en lo que se encuentra ante la vista, no nos muestra aún la esencia de la técnica, pues lo correcto no es lo plenamente verdadero. Para acceder a la esencia de la técnica nosotros deberemos poner en juego una “mirada trascendental, es decir, que se mueva más allá de los entes, hacia el ser y la verdad del ser en el Dasein” (Acevedo, 2014: 284), pues sólo así podremos delimitar a la técnica en su ámbito propio y de este modo comenzar a cimentar las bases de un nuevo camino del pensar que nos acerque a aquello que la interpretación corriente de la téc- nica nos oculta, y que es a grandes rasgos su interpretación ontológica como manifestación del ser, como destino. Esto es fundamental porque, en el análisis de la esencia de la téc- nica, ella se nos revela finalmente como un modo de estar en la verdad del ser concebida como desocultamiento, cuyo sentido originario nos remite a la palabra griega alétheia, que los romanos tradujeron inexactamente por veritas, y que en definitiva da cuenta de una receptividad del sentido del ser por parte del Dasein. Con estas palabras comenzamos ya a vislumbrar aque- lla relación que establecíamos en un comienzo, es decir, que la técnica no es simplemente un medio en la mano del hombre sino ante todo el modo en se configura la rela- ción del hombre moderno con la verdad del ser. Ahora bien, es importante mencionar a este respecto el cambio de disposición que experimenta Heidegger al trasladar el foco de la donación de sentido desde la esfera de la reso- lución (Erschlossenheit) a la del acontecimiento-apropiador (das Ereignis), en donde nos adentramos en el contexto de sus meditaciones tardías y en el horizonte de una relación susceptible de modificar según el modo en que asumamos la aperturidad del Dasein. Si nos fijamos en esto, podemos decir que el hombre existe siempre en el ámbito de una llamada o interpelación del ser a la cual está llamado a 42 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com corresponder, siendo el desocultamiento técnico el modo en que se habría interpretado y consumado esa llamada. En palabras de Jorge Acevedo Guerra: Ser es lo que pone al hombre en un camino del desocultar (…) El ser se dona, se da o destina al hombre actual -y así lo destina- en la figura de la técnica moderna. A partir de esta destinación el hombre devela lo que hay de una manera téc- nica […] Estar en la verdad técnicamente significa descubrir lo que hay de cierta manera, a saber: de manera provocante. (Acevedo, 2014: 95) La cuestión queda entonces establecida en los siguien- tes términos: la esencia de la técnica ha de ser vista como una figura del ser y, al mismo tiempo, como una figura de la verdad correspondiente con ella. Con figu- ra del ser nosotros nos referimos al modo histórico en que el ser se da, dona o destina en el pensamiento del hombre y que, en el contexto de nuestra época, llama- remos lo dis-puesto (das Ge-stell). Sin embargo esta pala- bra ha sido traducida de distintas maneras: la im-posición (Manuel Olasagasti, Adolfo P. Carpio, Héctor Delfor Man- drioni), lo dis-puesto (Francisco Soler, Francisco Ugarte), la posición-total (Jorge Eduardo Rivera), el dispositivo (Jorge Mario Mejía), in-stalación (Germán Bleiberg), estructura- de-emplazamiento (Eustaquio Barjau), disposición (Marcos García de la Huerta), com-posición (Helena Cortés y Arturo Leyte), lo compuesto-en-disposición-de uso (Rafael Ángel Herra), con-ducto (Ángel Xolocotzi), le dispositif (Francois Fédier) (Acevedo, 2014: 317). Con figura de la verdad nos referimos al modo en que el Dasein corresponde al llamamiento del ser, y que en el contexto de la época técnica designaremos como des- ocultar pro-vocante (Herausforderndes Entbergen), y que defi- ne a grandes rasgos el modo de la aperturidad del Dasein como provocador y explotador de la naturaleza. En térmi- nos generales, podemos decir que hoy en día la técnica está puesta al servicio de la economía mundial, caracterizada Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 43 teseopress.com por la primacía del método sobre el saber y del proce- dimiento anticipatorio sobre la experiencia, en donde se reduce todo ente a lo meramente constante (Bestand), en el sentido de constantes stocks, reservas o materias de consu- mo. Citando las palabras de Francisco Soler Grima: En el actual despliegue de la esencia de la técnica se buscan, se investigan las más