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ORGANIZACIÓN DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES FRENTE A LA MINERÍA A GRAN ESCALA EN COLOMBIA: EL CASO DE LA RED DE COMITÉS DEL TOLIMA Tesis presentada por Martha Nataly Quintana Castillo Para obtener el grado de MAESTRA EN ACCIÓN PÚBLICA Y DESARROLLO SOCIAL Ciudad Juárez, Chihuahua, México 2016 A todas las comunidades en Colombia que luchan, resisten y se movilizan ante el despojo de nuestros recursos naturales. A mi hijo, Juan Sebastián. AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer en primer lugar al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por el financiamiento de mis estudios de posgrado y a El Colegio de la Frontera Norte (COLEF) por brindarme la oportunidad de continuar mi formación académica. Deseo agradecer a la Red de Comités Ambientales del Tolima y en especial a los miembros del Comité Ambiental en Defensa de la Vida de Ibagué por permitirme conocer un poco de su lucha, y a las personas entrevistadas por narrarme sus experiencias de resistencia. Agradezco al economista Álvaro Pardo Becerra representante de Colombia Punto Medio por su colaboración durante el trabajo de campo. También agradezco a mis maestros de El Colef, a quienes fueron coordinadores de la MAPDS Sergio Peña y Salvador Cruza, a Imelda por toda su colaboración en los trámites administrativos, a mi director de tesis el doctor Camilo Contreras, a mis lectores la doctora Lourdes Romo y el doctor Alfonso Torres, y a todos los que en algún momento hicieron parte de este bonito proceso de aprendizaje. Igualmente agradezco a la señora Hilda por su sincera amistad, compañía y hospitalidad en Ciudad Juárez. A mi hijo Juan Sebastián por ser fuerte y valiente durante mi ausencia física. A mi madre Martha Patricia, a mi padre Ciro, a mis hermanos Ángela, Maritza y Andrés por su apoyo en este camino. A la señora Nubia y Carlos Andrés por cuidar y apoyar a Juan Sebastián y a Tita durante este tiempo. A mi tía Jenny y Edna, a mis primas Carito, Natalia y Nicol, y a mi primo Josué, por sus buenos deseos y oraciones. A mis compañeros de generación Carolina, Adriana, Hans, Pablo, Cristian, Daniel, Luly, Yadira, Héctor y Noé de quienes aprendí mucho. A mi pareja, amigo, colega y compañero Jair por su motivación, compañía y amor. Agradezco inmensamente a Dios por proveerme de la fortaleza necesaria durante el camino recorrido. RESUMEN Los Comités Ambientales del Tolima inician sus actividades en el año 2010 oponiéndose a la ejecución de la fase de explotación de oro a cielo abierto del megaproyecto La Colosa, ubicado en el municipio de Cajamarca (Tolima-Colombia). La investigación tuvo como objetivo caracterizar y analizar la organización generada por la Red de Comités Ambientales del Tolima entre los años 2010 a 2016, haciendo uso de algunas categorías de la Teoría de la Movilización de Recursos propuestas para el estudio de los movimientos sociales, y teniendo como fuente de información principal entrevistas semiestructuradas. En este trabajo se busca contribuir al estudio de los movimientos sociales en Colombia, partiendo de la necesidad de utilizar la perspectiva de la movilización de recursos para estudiar las acciones colectivas en lugares, tiempos y contextos como los latinoamericanos; además, es importante resaltar que los resultados de la investigación aportan a la sistematización de la experiencia organizativa de la Red. Los principales hallazgos tienen que ver con una estructura organizacional en crecimiento, que cuenta con recursos aportados por ONG´s, OSC e individuos; además de una estructura interna horizontal y una estructura externa cuyas bases están conformadas por un amplio grupo de personas, con perfiles heterogéneos, y cuyos aliados son las ONG´s, OSC, algunas dependencias de gobierno locales y servidores públicos, y sus adversarios principales son la transnacional AGA y los gobiernos que promueven la minería a gran escala; por último sus objetivos de movilización se han ampliado a la oposición ante proyectos mineros en todo el Tolima y sus repertorios de acción más destacados son la Marcha Carnaval, el diplomado en gestión ambiental y la promoción de las consultas populares. Palabras claves: movimiento social organizado, estructura organizacional, teoría de la movilización de recursos, Red de Comités Ambientales del Tolima. ABSTRACT In 2010 the Environmental Groups of the Tolima are created as an instrument against the execution of the exploitation on open sky stage of the megaproject named La Colosa, this is located in the town of Cajamarca (Tolima, Colombia). This study intended to characterize and analyze the organization created by the Network of Environmental Groups of the Tolima between 2010 and 2016, using some of the Resources Mobilizations Theories proposed for the social movements studies and based in the information collected from semi structured interviews. There is also a contribution to the analysis of the social movements in Colombia from the need of using the mobilization of resources perspective to study collective actions in places, times and contexts such as the Latin American one. Also, the outcomes from this research contribute to the systematization of the collective organization of the Network. The main findings point out at an organizational structure in expansion, which has resources from NGOs, SOC and individuals; the internal structure is horizontal and the external structure is formed of a wide group of individuals. Its supporters are NGOs, SOC, some local government dependencies and civil servants; its main enemies are the AGA transnational and the governments that promote the big scale mining. The goals of the network have been further to the opposition to mining projects in the whole Tolima and its instruments of action are the carnival march, the diploma in environmental management and the promotion of local referendums. Key words: social organized movement, organizational structure, mobilization resources theory, resources mobilization, Environmental Groups Network of the Tolima. ÍNDICE GENERAL Pág. Introducción ………………………………………………………………………………….. 1 Capítulo I. Los Movimientos Sociales desde la Teoría de la Movilización de Recursos ……………………………………………………. 8 1.1. Los nuevos movimientos sociales en América Latina. Disciplinas y corrientes de estudio ..…………………………………………………………………………………. 8 1.2. Los Movimientos Sociales desde la escuela norteamericana y europea ………………... 11 1.2.1. Escuela europea y el paradigma de la identidad …………………………………... 12 1.2.2. Escuela norteamericana …………………………………………………………... 14 1.2.2.1. Teoría del comportamiento colectivo ……………………………………… 15 1.2.2.2. Teoría de la movilización de recursos ……………………………………… 19 1.3. Los Movimientos Sociales desde la teoría de movilización de recursos ……………… 22 1.4. Movimientos Sociales Organizados ……………………………………………………. 24 1.4.1. Crecimiento y declive organizacional ……………………………………………... 25 1.4.2. Estructura interna ………………………………………………………………... 27 1.4.3. Estructura externa ……………………………………………………………… 28 1.4.4. Objetivos y repertorios de acción ………………………………………………… 29 1.5. Conclusiones capítulo I ………………………………………………………………... 30 Capítulo II. Estrategia Metodológica ……………………………………………………... 32 2.1. Desde el paradigma cualitativo …………………………………………………………. 32 2.2. Un estudio de caso a partir de la Red de Comités Ambientales del Tolima …………... 33 2.3. Categorías de la estructura organizacional para el análisis ……………………………. 34 2.4. A propósito de la selección de los participantes ………………………………………... 35 2.5. Técnica de producción de información ………………………………………………. 39 2.5.1. Entrevista semiestructurada ……………………………………………………….. 40 2.5.2. Observación no participante……………………………………………………… 41 2.6. Triangulación de fuentes de datos ……………………………………………………... 42 2.7. Transferibilidad, confiabilidad y credibilidad …………………………………………. 42 2.8. Codificación y análisis de contenido ……………………………………………………. 44 2.9. Conclusiones capítulo II ………………………………………………………………... 45 Capítulo III. La Red de Comités Ambientales del Tolima en Oposición a la minería a gran escala ……………………………………........................................... 47 3.1. Minería a gran escala en Colombia ……………………………………………………. 47 3.2. Propiedad del suelo y el subsuelo en Colombia ………………………………………... 51 3.3. Conflictos y movilizaciones generados en oposición a la minería a gran escala en Colombia ..................................................................................................................... 53 3.4. El proyecto de La Colosa en Cajamarca y la RCAT …………………………………... 57 3.5. Conclusiones capítulo III ……………………………………………………………… 69 Capítulo IV. Etapas del movimiento social organizado y flujo de recursos de la Red de Comités Ambientales del Tolima ………………………………… 70 4.1. Etapas del movimiento social ………………………………………………………… 70 4.1.1. Etapa de inicio: OSC y Universidad del Tolima ………………………………….. 