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La percepción social del villero De los Reyes Los alumnos con los que se trabajó ejemplifican al “villero” en un compañero al que califican de “medio villa” porque: se viste mal, el padre no tiene trabajo, es pobre. En esta categorización y atribución de significados al tipo social “villero” se manifiestan dos idealizaciones complementarias: la idealización positiva de los valores oficiales (vestir de acuerdo a pautas de clase media, tener trabajo, recibir ingresos adecuados), y la idealización negativa representada en los valores, normas y estilo de vida de los marginales o “desviantes” del modelo social prevaleciente. Esta atribución de significados a individuos que pertenecen a una clase diferente de la propia permite mantener y ampliar creencias acerca de la propia situación o identidad social. El uso del término “villero” se generaliza en la escuela como parte de una actitud discriminatoria hacia los compañeros que se desvían de los modelos de conducta de la clase media. El análisis de la delincuencia y el patoterismo como característica propia de los villeros remite a un segundo nivel de significados relacionados con los que legitiman (explican y justifican) la discriminación. Esto aparece como una realidad que ha sido internalizada como la única realidad; se presenta como natural y externa a la producción social humana: pertenecer a la villa es un hecho que esta determinado por factores personales. En cuanto a la solidaridad, el pensamiento construido presenta esta característica: si los marginales roban y engañan, piden para vender y no trabajan para adquirir sus bienes, por que debemos ser solidarios con ellos. Los medios de comunicación masivos reproducen el ocultamiento de las relaciones sociales dominantes y muestran que la marginación estaría en la falta de solidaridad de los que tienen bienes materiales en exceso y no en la estructura social dependiente caracterizada por una desigual distribución de la riqueza a favor de los sectores ligados a la economía y a la cultura transnacional. La delincuencia de los marginales es la más difundida por los medios, por la visibilidad que esa delincuencia tiene. No así la que realizan los empresarios, los políticos, etc., que no pertenecen a esos grupos marginados. Entonces la opinión pública se olvida rápidamente de estos últimos y concentra su atención en los marginados.
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