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VARONA
ISSN: 0864-196X
hildelisagp@ucpejv.rimed.cu
Universidad Pedagógica Enrique José
Varona
Cuba
López Rodríguez, Yanelín
Crecimiento personal en niños con trastornos afectivo-conductuales.
VARONA, núm. 44, enero-junio, 2007, pp. 70-77
Universidad Pedagógica Enrique José Varona
La Habana, Cuba
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=360635564013
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70 Varona 44/2007
Recibido diciembre de 2006 Aceptado febrero de 2007
Crecimiento personal en niños con trastornos
afectivo-conductuales
Dr C Yanelín López Rodríguez
Profesora Auxiliar
ISP “Enrique José Varona”
KEY WORDS: personal growth, affective conductal problem.
RESUMEN. La atención a escolares con trastornos
afectivo-conductuales (TAC) constituye una prioridad
dentro del subsistema de Educación Especial del
Ministerio de Educación (MINED). Sin embargo, aún
cuando los resultados generales de las escuelas
especiales para menores con trastornos afectivos
conductuales muestran hoy una situación mucho más
favorable que en cursos anteriores, siguen existiendo
algunas dificultades que se hacen evidentes al analizar
la permanencia de un porciento de la matrícula escolar
por más de tres años en este tipo de enseñanza,
cuando lo ideal es que resuelvan las necesidades
iniciales en dos años como máximo, o cuando se valora
la calidad requerida para el proceso de tránsito. Esta
situación genera un foco permanente de atención
estratégica para este tipo de escuela.
Como resultado de esta situación, se llega a percibir a
los niños con TAC, con escasas posibilidades de
crecimiento personal, dado la infructuosa efectividad
de las influencias educativas que se han realizado
durante muchos años, sin poner énfasis en este aspecto.
El artículo evidencia la importancia de potenciar el
crecimiento personal para reconstruir las funciones
psicológicas y desarrollar recursos personales en los
escolares, que les permitan interactuar con el medio y
crecer de manera integral en la sociedad.
INTRODUCCIÓN
Los niños con necesidades educativas especiales (NEE) reciben un sistema de influencias que, cada día, se perfecciona en función de lograr una labor correctivo-compensatoria más eficiente que garantice la
incorporación futura de los niños a la vida laboral y social. Los trastornos afectivo-conductuales constituyen
una categoría diagnóstica que necesita del accionar creativo de sus docentes y especialistas.
Numerosas son las alternativas que podemos encontrar en el marco de la atención a este tipo de alumno;
sin embargo, las particularidades de los mismos, las características del entorno natural en que viven y los
resultados insuficientes del trabajo correctivo-compensatorio que se realiza, exigen propuestas cambiantes y
dinámicas que ofrezcan al menor, variabilidad de herramientas para su autorregulación y el logro de un
desarrollo integral más eficiente, a partir de conseguir una comprensión diferente del proceso de crecimiento
personal que debe experimentar el alumno en su edad.
PALABRAS CLAVE: crecimiento personal, trastorno afectivo conductual.
ABSTRACT. The atlention given to school children with
affective-conductual problems (TAC) constitute a
priority within the subsystem of Special Education of
the Ministry of Education (MINED). However, even
when the general results of special schools for minors
with affective-conductual problems is better today than
in previous courses, there are still some difficulties
which become evident through the analisis al the
porcentage al retention for more than three years in
this type al education, when the ideal is shat the initial
necessities should be resolved in a maxium al two years
al when the quality recursed al the transit procers is
analyzed. This situation generates a permanent locus
al strategia attention to his type al school.
As a result al this situation children with (TAC) are
proceed with lew possibilities al personal growth giving
the low efectivity al educational influence during the
last lew years without putting emphaysis on this aspect.
This article shows the importance al stiengthening
personal growth to reconstruct psicological functions
and develop personal resourses in school children which
will allow them to interact in an integral manner in society.