potentes energías destructoras, se las con- trola y almacena y se empieza a amenazar al hombre, perdido -en frase de Ortega- en el laberinto de su propio ser, en el enigma en que cayó al existir. (Soler, 1983: 19) Cuando el hombre corresponde al llamamiento de lo Gestell se está entonces en el máximo peligro. Esto por- que, cuando impera lo dispuesto, el pensamiento calculador tiende a posicionarse como el único modo de pensar legí- timo, desestimando todo otro modo de pensar más allá del mismo, y encubriendo en particular la posibilidad de un pensamiento meditativo (Bessinliches Nachdenken), el cual, como su nombre lo indica en alemán, consiste en pensar en pos del sentido (Sinn) de las cosas. La meditación (Bessinung) filosófica se ve constreñida al punto de que ni siquiera sea advertida su posibilidad, menos aún su necesidad. De todos modos, lo dicho hasta aquí no busca suscitar en nosotros algo así como una aversión total hacia la cien- cia, pues como dice Heidegger “no debemos condenar la técnica como obra del diablo”. Al contrario, nunca experi- mentaremos nuestra relación con la esencia de la técnica mientras permanezcamos sumidos en una discusión sobre su rechazo. ¿Cuál es entonces la postura de nuestro pensa- dor? Como veremos a continuación, Heidegger admite, por un lado, lo indispensable que han llegado a ser para noso- tros los aparatos tecnológicos y las instalaciones modernas, incluso éstos nos desafían a una constante mejora y perfec- cionamiento. Sin embargo, debemos sercuidadosos y evitar volvernos dependientes de ellos. Si nos fijamos en esto, podemos ver entonces que la pregunta por la técnica no 44 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com busca fundamentar una vuelta hacia una etapa pre-técnica. Este retorno, además de absurdo, sería imposible, nos dice Heidegger. Más bien, de lo que se trata es de retrotraer la técnica al ámbito esencial donde acontece como un des- tino del ser, pero no como el destino. En palabras de Jorge Acevedo, “la verdad del ser, en cuyo ámbito el hombre se mantiene, es doble; por una parte, desencubrimiento, alét- heia; por otra, encubrimiento, retraimiento, léthe” (Acevedo, en Heidegger, 2004: 20). Más aún: la léthe sería aquello que impide que el ser se agote en las formas históricas en las que se ha donado al hombre. En la léthe reside, por decirlo así, la reserva ontológica que impide llegar a un estadio definitivo de la historia, que la clausuraría (Acevedo, en Heidegger, 2004: 23) Esto nos muestra que, aun cuando el ser se destine al hombre en nuestra época como la esencia de la técnica moderna, y así lo reúna en el camino del des-ocultar pro- vocante, dicha destinación no aniquila de modo definitivo la posibilidad de corresponder de un modo distinto al lla- mamiento del ser. De lo que se trata, entonces, es de poner la vista precisamente en aquellas posibilidades que quedan veladas, en particular en la posibilidad de corresponder al ser de un modo tal que nos permita existir junto a la técnica pero al abrigo de su amenaza, a salvo. Recordando los ver- sos del poema Patmos de Hölderlin: “Pero donde hay peligro, crece también lo salvador” ¿Qué nos dice esto? Por lo pronto, que “el destino técnico tiene una doble faz, cabeza de Jano, donde apare- ce también el destino venidero, lo salvador: das Ereignis”. Esta analogía de la verdad del ser con la cabeza de Jano Bifronte -personaje de la mitología griega, representado como una deidad de dos rostros mirando en direcciones contrapuestas- nos muestra algo así como dos lados: uno positivo y otro negativo, en donde más que una negación de lo negativo se haya intrínseca la posibilidad de una relación Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 45 teseopress.com armoniosa. Es decir, tanto lo dispuesto como lo salvador se inscriben con legitimidad como modalidades propias del hontanar del ser, el cual exhorta al hombre a considerar la perspectiva de un nuevo modo de habitar en donde re- interpretemos el desocultamiento técnico a fin de convivir con él de un modo apacible. Esto nos muestra que el pensar meditativo nos conduce por un camino en donde debemos permanecer atentos a lo que las cosas mismas exhiben en su desocultamiento, dejando que cada ente se proyecte en su ser sin reducirlo, sin objetivarlo al punto de impedirle llegar a lo que tiene que ser, permaneciendo junto a (bei: en medio de) ellos pero