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Estructuración de la subjetividad El desarrollo y conformación del aparato psíquico (Introducción) Al comienzo de vida ese “aparato”, que no lo es aún, no se puede diferenciar de cualquier otro organismo vivo neuronal (animales). Este comienzo va a conformar la base y en el sujeto dura muy poco. Este “aparato” del comienzo funciona a modo de arco reflejo: Polo Perceptual (entran estímulos) y Polo Motor (salen). Percepción: por medio de los sentidos. Este esquema se va complejizado de manera progresiva para conformar la estructuración. Estructura: precede al individuo, está filogenéticamente determinado (es propio de la especie). Por pertenecer a la raza humana, vamos a ser estructura. En el aparato psíquico de cualquier humano no hay nada heredado por gen, pero sí filogenéticamente. El carácter no se hereda, se forma. Esquema del peine: El futuro de la persona depende de las marcas/vivencias que ahí se rellenan. El armado/llenado no es cronológico/ temporal no es que al mes tiene que haber esto o lo otro) ni tampoco lineal (uno atrás del otro, sino que es lógico, una lógica que le es propia al aparato y responde a la estructuración del mismo. Siempre existe la posibilidad de regresar. La Regresión es una parte normal y común de la vida. Este aparato se va complejizado en base al apremio de la vida: van apareciendo nuevas necesidades, que con un esquema tan primitivo como el arco reflejo, no se pueden cumplir. La forma en la que se va a ir construyendo el aparato va a tener que ver con: la vivencia de satisfacción y la vivencia de dolor. Las vivencias y los estímulos (que están relacionados con el mundo exterior del bebé) se inscriben. Se va generando en el Polo P una Barrera de Protección Antiestímulos (en el momento del arco reflejo). Esta barrera tiene una respuesta interior, va generando una proyección y va a 1 ir aprendiendo a defenderse de todo eso que le llega por medio de la proyección. (Proyectar: de un lado pasa algo y se proyecta en otro lado). Tiene que aprender a proyectar (sacar) porque el aparato siempre tiende a la homeostasis (equilibrio): carga y descarga (relativa a lo que cargó). Si la descarga es excesiva, paroxística (total), se entra en el Principio de Nirvana (no compatible con la vida, implica la muerte). El bebé descarga por la acción específica (hambre-llanto). Para que el equilibrio se logre va a necesitar el Principio de Constancia. Éste domina el aparato y hace que se mantenga constante el equilibrio. La tendencia del aparato va a ser conformar ligaduras para que esa descarga no sea total. Introducción al Narcisismo: Freud dice que en el principio de la vida, para que se conforme el yo, se necesita de un nuevo acto psíquico, el narcisismo. Hay que pasar el narcisismo para que haya un Yo. Yo y Ello: Freud plantea que hay aspectos del Yo que se comportan como lo reprimido (estado icc). No todo el yo es ccte. Ante todo, el Yo es un Yo corporal que se va generando a través de sensaciones que se producen en la superficie del cuerpo. Organismo no es lo mismo que Cuerpo. El cuerpo va a estar marcado por determinadas vivencias/situaciones. Zona histerógena: recorte del cuerpo con historia previa. Interpretación de los sueños: Yo como agente (representante) de la censura (entre precc y ccia). Tres instancias yoicas: Yo Real Primitivo Yo del Placer Yo Real Definitivo Yo real primitivo o yo de realidad inicial: Estado prepsíquico (no hay psiquismo). Cuando el bebé nace tenemos una sustancia nerviosa, con un Polo P y un Polo M. Todo lo que entra por el Polo P, sale por el Polo M a través de la acción. Arco reflejo: ritmo estímulo-respuesta o tensión-alivio. Lo que entra va a producir una tensión y cando descarga a un 0 relativo va a producir alivio. El Principio de Constancia va a ser superado por otros principios pero no desparece. Cuando hablamos de este Ppio de Constancia en este Yo R P, hablamos de cantidades (muchos estímulos, poca rta., etc.). Si no hay cualidad, no hay placer. Lo que hay en este Yo R P es satisfacción (reducción de la tensión). Reducir las tensiones a un 0 relativo. Pasaje del arco reflejo al esquema. Primera orientación de el mundo: este yo tiene que diferenciar estímulos internos de externos, apelando al mecanismo de la huida/fuga (de los estímulos externos puede fugar y de los internos no). Cuando no hay esta diferenciación, 2 aparecen las enfermedades psicosomáticas, en las cuales no hay registro del malestar interno, lo que le sucede viene de afuera. Logra que los estímulos internos alcancen un nivel de necesidades perentorias (urgentes), necesario de satisfacer de inmediato (se pone en juego la pulsión de autoconservación). Barrera de protección antiestímulos. Cuando el bebé puede fugar, el exterior queda desinvestido de energía, sin libido (energía sexual, no genital, de la pulsión. Se le pone a cualquier cosa de interés). Investir: poner libido, poner interés. Tiene que tener más jerarquía la huida porque la descarga total hace que se rompa el aparato. El mecanismo de fuga no viene dado. Lo 1° que libidinizamos cuando nacemos: corazón y pulmones (automático). El bebé tiene que respirar por sí mismo, por eso le dan una palmada para que el bebé llore y se desprenda la membrana. Así el corazón empieza a latir por sí mismo y el bebé, a respirar por su cuenta. Angustia de nacimiento o angustia señal: malestar en el pecho (sensación de ahogo) que siente el bebé. En el último momento de vida se paran el corazón y los pulmones. Salvo en un accidente, todos nos morimos de un paro cardio-respiratorio. Después, este Yo R P va a ir invistiendo otros órganos. El tiempo entre la necesidad del bebé y la acción de la madre es muy importante. Las mamás decodifican (distinguen) el llanto del bebé. Si el tiempo que pasa es mucho, lo poco que se había organizado, se desorganiza, regresando al momento anterior (no es una regresión normal). Requisitos para que se instale este Yo R P: Que no haya contradicción entre las investiduras de los distintos estímulos y de los distintos órganos. 1° arco reflejo 2° jerarquización de la fuga 3° registro propio de las necesidades endógenas 4° ligadura de estas sensaciones internas en un ritmo de tensión- alivio que produce el efecto de homeostasis. Cuando tenemos este Yo R P, tenemos la finalización del 1° tiempo lógico. Proceso primario: surge la necesidad y el bebé alucina que se satisface. Alucinación: percepción sin objeto. Ej: se lleva el dedo a la boca, el hambre sigue estando. Esa sensación produce displacer y entra en el Proceso secundario: implica una buena investidura yoica. Se da cuenta que no puede huir (el proceso primario cae por esa necesidad). 