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24 VidaRURAL (15/Febrero/2012)
DOSSIER MAÍZ
Lloveras1, J., Cela1, S., Berenguer1,
P., Biau1,A., Santiveri1, F., Guillén2 M., Quilez2,
D. y Isla2, R.
1 Centro Universitat de Lleida-IRTA. Universitat de Lleida.
2 Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria deAragón
(CITA). Gobierno deAragón.
E
l maíz es uno de los cereales más ex-
tendidos del mundo con unos 158
millones de ha, de los cuales 13,8
millones están en Europa (Faostat,
2009). En España ocupa sólo unas 350.000
ha (MARM, 2010) pero es uno de los cultivos
herbáceos que proporciona mayor margen bru-
to en las zonas de regadío.
El maíz es un cultivo de verano, época en la
que en muchas zonas de España no llueve, con
unas necesidades hídricas de unos 600 mm
por lo que, exceptuando algunas áreas de la
Cornisa Cantábrica (Galicia,Asturias, etc.) y al-
guna comarca de la provincia de Girona, se
siembra mayoritariamente en regadío.
El crecimiento del maíz tiene lugar durante
el verano, con altos niveles de radiación solar y
con disponibilidad de agua en regadío. Este he-
cho, junto al papel que ha tenido la mejora ve-
getal, bien convencional bien biotecnológica, en
el desarrollo de híbridos de elevado potencial
de rendimiento, contribuyen a la obtención de
elevadas producciones.A modo de ejemplo, en
el Valle del Ebro, las producciones de maíz pue-
den variar de unos 10.000 kg/ha en algunas
zonas a los 20.000 kg/ha obtenidos por bue-
nos productores en óptimas condiciones de
suelo y de manejo del cultivo.
Se observa pues, una gran variación de pro-
ducción entre agricultores de la misma área y,
por ello, no puede existir una única recomen-
dación de abonado, sino que las recomenda-
ciones o las indicaciones varían en función de
un conjunto de factores, entre los que podemos
destacar el tipo de riego, el cultivo precedente,
el tipo de suelo, el manejo de los residuos, etc.
Otro aspecto a considerar es que la fertiliza-
ción del maíz es una de las pocas técnicas de
cultivo en la que existe, en general, margen pa-
ra reducir los costes, ya que el abonado supo-
ne alrededor del 30% de los gastos del cultivo.
Sin embargo, cabe recordar que debido a su al-
ta tasa de crecimiento, cualquier déficit nutri-
cional puede suponer una disminución en la
producción.
Necesidades de
nutrientes
Para que el desarrollo del cultivo sea ópti-
mo hace falta que tenga disponible los elemen-
tos nutritivos que necesite a lo largo de su ciclo
y, para ello, es necesario saber cuáles son estos
Amodo de resumen se podría indicar que las re-
comendaciones de abonado nitrogenado basa-
das únicamente en las extracciones de la plan-
ta son una guía de aportes máximos, ya que es
necesario considerar otros factores como el ti-
po de riego y el cultivo precedente, los cuales ayu-
dan a ajustar las dosis de N más apropiadas. En
este artículo se analiza cada uno de estos pará-
metros de forma que sirva como guía práctica de
fertilización de maíz para grano.
NECESIDADES DE NUTRIENTES, INFLUENCIA DELTIPO DE SUELO,DELTIPO DE RIEGOY DEL FRACCIONAMIENTO DE LA DOSIS
Recomendaciones prácticas
para la fertilización del maíz
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elementos y en qué cantidades son necesarios.
A modo de orientación, las extracciones
medias del maíz y su reparto entre las distintas
partes de la planta se presentan en los cua-
dros I y II. En la bibliografía existen diversas ta-
blas de este tipo (Betrán, 2010), pero los re-
sultados que aquí se presentan son fruto de
muchas observaciones obtenidas en el Valle del
Ebro (Boixadera et al., 2005).
Estas cantidades se reparten aproximada-
mente del modo presentado en el cuadro II.
Las extracciones de N que aquí se presentan
son bastante similares a las obtenidas en ensa-
yos realizados enAragón por Isla y Quílez (2011),
que indican unas extracciones totales en torno a
23 kg N por tonelada de grano al 14%.