71 Varona 44/2007
DESARROLLO
En la actualidad, se hace frecuente encontrar en el ámbito psicológico y pedagógico, el término “crecimiento
personal”. Su significado puede ser evidente para los estudiosos del tema, pero en la práctica, existen diferentes
criterios y posiciones que determinan su uso.
El vocablo “crecer” ha sido definido, según el Diccionario Aristos (1985), como “tomar aumento natural
los seres orgánicos. Aplicado a las personas se refiere a la estatura (...) Tomar uno mayor autoridad, importancia
o atrevimiento”.1
Sin embargo, al utilizarlo en el ámbito psicológico y pedagógico, es necesario analizarlo con un alcance
superior al que se conceptualiza y, para ello, se relaciona con otro término: “desarrollo”, sumamente importante
para la comprensión del fenómeno que se estudia.
El desarrollo, desde el punto de vista filosófico, ha sido interpretado como el “proceso de automovimiento
desde lo inferior (desde lo simple) a lo superior (a lo complejo), que pone de manifiesto y realiza las tendencias
internas y la esencia de los fenómenos, las cuales conducen a la aparición de lo nuevo”.2
En sentido general, se aborda el término como cambio y transformación, pero a los efectos que se quieren
lograr en la personalidad de los escolares con trastornos afectivo-conductuales (TAC), esta definición se torna
insuficiente, sobre todo si tenemos en cuenta que estos niños están inmersos en una situación social de
desarrollo particular, desventajosa, que hace necesaria la reconstrucción de la personalidad y sus vivencias.
El desarrollo universal de la personalidad, desde el punto de vista filosófico, “designa el desenvolvimiento
armónico de la riqueza espiritual, de la pureza moral y del perfeccionamiento físico en el hombre.” Al respecto,
Lenin V I, planteaba la necesidad de educar y formar “personas desarrolladas y preparadas en todos los
sentidos, personas que sepan hacerlo todo”.3
Esta visión filosófica, aportada por Lenin V I, nos reafirma la necesidad de realizar un análisis más
completo, a partir de considerar la personalidad como un todo, que necesita escalar niveles de desarrollo
superiores en cada etapa, donde los cambios que se produzcan permitan la construcción y reconstrucción de
patrones y, por tanto, la regulación de la personalidad en función de la adaptación al medio en que vive y su
transformación activa y creadora.4
Para Vigotsky L S “el desarrollo es un proceso único de autodesarrollo, que se distingue por la unidad de
lo material y lo psíquico, de lo social y lo personal; en que se forma y surge algo nuevo (...). Constituye un todo
único (...) un proceso dialéctico complejo, que se caracteriza por una periodicidad múltiple, por una
desproporción en el desarrollo de las distintas funciones, por la metamorfosis o transformaciones cualitativas
de unas formas en otras, por el complicado entrecruzamiento de los procesos de evolución e involución, por
la entrelazada relación entre los factores internos y externos y por el intrincado proceso de superación de las
dificultades y de la adaptación”.5
Este análisis permite comprender queel desarrollo implica cambios y transformaciones, incluso,
microscópicos, imperceptibles, que transcurren de forma prolongada para obtener como resultado la aparición
de una formación cualitativamente nueva, que se expresa externamente como un nuevo conocimiento, habilidad
o capacidad del sujeto. Estas formaciones nuevas atraviesan los llamados períodos de crisis en el desarrollo,
que traen como consecuencia la aparición de la edad estable y la desaparición de lo viejo, donde pasan a
primer plano los procesos de extinción y repliegue, descomposición y desintegración de todo lo que se ha
formado en la etapa anterior y caracterizaba al niño de dicha edad. Estas crisis son definidas por Vigotsky
como períodos de tiempo relativamente cortos (varios meses, un año, dos a lo sumo) en los que se producen
cambios bruscos y fundamentales, modificaciones y rupturas en la personalidad que adquieren el carácter de
catástrofe.6
En la presente investigación se toma, como referente el período relativo a la crisis de los siete años y la edad
escolar (8 a 12 años), para analizar que, en el caso particular de los niños con TAC, este período de crisis y los
anteriores ha transcurrido de forma apática e inexpresiva, sin el apoyo y la orientación necesaria por parte de
la familia, en contextos inadecuados, poco facilitadores y, por esa razón, se produce un retraso en el desarrollo
de la esfera afectivo-volitiva de la personalidad que hace más lenta la aparición de nuevas formaciones y que
se mantengan los patrones inmaduros e inadecuados que subyacen como resultado de la situación social del
desarrollo del niño. En toda crisis se produce la reestructuración de la vivencia interior del sujeto en dependencia
de la relación que establece con el medio, reestructuración que radica en el cambio de sus necesidades y
motivos, que son los motores de su comportamiento.
