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TEMA 3 LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. EL REINADO DE FERNANDO VII 
Desde 1788 reinaba Carlos IV. España mantiene su alianza dinástica con Francia hasta que fue guillotinado Luis XVI 
en enero de 1793. 
Enfrentamiento con la Francia Revolucionaria de la Convención y derrota española (Paz de Basilea 1795) 
Godoy es harto impopular: decreta una desamortización de los bienes de la iglesia para equilibrar la deuda pública 
(animadversión del clero) y se agudiza su enfrentamiento con el futuro Fernando VII. 
La guerra de la independencia (1808-1814) 
Antecedentes: abdicaciones de Bayona y designación de José I 
En 1807 Godoy firmó con Napoleón el Tratado de Fontenebleau por el que las tropas españolas y francesas 
conquistarían Portugal. 
En Marzo de 1808 se produce el Motín de Aranjuez, la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV a favor de su 
hijo Fernando. Pronto se desdice y tanto él como su hijo son llamados a Bayona. Es entonces aprovechando el 
vacío de poder que Napoleón nombra rey a su hermano José I Bonaparte, redactando la Constitución de Bayona 
para el nuevo gobierno de España. Se inicia el colaboracionismo de los afrancesados (liberales). 
El 2 de mayo de 1808. Las Juntas 
El 2 de mayo cuando la familia real se preparaba para abandonar el Palacio Real, Madrid de sublevó contra los 
franceses. La lucha se generalizó a todos los niveles convirtiéndose Madrid en epicentro de la insurrección. 
Ante el vacío de poder se recurrió a las Juntas Provinciales ya establecidas delegando posteriormente en la Junta 
Central Gubernativa del Reino cuyo objetivo principal era organizar la lucha frente los franceses. 
Intervención militar del Reino Unido a través de Portugal. Ante los fracasos militares, en 1810 la Junta Central 
cedió su autoridad a un Consejo de Regencia. 
Etapas de la guerra 
1) Primera fase (rebelión patriótica): En junio de 1808 se instalo en Madrid José I. Las tropas francesas se 
desplegaron por toda España desde el Noroeste donde estaban pero en el verano el ejército español consiguió 
parar su avance en Valencia, Gerona y Zaragoza e hicieron capitular a los franceses en Bailén (Jaén, VII/1808). 
José I tuvo que ir más allá del Ebro. 
2) Segunda fase (intervención de Napoleón y la reacción guerrillera): Napoleón tuvo que entrar al frente de un 
ejército comandado por él mismo (Grande Armée) y repuso a su hermano en el trono. Por su parte Gran 
Bretaña acudió al auxilio de los españoles al mando del Duque de Wellington pero fueron derrotadas por el 
ejército francés. En el año 1810 solo quedaban sin conquistar en la península las ciudades de Cádiz y Lisboa. 
Guerra de desgaste: fuera de los grandes núcleos de población los franceses nunca tuvieron un control total 
por la acción de la guerra de guerrillas. Aprovechando un conocimiento exhaustivo de la orografía así como 
por el apoyo de la población se formaron grupos de guerrilleros que atacaban suministros franceses así como 
pequeñas guarniciones consiguiendo que el ejército francés fuera poco a poco mermando en su capacidad. 
Estos grupos estaban al mando de hombres como el Cura Merino, El Empecinado o Espoz y Mina. Las guerrillas 
eran conformadas por bandoleros, desertores o simplemente patriotas que se unieron con el único fin echar a 
los franceses. Además los franceses encontraron gran resistencia en algunas ciudades como Zaragoza, Gerona 
y Cádiz. 
La familia de Carlos IV, Goya (1800) 
José I, Rey de España (1808-1813) 
“Cada cual tiene su suerte 
La tuya es de borracho hasta la muerte” 
5 años.
3) Tercera fase (ofensiva anglo-española): El ejército de Napoleón era incapaz de vencer totalmente a los 
españoles. La ayuda de los ingleses a las órdenes del Duque de Wellington resultó decisiva. Se produjeron una 
serie de victorias, Arapiles, Vitoria y San Marcial que fueron llevando a los franceses poco a poco más allá de 
los pirineos donde terminarían por entrar las tropas anglo-españolas. Napoleón reconoció la independencia 
por el Tratado de Valençay (XII/1813). Fernando VII fue puesto en libertad asumiendo el trono. 
Las Cortes de Cádiz y su obra: La constitución de 1812 
En 1810 la Regencia convocaba Cortes en Cádiz. Constatamos tres grandes tendencias: 
Absolutistas partidarios soberanía real y vuelta al Antiguo Régimen (serviles) 
Liberales partidarios de la libertad, derecho de la propiedad y de la igualdad. 
Ilustrados con una posición intermedia entre las dos (representante más destacado Jovellanos). 
La Pepa, primer texto constitucional español proclamado el 19/III/1812 
Legislación política: soberanía nacional, igualdad ante la ley, división de poderes, libertad de expresión, 
reunión, imprenta… 
Legislación social y económica: abolición de la inquisición, derecho de propiedad privada, abolición de los 
gremios, mesta, aduanas,, señorío jurisdiccional, libertad de precios, contratación, cultivos, 
desamortización de tierras, aparición de la sociedad de clases… 
Valoración general: 
La Constitución fue verdaderamente revolucionaria y pretende poner fin al AR en lo social y lo económico. 
Modelo a seguir por otros países que quisieron contar con una suya propia como Portugal, Grecia, 
Piamonte, Nápoles o países iberoamericanos. 
Reconocimiento de libertades políticas, que no religiosas (catolicismo como religión oficial). 
El reinado de Fernando VII (1814-1833) 
Tras seis años de estancia en Francia, el rey volvió de su exilio en 1814 y es acogido con fervor popular, de ahí que 
“El Deseado” siga el consejo de El Manifiesto de los Persas y proceda a anular toda la legislación liberal de Cádiz 
(Decreto de Valencia) 
El sexenio absolutista (1814-1820) 
Uno de los problemas más graves era afrontar la difícil situación económica en que había quedado asumida la 
nación, la industria incipiente desecha, la agricultura destruida y sin dinero en las arcas. Las guerras de 
independencia de las colonias americanas, aprovechando el vacío de poder y debilidad de, privaron de salida a los 
productos peninsulares y debilitaron la balanza fiscal de la monarquía española. 
El rey persiguió toda oposición aunque tomaron forma diversos pronunciamientos liberales, donde participaban 
aquellos que sentían perjudicados por la política absolutista real. Los liberales eran los ideólogos, la burguesía de 
negocios aportaba el capital, los militares ejecutaban la acción. En cualquier caso fueron fracasando todas ellos y 
se hizo común el exilio en Francia e Inglaterra. 
 
Promulgación de la Constitución de 1812 en el Oratorio 
de San Felipe Neri de Cádiz, por S. Viniegra 
Fernando VII 
“El Deseado” 
 
Retrato de Goya 
(1815) 
①
El trienio liberal (1820-1823) 
El comandante Rafael de Riego en (I/1820) al frente de unas tropas que iban a sofocar la rebelión americana se 
levantó en Cabezas de San Juan (Sevilla) consiguiendo el respaldo nacional. El rey acepta la Constitución de 1812. 
Pero el momento ya no era el mismo y había distintas tendencias. Los Veinteañistas (exaltados) que querían 
aplicarla tal radicalmente y los Doceañistas (moderados) que querían una reforma. Se ponen en marcha las 
medidas liberales sancionadas en las Cortes de Cádiz (supresión órdenes religiosas, desamortización…) 
A continuación hay una etapa donde los exaltados realizan distintos levantamientos hasta que consiguen distintos 
puestos en la administración, logran alcanzar el poder controlando la Milicia Nacional tras un intento de 
sublevación de la Guardia Real. Se convoca por primera vez el Consejo de Ministros. 
Durante todo este tiempo el Rey conspiraba para volver al trono y sus aspiraciones son respaldadas por partidas 
realistas. Solicitó al Congreso de Verona (XI/1822) apoyo y este decidió mandar a los 100.000 hijos de San Luis 
que le repusieron en el trono. 
La década absolutista (1823-1833) – Década ominosa 
Tras su vuelta comenzó un tiempo de duras represalias antiliberales: ejecuciones públicas, depuración en el 
ejército, administración, universidades, exilio, represión de levantamientos(General Torrijos, Málaga 1831). 
A partir de 1825 comenzó una nueva serie de reformas económicas. El banco de San Carlos (actual banco de 
España), los presupuestos generales del estado, Ley de Bolsa, Ministerio de Fomento. Al final de su reinado 
comenzaron intentos de industrialización, altos hornos en Marbella, textil en Barcelona, etc. España poco a poco 
salía de la crisis. A su muerte se había recuperado de la guerra contando una población de 13,7 millones de 
habitantes. 
Políticamente la sociedad española se encontraba dividida, siendo años de desordenes y malestar incluso en el 
interior del realismo, escindido entre moderados y ultrarealistas, absolutistas radicales unidos en torno al partido 
de Don Carlos, hermano de Fernando VII (Guerra dels malcontents en Catalunya, 1827) 
Origen del problema sucesorio (1829-1833) 
En 1829 el rey contrajo matrimonio con María Cristina de Nápoles (hasta ese 
momentos su hermano Carlos María Isidro era el único sucesor a la corona). En 
Marzo del 1830 promulga Pragmática sanción que deroga la Ley Sálica, vigente 
desde los tiempos de Felipe V, por la que se excluía a las mujeres del trono y en 
octubre nace la futura reina Isabel II. El infante Carlos no acepta la pragmática y 
es expulsado de España aunque no renuncia al trono aún a riesgo de una guerra 
civil. 
En 1832 se inicia la Regencia de María Cristina con una alianza con los sectores 
liberales para garantizar el trono a su hija infanta que heredará el trono en 1833 
a la edad de 3 años. El infante Don Carlos deberá esperar mejor ocasión y 
opondrá resistencia gracias a los ultrarealistas o absolutistas carlistas. 
 