Analizando los cuadros I y II se observa
que para producir unos 13.000 kg/ha de grano
de maíz (producciones medias habituales en
muchas zonas del Valle del Ebro) se necesitan
aproximadamente: 300 kg N/ha; 57 kg P/ha
(130 kg P2O5/ha) y 232 kg K/ha (280 kg
K2O/ha). Mientras que si se incorporan al sue-
lo los residuos de cosecha las cantidades nece-
sarias para el cultivo siguiente se reducen a:
200 kg N/ha; 40 kg P/ha y 91 kg K/ha.
Sin embargo, las cantidades de nutrientes
que se acaban de comentar pueden variar mu-
cho dependiendo de si las producciones se re-
ducen a 10.000 kg/ha o alcanzan las 20.000
kg/ha. Por ello, una vez más creemos que no
pueden darse unas únicas recomendaciones de
abonado, especialmente en lo relativo al nitró-
geno debido a su dinámica en el suelo y a que
éstas dependen de un conjunto de factores que
afectan al rendimiento y que, como se ha co-
mentado anteriormente, son: tipo de riego, fer-
tilidad del suelo, manejo de los residuos, culti-
vo precedente, zona de cultivo, etc.
Ensayos llevados a cabo en Lleida en mo-
nocultivo de maíz en riego por aspersión mues-
tran que en ningún año las dosis de N que pro-
dujeron los rendimientos más elevados supera-
ron los 200-250 kg N/ha y que, algún año, las
dosis fueron inferiores a los 100 kg N/ha (fi-
gura 1) (en riego por inundación las cantida-
des serían seguramente sensiblemente mayo-
res) (Berenguer et al., 2009).
La pregunta que hacen frecuentemente los
agricultores al ver estos resultados, –que mu-
chos no se creen–, es dónde está el truco, cuan-
do las encuestas en el Valle del Ebro muestran
que las aplicaciones más habituales superan
los 300-350 kg N/ha (Sisquella et al., 2004).
La respuesta, una vez más, no es única y de-
pende de un conjunto de factores que se irán
desgranando a lo largo de este artículo y son
principalmente: contenido inicial de N en el sue-
lo, tipo de riego, fraccionamiento de abonado y
cultivo precedente, entre otros.
Foto 1.Maíz regado a manta en el término deAlmacelles. Foto 2. Hoja de maíz con un claro síntoma de carencia de N.
Ensayos llevados a cabo en
Lleida en monocultivo de
maíz en riego por
aspersión muestran que
en ningún año las dosis de
N que produjeron los
rendimientos más
elevados superaron los
200-250 kg N/ha
CUADRO I.
Extracciones orientativas (planta + grano) por tonelada de grano (14% de humedad).
(Boixadera et al., 2005).
Elemento Extracciones medias (kg/1.000 kg grano) Rango
Nitrógeno (N) 23 22 – 27
Fósforo (P) 4,4 3,9 - 4,9
Potasio (K) 18,4 16,6 - 21
CUADRO II.
Reparto aproximado de los nutrientes en las distintas partes de la planta.
(Boixadera et al., 2005).
Nutriente Grano (%) Resto de cosecha (%)
Intervalo Valores medios
Nitrógeno (N) 50 - 80 65 35
Fósforo (P) 60 - 80 70 30
Potasio (K) 25 - 45 40 60
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DOSSIER MAÍZ
En este artículo no se han considerado los
micronutrientes como Zn, S,Mg, etc., ya que se
suele asumir que los suelos están suficiente-
mente provistos. Sin embargo, algunos trabajos
realizados en el área señalan que, en algunos
casos, se observa respuesta positiva a las apli-
caciones de Zn (Fertiberia, comunicación per-
sonal).
Análisis de suelo
En el apartado anterior se ha comentado
que para obtener las producciones indicadas el
cultivo necesita los nutrientes en unas cantida-
des determinadas. Los nutrientes necesarios
pueden venir o bien del suelo o bien a través del
abonado. Por ello, antes de dar recomendacio-
nes de abonado es preciso saber las disponibi-
lidades de nutrientes del suelo y, por lo tanto,
sus posibles aportaciones. Así pues, es nece-
sario disponer del análisis de suelo como ele-
mento básico de guía de la fertilización.
Nitrógeno
El análisis de N del suelo, consiste en cal-
cular su disponibilidad bien antes de la siembra
o bien cuando el maíz está en 2-5 hojas, antes
del abonado de cobertera. Según el N disponi-
ble se calcularán las dosis de N necesarias pa-
ra aplicar con el abonado.