2°tiempo lógico/ Autoerotismo: 3 Apertura de las zonas erógenas (cualquier parte del cuerpo revestido/cubierto de piel o mucosa). Cuando un cuerpo no está erogeneizado, muere. Un cuerpo de erogeniza por la madre que lo acaricia, le habla, etc. Momento de placer: entra en el aparato. El Principio de Placer domina. Pero el Principio de Constancia sigue trabajando. Sentimiento oceánico: en este momento el bebé y la mamá son una unidad, no hay yo, por lo tanto, no hay otro, no hay concepto de mamá. Archipiélago de islas mnémicas: cada isla sería una zona erógena. Cada zona erógena se satisface generando el objeto que lo satisface (pezón: parte de la boca). Lo único que las conecta entre sí es la piel o la mucosa. La mamá se va inscribiendo en el aparato, no viene inscripta. Estas huellas se van inscribiendo por simultaneidad. Genera un camino de satisfacción. Proceso Primario (vía alucinatoria): cae. Tiene que caer para dar lugar al Proceso Secundario (buena investidura yoica, poner libido). La descarga de la tensión (hambre) siempre se intenta por la vía alucinatoria (Proceso Primario). Debe aparecer la acción específica (alimento). La que se impone es la pulsión de autoconservación (porque la alucinación no satisface). Pulsión: concepto límite/fronterizoentre lo psíquico y lo somático. Formada por 4 elementos: Fuerza/energía: libido Fuente: donde se origina Meta: a donde se dirige. Satisfacción Objeto: lo más variable. Si hubiera un objeto para la pulsión, sería instinto. Autoerotismo: único momento en el que la fuente (propio cuerpo) va a coincidir con el objeto (propio pezón, bebé y mamá son uno). Chupeteo: modelo de la sexualidad infantil. Aunque esté satisfecho, sigue moviendo la boca con cara de placer (placer sexual). Masturbación adolescente: autoerotismo. Objeto y fuente coinciden. Destinos de la pulsión: Sublimación: La meta siempre es la satisfacción, cuando no se llega por vía directa a la satisfacción, aparece la sublimación. Correr la meta a una posición socialmente 4 aceptable. La meta deja de ser puramente sexual. Ej: niño de 5 años que aprende a leer, etc. Represión: todo aquello que no toleramos, lo reprimimos. Vuelta hacia lo contrario Vuelta hacia sí mismo. Niño de alrededor de 4 años: concepción falocéntrica universal. El pene. No hay concepción de agujero/vagina. Piensan que todos tienen pene. Por eso se miran, etc. Es normal y tiene que pasar. La niña: triple ausencia: táctil (no se lo puede tocar), visual (ve que no le crece) y normativa. Cuando la mujer ya sabe que el pene no le va a crecer, aparecen los colgantes, los collares, el pelo largo, etc. La pulsión sexual se apuntala en la pulsión de autoconservación. Requisitos para que se formen las zonas erógenas: Creatividad de la madre, ella abre las zonas. Cambio económico en relación a las investiduras (consiste en desplazamiento: de corazón y pulmones a aparato digestivo y después se va invistiendo todo el cuerpo). Que se realice una proyección de la tensión de la necesidad surgida en la periferia interior hacia el exterior. Ej: el hambre surge en el estómago, pasa por la garganta ,etc. Y se proyecta con un grito/llanto. Se proyecta lo intolerable en algo/alguien. Autoerotismo: en la fase oral 1°. Según Abraham las fases del recorrido de la libido son: oral, anal y fálica. Y Freud divide a la oral y a la anal en 1° y 2°. En el momento del autoerotismo, se inviste la huella mnémica de la vivencia de satisfacción (proceso primario). Ej: se chupa el dedo. Cuando se terminan de abrir todas las zonas erógenas, ahí termina el 2° tiempo lógico. Esto depende de cada uno, no es universal. Tomo I: Proyecto de Psicología para Neurólogos (1).Primera proposición principal: la concepción cuantitativa Está extraída directamente de observaciones patológico-clínicas. Construcción a partir de la clínica. ¿Por qué las defensas? ¿Cómo funciona el aparato normal y por qué necesita defenderse? Procesos como estímulo, sustitución, conversión, descarga, que allí se podían describir, sugirieron de una manera directa la concepción de la excitación neuronal como cantidades fluyentes. Se pudo formular un principio fundamental de la actividad neuronal con referencia a Q (cantidad, el aparato tramita cantidades). Es el principio de la inercia neuronal; enuncia 5 que las neuronas procuran aliviarse de la cantidad (función primaria: la descarga, mantener el equilibrio). Esto es lo que más adelante se denominó “principio de constancia”. El principio de inercia explica la bi-escisión arquitectónica (de las neuronas) en motoras y sensibles, como un dispositivo para cancelar la recepción de Qn mediante libramiento. Ahora es inteligible (comprensible) el movimiento reflejo como forma fija de este libramiento. El principio de inercia proporciona el motivo para el movimiento reflejo. Las neuronas que constituyen el aparato son todas iguales. Las neuronas sensibles son impresionadas a un estímulo y las motoras, tienden a sacarse ese estímulo. Funciones de las neuronas: Primaria (descarga) y Secundaria (facilitación para lograr una óptima descarga; el pasaje de corriente de esa cantidad van a tener un recorrido por facilitación o no, según la barrera. Aquí hay lugar para el desarrollo de una función secundaria, pues entre los caminos de descarga son preferidos y mantenidos los que conllevan un cese del estímulo, una huida del estímulo. Sin embargo, el principio de inercia es quebrantado desde el comienzo por otra constelación. Con la complejidad de lo interno, el sistema de neuronas recibe estímulos desde el elemento corporal mismo, estímulos endógenos que deben ser descargados. Estos provienen de células del cuerpo y dan por resultado las grandes necesidades (hambre, respiración, sexualidad). Estos “estímulos endógenos” son precursores de las “pulsiones”. De estos estímulos el organismo no se puede sustraer, no puede aplicar su Q para huir del estímulo. No puede huir (huida: defensa, lo más básico). Solo cesan bajo precisas condiciones que tienen que realizarse en el mundo exterior (ej: alimento). Para consumar esta acción, que merece ser llamada “específica”, hace falta una operación que es independiente de Qn endógena, y en general es mayor, pues el individuo está puesto bajo unas condiciones que uno puede definir como “apremio de la vida”. Por esto, el sistema de neuronas está forzado a resignar la originaria tendencia a la inercia, es decir, al nivel cero. Si se descarga del todo (a 0), el estímulo no cesa y se muere. No obstante, en el modo en que lo hace se muestra la perduración de la misma tendencia, modificada en el afán de mantener al menos la Qn lo más baja posible, es decir, mantenerla constante. Todas las operaciones del sistema de neuronas se deben situar bajo el punto de vista de la función primaria o bien el de la función secundaria, que es impuesta por el apremio de la vida. (2).Segunda proposición principal: la teoría de las neuronas El sistema de neuronas se compone de neuronas distintas, de idéntica arquitectura. Neurona investida, está llena con cierta Qn, y otras veces puede estar vacía. Neurona investida: afectada por una cantidad (huella, memoria) y Neurona desinvestida. En cuanto a la función secundaria, que demanda un almacenamiento de Qn, es posibilitada por el supuesto de unas resistencias que se contra-ponen a la descarga, y la arquitectura de la neurona 6 sugiere la posibilidad de situar todas las resistencias en los contactos, que así reciben el valor de unas barreras. (3).Las barreras contacto Uno tiene derecho a esperar que por el propio proceso conductor se cree una diferenciación dentro del protoplasma y, con ella, una mejor capacidad de conducción para ulteriores conducciones (caminos facilitados: por donde el estímulo pasa más fácil). Además, la teoría de las barreras-contacto admite las siguientes aplicaciones: una propiedad rectora del tejido nervioso es la memoria, vale decir, la aptitud para ser alterado duraderamente por un proceso único, lo cual ofrece oposición con la conducta de una materia que deja pasar un movimiento de onda, tras lo cual regresa a su estado anterior. Ahora bien, toda explicación de esa índole choca con la dificultad de tener que suponer, por una parte, que tras la excitación las neuronas serían duraderamente distintas que antes, a la par que es imposible no admitir que las excitaciones nuevas tropiezan, en general, con idénticas condiciones de recepción que las excitaciones anteriores. Las neuronas quedarían influidas y, a la vez, inalteradas, imparciales. Entonces, el expediente reside en que atribuyamos a una clase de neuronas ser influidas duraderamente por la excitación, y a otra clase la inalterabilidad frente a ella, o sea, la frescura para excitaciones nuevas. Así se generaría la separación entre “células de percepción” y “células de recuerdo”. Existen dos clases de neuronas: Pasaderas (fi): aquellas que dejan pasar Qn como si no tuvieran ninguna barrera- contacto, y por ende tras cada decurso excitatorio quedan en el mismo estado que antes. No operan ninguna resistencia y no retienen nada. Sirven a la percepción. En el polo P, tienen una barrera y no retienen nada. Impasaderas (psi):aquellas cuyas barreras-contacto se hacen valer de suerte que Qn solo con dificultad o solo parcialmente puede pasar por ellas. Tras cada excitación pueden quedar en un estado otro que antes, y así dan por resultado una posibilidad de constituir la memoria. Aquejadas de resistencia y retenedoras de Qn. Portadoras de la memoria. Queda un registro, no pasa el estímulo. Son alteradas duraderamente por el decurso excitatorio. Sus barreras-contacto caen en un estado de alteración permanente. Y como la experiencia psicológica muestra que existe un aprender-sobre con base en la memoria, esta alteración tiene que consistir en que las barreras-contacto se vuelvan mas susceptibles de conducción, menos impasaderas. Designaremos a este estado de las barreras-contacto como grado de la facilitación. La memoria está constituida por las facilitaciones existentes entre las neuronas impasaderas. En efecto, la memoria es, en relación con el decurso excitatorio, uno de los poderes comandantes, que señalan el camino, y con una facilitación igual en todas partes no se inteligiría la predilección por un camino. La memoria está constituida por los distingos dentro de las facilitaciones entre las neuronas no pasaderas. ¿De qué depende la facilitación en las neuronas no pasaderas? La memoria (o sea, el poder de una vivencia para seguir produciendo efectos) depende de un factor que se designa “magnitud de la impresión”, y de la frecuencia con que esa misma impresión se ha repetido. La facilitación depende de la Qn que dentro del proceso excitatorio corre a través de la neurona, y del número 7 de repeticiones del proceso. En esto se muestra, pues, Qn como el factor eficaz; y la facilitación, como un resultado de Qn, y al mismo tiempo como aquello que puede sustituir a Qn. Compelido por el apremio de la vida, el sistema de neuronas tuvo que apoyarse en un acopio (acumulación de gran cantidad de una cosa) de Qn. Para eso hubo menester de una multiplicación de sus neuronas, y estas tenían que ser impasaderas. Ahora se ahorra el llenado con Qn, la investidura, al menos en parte, estableciendo las facilitaciones. Las facilitaciones sirven a la función primaria (de descarga). Neurona llena con Qn: investida. (4).El punto de vista biológico Toda adquisición psíquica consistiría entonces en la articulación del sistema impasadero por una cancelación parcial, y tópicamente definida, de la resistencia en las barreras-contacto, que distingue pasaderas e impasaderas. A nuestra hipótesis de las barreras-contacto se objetará que suponemos dos clases de neuronas con una diversidad fundamental en sus condiciones de función, para cuya separación, a primera vista, falta toda otra base. No situemos el distingo en las neuronas, sino en las cantidades con que ellas tienen que habérselas. Entonces cabe conjeturar que sobre las neuronas pasaderas discurren cantidades frente a las cuales no cuenta la resistencia de las barreras-contacto, y en cambio a las neuronas impasaderas solo llegan cantidades que son del orden de magnitud de esa resistencia. (5).El problema de la cantidad Las neuronas pasaderas no terminan libremente (o sea, sin vainas) en la periferia, sino debajo de formaciones celulares que reciben el estímulo exógeno en lugar de aquellas. Estos “aparatos nerviosos terminales” muy bien podrían tener el fin, en