de un modo no despótico, sino protector. Así nos comenzamos a adentrar en lo que Hei- degger concibe como el habitar genuino, el cual abriga una dimensión ética muchas veces poco explicitada en el plan- teamiento de Heidegger. Como destaca Luis César Santiesteban, el diagnóstico heideggeriano de una actualidad regida por el nihilismo y la técnica, donde la propia subsistencia del hombre se encuen- tra en peligro, otorga prioridad a la tarea de contribuir a la venida de un nuevo destino del ser por encima de la elaboración de una ética, sin embargo no es que el pensar de Heidegger no tenga una dimensión ética, sino que más bien la ética tradicional, tal y como ha sido tratada por la metafísica, depende del sentido antropológico que la meta- física tradicional ha abierto como ética del animal racional o del sujeto, cuestión que se integra ya en la historia del olvido del ser y está a la base de la Gestell como su fun- damento. Por lo mismo, Heidegger remite la discusión de la ética a un pensar originario, premetafísico, pero que se inscribe de todos modos en el escenario post-metafísico de la modernidad, aunque a partir de una relación distinta con el concepto de ethos. Ciertamente, remitiéndonos al término griego ethos, del cual proviene ética, nos encontramos con dos acepciones diferentes: por un lado, quiere decir hábito, costumbre, y es predominantemente con este significado que se desarrolla la comprensión ética de Aristóteles. Pero, 46 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com por otro lado, significa lugar de residencia del hombre, su habitar, concepción que encontramos ya en Heráclito y con la cual se orienta fundamentalmente la comprensión ética de Heidegger. En la medida en que la metafísica concibe el mundo como un ámbito situado frente al hombre, no puede alcan- zar la dimensión originaria del ethos. Por eso la pregunta por la “ética originaria” sólo puede ser planteada y respon- dida mediante el desarrollo de la pregunta por el ser. En palabras de Humberto Giannini, el pensamiento de Heideg- ger describe una aventura ontológica en su itinerario, pero ética -hacia una ética originaria- en su destinación. Esto nos conduce, ciertamente, al rasgo fundamental del habitar genuino, que es ser los protectores del esenciar de la verdad del ser. Nos encontramos, pues, ante un nuevo modo del desocultar fundado ya no en la provocación de la naturaleza sino en una poética de la receptividad del ser, basada en la serenidad (Gelassenheit) y en el respeto (Scheu) donde nos relacionamos con los aparatos de la técnica de un modo activo pero al mismo tiempo distante, dejándoles residir en sí mismos como algo que no nos concierne en absoluto. Así llegamos a experimentar la técnica en su delimitación. Podemos decir sí al inevitable uso de los objetos técnicos y podemos a la vez decirles no en la medida en que rehusamos que nos requieran de modo tan exclusivo, que dobleguen, confundan y, finalmente, devasten nuestra esencia. Quisiera denominar esta actitud que dice simultáneamente <<sí>> y <<no>> al mundo técnico con una antigua palabra: la Sereni- dad (Gelassenheit) para con las cosas. (Heidegger, 2002: 28). Ahora bien, la palabra gelassenheit se relaciona con las significaciones del verbo lassen, que significa dejar, soltar, desasirse. Por lo tanto, para experimentar propiamente la significación de la palabra alemana se sugiere concebir el verbo lassen como un “estar desasido” de los afanes de domi- nio sobre el ente, experimentando así la epifanía de las cosas en el seno de lo abierto como un genuino dejar-ser. Si Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 47 teseopress.com nos fijamos en esto, podemos decir que cuando el hombre se relaciona de modo sereno con las cosas, él se mantiene abierto hacia el sentido oculto del mundo. Lo que así se muestra y al mismo tiempo se oculta -nos dice Heidegger-, es el rasgo fundamental de lo que denominamos misterio, o secreto, y que remite al rasgo doble de la verdad del ser en su esenciar. “Denomino la actitud por la que nos man- tenemos abiertos al sentido oculto del mundo técnico la apertura ante el misterio (Offenheit für das Geheimnis)” (Hei- degger, 2002: 29). Ahora bien, para ocultarse, el ser debe mostrársenos en alguna parte de modo que hayamos notado que se ha ocultado. Pues bien, a esta instancia del pensar nos lleva el camino del pensar meditativo, a sentir