Este N del suelo, básicamente en forma de
nitratos, se sumará al N procedentedel fertili-
zante para obtener el denominado N disponi-
ble.
Observaciones de veinticuatro ensayos en
el Valle del Ebro en distintas condiciones pro-
porcionan las siguientes indicaciones (cuadro
III) (Cela, et al., resultados no publicados).
Tal y como se aprecia en el cuadro III, es
posible que algunos de los valores de N dispo-
nible para alcanzar rendimientos máximos en
maíz puedan parecer bajos, pero hay que con-
siderar que a lo largo del ciclo de cultivo el sue-
lo va mineralizando y liberando N que queda
disponible.Además, los valores pueden ser dife-
rentes dependiendo del momento en que se
muestrea el suelo para conocer el contenido de
N. En general, el N disponible en el suelo para
alcanzar el rendimiento máximo es más elevado
cuando se tiene en cuenta el N en el suelo en
V3-V5. Esto es debido, muy probablemente, a
que en este momento ya ha habido aportes
adicionales de nitrógeno procedentes de la mi-
neralización de la materia orgánica del suelo.
Los valores del cuadro III consideran dos
de los factores más importantes relacionados
con las necesidades de N, como son: el tipo de
riego y el cultivo precedente. En el riego por as-
persión el uso del N esmuchomás eficiente que
en el riego amanta. Este último tipo de riego uti-
liza en cada episodio de riego elevadas cantida-
des de agua, con el consiguiente lavado de N,
mientras que en el riego por aspersión, al ser las
dosis de agua empleadas en cada riego y en to-
tal a lo largo de la campaña más bajas, el lava-
do de N es mucho menor (Isla y Quílez, 2011).
En el caso del Valle del Ebro se ha observa-
do que el maíz que sigue a la alfalfa necesita
menos abonado nitrogenado que el maíz que
sigue al maíz (Cela et al., 2011). Ensayos reali-
zados en esta zona muestran que, en algunas
parcelas, la combinación de sistemas de asper-
sión y alfalfa como precedente permite obtener
producciones de hasta 16 t/ha sin aplicación
de fertilizante N.Sin embargo, en el caso dema-
íz detrás de alfalfa en riego a manta una parte
muy importante del N se lava por el riego.
Estos resultados concuerdan con los obte-
nidos en otros ensayos realizados en Aragón y
en Cataluña. En ellos se ha observado que el
mínimo de nitrógeno disponible (N en el suelo +
N fertilizante) necesario para alcanzar las máxi-
mas producciones de maíz (13-15 t/ha) es de
unos 250 kg N/ha (Berenguer et al., 2009; Is-
la y Quílez, 2011), de los cuales, como se ha ve-
nido repitiendo, una parte procede del N del
suelo y otra parte se aporta con el fertilizante ni-
trogenado.
FIGURA 1.
Curvas de respuesta del cultivo demaíz a la fertilización nitrogenada, en riego
por aspersión. Lleida 2002-2010.
CUADRO III.
Cantidades orientativas de N disponible en el suelo (suma del N en el suelo y del N
de la fertilización) en los 30 primeros cm del suelo, necesarias para obtener
las máximas producciones en kg N/ha y en ppm. Resumen de 24 campos de ensayo
(resultados no publicados).
Cultivo precedente Tipo de riego N disponible mínimo para alcanzar las máximas producciones
N en el suelo antes de la N en el suelo antes del abonado
siembra + fertilización de cobertera (V3-V5)
nitrogenada + fertilización nitrogenada
[kg/ha (ppm)] [kg/ha (ppm)]
Maíz o trigo
Aspersión 178 (42) 208 (52)
Inundación 300 (70) 345 (86)
Alfalfa
Aspersión 100 (25) 100 (25)
Inundación 230 (55) 267 (67)
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A modo de resumen se podría indicar que,
las recomendaciones de abonado nitrogenado
basadas únicamente en las extracciones de la
planta, son una guía de aportes máximos, ya
que es necesario considerar otros factores co-
mo el tipo de riego y el cultivo precedente, los
cuales ayudan a ajustar las dosis de N más
apropiadas.