el sentido más general, de poner diques a las Q exógenas, no dejarles ejercer un no reducido efecto en sobre Fi. Tendrían en tal caso el significado de unas pantallas para Q, que solo unos cocientes de las Q exógenas atravesarían. (6).El dolor Todos los dispositivos de naturaleza biológica tienen unas fronteras de acción eficaz, fuera de las cuales fracasan. Este fracaso se exterioriza en fenómenos que rozan lo patológico. ¿Existe algún fenómeno que se pueda coordinar con el fracaso de estos dispositivos? El dolor. El sistema de neuronas tiene la más decidida inclinación a huir del dolor. Las ocasiones de dolor son, por una parte, un acrecentamiento cuantitativo; toda excitación sensible, aun de los órganos sensoriales superiores, se inclina al dolor con e aumento del estímulo. Esto se comprende como fracaso del dispositivo. Dolor: irrupción de Q hipertróficas hacia Fi y Psi, o sea, de Q que son de orden más elevado que los estímulos Fi. 8 Dolor: va por todos los caminos de descarga. El dolor deja como secuela en Psi unas facilitaciones duraderas; unas facilitaciones que posiblemente cancelan por completo la resistencia de las barreras-contacto y establecen ahí un camino no de conducción como el existente en Fi. (7).El problema de la cualidad Hemos abordado los procesos psíquicos como algo que podría prescindir de esta noticia por la conciencia, como algo que existe independientemente de una conciencia. La conciencia no nos proporciona una noticia completa ni confiable de los procesos neuronales; y estos, en todo su radio, tienen que ser considerados en primer término como inconcientes y, lo mismo que otras cosas naturales, deben ser inferidos. La conciencia nos da lo que se llama cualidades, sensaciones que son algo otro dentro de una gran diversidad, y cuya alteridad es distinguida según nexos con el mundo exterior. En esta realidad existen series, semejanzas, etc.; cantidades, no las hay. ¿Dónde se generan las cualidades? Ni en el mundo exterior, ni en Fi, ni en Psi. En el mundo exterior, no. Afuera solo existen masas en movimiento. ¿Quizás en el sistema Fi? Armoniza con esto que las cualidades se anudan a la percepción, pero lo contradice todo cuanto se puede argüir con derecho en favor de que la sede de la conciencia está en pisos superiores del sistema de neuronas. Entonces, en el sistema Psi. Pero contra esto hay una importante objeción. En la percepción actúan juntos el sistema Fi y el sistema Psi; ahora bien, existe un proceso psíquico que sin duda se consuma exclusivamente en Psi, el reproducir o recordar, y que carece de cualidad. Así, uno cobra valor para suponer que existiría un tercer sistema de neuronas, neuronas (omega), que es excitado juntamente a raíz de la percepción, pero no a raíz de la reproducción, y cuyos estados de excitación darían por resultado las diferentes cualidades; vale decir, serian sensaciones concientes. Caracterización de las neuronas omega: de la arquitectura del sistema de neuronas cabe esperar que conste de unos dispositivos para mudar la cantidad externa en cualidad, con lo cual otra vez aparece triunfante la tendencia originaria al apartamiento de cantidad. El sistema omega es movido por cantidades todavía menores. Uno vislumbra que el carácter de cualidad (por tanto, la sensación conciente) solo se produce allí donde las cantidades están desconectadas lo más posible. Es claro que ellas no se dejan eliminar por completo, pues también a las neuronas omega tenemos que pensarlas investidas con Q y aspirando a la descarga. Las neuronas omega se comportan como órganos de percepción, y por otra parte no sabríamos qué hacer con una memoria que ellas tuvieran. Por consiguiente, carácter pasadero, facilitación plena, que no proviene de cantidades. ¿De dónde, pues? Revisar el supuesto fundamental sobre el decurso de Qn. Hasta ahora solo he considerado este último como transferencia de Qn de una neurona a otra. Pero además es preciso que posea un carácter: naturaleza temporal. La llamo el periodo. Supondré entonces que toda resistencia de las barreras-contacto solo vale para la transferencia de Q, pero que el período del movimiento neuronal se propaga por doquier sin inhibición, por así decir como un proceso de inducción. Las neuronas omegas son incapaces de recibir Qn, a cambio de lo cual se apropian del periodo de la excitación; y este su estado de afección por el periodo, dado un mínimo llenado con Qn, es el 9 fundamento de la conciencia. También las neuronas Psi tienen desde luego su período, sólo que éste carece de cualidad; mejor dicho: es monótono. ¿A qué se deben las diferenciasdel periodo? A los órganos de los sentidos, cuyas cualidades deben de estar constituidas justamente por periodos diferentes de movimiento neuronal. Los órganos de los sentidos no solo actúan como pantallas de Q, sino también como filtros, pues solo dejan pasar un estímulo de ciertos procesos con periodo definido. Es probable que transfieran luego sobre Fi esta condición de diferente, comunicando al movimiento neuronal períodos diferentes de alguna manera análogos (energía específica); y estas modificaciones son las que se continúan por Fi pasando por Psi, hacia omega, y allí, donde están casi exentas de cantidad, producen sensaciones concientes de cualidades. Esta propagación de cualidad no es duradera, no deja tras sí ninguna huella, no es reproducible. Neuronas omega: le dan la señal al yo de si algo está o no en la realidad. El yo, inhibe. (8).La conciencia Conciencia es aquí el lado subjetivo de una parte de los procesos físicos del sistema de neuronas, a saber, de los procesos omega, y la ausencia de la conciencia no deja inalterado el acontecer psíquico, sino que incluye la ausencia de la contribución del sistema omega. Si uno figura la conciencia mediante neuronas omega, esto acarrea varias consecuencias. Es preciso que estas neuronas tengan una descarga, por pequeña que ella sea, y que exista un camino para llenar las neuronas omega con Qn en el escaso monto requerido. La descarga va hacia el lado de la motilidad, a raíz de lo cual cabe puntualizar que en la circulación motora evidentemente se pierde todo carácter de cualidad, toda particularidad del periodo. El llenado de las neuronas omega con Qn tal v sólo pueda acontecer desde Psi, puesto que no atribuiríamos a este tercer sistema ningún enlace directo con Fi. Contenido de la conciencia: además de las