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Rabia

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Andreysi Cleto Guilamo 
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Semestre 2022-20
Enfermedades Infecciosas II (VET-323)
Rabia. Programas de prevención y control.
La rabia es una enfermedad zoonótica infecciosa causada por un virus ARN, Lyssavirus, que afecta principalmente al SNC, con una mortalidad de hasta un 100%, pero de igual de prevenible, y que cobra la vida de aproximadamente 60,000 personas cada año. Alrededor del 95% de los casos humanos se han informado en África y Asia, pero la enfermedad se encuentra extendida por todo el mundo. Según diversas fuentes, la enfermedad se encontraba en proceso de eliminación en las Américas, sin embargo logró resurgir en los últimos años, afectando a nuevas zonas y países. En zonas endémicas, los casos humanos involucran mordeduras de perros infectados, mientras que en otros, se relaciona con mordeduras de animales salvajes. 
La transmisión es provocada por la mordedura, contacto con la saliva contaminada, o rasguños profundos de un animal infectado. Según la OMS, en las Américas, los murciélagos son la principal fuente de infección de las muertes por rabia, así mismo, se han convertido en una gran amenaza para la salud publica en Australia y Europa Occidental. 
Al ser un virus de invasión progresiva, se recomienda una adecuada profilaxis posterior a la exposición con el objetico de impedir que la infección llegue al SNC y evitar, dentro de lo posible, la muerte del individuo. 
Se debe iniciar con una correcta anamnesis sobre la exposición el tipa de animal con el que se tuvo contacto, el lugar de la mordida, laceración o lamida, y el tiempo transcurrido desde la exposición. Del mismo modo, es necesario tomar en cuenta los 3 pilares principales luego de una exposición; los cuidados de la herida, vacuna antirrábica, con virus inactivados cultivadas en líneas celulares y vacunas de huevos embrionados, y la administración de inmunoglobulina en las exposiciones de mayor riesgo. 
La Organización Mundial de la Salud recomienda diferentes medidas profilácticas en función el riesgo de exposición y el tipo de contacto; en el tipo I, si se toca o alimentan animales infectados o lamen la piel intacta, solo se recomienda lavar la superficie expuesta; en el tipo II, luego de una mordedura, arañazo o erosión en la piel expuesta, sin sangrado, es necesario realizar tratamientos locales y vacunar de manera inmediata; y por último se encuentra el tipo III, cuando existen mordeduras, arañazo transdérmicos, contacto con murciélagos o se contaminan las mucosas con saliva contaminada, es de vital importancia vacunar y se requiere la administración de inmunoglobulina antirrábica; si se trata de un animal doméstico, canino o felino, debemos tomar en cuenta la observación, en condiciones de aislamiento, realizada por un veterinario durante 10 días a partir de la fecha de inicio de la lesión. 
Dentro del marco “One Health” se tiene como objetivo conseguir evitar más muertes para el año 2030, proponen que en conjunto con servicios veterinarios, es posible idear un método más eficaz para la prevención y eliminación de la enfermedad mediante la utilización eficaz de vacunas de alta cobertura, medicamentos, instrumentos y tecnología para detener la transmisión de la rabia, pero también destacando la educación de poblaciones en riesgo y sobre el comportamiento animal basada en pruebas científicas, así mismo, contando con mayor capacidad de laboratorios, actividades de investigación y con una vigilancia epidemiológica eficiente. 
Considero que la mejor prevención consiste en la vacunación antirrábica de nuestros animales de compañía, caninos y felinos, a partir de los tres meses de edad y realizar revacunación anual durante el resto de su vida. Del mismo modo, evitar las mordeduras de cualquier animal, no acercarnos a mascotas desconocidas, especialmente en animales silvestres ya que en los mismos, los signos pueden pasar desapercibidos, pero su comportamiento suele ser anormal.

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