Fósforo y potasio
Estos dos nutrientes han sido poco estu-
diados en el maíz y en este artículo se presen-
tan los resultados y las recomendaciones pre-
sentadas por Boixadera et al., (2005), que re-
comiendan realizar análisis de suelo cada cua-
tro o cinco años en los primeros 20-30 cm de
suelo, para saber los niveles actuales, poder ha-
cer una recomendación y llevar a cabo el segui-
miento (cuadro IV).
Para la fertilización potásica se puede em-
plear el cuadro V.
Abonado de fondo y de
cobertera
Las necesidades de P y K, al ser estos ele-
mentos relativamente poco móviles en el suelo,
se aplican en fondo.
En cuanto al N, deberíamos tener presentes
las curvas de absorción y la necesidad de tener
disponibles los nutrientes a lo largo del ciclo (al-
rededor del 70% del total de N se extrae antes
de la floración).
Si se tiene en cuenta el gran efecto del la-
vado de N debido al tipo de riego comentado
en el apartado anterior, este elemento debería
Foto 3.Aplicación de purines al suelo como abonado nitrogenado para el cultivo del maíz.
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aplicarse en las zonas de regadío casi única-
mente en cobertera, y mejor en dos coberteras.
Otra cosa es su posible aplicación práctica o la
comodidad del productor. En las zonas en que
el maíz no se riega, se suele recomendar aplicar
la tercera parte o la mitad del N en fondo.
Recientemente se están comercializando
en cultivos extensivos abonos de liberación con-
trolada o con inhibidores de la nitrificación, que
supuestamente permitirían una única aplica-
ción de todo fertilizante, con la consiguiente
ventaja que esto conlleva. Sin embargo, existen
pocos trabajos publicados en nuestras condi-
ciones e independientes que permitan avalar
dicha práctica sin un control adicional del N dis-
ponible por el cultivo (Cela, et al., 2008).
Empleo de abonos
orgánicos: purines
Ensayos llevados a cabo en el Valle del Ebro
muestran que es posible obtener 15.000 kg/ha
de maíz empleando únicamente abonos orgáni-
cos (Berenguer,et al.,2008;Yagüe yQuílez,2010).
Uno de los problemas en el caso de la apli-
cación de purines en el maíz, es que éstos de-
ben aplicarse en fondo y que en muchos casos
las cantidades a aplicar, para alcanzar las má-
ximas producciones superan los 170 kg N/ha
que se permiten en zonas vulnerables a la con-
taminación por nitratos. En el caso del empleo
de los purines hay que tener presente que, aun-
que se intente hacer una aplicación modélica,
se puede perder por volatilización al menos un
15% del N aplicado (Piñol, 2007).
Sin embargo, una estrategia a utilizar en zo-
nas vulnerables a la contaminación por nitra-
tos es combinar la aplicación de purines en fon-
do a dosis permitidas por la legislación con el
uso de abono nitrogenado mineral en coberte-
ra. En estudios realizados en el Valle del Ebro se
han obtenido producciones máximas de maíz
usando dosis permitidas de purín en fondo jun-
to a 100 kg/ha de N mineral en V6 (Berenguer
et al., 2008).
Herramientas de ajuste
para el nitrógeno
Tal como se ha comentado en apartados
anteriores, existe una gran variabilidad de la res-
puesta al fertilizante nitrogenado en el maíz de-
pendiendo de diversos factores. Por ello, parece
oportuno ajustar las dosis para cada parcela y
para cada ciclo de cultivo utilizando lo que se
denominan herramientas de decisión o de ajus-
te (Isla y Quilez, 2011).
Entre las herramientas de ajuste está la ya
comentada de medir la concentración de nitra-
to de la capa superficial (0-30 cm) que propor-
Fotos 4 y 5.Vista de los ensayos realizados con distintas dosis de abonado.
CUADRO IV.
Interpretación de los contenidos de fósforo en el suelo adaptado al maíz.
(Boixadera et al., 2005).
Contenido en fósforo (P Olsen, ppm) Interpretación Recomendación P2O5 (kg/ha )*
< 6 Muy bajo 150
6 -12 Bajo 125
12 - 25 Medio 80
25 - 35 Alto 40
> 40 Muy alto 0
* En suelos con niveles altos de P, no hace falta añadir P si se entierran los restos de cosecha.
CUADRO V.