En la edad escolar, el niño se hace más independiente, cambia su actitud hacia los demás niños, los procesos
cognoscitivos adquieren un carácter consciente y voluntario, aparecen intereses vinculados al conocimiento
científico de la realidad, formaciones psicológicas como la autovaloración y los ideales, comienzan a participar en
la regulación de la conducta.7,8 La formación de estas características se ve afectada en los escolares con TAC, en
los que el sistema de vivencias es tan complejo y desorientador, que retarda significativamente la aparición de
estas formaciones, como expresión de la regulación de la personalidad en esta edad, elevando la necesidad de
revertir esta situación y lograr un crecimiento personal, a partir de la reestructuración de ese sistema de vivencias.
72 Varona 44/2007
Es necesario analizar, incluso, que la situación social de desarrollo de este escolar no posibilita la adecuada
formación, desde la edad preescolar, de la voluntariedad de los procesos, del lenguaje como regulador de la
personalidad y las motivaciones e intereses cognoscitivos, necesarios para las ulteriores formaciones psicológicas
de la edad escolar y su correspondiente crecimiento personal.
En la literatura encontramos referentes importantes de investigaciones que abordan el desarrollo de la
personalidad, con énfasis en alguno de sus componentes. En este sentido, se pueden mencionar autores como
Allport, 1971; Makarenco A, 1977; González F., 1982, 1993, 1994, 1995; Rico P., 1989, 2000, 2002; Mitjáns A,
1995; Castro P L, 1996; Recarey S, 1997; Castellanos B, 2003; González A, 2003; Arias G, 1992, 1998, 1999,
2005; Chacón N, 2000, 2002; Silvestre y Zilberstein, 2000; Moreno M J, 2003; González D, 2003, D’ Angelo,
2004, entre otros.
Para analizar los referentes teóricos que sustentan la teoría del crecimiento personal, además de estos
estudios, es necesario tomar en consideración la psicología humanista, que posee supuestos teóricos relacionados
con el reconocimiento de la capacidad del hombre para autodeterminarse, realizarse, crecer, a partir de sus
posibilidades internas. Se habla del hombre como un ser activo, individualmente responsable, capaz de seleccionar
opciones para su comportamiento, como un ser único e irrepetible y que posee fuerzas internas que impulsan su
autodesarrollo.9,10,11
Según Rogers C, el individuo que funciona de manera plena presenta entre otras características: el estar abierto
a su experiencia y, por tanto, no manifiesta conductas defensivas, la estructura del yo es congruente con la
experiencia; el sujeto se percibe como centro de valoración y este proceso es continuo y organísmico; en este
proceso, experimenta un sentimiento de consideración positiva incondicional de sí mismo, es adaptativo y
creativo; es capaz de lograr una valoración autónoma para tener conductas más satisfactorias y la consideración
positiva recíproca le permite vivir en armonía con los demás.12
Desde esta teoría, se plantea que el sustrato de la motivación humana es la tendencia a la realización, a
promover la autoestima del individuo. Por otra parte, se señala el papel del terapeuta, con una visión totalizadora
del “otro”, por una vía fundamentalmente empática y se establece el compromiso del investigador o terapeuta,
para participar en el proceso de cambio del sujeto.13
Se considera positivo el reconocimiento que se realiza al papel activo del hombre y su comprensión sistémica,
el énfasis en la originalidad, peculiaridad e integridad cognitivo-afectiva de la personalidad, y entre las limitaciones
está la de concebir la naturaleza humana con tendencias innatas como autorrealización, crecimiento personal,
que a criterio de la autora, son adquiridas; así como el énfasis que se hace en los mecanismos individuales como
vía para solucionar todos los problemas, con lo que se subvalora el comportamiento social e institucional en el
proceso de desarrollo de las potencialidades individuales de las personas.
