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La Clamidiosis

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La Clamidiosis
La clamidiosis 
La clamidiosis es una infección de transmisión sexual prevenible y curable causada por la bacteria Chlamydia trachomatis, que se transmite principalmente a través de las relaciones sexuales vaginales, orales y anales.
Se estima que en 2020 hubo 128,5 millones de nuevas infecciones por clamidias en adultos (15-49 años) en todo el mundo.
La clamidiosis suele ser asintomática, pero entre los síntomas frecuentes se pueden incluir secreciones uretrales y vaginales inusuales.
Si no se recibe tratamiento contra la clamidiosis, puede provocar problemas de salud graves como infertilidad en las mujeres. Asimismo, aumenta el riesgo de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Panorama general
La clamidiosis es una infección de transmisión sexual frecuente que puede presentarse tanto en hombres como en mujeres. Es causada por la bacteria Chlamydia trachomatis. Se puede tratar y curar fácilmente con antibióticos.
Si no se trata, la clamidiosis puede provocar problemas de salud graves como infertilidad y embarazo ectópico. En las embarazadas, puede provocar que el bebé nazca antes de tiempo (prematuridad).
El uso correcto y constante de preservativos durante las relaciones sexuales es la forma más eficaz de prevenir la clamidiosis.
Magnitud del problema de la clamidiosis
Se estima que en 2020 hubo 128,5 millones de nuevas infecciones por Chlamydia trachomatis en adultos (de 15 a 49 años) en todo el mundo. En ese año, la prevalencia mundial en las personas entre esas edades se estimó en 4,0% para las mujeres y en 2,5% para los hombres. La infección por clamidias es más frecuente en las personas jóvenes. El linfogranuloma venéreo (LGV) es relativamente poco común, pero ha habido rebrotes en algunos países, especialmente en hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Otros serotipos de Chlamydia causan el tracoma, pero esta infección se transmite por el contacto con secreciones oculares y nasales, especialmente en niños pequeños.
Es poco probable que la clamidiosis provoque problemas a largo plazo si se trata a tiempo. Sin embargo, sin tratamiento, la infección por clamidias puede causar afecciones graves y facilitar el contagio y la transmisión del VIH y de otras infecciones de transmisión sexual (ITS).
Signos y síntomas de la clamidiosis
Un gran número de personas con clamidiosis no presentan síntomas o solo presentan síntomas leves. Si se presentan síntomas, es posible que estos no aparezcan hasta unas tres semanas después de haber tenido relaciones sexuales con alguien que tiene la infección.
Los síntomas más frecuentes en mujeres son los siguientes:
· cambios en la secreción vaginal;
· sangrado entre períodos menstruales o después de las relaciones sexuales;
· dolor o molestias en la parte inferior del abdomen;
· sensación de ardor al orinar.
· Los síntomas más frecuentes en hombres son los siguientes:
· sensación de ardor al orinar;
· secreción por el pene;
· dolor o molestias en los testículos.
La infección anal en mujeres y hombres puede presentar los siguientes síntomas
· dolor;
· secreción;
· sangrado.
Las clamidias también pueden provocar infección de la garganta, a menudo, sin síntomas.
En los bebés nacidos de madres con clamidiosis se pueden presentar infecciones oculares o neumonía. Estas infecciones pueden tratarse con antibióticos para recién nacidos.
Los tipos de clamidias que causan el LGV pueden provocar inflamación grave y úlceras genitales, aumento del volumen de los ganglios linfáticos, inflamación del área anorrectal con secreciones, cólicos, diarrea, estreñimiento, fiebre o dolor al defecar.
Posibles complicaciones de la clamidiosis
La clamidiosis puede provocar problemas graves si no se trata, especialmente en las mujeres. En las mujeres puede aparecer enfermedad inflamatoria pélvica, dolor abdominal y pélvico, y en etapas posteriores, puede causar infertilidad y embarazo ectópico (un embarazo que ocurre fuera de la cavidad uterina).
En los hombres puede aparecer una infección dolorosa en los testículos (epididimitis u orquiepididimitis). En unos pocos casos, esto puede producir infertilidad. Además, la clamidiosis puede causar otros síntomas, como inflamación de las articulaciones (artritis) e inflamación de los ojos.
La infección por clamidias puede causar estigmatización y afectar las relaciones personales. Estos efectos son importantes, pero a menudo no pueden cuantificarse.
La infección neonatal puede causar conjuntivitis (infección ocular) y neumonía. También puede causar partos prematuros.
El LGV puede ser una infección sistémica e invasiva y, si no se trata a tiempo, puede provocar lesiones exudativas crónicas alrededor del área anorrectal, estenosis o artritis reactiva (dolor e hinchazón de las articulaciones). Pueden aparecer úlceras bucales y podría asociarse a un aumento del volumen de los ganglios linfáticos.
Diagnóstico de la clamidiosis
Las pruebas moleculares son las pruebas de referencia para el diagnóstico de C. trachomatis y se pueden realizar en el laboratorio o en el lugar donde se presta la atención médica. Se dispone de algunas pruebas de diagnóstico rápido en el mercado, pero actualmente sus resultados no son tan buenos como los obtenidos con las pruebas moleculares. 
Es fundamental que se conozcan los antecedentes sexuales del paciente y que se realice la evaluación de riesgos antes de hacer un diagnóstico. El examen clínico, el examen con espéculo y la palpación pueden proporcionar indicios importantes para el diagnóstico clínico.
En muchos entornos de atención primaria de salud donde no se dispone de capacidad diagnóstica para detectar C. trachomatis, se recomienda un enfoque sindrómico para el abordaje de los casos.
Es frecuente el uso de muestras de orina para diagnosticar la clamidiosis, pero estas son menos sensibles que las muestras recogidas mediante el hisopado de las zonas genitales (vaginales o uretrales), anales u orofaríngeas. La recogida de muestras de distintas partes del cuerpo depende de las prácticas sexuales y de los antecedentes médicos. Se recomienda que los pacientes tomen sus propias muestras, ya que los resultados obtenidos en las pruebas son similares a los que se obtienen cuando un profesional de la salud realiza la toma.
Debido a que la mayoría de los casos son asintomáticos, se recomienda realizar análisis periódicos a las personas con mayor riesgo de contraer la infección por clamidias, como los trabajadores sexuales, a fin de prevenir la aparición de complicaciones y la propagación de la infección.
Si hay infección por clamidias, se recomienda realizar pruebas para diagnosticar otras infecciones de transmisión sexual (como la infección por el VIH, la sífilis o la gonorrea), así como notificar a la o las parejas sexuales.
Tratamiento
Existe tratamiento y cura para la clamidiosis.
La clamidiosis no complicada se trata con antibióticos orales como azitromicina o doxiciclina.
Pueden presentarse infecciones repetidas si las parejas sexuales no reciben tratamiento y si las personas tienen relaciones sexuales sin preservativos con una persona infectada.
El medicamento utilizado para tratar a los recién nacidos con infección ocular por clamidias (conjuntivitis) es la azitromicina.
Es preciso que transcurran siete días después de la toma del medicamento para volver a tener relaciones sexuales. De no ser posible, se deben usar preservativos de manera adecuada. Asimismo, los pacientes deben indicar a su o sus parejas sexuales que se hagan la prueba y, de ser necesario, reciban tratamiento.

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