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Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología Revista de Psicopatología y Psicología Clínica Vol. 19, N.º 1, pp. 63-76, 2014 www.aepcp.net ISSN 1136-5420/14 PREVENCIÓN DE LA DEPRESIÓN EN NIÑOS Y ADOLESCENTES: REVISIÓN Y REFLEXIÓN ÓSCAR SÁNCHEZ-HERNÁNDEZ1, F. XAVIER MÉNDEZ1 Y JUDY GARBER2 1Facultad de Psicología, Universidad de Murcia, España 2Department of Psychology, Vanderbilt University, Nashville (Tennessee), USA Resumen: En este artículo se describen los principales programas de prevención de la depresión en niños y adolescentes, analizando las conclusiones deri vadas de las más recientes re visiones cualitativas y cuantitativas. Se detallan las características de las intervenciones que han conseguido mayores efectos, así como algunas limitaciones de los estudios. Por último se realizan algunas re- flexiones y sugerencias de cara a futuras in vestigaciones, remarcando la necesidad de realizar mayores inversiones en intervenciones preventivas por sus beneficios en el bienestar de la población y como medida de ahorro económico. Palabras clave: Prevención; depresión; revisión; niños; adolescentes. Prevention of depression in children and adolescents: Review and reflection Abstract: This article describes the principal programs aimed at preventing depression in children and adolescents, and discusses f indings from the latest quantitati ve and qualitative reviews. Characteristics of interventions with the largest effect sizes are outlined and some limitations of these studies are noted. Finally, directions for future research are suggested, particularly the need for more investment in preventive interventions, in view of their benef its for the well-being of the general population and as a measure of economic savings. Keywords: prevention; depression; review; children; adolescents. PREVENCIÓN DE LA DEPRESIÓN INFANTIL Y ADOLESCENTE Beddington et al. (2008) señalan en su estu- dio que, para alcanzar el progreso económico y social, se tiene que tener en cuenta la riqueza mental de las naciones, es decir , potenciar la salud mental de los ciudadanos. Según la Orga- nización Mundial de la Salud la depresión se convertirá en 2020 en la se gunda causa de in- capacidad en el mundo, sólo por detrás de las enfermedades isquémicas, mientras que en 2000 ocupaba el cuar to lugar (véase http:// www.who.int/topics/depression/en/). Por otra parte, un estudio realizado en seis países eu- Recibido: 1 marzo 2013; aceptado: 22 octubre 2013. Correspondencia: Óscar Sánchez-Hernández, Univer- sidad de Murcia, Facultad de Psicología,Campus de Espinardo, 30100 Espinardo, Murcia, España. Correo-e: oscarsh@um.es ropeos reveló que España es donde se re gistró la mayor frecuencia de personas con ansiedad y depresión (King et al., 2008). Además, los niños y los adolescentes con depresión son los que presentan una mayor probabilidad de no ser detectados, por lo que es necesario invertir es- fuerzos para apoyar la prevención, la detección temprana y el tratamiento de la depresión. La prevalencia puntual de la depresión ma- yor en la pob lación infantil general no suele sobrepasar los siguientes valores: 0,5% para los menores de 6 años, 2,5% para los niños de 6 a 12 años y 6,5% para los adolescentes a par tir de 13 años (Méndez et al., 2001). Es por tanto debido a su prevalencia, a su papel como uno de los principales factores de riesgo de suicidio (Bustamante y Florenzano, 2013) y a su reper- cusión sobre la estructura familiar y social que, la prevención de la depresión inf anto-juvenil, se considera de gran importancia, no sólo para el sistema sanitario, sino también para la socie- 24268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 6324268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 63 14/05/14 08:5114/05/14 08:51 Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2014, Vol. 19 (1), 63-79 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología 64 Óscar Sánchez-Hernández, F. Xavier Méndez y Judy Garber dad (Ferreira et al., 2013). Las inter venciones preventivas se han clasifi cado en tres tipos se- gún la población diana (Mrazek y Hagger ty, 1994). La prevención universal abarca a todos los miembros de una pob lación defi nida, por ejemplo una zona geográfi ca o una etapa de desarrollo. Por el contrario, la prevención diri- gida se centra en grupos particulares: la preven- ción selectiva, en los que tienen un riesgo su- perior a la media de presentar el trastor no y la prevención indicada, en los que manifi estan síntomas o signos de un trastorno (nivel subclí- nico). En este trabajo se pretende hacer una re vi- sión sobre la efi cacia de las intervenciones des- tinadas a la prevención de la depresión en niños y adolescentes. En primer lug ar, se describen los estudios centrales de los principales grupos de investigación en torno a este campo. Poste- riormente se refl exiona sobre la efi cacia de estas intervenciones, en base a las últimas revisiones cualitativas y cuantitativas, terminando con unas refl exiones al respecto. En el procedimien- to seguido para realizar esta revisión se utiliza- ron las palabras clave «prevention» y «depres- sion» unidas por el operador booleano «AND» en EBSCO HOST y se seleccionaron las bases de datos PsycINFO, ERIC, PsycARTICLES y Medline. Se utilizaron los limitadores: fecha de publicación (2005-2013) y edad (0-24 años). Las revisiones sistemáticas y los meta-aná- lisis se consideran actualmente como las mejo- res herramientas para sintetizar las pr uebas científi cas respecto a qué tratamientos, inter - venciones o programas de prevención deberían aplicarse para un determinado problema psico- lógico (Sánchez Meca y Botella, 2010). Se de- cidió escoger las últimas revisiones cualitativas y cuantitativas (meta-análisis) para determinar el estado de la cuestión. Las revisiones cuanti- tativas, debido a su mayor