Desde una perspectiva sociohistórica, que valora la relación dialéctica de lo biológico y lo social, lo afectivo
y lo cognitivo, lo interpersonal y lo intrapersonal, se analiza la importancia de la educación en el proceso de
crecimiento personal de cualquier sujeto, en particular de un niño con TAC.
Diferentes autores (tomando como punto de partida a Vigotsky L S) reconocen la educación como proceso
base para crear las condiciones necesarias que deben facilitar el proceso de crecimiento personal del sujeto,
aunque es importante mencionar que la mayoría no declara explícitamente este concepto.14,15,16,17
Para Hill, el sujeto en su proceso de maduración necesita lograr, con ayuda de la educación, aumentar18:
La comprensión de sí mismo y la aceptación de la responsabilidad de esta comprensión.
La comprensión del mundo de la educación y del trabajo.
Su capacidad de elegir por sí mismo y resolver sus propios problemas.
Su sentido de los valores morales, su capacidad de ser sensible respecto a otros.
Su comprensión de la naturaleza humana, de las relaciones humanas y de la psicología aplicada de la
adaptación personal y social.
Torroella G plantea la existencia de determinadas tendencias en el desarrollo de la personalidad, que se
concretan en tres grandes grupos de tareas que el sujeto debe vencer con ayuda de la educación, en las
diferentes etapas evolutivas. La realización de estas tareas de desarrollo posibilita que el individuo vaya
creando recursos personales para enfrentar los nuevos retos, a partir de la apropiación de nuevas formas de
actuación. Para la edad escolar (6-12 años), las mismas consisten en:
Tareas que se relacionan con actitudes y actividades hacia sí mismo y con el autocontrol físico y psicológico.
Tareas que se relacionan con las actitudes y conductas hacia los demás y los grupos.
Tareas relacionadas con el trabajo escolar y el desarrollo de capacidades y habilidades asociadas al mismo.
19
Fariñas G, en sus estudios, define Habilidades Conformadoras del Desarrollo Personal (HCDP) y refiere
que son la base del desarrollo del sujeto en cualquier esfera de la vida al estar en la base de los aprendizajes y
ser mecanismos del autodesarrollo.20Habilidades relacionadas con el planteamiento y consecución de metas personales, y con la organización
temporal general de la vida cotidiana.
Habilidades relativas a la comprensión y búsqueda de información.
73 Varona 44/2007
Habilidades relativas a la comunicación y a la relación con los demás.
Habilidades relacionadas con el planteamiento y solución de problemas.
La referida autora analiza que las HCDP garantizan el proceso de crecimiento personal en cada etapa, y el
desarrollo de estas habilidades se debe producir en un proceso educativo multidisciplinario, que posibilite la
influencia de los maestros y los especialistas pertinentes. Este criterio es sumamente importante, pues
explicita la importancia de la institución educativa para encauzar el proceso de crecimiento personal del sujeto
desde edades tempranas.
Pino J L, aporta un referente importante acerca del papel de la orientación en la educación y desarrollo de la
personalidad. En sus estudios, analiza el crecer como “un proceso continuo de pérdidas y adquisiciones”21 y
plantea que si estas pérdidas y adquisiciones se dan a través de un reaprendizaje de la realidad y favorecen el
cumplimiento de las tareas del desarrollo de cada edad, pueden conformar una situación socialmente responsable
que aporta los recursos para enfrentar las contradicciones de la vida cotidiana y alcanzar una identidad personal
adecuada.