70 4.1.2. Etapa de alianza: movilización de Cajamarca e Ibagué …………………………. 74 4.1.3. Etapa de extensión: surgimiento de Comités Ambientales (CA) ………………… 75 4.1.4. Etapa de fortalecimiento: conformación de la RCAT …………………………… 79 4.1.5. Etapa de formalización: Corporación S.O.S. Ambiental …………………………. 80 4.1.6. Etapa de auge de la RCAT ………………………………………………………. 83 4.2. Recursos ………………………………………………………………………………. 85 4.2.1. Recursos morales …………………………………………………………………. 85 4.2.2. Recursos culturales ……………………………………………………………….. 87 4.2.3. Recursos socio-organizativos ……………………………………………………... 88 4.2.4. Recursos humanos ……………………………………………………………….. 89 4.2.5. Recursos materiales ……………………………………………………………….. 91 4.3. Conclusiones capítulo IV ……………………………………………………………… 93 Capítulo V. Estructura interna y externa de la Red de Comités Ambientales del Tolima ………………………………………………………………………. 97 5.1. Estructura interna ………………………………………………………………………. 97 5.1.1. Principios del comité ambiental ………………………………………………….. 98 5.1.2. Liderazgos ………………………………………………………………………… 99 5.1.3. Integrantes de comités y reuniones ………………………………………………. 100 5.1.4. Toma de decisiones ………………………………………………………………... 102 5.1.5. Comisiones de trabajo …………………………………………………………….. 103 5.1.6. Organización de la RCAT …………………………………………………………. 104 5.1.7. Diferencias y divisiones internas ………………………………………………….. 105 5.1.8. Inicios de formalización …………………………………………………………... 107 5.2. Estructura externa ………………………………………………………………………. 108 5.2.1. Bases ……………………………………………………………………………... 108 5.2.2. Aliados ……………………………………………………………………………. 109 5.2.2.1. Organizaciones No Gubernamentales ……………………………………… 110 5.2.2.2. Organizaciones de la Sociedad Civil ……………………………………… 112 5.2.2.3. Universidad del Tolima (UT) ………………………………………………. 113 5.2.2.4. Investigadores ……………………………………………………………… 114 5.2.2.5. Sectores económicos ………………………………………………………. 116 5.2.2.6. Iglesia ………………………………………………………………………. 118 5.2.3. Adversarios ………………………………………………………………………… 118 5.2.3.1. AngloGold Ashanti (AGA) ………………………………………………… 119 5.2.3.2. Medios de comunicación ………………………………………………….. 121 5.2.3.3. Gobierno Nacional de Colombia …………………………………………… 122 5.2.3.4. Algunos habitantes del casco urbano de Cajamarca ………………………. 123 5.2.4. Autoridades ………………………………………………………………………… 124 5.2.4.1. Instituciones y entidades de gobierno ……………………………………… 124 5.3. Conclusiones capítulo V ………………………………………………………………... 129 Capítulo VI. Objetivos de movilización y repertorios de acción de la Red de Comités Ambientales del Tolima ……………………………………………………. 133 6.1. Objetivos de movilización ……………………………………………………………… 133 6.2. Transformación y logros de la movilización …………………………………………… 136 6.3. Repertorios de acción …………………………………………………………………. 137 6.3.1. Marcha Carnaval …………………………………………………………………. 139 6.3.2. Diplomado Ambiental …………………………………………………………….. 148 6.3.3. Impulso y Promoción de Consultas Populares …………………………………….. 150 6.3.4. Redes sociales, página web y boletín S.O.S. Ambiental ………………………….. 153 6.3.5. Cabildeo Político …………………………………………………………………. 155 6.3.6. Visibilización a nivel internacional ………………………………………………. 156 6.4. Persecuciones y amenazas al movimiento social ……………………………………… 157 6.5. Conclusiones capítulo VI ……………………………………………………………… 159 Conclusiones …………………………………………………………………………………... 161 Anexos ………………………………………………………………………………………….. i Bibliografía …………………………………………………………………………………….. vii Índice de figuras Figura 1.1. Escuelas de estudio de los movimientos sociales………………... 12 Figura 2.1 Estrategia metodológica………………………………………….. 46 Figura 4.1 Recursos movilizados por la RCAT……………………………... 93 Figura 5.1 Estructura interna Red de Comités Ambientales del Tolima…….. 108 Figura 5.2 Estructura externa de la Red de Comités Ambientales del Tolima 129 Índice de mapas Mapa 3.1 División política de Colombia…………………………………… 59 Mapa 3.2 División política del departamento del Tolima, Colombia………. 60 Índice de cuadros Cuadro 1.1. Clasificación de los movimientos sociales………………………. 24 Cuadro 2.1. Operacionalización de las categorías de análisis………………… 35 Cuadro 2.2. Perfil de los entrevistados………………………………………... 39 Cuadro 3.1. Objetivos en los planes de desarrollo para el sector minero 2002 a 2018…………………………………………………………….. 49 Cuadro 3.2. Etapas del ciclo minero en Colombia……………………………. 61 Cuadro 3.3. Listado de Comités Ambientales……………………………….... 65 Cuadro 3.4. Cronología del movimiento social……………………………….. 66 Cuadro 6.1. Tipos de proyectos a los que se oponen los Comités Ambiental… 135 Índice de fotografías Fotografía 6.1. Cartel convocatoria primera Marcha Carnaval……………… 142 Fotografía 6.2. Primera Marcha Carnaval…………………………………… 142 Fotografía 6.3. Cartel convocatoria segunda Marcha Carnaval……………... 144 Fotografía 6.4. Segunda Marcha Carnaval…………………………………... 144 Fotografía 6.5. Cartel convocatoria tercera Marcha Carnaval………………. 143 Fotografía 6.6. Tercera Marcha Carnaval…………………………………… 143 Fotografía 6.7. Cartel convocatoria cuarta Marcha Carnaval……………….. 144 Fotografía 6.8. Cuarta Marcha Carnaval…………………………………….. 144 Fotografía 6.9. Cartel convocatoria quinta Marcha Carnaval……………….. 145 Fotografía 6.10. Quinta Marcha Carnaval…………………………………….. 145 Fotografía 6.11. Cartel convocatoria sexta Marcha Carnaval………………… 146 Fotografía 6.12. Sexta Marcha Carnaval……………………………………… 146 Fotografía 6.13. Cartel convocatoria séptima Marcha Carnaval……………… 146 Fotografía 6.14. Séptima Marcha Carnaval…………………………………… 146 Fotografía 6.15. Cartel convocatoria octava Marcha Carnaval……………….. 147 Fotografía 6.16. Octava Marcha Carnaval……………………………………. 147 Fotografía 6.17. Diplomado ambiental………………………………………... 150 Fotografía 6.18. Intervención del CA en el Concejo Municipal de Ibagué…… 152 Fotografía 6.19. Ciclotón promoviendo la consulta popular………………….. 153 Fotografía 6.20. Boletín 10 SOS Ambiental………………………………….. 154 Fotografía 6.21. Boletín 11 SOS Ambiental………………………………...... 154 Fotografía 6.22. Apoyo desde París a la consulta popular……………………. 157 Fotografía 6.23. Apoyo desde New York a la consulta popular……………… 157 Fotografía 6.24. Noticia de la muerte del líder ambiental César García 159 Fotografía 6.25. Placa conmemorativa dedicada a César García “El Loco”…. 160 Índice de acrónimos y siglas AGA Andi CA CADV CIDH Coovisión Cortolima Cosajuca DANE Ecotierra Fedearroz Ingeominas MS MSO LGBTIONG OSC OTI RCAT TMR UT AngloGold Ashanti Asociación Nacional de Empresarios de Colombia Comité Ambiental Comité Ambiental en Defensa de la Vida Comisión Interamericana de Derechos Humanos Cooperativa de servicios audiovisuales Corporación Autónoma Regional del Tolima Colectivo Socio Ambiental Juvenil de Cajamarca Departamento Administrativo Nacional de Estadística Emprendedores por la Ecología y la Tierra Federación nacional de arroceros Instituto Colombiano de Geología y Minería Movimiento Social Movimiento Social Organizado Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero e Intersexuales Organización No Gubernamental Organización de la Sociedad Civil Organización Internacional del Trabajo Red de Comités Ambientales del Tolima Teoría de la Movilización de Recursos Universidad del Tolima INTRODUCCIÓN En el año 2007 se dio a conocer el descubrimiento de un importante yacimiento de oro en el municipio de Cajamarca, departamento del Tolima, Colombia, cuyo proyecto minero se denomina La Colosa 1 . Este yacimiento de oro tiene el potencial de ser el quinto de mayor producción anual de oro a nivel mundial. Su descubrimiento es el resultado del proceso de exploración de la transnacional sudafricana AngloGold Ashanti (AGA), la tercera corporación en producción de oro en el mundo (BM Colombia Solidarity Campaign, 2013). Actualmente, La Colosa continua en la etapa de exploración y para su explotación esta transnacional sudafricana pretende utilizar técnicas de minería a cielo abierto. La noticia sobre este descubrimiento alarmó especialmente a líderes campesinos de Cajamarca, así como a estudiantes y profesores de la universidad pública del departamento: la Universidad del Tolima, esto porque preveían los impactos negativos de la minería a cielo abierto en el caso de que esta técnica se use en la explotación de La Colosa, ya que esta zona tiene una significativa actividad agrícola y posee importantes fuentes hídricas; por ello, tras diversas jornadas de difusión y discusión en comunidad se dio paso a la conformación de los primeros Comités Ambientales (se abreviarán por sus siglas como CA) en el municipio de Cajamarca y en la capital departamental, la ciudad de Ibagué, entre 2010 y 2011. El objetivo central de estos nacientes comités fue impedir la ejecución de la cuarta etapa –la explotación– del megaproyecto minero. Según Clavel (2015) los CA son organizaciones municipales afectadas por el modelo económico extractivista que se ha impulsado en Colombia; y estos CA conforman la Red de Comités Ambientales del Tolima (en adelante RCAT) constituyéndose en un espacio departamental para la construcción de sinergias para la defensa del agua y el territorio, los CA llevan más de cinco años trabajando en temas de formación y acción ambiental (Clavel, 2015). 