series de las cualidades sensibles, muestra otra serie, la de las sensaciones de placer y displacer. Tendencia de la vida psíquica, la de evitar displacer. Entonces, displacer se coordinaría con una elevación del nivel de Qn o un acrecentamiento cuantitativo de presión; sería la sensación omega frente a un acrecentamiento de Qn en Psi. Placer: sensación de descarga. Placer y displacer serian las sensaciones de la investidura propia, del nivel propio en omega, respecto de lo cual omega y Psi constituyen en cierto modo unos vasos comunicantes. De tal manera, también los procesos cuantitativos en Psi llegarían a la conciencia, de nuevo como cualidades. Las neuronas omega con una cierta investidura muestran un óptimo para recibir el periodo del movimiento neuronal, y con una investidura más intensa dan por resultado displacer, con una más débil, placer, hasta que la capacidad de recepción desaparece con la falta de investidura. (9).El funcionamiento del aparato De afuera urgen las magnitudes de excitación sobre los terminales del sistema Fi; primero chocan con los aparatos nerviosos terminales y son rebajadas por estos a unos cocientes probablemente de un orden superior al de los estímulos intercelulares. Hay aquí un primer umbral; por debajo de cierta cantidad, no se produce ningún cociente eficaz, de suerte que la capacidad eficiente de los estímulos está en cierta medida limitada a las cantidades medias. La naturaleza de las vainas 10 nerviosas terminales actúa como filtro, de suerte que en cada uno de los lugares terminales no pueden operar estímulos de cualquier índole. Los estímulos que efectivamente llegan a las neuronas Fi poseen una cantidad y además un carácter cualitativo (ni los estímulos que recorren los aparatos nerviosos terminales hasta Fi, ni las investiduras en Fi o en Psi, poseen “cualidad”, sino solamente un carácter cualitativo, el “periodo”, que, al llegar a omega, deviene cualidad), forman en el mundo exterior una serie de cualidad idéntica y de cantidad creciente desde el umral hasta la frontera del dolor. Las neuronas Psi se dividen en: Neuronas del manto: investidas desde Fi Neuronas del núcleo: investidas desde las conducciones endógenas. (10).Las conducciones Psi El núcleo de Psi está en conexión con aquellas vías por las que ascienden cantidades de excitación endógena. Psi está expuesto sin protección a las Q, y en esto reside el resorte pulsional del mecanismo psíquico (falta de una pantalla protectora hacia el interior).n Estímulos endógenos: de naturaleza intercelular, se generan de manera continua y solo periódicamente devienen estímulos psíquicos. Aquellas cantidades tropiezan en su camino de conducción hacia Psi con unas resistencias que solo son superadas cuando la cantidad crece. A partir de cierta Q actúan de manera continua como un estímulo, y cada acrecentamiento de Q es percibido como un acrecentamiento del estímulo Psi. Existe, luego, un estado en que la conducción ha devenido pasadera. La experiencia enseña, además, que tras la descarga del estímulo Psi, la conducción recobra su resistencia. A un proceso así se lo llama sumación. Las conducciones Psi se llenan por sumación hasta devenir pasaderas. Es la pequeñez del estímulo singular la que permite la sumación. Las neuronas de conducción Psi pueden mantenerse entre los caracteres de lo pasadero y lo impasadero, ya que no obstante ser atravesadas por Qn tornan a recobrar enseguida su resistencia en todo su alcance. El restablecimiento de la resistencia cuando cesa la corriente es una propiedad general de las barreras-contacto. La facilitación, secuela del decurso de Q, no consiste en la cancelación de toda resistencia, sino en su rebaja hasta un mínimo de permanencia necesaria. Mientras Q discurre, la resistencia es cancelada; después se restablece, pero hasta alturas diferentes según la Q que ha pasado en cada caso, de modo que la vez siguiente ya podrá pasar una Q más pequeña. (11).La vivencia de satisfacción El llenado de las neuronas del núcleo en Psi tendrá por consecuencia un afán (tendencia) de descarga, un esfuerzo. Las neuronas quedan en estado de esfuerzo. La vía que a raíz de ello primero se recorre es la que lleva a la alteración interior. Ninguna de estas descargas tiene como resultado un aligeramiento, pues la recepción de estímulo endógeno continúa y se restablece la tensión Psi. Aquí una cancelación de estímulo solo es posible mediante una intervención que elimine por un tiempo en el interior del cuerpo el desprendimiento de Qn, y ella exige una alteración en el mundo exterior (provisión de alimento) que, como acción específica, solo se puede producir por caminos definidos. El organismo humano es al comienzo incapaz de llevar a 11 cabo la acción específica. Esta sobreviene mediante auxilio ajeno: por la descarga (duradera) sobre el camino de la alteración interior, un individuo experimentado advierte el estado del niño. Esta vía de descarga cobra así la función secundaria, importante en extremo, del entendimiento, y el inicial desvalimiento del ser humano es la fuente primordial de todos los motivos morales. Si el individuo auxiliador ha operado el trabajo de la acción específica en el mundo exterior en lugar del individuo desvalido, este es capaz de consumar sin más en el interior de su cuerpo la operación requerida para cancelar el estímulo endógeno. El todo constituye entonces una vivencia de satisfacción. Tres cosas acontecen dentro del sistema Psi: Es operada una descarga duradera, y así se pone término al esfuerzo que había producido displacer en omega. Se genera en el manto la investidura de una neurona (o de varias), que corresponden a la percepción de un objeto A otros lugares del manto llegan las noticias de descarga del movimiento reflejo desencadenado, inherente a la acción específica. Entre estas investiduras y las neuronas del núcleo se forma entonces una facilitación. Las noticias de la descarga refleja se producen porque cada movimiento, en virtud de sus consecuencias colaterales, deviene ocasión para nuevas excitaciones sensibles, que dan por resultado en Psi una imagen-movimiento. Existe una ley fundamentalde la asociación por simultaneidad, que se afirma en la actividad Psi pura, el recordar reproductor, y constituye la base de todas las conexiones entre las neuronas Psi. La conciencia, la investidura cuantitativa de una neurona Psi, pasa de una de ellas