 
 
General Rafael 
Riego (1785-1823) 
Ejecución en la playa de San Andrés de Málaga del 
general liberal Torrijos y de sus compañeros 
(11/XII/1931) siguiendo la orden de Fernando VII. 
Antonio Gisbert Pérez (1888) 
Carlos María Isidro 
(1788-1855) 
⑦
⑬
 
La independencia de las Colonias Americanas 
Las ideas de la Ilustración, revolución americana y francesa habían calado en 
las colonias. A esto se le sumó la derrota de España en Trafalgar y la dejadez 
en la política de las colonias debido a la guerra de la Independencia. 
Los terratenientes criollos se oponían al monopolio ejercido por España y se 
sentían menospreciados al ser postergados continuamente de los altos cargos. 
Por el contrario, la reforma que les había integrado en el ejército les preparó 
para rebelarse en los momentos de lucha que habían de venir. 
Las etapas de la independencia 
Vacío de poder peninsular entre 1808 y 1814: se formaron Juntas que 
apoyaban al poder central igual que paso en España y se opusieron a 
José I Bonaparte. Gradualmente los criollos postularon su creciente 
autonomía mediant3e la articulación de movimientos 
emancipadores. Se inician enfrentamientos entre leales e 
independentista en Nueva Granada y Río de la Plata. Aún así, el 
encaje descentralizador y la liberalización económica dentro de la 
Monarquía Española según la propuesta de la Constitución de 1812 
era del agrado general de la burguesía criolla. 
Generalización de las Guerras de independencia entre 1814 y 1824: 
durante el reinado de Fernando VII se combatió contra los 
independentistas americanos, entre los que destacaron el general San 
Martín y Simón Bolívar, líderes criollos que recibieron ayuda de 
Inglaterra y Estados Unidos y aprovecharon la debilidad militar 
peninsular durante el Trienio Liberal. El triunfo en 1824 en la batalla 
de Ayacucho fue decisivo: independencia de Perú y Bolivia. En 1824 
solo quedaban en manos españolas Cuba, Filipinas, Guam y Puerto 
Rico 
Nuevas repúblicas: A la hora de formar una forma de gobierno había 
partidarios de la monarquía aunque prevaleció el republicanismo. Los 
proyectos de unificación continental fracasaron por luchas internas y disputas 
fronterizas. En general no fue posible consolidar regímenes democráticos ni 
constitucionales. 
Conceptos generales del tema 3 
Afrancesados (4) 
Juntas (50) 
Guerrilla (43) 
Guerra de guerrillas (44) 
Milicia Nacional (64) 
Pronunciamiento (78) 
Carlismo (15) 
TEMA 9 EL SEXENIO DEMOCRÁTICO Y LA RESTAURACIÓN (1868-1902) 
Período caracterizado por el tránsito del liberalismo moderado hacia un régimen progresista y democrático que no logra 
sustentarse de manera sólida. 
Durante el sexenio democrático se vivió en España una profunda inestabilidad en la que se ensayaron cuatro formas de 
gobierno: dos regencias, un gobierno provisional, una monarquía constitucional y una república. Un golpe de estado 
concluirá con esta y dará de nuevo paso a la monarquía de Alfonso XII. 
Período de la Restauración cimentará el turnismo, alternancia pacífica de los dos grandes partidos nacionales, el liberal y el 
conservador, como expresión conjunta del poder del caciquismo y la oligarquía. 
El sexenio democrático (1868-1874) 
Contexto convulso del final del reinado de Isabel II 
Prácticas dictatoriales del gobierno de Narváez (1866-68) y González Bravo (1868), críticas de intelectuales (Giner 
de los Ríos, Moret o Castelar) desde las universidades y ateneos y prensa escrita, crisis en la industria textil y en la 
construcción de FFCC que provocarán el hundimiento de las bolsas, quiebra de empresas y un grave problema 
hacendístico, malas cosechas y problemas de subsistencias. El descontento general estimuló a los grupos liberales 
como intelectuales, militares y clases populares hasta unirse para destronar a Isabel II. Se alcanza el acuerdo en el 
Pacto de Ostende (1866). 
La revolución de 1868 
El 17 de Septiembre de 1868 las tropas del almirante Topete se sublevan en Cádiz, a lo que siguen levantamientos 
en Cataluña, Andalucía y Valencia gracias a los llamamientos a la creación de Juntas revolucionarios de Sagasta, 
Ruiz Zorrilla y Prim. Las tropas sublevadas al mando del general Serrano se enfrentan a las tropas realistas de el 
general Pavía en la batalla de Alcolea (28/IX/1868) y las vencen. La reina Isabel II abandona España sin abdicar. 
Tras la huída de la reina se formó un gobierno provisional dirigido por el general Serrano en cualidad de regente y 
formado por progresistas y unionistas. El programa revolucionario incluía entre otras cosas la supresión de 
quintas, la eliminación del impuesto de los consumos (muy antipopular), libertad de prensa y juicios por jurados. 
Serrano promulga una ley electoral que establece el sufragio universal masculino, secreto y directo y convoca 
Cortes Constituyentes. 
La constitución de 1869 
Estaba imbuida de ideología liberal de carácter democrático, consagrando la soberanía popular, la monarquía 
parlamentaria como forma de Estado, aunque limitaba el poder del rey. El Legislativo asumía todas las 
atribuciones de creación de leyes. El Ejecutivo recaía en el Consejo de Ministros. El Legislativo era bicameral. Se 
establece inviolabilidad del correo, libertad de residencia, expresión, ideas, de imprenta, de enseñanza y de culto, 
el derecho de reunión y asociación pacífica. 
Las Cortes relegan a la monarquía a un papel secundario, y junto a las libertades impulsan el desarrollo del 
sindicalismo y la apertura del sistema político a nuevas corrientes ideológicas vinculadas al movimiento obrero 
(marxismo, anarquismo). 
 
 
Isabel II camino del exilio 
Alegoría de La Gloriosa 
La regencia de Serrano (1869-1871) 
A falta de monarca la Regencia la comenzó Serrano con Prim como jefe de gobierno. Ambos querían frenar el 
intervencionismo del Ejército mientras buscaban un rey para España. Esta búsqueda debilitó al nuevo régimen al 
que atacaron los carlistas que tenían su candidato, así como los alfonsinos y también los republicanos. Candidatos 
diversos: 
Duque de Montpensier, apoyado por los militares unionistas. 
Fernando de Coburgo, apoyado por progresistas y demócratas en pos de una Unión Ibérica con Portugal. 
Leopoldo de Hohenzollern, desencadenante de la guerra Franco-Prusiana de 1870. 
Amadeo de Saboya, hijo de Victor Manuel III rey de Italia, propuestopor Prim. 
Las Cortes se decidieron por Amadeo de Saboya. Cuando el rey desembarcó en Cartagena se enteró que su 
principal valedor había sido asesinado, el general Prim. 
La monarquía de Amadeo de Saboya (1871-1873) 
Demostró ser un rey respetuoso con la Constitución pero sufrió la pérdida progresiva de los apoyos con los que 
contaba y quiso apoyarse en los grupos más moderados, procurando unir a su causa a unionistas, progresistas y 
demócratas. 
El contexto no podía ser más desfavorable: los terratenientes que temían por sus privilegios, el alto clero, el bajo 
clero que apoyaba a los carlistas en pie durante la Tercera Guerra Carlista (1872-76), el problema de Cuba (Guerra 
Grande, 1868-78), el avance organizado del movimiento obrero y la división de sus partidarios tras la muerte de 
Prim. En apenas dos años hubo tres elecciones y seis gabinetes. Un problema con los oficiales de artillería le sirvió 
como excusa para abdicar (11/II/1873). Sin otra solución las Cortes se reunieron en Asamblea Nacional y se 
proclamó la 1ª República. 
La primera república (1873-1874) 
Las aspiraciones iniciales de la República eran altas: para los intelectuales debía de traer libertades y avance 
económico, para los campesinos reparto de tierras y para los trabajadores urbanos mejores salarios y condiciones 
de vida así como un cambio drástico en la sociedad. Su primer presidente electo fue Estanislao Figueras, se 
encontró con los mismos problemas que el rey anterior y que solo contó con el apoyo de los republicanos 
federales y radicales. En pocos días se alzaron movimientos de Juntas Revolucionarias en el país que proponían 
una articulación federal del País, se destituyeron ayuntamientos y las Diputaciones catalanas acordaron la creación 
del Estat Català. 
La necesidad de una constitución republicana instó a la convocatoria de elecciones generales en mayo de 1873. 
Estas otorgaron el poder a Francisco Pi y Margall en las nuevas cortes constituyentes que habían de dar a luz una 
nueva república federal. Las medidas previstas eran ambiciosas: 
Reforma agraria (expropiación de fincas sin cultivar) 
Reducción jornada laboral a las 9 horas y salario mínimo (6 reales) 
Prohibición de trabajo infantil en edad escolar y protección de las mujeres en los trabajos industriales 
Formación de jurados mixtos para conflictos laborales 
Amadeo I de España (1871-1873) 
Alegoría de la Primera República (1873) 
A la oposición de los terratenientes y las clases acomodadas, monárquicos alfonsinos y carlistas levantados en 
Catalunya, Maestrazgo y Navarro, País Vasco habrá que unir la enorme agitación social y una huelga general 
internacionalista y el inicio de un proceso acelerado de cantonalismo en Andalucía y Levante. El estallido se 
incrementó aún más a raíz de la caída del presidente el 18 de julio de 1873. Su sucesor, Nicolás Salmerón, dio por 
terminadas los buenos modos y recurrió al ejército. Pero ante su repulsa a firmar penas de muerte dimitió en 
Septiembre sucediéndole Emilio Castelar que dio un giro conservador a la República. Este era necesario porque la 
situación en Cuba, apoyado por EEUU, las tropas sublevadas hostigaban a los españoles recrudeciendo una guerra 
que durará hasta 1878. 
Nuevamente un militar, el general Pavía entró con sus tropas en el Congreso disolviéndolo (3/I/1874). Se creó un 
gobierno de emergencia dirigido por el general Serrano, que contará con el beneplácito de los republicanos 
unitarios y los conservadores. Suspensión de las garantías constitucionales, represión de los internacionalistas, 
cantonalistas y carlistas (levantamiento del cerco de Bilbao del pretendiente Carlos). Tras cinco años de 
inestabilidad impera el orden manu militari. 
Mientras tanto Antonio Cánovas del Castillo, jefe del partido monárquico Alfonsino conservador, movió los hilos 
para que el hijo de la reina Isabel II regresara a España con el fin de restaurar el orden a través de una monarquía 
constitucional. 
La Restauración (1875-1923) 
El programa político de La Restauración quedó recogido en el Manifiesto de Sandhurst. En diciembre de 1874 
desde la academia militar donde estaba, Alfonso de Borbón divulgó el manifiesto que le presentaba como un 
príncipe católico, español, constitucional, liberal, deseoso de servir a la nación y dispuesto a integrar a todos los 
partidos al margen de sus antecedentes. 
A finales de mes el general Martínez Campos (29/XII/1874) proclamaba a Alfonso de Borbón como rey Alfonso XII 
de España, siendo la ingdiferencia la que acompaño la llegada del nuevo régimen, sólo discutido brevemente por el 
propio general Serrano, que entonces luchaba en el norte contra los carlistas. La victoria militar de la Tercera 
Guerra Carlista fue el primer objetivo del gobierno monárquico de Cánovas, lográndose la toma de la Seu d’Urgell 
(VIII/1875) y Estella (II/1876) gracias al empuje de Martínez Campos y Primo de Rivera, respectivamente. La 
articulación de la Unión Católica como aglutinante conservador para la atracción de antiguos carlistas resultó 
igualmente decisiva en esta política de pacificación. El pretendiente Carlos VII, Don Carlos María de Borbón que 
fueran nieto de Carlos María de Borbón, ha de huir a Francia. 
La constitución de 1876 
Continuación del liberalismo moderado (Estatuto Real de 1834, Constitución de 1845) fue redactaba por una 
Asamblea de Notables presidida por Alonso Martínez 
Monarquía parlamentaria: el rey y el parlamento compartían soberanía, el monarca era la autoridad 
suprema del Ejército y depositaba su confianza en un político para formar gobierno mediante la 
prerrogativa regia que le permitía arbitrar el sistema de partidos y convocar elecciones. 
Estructura bicameral (Senado y Congreso de los Diputados) 
Estado confesional católico y libertad de culto en el ámbito privado 
La ley electoral de 1878 reimplanta el sufragio era censitario (hasta 1890 el sufragio no fue universal masculino). 
 