la falta como falta y a reparar en ella. Con todo, la serenidad y la apertura al misterio nos brindan en conjunto la posi- bilidad de un nuevo arraigo, siempre y cuando prestemos atención a la meditación sobre la esencia de la técnica. Para finalizar, citemos por última vez las palabras de nuestro pensador aludiendo a un breve fragmento de su conferencia Ciencia y Meditación: Allí donde, por un especial favor, es alcanzado el más alto grado de meditación, tiene éste que contentarse con prepa- rar una disposición para la palabra alentadora (Zuspruch) que necesita nuestra humanidad de hoy. Ésta necesita medita- ción, pero no para allanar una perplejidad accidental o para vencer la aversión al pensar. Necesitameditación como un corresponder (Entsprechen) que se olvida, en la claridad de un preguntar incesante, de lo inagotable de lo digno de ser pre- guntado y, a partir del cual, el corresponder, en el momento apropiado, pierde el carácter de preguntar y se convierte en sencillo decir. (2004: 186). 48 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com Referencias bibliográficas Acevedo, J. (2014). Heidegger: existir en la época técnica, 1° edición, Santiago de Chile, Ediciones Universidad Die- go Portales. Heidegger, M. (1999). Introducción a la metafísica, Barcelona, Gedisa Editorial. (2004). Filosofía, ciencia y técnica, 5° edición, Santiago de Chile, Editorial Universitaria. Traducción de Francisco Soler Grima, edición a cargo de Jorge Acevedo Guerra. (2002). Serenidad, Barcelona, Ediciones del Serbal. Traduc- ción de Ives Zimmermann. Pöggeler, O.(1993). El camino del pensar de Martin Heidegger, Madrid, Alianza Editorial. Soler, F.(1983) Apuntes acerca del pensar de Heidegger, Santia- go de Chile, Ediciones Universidad Andrés Bello. Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 49 teseopress.com teseopress.com 4 La pregunta por la técnica como camino a la serenidad CARLOS ARTURO CEBALLOS RESTREPO1 El filósofo Martin Heidegger dejó indicado, en los diferen- tes caminos de su pensar filosófico, que en el primer inicio del pensamiento occidental la pregunta fundamental por la verdad fue desarraigada gracias a la determinación de la verdad como corrección del representar, como correspon- dencia del enunciado con la cosa. (Cf. Heidegger, 2008: 24). En tanto un enunciado “se atiene a su objeto”, manteniendo así la dirección (Richtung) hacia éste; entonces, este enuncia- do contiene un conocimiento sobre tal objeto y, por tanto, es “correcto (richtig)”. El enunciado así entendido es, pues, el lugar de la corrección (Richtigkeit), es decir, de la ‘verdad’ (Cf. ibidem: 11). La comprensión heredada de la verdad, esa determinación tradicional de la verdad, tal como lo deja ver Heidegger, permaneció incuestionada en la historia de la metafísica, pues tal determinación se había considerado siempre como algo obvio, como algo que se entiende sin necesidad de mayor reflexión; de este modo, un preguntar originario por la verdad, en tanto pregunta fundamental de la filosofía, había quedado en el olvido. Ya es harto conocido que en su conferencia “De la esencia de la verdad” (Vom Wesen der Wahrheit) el filósofo de la Selva Negra afirma que, en tanto el ser humano se 1 Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. teseopress.com 51 mantiene abierto como modo de comportarse con respecto a lo ente, acontece, al mismo tiempo, un ocultamiento, el cual “…remite al ámbito todavía no experimentado de la verdad del ser (y no sólo del ente)” (Heidegger, 2000: 165). Para pensar este ámbito aún no experimentado Heidegger dirige su reflexión hacia la verdad comprendida de manera griega, se dirige hacia la alétheia, hacia la verdad entendida como desocultamiento (Unverborgenheit). En esta reflexión el filósofo puede constatar que en la experiencia de la alét- heia, en el primer inicio del pensar, los griegos preguntaron por lo desocultado, to alethés, es decir, preguntaron por el ente y no por el desocultamiento mismo, no por la alétheia. La ausencia de pregunta por la experiencia originaria de la verdad fue la que permitió que en el devenir metafísico la verdad fuese comprendida como homoiosis, como adaequatio, como certeza, como la verdad del enunciado, como la con- cordancia del enunciado con lo mentado en éste. Es decir, el enunciado se convierte en sede de la verdad en tanto en él se garantiza el conocimiento de aquello