1 Adopta el nombre de una de las quebradas ubicada en el municipio de Cajamarca. 2 La RCAT está integrada en el norte por el CA del Líbano, CA de Santa Isabel, CA de Armero Guayabal, CA de Palocabildo, CA de San Jerónimo, Casabianca y Falan, CA de Murillo y CA de Venadillo; en la zona centro del departamento el CA en Defensa de la Vida (Ibagué), CA de Espinal, CA de Rovira, CA de Doima y Piedras, CA de Cajamarca y Anaime; y en la zona sur el CA Pro Defesa del Rio Saldaña (municipios de Purificación y Saldaña); CA del Sur (municipios de Natagaima, Coyaima y Ataco) (Clavel, 2015). De esta manera la RCAT constituye una movilización de oposición que surge en el contexto de la minería a gran escala en Colombia, integrada por diversos actores sociales, instituciones y organizaciones. Además, acuden a la promoción de múltiples mecanismos de participación ciudadana mediante las audiencias públicas, veedurías y consultas populares, siendo la primera movilización social en Colombia que logró usar este último mecanismo de participación para tomar decisiones con respecto a temas mineros. Dentro de las acciones no institucionales de la RCAT se encuentran la realización de marchas –como la emblemática “Marcha Carnaval en defensa de la vida”–, los plantones, talleres, foros y conferencias en veredas 2 , barrios, colegios y universidades (BM Colombia Solidarity Campaign, 2013, Clavel, 2015 y Corredor, 2014). Lo anterior conduce a proponer la siguiente pregunta ¿constituye la RCAT un movimiento social?, según Turner y Killian citados por Javoly, et ál. (2001:39) los movimientos sociales pueden definirse como “una colectividad que actúa con cierta continuidad para promover o resistir un cambio en la sociedad (o grupo) de la que forma parte”. Se evidencia en esta definición tres elementos fundamentales: la colectividad que realiza acciones comunes no institucionales, la actuación continua que implica algún tipo de organización, y un objetivo que puede ser el cambio social o la resistencia al mismo (Javaloy, et ál., 2001). Teniendo esta definición como marco de referencia se puede afirmar que la RCAT es un movimiento social (MS), ya que se trata de una colectividad que realiza acciones no institucionales cuyo objetivo es oponerse al megaproyecto La Colosa y que se ha mantenido 2 División territorial de los municipios en Colombia. 3 en el tiempo. Además, puso la discusión sobre esta problemática en la agenda pública del departamento del Tolima y a su vez ha alcanzado cierto nivel de organización y cooperación con miras al alcance de reivindicaciones en defensa del territorio. Este último aspecto de la organización es de importancia desde el punto de vista de la Teoría de la Movilización de Recursos (en adelante se llamará por sus siglas: TMR), debido a que la permanencia de un movimiento social está ligada al desarrollo de organizaciones formales, liderazgos y procedimientos para la toma de decisiones; la organización permitirá al movimiento permanecer en el tiempo, concretar mejor sus objetivos, escoger y planificar en detalle sus formas de acción (Javaloy, et ál., 2001). En este orden de ideas, la pregunta que guio la investigación fue: ¿cuáles son las características y los recursos movilizados que han configurado la estructura organizacional actual de la RCAT? Con respecto a esta pregunta, se propuso como objetivo general analizar la estructura organizacional generada por la RCAT que le ha permitido constituirse en un MS entre los años 2010 a 2016. Y los objetivos específicos son los siguientes: Describir las etapas de la movilización social de la RCAT entre los años 2010 a 2016. Identificar los objetivos y los repertorios de acción empleados por de la RCAT entre los años 2010 a 2016. Caracterizar la organización externa e interna de la RCAT entre los años 2010 a 2016. Reconocer los recursos morales, humanos, culturales, socio-organizativos y materiales movilizados por la RCAT entre los años 2010 a 2016. El MS en oposición a La Colosa constituye un ejemplo de lo que denomina Svampa (2014) como el nuevo ciclo de las acciones colectivas que han surgido en América Latina a partir de la década de los noventa, y que llevan al debate público problemáticas propias de la implementación del neoliberalismo; dichos movimientos han logrado ampliar su plataforma discursiva, la representatividad social e involucrar la reivindicación de la tierra y el territorio como elementos centrales ante el avance del modelo extractivo exportador. De manera 4 semejante, pueden ser calificadas las reivindicaciones de la RCAT, al estar centradas en la “defensa de la vida, el agua, el territorio y la soberanía alimentaria”. Además, de ser una movilización “paradigmática en la confrontación contra la gran minería” en Colombia (Corredor, 2014:52), que haarticulado múltiples actores sociales a nivel nacional e internacional, y que hace uso de tácticas diversas, que van desde la formación y divulgación de aspectos técnicos, económicos, culturales, sociales y espirituales entorno a los impactos negativos de la gran minería, hasta las acciones de movilización no violentas con la finalidad de dar a conocer sus demandas e influir en sus adversarios (Clavel, 2015). Por ello, con la presente investigación se espera contribuir al análisis de los movimientos sociales en Colombia desde la TMR, partiendo de la necesidad de utilizar dicha perspectiva para estudiar las acciones colectivas en lugares, tiempos y contextos diferentes a los europeos o norteamericanos, y que ello pueda conducir a la posterior comparación de casos y situaciones. Más allá de la contribución al estudio de los movimientos social en Colombia desde la TMR, es importante resaltar que los resultados de la investigación acerca de la RCAT aportan a la sistematización de la experiencia organizativa que en la actualidad se está desarrollando en el Tolima. La investigación inició con el supuesto de que la permanencia temporal y la extensión de la movilización social por parte de los CA es resultado del proceso de formalización o institucionalización por el cual pasan los movimientos sociales, hasta transformarse en un Movimiento Social Organizado (MSO); por ello, se planteó la posibilidad de encontrar en la RCAT las siguientes características: Flujo de recurso humano en crecimiento, debido a la vinculación de estudiantes, académicos, políticos, asociaciones civiles ambientalistas y habitantes del Tolima. Recursos materiales aportados por los simpatizantes de la RCAT y algunos empresarios que podrían ser afectados por el megaproyecto. Recursos morales vinculados al apoyo de parte de los habitantes del Tolima, quienes a través de la 5 divulgación de información por parte de los CA, la RCAT y otros actores, se han hecho conscientes de los impactos negativos de la minería a cielo abierto. Recursos culturales representados por la realización de la denominada “Marcha Carnaval”, además de las conferencias y reuniones informativas. Y recursos socio-organizativos constituidos por ayudas recibidas por parte de Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s) y Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC). Estructura interna con algún tipo de formalización o institucionalización, liderazgos formales y procedimientos establecidos para la toma de decisiones; es decir, estructuras organizacionales formales y complejas que han contribuido al logro de algunos de los objetivos del movimiento social. Estructura externa constituida por vínculos con los habitantes del Tolima, principalmente académicos, estudiantes, campesinos, políticos, ONG´s y OSC. Y como adversarios principales la transnacional AGA y las autoridades nacionales, departamentales y locales. Se encuentra en etapa de consolidación o institucionalización y su objetivo de movilización no se ha transformado a través del tiempo. Hacen uso de repertorios de acción institucionales y no institucionales convencionales como marchas y plantones. El marco conceptual desde el cual se realizó esta investigación es la Teoría de la Movilización de Recursos (TMR) de la escuela norteamericana para el estudio de los movimientos sociales; sin embargo, antes de abordar a profundidad dicha teoría se hace una revisión de diversas propuestas teóricas desde las cuales se estudian las acciones colectivas y movimientos sociales. Se parte de la definición de movimiento social propuesta por Sidney Tarrow (1997), de los aportes acerca de los movimientos sociales organizados realizada por Mc Carthy y Zald (1997) y los elementos que conforman la estructura organizacional de los movimientos sociales definidos por Kriesi (1996). 