Caricatura. El 3 de enero de 1873 el general Pavía 
desaloja las cortes de la República y se inicia la 
“Dictadura” de Serrano 
Caricatura. El general Martínez Campos 
preparando la restauración borbónica, pintando 
el cuadro de Alfonso XII. 
El sistema político de La Restauración 
El principal problema decimonónico había sido la gobernabilidad del país, siendo Canovas del Castillo el artífice de 
un sistema que será duradero y que a partir de la Constitución de 1876 se sustentará en la dinámica del turnismo: 
pacto pacífico para turnarse en el poder entre los dos partidos más importantes, el conservador, del cual era líder, 
y el liberal encabezado por Sagasta. 
Así, dos grandes partidos integrarían a todos los grupos políticos de la etapa anterior, los conservadores a los 
carlistas y los liberales integraban desde progresistas a republicanos. Ambas formaciones estaban dominadas por 
una serie de notables y el control del sistema electoral en manos del Ministro de Gobernación y de los distintos 
jefes nacionales y provinciales de los partidos dinásticos, se garantizaba mediante: 
Encasillado: acuerdo negociado de reparto a priori de los distintos distritos y circunscripciones electorales 
Caciquismo: personaje ligado a las oligarquías locales que garantizaba los votos necesarios en el acuerdo 
Pucherazo: violencia y/o falsificación de actas si la ocasión lo requería 
Los 55 años de régimen de Restauración coincidirían con el afianzamiento del capitalismo y burguesía. Así, un 
neofeudalismo político contemporáneo (caciquismo) apenas permitiría la representación de una sociedad 
fundamentalmente rural y aún analfabeta. 
El reinado de Alfonso XII (1875-1885) 
Lo más importante fue el pacificar un país de las dos guerras con las cuales se desangraba desde 1868, la carlista y 
la de Cuba: 
Tras la entrada del rey en Pamplona los carlistas en 1876 se desactivará la insurgencia carlista que 
quedará como ideología política opositora. 
La paz de Zanjón de 1878 supone la permanencia de la isla como provincia española y la abolicióntotal de 
la esclavitud. Aún así hubo quien continúo aún con la llamada Guerra Chiquita y otros, como José Martí, 
exiliado en EEUU, seguían alentando a la insurrección. 
Alfonso XII alcanzó una gran popularidad, aunque paradójicamente se recortaron algunos derechos como las 
libertades políticas, se limitaba el número de ciudadanos con derecho al voto, se limitaba por ley el derecho de 
reunión, se impedían las actividades de los movimientos obreros y la ley de imprenta sancionaba los delitos de 
prensa. Por el contrario, en su haber progresista hay que destacar la Ley de Enjuiciamiento Criminal y Civil o el 
Código de Comercio. 
Tras seis años de gobierno conservador, Sagasta llevó a los liberales al gobierno entre 1881 y 1884. Puso en 
marcha amnistías progresistas en relación a los delitos de prensa y derogó decretos conservadores que obligaban a 
ajustar los programas de enseñanza a las rígidas normas impuestas por la jerarquía eclesiástica (reintegración de 
cátedras a prestigiosos profesores vinculados a la Institución Libre de Enseñanza). Estos avances en el derecho de 
reunión y asociación, libertad de prensa y de enseñanza desagradaron profundamente a la Iglesia Católica. 
Cánovas, de nuevo en el poder desde I/1884 hace muestras de un magistral saber político y conduce el gobierno 
durante el invierno de 1885/86, cuando una epidemia de cólera invadió la península viéndose infectado el 
monarca en una visita a un hospital y falleciendo poco después (XI/1885). 
 
Cánovas y Segasta 
Personalizan el turnismo de finales del XIX 
Últimos momentos de Alfonso XII, según La Ilustración 
Española y Americana del 30 de noviembre de 1885 
X
La regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) 
La corona quedó en manos de su mujer, la reina María Cristina de Habsburgo, quien fue regente hasta la mayoría 
de edad de su hijo Alfonso, futuro Alfonso XIII. En este momento el turno alcanzó su mayor auge pues permitió la 
estabilidad del país durante un cuarto más de siglo, gracias al Pacto del Pardo (1885). 
Inicialmente fueron los liberales de Sagasta quienes ostentaron el poder a la muerte de Alfonso XII, iniciando una 
serie de profundas reformas de corte liberal: Sufragio universal masculino para mayores de 25, libertad de 
expresión y el derecho de asociación y código civil. Tras tres años de gobierno conservador de Cánovas (1890 y 
1892), vuelven los liberales en plena efervescencia anarquista, rabasaire, y se reactiva la insurrección cubana y los 
problemas en Marruecos. 
El último gobierno de Cánovas verá el nacimiento del Partido Nacionalista Vasco (1895) y el fortalecimiento del 
movimiento obrero en su vertiente más radical (anarquismo terrorista) o moderada mediante (PSOE, desde 1879 -
UGT desde 1888). Ante ello el catolicismo social intentó frenar el acercamiento de la clase obrera a la tesis 
anarquista o socialistas. Cánovas será asesinado en 1997 por un anarquista italiano mientras descansaba en un 
balneario en Mondragón (Guipúzcoa). 
Sagasta por dos veces más (1897 y 1901 respectivamente) y el conservador Silvela-Polavieja (1899-1900) 
condujeron los últimos gobiernos turnistas de la larga regencia de María Cristina de Habsburgo. 
La sociedad de la Restauración 
La renta per cápita era similar a la italiana, algo inferior a Francia y Alemania, superior a Portugal y la mitad de 
Gran Bretaña o EEUU. El crecimiento industrial era lento pero constante. Hubo un descenso de natalidad y de 
mortalidad. El incremento de tierras evitó las crisis de subsistencia, descendieron las importaciones aumentando 
las exportaciones y equilibraron la balanza de pagos. 
La construcción de 5500 kms de FFCC y la mejora de las carreteras auspiciaron la integración de las zonas rurales 
en el ámbito nacional facilitando la emigración interna. La siderurgia, construcciones navales y banca asentada en 
el País Vasco, la textil catalana y minera en Asturias crearán un espectro dinámico compuesto por una burguesía y 
un proletariado motores de las transformaciones económicas y sociales del país. En el resto del territorio la 
economía seguía siendo agraria basada en la vid, el olivo, el cereal controlada por un pequeño grupo de oligarcas. 
La guerra de Cuba y la crisis de 1898 
Tras la paz de Zanjón, que suponía el indulto y el perdón para los rebeldes, los movimientos independentistas 
reclamaron más autonomía en la gestión de la isla. EEUU, con un claro interés imperialista exigía nuevos mercados 
exteriores. El clima fue emponzoñándose hasta ser el idóneo para que el líder nacionalista José Martí iniciara un 
levantamiento (Grito de Baire o de Oriente, 24/II/1895) 
Con la llegada de Sagasta al gobierno tras la muerte de Cánovas en 1897, ser retiró al General Weyler de la 
Capitanía General y se otorgó a la isla de una Autonomía que fue ignorada por completo por los independentistas 
cubanos. EEUU intervino y un buque de su armada, el Maine, explotó misteriosamente en el Habana declarando 
por ello el presidente McKinley la Guerra Hispanonorteamericana. Al mismo tiempo se sublevaron las Filipinas. 
Tras las derrotas navales de Cavite en Filipinas y del armirante Cervera, y tras la toma de Santiago de Cuba en el 
mes de julio el ejército español se rendía (Protocolo de Washington) y se firma el tratado de Paris (VIII/1898) con 
unas condiciones vergonzosas para España: EEUU tomaba la isla de Guam, Filipinas y las Antillas. 
 