nivel de cuantifi ca- ción y rigor, son los tipos de re visión que nos ofrecen las evidencias más válidas sobre un problema (Cooper, 2010). También se describen las investigaciones que han puesto a prueba los principales programas de prevención de depre- sión en niños y adolescentes. En primer lugar se describen las estructura de los programas preventivos propuestos por los principales grupos de investigación en torno a este campo (véase Gladstone y Beardslee, 2009; Sutton, 2007) y seguidamente la efi cacia de los programas preventivos, fi nalizando con las con- siguientes refl exiones en base a lo expuesto. ESTRUCTURA DE LOS PROGRAMAS PREVENTIVOS En la Tabla 1 se resumen los programas para prevenir la depresión en la infancia y adolescen- cia. Tres son de orientación cognitivo-conductual, uno interpersonal y otro integra ambos enfoques teóricos. Las intervenciones, dirigidas a niños y adolescentes de 8 a 17 años, comprenden una media de 11 sesiones (rango: 8-15), con una duración promedio de 12 horas (rango: 6-18). Se desarrollan en sesiones grupales, incluyen tareas para casa y se aplican por profesionales de la salud (psicólogos, enfermeros, consejeros, etc.,) y/o de la educación (maestros, orientadores, etc.), con sendas excepciones: el programa Interperso- nal Psychoterapy se inicia con dos sesiones indi- viduales, el programa Resourceful Adolescent no utiliza tareas para casa y el pro grama Problem Solving for Life es impartido por profesores es- pecífi camente formados. EFICACIA DE LOS PROGRAMAS PREVENTIVOS El estudio de la efi cacia de los ensayos rea- lizados con estos programas se expone en la Tabla 2. El Penn Resiliency Program (PRP; Gillham et al., 1990) es el programa de preven- ción de la depresión para jóvenes más amplia- mente evaluado (Guillham, Brunwasser y Fre- res, 2008). Se basa, especialmente, en el fomento del optimismo entendido como estilo explicativo, dada su relación con la depresión (Sanjuán, Magallares, González y Pérez-García, 2013). En un meta-análisis que estudia la efi ca- cia del PRP, especialmente con la sintomatolo- gíadepresiva, realizado por Brunwasser, Gill- ham y Kim (2009) se identifi caron 17 estudios sobre 2.498 participantes. Se encontraron prue- bas de que el PRP reduce signifi cativamente los síntomas depresivos a través de, al menos, 1 año después de la intervención. 24268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 6424268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 64 14/05/14 08:5114/05/14 08:51 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2014, Vol. 19 (1), 63-79 Prevención de la depresión en niños y adolescentes 65 Los análisis de subgrupos mostraron que los efectos PRP fueron signifi cativas en una o más evaluaciones de seguimiento y que estos efectos del PRP tienden a ser mayores en intervenciones dirigidas que universales y cuando los líderes del grupo eran miembros del equipo de investigación creadores del PRP frente a otros líderes de la comunidad que llevaron a cabo la inter vención (aunque estas dos últimas diferencias no fueron estadísticamente signifi cativas). El PRP se mos- tró efectivo tanto en participantes de sintomato- logía depresiva elevada (puntuación en CDI ma- yor o igual a 13) como en los que presentaban sintomatología depresiva baja. También se mos- tró efectivo tanto en los niños como en las niñas. Los datos limitados (dado el bajo número de estudios) no mostraron evidencia de que el PRP es superior a las condiciones de atención placebo. Los análisis preliminares sugieren que los efectos del PRP sobre los trastornos depre- sivos pueden ser menores que los referidos en un meta-análisis más amplio de los programas de prevención de la depresión de los adoles- centes mayores y adultos (Cuijpers et al., 2008). Los autores plantearon que in vestiga- ciones futuras deberían examinar si los efectos del PRP sobre los síntomas depresi vos dan lugar a benefi cios clínicamente signifi cativos para sus participantes (es decir, sobre diagnós- ticos clínicos), si el programa es rentable, si las habilidades cognitivo-conductuales median los efectos del programa, y si PRP es efi caz cuan- do se implementa en las condiciones del mun- do real. Tabla 1. Programas preventivos Programa Autores Población Objetivos Procedimientos Sesiones Penn Resiliency Program (PRP) Gillham, Jaycox, Reivich, Seligman y Silver (1990) Niños y adolescentes 8 – 15 años – Sustituir pesimismo por optimis- mo – Potenciar toma de decisiones estratégicas – Desarrollar habilidades sociales – Entrenamiento atribu- cional – Resolución de proble- mas – Habilidades sociales 12 sesiones de 90 minutos Coping with Stress Course (CWSC) Clarke, Hawkins, Murphy, Sheeber, Lewinsohn y Seeley (1995) Adolescentes 13 – 17 años – Refutar pensamientos desadap- tados – Afrontar estados de ánimo nega- tivos – Alcanzar acuerdos con padres y compañeros – Vencer la pasividad – Desarrollar habilidades sociales – Reestructuración cog- nitiva – Relajación – Resolución de con- flictos – Actividades agrada- bles – Habilidades sociales 15 sesiones de 45 minutos Problem Solving for Life (PSFL) Spence, Sheffield y Donovan (2003) Adolescentes 13 – 15 años – Refutar pensamientos desadap- tados – Enfrentar adecuadamente los problemas – Reestructuración cog- nitiva – Resolución de proble- mas 8 sesiones de 45-50 minutos Interpersonal Psychotherapy – Adolescent Skills Training (IPT-AST) Young y Mufson (2003) Niños y adolescentes 11 – 16 años – Afrontar transiciones vitales – Resolver disputas interpersona- les – Superar déficit interpersonales – Habilidades de comu- nicación – Habilidades sociales 10 sesiones de 90 minutos Resourceful Adolescent Program – Adolescents (RAP-A) Shochet, Dadds, Holland, Whitefield, Harnett y Osgarby (2001) Adolescentes 12 –15 años – Refutar pensamientos desadap- tados – Enfrentar adecuadamente los problemas – Promover armonía con padres y compañeros – Evitar