que se hizo pregunta en el desocultamiento (Unverborgenheit), en él se garantiza el conocimiento del ente. La verdad como concordancia del enunciado con la cosa está fundada en la alétheia, pero ésta quedó ausente de preguntas. Con respecto a la relación de los griegos con la alétheia, en particular refiriéndose a los pensadores del primer inicio Platón y Aristóteles, Heidegger afirma que “su pensar no penetró más profundamente en la alétheia como tal y de ese modo ellos no la fundaron fundantemente (ergründen) de manera expresa en su esencia” (Heidegger, 2008: 106). Pero para el filósofo, la ausencia de pregunta por la alétheia en el primer inicio griego, no fue el resultado de una negligen- cia por parte de los griegos, sino que esta ausencia fue el resultado de que los griegos asumieran su tarea más propia, a saber, la formulación de la pregunta por el ente en su apertura, la pregunta tí to on, la pregunta que les permitiría traer al ente a reconocimiento. Era este pues, el camino a seguir por el pensamiento occidental en su primer inicio. 52 • Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva teseopress.com En la pregunta por el ente que se despliega en el primer inicio del pensar se aprehende el ente en su enti- dad. Este aprehender deja en libertad lo desocultado en su desocultamiento, esto es, lo deja salir fuera, lo deja brotar, lo deja hacerse presente en lo abierto. Este ente que se hace presente, que brota libremente en tanto lo desocultado en la alétheia, es llamado por los griegos physis. La physis es el brotar mismo, es el desocultar mismo con el cual el aprehender del inicio griego es, en principio, un “estar- acorde-originario”, un estar acorde donde el ente se deja acontecer en su ser, es decir, se deja acontecer en su estar desocultado. En este estar-acorde el ser humano no es el que dispone del ente, sino que él está dispuesto en su estar- en-medio-del-ente como custodio de su desocultamiento (Unverborgenheit). En este estar-acorde con la physis, con su armonía, el ser humano, dice Heidegger, “la libera y sin embargo la aprehende” (ibidem: 166). La actitud fundamental con la cual el ser humano se dispuso para custodiar la physis, la actitud con la que el ser humano la libera y la aprehende en tanto él está acorde con la physis fue llamada por los griegos téchne. La téchne en el primer inicio del pensar es muy diferente a la técnica moderna en tanto en aquella se despliega un saber cómo proceder frente al ente, un saber que deja el imperar de la physis en el desocultamiento (Unverborgenheit) y no un conocer que busca dominar y explotar en tanto ha hecho de la utilidad y el cálculo su principio (ibidem: 167). La téchne es la actitud fundamental en la cual se aprehende al ente que brota a partir de sí, ella es la actitud en la cual se custodia la physis dejando su brotar en libertad. Pero la téchne pasará, en la historia de la metafísica que es desplegada a partir de la ausencia de pregunta en torno a la alétheia y el devenir de la verdad como corrección, a ser la técnica propia de la Modernidad. Ahora bien, tal como Hei- degger afirma en su conferencia de 1953 “La pregunta por la técnica”, la téchne, en tanto actitud fundamental, “pertenece al pro-ducir, a la póiesis, ella es algo poiético” (Heidegger, Cuerpo, mundo y vida: Heidegger en perspectiva • 53 teseopress.com 1997: 121). La póiesis, el pro-ducir, es pensado en la confe- rencia a partir de las cuatro causas atribuidas a Aristóteles, a saber, la material, la formal, la final y la eficiente. Ellas son para Heidegger los cuatro modos de “ser-responsable-de” (Verschulden), que a la vez se copertenecen. Aquí hay pues una cuádruple causalidad, en la cual se presenta una coper- tenencia de los modos de “ser-responsable-de”. Esta coper- tenencia tiene lugar en el traer-ahí-delante, en el traer a presencia, es decir, en el pro-ducir (Her-vor-bringen). La téch- ne, entonces, en tanto modo de desvelamiento (Entbergen), en tanto modo del acontecer de la verdad (alétheia), en tanto póiesis, es un pro-ducir que deja ser, que deja en libertad. Frente a la téchne pensada como póiesis, la técnica moderna, aunque ésta es también un modo de desvelamien- to (Entbergen), presenta un cambio radical. En su desvelar la técnica moderna provoca a la naturaleza, se impone a ésta para descubrir sus energías ocultas,
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