María Cristina de Habsburgo y Alfonso XIII 
El grito de Oriente /24/II/1895) inicia el proceso de 
independencia de la Isla de Cuba 
El regeneracionismo 
La pérdida tuvo unas consecuencias difíciles de pronosticar. Inicialmente la opinión pública quedó postrada ante 
un clima de pesimisms y catastrofismo, pero también el Desastre del 98 actúo como revulsivo sobre la conciencia 
nacional. Rápidamente apareció otro sentimiento de renovación y reforma que recibió el nombre de 
Regeneracionismo. En Joaquín Costa tuvo su principal ideólogo, quien pretendía acabar con el hambre y la 
ignorancia de los españoles. Este movimiento rechazaba la España decimonónica y abogaba por la modernización 
del país. A la crítica se unieron planes económicos y legislativos para controlar la inflación provocada por el coste 
elevado de la guerra: se establecieron programas de estabilización y se crearon nuevos impuestos. A su vez, la 
pérdida de las colonias provocaría un giro proteccionista en la política económica. 
 
Conceptos: 
Anarquismo (6) 
Armisticio (7) 
Autoritarismo (8) 
Cantonalismo (13) 
Carlismo (15) 
Centralismo (16) 
Federalismo (39) 
Juntas (50) 
Oligarquía (69) 
Partido demócrata español (73) 
Partido progresista español (74) 
Pronunciamiento (78) 
Quintas (81) 
República (83) 
Revolución (84) 
Sindicatos (87) 
Sufragio censitario (95) 
Sufragio universal directo (96) 
Unión Liberal (97) 
 
 
 
Joaquín Costa 
Fotografiado por Manuel Company (ca. 1894) 
TEMA 12 EL REINADO DE ALFONSO XIII 
Durante el último cuarto del siglo XIX el sistema de restauración consiguió que España viviera un periodo de estabilidad 
alejando el fantasma de las insurrecciones militares. 
Sin embargo en el siglo XX se produjo un desajuste entre el bipartidismo del régimen y el pluripartidismo de la sociedad. 
Cada vez más y mayores fuerzas políticas reclamaban una reforma integral o una sustitución del sistema. 
La distancia entre la España real y el sistema de la Restauración se acrecienta década a década y se demuestra de manera 
evidente como una construcción artifical. 
Causas de la crisis del sistema de la Restauración 
El reinado de Alfonso XIII coincide con la crisis del sistema político vigente desde la Restauración y con la extensión 
entre la clase política e intelectual de un sentimiento de regeneracionismo. Son muchas las causas de esta crisis: 
Desastre colonial de 1898. 
Desprestigio del régimen gracias a obras como Oligarquía y caciquismo como forma actual de gobierno de 
España, de Joaquín Costa (1902). 
Desaparición de los dos líderes de los partidos, Cánovas(1897) y Sagasta (1903). 
Creciente fragmentación de ambos partidos dinásticos 
Los cambios de gobierno se suceden y va en aumento la inestabilidad política. 
Aumento del protagonismo del rey que se convierte en indiscutible árbitro del sistema, predominando su 
voluntad política frente a la del parlamento. 
El sistema electoral que otorgaba un peso mayor a la España rural no puede controlar un voto libre de 
urbano ciudades que otorga representación a fuerzas políticas emergentes y contrarias al turnismo. 
Desarrollo socioeconómico: industrialización, urbanismo, aumento de la clase media y de la cualificación 
de los trabajadores, extensión de las comunicaciones y del tráfico mercantil… 
Cataluña, paradigma de la crisis política 
Cataluña fue el más claro ejemplo de la crisis política del sistema canovista. Fuerzas políticas nuevas llegaron a la 
escena política: 
Por una parte la Lliga Regionalista que representaba al catalanismo de la burguesía empresarial. 
Por otra el republicanismo de Alejandro Lerroux, popular inicialmente entre las clases trabajadores si 
bien su carácter anticatalanista acabó por marginarle. 
El incidente del Cu-Cut! y la aprobación de la Ley de Jurisdicciones (1905) que juzgaba por la jurisdicción militar las 
ofensas contra el Ejército hechas a través de la prensa, puso en evidencia la injerencia militar en la vida civil y 
popularizó el catalanismo entre las clases populares. La creación en 1907 de Solidaritat Catalana como partido de 
integración catalanista que obtiene una aplastante victoria en las elecciones de 1907 supone el fin del turnismo en 
Catalunya. En Valencia triunfó el republicanismo de Blasco Ibañez y en Madrid fuerzas nuevas también opuestas al 
turnismo tuvieron cada vez más peso. 
 
Alfonso XIII 
Retrato vestido de gala 
El gobierno largo de Maura y la Semana Trágica 
Durante un tiempo, Antonio Maura, político brillante y gran orador, logró aglutinar en torno a sí al partido 
Conservador con un programa que consistía en la llamada revolución desde arriba. 
Durante los años 1907 a 1909 se intentó aplicar un amplio programa de reformas como la ley electoral de 1907, 
renovación de las administraciones locales, programa anticaciquil consiguió algún rechazo pero en cualquier caso 
pareció que lograba estabilidad. Pero a consecuencia de un reclutamiento forzoso en Cataluña para ir a defender 
unas minas cerca de Melilla de los ataques de las cabilas marroquíes se produjo un de los momentos de mayor 
crispación totalmente inesperado, conocido como Semana Trágica. El Gobierno sofocó con dureza la insurrección 
con penas de muerte. Los liberales que deseaban de nuevo el poder no tuvieron en cuenta las reglas del turnismo 
y jalearon la unión con los republicanos para derrocar a Maura. El rey retiró su confianza a Maura que se sintió 
traicionado al haberse roto el tradicional turno pacífico entre partidos. 
Los liberales. El gobierno de Canalejas 
En las filas liberales hubo una gran división interna con fracciones lideradas por Moret y Montero Ríos. La etapa 
más prolongada la protagonizó José Canalejas con un amplio programa de reformas fiscales, laborales y sociales y 
otras de carácter democratizador. También una nueva Ley de Reclutamiento que instauraba el soldado de cuota. 
Suprimió el Impuesto de consumo. La ley más antipopular fue la Ley del candado que paraba la expansión de las 
órdenes religiosas. Su asesinato supuso el fin de los intentos de renovación del sistema desde dentro. 
Nuevas fuerzas políticas complican el panorama político 
A partir de 1913 el panorama político se complicó. Los dos partidos dinásticos acabaron por descomponerse. Entre 
los liberales destacaron los grupos liderados por Romanones, García Prieto o Santiago Alba. Entre los 
conservadores frente a los seguidores de Eduardo Dato se situaron los mauristas. Más a la derecha estaban los 
carlistas o tradicionalistas. 
Otras fuerzas dejaron sentir su influencia. Además del catalanismo de La Lliga de Prat de la Riba y Francesc 
Cambó, el nacionalismo vasco representado por el Partido Nacionalista Vasco de Sabino Arana en sus dos ramas, 
la moderada y la radical. 
Mención aparte merecen los partidos obreros representados por el socialismo y el anarquismo y también el 
republicanismo. Pero en España el movimiento obrero se caracterizó por la debilidad del socialismo frente al 
anarquismo. En 1910 se fundó la Confederación Nacional del Trabajo, CNT, rival principal de la UGT socialista. 
La muerte en atentado de Canalejas en 1912 puso fin al último intento de renovar el sistema de desde dentro. 
El impacto de la I Guerra Mundial 
El gobierno adoptó una posición neutral aunque la opinión pública estaba dividida entre germanófilos y aliadófilos. 
Las derechas, la Iglesia y ejército así como la nobleza estaban a favor de las potencias centrales, mientras que las 
izquierdas eran favorables a Francia e Inglaterra. 
España aprovechó su neutralidad para abastecer a los contendientes. Esto generó inmensos beneficios para la 
burguesía mientras que para la clase trabajadora veía descender su nivel de vida, escaseaban artículos porque se 
vendían en Europa donde se pagaban mejor. 
En 1916 los dos sindicatos obreros, UGT y CNT, instaron al gobierno a arreglar la situación con la amenaza de una 
huelga general. 
Antonio Maura 
(1853-1925) 
José Canalejas 
(1854-1912) 
Setmana Trágica de Barcelona 
(28/VII – 2/VIII de 1909) 
 