6 Con la finalidad de analizar la estructura organizacional de la RCAT se abordó la investigación desde el paradigma cualitativo, el cual permitió la comprensión de la movilización desde la perspectiva de los actores y su experiencia, recopilando sus visiones, percepciones y significados (Barragán, 2008). El método de investigación utilizado fue el estudio de caso, el cual estuvo dirigido a la comprensión de las dinámicas presentes en este singular caso de movilización; se utilizaron como técnicas de recolección de información la entrevista semiestructurada y la observación de campo. Además, el análisis de la información se realizó mediante la utilización de la técnica de análisis de contenido. Dentro de los alcances de la investigación se encuentra la recolección de material acerca de la RCAT que puede ser objeto de análisis posterior desde categorías como las oportunidades políticas y los procesos de enmarcación, esto teniendo en cuenta otros componentes fundamentales de la TMR. Así mismo, se logró el contraste de una de las teorías para el estudio de los movimientos sociales con la realidad particular de la RCAT a partir de la interpretación de las experiencias narradas por los actores vinculados a la movilización. Se evidenció la noción de territorio y su defensa como un aspecto central en los argumentos de movilización de la RCAT, motivo por el cual en próximas investigaciones es necesario involucrarlo como categoría central por su importancia en el desarrollo de los movimientos sociales en oposición a la gran minería en Colombia. Contemplando que el territorio como categoría involucra la noción de identidad y ésta a su vez entra en juego cuando de movilizar recursos se trata. Una de las limitaciones de la presente investigación está relacionada con el no dimensionamiento durante el planteamiento del problema de la ampliación y diversificación del objetivo que generó la movilización, puesto que al momento del trabajo de campo se rastrearon entre catorce y diecisiete CA distribuidos en todo el departamento del Tolima que se movilizan en torno a problemáticas distintas a La Colosa, y cuya organización no se pudo conocer a través de entrevistas directas a sus miembros, sino por las referencias realizadas por líderes de Cajamarca, Ibagué y Saldaña; puesto que el conocimiento preciso y particular de la 7 dinámica organizativa de cada CA implica mayor tiempo en campo para viajar a los distintos municipios. Otra de las limitaciones del estudio tiene que ver con la dificultad para identificar la incidencia de las acciones realizadas por la RCAT para impedir la implementación del proyecto minero, ya que para esto se requiere indagar la situación interna y externa –contexto nacional e internacional– de la empresa con la finalidad de hacer un balance entre los diversos factores propios de las actividades empresariales de AGA y las acciones de la RCAT que han obstaculizado la ejecución del megaproyecto minero. Esto excede los objetivos planteados, sin embargo, debe ser considerado para investigaciones posteriores. La tesis se encuentra divida en seis capítulos, en el primer capítulo se describe el marco teórico conceptual para el estudio de los movimientos sociales desde la TMR; el segundo capítulo aborda la estrategia metodológica empleada para el desarrollo de la investigación; en el tercer capítulo se elabora el contexto histórico del surgimiento de los CA y de la RCAT, teniendo como marco de referencia el auge de los proyecto de minería a gran escala en Colombia y los impactos negativos que se pueden presentar a partir de la implementación del proyecto minero La Colosa; el cuarto capítulo está dedicado a realizar la descripción y el análisis de las etapas de la movilización y el flujo de recursos de la RCAT; el quinto capítulo caracteriza y analizan la estructura interna y externa de la RCAT; el último capítulo reconoce los objetivos de movilización de la RCAT y los repertorios de acciónutilizados para el logro de dichos objetivos. Dentro de las conclusiones generales se exponen los principales hallazgos de la investigación y la repuesta a la pregunta que dio pie al estudio. 8 CAPÍTULO I. LOS MOVIMIENTOS SOCIALES DESDE LA TEORÍA DE LA MOVILIZACIÓN DE RECURSOS El objetivo central de este capítulo es presentar las principales perspectivas teóricas desde las cuales han sido estudiados los movimientos sociales, y con ello justificar la elección de la teoría de la movilización de recursos como la indicada para cumplir con los objetivos que persigue la presente investigación. En la primera sección de este apartado se aborda el surgimiento de los nuevos movimientos sociales en América Latina y las disciplinas y corrientes teóricas que se han dedicado al estudio de los mismos. La segunda sección está dedicada a los conceptos centrales de la escuela europea y norteamericana respecto a los movimientos sociales. Posteriormente, se aborda la conceptualización que desde la teoría de la movilización de recursos se hace acerca de los movimientos sociales; y por último se exponen los componentes de la estructura organizacional de los denominados Movimientos Sociales Organizados (MSO) los cuales se utilizaron como categorías a ser identificadas y analizadas para el caso de la RCAT. 1.1. Los nuevos movimientos sociales en América Latina, disciplinas y corrientes teóricas de estudio. La década de los ochenta estuvo caracterizada por el surgimiento de nuevos sujetos sociales y nuevos movimientos sociales 3 , por tanto, los estudios desde diferentes disciplinas estuvieron avocados a este fenómeno (De Sousa Santos, 2001). En un primer momento, se desarrolló en Europa y Estados Unidos bibliografía para el estudio de dichas movilizaciones, ésta luego fue 3 Para teóricos como Charles Tilly y Craig Calhoun la idea de “nuevo” es debatible, ya que se ha evidenciado que movimientos del siglo XIX emplearon por ejemplo repertorios de acción y procesos identitarios que hoy en día continúan vigentes (Staggenborg, 2011). 9 empleada para analizar el surgimiento y desenvolvimiento de los movimientos sociales en el contexto Latinoamericano. Teniendo en cuenta que los denominados viejos movimientos sociales fueron caracterizados bajo el contexto de las relaciones desiguales entre clases, en donde los actores sociales tradicionales –obreros, sindicatos y clase trabajadora– emprendieron acciones colectivas tras las condiciones de opresión, y con el ideal del cambio social a través de las transformaciones en las estructuras estatales (Parra, 2005). La novedad de los nuevos movimientos sociales radica en la identificación de nuevas formas de opresión, que sobrepasan las relaciones desiguales entre clases sociales, generadas a partir de la producción de bienes o servicios, y de la apropiación de la plusvalía, producto del trabajo asalariado. Por ello, con el surgimiento de los llamados nuevos movimientos sociales, los movimientos obreros no cuentan con privilegios en los procesos sociales de emancipación, aunque no por esto deben olvidarse las llamadas viejas opresiones (De Sousa Santos, 2001). Lo nuevo ha sido definido de esta manera por centrarse en actores sociales nuevos y no tanto en estructuras, “por pensar la transformación social en términos de pequeños cambios que se pueden ir generando desde el aquí y ahora a través de las prácticas cotidianas que tienden a la autonomía y a través de la construcción de identidades sociales” (Parra, 2005:74). Bajo este contexto se ubicaron los movimientos ecologistas, pacifistas, antirracistas, feministas, de consumidores y de autoayuda que surgieron en Europa y Estados Unidos (De Sousa Santos, 2001). En América Latina, los nuevos movimientos sociales se caracterizaron por ser heterogéneos, y surgen dentro un contexto de crisis o transición a la democracia, de insatisfacción de necesidades básicas y de consolidación del modelo económico neoliberal. De esta manera grupos de mujeres y hombres en Latinoamérica se han organizado en torno a reivindicaciones y objetivos diversos; dentro de los cuales se encuentran grupos en contra de los efectos de las políticas económicas, organizaciones de derechos humanos, movimientos de pueblos indígenas, asociaciones de trabajadores, movimientos pro vivienda, asociaciones vecinales, comunidades de iglesias, asociaciones étnicas, movimientos de 10 mujeres, grupos de jóvenes, coaliciones para la preservación del medio ambiente, movimientos de derechos gays y lésbicos, entre otros (Obarrio, s.f.) De acuerdo a Parra (2005), los nuevos movimientos sociales en América Latina han sido sujeto de estudio desde diferentes disciplinas y corrientes teóricas, entre las que se encuentran: a) Los estudios realizados desde las ciencias políticas por James Scott, acerca de la movilización social a partir de los espacios de la vida cotidiana y las relaciones de poder entre dominados y dominadores. b) Las elaboraciones desde la antropología por Larissa Lomnitz, en cuanto al desarrollo sobre las redes sociales en la cotidianidad, y cómo estas pueden dar cuenta de la sobrevivencia