A, a una segunda, B, si A y B estuvieron una vez investidas (con Q) simultáneamente. Entonces, por una investidura simultanea A-B fu facilitada una barrera-contacto. Qn traspasa más fácilmente de una neurona a una neurona investida, que a una no investida. Una Qn en la neurona A no irá sólo en la dirección de la barrera mejor facilitada, sino también en la dirección de la investida del lado contrario. Icc: principio de no contradicción (blanco y negro tienen el mismo valor). Por la vivencia de satisfacción se genera una facilitación entre dos imágenes-recuerdo y las neuronas del núcleo que son investidas en el estado del esfuerzo. con la descarga de satisfacción, sin duda también la Qn es drenada de las imágenes-recuerdo. Con el reafloramiento del estado de esfuerzo o de deseo, la investidura traspasa sobre los dos recuerdos y los anima. Tal vez sea la imagen-recuerdo del objeto la alcanzada primero por la reanimación del deseo. Esta animación del deseo ha de producir inicialmente el mismo efecto que la percepción, una alucinación. (12).La vivencia de dolor El dolor produce en Psi: Un gran acrecentamiento de nivel que es sentido como displacer por omega. Una inclinación de descarga, que puede ser modificada según ciertas direcciones. Una facilitación entre esta y una imagen-recuerdo del objeto excitador de dolor. El dolor posee una cualidad particular, se hace reconocer junto al displacer. 12 Si la imagen mnémica del objeto es de algún modo investida de nuevo, se establece un estado que no es dolor, pero tiene semejanza con él. Ese estado contiene displacer y la inclinación de descarga correspondiente a la vivencia de dolor. Resta suponer que por la investidura de recuerdos es desprendido displacer desde el interior del cuerpo. (13).Afectos y estados de deseo Los restos de las dos variedades de vivencia que hemos tratado son los afectos (la reproducción de vivencias displacenteras únicamente) y los estados de deseo; común a ambos es contener una elevación de la tensión Qn en Psi, en el caso del afecto por desprendimiento repentino, en el del deseo por sumación. Ambos estados son de la máxima significatividad para el decurso en Psi, pues le dejan como secuela unos motivos compulsivos. Del estado de deseo se sigue directamente una atracción hacia el objeto de deseo, de la vivencia de dolor resulta una repulsión. Son estas la atracción de deseo primaria y la defensa primaria. Defensa primaria o represión: esfuerzo de suplantación y desalojo. (15).Proceso primario y secundario en Psi El yo dentro de Psi sufre desvalimiento y prejuicio en dos casos: El primero, cuando en el estado de deseo inviste de nuevo el objeto-recuerdo y entonces decreta la descarga, no obstante que la satisfacción por fuerza faltará, porque el objeto no tiene presencia real sino sólo en una representación-fantasía. Al principio Psi no es capaz de establecer ese distingo (va de un deseo a una alucinación). Por eso precisa un criterio que provenga de otra parte para distinguir entre percepción y representación (huella mnémica investida). Además, Psi necesita de un signo que le haga prestar atención a la reinvestidura de la imagen- recuerdo hostil, a fin de prevenir, mediante investidura colateral, el desprendimiento de displacer que de aquella se seguirá. La investidura-deseo, por un lado, y por el otro el desprendimiento de displacer a raíz de una investidura nueva del recuerdo correspondiente, pueden ser nocivos biológicamente. La investidura-deseo lo es siempre que sobrepase cierta medida y así llame a la descarga; el desprendimiento de displacer lo es por lo menos cuando la investidura de la imagen-recuerdo hostil no sobreviene desde el mundo exterior sino desde el propio Psi. Por tanto, también aquí es cuestión de un signo que permita distinguir percepción de recuerdo (representación). El principio de realidad. La noticia de descarga de omega es, pues, el signo de cualidad o de realidad objetiva para Psi. No va a descargar si no sabe que el objeto de placer está ahí afuera. Cómo pasa del principio de placer al de realidad. Es entonces la inhibición por el yo la que suministra un criterio para distinguir entre percepción y recuerdo. Por tanto: con inhibición por un yo investido, los signos de descarga omega devienen universalmente signos de realidad objetiva que Psi aprende a valorar biológicamente. Si cuando 13 emerge uno de estos signos de realidad el yo se encuentra en el estado de la tensión de deseo, hará subseguir la descarga hacia la acción específica; si con el signo de realidad coincide un acrecentamiento de displacer, Psi pondrá en escena una defensa de magnitud normal mediante una investidura colateral de grandor apropiado en el lugar indicado; si el caso no fuera ninguno de estos, la investidura tendría permitido proceder, desinhibida, siguiendo las constelaciones de facilitación. Llamamos Procesos psíquicos primarios a la investidura-deseo hasta la alucinación (percepción sin objeto), el desarrollo total de displacer, que conlleva el gasto total de defensa; en cambio, llamamos Procesos psíquicos secundarios a aquello otros que son posibilitados solamente por una buena investidura del yo y que constituyen una morigeración (moderación) de los primeros. La condición de los segundos es una valorización correcta de los signos de realidad objetiva, solo posible con una inhibición por el yo. Carta 52 Nuestro mecanismo psíquico se ha generado por estratificación sucesiva (por estratos, 1°inscripcion y luego se van transcribiendo), pues de tiempo en tiempo el material preexistente de huellas mnémicas experimenta un reordenamiento según nuevos nexos, una retrascripción. La memoria no preexiste de manera simple, sino múltiple, está registrada en diversas variedades de signos. La memoria (sistema de inscripciones) no es simple sino que es un agregado de elementos que se van estructurando en distintos momentos sucesivos de la vida. Yo no sé cuántas de estas trascripciones existen. Por lo menos tres (Icc,Ccte y Precc), probablemente más. Las diversas trascripciones están separadas también según sus portadores neuronales (de una manera no necesariamente tópica). No necesariamente un lugar físico. Esquema: P: neuronas donde se generan las percepciones a que se anuda conciencia. En sí no conservan huella alguna de lo acontecido. Conciencia y memoria se excluyen entre sí. Ps (signos de percepción): primera