Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
1 OBRAS PICTÓRICAS COMENTADAS PANTÓCRATOR DE SAN CLEMENTE DE TAHULL Pintura mural al fresco, emplazada originalmente en el ábside de la iglesia de San Clemente de Tahull, en el Pirineo catalán. Primera mitad del siglo XII. Anónima. Se representa un pasaje del Apocalipsis de San Juan, en el que se describe la visión de Cristo entronizado (Maiestas Domini o Cristo en majestad) y todopoderoso, en actitud de bendecir al mundo pero cuyo rostro (serio y sereno al mismo tiempo) denota también la concepción de Dios-juez de las obras humanas. Está inscrito en una mandorla o almendra mística y rodeado por el Tetramorfos (símbolo de los cuatro evangelistas) y junto a las letras griegas alfa y omega, ya que él es principio y fin de todas las cosas. Por otra parte, la disposición del conjunto pictórico en dos franjas horizontales viene a simbolizar la presencia de dos mundos paralelos: en el superior se representa el Cielo, en torno a Cristo; en el inferior se nos muestra a la Iglesia, mediante las figuras de María y los apóstoles. El arte románico, al que corresponde esta obra, es un arte rural (se hallaba en una pequeña iglesia rural) y al servicio de la Iglesia, su cliente principal. Refleja la intensa religiosidad medieval, por el tema en sí y por su finalidad pedagógica de adoctrinar mediante imágenes impactantes (“Biblia pintada”) a las masas analfabetas en las verdades de la fe cristiana, que les garantizarán su salvación eterna. Esta finalidad implica un arte alejado del clasicismo: al artista le interesa más la expresividad que la corrección de las formas. De ahí sus rasgos formales: frontalidad, ausencia de movimiento, hieratismo, falta de relación entre las figuras, anatomías y ropajes esquemáticos, carencia de profundidad, alargamiento de las figuras…junto a un dibujo de trazo grueso que marca los volúmenes y el empleo de colores planos e intensos. 2 MATRIMONIO ARNOLFINI Óleo sobre tabla, año 1434 Autor: Jan Van Eyck. Pintura representativa del estilo de “los primitivos flamencos”, escuela pictórica desarrollada en el siglo XV en las ciudades de Flandes, donde existía una poderosa burguesía vinculada a la industria textil, al comercio y a la banca, convertida en cliente del arte. El cuadro reúne las características que definen este estilo: • Naturalismo o representación veraz de la realidad (figuras proporcionadas, tratamiento de luces y sombras, pareja reflejada en el espejo del fondo…) y minuciosidad o gusto por la reproducción al detalle de los objetos: pelo del perro, cristal del espejo, metal de la lámpara, ropajes… • Obra de pequeño formato, apropiada para adornar una estancia doméstica. La necesidad de contemplarla de cerca favorece la minuciosidad en el detalle. • Escena burguesa e intimista, no exenta de simbolismo religioso (el perro, por ejemplo, simboliza la fidelidad matrimonial). Aparece la figura del donante, burgués que encarga el cuadro. • La minuciosidad en el detalle se ve facilitada por la técnica del óleo, pues su secado más lento permite obtener mejores calidades, y la posibilidad de superponer dos o más colores proporciona tonalidades más variadas. • El carácter estático de las figuras y el tratamiento duro y quebradizo de los pliegues de los ropajes (rasgos arcaicos) quedan compensados por la maestría en la representación de la luz y la profundidad. 3 LA DAMA DEL ARMIÑO Óleo sobre tabla, 1489-1490. Autor: Leonardo da Vinci. Se trata de una obra representativa de la pintura renacentista italiana: ● La representación correcta del volumen y proporciones de las figuras, siguiendo el ejemplo clásico. ● Expresión serena y equilibrada del personaje, que recuerda a una diosa griega. Se sugiere en sus labios una imperceptible sonrisa: para expresar un sentimiento Leonardo prefería sugerir las emociones más que presentarlas de forma explícita. Delicadeza en cómo los dedos de la mujer acarician al animal. ● Importancia del retrato, vinculado a la visión antropocéntrica. Es un retrato de tres cuartos de perfil, una de las innovaciones de Leonardo. La dama es captada moviéndose mientras gira hacia la izquierda, lo cual refleja la preocupación que Leonardo tuvo por el movimiento. ● La composición implica una espiral piramidal. La pirámide es figura simple y estable, muy del gusto de los renacentistas. Por otra parte, son la línea del dibujo y el fuerte claroscuro los que marcan las formas. Aún no se aprecia aquí la técnica de sfumato, que desdibuja los contornos de las figuras para integrarlas en la atmósfera. 