de sectores marginados. c) Los aportes realizados desde la historiografía por los Estudios Post-coloniales y por el Grupo de Estudios Subalternos de América Latina, a través de la reconstrucción de la trayectoria de movimientos sociales de grupos subordinados; entrándose en la crítica a los parámetros occidentales que desconocen las formas de hacer y saber, y las maneras de organizarse de las culturas originarias no occidentales. d) Los estudios sobre conflictividad y clase obrera, desde la perspectiva marxista, haciendo énfasis en la relación entre la teoría y la práctica transformadora de los movimientos sociales; además de la aplicación de las diferentes categorías para el análisis de la realidad de las estructuras desiguales en donde emergen los movimientos. e) Los estudios post-estructuralistas, post-marxistas y post-modernistas; desde los cuales se destacan los aportes de Ernesto Laclau, al articular elementos del psicoanálisis con el campo de la acción política; los conceptos de contrapoder y multitud en las experiencia de autonomía trabajados por Antonio Negri y Michel Hard; y las contribuciones realizadas a partir las conceptualizaciones del poder desde Michel Foucault, que critican la idea de cambiar el mundo por medio de la toma del poder, idea predominante en la práctica revolucionaria. f) La psicología social con las teorías de las minorías activas de Serge Moscovici, la cual se centra en los procesos de los grupos minoritarios que influyen e inducen cambios en la 11 población mayoritaria teniendo como punto fundamental el conflicto simbólico; y el interaccionismo simbólico, que en el contexto del movimiento social se enfoca en la interacción que produce significados sobre las acciones colectivas e individuales. g) La teoría de los movimientos sociales con sus dos paradigmas: el de la identidad de la escuela europea, y el de la movilización de recursos dentro de la escuela norteamericana; estos paradigmas han sido los más utilizadas y readaptados para el análisis de los movimientos sociales en América Latina (Parra, 2005 y Gamba: 2011), por ello requieren un abordaje especial en el siguiente apartado. 1.2. Los movimientos sociales desde las escuelas norteamericana y europea Las acciones colectivas y los movimientos sociales han sido objeto de estudio de la teoría social, con la aparición de los denominados nuevos movimientos sociales durante la segunda mitad del siglo XX y a partir de las dificultades que presentaron los modelos marxista y estructural funcionalista para comprenderlos (Vásquez, 2003) surgen las dos escuelas de importancia,por sus contribuciones metodológicas y conceptuales para el estudio de los movimientos sociales: la escuela europea y la escuela norteamericana (al respecto ver Figura 1). La escuela europea, cuyo principio básico es la capacidad de los sujetos de reconocerse y ser reconocido como parte de la sociedad, lo que implica la construcción de identidades en sí, para sí o para el otro (Jiménez, 2007) y orientada al “por qué” de la acción colectiva (Vásquez, 2003). Por otro lado, la escuela norteamericana que centra sus aportes en la noción de estrategia, desde dos perspectivas: las teorías del comportamiento colectivo y la movilización de recursos (Staggenborg, 2011) y orientada al “cómo” de la acción colectiva (Vásquez, 2003). De esta manera el por qué y el cómo son el inicio de las preguntas que frecuentemente se formulan ante la aparición y desenvolvimiento de las acciones colectivas y las movilizaciones sociales, sin embargo, la presente investigación se ha centrado en el “cómo”, sin olvidar que para responder el “por qué” se debe ser hacer referencia a la configuración de 12 identidades a partir del territorio que es transformado por las actividades mineras a gran escala. Figura 1.1. Escuelas de estudio de los Movimientos Sociales Fuente: Elaboración propia con base en Jiménez, 2007 y Staggenborg, 2011. Para Della Porta y Diani citados por Vásquez (2003) un factor de importancia determinante para el surgimiento de estas nuevas teorías es atribuido a la diversidad de objetos de estudio que se dieron en ambos continentes; y al nacimiento de los movimientos sociales en Estados Unidos derivados de oleadas de protestas que rápidamente se convirtieron en pragmáticas y estructuradas, en contraste con los nuevos movimientos que surgieron en Europa y mantuvieron características de los movimientos obreros con énfasis en la ideología. 1.2.1. Escuela europea y el paradigma de la identidad 13 Desde la escuela europea las teorías de los movimientos sociales se denominan teorías de la identidad; esta tiene su principal punto de referencia en los sucesos de mayo de 1968 en Francia, el denominado “Mayo Francés”; dicho acontecimiento evidenció la ruptura con el paradigma clásico de la lucha de clases; puesto que, se hicieron visibles nuevos actores sociales, con sus diversas reivindicaciones (Gamba, 2011). Los principales representantes de esta escuela son: el sociólogo italiano Alberto Melucci y el sociólogo francés Alain Touraine (Jiménez, 2007). Estos teóricos han argumentado que los nuevos movimientos sociales difieren en la estructura, tipo de constitución e ideología con respecto a los movimientos de la sociedad industrial, en particular de los movimientos obreros; sin embargo, es necesario clarificar bajo la categoría de teorías de los nuevos movimientos sociales pueden estar puntos de vista diversos acerca de los movimientos sociales, como lo son las perspectivas de la acción colectiva y la movilización de recursos –que hace parte de la escuela norteamericana– (Staggenborg, 2011). Los intelectuales de la escuela europea centraron sus estudios en los nuevos conflictos que acompañan los cambios a gran escala y los distintos procesos relacionados con la construcción y creación de movimientos sociales; uno de estos procesos es la identidad colectiva, entendida como el sentido de experiencias y valores compartidos que conectan a los individuos a los movimientos y da un sentido a la acción, o la sensación de que éstos pueden cambiar a través de la acción colectiva (Staggenborg, 2011). Según Alberto Melucci las identidades son construidas continuamente por grupos pequeños organizados o actores unificados con estabilidad relativa, y que en algunas oportunidades pueden detonar en acciones colectivas. Para entender cómo los movimientos sociales se construyen es necesario contemplar la formación y mantenimiento del marco cognitivo y las relaciones sociales base de la acción colectiva (Staggenborg, 2011). 14 Dichos intelectuales, en el marco de la denominada teoría accionalista plantearon que la sociedad descansa en la acción social colectiva y es producto de las relaciones sociales. A su vez, la sociedad es definida como un sistema con capacidad de reproducción, adaptación, creación y producción de sí misma. El conflicto es motor de la estructura y de la acción colectiva; y “las nuevas identidades crean espacios para el surgimiento de conductas colectivas autónomas” (Jiménez, 2007:16). A su vez, propusieron tres niveles fundamentales para el análisis de las acciones colectivas y los movimientos sociales: la historicidad; los elementos vinculados al sistema institucional y el conjunto de organizaciones sociales; y el conflicto surgido del sistema de acción histórica y las relaciones de clase (Jiménez, 2007). Ahora bien, para el accionalismo los principios básicos de la acción colectiva son tres: la identidad, la oposición ante un adversario y la construcción de un proyecto que puede o no romper con la historicidad (Jiménez, 2007). “En este marco conceptual, los nuevos movimientos sociales son definidos como redes de formación de identidades, generadores de espacios públicos de gestión, de representación y de reconocimiento como movimientos autoconstruidos” (Jiménez, 2007:18). Se debe enunciar que para el caso de América Latina a la luz de los planteamientos de Alan Touraine citados por Harvey (1998) no existen movimientos sociales, puesto que reserva la categoría movimiento social para las luchas por la historicidad, o por “el conjunto de modelos culturales que gobiernan las prácticas sociales” (1998:35-36). En Latinoamérica dicha historicidad hace parte de un modo dominante establecido por el Estado, que la sociedad civil es incapaz de desafiar al verse forzada a jugar de acuerdo a las reglas estatales (Harvey, 1998). Según Neil Harvey, los modelos de Touraine responden al contexto de la sociedad europea occidental posindustrial de luchas por los sentidos culturales, las identidades y la diferencia, puesto que las demandas materiales y la lucha de clases no ocupaban un lugar central en el conflicto social, es por esto que según la clasificación de Touraine en América Latina existen “comportamientos defensivos colectivos”, que son acciones dirigidas al Estado para la solución de demandas; y los movimientos que logran modificar decisiones son considerados “luchas sociales” (1998:36). 