trascripción de las percepciones. Insusceptible de conciencia y articulada según una asociación por simultaneidad Ic (inconciencia): segunda trascripcion, ordenada según otros nexos, tal vez causales (causa inicial de la inscripción). Las huellas Ic quizás correspondan a recuerdos de concepto, de igual modo inasequibles a la conciencia. Prc (preconciencia): tercera retrascripción, ligada a representaciones-palabra aparece el lenguaje), correspondiente a nuestro yo oficial. Las investiduras devienen concientes de acuerdo con ciertas reglas. Esta conciencia-pensar secundaria es de efecto posterior en el orden del tiempo, probablemente anudada a la reanimación alucinatoria de representaciones-palabra, de suerte que las neuronas-conciencia serían también neuronas-percepción y en sí carecerían de memoria. Las trascripciones que se siguen unas a otras constituyen la operación psíquica de épocas sucesivas de la vida. En la frontera entre dos de estas épocas tiene que producirse la traducción 14 del material psíquico. De la 1° inscripción/trascripción, más adelante va a haber una 2° que quede en la memoria (conceptos) y después, una 3°, ordenada por las reglas del lenguaje. Establecemos como base firme la tendencia hacia la nivelación cuantitativa. Cada reescritura posterior(trascripción) inhibe a la anterior y desvía de ella el proceso excitatorio. Toda vez que la reescritura posterior falta, la excitación es tramitada según las leyes psicológicas que valían para el periodo psíquico anterior, y por los caminos de que entonces se disponía. Subsistirá así un anacronismo (anacrónico: desajustado al tiempo). Las inscripciones van a sufrir trascripciones (una vez que se marcaron por 1° vez, pasan al momento siguiente por medio de una trascripcion. Van a ir pasando de un sistema a otro. Hacer memoria: regresar a un momento anterior. Denegación de la traducción: represión. Motivo de ella es siempre el desprendimiento de displacer que se generaría por una traducción. Dentro de la misma fase psíquica, y entre trascripciones de la misma variedad, se pone en vigencia una defensa normal a causa de un desarrollo de displacer; una defensa patológica, en cambio, solo existe contra una huella mnémica todavía no traducida de una fase anterior. Que la defensa termine en una represión no puede depender de la magnitud del desprendimiento de displacer. Si un suceso A despertó cierto displacer cuando era actual, la trascripción-recuerdo AI o AII contiene un medio para inhibir el desprendimiento de displacer en caso de re-despertar. Cuanto más a menudo se lo recuerde, tanto más inhibido terminará por quedar ese desprendimiento. Ahora bien, hay un caso para el cual la inhibición no basta: Si A, cuando era actual, desprendió cierto displacer, y al despertar desprende un displacer nuevo, entonces no es inhibible. El recuerdo se comporta en tal caso como algo actual. Y ello solo es posible en sucesos sexuales, porque las magnitudes de excitación que ellos desprenden crecen por sí solas con el tiempo (con el desarrollo sexual). El suceso sexual en una fase produce entonces efectos como si fuera actual y es no inhibible en una fase siguiente. La condición de la defensa patológica (represión) es: la naturaleza sexual del suceso y su ocurrencia dentro de una fase anterior. No todas las vivencias sexuales desprenden displacer; en su mayoría desprenden placer. Cuando una vivencia sexual es recordada con diferencia de fase, a raíz de un desprendimiento de placer se genera compulsión, a raíz de un desprendimiento de displacer, represión. Tres grupos de psiconeurosis sexuales: histeria, neurosis obsesiva y paranoia. Tomo V- La Regresión El sueño es un acto psíquico de pleno derecho; su fuerza impulsora es un deseo por cumplir; el que sea irreconocible como deseo, así como sus múltiples extravagancias, se deben a la influencia de la censura psíquica. Además del constreñimiento (constreñir: sujetar) a sustraerse de esta censura, cooperaron en su formación un constreñimiento a la condensación del material psíquico, un miramiento por su figurabilidad en imágenes sensibles y un miramiento por dar una fachada racional e inteligible al producto onírico. Leyes del icc: desplazamiento y condensación. Un pensamiento, por lo común el pensamiento deseado, es objetivado en el sueño, es figurado como escena o, según creemos, es vivenciado. 15 Sueño del padre con el hijo que se abrasaba: La forma en que se manifiesta este sueño hay impresos dos caracteres casi independientes entre sí. Uno es la figuración como situación presente, omitiendo el “quizás”; el otro, la trasposición del pensamiento a imágenes visuales y dichos. Sueño de la inyección de Irma: “¡Ojalá que Otto sea el culpable de la enfermedad de Irma!”. El sueño suplanta el optativo y lo sustituye por un presente de indicativo: “sí, Otto es el culpable”. Esta es la primera de las mudanzas que el sueño, aun el más exento de desfiguración, emprende con los pensamientos oníricos. El presente es el tiempo en que el deseo se figura como cumplido. Peculiaridad exclusiva del sueño, que lo diferencia del sueño diurno: el contenido de representaciones no se piensa, sino que se muda en imágenes sensibles a las que se da crédito y se cree vivenciar. Hay sueños compuestos solo por pensamientos. Ej: sueño de la hija que come dulces. Tal mudanza de representaciones en imágenes sensibles no es exclusiva de los sueños, sino igualmente de las alucinaciones, de las visiones. Fechner: el escenario de los sueños es otro que el de la vida de representaciones de la vigilia. La idea que así se pone a nuestra disposición es la de una localidad psíquica. Imaginemos el instrumento de que se valen las operaciones del alma como si fuera un microscopio compuesto, un aparato fotográfico, o algo semejante. La localidad psíquica corresponde entonces a un lugar en el interior de un aparato, en el que se produce uno de los estadios previos de la imagen. Produce una imagen pero no está allí. Aparato psíquico: instrumento compuesto a cuyos elementos llamaremos instancias o sistemas. No necesitamos suponer un ordenamiento realmente espacial de los sistemas psíquicos. Nos basta con que haya establecida un secuencia fija entre ellos, vale decir, que a raíz de ciertos procesos psíquicos los sistemas sean recorridos por la excitación dentro de una determinada serie temporal (desde el PP al PM). La serie puede experimentar