Interpretación de los contenidos de potasio en el suelo adaptado al maíz*
(Boixadera et al., 2005).
Contenido de potasio Recomendación K2O Recomendación K2O
(Acetato amónico) Interpretación (kg/ha )** (kg/ha )***
<80 Muy bajo 225 200
80-125 Bajo 200 150
125 - 175 Medio 175 100
175 -300 Alto 100 50
> 300 Muy alto 0 0
* En suelos con niveles altos de K, no hace falta añadir K si se entierran los restos de cosecha. ** Si se exportan los restos de
cosecha. *** Si se incorporan los restos de cosecha.
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ciona una idea estática pero válida del N mine-
ral disponible antes de la siembra. Conocidas
las extracciones previstas y asumiendo un buen
manejo del riego aplicando las dosis en función
de las necesidades hídricas reales, el contenido
de N al inicio del cultivo puede ayudar a indicar
la cantidad adicional de N que es necesario
aplicar en la fertilización, aunque no es fácil ob-
tener la dosis óptima de una manera exacta.
Dado que el cultivo del maíz responde de
una forma relativamente rápida a la falta de ni-
trógeno, otra herramienta alternativa a los aná-
lisis de suelo es emplear equipos que miden
de forma indirecta la cantidad de clorofila de
las hojas. La forma recomendada para utilizar
dichos equipos consiste en:
- Disponer de bandas sobrefertilizadas; es-
to es, establecer una pequeña zona de la parce-
la con una dosis de N claramente por encima
de las necesidades (unos 300 kg N/ha). Esta
sobrefertilización puede hacerse en presiembra
en una zona representativa de la parcela.
- Aplicar unas dosis de N bajas antes de la
siembra y conservadoras en la primera coberte-
ra (estado de 6 hojas,maíz con unos 50 cm de
altura).
- Cuando el maíz está con unas 15-16 ho-
jas desarrolladas (altura del hombro, aproxima-
damente), se hacen medidas con dicho equipo
en la hoja de la mazorca principal o en la última
hoja completamente expandida. Las medidas
se realizan en la zona sobrefertilizada y en el
resto de la parcela, midiendo en al menos 30
plantas en cada área. Si la lectura media de la
parcela es superior al 95% del valor obtenido
en la parcela sobrefertilizada, no se aplica más
nitrógeno. Si por el contrario el valor es inferior
al 95%, debe aplicarse una cantidad adicional
de N, que no debería ser superior a unos 100
kg N/ha, debido a que una parte importante de
las necesidades ya han sido cubiertas.
Aunque la medida con equipos de clorofila
es más sencilla y supone menos esfuerzo que
tomar una muestra representativa del suelo,
también presenta el inconveniente de no pro-
porcionar por sí misma la cantidad de N mine-
ral que hay que aplicar a las parcelas conside-
radas deficitarias.Asimismo, si inicialmente los
niveles de N mineral del suelo son bajos, no se
debería esperar a fases avanzadas para reali-
zar las lecturas, ya que el daño de deficiencias
severas sobre la producción final no es recupe-
rable aunque se hagan aportaciones importan-
tes de N posteriormente.
A continuación se presentan algunos resul-
tados que se han obtenido en dos ensayos re-
alizados en el Valle Medio del Ebro y en riego
Foto 6 (izda.). Parcela de maíz en sus primeros estadios de crecimiento. Foto 7 (derecha).Vista de las plantas de maíz de los ensayos días antes de la recolección.
Fotos 8 y 9. Recolección de las parcelas de ensayo.
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30 VidaRURAL (15/Febrero/2012)
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por aspersión, al comparar herramientas para el
ajuste del fertilizante nitrogenado en suelos con
distinto nitrógeno disponible antes de la siem-
bra. Aunque no se presentan los datos de pro-
ducción, en ambos ensayos se observó una res-
puesta positiva a la aplicación de fertilizante en
condiciones de N inicial bajo o medio, ya que el
tratamiento sin fertilizante provocó produccio-
nes muy bajas en algunos casos (3,3 t/ha en
Montañana). Sin embargo, en situaciones con
un N inicial elevado (puede darse después de
alfalfa o después de aplicaciones continuadas
de fertilizantes orgánicos) el tratamiento T0 (sin
fertilizante nitrogenado) no difiere en produc-
ción de grano de los otros tratamientos en que
se que se aplicó N.