15 1.2.2. La escuela norteamericana Desde la escuela norteamericana se encuentran dos grandes enfoques para el estudio de los movimientos sociales: la teoría del comportamiento colectivo y la movilización de recursos; estos enfoques, a su vez, internamente presentan algunas variaciones que se explicarán a continuación. 1.2.2.1. Teoría del comportamiento colectivo Se encuentra una amplia variedad de enfoques que incluyen la categoría de comportamiento colectivo, esta puede ser considerada la perspectiva clásica desde la cual se han estudiado los movimientos sociales; a su vez desde esta teoría se han estudiado variedad de fenómenos como las multitudes, los disturbios, modas, culturas religiosas, movimientos sociales, revoluciones, entre otras (Staggenborg, 2011). Según el recuento que realiza Staggenborg (2011) sobre esta teoría, las diferentes enfoques sobre el comportamiento colectivo comparten tres supuestos: en primer lugar, ubican las acciones colectivas fuera de las estructuras institucionalizadas, aunque algunos teóricos tengan en cuenta los vínculos entre las acciones institucionales y no institucionales; en segundo lugar, los movimientos sociales y otras formas de acciones colectivas son el resultado de algún tipo de tensión o ruptura estructural; en tercer lugar, asigna un rol de importanciaa las creencia compartidas de los participantes en el estudio del surgimientos de movimientos sociales y otras formas de acción colectiva. A pesar de los tres supuestos compartidos, existen diferencias importantes entre los enfoques de estudio del comportamiento colectivo, Staggenborg (2011) menciona cuatro enfoques o escuelas: la escuela de Chicago, la teoría de Smelser, la teoría de la sociedad de masas y la teoría de la privación relativa. Enfoque del comportamiento colectivo de la Escuela de Chicago 16 Este enfoque fue iniciado en 1920 por los sociólogos Robert Park y Ernest Burgess, y fue desarrollado posteriormente por sociólogos asociados al interaccionismo simbólico 4 , entre sus representantes se encuentran Herbert Blumer, Turner y Lewis Killian (Staggenborg, 2011). El interaccionismo resalta que las conductas colectivas son componentes de la vida social, es decir, parte del funcionamiento de la sociedad y factores de cambio dentro de la misma. Privilegiando la motivación individual o situación del actor como determinante de la acción colectiva (Jiménez, 2007). De acuerdo con esta perspectiva la acción colectiva se desarrolla cuando los sistemas de significados y fuentes de información se han fragmentado, lo que conduce a los actores a construir nuevos significados que guíen sus comportamientos (Staggenborg, 2011). El sociólogo Herbert Blumer “se interesó por la creación de nuevas normas, los procesos de autorregulación, los procesos espontáneos de aprendizaje social e innovación en el comportamiento colectivo” (Jiménez, 2007:4). Para Blumer los movimientos sociales pueden ser definidos como empresas colectivas cuya finalidad es crear un nuevo orden de vida (Vásquez, 2003). Por su parte Turner y Killian “destacan el papel de la norma emergente como visión compartida de la realidad que justifica y coordina el comportamiento colectivo. En el caso de los movimientos sociales, que son formas complejas y sostenidos de comportamiento colectivo, las normas emergentes pueden convertirse en ideologías altamente elaboradas” 5 (Staggenborg, 2011:14). De esta manera, en el interaccionismo se desarrollaron posturas que relacionaron las acciones colectivas a la integración y el conflicto, al orden e innovación o cambio. Y además, más que al estudio de los movimientos sociales, esta perspectiva se dedicó al análisis de la acción colectiva en términos de comportamientos cotidianos e institucionalizados (Jiménez, 2007). 4 El interaccionismo simbólico es una teoría de la psicología social que se centra en cómo los actores construyen significados a través de la interacción social (Staggenborg, 2011). 5 Traducción realiza por la investigadora en formación. 17 Teoría del comportamiento colectivo desde el funcionalismo Desde esta corriente los aportes a la acción colectiva fueron realizados por Talcott Parsons, Robert Merton y principalmente por el sociólogo Neil Smelser (Jiménez, 2007). Aunque la obra de Parsons no estuvo dedicada al estudio de las acciones colectivas y los movimientos sociales, se pueden asociar algunos elementos para dicho tema; es así como desde Parsons se explica el surgimiento de los movimientos sociales en relación a situaciones de desequilibrio y de poca funcionalidad en los procesos de integración del sistema social (Jiménez, 2007). En la obra de Merton se distinguen dos formas de catalogar el comportamiento que conllevan a las acciones colectivas: el comportamiento desviado y el comportamiento inconforme. El primero, se enfrenta a las normas que le son desventajosas, pero acepta los medios institucionales para alcanzar el cambio; y el segundo, pretende cambiar y sustituir valores que considera inadecuados, cuestionando en ocasiones los medios. Igualmente, se pueden distinguir entre las acciones colectivas, que son producto de la disgregación del sistema y las que tienden a la transformación de las bases del sistema (Jiménez, 2007). De acuerdo a Neil Smelser la acción colectiva es respuesta a las crisis y transformaciones sociales; y éstas a su vez son canalizadas por el sistema para el restablecimiento del orden. Smelser, definió los movimientos sociales como un efecto secundario de transformaciones sociales que suceden rápidamente, dichos cambios se traducen como incapacidad de las instituciones y los mecanismos de control social para reproducir cohesión social; también denotan intentos de la sociedad para reaccionar ante situación crítica (Vásquez, 2003). Smelser propuso un modelo del “valor agregado” compuesto por seis factores determinantes que pueden explicar la acción colectiva: en primer lugar las condiciones estructurales de conductividad social, que está relacionada con posibilidad o predisposición para la ocurrencia de ciertos tipos de acciones colectivas; en segundo lugar, la tensión estructural, que tiene que ver con las condiciones de privación real o anticipada que conducen 18 a un clima social en donde los individuos simpatizan y se identifican con situaciones que les son comunes; en tercer lugar, el crecimiento y difusión de la creencia generalizada hace que la situación sea significativa para los participantes de la acción colectiva; en cuarto lugar, los factores precipitantes como los acontecimientos o eventos puntuales que encienden la llama; como quinto factor esta la movilización para la acción, relacionado con la necesidad de liderazgos y organización para la movilización; y por último, el control social que puede actuar para prevenir la acción colectiva (Staggenborg, 2011). Las principales críticas a los planteamientos de Smelser están avocadas a la atribución de las acciones colectivas a disfunciones en los procesos de integración social, sin tener en cuenta los conflictos que pueden ser constantes al interior del sistema (Jiménez, 2007) y el ascenso de los movimientos sociales puede ser explicado por elementos como las oportunidades políticas, los recursos y la organización. Además, en sus argumentos no es claro el criterio para identificar una tensión social de un movimiento social o de otras formas de comportamiento colectivo (Staggenborg, 2011). Teoría de la sociedad de masas Otro de los enfoques es la teoría de la sociedad de masas, desde la cual el comportamiento colectivo es consecuencia del aislamiento social, tiene en cuenta que la estabilidad social es mantenida por valores comunes que son transmitidos y sostenidos por instituciones. Para William Kornhauser citado por Staggenborg (2011) los cambios sociales como la industrialización y la urbanización desarraigan a los individuos de las asociaciones normales, y en consecuencia los individuos llegan al aislamiento de las instituciones sociales y políticas dejándolos susceptibles a ser reclutadas por los movimiento sociales. Por su parte, Eric Hoffer también citado por Staggenborg (2011) dentro de esta misma teoría plantea que los individuos alienados, fanáticos e irracionales participan en los movimientos sociales buscando identidad y sentido de pertenencia. Teoría de la privación relativa 19 Este enfoque plantea que los individuos participes o iniciadores de las acciones colectivas no son los que necesariamente se encuentran en la peor de las posiciones dentro de los grupos perjudicados, son aquellos cuya situación ha mejorado, que se sienten insatisfechos con su situación en relación con lo que se merecen, y estas evaluaciones las realizan en comparación con otros grupos (Staggenborg, 2011). Para Jenkins citado por Staggenborg (2011), aunque existan sentimientos de privación relativa ante la ausencia de elementos tales como los recursos y la organización no se generan acciones colectivas; además la sensación de privación relativa puede surgir de la participaciónen un movimiento en lugar de ser un precondición para el surgimiento de los mismos. 