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Parasitosis emergentes en entornos de conflicto y desplazamiento Las parasitosis emergentes en entornos de conflicto y desplazamiento representan un importante desafío para la salud pública debido a las condiciones precarias de vida, la falta de acceso a servicios de salud y la interrupción de los programas de control de enfermedades. Estos entornos crean condiciones propicias para la propagación de enfermedades parasitarias debido a factores como el hacinamiento, la escasez de agua potable y saneamiento, la malnutrición, la exposición a vectores de enfermedades y la falta de acceso a atención médica adecuada. A continuación, se describen algunas de las parasitosis emergentes más comunes en entornos de conflicto y desplazamiento: Leishmaniasis: La leishmaniasis es una enfermedad parasitaria transmitida por la picadura de mosquitos flebótomos infectados. Los conflictos y la desplazamiento de población pueden aumentar el riesgo de exposición a vectores de leishmaniasis debido a la interrupción de viviendas y sistemas de control de vectores. Además, las personas desplazadas pueden tener un acceso limitado a la atención médica y al tratamiento, lo que aumenta la morbimortalidad asociada con la enfermedad. Esquistosomiasis: La esquistosomiasis es una enfermedad parasitaria transmitida por agua contaminada con larvas de esquistosomas. Los conflictos y la desplazamiento pueden aumentar la exposición a fuentes de agua contaminada debido a la falta de acceso a agua potable y saneamiento adecuado. Esto puede resultar en un aumento de la prevalencia de la enfermedad y un mayor riesgo de complicaciones graves, como la esquistosomiasis urogenital y la esquistosomiasis intestinal. Filariasis: La filariasis linfática y la filariasis subcutánea son enfermedades parasitarias transmitidas por mosquitos infectados con microfilarias de nematodos del género Wuchereria y Brugia. Los conflictos y la desplazamiento pueden aumentar la exposición a mosquitos vectores debido a la falta de vivienda segura y protegida, así como a la interrupción de programas de control de vectores. Esto puede resultar en un aumento de la incidencia de la enfermedad y una mayor carga de discapacidad asociada con la filariasis crónica. Giardiasis y amebiasis: Estas son enfermedades parasitarias intestinales transmitidas por agua contaminada y alimentos contaminados con quistes de Giardia y Entamoeba histolytica, respectivamente. Los conflictos y la desplazamiento pueden aumentar el riesgo de giardiasis y amebiasis debido a la falta de acceso a agua potable y saneamiento adecuado, así como a condiciones de hacinamiento y falta de higiene en los campamentos de refugiados y las áreas de desplazamiento. Criptosporidiosis: La criptosporidiosis es una enfermedad parasitaria intestinal transmitida por agua contaminada con oocistos de Cryptosporidium. Los conflictos y la desplazamiento pueden aumentar la exposición a fuentes de agua contaminada debido a la falta de infraestructura de agua potable y saneamiento, así como a la congestión de campamentos de refugiados y áreas de desplazamiento. Esto puede resultar en brotes de criptosporidiosis y un aumento de la morbimortalidad, especialmente en niños pequeños y personas inmunocomprometidas. En resumen, las parasitosis emergentes en entornos de conflicto y desplazamiento representan una carga adicional para las poblaciones afectadas y pueden complicar los esfuerzos para mejorar la salud pública y el bienestar en estas áreas. Es fundamental implementar intervenciones integrales de salud pública que aborden las necesidades de prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades parasitarias en entornos de conflicto y desplazamiento, así como fortalecer los sistemas de salud y mejorar el acceso a servicios de salud básicos en estas áreas.
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