conflictos con padres y compañeros – Reestructuración cog- nitiva – Resolución de proble- mas – Habilidades de comu- nicación – Habilidades sociales 11 sesiones de 40-50 minutos 24268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 6524268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 65 14/05/14 08:5114/05/14 08:51 66 Óscar Sánchez-Hernández, F. Xavier Méndez y Judy Garber Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2014, Vol. 19 (1), 63-79 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología Tabla 2. Estudios de la eficacia de los programas preventivos) Estudio y programa Muestra1 Diseño2 y duración del seguimiento Resultados significativos3 y tamaños del efecto4 Cardemil et al. (2007) PRP N = 168; Universal M= 11,12 (DT = 0,94) 50% chicas ECA. G.EXP vs G.C. 24 meses Postest: Si (r = 0,27). CDI Seguimiento: Si (r = 0,19). Nota: Solo en muestra latina pero no significativos en muestra afroamericana Chaplin et al. (2006) PRP N = 208; Universal M= 12,16 (DT = 0,94) 49% chicas ECA. G.Mixto vs G. Chicas vs G.C. 12 meses Postest: Si para G. Chicas vs G.C. (r = - 0,47). Si para G. Mixto vs G.C. (r = - 0,29). CDI. Seguimiento: La baja tasa de respuesta limita los análisis Gillham (1994; Estudio 2) PRP N = 108; Universal M= 14,06 47% chicas ECA. G.N (sólo niños) vs G. NP (niños y padres) vs G.C. 6 meses Postest: Si para G.N. vs G.C. (r = 0,25). No para G.NP. vs G.C. (r = 0,03); CDI. Seguimiento: No para G.N. vs G.C. (r = 0,21). No para G.NP. vs G.C. (r = - 0,07) Gillham y Reivich (1999) PRP N = 118; Dirigida G.EXP (11,36; 0,70) G.C. (11,38; 0,55). 46% chicas Diseño mixto. PRP (3 versiones) vs Control. 36 meses Seguimiento 2,5 años: No (0,18). CDI Seguimiento 3 años: No (0,24) Gillham, Hamilton, et al. (2006) PRP N = 271; Dirigida M= 11,5 53% chicas ECA. G.EXP vs G.C. 24 meses Postest: No (r = 0,02). CDI. Seguimiento: No (r = 0,10) Gillham, Reivich, et al. ( 2006) PRP N = 44; Dirigida M= 11,4 30% chicas ECA. PRP (niños + padres) vs G.C. 12 meses Postest: No (r = - 0,06). CDI. Seguimiento: Si a los 6 y 12 meses (r = - 0,18) Gillham et al. (2007) PRP N = 696; Universal M= 12,13 (DT = 1,03) 46% chicas ECA. PRP vs. Intervención alternativa (PEP) vs. G. C. 36 meses Postest: No para PRP vs G.C. (r = 0,04). No para PEP vs G.C. (r = 0,04). CDI. Seguimiento: No para PRP vs G.C. (r = 0,05). No para PEP vs G.C. (r = 0,04). Miller (1999) PRP N = 56; Encarcelados G.EXP (16,3; 1,12) G.C. (17,2; 0,81). 4% chicas Aleatorizado por centros G.EXP vs G.C. Postest. Postest: No (r = 0,07). CDI. Pattison y Lynd- Stevenson (2001) PRP N = 66; Universal M= 10,44 (DT = 0,69) 52% chicas G.C. no aleatorizado. PRP vs PRP orden inverso vs G. Placebo vs G.C. 8 meses Postest: No para PRP vs G.Placebo (r = - 0,06). No para PRP vs G.C. (r = 0,05). CDI. Seguimiento: No para PRP vs G.Placebo (r = 0,15). No para PRP vs G.C. (r = 0,31). Nota: 1. En la descripción de la muestra se detalla número de participantes (N), tipo de prevención (universal y/o dirigida), media de edad en años (M) y desviación típica (DT), y porcentaje de chicas. Cuando no se infor ma de la media ni de la desviación típica de la edad de los participantes es porque no se informa en el citado estudio de estos datos. 2. Se detalla si es un ensa yo controlado aleatorio, con indi- viduos asignados al azar a cada condición (ECA) o no, así como los g rupos del diseño ( G. EXP. = Grupo experimental; G.C. = Grupo control). 3. Referido a sintomatología depresiva, detallando el instrumento de evaluación utilizado. 4. Se utilizó como índice del tamaño del efecto el coefi ciente de correlación r basados en Stice et al. (2009). La inter pretación de los tamaños del efecto según Cohen (1988) se corresponde con los criterios de bajo (r = 0,10), medio (r = 0,30) y alto (r = 0,50). Se informa del tamaño del efecto del último segui- miento. Cuando había varios seguimientos se promedió el tamaño del efecto; PRP = Penn Resiliency Program; CDI = Children’s Depres- sion Inventory; G.N.= Grupo sólo niños; G.NP = Grupo niños y padres; PEP = Penn Enhancement Program. 24268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 6624268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 66 14/05/14 08:5114/05/14 08:51 Prevención de la depresión en niños y adolescentes 67 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2014, Vol. 19 (1), 63-76 Tabla 2. Estudios de la eficacia de los programas preventivos (Continuación) Estudio y programa Muestra Diseño y duración del seguimiento Resultados significativos y tamaños del efecto Quayle et al. (2001) PRP N = 47; Universal M= 11,5 100% chicas ECA. G.EXP vs G.C. 6 meses Postest: No (r = - 0,30). CDI Seguimiento: Si (r = 0,32) Roberts et al. (2003, 2004) PRP N = 189; Dirigida M= 11,89 (DT = 0,33) 50% chicas Aleatorizado por escuelas. G.EXP vs G.C. 30 meses Postest: No (r = 0,02). CDI Seguimiento: No (r = 0,03) Shatte y Seligman, (1997) PRP N = 152; Universal M= 12,7 (DT = 0,7) 47% chicas ECA. PRP vs intervención alternativa (PEP) vs control. 12 meses Postest: No para PRP vs G.C. (r = 0,09). No para PEP vs G.C. (r = 0,21). CDI. Seguimiento: Si a los 8 meses, pero no a los 12 meses, para PRP vs G.C. (r = 0,21). No para PEP vs G.C. (r = 0,17). Yu y Seligman (2002) PRP N = 220; Dirigida M= 11,8 (DT = 1,69) 45% chicas ECA. G.EXP vs G.C. 6 meses Postest: Si (r = 0,12). CDI Seguimiento: Si (r = 0,18) Clarke et al. (1995) CWSC N = 150; Dirigida M= 15,03 (DT = 0,7) 70% chicas ECA. G.EXP vs G.C. 18 meses Postest: Si (r = 0,18). CES-D Seguimiento: No (r = -0,02). Sin embargo, redujo significativamente el riesgo de aparición de la depresión durante 18 meses de seguimiento. Clarke et al. (2001) CWSC N = 94; Dirigida G.EXP (14,4; 1,4) G.C. (14,75; 1,5). 