1.2.2.2. Teoría de la movilización de recursos y procesos políticos Hacia los años setentas las investigaciones en Norteamérica sobre los movimientos sociales estuvieron enmarcadas por el surgimiento de las teorías de la movilización de recursos y los procesos políticos; dichas teorías fueron el resultado de las experiencias de los movimientos de dicha época, y de las insuficiencias de las clásicas teorías del comportamiento colectivo para explicar los nuevos movimientos. Desde esta perspectiva existe una continuidad entre las acciones colectivas y las acciones institucionalizadas, los movimientos sociales son considerados como continuaciones de los procesos políticos por otros medios, y por ello son tratados como un fenómeno político, en donde el individuo es visto como un actor racional que persigue sus intereses a través de formas de acción institucionalizadas o no institucionalizadas (Staggenborg, 2011). El punto de partida para esta teoría fueron los postulados de la elección racional de Marcur Olson, quien afirmó que los individuos no participan en acciones colectivas cuando los costos superaban los beneficios o ganancias; por lo tanto, los movimientos sociales surgen de la participación de los individuos o grupos motivados por la consecución de beneficios privados (Jiménez, 2007). 20 Ahora bien, al inicio la escuela norteamericana estuvo dividida en dos enfoques que hicieron énfasis en el estudio de diferentes aspectos de los movimientos sociales: la teoría de los procesos políticos y la teoría de la movilización de recursos. La teoría de los procesos políticos abordó la interacción de los actores del movimiento social con el estado, y el rol de las oportunidades políticas de la movilización y los resultados del movimiento social. Así, para los teóricos de este enfoque existe mayor posibilidad de surgimiento y éxito de un movimiento social cuando los actores colectivos perciben que existen condiciones favorables en el entorno político para el mismo (Staggenborg, 2011). Sidney Tarrow citado por Staggenborg (2011) propuso algunos elementos que influyen en las oportunidades políticas tales como: la extensión de la apertura del gobierno, cambios en los alineamientos políticos, las divisiones entre las élites, la disponibilidad de aliados influyentes, y la represión o facilitación estatal. A su vez, los movimientos sociales pueden crear por sí mismos y para otros oportunidades políticas, puesto que los movimientos que inician un ciclo de protesta pueden abrir oportunidades para movimientos posteriores al demostrar que existen objetivos vulnerables a la acción colectiva (Staggenborg, 2011). Con respecto a la teoría de la movilización de recursos los aportes principales fueron elaborados por John McCarthy, Zald Mayer, Doug McAdam, J. Craig Jenkins, Anthony Obershall, Charles Tilly, Sidney Tarrow y HansPeter Kriesi; a partir la sociología de las organizaciones y la ciencia política, con alguna influencia de la economía (Javaloy, et al 2001); realizando el estudio de las acciones colectivas y los movimientos sociales desde la organización y no desde los individuos (Jiménez, 2007). Los teóricos de la movilización de recursos plantearon que las tensiones y quejas siempre se encuentran en las sociedades, y que existen vínculos entre la disponibilidad de recursos tangibles o intangibles y la posibilidad de la acción colectiva. Dichos recursos pueden no provenir de los grupos agraviados, ya que pueden ser aportados por los constituyentes de conciencia, que no necesariamente se benefician individualmente de los logros del 21 movimiento, en algunos casos la capacidad de movilizar constituyentes de conciencia puede determinar la eficacia del movimiento (Staggenborg, 2011). En este enfoque de la movilización de recursos se la da importancia a los liderazgos, ya sea por parte de los beneficiarios constituyentes o de los constituyentes de conciencia; así mismo, se considera que la estructura organizativa tiene influencia en la permanencia y las tácticas usadas por el movimiento social, por ejemplo, las organizaciones formales o burocráticas pueden ser capaces de sostener los movimientos en el tiempo, y las organizaciones informales puede ser innovadoras en sus tácticas (Staggenborg, 2011). Conviene subrayar que el enfoque de los procesos políticos fue tratado por algunos teóricos como una variante de la teoría de la movilización de recursos, e intentaron sintetizarlos en un solo modelo. Dicha síntesis aborda a los movimientos sociales como entidades políticas con el objetivo de crear un cambio social; sus estudios analizan las características del entorno y la organización de los movimientos, las estrategias que influyen en la movilización y los resultados de la acción colectiva (Staggenborg, 2011). A su vez, con la finalidad de abarcar el análisis de las ideologías y las motivaciones que llevan a los individuos a las acciones colectivas, influenciados por teorías de los movimientos sociales europeos que dan trascendencia a lo simbólico en las esferas culturales, desarrollaron la categoría de enmarcado cultural, como una forma de captar la importancia de los significados e ideas que impulsan las movilizaciones (Staggenborg, 2011). De esta manera, los elementos básicos de la teoría de los movimientos sociales norteamericana son: las oportunidades políticas, las estructuras de movilización y el enmarcado cultural (Staggenborg, 2011). Dentro de las limitaciones atribuidas a la teoría de la movilización de recursos se encuentra; en primer lugar, que al tener como base la organización visible de las acciones colectivas puede dejar fuera el análisis de acciones que no muestran visiblemente señales de organización; “en segundo lugar, al considerar a la acción colectiva como una lucha por la 22 apropiación de los recursos y la racionalidad estratégica – instrumental,” (Jiménez, 2007:15) contempla el modelo de la elección racional de Olson, y las críticas que se realizan a este; y en tercer lugar, el suponer que la lucha por la apropiación de recursos para la movilización se da bajo condiciones de igualdad, olvidando la existencia de dominación política (Jiménez, 2007). Luego de haber realizado un recorrido por los principales aportes, características y limitaciones de las escuela europea y norteamericana, desde las cuales se han estudiado las acciones colectivas y los movimientos sociales, es necesario clarificar y argumentar que la presente investigación tomará como base fundamental la perspectiva propuesta por la teoría de la movilización de recursos, puesto que ha sido el paradigma de la identidad el que más influencia ha tenido en las investigaciones desarrolladas en nuestra región mientras que, el paradigma de la movilización de recursos, ha sido la mayoría de veces pasado por alto. En ese sentido, Sonia Álvarez (1989) (citada por Escobar, 1991) observa que la falta de atención al paradigma de la movilización de recursos ha hecho que muchos tipos de acciones colectivas hayan sido calificadas simplísticamente en términos de reclamos de identidad, dejando sin explicar asuntos complejos que tiene que ver con lo organizativo, las restricciones y oportunidades políticas, los recursos, etc. (Parra, 2005:76). Otro de los argumentos para la utilización de dicha perspectiva tiene que ver con el interés en el análisis de un movimiento social como la RCAT, que aparentemente ha movilizado recursos de todo tipo, entre ellos el recurso humano, con lo cual entran en juego múltiples identidades que serían imposibles de definir y analizar en un corto periodo de trabajo de campo pese a su importancia. Además, de constituir una movilización que gira en torno al conflicto generadopor los recursos naturales, aspecto en el que prima la formación de una colectividad entorno a factores materiales, más que identitarios. El uso de esta perspectiva se realizará con plena conciencia de que las categorías de análisis propuestas surgieron en el marco de otro contexto –Norteamérica en los años sesenta–, por ello, no se pueden emplear de manera acrítica y sin contemplar una posible reconstrucción adaptada al contexto de los nuevos movimientos sociales, que emergieron en Colombia en respuesta a la implementación del modelo neoliberal, y más específicamente al neoextractivismo. 