La crisis de 1917 
Los militares crearon unas Juntas de Defensa por su estado económico y social de clara orientación sindical 
desafiando la orden del gobierno de disolverse. 
Al desafío militar y obrero se unió la Lliga Regionalista de Cambó que convocó una Asamblea de Parlamentarios 
con el fin de emprender un cambio político de corte federal. 
Este desafío simultáneo en tres frentes supuso una grave amenaza para la estabilidad de la monarquía. El 
presidente del Consejo, Eduardo Dato, reaccionó dando parte de lo que querían a los militares por lo que cuando 
ordenó a estos que actuaran contra la huelga general lo hicieron con gran dureza. 
Cambó dio marcha atrás en su iniciativa de cambio y llamado por el rey aceptó formar parte de la élite gobernante 
incorporándose a un gobierno multipartidista donde los catalanistas tenían dos carteras. 
Nuevos factores de crisis. El problema de Marruecos y el desastre de Annual 
El viejo sistema canovista no respondía ya a la realidad del país. Todas las fuerzas políticas sufrieron escisiones y 
rivalidades internas que las debilitaron. El éxito de la revolución rusa aumentó en la clase obrera la expectativa de 
una pronta revolución y fue respondida por la patronal mediante cierres y despidos masivos (Lock-out) La 
reprensión huelguística no aminoró los conflictos. Hubo entre 1919 y 1921 tres años de agitación social y laboral 
ininterrumpida en Andalucía. La lucha sindical acabó en simple terrorismo donde murieron personajes como 
Eduardo Dato, Salvador Seguí el líder del sindicalismo moderado o el arzobispo de Zaragoza. La represión estatal 
impuso una política de terrorismo policial. 
A los problemas nacionalistas y obrero vino a sumarse un nuevo conflicto: Marruecos. La colonización de 
Marruecos se convirtió para España en un dolor de cabeza pues los costes en vidas humanas y dinero eran 
mayores que los beneficios económicos obtenidos. España mandó al general Silvestre al mando de las tropas para 
acabar con los insurrectos pero estos, debido a la precipitada conquista del Rif, contraatacaron en Annual 
provocando más de 12.000 bajas en el ejército español, entre ellos el propio general. Esto evidenció la falta de 
preparación, ineficacia y corrupción del ejército. La impopularidad de la guerra enfrentó también a las clases 
populares contra el sistema político. 
El último gobierno constitucional culminó la operación de rescate de los prisioneros previo pago de 4 millones de 
pesetas. El ejército consideró esto una afrenta a su honor. La presión de instituciones como el ejércitoo la Iglesia 
era demasiado fuertes y el gobierno muy débil para acometer la imprescindible tarea de transformar el sistema. 
 
Conceptos: 
Acción directa (3) 
Lucha de clases (54) 
Mano negra (56) 
Oligarquía (69) 
Partido político (72) 
Protectotorado (80) 
 
Julio de 1921 – Desastre de Annual 
Retroceso a la frontera colonial de 1909 
12.921 soldados españoles muertos ante las 
tropas rifeñas de Abdelkrim 
TEMA 13 LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA 
La Dictadura acabó siendo un periodo de seis años en el que cambiaron tanto las cosas que después resulto 
imposible volver a la normalidad anterior. Las ideas y teorías sociopolíticas que se discutieron esos años influyeron 
decisivamente en la configuración de las derechas en las siguientes décadas, en la II república y en el franquismo. 
 
El golpe de Estado 
El golpe no era inevitable pero dada las circunstancias de grave crisis nacional favorecían la opción de la dictadura 
militar. 
El clima era favorable a una intervención militar en la vida política. La toma del poder de Mussolini en Italia en 
1922 servía de ejemplo y hasta el rey no lo veía con malos ojos. 
El golpe se llevó a cabo son suma facilidad y sin derramamiento de sangre. No hubo protestas excepto por los 
anarquistas de la CNT. El Manifiesto de Primo de Rivera era tan ambiguo como para atraer a diversos sectores 
sociales. 
 
El directorio militar 
La dictadura se planteó como un paréntesis. Se suponía que una vez extirpados los males del país-caciquismo, 
terrorismo, desorden público, guerra de Marruecos, nacionalismos- los militares, recuperado el enfermo, volverían 
a los cuarteles. 
En la primera etapa se formó un gobierno llamado Directorio militar compuesto por ocho generales y un almirante 
sin formación política. El protagonismo absoluto era del presidente encarnado por Miguel Primo de Rivera. Se 
disolvieron todos los ayuntamientos y persiguió a los antiguos funcionarios acusados de corrupción. Se creó la 
figura de los delegados gubernativos para inspeccionar la gestión municipal. La labor de descuaje del caciquismo 
duró poco tiempo y fue poco efectiva. El Estatuto Municipal de 1924 no se aplicó. 
El problema de orden público sí se soluciono rápidamente debido a medidas represivas pero también debido a la 
disolución de la CNT. 
Al problema de los nacionalismos periféricos impuso el dictador una política represiva. El Estatuto Provincial 
tampoco llegó a aplicarse. Estas cuestiones hicieron que el catalanismo moderado que había visto con buenos ojos 
a la dictadura se desencantase de ésta mientras que el radical adoptaba la postura independentista. 
 
La resolución del conflicto marroquí 
Primo de Rivera había llegado al poder con la promesa de la resolución del problema marroquí. Concibió la idea de 
infringir un duro golpe al prestigio de Abd-el-Krim realizando el desembarco en Alhucemas. No obstante intentó 
negociaciones de paz con el caudillo rifeño ofreciéndole una amplia autonomía e importantes subvenciones 
españolas que no fueron aceptadas. Abd-el-Krim atacó a los franceses y estos ofrecieron a España una 
intervención conjunta que se desarrolló en el desembarco de Alhucemas en septiembre de 1925. La guerra 
terminó lo que constituyó el mayor triunfo de la dictadura y del propio general Primo de Rivera que había llevado a 
cabo las operaciones. 
El intento de institucionalización del régimen dictatorial 
El general lo intentó a finales de 1925. Se cambió el Directorio militar por un Directorio civil intentando el general 
el relanzamiento del partido Unión Patriótica. El otro pilar para consolidar el régimen fue la Asamblea Nacional 
Consultiva que no consiguió reunirse hasta finales de 1927 y que tuvo como principal objetivo la elaboración de un 
proyecto constitucional una vez que se vio que no se volvería a la Constitución de 1876. 
En la política exterior también se vio este intento. El general decidió exigir la incorporación de la ciudad 
internacional de Tánger al protectorado español y la obtención de un puesto permanente en el consejo de la 
Sociedad de Naciones o abandonaba este. No fue escuchado y España lo abandonó pero volvió dos años después 
aunque con una modesta mejora en Tánger. 
 
La política económica y social de la dictadura 
La Dictadura fomentó las obras públicas con grandes planes de carreteras, FFCC, pantanos, canales y puertos. Se 
impuso una política de nacionalismo económico a ultranza y dirigismo estatal que se tradujo en la concesión de 
subsidios a grandes empresas, incentivos a la exportación, fuerte proteccionismo arancelario y nacionalización de 
industrias (se creó CAMPSA). El dictador buscó un entendimiento con los socialistas que optaron por ser 
pragmáticos y aceptaron colaborar. 
Emprendió muchas medidas de política social aumentando los gastos de educación, sanidad, viviendas baratas 
para obreros, protección de la emigración. Fue un periodo de paz social. 
 
Conspiraciones contra la dictadura y pérdida de apoyos 
La actividad fue de los anarquistas y catalanistas radicales. Más serias y coordinadas resultaron las iniciativas 
insurreccionales protagonizadas por viejos políticos dinásticos apoyados por jefes militares. La intentona conocida 
como Sanjuanada, noche de San Juan de 24 de junio de 1926, aunque no pasó de ser un conato fue la primera que 
reunía a importantes sectores del país, políticos y militares. Muchos líderes de los viejos partidos adoptaron una 
postura de oposición frontal a la dictadura. Algunos de ellos, sintiéndose traicionados por el rey, derivaron a 
posiciones republicanas y antimonárquicas. 
En 1926 el dictador fue perdiendo apoyos paulatinamente en parte por sus propias vacilaciones y errores. La 
imprescindible reforma del ejército le granjeó la enemistad de algunos cuerpos como el de Artillería. 
Otro sector contrario fue el intelectual de enorme peso en la vida pública. Los socialistas se negaron a incorporarse 
a la Asamblea Nacional. 
Primo de Rivera expulsó de la universidad a un representante de la oposición estudiantil que provocó graves 
incidentes estudiantiles y el cierre de las universidades de Madrid y Barcelona. 
A mediados de 1928 los sectores que inicialmente le habían apoyado le dieron la espalda pues sus expectativas no 
habían sido cubiertas. La razón fundamental de su fracaso fue la incapacidad para articular un proyecto de 
recambio del Régimen de la Restauración. El proyecto político alternativo al parlamentarismo liberal fue siempre 
difuso. 
A este fracaso hay que unir la crisis económica que empezaba ya a hacer mella en la sociedad española puesto que 
el año de la gran depresión se acercaba. 
Alcalá Zamora (luego Presidente de República) y otros 
acusados de la Sanjuanada de 1926 a la entrada del juicio. 
La caída del dictador 
El dictador reaccionó ante las revueltas intensificando las medidas represivas. Pero nunca fue cruel con sus 
enemigos. Al contrario, la ausencia de violencia y carácter benévolo del régimen fue uno de sus rasgos que lo 
separaban del fascismo. Fue, por tanto, régimen autoritario pero no fascista. 
A finales de 1930 presentó su dimisión exiliándose en Paris donde falleció meses después. Su régimen acabó sin 
derramamiento de sangre. 
 
El hundimiento de la monarquía (1930-1931) 
Al apoyar a la dictadura la suerte del rey estaba unida a la misma. Tras la dimisión de Primo de Rivera el rey quiso 
retornar a la Constitución de 1876 y encargó gobierno al general Dámaso Berenguer. 
 La opinión política se polarizó. Entre los partidarios de la república había antiguos monárquicos como Miguel 
Maura y Niceto Alcalá Zamora que fundaron en 1930 la Derecha Liberal Republicana. 
En cambio los partidarios de Primo de Rivera radicalizaron su postura antiliberal en un proceso de fascistización 
representada por la Unión Monárquica Nacional. Berenguer fue incapaz de enderezar la situación política y dimitió 
siendo sustituido por el almirante Aznar quien convocó elecciones empezando por las municipales conla idea de 
volver a la normalidad constitucional. 
Estas elecciones municipales dieron el triunfo a los republicanos en la mayor parte de las capitales de provincia 
el 12 de abril de 1931. El 14 de abril fue izada la bandera republicana y el rey partió al exilio con la absoluta 
indiferencia del ejército y aristocracia. 
 