4 EL ENTIERRO DEL SEÑOR DE ORGAZ Óleo sobre lienzo, 1586-1588 Autor: El Greco. Representa el milagro en el que, según la tradición, san Esteban y san Agustín bajaron del cielo para enterrar personalmente al conde de Orgaz en la iglesia toledana de Santo Tomé. Los personajes se agrupan en dos escenas distintas unidas por el ángel que lleva el alma del conde y que representan las dos dimensiones de la existencia humana: la terrenal (la muerte) y la celestial (la vida eterna). En la primera, el Greco retrata a personajes reales de Toledo, incluyendo a su hijo y su autorretrato. Esta obra religiosa reúne las variadas influencias pictóricas recogidas por el Greco desde su Creta natal hasta su actividad en Toledo: De la pintura bizantina, el desinterés por los escenarios arquitectónicos o paisajísticos. De la pintura veneciana, el colorido rico y cálido, el juego de luces y sombras, los escorzos. Del manierismo: las figuras distorsionadas de canon alargado para acentuar su espiritualidad, la luz antinatural que parece emanar de los propios cuerpos, el empleo de colores fríos y la falta de espacio que impulsa los cuerpos y gestos hacia lo alto. Este estilo manierista, a diferencia de otros pintores contemporáneos, no lo realiza el Greco por virtuosismo, sino por ser el que mejor se adecuaba a su talante religioso y al ambiente contrarreformista español. 5 LAS MENINAS Óleo sobre lienzo, 1656. Autor: Diego Velázquez Velázquez se encuentra pintando a los reyes (fuera del cuadro pero a los que vemos en el espejo del fondo) cuando irrumpen en la estancia la infanta Margarita y su séquito. Aunque en la pintura barroca española predominó el tema religioso, la privilegiada posición de Velázquez como pintor del rey le dio la posibilidad de tratar asuntos variados: en este caso se trata de un retrato de grupo, género creado en el Barroco. Observamos rasgos propios de la pintura barroca: • Representación veraz de la realidad: luces y sombras, profundidad, proporciones, enlace de las figuras, sensación de movimiento… pero el realismo velazqueño es menos aparatoso y teatral, más sencillo y natural que el cultivado por esas fechas en Italia o en Flandes. • Las formas no son definidas por el dibujo sino por las pinceladas de color y los contrastes entre luces y sombras (claroscuro). Es una pincelada suelta, propia de sus últimos años. • Para lograr la profundidad continua (los planos se funden entre sí) se emplean diversos procedimientos: primer plano desmesurado, alternancia de planos iluminados y en sombra y, sobre todo, la perspectiva aérea. Velázquez es un consumado maestro a la hora de representar esa luz que no sólo ilumina los objetos sino que nos permite ver el polvillo etéreo que circula por la habitación y cómo ese mismo ese “aire iluminado” hace que las formas pierdan nitidez y los colores brillantez y limpieza. Por otra parte, el aposentador real que al fondo de la escena aparta un cortinaje y se retira parece invitarnos a dirigirnos hacia él atravesando la estancia. • La afición por las composiciones desequilibradas. En este caso, la escena parece continuar más allá de los límites del cuadro,como si lo representado fuera una continuación de lo real. ¿No somos nosotros los mismos reyes que están siendo retratados? 