Más recientemente, se ha consultado la investigación realizada por el Pérez L M,22 donde se propone un
Modelo Educativo Integral para el Crecimiento Personal, concebido en el ámbito de la Enseñanza Técnica
Profesional.
El autor referido anteriormente, plantea que el crecimiento personal es el “proceso de cambio y transformación
que se produce en los contenidos y funciones psicológicas de la personalidad, que permite un nivel superior de
regulación y autorregulación comportamental e implica, a partir de las exigencias de la sociedad, una mejor relación
con el medio y consigo mismo”.23 A partir de esta compresión, Pérez establece cuatro dimensiones que permiten
la operacionalización de su concepto en la práctica investigativa y pedagógica: cambios en los contenidos
psicológicos, relación adecuada consigo mismo, relación activa con el medio e interrelación positiva con los otros.
Estas dimensiones integran el trabajo con los contenidos psicológicos, que han sido tratados por otros
autores, con la necesaria interacción del sujeto en las diferentes áreas de actuación, elemento que se redimensiona
desde esta concepción.
Indudablemente, la teoría de este autor, por su nivel de actualización, es sumamente valiosa para proyectar
la que se ha asumido en esta investigación. De ella se considera importante la declaración del cambio del
individuo, en sus contenidos y funciones psicológicas, pero se hace necesario destacar que la misma fue creada
en el proceso de formación de estudiantes de la Educación Superior, con un determinado nivel de desarrollo de
la personalidad, muy diferente a los escolares con TAC. Por otra parte, es importante interpretar ese cambio,
vinculado al proceso de apropiación y construcción de la experiencia en cada etapa de desarrollo, lo que implica
reconocer el papel de los otros y la dinámica y flexibilidad del proceso de crecimiento personal, que justifica
la posibilidad de transformación de un sujeto portador de TAC, sustentado además por las teorías del
humanismo y la concepción histórico-cultural del desarrollo humano.
Desde esta comprensión entendemos que el crecimiento personal en los escolares con TAC es el proceso
de cambio y transformación activa del sujeto durante la apropiación y construcción de la experiencia socio-
histórica, que potencia la reconstrucción de nexos entre contenidos y funciones psicológicas, y la formación de
recursos personales para una mejor regulación de lo cognitivo, lo afectivo y lo volitivo de la personalidad como
un todo, durante cada etapa de desarrollo.
El proceso de crecimiento personal refleja el nivel de desarrollo integral alcanzado por la personalidad, el
sujeto evoluciona hacia etapas superiores obteniendo logros y retrocesos, propios del desarrollo como espiral,
pero con la peculiaridad de obtener un aprendizaje de sus dificultades, para dominarlas y transformarlas a
partir de sus potencialidades, produciéndose un proceso de construcción de lo nuevo y reconstrucción de
patrones establecidos inadecuadamente, en el desarrollo de las formaciones psicológicas y su repercusión en el
desarrollo armónico de la personalidad como un todo.
Como resultante de la investigación: “La expresión corporal, un recurso psicopedagógico para el crecimiento
personal de escolares con trastornos afectivo-conductuales”24 se determina como dimensiones de crecimiento
personal: la corporal, la cognitivo-afectiva y la volitivo-afectiva.
DIMENSIONES E INDICADORES DEL PROCESO DE CRECIMIENTO PERSONAL
EN ESCOLARES CON TAC
La concepción sobre crecimiento personal que se adopta parte de entender la personalidad como un todo
y solo se establece una separación operacional de sus componentes, en función de lograr su profundización
en la investigación y la práctica educativa. Se aclara, además, que la determinación de la dimensión corporal
es necesaria para evaluar el cambio que ha de producirse también, desde lo físico (el cuerpo) como sustrato
material, mediador del propio desarrollo del hombre y sus funciones psíquicas superiores, teniendo en
cuenta la importancia que la autora le confiere a la Expresión Corporal (E C), como recurso psicopedagógico
para promover el cambio.