TEMA 16 LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936) 
La victoria de las izquierdas y la caída de la monarquía demostraba que el pueblo español podía regirse por sí 
mismo. 
La crisis económica de 1929 afectó a nuestro país menos que a otros sin embargo lo suficiente para hacer inviable 
el régimen republicano y comprometer su éxito final. 
El Gobierno provisional 
El día 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República y el Rey abandonó el país. El gobierno provisional que 
se hizo cargo del país estaba formado por personas de diverso talante y significación. Niceto Alcalá Zamora ocupó 
la presidencia y Miguel Maura se hizo cargo del Ministerio de Gobernación. La figura más destacada fue Manuel 
Azaña como ministro de la Guerra, también había tres ministros socialistas: Indalecio Prieto, Largo Caballero y 
Fernando de los Ríos. 
A finales de junio de 1931 se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes que supusieron un triunfo de la 
izquierda mientras que las derechas tuvieron una representación muy inferior a su fuerza dentro de la sociedad. La 
primera tarea era crear una Constitución. 
La constitución de 1931 
Era intensamente democrática e idealista. En ella se definía al régimen como una república de trabajadores de 
todas las clases. Se regulaban los derechos sociales y el de voto de la mujer. Pero tenía algunos defectos como la 
presidencia que era demasiado débil frente a las Cortes. Pero el más grave era que no fue consensuada por las 
fuerzas políticas. Definía un Parlamento unicameral. Sólo existía un Tribunal de Garantías Constitucionales. El 
Presidente de la República era elegido por un período de seis años. 
El bienio reformista (1931-1933) 
En diciembre de 1931 Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República y durante dos años Manuel Azaña fue 
el presidente del Gobierno en una alianza entre republicanos de izquierda y socialistas. El prestigio de Azaña nació 
de la reforma del ejército. Se promulgó la Ley del retiro de la oficialidad. Aún así hubo sectores de los más 
valiosos que se sintieron heridos por ellas. 
La cuestión religiosa fue la que más enemigos se creó. Era imprescindible la separación entre Iglesia y el Estado y 
libertad de cultos, pero la reforma fue hiriente para los católicos porque suprimiría la enseñanza de las órdenes 
religiosas. 
Se consiguió solucionar el problema autonómico catalán mediante un Estatuto llamado de Nuria que preveía una 
serie de competencias para el gobierno de la Generalitat. Sin embargo al problema vasco no se le dio ninguna 
solución a pesar de haber dos proyectos de estatuto distintos. 
De las reformas sociales la de la agricultura fue la mayor de todas. La Ley de Reforma Agraria que se planteó se 
encomendó su aplicación al Instituto de Reforma Agraria sin embargo fue una reforma fracasada y de 
consecuencias muy graves para el gobierno. Se realizaron una serie de reformas laborales dirigidas a la mejora de 
condiciones del trabajador. Durante este régimen no hubo un plan para la lucha contra el paro sin embargo sí uno 
de obras públicas. Es necesario mencionar las reformas educativas sobre todo en la gestión primaria creándose 
unas 10.000 escuelas. Una muestra de que la república quería que se extendiese la cultura fueron las misiones 
pedagógicas. Los adversarios del presidente del gobierno estuvieron tanto en la extrema derecha como izquierda. 
La extrema derecha monárquica preparó conspiraciones militares como la de agosto de 1932. Los anarquistas se 
sublevaron tres veces desde 1931 a 1933. 
En el balance del primer bienio hay que señalar algunas reformas como la militar, cuestión catalana, el trato 
injusto a la iglesia, reforma agraria fracasada, reforma educativa. Etc. En cualquier caso el ansia reformista es 
superior a cualquier tiempo en España. 
El segundo bienio 
Azaña fue derrotado en unas elecciones que tuvieron lugar el mes de noviembre de 1933. En ellas la derecha 
católica tuvo 200 diputados, el centro 160 y 100 las izquierdas. Las principales fuerzas en el Parlamento eran la 
CEDA y los radicales de Alejandro Lerroux. La posibilidad de colaboración de estas dos fuerzas era muy limitada ya 
que diferían en puntos importantes. Desde 1933 a 1934 los gobiernos fueron exclusivamente radicales pero en 
octubre de 1934 la CEDA obtuvo tres carteras en el gobierno lo que supuso agrios debates entre las izquierdas. 
 
La revolución de octubre de 1934 
Los grupos republicanos de izquierda protestaron acerbadamente ante la entrada de la CEDA en el gobierno 
aunque los miembros de la misma eran demócratas y contribuyeron mucho más a consolidar el régimen que a 
destruirlo. Hubo una huelga pero no tan grave como para impedir la formación del gobierno. 
Donde tuvieron especial relevancia fue en Asturias y Cataluña llegando incluso Lluis Companys a declarar la 
república catalana. Los sucesos de Asturias fueron una auténtica revolución social. Fue necesario recurrir a una 
verdadera ocupación para derrotar a los rebeldes siendo las pérdidas humanas de unas 1500 personas. Las 
consecuencias fueron graves. La sublevación estuvo mal organizada pero su estallido creó una herida difícil de 
cerrar. La izquierda demostró su impaciencia y falta de confianza en sí misma olvidando los procedimientos 
democráticos. 
Las dificultades crecientes entre el presidente de la república y la coalición gobernante explican en buena medida 
la esterilidad de esta etapa. 
El balance del segundo bienio es negativo por su esterilidad e inestabilidad que por su carácter reaccionario. 
 
Las elecciones del Frente Popular 
Era la última oportunidad para la II República. Las elecciones de 1936 fueron concurridas por un Frente Popular 
que agrupaba a la totalidad de fuerzas de la izquierda sin embargo las derechas estaban divididas y con el sabor 
amargo de una gestión estéril anterior. Los resultados de las elecciones de 1936 fueron una sorpresa mostrando 
una igualdad entre las derechas, el Frente popular y el centro. 
El electorado había mostrado su predilección por los candidatos más moderados de cada candidatura, lo que sirve 
para explicar el triunfo del Frente Popular ya que se presentaba como más moderado que la derecha. 
Enseguida el gobierno del Frente Popular experimenta dificultades. La destitución del Presidente de la II República 
en abril de 1936 o el reparto de escaños en las Cortes al margen de criterio de imparcialidad dieron argumentos a 
los conspiradores, pero lo peor fue la elección de Manuel Azaña como Presidente de la II República. Como jefe de 
gobierno fue nombrado Santiago Casares Quiroga que se mostró impotente al desarrollo de los acontecimientos. 
La pendiente hacia la Guerra Civil. 
El creciente desorden público fue una de las causas del colapso del régimen. Se produjeron ataques a la Guardia 
Civil, quema de iglesias, huelgas, luchas internas entre socialistas y anarquistas, ocupación de tierras que 
decidieron que la derecha moderada se inclinara para la sublevación. Sin embargo el detonante fue el asesinato 
del líder de la derecha Calvo Sotelo el día 13 de julio a manos de guardias de asalto. 
El mayor elogio que puede hacerse de la II República consiste en lo que quiso ser. Nunca hasta entonces España 
había tenido un régimen de gobierno más parecido a la de la actual Europa occidental. España tenía en esos años 
el suficiente desarrollo como para tener un gobierno democrático pero no para conservarlo de forma estable. 
Lo más grave fue que los partidos se polarizaron hacia los extremos. 
TEMA 17 LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939) 
La guerra civil ha sido la única ocasión en que nuestro país ha sido protagonista de la Historia en el sigloXX. 
Tras la victoria del Frente Popular había grupos de derecha e izquierda que estaban dispuestos a acabar con 
instituciones republicanas mediante un acto de violencia. Fueron los primeros quienes lo intentaron pero 
auspiciados por las izquierdas y su violencia gratuita. 
El más importante de los conspiradores fue Emilio Mola en Pamplona. La realidad es que el gobierno tomó 
medidas para evitar que se produjera la sublevación, iniciándose ésta en Marruecos en 17 de julio. Dos días más 
tarde asumió Franco el mando pasando el alzamiento a la península un día antes, el 18 de julio. 
En Navarra y Castilla la Vieja regiones católicas y conservadores por excelencia el general Mola desempeñó un 
papel decisivo y los sublevados obtuvieron fácilmente la victoria. El balance de esos tres días es que España quedó 
dividida en dos. El general Mola había intentado un golpe de fuerza muy violento pero de corta duración. Su 
fracaso implicó el estallido de la Guerra Civil pues fue imposible por unos y otros aceptar un gobierno de centro. 
Un factor decisivo en el desarrollo de la guerra fue el proceso revolucionario que estalló en la zona controlada por 
el Frente Popular. 
 