6 LAS HILANDERAS Óleo sobre lienzo, 1657. Autor: Diego Velázquez Aracne desafía a la diosa Atenea para ver quién es la mejor hiladora de las dos. El primer plano representa la competición entre ambas; en el tapiz del fondo se representa el desenlace: Palas vence a Aracne y la convierte en araña. Aunque en la pintura barroca española predominó el tema religioso, la privilegiada posición de Velázquez como pintor del rey le dio la posibilidad de tratar asuntos variados: en este caso se trata de un tema mitológico disfrazado de una escena costumbrista (pintura de género). Observamos rasgos propios de la pintura barroca: • Representación veraz de la realidad: luces y sombras, profundidad, proporciones, enlace de las figuras, sensación de movimiento (obsérvese el giro de la rueca)… pero el realismo velazqueño es menos aparatoso y teatral, más sencillo y natural que el cultivado por esas fechas en Italia o en Flandes. El tema mitológico queda relegado a un segundo plano: las protagonistas son simplemente hilanderas que trabajan en un taller. • Las formas no son definidas por el dibujo sino por las pinceladas de color y los contrastes entre luces y sombras (claroscuro). Es una pincelada suelta, propia de sus últimos años. • Para lograr la profundidad continua (los planos se funden entre sí) se emplean diversos procedimientos: primer plano desmesurado, alternancia de planos iluminados y en sombra y, sobre todo, la perspectiva aérea. Velázquez es un consumado maestro a la hora de representar esa la luz que no sólo ilumina los objetos sino que nos permite ver el polvillo etéreo que circula por la habitación y cómo ese mismo ese “aire iluminado” hace que las formas pierdan nitidez y los colores brillantez y limpieza. • La escena parece continuar más allá de los límites del cuadro, como si lo representado fuera una continuación de lo real. La muchacha de la izquierda parece apartar el cortinaje para que podamos contemplar bien la escena. 7 LOS FUSILAMIENTOS DEL 3 DE MAYO o EL TRES DE MAYO EN MADRID Óleo sobre lienzo, 1813-1814. Autor: Francisco de Goya. La noche del 3 de mayo de 1808, los franceses fusilaron, en varios puntos de Madrid, a los patriotas detenidos tras su alzamiento del día anterior contra las tropas francesas, en los comienzos de la Guerra de la Independencia. Dos acontecimientos, uno personal (la enfermedad que le deja sordo) y otro colectivo (la Guerra de la Independencia con todos sus horrores) van a transformar radicalmente el estilo pictórico de Goya: de unas composiciones costumbristas, amables y de colorido brillante, pasa a otras con desaparición del dibujo, predominio de colores apagados, escorzos, detalles expresionistas y carga crítica. Magistral muestra de ese sufrimiento y desesperación colectivas es esta composición, en la que un fogonazo en medio de la noche nos revela cómo una masa anónima, una máquina de matar (el ejército napoleónico) asesina sin piedad a madrileños de carne y hueso en actitudes variadas ante la muerte (resignación, desesperación, desafío). Los escorzos, los puños crispados, los dedos agarrotados, los ojos abiertos, el violento contraste entre la escena iluminada y la negrura del cielo…confieren un intenso dramatismo a la composición. Estamos ante un claro antecedente del expresionismo del siglo XX y ante la primera pintura de historia en el que el protagonista no es tal o cual personaje individualizado, sino la masa. 8 IMPRESIÓN, SOL NACIENTE El título de esta obra de Monet sirvió de pretexto para dar nombre a este movimiento pictórico al margen del arte oficial francés del siglo XIX. Óleo sobre lienzo, año 1872. Refleja los rasgos más notables del Impresionismo: • Interés por captar lo momentáneo, lo fugaz. En esta caso, el amanecer sobre el puerto de El Havre. • Para ello emplean una pincelada suelta y rápida. • Aplicación de los colores directamente sobre el lienzo, no se mezclan en la paleta. • La línea de dibujo desaparece o se reduce al mínimo. • Para obtener las sombras, no se emplea el negro sino que se coloca el color primario junto a su complementario, resaltando aquél y siendo éste como su sombra proyectada: luces amarillas-sombras violetas, luces rojas-sombras verdes, luces naranjas-sombras azules. • Pasión por la pintura al aire libre, en busca de la luz, que es el elemento esencial. El pintor huye del taller. • Tema