74 Varona 44/2007
Dimensión corporal: expresa los cambios que se van produciendo, a partir de la aparición de nuevas
particularidades del movimiento y la expresión del sujeto durante su interacción social. En ella se integran los
componentes de la psicomotricidad relacionados con el movimiento, el esquema corporal, la lateralidad, el
espacio, el tiempo y el ritmo de los movimientos.
Esta dimensión se analiza a través de dos perspectivas de análisis, presentes en la expresión corporal
cotidiana del sujeto: la cinética y la proxémica.
La cinética: es el estudio de los movimientos corporales y puede dividirse en tantas áreas como conductas
humanas existen.25
La proxémica: es el estudio de la forma en que las personas usan el territorio, el espacio, durante el
establecimiento de sus interrelaciones.26
Dimensión cognitivo-afectiva: integra la unidad de lo afectivo y lo cognitivo en la estructura de la
personalidad y las relaciones internas que se establecen entre los motivos, los afectos, las emociones y el
establecimiento de conocimientos, habilidades y capacidades en el individuo para regular su funcionamiento.
Indicadores:
Creatividad, originalidad y productividad del sujeto.
Utilización de recursos personales para alcanzar metas y solucionar problemas de la realidad.
Autopercepción, autovaloración, autoconciencia y autoestima.
Presencia de motivaciones intrínsecas por las actividades que se realizan.
Independencia en la actuación cotidiana.
Desarrollo de habilidades para observar y escuchar.
Dimensión volitivo-afectiva: expresa la unidad entre la conducta del individuo y sus motivos, afectos,
emociones, para lograr la regulación de la personalidad.
Indicadores:
Establecimiento de relaciones interpersonales adecuadas.
Autocontrol y autorregulación de la conducta.
Tolerancia ante las frustraciones.
Capacidad empática.
Expresión y formación de sentimientos, actitudes y valores durante el intercambio grupal.
Posibilidad de establecer una conducta pro-social y cooperativa.
Seguridad y confianza en sí mismo.
Posibilidad para asumir conscientemente las consecuencias positivas o negativas de sus actos.
IMPORTANCIA DEL CRECIMIENTO PERSONAL EN ESCOLARES CON TAC
Los niños con TAC, al estar expuestos a experiencias sociales infraestimulantes, manifiestan vivencias
negativas que conforman una manera particular de interpretar la realidad y asumir roles inadecuados. De esta
forma, se les dificulta la valoración positiva de supersonalidad y el entorno social, que entorpece la formación
y desarrollo de recursos personales que le permitan diferenciar entre el bien y el mal, y asimilar las situaciones
conflictivas, como experiencias de vida a superar.
 TABLA 1. Indicadores.
ACITÉNIC ACITÉNIC ACITÉNIC ACITÉNIC ACITÉNIC ACIMÉXORP ACIMÉXORP ACIMÉXORP ACIMÉXORP ACIMÉXORP
:omocselapicnirpsotneimivomednóicazilaeR-
sametsolnocsedroca,senoicisop,senameda,sarutsop
.ojabarted
ledsodazilacolsotneimivomedadaucedanóicazilaeR-
.ocnort,sozarb,sanreip,sonamed:opreuc
edsotneimivomyselaicafsenoiserpxeednóicazilitU-
.nóicacinumocalarapsojosol
.sodaucedaralucsumonotynóisneT-
salrazilaerlasetnapicitrapsolertneaicnatsidaL-
.)soicapsesolednóicazilitu(CEedsedadivitca
sévartasejasnem(ecelbatseeseuqralucootcatnoclE-
.)sadarimsaled
.necelbatseeseuqsotceridsotcatnoc,otcatlE-
solednóicazilaeraletnarudlaicapsenóicatneiroaL-
.sotneimivom
.sotneimivomsolneomtirleyopmeitlednóicazilitU-
75 Varona 44/2007
Bozhovich L I analiza que la vivencia es una realidad psicológica por donde es necesario comenzar el
análisis del papel del medio en el desarrollo del niño y decía que la vivencia es como un nudo, en el cual están
atadas diversas influencias y circunstancias, tanto externas como internas.27
En este sentido, es necesario comprender que el medio tiene el encargo de satisfacer las necesidades del niño
durante su desarrollo. En el caso específico de los niños con TAC, se produce una privación de la satisfacción
de esas necesidades, o una insuficiente satisfacción que se manifiesta en la vivencia, como reflejo de esa relación
sujeto-medio. Por otra parte, el predominio de emociones y conductas inadecuadas en este menor, es resultado
de la ausencia de principios morales, modelos familiares y sociales disfuncionales, y la falta de regulación
interna para frenar las conductas disociales.