Fases de la guerra 
Seis fases: 
• La guerra de columnas: Entre los meses de julio y noviembre del 36 los límites en que quedó dividida España 
no eran precisos. En ese periodo la superioridad de los sublevados en el terreno militar era manifiesta. Los 
éxitos del Frente Popular fueron menores y sus avances hacia las capitales aragonesas fueron pronto 
detenidos. 
• La lucha en torno a Madrid: de noviembre del 36 a marzo del 37 Franco intentó coger Madrid a través del 
flanqueo. Ordeno tres ofensivas en dirección hacia la carretera de la Coruña, El Jarama y por Guadalajara pero 
no fue suficiente para derrotar a la República ni con la ayuda de los italianos. Franco optó finalmente por 
concentrar sus fuerzas en el norte. 
• La caída del frente norte. Guernica: De marzo a octubre de 1937. El año 37 fue sin duda el más crucial de la 
guerra. La conquista de Vizcaya no fue fácil. Los alemanes ensayaron unos bombardeos sobre la población civil 
en Guernica y Durango especialmente brutales. El Frente Popular lanzó dos ataques que dieron sus frutos en 
corto espacio de tiempo pero sin detener el avance. Si se hubieran producido a la vez los ataques de Brunete y 
Belchite se habría detenido la caída del frente norte. 
• Teruel y la marcha sobre el mediterráneo: De diciembre de 1937 a junio de 1938. El Frente Popular toma la 
iniciativa y conquista Teruel pero inmediatamente las tropas de Franco lanzan una contraofensiva de desgaste 
y la recuperan produciéndose un amplio derrumbamiento del frente que les permitió llegar hasta el 
Mediterráneo. En el mar la flota republicana consiguió una sonada victoria al hundir el crucero Baleares. 
• Batalla del Ebro y colapso de Cataluña: De julio de 1938 a febrero de 1939. Estabilizado el frente el ejército 
popular toma de nuevo la iniciativa atravesando el río Ebro. Fue una batalla muy dura y decisiva que acabó por 
decidir la guerra. Para muchos republicanos la caída de Cataluña significó el final definitivo de la guerra. El 
propio presidente exiliado ya en Francia presentó su dimisión. 
• El final de la guerra: A finales de febrero de 1939 se precipitó la crisis del Frente Popular con el 
reconocimiento del general Franco por Francia y Gran Bretaña. La guerra civil acabó en Madrid y en Cartagena 
con otra guerra civil interna que enfrento a los comunistas con el resto de los republicanos. El general Franco 
exigió la rendición y el 1 de abril de 1939 pudo anunciar la completa victoria de sus tropas. 
La principal consecuencia de la guerra fue que se produjo un gigantesco retroceso no sólo en posibilidades de 
convivencia entre españoles sino también en muchos otros aspectos de la vida nacional, incluido el económico. 
La guerra como acontecimiento internacional 
La guerra civil española se convirtió en un motivo de inestabilidad internacional. El gobierno de la República tuvo 
el apoyo de Francia, la URSS y las Brigadas Internacionales. El bando de Franco tuvo el apoyo de Alemania e Italia. 
En Londres se creó un Comité de no intervención pero sus recomendaciones solo fueron seguidas por Gran 
Bretaña. 
Evolución de los dos bandos 
La firme voluntad de acabar con el adversario produjo un simultáneo terror característico de todas las guerras 
civiles. Los sublevados exterminaron a políticos, masones, maestros y profesores universitarios y a una docena de 
generales que se negaron a secundar el alzamiento tildados de izquierdistas, mientras que el Frente Popular 
asesinó a sacerdotes, frailes, militares sospechosos de fascistas, políticos derechistas y también patronos. 
Una de las consecuencias de la represión fue la adopción por parte de la Iglesia Católica de una postura favorable a 
los sublevados viendo la guerra como religiosa, aunque el Vaticano nunca se refirió a ella como una cruzada. En 
líneas generales puede decirse que la iglesia apoyó a Franco, aunque había una división entre los mismos católicos, 
al haber optado los nacionalistas vascos y parte de los catalanes, que eran católicos, el bando republicano. En el 
bando franquista el sentimiento católico y antirrevolucionario constituyó un factor decisivo de aglutinamiento de 
los distintos partidos y opiniones, mientras que el ejército desempeño un papel hegemónico indudable también en 
el terreno político. En la primavera del 37 se produjeron en ambos bandos graves disidencias internas. Junto a 
Franco la figura más destacada fue Serrano Suñer. El único texto constitucional aprobado fue el Fuero del Trabajo. 
En el bando del Frente Popular hubo actitudes antitéticas que se manifestaron hasta el final. En septiembre de 
1936 siendo ya la situación difícil fue nombrado presidente del gobierno Largo Caballero que vio difícil su gestión 
por los continuos roces de los anarquistas con todos los demás grupos. El sucesor fue Negrín que insistió 
prioritariamente en el esfuerzo militar. Al finalizar la guerra los comunistas controlaban la mayor parte de las 
jefaturas de los ejércitos de tierra, mar y aire así como las direcciones de Seguridad y Carabineros. 
El balance de la guerra civil 
La guerra civil española fue una guerra de pobres. Desde el punto de vista militar es un conflicto típico de un país 
atrasado. El ejército popular de la República desaprovechó las ventajas iniciales, sus ofensivas tuvieron una escasa 
eficacia o condujeron a verdaderos desastres. 
El ejército de Franco tuvo una mayor capacidad de maniobras pero las virtudes de quien la dirigía fueron más la 
prudencia que virtudes militares. El factor político interno jugó un papel muy importante. La guerra civil española 
mezcló de manera confusa la barbarie y el heroísmo, la intemperancia y la lucidez. 
 
 
TEMA 21 LA ESPAÑA DE FRANCO 
El franquismo fue un largo periodo de la historia contemporánea de España de casi 40 años que no acabarían 
hasta la muerte del dictador en 1975.Franco se apoyó en tres pilares, el Ejército, la Iglesia y el partido único, la 
Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Aunque en lo esencial el régimen no cambió, sí evolucionó en el 
transcurso de los años. 
La etapa azul 
En esta etapa predomina la Falange, la dictadura militar trató de imitar el modelo ofrecido por la Italia fascista y la 
Alemania nazi. 
La primera ley fundamental fue el Fuero del Trabajo y después la ley de Prensa, esta ley conformaba la prensa al 
servicio del Estado. Las nuevas autoridades se propusieron erradicar todo vestigio de liberalismo y democracia 
siendo la represión implacable costando la vida a unas 50.000 personas después de finalizada la guerra. Las 
circunstancias internacionales propiciaron la euforia totalitaria de la primera etapa del régimen. 
En esa época se distinguía en el régimen Serrano Suñer, que era el cuñado del caudillo y Ministro de Asuntos 
Exteriores. Franco se entrevistó con Hitler en Hendayamanifestando su disposición a entrar en guerra si Alemania 
ofrecía algunas contrapartidas para cumplir los sueños imperiales franquistas. Al no ser así no se entró en guerra 
pero se envió una división de voluntarios, la División Azul, al frente ruso para combatir junto a los alemanes. Fue 
la época de la mayor presencia de la Falange que creó una serie de organizaciones para tratar de encuadrar a la 
población española: la Organización Sindical Española (OSE), el Frente de Juventudes, el Sindicato Español 
Universitario y la Sección Femenina. 
Cambio de imagen: el giro católico 
Cuando la guerra mundial se empezaba a decantarse por el bando aliado, Franco se distanció del Eje al mismo 
tiempo que seguía dando ayuda subrepticia a los alemanes. Franco volvió a definir la posición de nuestro país 
como neutral llevando en política interior una operación cosmética creándose las Cortes Españolas. Promulgó el 
Fuero de los Españoles que contenía una larga declaración de derechos, suprimió la obligatoriedad del saludo 
fascista, abandonó Tánger y promulgó la Ley de Bases del Régimen Local. También se promulgó la Ley de 
Referéndum Nacional diciendo que España era una democracia orgánica. Con Alberto Martín Araujo en Asuntos 
Exteriores marcó el giro hacia el catolicismo político. 
Del ostracismo al reconocimiento internacional 
Este cambio de imagen no fue suficiente para los gobiernos aliados vencedores de la II Guerra Mundial. La 
Asamblea General de las Naciones Unidas votó en diciembre de 1946 una moción de condena para el régimen 
español y los embajadores extranjeros se retiraron de Madrid. Es entonces cuando en la España de Franco se 
comienza un período de aislamiento y exclusión de todos los organismos internacionales. Franco optó por la 
resistencia numantina. Pero pronto iba a producirse un cambio en el escenario internacional. La guerra fría 
cambió la perspectiva de EEUU con respecto a España. El anticomunismo franquista encajaba bien. Aún así España 
quedó fuera del plan Marshall para la reconstrucción de la Europa democrática aunque fue aceptado en el bloque 
occidental dándose por concluida la etapa de ostracismo internacional. En 1950 la ONU lo reconoció, lo que 
significo la vuelta inmediata de los embajadores a España y a partir de entonces España se incorpora a los 
distintos organismos internacionales hasta que en 1955 fue admitida en la ONU. 
El primer éxito diplomático fue la firma en 1953 de un Concordato con la Santa Sede. Ese mismo año se firmaron 
los acuerdos bilaterales hispano-norteamericanos. 
La economía y la sociedad en los años de la autarquía 
En los años 40 y gran parte de los 50 España vivió un periodo de estancamiento económico y escasez debiéndose 
ello fundamentalmente a la política de autarquía económica. 
La autarquía era un proyecto ideológico basado en la autosuficiencia económica y la subordinación de la economía 
al Estado. La nefasta política económica unida a las secuelas derivadas de la guerra provocó hambre, miseria y un 
repunte de enfermedades como la tuberculosis. Por ello se estableció la cartilla de racionamiento. En algunos 
momentos críticos se obtuvo ayuda de algunos países como la Argentina de Perón. También se produjo alguna 
huelga como la de Barcelona de 1951 por la subida del tranvía pero que era un estallido por la situación general 
plasmada finalmente en esa subida. 
 
La consolidación del régimen 
A lo largo de los 50 el régimen logró consolidarse que se inició con la Ley de Sucesión de 1947 que definió a 
España como reino. Esa ley decía que Franco designaría quién sería el regente o el rey y fue rechazada por Juan de 
Borbón, hijo de Alfonso XIII y heredero del trono, por el Manifiesto de Estoril. Esa ley fue aprobada en referéndum 
y Don Juan tuvo que acatar las reglas del juego consintiendo en una reunión con el dictador que su hijo D. Juan 
Carlos fuese educado en España bajo la tutela de Franco. 
En los años 50 se emprendió una tímida apertura cultural con un programa de reformas universitarias. 
1956 fue un año difícil por la independencia del protectorado de Marruecos además de la crisis socioeconómica y 
la agitación universitaria. 
En 1957 se nombró otro gobierno que preparó la Ley de Principios del Movimiento que reafirmaba las bases 
antidemocráticas del régimen. 
Finalmente el Plan de Estabilización puesto en marcha en 1958 supuso un cambio de rumbo respecto a la política 
económica y sentó las bases de un espectacular crecimiento que tuvo lugar en la siguiente década. 
 