En el ensayo en Montañana (2010) se ob-
servó que la utilización de herramientas de de-
cisión (análisis de suelo o uso del SPAD), permi-
tió reducir la dosis de N en relación a la dosis
“reducida”, únicamente cuando el N inicial en el
suelo era muy alto. Sin embargo, en el ensayo
deAlmudévar en las tres situaciones de N inicial
en el suelo, el uso de herramientas de decisión
permitió disminuir la dosis de fertilizante con
respecto a la dosis fija y ya reducida de fertili-
zante nitrogenado (figura 2).
Los resultados presentados indican que es
posible reducir las dosis comúnmente utilizadas
por los productores con dosis más reducidas.
En algunas situaciones de alta disponibili-
dad puede no ser necesario el uso de fertilizan-
tes nitrogenados, si bien es preciso estar segu-
ro de ello mediante las herramientas de deci-
sión. También es posible afinar mejor la dosis
necesaria utilizando herramientas de decisión
como un análisis de nitratos del suelo (0 a 30
o 0 a 60 cm) antes de la siembra del maíz o
bien un equipo de medición del verdor (Minol-
ta SPAD 502 o Yara N-Tester, dependiendo del
fabricante), si bien con estos últimos equipos
es preciso disponer, como se ha comentado,
de una zona de la parcela donde se aplique
una cantidad que garantice la suficiencia de ni-
trógeno y con la que comparar las lecturas rea-
lizadas en el resto de la parcela.
Es preciso señalar que las herramientas de
decisión utilizadas deben ser refinadas y ajusta-
das, ya que en algunas situaciones se obser-
van producciones algo menores (aunque no sig-
nificativamente desde el punto de vista estadís-
tico) que las obtenidas con dosis fijas bien
ajustadas para la parcela. En el caso del análi-
sis del suelo es preciso realizar una estimación
de la producción esperada y del nitrógeno que
se va a mineralizar, lo cual añade incertidum-
bre a dicho método.
Recomendaciones
finales
No hay una recomendación única de abona-
do, especialmente en lo referente al nitrógeno, ya
que las dosis a aplicar dependen de un conjunto
de factores entre los que destacan el sistema de
riego,el cultivo precedente, tipo de suelo,climato-
logía de la zona,manejo de los residuos, etc.
Sin embargo, en sistemas de riego por as-
persión y con un buen manejo del riego, donde
las producciones oscilan entre los 12.000 y los
15.000 kg/ha, unos 250 kg de N disponible (N
suelo + N fertilizante) suelen ser suficientes.
En las zonas de regadío el nitrógeno debería
aplicarse casi únicamente en cobertera,mejor en
dos aportaciones, para reducir las pérdidas por
lavado y mejorar su eficiencia.
Las herramientas de ajuste pueden ayudar a
adecuar las dosis necesarias y con ellomejorar el
beneficio económico y reducir el lavado de nitra-
tos y su efecto nocivo sobre el medio ambiente.
Los precios relativamente altos del maíz en
las dos últimas temporadas pueden haber mo-
tivado que muchos productores apliquen canti-
dades excesivas de fertilizante por aquello de
“más vale que sobre que no que falte”, lo que
ha conducido a una disminución del margen
bruto por hectárea y a unas pérdidas de nitratos
con efecto potencialmente contaminante. Los
fertilizantes, en muchos casos son una herra-
mienta imprescindible para obtener buenas
producciones, pero cabe recordar que el uso no
razonado afecta a la rentabilidad del cultivo ya
que supone en muchos casos más del 30% de
los costes de producción.�
Agradecimientos
Muchos de los resultados presentados en este artículo
han sido obtenidos gracias a los proyectos de investiga-
ción financiados por el Ministerio de Ciencia e Innova-
ción, proyectos: AGL2001-2214, AGL2005-0820 y
AGL2009-12897 y el INIA SC-00-061.
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�
FIGURA 2.
Dosis media de fertilizante
nitrogenado aplicado en los distintos
tratamientos en dos ensayos de
campo (Montañana yAlmudévar) en
Aragón utilizando distintas
estrategias de decisión demanejo
del fertilizante nitrogenado y con
distintos niveles de Nmineral en el
suelo antes de la siembra.
VR340 doss fertilizacion 24-31.qxp:BASE 10/2/12 10:13 Página 30

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