paisajístico, alejado de toda trascendencia religiosa, política, moral… El color se ve condicionado por la atmósfera húmeda que invade la obra. El arte contemporáneo se caracteriza por un permanente cambio. Si antes los estilos artísticos tenían una larga o media duración, ahora surgen estilos con asombrosa velocidad y desaparecen al mismo ritmo. Hay una continua búsqueda de nuevas formas de expresión (los ismos), a tono con una sociedad deseosa de encontrar soluciones nuevas a los problemas que se le plantean de manera acuciante (Revolución industrial). Para la nueva sociedad burguesa se han terminado los temas grandiosos del pasado. El positivismo acarrea una concepción científica, objetiva, que resta valor a todo lo que no sea clasificable según las leyes de la ciencia. Cualquier objeto natural, visible, afectado por la luz y el color, es susceptible de ser representado artísticamente. El cuadro impresionista se vuelca pues en los paisajes, las regatas, las reuniones domingueras, etc. 9 LE MOULIN DE LA GALETTE Óleo sobre lienzo, 1876. Autor: Renoir. Refleja los rasgos propios del Impresionismo: • Interés por captar lo momentáneo, lo fugaz. En esta caso, el amanecer sobre el puerto de El Havre. • Para ello emplean una pincelada suelta y rápida. • Aplicación de los colores directamente sobre el lienzo, no se mezclan en la paleta. • La línea de dibujo desaparece o se reduce al mínimo. • Para obtener las sombras, no se emplea el negro sino que se coloca el color primario junto a su complementario, resaltando aquél y siendo éste como su sombra proyectada: luces amarillas - sombras violetas, luces rojas - sombras verdes, luces naranjas-sombras azules. • Pasión por la pintura al aire libre, en busca de la luz, que es el elemento esencial. El pintor huye del taller. • Tema paisajístico, alejado de toda trascendencia religiosa, política, moral… A diferencia de la pintura comentada en la página anterior, aquí aparece la figura humana. La burguesía, clase triunfante en las revoluciones liberales del siglo XIX, impone sus propios usos y costumbres: si el campo deja de ser lugar de trabajo para convertirse en lugar de ocio (excursiones campestres), en la ciudad aparecen los paseantes ociosos, los locales nocturnos, los bailes (como el reflejado en el cuadro), las cantantes de cabaret, los cafés y las tertulias. Para ellos se han terminado los temas grandiosos del pasado. El positivismo acarrea una concepción científica, objetiva, que resta valor a todo lo que no sea clasificable según las leyes de la ciencia. Cualquier objeto natural, visible, afectado por la luz y el color, es susceptible de ser representado artísticamente. El cuadro impresionista se vuelca pues en los paisajes, las regatas, las reuniones domingueras, etc. 10 LAS SEÑORITAS DE AVIGNON Óleo sobre lienzo, 1907. Autor: Pablo Picasso. Representa el desnudo de unas prostitutas de la calle Avinyó de Barcelona, con un pequeño bodegón en primer plano. Se trata de una de las primeras obras del Cubismo. Picasso descompone las figuras en formas básicas, muy angulosas, adoptándose varios puntos de vista para representarlas (rostros de frente y de perfil), pero eliminando todo detalle. No todas las figuras poseen elmismo grado de geometrización: es más acentuado en las dos figuras de la derecha, cuyos rostros recuerdan al arte africano (máscaras), descubierto por entonces. La existencia de puntos de vista simultáneos y la ausencia tanto de profundidad como de claroscuro suponen la ruptura completa con la perspectiva renacentista. En esta concepción, la línea de dibujo se convierte en principal protagonista; el predominio de las líneas verticales otorga a la composición un carácter ascensional. Por otra parte, las formas angulosas y planas eliminan la sensualidad característica de los desnudos barrocos e impresionistas. El uso preferente de colores cálidos vuelve más rotundas las formas, que se desvinculan así del fondo en donde son utilizados los fríos y ocres. Pese a tener un cierto recuerdo de la realidad (el anaranjado de la piel), su tono saturado no puede ser considerado como realista y nos puede recordar por su carácter plano e intenso (aunque en un menor grado) al utilizado por los pintores fauvistas que Picasso conocía. 