23 1.3. Los movimientos sociales desde la teoría de la movilización de recursos (TMR) La teoría de la movilización de recursos (TMR), analiza la acción colectiva a partir de la eficacia de las organizaciones para emplear los recursos disponibles con el fin de alcanzar sus objetivos; puesto que éstas se mueven en un contexto de mercado, donde los recursos son limitados y siempre están en disputa. La movilización es un proceso donde los grupos organizados se apropian de recursos, los controlan y canalizan para alcanzar cambios sociales (Jiménez, 2007). “El modelo de la movilización de recursos proporciona una teoría integrada de cómo se forman las organizaciones, cómo se moviliza el apoyo público, cómo se desarrolla el comportamiento de las organizaciones y se decide la táctica política” (Jiménez, 2007:12). La TMR asume que en las sociedades existe inconformidad y conflictos; entonces la acción colectiva dependerá fundamentalmente de la forma en que los individuos se organizan, toman la iniciativa y se movilizan. Dentro de los aspectos que investiga esta teoría se encuentran los siguientes: el tipo de estructuras usadas, la activación de los afiliados, la planificación organizativa, la capacitación de nuevos miembros, entre otros (Jiménez, 2007). Entre los conceptos fundamentales de la presente investigación, se encuentra el concepto de movimientos sociales, que constituyen “desafíos colectivos planteados por personas que comparten objetivos comunes y solidaridad en una interacción mantenida con las élites, los oponentes y las autoridades” (Tarrow, 1997: 21). Destaca en la definición de Tarrow (1997) cuatro elementos fundamentales de los movimientos sociales: en primer lugar los desafíos colectivos, que se caracterizan por la introducción de incertidumbre en la actividades de otros; en segundo lugar los objetivos comunes, constituyendo exigencias que se tejen desde intereses y valores comunes solapados entre sí, que son expresadas a sus adversarios, a los gobernantes o a las élites; en tercer lugar la solidaridad, ya que “los lideres solo pueden crear un movimiento social cuando explotan sentimientos enraizados y profundos de solidaridad o identidad” (Tarrow, 1994:24); y por 24 último el mantenimiento de la acción colectiva, ya que un suceso de confrontación solo se convierte en movimiento social si se mantiene la acción colectiva frente a los antagonistas. Para la TMR los movimientos sociales en su primera fase se caracterizan por ser espontáneos e informales, y con el transcurrir del tiempo se van estructurando con más firmeza, constituyendo organizaciones formales y redes de individuos y grupos. De esta manera, surge un liderazgo formal y la necesidad de precisar procedimientos para la toma de decisiones; la organización permitirá al movimiento permanecer en el tiempo, concretar mejor sus objetivos, escoger y planificar en detalle sus formas de acción (Javaloy, et ál. 2001). La TMR clasifica los movimientos sociales y la acción colectiva basados en la complejidad de sus organizaciones constitutivas en: a) organización social, b) movimiento social, c) organización de movimientos sociales, d) industria de los movimientos sociales, y e) sector de movimientos sociales; las diferencias se plantean en términos de estructuras formales o informales, grado de complejidad de la organización, grado de politización de los individuos, y estructura de liderazgo (Jiménez, 2007:13 y McCarthy y Zald, 1997 ). Cabe clarificar que dicha clasificación no es rígida pues los movimientos sociales acuden a diversidad de formas organizativas para canalizar la movilización. En el cuadro 1.1 propuesto por McCarthy (1996) se presentan las dimensiones de las estructuras de movilización de los movimientos basado en el grado de formalidad o informalidad. Cuadro 1.1. Clasificación de los movimientos sociales No Movimiento Movimiento Informal Redes de amigos Vecinos Redes de trabajo Redes de activistas Grupos a fines Comunidades de memoria Formal Iglesias Movimiento Social Organizado 25 Sindicatos Asociaciones profesionales Comités de protesta Escuelas de movilización Fuente: McCarthy, 1996: 145 1.4. Movimientos Sociales Organizados (MSO) McCarthy y Zald (1997) introducen el concepto de movimiento social organizado (MSO), caracterizado por tener amplios objetivos o preferencias de un movimiento social, y a la vez objetivos concretos a alcanzar; contando con recursos que incluyen: habilidades de especialistas, instalaciones, equipo, trabajo, dinero, legitimidad para convocar y la cantidad de esfuerzos dirigidos hacia el logro de las metas de la organización. De la misma manera los MSO movilizan sus miembros a la acción colectiva, y persiguen un objetivo político o forma de bien común o evitar el mal común (Kriesi, 1996).Los MSO son considerados pilares de las estructuras de movilización de un movimiento social, sin embargo no son los únicos componentes de las estructuras de movilización de un movimiento; existen redes de parentesco o amistad, redes informales entre activistas, industrias de movimientos, organizaciones formales que contribuyen al objetivo del movimiento que no necesariamente están vinculadas al proceso de movilización que canaliza la acción colectiva (Kriesi, 1996). Ahora bien, cuando se abordan las estructuras de movilización se hace referencia a “las formas consensuadas de llevar a cabo acciones colectivas, a los repertorios tácticos, a formas organizativas de movimientos sociales concretos y a repertorios modulares de los movimientos sociales” (McCarthy, 1999:206). El análisis de las estructuras de movilización permite identificar los núcleos socioestructurales cotidianos de micromovilización, es decir, grupos cuya función principal no es la movilización, entre ellos se encuentran unidades familiares, redes de amigos, asociaciones voluntarias, centros de trabajo y elementos de la propia estructura del Estado, éstas pueden “funcionar como estructuras que facilitan la solidaridad y la comunicación cuando se trata de realizar algún tipo de acción de protesta” (McCarthy, 1999:209). 26 Para efectos del estudio del movimiento social de la RCAT, se tomarán las estructuras organizacionales como elemento a ser analizado a partir de los planteamientos de Hanspeter Kriesi (1996) partiendo de cuatro categorías: crecimiento y declive organizacional; estructura externa; estructura interna; y los objetivos y repertorios de acción. 1.4.1. Crecimiento y declive organizacional En primer lugar, se encuentra el crecimiento y declive organizacional, éste hace referencia a las variaciones en la cantidad de recursos –activistas y simpatizantes comprometidos– disponibles para la movilización y al flujo de recursos que determina otros aspectos de desarrollo organizativo (Kriesi, 1996). Dentro de esta categoría se tendrá en cuenta que la disponibilidad de recursos depende del contexto espacial, temporal y circunstancial específico y accesible a los actores colectivos, puesto que los recursos se distribuyen de manera desigual dentro de la sociedad y entre ellas, también varían de un grupo social a otro y entre los diversos miembros de un grupo (Edwards y McCarthy, 2004). Así mismo, se debe identificar la procedencia de los recursos del movimiento social, ya sean de movimientos sociales, estatales, de organizaciones no estatales, de organizaciones religiosas, de empresas y corporaciones y/o de personas particulares. Teniendo en cuenta que la procedencia de los recursos puede generarle restricciones a las acciones de movilización, la apertura de espacios en la toma de decisiones, legitimidad, y en general acceso a diversos tipos de recursos (Edwards y McCarthy, 2004). Bod Edwards y McCarthy (2004) proponen la siguiente clasificación de los recursos usados y creados por los movimientos sociales: recursos morales como legitimidad; recursos culturales, los cuales incluyen los repertorios tácticos y las estrategias; los recursos socio- organizacionales que pueden incluir infraestructuras de movimiento, redes y estructuras organizacionales; los recursos humanos como el trabajo y la experiencia de los activistas; y los recursos materiales como el dinero y los espacios físicos (Staggenborg, 2011). 27 Recursos morales: incluyen la legitimidad, apoyo solidario, apoyo empático y celebridad; este tipo de recurso generalmente tiene su origen fuera del movimiento social y son otorgados por una fuente conocida con la capacidad de brindar y retractarse del respaldo moral (Edwards y McCarthy, 2004). Recursos culturales: hace referencia a las herramientas conceptuales y conocimientos especializados que son ampliamente conocidos, como los repertorios tácticos, formas de organización y conocimientos técnicos o estratégicos de movilización. Aquí se incluye la producción de música, literatura, revistas, periódicos, videos, películas, entre otros (Edwards y McCarthy, 2004). Recursos socio-organizativos: éstos son creados o utilizados para acceder a otros recursos, se incluyen la organización social intencional, es decir, que fue creada específicamente para los objetivos del movimiento social; y las organizaciones apropiables, cuya creación no tuvo como objetivo el movimiento, pero los actores del movimiento son capaces de acceder a otro tipos de recursos a través de
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