El crecimiento personal en este tipo de escolar es un proceso complejo, paulatino, que requiere dedicación
para que se pueda producir la reconstrucción de funciones psicológicas que presentan inmadurez, precisamente
por las irregularidades del proceso de interacción social en que comenzaron su desarrollo.
La reconstrucción de funciones psicológicas en el niño implica la modificación de las funciones que han
comenzado su formación y desarrollo en etapas anteriores, pero que no satisfacen las necesidades de afecto
crecientes del escolar, ni se corresponden con las exigencias sociales de su desarrollo, por lo que es necesario
que se produzca una transformación cualitativa, que posibilite la instauración de nuevas funciones acordes con
las nuevas necesidades y exigencias.28,29
Si se es consecuente con las concepciones de Vigotsky L S, se puede comprender que precisamente “la
esfera de los procesos inmaduros o en vía de maduración, configuran la zona de desarrollo próximo del niño”,30
por lo que estructurar un sistema de acciones de apoyo para modificar las funciones existentes y configurar
nuevas, es de vital importancia para promover el crecimiento personal de los escolares con TAC y, de esta
forma prepararlo para enfrentar, de manera diferente y positiva, las vivencias resultantes de una situación
social de desarrollo generadora de conflictos e inseguridades.
La potenciación del crecimiento personal en la institución escolar es fundamental para la evolución
satisfactoria del proceso de desarrollo integral del niño con TAC. El mismo tendrá como objetivos:
Formar, en los alumnos, motivos de aprendizaje y de conducta que tengan valor social, conocimiento y
conducta ética, así como la capacidad para percibir los puntos de vista morales.
Corregir en los alumnos los conceptos y representaciones falsas que tengan del medio que les rodea.
Educar a los alumnos hacia la ideología comprensible del trabajo y la actividad social.
Educar en los escolares el modo de vida colectiva.
Elevar la capacidad de aprendizaje en la escuela, en correspondencia con las exigencias escolares y la
comunicación fuera de la escuela.
Capacitar a los alumnos para corregir su propio modo de conducta errónea, de integrarse socialmente y
deshacerse de las conductas y costumbres sociales inadecuadas.
Propiciar la creación de una conciencia individual que refleje la conciencia social, manifestada a través de
formas de conducta moral comunista.
Lograr la preparación profesional de los menores, de acuerdo con sus características, de manera que
puedan incorporarse a la actividad laboral.
31
CONCLUSIONES
El trabajo correctivo-compensatorio y estimulador del desarrollo que se realiza en las escuelas especiales
para niños con TAC debe ir encaminado a lograr el crecimiento personal del alumno a partir de la reconstrucción
paulatina de sus funciones psicológicas. Este elemento posibilita ir equilibrando la personalidad y los diversos
conflictos que subyacen en este tipo de alumno.
En las manos del docente está el lograr una preparación profesional consecuente, que posibilite orientar
adecuadamente el proceso de desarrollo de estos menores, para alcanzar los objetivos antes mencionados,
obtener el equilibrio general de su personalidad y el crecimiento personal necesario para asimilar y transformar,
siempre que sea posible, la situación social de desarrollo en que viven.
REFERENCIAS
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25
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Educación. Argentina, sep. 2001. p. 19.
26
IBÍDEM.
27BOZHOVICH L I. La personalidad y su formación en la edadinfantil. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y
Educación; 1976. p. 127.
28VIGOTSKY L S. Fundamentos de defectología. Obras Completas. T. 5. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y
Educación; 1989. p. 160.
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