28% chicas ECA. G.EXP vs G.C. 24 meses Postest: Si (r = 0,22). CES-D Seguimiento: Si en seguimiento a 12 meses (r = 0,16). También, redujo significativamente el riesgo de aparición de la depresión durante 12 meses de seguimiento. Garber et al. (2009) CWSC N = 316; Dirigida M= 14,8 59% chicas ECA. G.EXP vs G.C. 9 meses Postest: Si (r = 0,14). CES-D Seguimiento: Reducción significativa del riesgo de aparición de la depresión durante 9 meses de seguimiento Horowitz et al.(2007) IPT-AST N = 380; Universal M= 14,43 (DT = 0,7) 54% chicas ECA. TCC vs TIP vs G. C. 6 meses Postest: Si para TCC vs G.C. (r = 0,19). Si para TIP vs G.C. (r = 0,16). CES-D Seguimiento: No para TCC vs G.C. (r = 0,06). No para TIP vs G.C. (r = 0,02). Las dos intervenciones experimentales no difirieron una de otra. Young, Mufson y Davies (2006) IPT-AST N = 41; Dirigida M= 13,4 (DT = 1,2) 85% chicas ECA. IPT-AST vs G.C. de orientación escolar. 6 meses Postest: Si (r = 0,61). CES-D Seguimiento: Si (r = 0,45). Reducción del riesgo de inicio de depresión marginalmente significativa durante los 6 meses de seguimiento. Young, Mufson y Gallop (2010) IPT-AST N = 57; Dirigida M= 14,51 (DT = 0,76) 60% chicas ECA. IPT-AST vs G.C. de orientación escolar. 18 meses Postest: Si (r = 0,31). CES-D Seguimiento: No (r = 0,28) Nota: PRP = Penn Resiliency Program; ECA = Asignación aleatoria individual; G. EXP. = Grupo experimental; G.C. = Grupo control; CDI = Children’s Depression Inventory; PEP = Penn Enhancement Program; CWSC = Coping with Stress Course; CES-D = Center for Epidemiological Studies Depression Scale; IPT-AST = Interpersonal Psychotherapy-Adolescent Skills Training; TCC =Terapia cognitivo- conductual; TIP = Terapia interpersonal. 24268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 6724268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 67 20/05/14 14:5420/05/14 14:54 68 Óscar Sánchez-Hernández, F. Xavier Méndez y Judy Garber Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2014, Vol. 19 (1), 63-76 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología Tabla 2. Estudios de la eficacia de los programas preventivos (Continuación) Estudio y programa Muestra Diseño y duración del seguimiento Resultados significativos y tamaños del efecto Sheffield et al. (2006) PSFL N = 2479; U+I M= 14,34 (DT = 0,45) % chicas1 Aleatorizado por escuelas U vs UI vs I vs G.C 12 meses Postest: No para UI vs I vs G.C (r = 0,10). No para U vs G.C. (r = 0,07). CES-D, CDI Seguimiento: No para UI vs I vs G.C (r = 0,02). No para U vs G.C. (r = 0,05). Spence et al. (2005) PSFL N = 1500; Universal G.EXP (12,8; 0,54) G.C. (12,90; 0,53). 53% chicas Aleatorizado por escuelas G.EXP vs G.C. 1,2,3 y 4 años Postest: No (r = 0,19). BDI Seguimiento: No (r = - 0,01) Merry et al. (2004) RAP-A N = 392; Universal M= 14,2 52% chicas ECA. RAP-A vs control placebo. 18 meses Postest: Si (r = 0,12). RADS Seguimiento: No (r = 0,05) Shochet et al. (2001) RAP-A N = 260; Universal M= 13,5 (DT = 0,54) 53% chicas No aleatorizado. RAP-Adolescentes vs RAP-F vs G.C. 10 meses. Postest: Si para RAP-A vs G.C. (r = 0,22). Si para RAP-F vs G.C. (r = 0,21). CDI Seguimiento: Si para RAP-A vs G.C. (r = 0,15). No para RAP-F vs G.C. (r = 0,10) Beardslee et al.(2007) Selectiva2 Padres deprimidos N = 121; Selectiva M= 11,6 43% chicas ECA. Intervención psicoeducativa vs grupo de lectura. 1, 2 y 4,5 años Postest: No. SADS-L Seguimiento: No (r = 0,00) Gwynn y Brantley (1987). Selectiva. Padres divorciados N = 60; Selectiva M= 12,1 50% chicas No aleatorizado. G. EXP vs G.C. No seguimiento Postest: Si (r = 0,21). CDI Roosa et al. (1989). Selectiva.. Padres alcohólicos N = 81; Selectiva M= 10,3 50% chicas ECA . G.EXP vs G.C. No seguimiento Postest: No (r = 0,14). CDI Sandler et al. (1992). Selectiva.. Muerte parental. N = 72; Selectiva M= 12,39 (DT = 3,19). 49% chicas ECA . G.EXP vs G.C. No seguimiento Postest: No (r = - 0,02). CDI Seligman et al. (1999) Selectiva. Estilo explicativo negativo N = 231; Selectiva 1º universidad 52% chicas ECA. G.EXP vs G.C. 1, 2 y 3 años Postest: Si (r = 0,18). BDI Seguimiento: Si (r = 0,07) Nota: 1. Muestra universal: 54%; Muestra alto riesgo: 69%; 2. Debido a que las muestras selectiva tienden a ser diversas, las intervencio- nes han sido más variadas que los programas de prevención universales o indicados ya que suelen centrarse en analizar otros resultados, además de reducir la depresión. PSFL = Problem Solving for Life; U+I = Universal vs Universal e indicado vs Indicado; U = Universal; UI = Combinado (Universal e indicado); I = Indicado; G. EXP. = Grupo experimental; G.C. = Grupo control; CES-D = Center for Epide- miological Studies Depression Scale; CDI = Children’s Depression Inventory; BDI = Beck Depression Inventory; RAP-A = Resourceful Adolescent Program-Adolescents; RAP-F = Resourceful Adolescent Program–Family; SADS-L = Schedule for Affective Disorders and Schizophrenia-Lifetime Version. 24268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 6824268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 68 20/05/14 14:5420/05/14 14:54 Prevención de la depresión en niños y adolescentes 69 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2014, Vol. 19 (1), 63-79 Clarke y sus colaboradores realizaron el primer ensayo clínico aleatorio de pre vención de la depresión en adolescentes (Clark e et al., 1995) con el Coping with Str ess Course (CWSC; Clarke et al., 1995). Los resultados de los ensayos han demostrado que una inter ven- ción cognitivo-conductual grupal relativamente breve puede tener efectos signifi cativos en la reducción de episodios reales de la depresión mayor, en adolescentes con alto riesgo para los trastornos depresivos. Sería conveniente reali- zar futuros trabajos de investigación con el pro- grama de Clarke y colaboradores con la fi nali- dad de tener ma yor conocimiento sobre el mantenimiento a lo lar go del tiempo de los benefi cios derivados de la intervención preven- tiva (Gladstone, 2009). En este sentido, una reciente investigación sobre el efecto de la in- tervención en el seguimiento a 33 meses del estudio de Garber et al.