11 LOS TRES MÚSICOS Óleo sobre lienzo, 1921. Autor: Pablo Picasso. La obra traslada al espectador al mundo de la comedia del arte con tres figuras: un Arlequín que toca una guitarra, un Pierrot que toca un saxofón y un Monje que sostiene una partitura musical (único elemento realista). Pertenece a la fase del “cubismo sintético”: la escena se basa en la superposición de planos de color que generan figuras más o menos reconocibles. Picasso utiliza sus conocimientos del collage para dar la sensación de pintarlos, simplificando mucho la comprensión formal de la obra, frente a las anteriores obras del “cubismo analítico” o “hermético”, prácticamente irreconocibles. Aunque sigue la preferencia por las formas en ángulo, comienzan a utilizarse también las líneas curvas. A diferencia del cubismo analítico -en el que predominaban los grises y ocres-, ahora se produce una vuelta al color. Se trata de colores planos e intensos, en el que se confunden fondos y personajes, eliminando cualquier sensación de profundidad. El carácter bohemio y marginal de la escena se refleja en la figura del arlequín (personaje recurrente en Picasso, asociado al mundo de mendigos, payasos y prostitutas) y en el perro sentado entre las piernas del arlequín. 12 GUERNICA Óleo sobre lienzo, 1937 Autor: Pablo Picasso. En un contexto histórico marcado por la crisis y la violencia (rearme de la Alemania nazi, conquista de Etiopía por la Italia fascista, guerra civil en España), el gobierno democrático de la II República española encargó a Picasso la realización de un gran mural para el pabellón español de la Exposición Internacional de París de 1937, para llamar la atención a la opinión pública sobre la guerra española, como inicio de una destrucción masiva de orden internacional. El día 28 de abril de ese mismo año, el bombardeo de la pequeña ciudad vasca de Guernica por parte de la Legión Cóndor (con el único objetivo de sembrar el pánico entre la población civil) llevó a Picasso a elaborar este cuadro-denuncia de la guerra y la barbarie. El Guernica convierte un hecho concreto en un grito universal contra la guerra desde el punto de vista de las víctimas, una reflexión sobre la destrucción y el dolor aplicable a cualquier tipo de conflicto. Picasso deforma las figuras para dotarlas de una mayor expresividad: la cabeza del caballo, las manos agrandadas de la mujer que sujeta a su hijo muerto o las piernas deformes de la mujer de la derecha. De la misma manera, se producen transferencias de las cualidades de los objetos, convirtiéndolos unos en otro, como ocurre en las lenguas que se convierten en objetos punzantes, como cuchillos, o en los ojos de las dos mujeres extremas en donde los ojos se han convertido en sus propias lágrimas. Picasso concibe el cuadro como una imagen en blanco y negro que, en su limitación cromática, pudiera transmitir todo el clima de dolor y tragedia. El lienzo renuncia a la representación de la perspectiva, se convierte en un espacio bidimensional, presentándonos todas las imágenes en el mismo plano. Ya no se recurre al artificio de hacer más pequeñas las cosas en función de su distancia al espectador, y de la misma manera se elimina el claroscuro que modelaba las formas. La luz es antinatural: ilumina la escena sin obedecer a ningún tipo de foco y se emplea para acentuar la tragedia. En general, los personajes fundamentales aparecen fuertemente iluminados, sin sombras, lo cual acentúa su bidimensionalidad. Al conciliar su investigación formal con el compromiso político en favor de la causa republicana y en contra de la guerra, Picasso se sitúa en la línea de Goya en sus Fusilamientos, con la misma visión antiheroica de la violencia como una fuerza ciega que nada soluciona. http://sdelbiombo.blogia.com/2011/042601-explorando-el-guernica-de-picasso-8-.-sobre-politica-en-el-guernica..php
Compartir