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Asuntos de Gobierno Lectura 3

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Módulo 3: 
Los poderes 
estatales en el 
marco de las 
Relaciones 
Públicas. El 
poder legislativo 
 
1 
 
 
 
Unidad 3: Los poderes estatales 
en el marco de las Relaciones 
Públicas. 
 
3. El Poder Legislativo 
En el presente escrito abordaremos la incumbencia de los “Asuntos de 
Gobierno” en los ámbitos parlamentarios desde la mirada del 
“Relacionista Público” que se desempeña en los respectivos Poderes 
Legislativos. 
 
Es de crucial importancia la labor que realizan estos profesionales, como 
por ejemplo, quienes se desempeñan como gestores de prensa, (y en este 
caso nos referimos a profesionales capacitados de la disciplina y no 
“prenseros” del ambiente político, distinguiendo a estos últimos como 
simples mediadores que intentan “operar” sobre un periodista para 
obtener alguna publicación). 
 
Nos preguntamos en una primera instancia, por qué o en dónde radica la 
importancia de estos agentes, y al instante podemos analizar que un 
profesional que se desempeñe en la comunicación gubernamental de un 
Poder Legislativo, se transforma cotidianamente en una fuente de 
información fidedigna para el periodista; donde si se trabaja 
planificadamente (más allá del posicionamiento de la persona o institución 
para quien se presta funciones), se logra difundir una información veraz, 
llevando así a informar correctamente a quienes deben comunicar a través 
de los medios la actividad estatal; más allá que luego ellos lo hagan 
también de ese modo (entendiendo que la ética profesional los llevará a 
actuar de esa manera). 
 
De esta forma, encontraremos agentes de prensa en el ámbito 
parlamentario tanto para la Institución “Poder Legislativo”, como así 
 
2 
 
también los de carácter político, que asesoran en comunicación a bloques y 
legisladores en particular. 
 
La labor de estos profesionales es fundamental y la importancia relevante 
radica en la legitimación social que estas instituciones necesitan para de 
alguna manera, recobrar la mínima credibilidad necesaria que precisan 
para poder actuar, como así también poder mejorar la imagen de los 
dirigentes políticos que con sus bancas representan al pueblo que los votó. 
 
En nuestros días, en el contexto latinoamericano en general, se 
expande cada vez más la crisis de legitimidad en las instituciones pilares 
de la democracia, donde los Poderes Legislativos no quedan exentos y se 
transforman, en muchas oportunidades, en los protagonistas del 
descreimiento en general hacia la clase dirigente y en particular, en la 
desconfianza de las instituciones. 
 
Un relevamiento concreto de la situación internacional. 
 
Nos permitimos, como un dato concreto, citar el estudio realizado por 
“Transparency Internacional” en el año 2007, donde se relevaba la 
percepción de la ciudadanía de diferentes países del mundo acerca de sus 
instituciones. 
 
De esta manera, somos testigos cómo en el continente americano 
(particularmente Sudamérica) encontramos los valores más altos de 
percepción de corrupción de los actores políticos institucionales de cada 
país. (Cabe destacar que a los fines del presente escrito se hizo un recorte 
de la cantidad de países como así también de la cantidad de actores 
analizados). 
 
 
3 
 
 
 
Fuente: Barómetro Global de la Corrupción 2007 de Transparency International. 
Como mencionamos anteriormente, si bien la percepción de corrupción en 
general es alta en los parlamentos, es de destacar que en esta muestra, 
Latinoamérica se convierte en la región mundial dónde mayor es el índice 
de desconfianza de transparencia institucional para con los Poderes 
Legislativos. 
 
¿En qué medida percibe Ud. que el parlamento es afectado por la 
corrupción? 
(1. Nada corrupto - 5. Muy corrupto) 
 
Fuente: Barómetro Global de la Corrupción 2007 de Transparency International. 
 
4 
 
 
Asimismo, numerosas investigaciones ponen en jaque la imagen de los 
legisladores y del Poder Legislativo como Institución, en la sociedad 
argentina, reflejando la percepción que los ciudadanos tienen de este 
Poder del Estado y que indudablemente la opinión pública la va forjando 
desde los medios de comunicación. 
 