(2009), refl eja que en los adolescentes con alto riesgo para los tras- tornos depresivos que recibieron el pro grama, continuaba el efecto preventivo de forma esta- dísticamente signifi cativa en comparación con el grupo de atención habitual, sin embargo, este efecto sólo se producía en los adolescentes cu- yos padres no estaban deprimidos en la evalua- ción de la línea base, por lo que este factor debe de ser tenido en cuenta para futuros estudios (Beardslee et al, 2013) Los estudios sobre la efi cacia del Interper- sonal Psychotherapy-Adolescent Skills Training (IPT-AST; Young y Mufson, 2003) refl ejan una reducción inmediata de los síntomas de depre- sión y una mejora en el funcionamiento general. Sin embargo, los benefi cios de la IPT-AST no son consistentes más allá de los 6 meses de seguimiento, lo que sugiere que los efectos preventivos del programa, en su formato actual, son limitados. Se requieren futuros estudios para examinar si las sesiones de refuerzo alar - gan los efectos a lar go plazo de la IPT-AST, como ya plantearon Horowitz et al. (2007). Estos autores también sugieren los posib les benefi cios de combinar este método con los enfoques cognitivo-conductual más tradiciona- les en la prevención de la depresión en jóvenes. El Problem Solving for Life (PSFL; Spence et al, 2003) ha sido implementado en interven- ciones preventivas universales en grandes mues- tras de Australia por sus creadores (Spence, Sheffi eld, y Donovan, 2003, 2005). Los estudios fueron notables por el amplio tamaño de las muestras, el uso de diagnósticos, la exploración de los múltiples resultados, y la longitud del seguimiento, aunque no se hallaron resultados signifi cativos en la prevención de la sintomato- logía depresiva. Teniendo en cuenta estos resul- tados los autores concluyeron que las interven- ciones universales pueden no ser óptimas para la prevención de la depresión en la juv entud. Ciertos factores podrían haber limitado poten- cialmente el tamaño del efecto de la inter ven- ción en este estudio: las sesiones se impar tían en amplios grupos de participantes, con sólo ocho sesiones de 45 a 50 minutos, los monitores de los talleres fueron los propios maestros, y el desgaste signifi cativo de la muestra (alrededor del 30% de abandono escolar durante los 12 meses de seguimiento). Jane-Llopis et al. (2003) en su meta-análisis informa de mayores efectos de las intervenciones que había más de ocho sesiones, de duración de entre 60 y 90 minutos y en las que se contaba con profesional de la salud a la hora de impar tir el programa. No obstante, Spence et al. (2005) citó otros trabajos (Shatté, 1996) en los que no se encontró dife- rencia respecto a que la intervención preventiva sea impartida por maestros o por psicólo gos clínicos entrenados resaltando que el ni vel de entrenamiento en las técnicas cognitivo-conduc- tuales no explicarían la pérdida de los benefi - cios a largo plazo de las intervenciones. Por otra parte en este mismo estudio (Shatté, 1996) tam- poco se encuentran efectos a lar go plazo al aplicar una intervención de más duración (24 horas en 12 sesiones). Destacar que en el estu- dio de Sheffi eld et al. (2006) se produjo una mejora en los participantes de todas las condi- ciones del estudio (los que recibieron la inter - vención y los que no) que no quizás no permitió ver las diferencias entre grupos. En el primer ensayo en el que se pone a prueba el Resourceful Adolescent Program- Adolescents (RAP-A; Shochet et al., 2001) dos de las tres medidas de autoinforme de sintoma- tología depresiva fueron signifi cativamente me- nores en el grupo de tratamiento que en el gru- po de control en el postest y a los 10 meses de seguimiento (Shochet et al., 2001). P or otra 24268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 6924268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 69 14/05/14 08:5114/05/14 08:51 70 Óscar Sánchez-Hernández, F. Xavier Méndez y Judy Garber Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2014, Vol. 19 (1), 63-79 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología parte, utilizando los puntos de corte de los sín- tomas de depresión para establecer grupos (ni- vel clínico, subclínico y saludable), la interven- ción RAP dio índices más bajos de estudiantes en el nivel clínico en el se guimiento. Sin em- bargo, un problema importante con este estudio fue que los grupos de control e intervención no se asignaron al azar: la primera cohor te sirvió como grupo control, y al año siguiente la se- gunda cohorte fue el grupo de intervención. En otro estudio realizado por Mer ry, McDowell, Wild et al. (2004) los participantes fueron asig- nados de forma aleatoria a un g rupo de inter- vención RAP-Kiwi o a un g rupo de atención placebo. El grupo de intervención RAP-Kiwi presentó de forma signifi cativa menos sintoma- tología depresiva en el postest (pero no a los 18 meses de seguimiento) comparado con el grupo de atención placebo. En la Tabla 2 también se describen las inter- venciones selectivas dirigidas hacia individuos de elevado riesgo de depresión que se han cen- trado en función de los factores familiares, tales como el divorcio (Gwynn y Brantle y, 1987; Wolchik et al, 1993), muer te de los padres (Sandler et al, 1992), depresión de los padres (Beardslee et al ., 1997) o alcoholismo de los padres (Roosa et al., 1989) y también sobre los factores ambientales, tales como la pobreza (Cardemil, Reivich, y Seligman, 2002) o las características personales como un estilo co g- nitivo negativo (Seligman, Schulman, DeRubeis y Hollon, 1999). Debido a que las muestras selectiva tienden a ser diversas, las intervencio- nes han sido más variadas que los programas de prevención universales o indicados ya que sue- len centrarse en analizar otros resultados, ade- más de reducir la depresión. Sin embargo, exis- te cierta similitud entre los estudios ya que en la mayoría han utilizado algún tipo de técnicas cognitivo-conductuales. Estos programas de intervención selectiva también han tendido a ser Tabla 3. Principales resultados de los estudios metaanalíticos Autores (año) Nº estudios Resultados principales Horowitz y Garber (2006) 30 estudios 1. La prevención dirigida es más efectiva que la universal al finalizar el programa. 