El desarrollismo de los sesenta 
Estos años se caracterizaron por un imparable crecimiento de la economía española. La fuerte demanda de mano 
de obra en los países europeos provocó una intensa oleada de emigrantes. Las fuertes inversiones extranjeras 
produjeron una rápida industrialización hablándose del milagro económico español. España se convirtió en un 
país industrializado. 
Después de Plan de estabilización se pusieron en marcha los Planes de Desarrollo. Todo esto provocó también 
cambios sociales y culturales. Se fue conformando una nueva sociedad urbana, industrial, consumista y 
secularizada. Emblema de esa nueva sociedad fue el SEAT 600 que se generalizó en las carreteras patrias. 
Entre las medidas reformistas destacó la Ley de prensa de 1966 de Fraga. 
Pero también aumentó la conflictividad obrera y estudiantil siendo palpable una creciente contestación social al 
régimen que consideró cualquier oposición como subversiva. El punto culminante en el proceso de 
institucionalización del régimen lo puso la LEY ORGÁNICA DEL ESTADO sometida a referéndum en 1966 y 
aprobada por abrumadora mayoría. 
 
El tardofranquismo 
A finales de los años 60 Franco era ya un anciano de más de 70 años enfermo de Parkinson y fue retirándose de la 
política. El almirante Carrero Blanco fue adquiriendo protagonismo. Franco acabó nombrando a D. Juan Carlos 
sucesor. 
Si en la política triunfó el inmovilismo en la sociedad española había muestras de gran dinamismo. Se dio una 
creciente movilización reivindicativa de la nueva clase obrera dirigida por el sindicato Comisiones Obreras 
(CCOO). Pero el movimiento más desconcertante por opositor fue del mundo católico que abandonó el nacional-
catolicismo de los años 40 y 50 y mantuvo una actitud creciente crítica hacia el franquismo. 
También tuvieron su importancia la reactivación de los movimientos nacionalistas de Cataluña y del País Vasco así 
como la creciente actividad de ETA. 
La paz franquista estaba cada vez más en entredicho. 
En esta situación el asesinato de Carrero Blanco supuso un gran golpe para el régimen. Franco nombró entonces 
como presidente del gobierno a Carlos Arias Navarro que inició un programa de signo aperturista. Pero Arias 
Navarro no estaba capacitado para dar lo que demandaba la sociedad. 1975 es el último año del régimen, la 
escalada terrorista, el endurecimiento de las medidas represivas, las ejecuciones de varios activistas de ETA y FRAP 
y la repulsa que éstas suscitaron en toda Europa, evidenció su desintegración. 
Cuando murió Franco en la cama moría también una dictadura de casi 40 años quedando el franquismo herido de 
muerte. 
 
TEMA 22 LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA A LA DEMOCRACIA 
La transición democrática española, junto con la guerra civil, son los dos acontecimientos de mayor trascendencia 
de la historia de España durante el siglo XX. La transición supuso para España el fin del franquismo, la constitución 
de un régimen plenamente democrático, la normalización de la vida política y la integración en las instituciones 
europeas. La transición fue una operación difícil además de un proceso complejo muy marcado por los 
acontecimientos políticos. 
 
Primer gobierno de la monarquía 
D. Juan Carlos de Borbón fue coronado como Jefe de Estado el 22 de noviembre de 1975 continuando como jefe 
de gobierno Carlos Arias Navarro. Durante los seis meses que continúo en el poder el panorama fue desolador. 
Tuvo que afrontar una importante conflictividadsocial sobre todo durante los primeros meses de 1976. Las 
organizaciones sindicales lanzaron una oleada de huelgas reclamando libertades políticas y sindicales. En Madrid 
fue donde mayor incidencia hubo de estos movimientos huelguísticos aunque recorrió todo el país que tuvieron 
gran repercusión política. 
 
Primer gobierno de Suárez. La reforma política 
En julio de 1976 el rey forzó la dimisión de Arias Navarro y entregó la presidencia a Adolfo Suárez que en poco 
tiempo consiguió sacar una Ley para la Reforma Política. El texto de esta ley fue muy breve y partía del principio 
de que la soberanía residía en el pueblo, estableciendo que las futuras Cortes serían bicamerales y que serían 
elegidas por sufragio universal. 
El siguiente paso fue la ratificación de esta ley por referéndum nacional y cuyos resultados fueron abrumadores 
hacia el sí. 
Durante el mes de enero de 1977 quizás el más difícil se produjeron una serie de acontecimientos que 
convulsionaron al país. Secuestros y asesinatos del GRAPO así como la muerte de cinco abogados laboralistas de 
CCOO. 
En los meses siguientes se legalizó al PCE ya que sin él las primeras elecciones serían menos democráticas y no 
reconocidas por los países europeos. 
El calendario político se aceleró extraordinariamente y en poco tiempo se desmanteló la práctica totalidad de las 
instituciones franquistas. El 1 de abril quedaba disuelto el Movimiento Nacional, se produjo una ley de amnistía y 
la ratificación por el Estado español de una serie de pactos internacionales de respeto de derechos civiles, políticos 
y sindicales. 
 
Las elecciones de junio de 1977 
El siguiente paso fue la convocatoria de elecciones para junio de 1977. La UCD obtuvo el triunfo siendo el PSOE el 
segundo. Otros destacados fueron el PCE y AP así como el PSE. Suárez fue investido presidente por lo que su 
gobierno ya gozaba de legitimidad necesaria para afrontar la construcción del nuevo sistema democrático. Las 
líneas maestras fueron la elaboración de una Constitución y un pacto económico. 
Los pactos de la Moncloa 
Fue después de las elecciones cuando el gobierno comenzó a preocuparse de la crisis económica y propuso un 
acuerdo político, social y económico que culminó en octubre de ese mismo año 1977 con la firma de los Pactos de 
la Moncloa. 
Estos acuerdos preveían actuar sobre cuatro grandes problemas básicos de la economía: la inflación, el deterioro 
del sector exterior, el paro y la caída de la inversión. 
Una de las piezas básicas fue la reforma fiscal promovida por el Ministro de Hacienda, Francisco Fernández 
Ordóñez, introduciendo la simplificación y flexibilización del sistema impositivo y la presentación de la declaración 
de IRPF. Estas medidas supusieron un cambio raíz en el sistema fiscal siendo una de las piezas claves en la 
construcción del Estado del Bienestar. 
 
La Constitución de 1978 
La elaboración de la Constitución de 1978 no fue nada fácil pues las diferencias ideológicas de las fuerzas 
parlamentarias eran demasiado profundas sin embargo nació una constitución apoyada por todos ellos. Fue 
aprobada en referéndum el 20 de noviembre de 1978 y sancionada por el rey el seis de diciembre. El título 
primero está dedicado a los derechos y deberes fundamentales. 
Los títulos tercero y cuarto se refieren a los poderes legislativo y ejecutivo. En el título séptimo se tratan 
cuestiones económicas. El octavo está dedicado a la organización territorial del Estado. 
Después de las elecciones de 1977 en Cataluña se formó una Asamblea de Parlamentarios para reclamar el 
Estatuto de Autonomía catalán de 1932 y Adolfo Suárez invitó al presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas, 
ofreciéndole la presidencia de esta institución. En el País Vasco el presidente en el exilió, Jesús María de Leizaola, 
cedió todo el protagonismo a la Asamblea de Parlamentarios vascos que decidió crear el Consejo General Vasco 
presidido por el socialista Ramón Rubial. El proceso autonómico en general fue también muy complicado ya que 
había dos medios para instituir las autonomías, a través del artículo 151 o el 143 de la Constitución o sobre 
diferentes pactos y leyes reguladoras. 
 
Las elecciones de 1979 y la crisis de UCD 
Una vez aprobada la Constitución el presidente Suárez convocó nuevas elecciones celebradas en 1 de marzo del 79 
que dieron de nuevo la victoria a UCD. Suárez volvió a ocupar la presidencia de gobierno situando a dos 
vicepresidentes, Abril Martorell y el Tte. Gral. Gutiérrez Mellado. 
Tras las elecciones afloraron una serie de crisis en los grupos mayoritarios que demostraron la debilidad del 
sistema de partidos. Por una parte Felipe González intentó situar al partido en posiciones más moderadas 
eliminando su carácter marxista y revolucionario, pero fracasó y renunció a la secretaría general del partido. Esta 
crisis acabó a finales de 1981 cuando, sin un líder auténtico, volvió de nuevo. 
Los conflictos en la UCD comenzaron a producirse a partir de 1980 tras los fracasos políticos de Andalucía y País 
Vasco. El liderazgo fue discutido por los barones autonómicos y Suárez presentó su dimisión en enero de 1981. 
 
El día 23 de febrero de 1981 en la investidura de presidente de gobierno de Calvo Sotelo tuvo lugar un intento de 
golpe de Estado que fue evitado por la contundente intervención del Rey. 
El nuevo gobierno presidido por Calvo Sotelo promovió una política de acuerdos con la oposición, como la 
economía, acuerdos autonómicos y acuerdos con los sindicatos. Sin embargo esto se rompió cuando propuso 
entrar en la OTAN. Desde la dimisión de Adolfo Suárez los grupos que conformaban la UCD se enfrentaban 
terminando por destruir la coalición. 
Finalmente Suárez abandonó la UCD y creó el CDS que terminó por desaparecer en las elecciones de 1993. 
 
Conclusiones 
Se puede concluir afirmando que la transición fue sobre todo un proceso colectivo en el que participó muy 
activamente una gran parte de ciudadanos. 
El verdadero protagonista del cambio fue la sociedad española. Una sociedad moderna, con profundas 
aspiraciones democráticas y que había sabido superar el enorme trauma que había supuesto la guerra civil. El 
clima de reconciliación y de consenso primó sobre las actitudes de confrontación.

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