Con la mirada puesta en esta situación, además de la clase política 
dirigente, de los legisladores y bloques parlamentarios particulares; los 
Poderes Legislativos, como Instituciones, deben ser conscientes de su 
realidad en la percepción de imagen y las administraciones de gobierno 
legislativo deben contemplar un constante monitoreo de elementos de 
medición que describan la mayor variedad posible de actuaciones, eventos 
y opiniones que se relacionan con el quehacer parlamentario; tanto por la 
cantidad de recursos públicos que se consumen en dicha actividad, como 
por la necesidad de seguridad jurídica que está en la base de cualquier 
intento de establecimiento de una paz social duradera. 
La sociedad demanda certidumbre, es decir, clama por conocer cuáles son 
efectivamente sus derechos, y cuáles son las correlativas obligaciones de 
sus servidores públicos. Por ello, es imperiosa la necesidad de que los 
Parlamentos reflexionen acerca de mecanismos viables para construir una 
base de cierto consenso sobre su actuación, plataforma que contribuirá 
necesariamente para la legitimarse socialmente. 
 
Aunque, con miras a cumplir tal eximio objetivo, primero resulta ineludible 
construir acabadas respuestas tendientes a separar la actividad 
comunicativa institucional de la política como primer paso, para esclarecer 
las funciones de un Poder del Estado con la actividad política (y hasta a 
veces, partidaria) que se reflejan en los Órganos Legislativos. 
Por otro lado, es necesario esclarecer, en la misma Institución, ciertos 
aspectos que pueden ser básicos pero muchas veces se dispersan en el 
trajín y dinámica propia de la cotidianeidad. Es preciso tener bien claro: 
cuál es la verdadera misión y visión del Parlamento, cómo ve proyectada su 
imagen socialmente, cómo se visualiza y construye su identidad; con qué 
instrumentos comunicativos cuentan (¿son flexibles?, ¿son dinámicos?), 
cómo se coordinan los variados flujos comunicativos... en definitiva: ¿Cómo 
se ven a sí mismos, cómo son vistos realmente, y cómo les gustaría ser 
vistos en una situación óptima por los diversos actores sociales? 
 
La información estatal es pública, el desafío es hacerla accesible. 
 
En muchas oportunidades hemos escuchado o leído acerca de la 
información pública estatal, y hasta (seguramente) hemos sido testigos de 
grandes debates que abordaron este tema, deliberando sobre qué se 
puede comunicar y qué no se puede. Al respecto, no se debe dejar de 
 
5 
 
mencionar algo esencial y crucial para este análisis: salvo las excepciones 
establecidas por ley, toda información estatal es pública y la misma le 
corresponde a los tres Poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y judicial. 
 
En virtud de lo mencionado, y siendo conscientes de la imperiosa 
necesidad de comunicar los actos públicos y hacer de la información 
pública un valor de fácil acceso; podemos contribuir a evitar o minimizar 
los diversos grados de sospechas que poseen las instituciones, no 
quedando afuera de ello los Poderes Legislativos. 
 
La información pública es todo aquel mensaje cuyo contenido es de 
incumbencia de todos los ciudadanos, y por ello, en principio, debe ser 
conocida por todos. El derecho protege aquí la publicidad y la libre 
circulación de la información, a fin que sea accesible a todos en forma 
efectiva.1 
Según Ekmekdjian, se entiende por publicidad al “deber de comunicar los 
actos de gobierno a la opinión pública, para que los ciudadanos tengan la 
posibilidad de tomar conocimiento de aquellos, de su contenido, de su 
gestación y concreción, y ejercer el control del poder que les compete”2. 
 
La preocupación por el acceso a la información pública no sólo se presenta 
en nuestro país, sino que existe a nivel Internacional. Una normativa que 
regula el tema en cuestión y demuestra la importancia del accesoa la 
información es la Declaración de UNESCO de 1978, la cual afirma que: "La 
información es un componente fundamental de la democracia y constituye 
un derecho del hombre, de carácter primordial en la medida en que el 
derecho a la información valoriza y permite el ejercicio de todos los demás 
derechos". 
 
En tal sentido, la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión 
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos establece que 
“garantizando el derecho de acceso a la información en poder del Estado 
se conseguirá una mayor transparencia de los actos del gobierno 
afianzando las instituciones democráticas.” A su vez, respecto al derecho 
de acceso a la información, en su principio cuarto, la Declaración establece: 
“El acceso a la información en poder del Estado es un derecho fundamental 
de los individuos. 
 
1
 Dolores Lavalle Cobo - Marta B. Rovere, Cornelia Schmidt-Liermann. Proyecto de 
Investigación: Derecho y Acceso a la Información en Argentina. Fundación Konrad 
Adenauer. Año 2002. 
2
 Ekmekdjian, Miguel Ángel, Tratado de Derecho Constitucional, Tomo I, pág. 151, Edit. 
Depalma, Buenos Aires, Argentina, 1994. 
 