2. La prevención dirigida es más efectiva que la universal en el seguimiento. 3. El tamaño del efecto de la prevención dirigida tiende a ser entre bajo y moderado, tanto al finalizar el programa como en el seguimiento. En las intervenciones univer- sales el promedio del tamaño del efecto no llegó a la significación práctica. Stice et al. (2009) 47 estudios 1. El promedio de los tamaños del efecto de los síntomas depresi vos de pretest al postest y del pretest al seguimiento fueron de magnitud baja. 2. Los efectos más grandes surgieron de los programas dirigidos (selectivos e indicados) destinados a participantes de alto riesgo, muestras con más mujeres, muestras con adolescentes mayores, programas con una duración más corta y que incluían activi- dades para casa e impartidos por profesionales (versus maestros). 3. Las características del contenido de la intervención (por ejemplo, un enfoque en la formación de resolución de problemas o la reducción de co gniciones negativas) y su diseño (por ejemplo, el uso o no de asignación aleatoria y la evaluación median- te entrevistas estructuradas o sin ellas) era independiente de los tamaños del efecto. Merry et al. (2011) 53 estudios 1. Se halló una reducción signif icativa del riesgo de tener un trastorno depresivo tras la intervención y en los seguimientos a los 3, 9 y 12 meses. No hubo e videncia de la eficacia continuada a los 24 meses pero si evidencia limitada de la eficacia a los 36 meses. 2. No se halló evidencia de la eficacia (en los pocos estudios hallados) al comparar las intervenciones con los controles de atención placebo. 3. Los autores concluyen que la persistencia de los resultadossugiere un efecto real producido por las inter venciones preventivas y no un efecto placebo y que, por tanto, hay suficiente evidencia para afirmar que los programas de prevención de la depresión, dirigidos y universales, pueden prevenir la aparición de los trastor nos depresivos. 24268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 7024268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 70 14/05/14 08:5114/05/14 08:51 Prevención de la depresión en niños y adolescentes 71 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2014, Vol. 19 (1), 63-79 implementados con grupos más pequeños que los utilizados en los programas universales y , por lo tanto, los estudios han in volucrado a menos participantes. Para una mayor informa- ción sobre estas intervenciones véase Gladsto- ne y Beardslee (2009). En las Tablas 3 y 4 se describe brevemente los principales resultados y conclusiones pro- venientes de las revisiones sistemáticas cuanti- tativas o meta-analíticas y cualitativas. Horowitz y Garber (2006) realizaron la pri- mera revisión meta-analítica sobre la pre ven- ción de la depresión en la infancia y adolescen- cia. Sugieren para futuras in vestigaciones incluir análisis de los moderadores (edad, géne- ro etc.) y la hipótesis de los mediadores (estilo cognitivo, habilidades sociales, etc.) , diseño de programas multi-componentes dado la variedad de factores que producen la depresión, progra- mas que tengan en cuenta el desarrollo, género y cultura de los participantes, incluir seguimien- tos más prolongados (mínimo un año), y el uso de múltiples medidas y métodos para e valuar tanto síntomas y diagnósticos de depresión. Stice et al. (2009) en su revisión metaanalí- tica resumen los efectos de los pro gramas de prevención de la depresión en jóvenes estudian- do las variables asociadas a mayores efectos como las características de los par ticipantes, tipo de intervención, características de los mo- nitores que imparten la intervención y el diseño de la investigación. En un reciente meta-análisis de Mer ry y colaboradores (2011), los autores concluy en que existe sufi ciente evidencia para afi rmar que los programas de prevención de la depresión, dirigidos y universales, pueden prevenir la apa- rición de los trastornos depresivos. En la revisión cualitativa de Sutton (2007) se señala que requieren atención para futuras investigaciones la implementación de sesiones de refuerzo, el uso de análisis estadísticos apro- piados, la evaluación de múltiples variables de resultado (diferentes medidas de depresión etc.), el aumento de los factores de protección, y la exploración de los mediadores y modera- dores de los efectos de las intervenciones. Gladstone y Beardslee (2009) revisa los re- cientes estudios sobre la prevención de los diag- nósticos clínicos de la depresión en niños y adolescentes. Sugiere para futuras intervencio- nes centrarse en enfoques dirigidos (inter ven- ciones selectivas y/o indicadas), estudiar las hipótesis de los mediadores, incluir inter ven- ciones que tengan como objetivo la mejora del ambiente familiar, tener en cuenta también los factores de riesgo no específi cos (como pobre- za y maltrato inf antil) para los trastor nos, y centrarse en la fase de divulgación de la inves- tigación en prevención. Por otra parte, se observa una ausencia de estudios españoles en las revisiones tanto cua- litativas como cuantitativas que se describen en este artículo como ya se ha comentado (Sán- chez-Hernández, 2012). Una e xcepción en nuestro país es el estudio de Sánchez-Her nán- dez (2012) sobre la efi cacia de una novedosa propuesta, el Programa Sonrisa (Sánchez-Her- nández y Méndez, 2009), diseñado en base al estudio de los factores de riesgo y factores pro- tectores de la depresión (como la adaptación a formato preventivo de la activación conductual) y en el marco teórico de la psicología positiva, utilizando