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Enfermedades inflamatorias intestinales: diagnóstico y manejo Las enfermedades inflamatorias intestinales (EII), que incluyen la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, son trastornos crónicos del sistema digestivo caracterizados por la inflamación persistente del tracto gastrointestinal. Aquí se detalla el diagnóstico y manejo de estas enfermedades: Diagnóstico: Historia clínica y examen físico: El médico recopila información sobre los síntomas del paciente, incluyendo diarrea crónica, dolor abdominal, pérdida de peso y fatiga, y realiza un examen físico para evaluar el estado general de salud y buscar signos de inflamación. Pruebas de laboratorio: Se pueden realizar análisis de sangre y heces para buscar signos de inflamación, anemia, deficiencias nutricionales y marcadores específicos de las EII, como la proteína C reactiva (PCR) y los anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos (ANCA). Estudios de imagen: Se pueden realizar pruebas de imagen, como la endoscopia, la colonoscopia y la tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) del abdomen, para evaluar el grado y la ubicación de la inflamación en el tracto gastrointestinal. Biopsias: Durante la endoscopia o la colonoscopia, se pueden tomar muestras de tejido (biopsias) del revestimiento del intestino para confirmar el diagnóstico y evaluar la gravedad y el tipo de inflamación. Manejo: Tratamiento farmacológico: Se utilizan medicamentos antiinflamatorios, inmunomoduladores y biológicos para controlar la inflamación y aliviar los síntomas. Los medicamentos pueden incluir aminosalicilatos, corticosteroides, inmunomoduladores como el azatioprina o el metotrexato, y terapias biológicas dirigidas, como los anticuerpos monoclonales anti-TNF alfa. Modificaciones en la dieta: Se pueden recomendar cambios en la dieta, como evitar alimentos que desencadenen los síntomas y consumir una dieta baja en fibra durante los brotes agudos de la enfermedad. Algunos pacientes pueden beneficiarse de dietas específicas, como la dieta baja en FODMAPs o la dieta de exclusión. Suplementos nutricionales: Los suplementos nutricionales pueden ser útiles para abordar las deficiencias nutricionales y mantener el estado nutricional adecuado, especialmente en pacientes con malabsorción intestinal o pérdida de peso. Terapia quirúrgica: En casos graves o complicados de EII, puede ser necesario realizar cirugía para extirpar partes del intestino afectadas, reparar fisuras anales o tratar complicaciones como abscesos o fístulas. Manejo del estrés: El estrés puede desempeñar un papel en el desencadenamiento o empeoramiento de los síntomas de las EII. Se pueden recomendar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, la terapia cognitivo-conductual o el yoga, como parte del manejo integral de la enfermedad. Seguimiento y monitoreo: El seguimiento regular con un gastroenterólogo es fundamental para monitorear la progresión de la enfermedad, ajustar el tratamiento según sea necesario y prevenir complicaciones a largo plazo, como el desarrollo de cáncer colorrectal en casos de colitis ulcerosa de larga duración.
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