6 
 
Los Estados están obligados a garantizar el ejercicio de este derecho. Este 
principio sólo admite limitaciones excepcionales que deben estar 
establecidas previamente por la ley para el caso que exista un peligro real e 
inminente que amenace la seguridad nacional en sociedades 
democráticas.” 
Cabe destacar que la publicidad de la labor legislativa se encuentra 
normada por diversos artículos e incisos contenidos en la Constitución 
Nacional y en los respectivos Reglamentos Internos. 
La Ley Suprema (C.N) establece el procedimiento de formación de las leyes, 
mientras que los Reglamentos, regulan, entre otras cosas, el modo en que 
se han de desarrollar las sesiones en cada Cámara, votación y comisiones3 
La Constitución Nacional en el capítulo dedicado a la Formación de las 
Leyes establece el procedimiento a seguir para la sanción de una ley (arts. 
77 a 84). Esta sección se relaciona con el principio de legalidad sentado en 
el artículo 19 de la Constitución Nacional, el cual establece que “ningún 
habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni 
privado de lo que ella no prohíbe”. Es claro que si los individuos no toman 
conocimiento de las normas, difícilmente puedan cumplir con lo ordenado 
en ellas. 
 
 
3. Funcionamiento 
Los Poderes Legislativos están conformados por legisladores. Pueden 
denominarse concejales si es en el ámbito de un Concejo Deliberante de un 
municipio, Diputados y Senadores –en algunas provincias como así también 
a nivel nacional- cuando sino la figura es simplemente de Legislador. 
 
a. De los bloques legislativos. 
 
Los legisladores (nombre que utilizaremos en general para referirnos a 
quienes ocupan bancas legislativas) se agrupan en Bloques Partidarios de 
acuerdo a la identidad partidaria por la que llegaron al Cuerpo en las 
elecciones. De esta manera y sólo a modo de ejemplo, generalmente se 
pueden distinguir el Bloque de la Unión Cívica Radical, el Bloque del 
Partido Justicialista, el Bloque de la Izquierda Unida, Frente para la 
Victoria, Coalición Cívica, entre otros. 
 
 
3
 Dolores Lavalle Cobo. Derecho y acceso a la información en Argentina. Fundación 
Konrad Adenauer. Año 2002. 
 
7 
 
El Partido Político que gana las elecciones (por ejemplo, una campaña a 
Gobernador donde también se votan legisladores) conforma el bloque 
mayoritario, denominado así porque sus legisladores tienen la mayoría de 
bancas en el Poder Legislativo, y por lo tanto tienen la mayoría al 
momento de votar los proyectos. 
 
Por otro lado, el resto de los bloques forman la minoría, dividiéndose en 
primera minoría, segunda minoría, tercera minoría, y así sucesivamente 
(tantas minorías como Bloques elegidos existan). Dichas conformaciones 
se generan a partir de la cantidad de votos conseguidos en la elección por 
la cual llegaron a las Bancas. 
 
En conclusión, de acuerdo a la cantidad de votos varían la cantidad de 
legisladores que conformarán cada respectivo Bloque Legislativo, siendo el 
ganador de la elección el que tendrá la mayoría del Cuerpo. 
 
b. De las Comisiones Legislativas. 
 
Por otro lado, (y esto a nivel general ya que cada Poder Legislativo –sea 
municipal, provincial o nacional- tiene sus particularidades) el proceso 
parlamentario hace que el Cuerpo Legislativo esté dividido en “Comisiones 
de trabajo” antes que un proyecto de ley sea aprobado en sesión. 
 
De esta manera, existen diferentes comisiones integradas en general por 
un grupo reducido de legisladores que estudian los temas específicos 
pertinentes a esa comisión. 
 
A modo de ejemplo, existen la Comisión de Finanzas, Comisión de Salud, 
Comisión de Obras Públicas, entre otras (el nombre de cada comisión 
depende del reglamento interno de cada Poder Legislativo). 
 
Cabe destacar que en estas “Comisiones legislativas” los proyectos de ley 
se someten a votación y si son aprobados (además pueden ser 
modificados) ahí se giran a Sesión para que se pongan en consideración 
de votación a todos los legisladores. Si en sesión se aprueba el Proyecto 
de Ley se convierte en Ley (cabe destacar que existe como instrumento 
legislativo el “tratamiento sobre tablas” por el cual una Ley se trata en 
sesión sin haber pasado antes por las comisiones respectivas, en ese caso, 
por lo general, se necesitan 2/3 de votos de los presentes para la 
aprobación). 
 
No se puede dejar de mencionar que la Sesión es la reunión plenaria en la 
que se encuentran todos los legisladores y por la cual se aprueban o 
rechazan los proyectos de Ley. 
 