técnicas psicológicas con el objetivo de fomentar el bienestar y el fl orecimiento per- sonal (optimismo, educación emocional, curio- Tabla 4. Principales conclusiones de revisiones cualitativas Autores (año) Conclusiones principales Gladstone (2009) Los programas preventivos con más éxito se caracterizan por deri var de los programas de trata- miento basados en la e videncia para la depresión juv enil (técnicas cognitivo-conductuales y/o enfoques interpersonales), estructurados y descritos en manuales, en los que los monitores han sido cuidadosamente entrenados mediante protocolos y han evaluado la fidelidad de la intervención Sutton (2007) Las intervenciones preventivas siempre han mostrado tamaños del efecto bajos pero significativos en la prevención a corto plazo de la depresión. Sin embargo, el mantenimiento de los efectos de la intervención de forma más prolongada durante el seguimiento de entre 6 meses a 3 años no se ha demostrado de forma consistente. Señala que en varios estudios aparecen problemas metodo- lógicos importantes que deben de tenerse en cuenta. 24268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 7124268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 71 14/05/14 08:5114/05/14 08:51 72 Óscar Sánchez-Hernández, F. Xavier Méndez y Judy Garber Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2014, Vol. 19 (1), 63-79 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología sidad para el cambio positi vo, saboreo, fl ow, etc.). El estudio de la efi cacia de la intervención proviene de una muestra de 1.212 adolescentes procedentes de siete centros educati vos que participaron en un estudio descripti vo de la sintomatología depresiva en adolescentes. F i- nalmente participaron 89 estudiantes en el es- tudio de la efi cacia del Programa Sonrisa. Den- tro de las características metodológicas a destacar estaría la comparación del g rupo ex- perimental con un grupo control, la asignación aleatoria de los par ticipantes a los respectivos grupos, el carácter multicéntrico, así como la realización de evaluaciones de seguimiento (8 y 12 meses). Se encontró una reducción signi- fi cativa de la sintomatología depresiva en el grupo experimental en comparación con el gru- po control, tanto en los auto-infor mes de los adolescentes como en los infor mes de los pa- dres al fi nalizar la intervención, lo que supone una novedad respecto a otros estudios. Sin em- bargo no se hallaron efectos signifi cativos a los 8 y 12 meses. No obstante, la mejora en disforia se mantenía a los ocho meses en los adolescen- tes varones. También los participantes del gru- po experimental superaron a los controles cua- tro meses después de la intervención preventiva en bienestar psicológico y, ocho meses después, en autoconcepto familiar y creatividad. REFLEXIONES Y SUGERENCIAS PARA FUTUROS ESTUDIOS 1. Las prevenciones dirigidas han demostra- do mayor efi cacia que las universales, tanto en el postest como en las e valuaciones de segui- miento (Horowitz y Garber, 2006; Stice et al., 2009). Recientes estudios señalan este efecto preventivo tanto en autoinformes como en en- trevistas diagnósticas (Arnarson y Craighead, 2011). Se recomienda realizar un adecuado reclutamiento de los participantes teniendo en cuenta varios factores de riesgo como criterios de inclusión (Jaycox et al., 1994; Clarke et al., 2001) así como realizar entrevistas diagnósticas para excluir a aquellos par ticipantes que pre- senten un trastorno psicológico en el pretest (Seligman et al., 2007; Stice et al., 2010; Young et al., 2006). 2. Algunos autores recomiendan continuar investigando la efi cacia de las inter venciones de prevención universal. Señalan la necesidad de trabajar con tamaños muestrales adecuados para encontrar diferencias estadísticamente sig- nifi cativas (Cuijpers, 2003; Gillham et al., 2000; Muñoz, 1993; Pattison y Lynd-Stevenson, 2001; Pössel et al., 2004; Sutton, 2007; Valera-Espín, Sánchez-Meca y Marín-Martínez, 2000). Según Huppert (2009), a nivel epidemiológico, un pequeño cambioen la media de los síntomas depresivos de la pob lación puede hacer más para mejorar el bienestar y reducir la prevalen- cia del trastorno que sólo inter venciones de tratamiento o preventivas a grupos de riesgo. 3. Desde el ámbito de la psicología positiva se ha señalado que resulta incompleto e valuar la depresión sólo con instrumentos sensibles a la presencia de elementos ne gativos (tristeza, culpa, falta de relaciones sociales, etc.). Se re- quiere, por tanto, prestar atención a elementos positivos (placer, disfrute, alegría, bienestar) y en estos aspectos apenas se insiste en la evalua- ción (Vázquez, Nieto, Hernangómez y Hervás, 2005; Vázquez, Hernangómez, Nieto y Hervás, 2006), aunque algunos estudios comienzan a incorporarlos (Sánchez-Hernández, 2012; Se- ligman et al., 2007; Tennat et al., 2007). 4. Horowitz y Garber (2007) señalan en su revisión meta-analítica que la depresión es un problema complejo y que los programas multi- componentes son los que parecen ser los más efectivos. Es necesario estudiar qué componen- tes de los programas preventivos de orientación cognitivo conductual son los más efecti vos (Garber, 2006). Sugieren estudiar la hipótesis de los mediadores, es decir , comprobar si las técnicas entrenadas (habilidades sociales, en- trenamiento atribucional, habilidades de reso- lución de problemas etc) mejoran tras la apli- cación del programa y comprobar que son estás las responsables de las mejoras en la sintoma- tología depresiva. En este campo también es interesante estudiar el efecto de los factores no específi cos (Stice et al., 2010) y de las habili- dades compensatorias aprendidas tras las inter- venciones (Barber y Derubis, 1989; Pattison y Lynd-Stevenson, 2001). 