8 
 
 
3.2. Las Relaciones Públicas 
parlamentarias 
3.2.1 Parlamento y Medios de Comunicación 
En virtud de todo lo mencionado anteriormente, ingresaremos en detalle 
en lo que respecta a la gestión de prensa y comunicación parlamentaria, ya 
que hemos podido contextualizar particularmente el ámbito de acción. 
 
Un relacionista público puede tener la función de “Agente de Prensa” 
desde adentro de las instituciones públicas, de los tres Poderes del Estado, 
en este caso el Poder Legislativo y hasta me permito manifestar que tiene 
grandes similitudes con el periodismo político. 
 
Ya nos lo define Jorge Halperin: “El periodismo político es aquella 
especialidad dentro del periodismo que produce información, análisis y 
opiniones sobre la marcha del sistema político, considerando como tal 
desde el Poder Ejecutivo y todas las Instituciones de gobierno – los tres 
Poderes, ministerios y áreas de gobierno – y de representación – partidos 
políticos, dirigentes, corporaciones, asociaciones -. Hasta las más diversas 
 
9 
 
manifestaciones del poder y las manifestaciones del poder y las 
expresiones políticas que conciernen a la sociedad civil.”4 
 
Para tomar la esencia de la función del “Agente de Prensa” tenemos que 
abordar su rol y responsabilidad generando por un lado las condiciones 
más óptimas de difusión de información, haciendo la mayor accesibilidad 
posible de los datos el eje de trabajo cotidiano. 
Es por ello que consideramos competente hablar de “comunicador 
político”, desde la función que un comunicador tiene como “Agente de 
Prensa” en su función dentro de las Instituciones Públicas del país. 
Por otro lado subyace también la imperiosa necesidad que un “Agente de 
Prensa” tiene en posicionar el producto, evento o servicio para el 
Organismo o empresa que trabaje. Si consideramos particularmente la 
gestión de prensa en los ámbitos legislativos, esta función de 
posicionamiento no debe perderse, pero debe ser entendida 
institucionalmente, donde desde la Oficina de Prensa se planifique la 
imagen a proyectar de la Institución evitando caer en prensa partidaria del 
partido político mayoritario (cuestión que ocurre generalmente).Por todo ello el gran desafío es transformar las Oficinas de Prensa 
Parlamentarias en verdaderas Direcciones de Comunicación. 
 
3.2.2 El trabajo de prensa de los bloques 
parlamentarios 
La institucionalización de Oficinas de Prensa en el ámbito gubernamental 
son prácticamente modernas, es más, las conferencias de prensa no tiene 
más de 50 años de vigencia. Citando un artículo del Embajador Albino 
Gómez, Director General de Prensa de la Corte Suprema de Justicia de 
Argentina5, podemos mencionar que en Estados Unidos - uno de los países 
que avanzaron más rápidamente en lo que respecta a la relación entre la 
prensa y los Asuntos Públicos - los presidentes se reunían con los 
periodistas sobre bases informales y reglas específicas. Luego, con el correr 
del tiempo se hicieron presentes las conferencias de prensa en televisión, 
que habían sido establecidas por John F. Kennedy. En ellas los presidentes 
aprendieron a ser más circunspectos en sus respuestas, conscientes de 
que un error podía acarrearles problemas al instante. Como explica Albino 
Gómez: “Reagan y sus ayudantes desarrollaron su propio sistema para las 
 
4
 Halperin, Jorge. Noticias del Poder. Editorial Aguilar. Año 2007. 
5
 Gómez, Albino. Diario La Nación. Artículo: “La Prensa en dos Administraciones 
Republicanas”. 
 
 
10 
 
conferencias de prensa por televisión, y los periodistas descubrieron que 
no podían llevarlo a responder una pregunta que él no deseara contestar, 
porque el presidente había demostrado ser un maestro de la evasiva: 
bromeaba, cambiaba el tema, hasta que agotaba el tiempo útil. Así exponía 
las posiciones cuidadosamente ensayadas con la simple y enérgica forma 
de los discursos de campaña, y allí trazaba la línea.” 
De esta manera surgen los primeros contactos desde el gobierno con la 
prensa, pensados y planeados con una intencionalidad previa. 
 
El desafío en la actualidad, acorde a este criterio, es que las Oficinas de 
Prensa se transformen en verdaderas Direcciones de Relaciones Públicas 
en donde, a través de diversas acciones, se trabaje en el “qué” se quiere 
difundir, para luego adentrarse en el “cómo” hacerlo, poder prevenir o 
contemplar situaciones de crisis que se presenten en los medios, e incluir 
en el Plan estratégico otros grupos de interés (públicos), con quienes el 
Poder Legislativo interactúa constantemente6: 
 
Antes de continuar, debemos hacer una breve mención teórica acerca del 
concepto de público que nos ayudará a entender la integridad del escrito. 
La mayoría de los problemas de relaciones públicas se originan en una falta 
de valoración adecuada sobre los grupos que circundan a la organización. 
 
Los mensajes van dirigidos a un público genérico que a la larga resulta 
difícil de encontrar porque no tiene características definidas, cuestión que 
se presenta también al momento de brindar la información a los medios. 
 
En virtud de ello, es pertinente mencionar las principales actividades que 
debe llevar a cabo un “Agente de Prensa” tanto en la institución “poder 
legislativo” como así también en un “bloque parlamentario” para de esta 
manera saber segmentar los mensajes y los públicos (medios) a los cuales 
uno se dirige. Como nos lo explica claramente Adriana Amado Suárez7 en 
su “Prensa y Comunicación” las tareas de un responsable de prensa radican 
fundamentalmente en: 
 
 Investigación: Concretamente, quien quiera aparecer en la prensa 
tiene la obligación de conocer lo que se publica en ella. 
 
 
6
 Pertile, Damián Alberto. “Prensa y Justicia: El Vocero Judicial para Cortes Supremas 
y Tribunales Superiores”: Mapa de Público del Poder Judicial de la Provincia de Córdoba. 
Editorial Advocatus. Año 2004. 
7
 Amado Suárez, Adriana. “Prensa y Comunicación. Personas y empresas frente a los 
medios”. Editorial Macchi. Año 2003. 
 
11 
 
 Análisis estratégico: Y así poder enfocar la información de modo 
que esté en consonancia con las necesidades de los medios. 
 
 Producción creativa: De esta manera nos permitimos afirmar que 
podemos hacer noticiables nuestros propios sucesos. 
 
En virtud de ello, como profesionales, desde la función de “Agentes 
de Prensa parlamentarios”, tenemos el deber de lograr la transformación 
de aquello que José Luis Valle manifiesta: “De la anomia burocrática al 
trabajo real8”, permitiéndonos agregar un punto crucial, “... al trabajo real 
y planificado”. 
 
Esta planificación profesional debe darse con la integración de los diversos 
actores que confluyen en la Institución Legislativa, tomando en las 
actividades cotidianas a los “peritos” (Asesores legislativos de comisiones, 
especialistas en cada área que se aborde, entre otros), como fuentes de 
información para generar actos noticiables. 
 
Como lo expresa Pérez Gaudio9: “Son aquellas personas que por su 
conocimiento del hecho o por su capacidad cultural específica, deben ser 
consultados para informar veraz y correctamente.” 
 
En definitiva, el agente de prensa puede desempeñarse tanto como 
comunicador de la Institución, como asesor de prensa de un bloque o de 
un legislador en particular, pero el punto en común que estas personas 
deben tener, es el trabajo profesional de un especialista en periodismo 
político, conociendo qué asuntos le interesa a la prensa, cuáles son sus 
demandas para de esta manera - en coherencia con un verdadero plan de 
comunicación- se brinde una información confiable de fácil acceso, 
evitando que la actividad política – partidaria sesgue de manera alguna los 
datos a brindar. 
 
Conclusión 
 
Luego de haber expuesto este escrito como disparador para reflexionar 
acerca de la importancia de planificar las comunicaciones con la prensa por 
parte de la Institución “Poder Legislativo”, los bloques parlamentarios y los 
legisladores, nos queda por concluir acerca de la importancia de la 
profesionalización de los “agentes de prensa parlamentarios” como 
 
8
 Valle, José Luis. Material de Estudio de la Especialización en Periodismo Político. CUP. 
Año 2008. 
9
 Pérez Gaudio, Miguel. “El Periodismo Idea”. Ediciones Fundación Universidad de 
Periodismo y Ciencias Sociales, Córdoba, Argentina. Año 2001. 
 
12 
 
especialistas en comunicación política y como verdaderos instrumentos 
de transmisión de información veraz, donde la credibilidad de la misma sea 
la principal característica para que los periodistas de medios de 
comunicación tomen a estos funcionarios como fuente creíble de 
información y de esta manera optimizar el proceso de legitimación social 
que los Parlamentos necesitan tener. 
 
Como ya hemos mencionado anteriormente, este trabajo no agota de 
ninguna manera la problemática abordada, pero sin lugar a dudas es 
un puntapié inicial para reflexionar sobre el tema; el desafío es 
continuarlo.

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