5. En relación al anterior punto, se sugiere también el estudio de las variables moduladoras 24268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 7224268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 72 14/05/14 08:5114/05/14 08:51 Prevención de la depresión en niños y adolescentes 73 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2014, Vol. 19 (1), 63-79 del efecto de las inter venciones preventivas, como género, clase social o etnia (Calvete et al., 2011; Guillham et al., 2006; Marchand , Ng, Rohde y Stice, 2010; McLaughlin et al., 2010). 6. Necesidad de diseñar intervenciones que partan de un modelo teórico de la depresión más completo, como por ejemplo el de Watson, Clark y Carey (1988), donde tengan cabida las emociones positivas, los factores protectores y otras variables procedentes de la psicolo gía positiva (Vázquez, Nieto, Hernangómez y Her- vás, 2005; Vázquez, Hernangómez, Nieto y Hervás, 2006). Los resultados positivos que se desprenden de la primera revisión cuantitativa meta-analítica, sobre la efectividad de las inter- venciones de psicología positiva para mejorar el bienestar y atenuar los síntomas depresi vos (Sin y Lyubomirsky, 2009), avalarían este pun- to para una reciente re visión del campo véase Vázquez, 2013). También cabe destacar la po- sible aportación de las nuevas terapias alterna- tivas (p.ej., Miró et al., 2011). 7. Realizar una adecuada e valuación de competencias de los monitores para impartir la intervención preventiva en cuestión (Gillham, Brunwasser y Freres, 2008). 8. Sutton (2007) señala que, en las revisiones meta-analíticas, las intervenciones preventivas siempre han mostrado tamaños del efecto bajos pero signifi cativos en la prevención a corto pla- zo de la depresión. Sin embar go, el manteni- miento de los efectos de la intervención de for- ma más prolongada durante el seguimiento de entre 6 meses a 3 años no se ha demostrado de forma consistente. Las áreas par ticulares que requieren atención incluyen la implementación de sesiones de refuerzo así como evaluaciones de seguimiento de como mínimo un año (Glads- tone, 2009; Horowitz y Garber, 2006; Stice et al., 2009). 9. La revisión de Calear y Christensen (2010) de los programas de tratamiento y pre- vención de la ansiedad y depresión por Internet, en niños y adolescentes, señalan que las nuevas tecnologías pueden favorecer los objetivos de prevención de los trastor nos psicológicos y la promoción del bienestar (Titov et al., 2012). 10. La depresión es un problema complejo, por lo que diferentes disciplinas se han acerca- do a su estudio desde su enfoque particular. Se ha demostrado que un estilo de vida saludab le como mantener una adecuada alimentación (Sánchez-Villegas et al., 2011) o la práctica de ejercicio físico (Harvey, Hotopf, Overland y Mykletun, 2010) se relacionan con menor sin- tomatología depresiva. Por tanto la prevención de la depresión debería abordarse desde una perspectiva multidisciplinar (Mcloughlin y Ku- bick, 2004). 11. Estudios recientes señalan que las inter- venciones de prevención de la depresión po- drían ser una medida efi ciente de ahorro sani- tario (Mihalopoulos et al., 2011) por lo que es necesario invertir en este tipo de medidas. 12. Diversos autores (Spence et al., 2005; Weare, 2000) proclaman un enfoque holístico y social-estructural de las inter venciones uni- versales que tenga en cuenta todos los agentes relacionados, y que sea parte del plan de estu- dios de la escuela. Estos autores defi enden que no es posible promocionar la salud cambiando sólo lo social y el entorno, o sólo las mentes y corazones de las personas; es necesario trabajar con todos los aspectos (Weare, 2000). También subrayan la necesidad de que las intervenciones de promoción de la salud mental, emocional y social deben aprenderse de forma regular a tra- vés de toda la vida de los alumnos, empezando desde primaria. Se considera que si se quiere conseguir un alumnado saludable, al tiempo que prevenir problemas como la depresión, violen- cia, el uso de las drogas, etc., los esfuerzos re- sultarán más efectivos cuando el entrenamiento en habilidades sociales y emocionales se integra como un objetivo educativo más, implementado desde la primera infancia y desarrollado duran- te los distintos niveles educativos (Guil y Gil- Olarte, 2007). Un claro ejemplo de esta pro- puesta sería el estudio de Stewart y Sun (2007) en el que aplicaron un enfoque holístico en una intervención de promoción de la resiliencia y prevención de la sintomatología depresiva o el trabajo propuesto por Collaborative to Advance Social and Emotional Lear ning (http://www. casel.org/) con resultados muy positivos (Pay- ton et al., 2008). En resumen, se resalta la necesidad de inver- tir en intervenciones de prevención de la depre- sión en jóvenes en general y aumentar las in- vestigaciones en el ámbito español, en 24268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 7324268_Psicopatologia_19(1)_Cs6.indd 73 14/05/14 08:5114/05/14 08:51 74 Óscar Sánchez-Hernández, F. Xavier Méndez y Judy Garber Revista de Psicopatología y Psicología Clínica 2014, Vol. 19 (1), 63-79 © Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología particular, dados los efectos positi vos a nivel personal y social, así como medida efi ciente de ahorro sanitario, dada la per tinencia de estas estrategias, especialmente en el conte xto de crisis económica. BIBLIOGRAFÍA Arnarson, E. O., & Craighead, W. E. (2011). Prevention of depression among Icelandic adolescents: A 12-month follow-up. Behaviour Research and Therapy, 49, 170- 174. Beardslee, W. R., Brent, D.A., Weersing, V.R. , et al. (2013) Prevention of depression in at-risk adolescents: longer- term effects. JAMA Psychiatry. Published online doi:10.1001/jamapsychiatry.2013.295. Beardslee, W. R., Wright, E. J., Salt, P., Drezner, K., Gladstone, T. R.G., Versage, E. M., & Rothberg, P. C. (1997). Examination of children’s responses to two preventive intervention strategies over time. 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