una alteración en el caso de otros procesos. Componentes del aparato: sistemas Psi. Este aparato tiene una dirección. Toda nuestra actividad psíquica parte de estímulos y termina en inervaciones. Un extremo sensorial: se encuentra un sistema que recibe las percepciones. Un extremo motor: abre las esclusas de la motilidad (acto). El proceso psíquico trascurre, en general, desde el extremo de la percepción hacia el de la motilidad. Esquema: El aparato psíquico ha de estar construido como un aparato de reflejos. De las percepciones que llegan a nosotros, en nuestro aparato psíquico queda una huella mnémica. Y a la función atinente a esa huella mnémica la llamamos “memoria”. La huella mnémica solo puede consistir en alteraciones permanentes sobrevenidas en los elementos de los sistemas. Suponemos que un sistema del aparato, el delantero, recibe los estimulos perceptivos, pero nada conserva de ellos y por tanto carece de memoria, y que tras él hay un segundo sistema que traspone la excitación momentánea del primero a huellas permanentes. 16 Nuestras percepciones se revelan también enlazadas entre sí en la memoria, sobre todo de acuerdo con el encuentro en la simultaneidad que en su momento tuvieron. Llamamos asociación a este hecho. El hecho de la asociación consiste entonces en lo siguiente: a consecuencia de reducciones en la resistencia y de facilitaciones, desde uno de los elementos Mn la excitación se propaga más bien hacia un segundo elemento Mn que hacia un tercero. El primero de estos sistemas Mn contendrá en todo caso la fijación de la asociación por simultaneidad, y en los que están más alejados el mismo material mnémico se ordenará según otras clases de encuentro, relaciones de semejanza u otras (trascripción). El sistema P, que no tiene capacidad ninguna para conservar alteraciones, brinda a nuestra conciencia toda la diversidad de las cualidades sensoriales. A la inversa, nuestros recuerdos, sin excluir los que se han impreso más hondo en nosotros, son en sí inconcientes. Es posible hacerlos concientes; pero no cabe duda de que en el estado inconciente despliegan todos sus efectos. Lo que llamamos nuestro carácter se basa en las huellas mnémicas de nuestras impresiones; y por cierto las que nos produjeron un efecto más fuerte, las de nuestra primera juventud, son las que casi nunca devienen concientes. En los sistemas Psi memoria y cualidad para la conciencia se excluyen entre sí. Nos resultaba imposible explicar la formación de los sueños si no osábamos suponer la existencia de dos instancias psíquicas, una de las cuales sometía la actividad de la otra a una crítica cuya consecuencia era la exclusión de su devenir-conciente. La instancia criticadora, según inferimos, mantiene con la ccia relaciones más estrechas que la criticada. Se sitúa entre esta última y la ccia comouna pantalla. El sistema criticador se situará en el extremo motor. Esquema: Preconciente: los procesos de excitación habidos en él pueden alcanzar sin más demora la ccia, siempre que se satisfagan ciertas condiciones; por ejemplo, que se alcance cierta intensidad (para atraer la atención de la ccia), cierta distribución de aquella función que recibe el nombre de “atención”. Es el sistema que posee las llaves de la motilidad voluntaria. Inconciente: no tiene acceso alguno a la ccia si no es por vía del precc, al pasar por el cual su proceso de excitación tiene que sufrir modificaciones. La fuerza impulsora del sueño es aportada por el Icc, el sistema Icc es el punto de partida para la formación del sueño. Como todas las otras formaciones de pensamiento, esta excitación onírica exteriorizará el afán de proseguirse dentro del precc y alcanzar desde ahí el acceso a la ccia. Durante el dia la censura de la resistencia les ataja a los pensamientos oníricos este camino que lleva a la ccia pasando por el precc. 17 En el sueño alucinatorio: la excitación toma un camino de reflujo. En lugar de propagarse hacia el extremo motor del aparato, lo hace hacia el extremo sensorial, y por ultimo alcanza el sistema de las percepciones. Si a la dirección según la cual el proceso psíquico se continua en la vigilia desde el icc la llamamos progrediente, estamos autorizados a decir que el sueño tiene un carácter regrediente. Esta regresión es entonces, una de las peculiaridades psicológicas del proceso onírico. En la vigilia esta retrogresión no va más allá de las imágenes mnémicas; no puede producir la animación alucinatoria de las imágenes perceptivas. ¿Por qué ocurre de otro modo en el sueño? Cuando hablamos del trabajo de condensación no pudimos evitar el supuesto de que las intensidades adheridas a las representaciones son trasferidas íntegramente de una a otra por obra del trabajo del sueño. Probablemente sea esta modificación del proceso psíquico corriente la que posibilita que el sistema de las P se invista hasta la plena vivacidad sensorial en la dirección inversa, partiendo de los pensamientos. Llamamos regresión al hecho de que en el sueño la representación vuelve a mudarse en la imagen sensorial de la que alguna vez partió. La ensambladura de los pensamientos oníricos es resuelta, por la regresión, en su material en bruto. La regresión se produce a pesar de una corriente sensorial ininterrumpida en la dirección progrediente. La mudanza de pensamientos en imágenes visuales es en parte consecuencia de la atracción que sobre el pensamiento desconectado de la ccia y que lucha por expresarse ejerce el recuerdo, figurado visualmente, que pugna por ser reanimado. El sueño puede describirse también como el sustituto de la escena infantil, alterado por trasferencia a lo reciente. Tres modos de regresión: tópica (en el sentido del esquema aquí desarrollado de los sistemas Psi), temporal (se trata de una retrogresión a formaciones psíquicas más antiguas) y formal (modos de expresión y de figuración primitivos sustituyen a los habituales). Pero en el fondo los tres tipos de regresión son uno solo y en la mayoría de los casos coinciden. El soñar en su conjunto es una regresión a la condición mas temprana del soñante, una reanimación de su infancia, de las mociones pulsionales que lo gobernaron entonces y de los modos de expresión de que disponía. Carácter regrediente: porque el polo motor está cerrado y porque vuelve a las imágenes sensoriales por la figurabilidad. Tomo XXI-El malestar en la cultura Rolland: la fuente genuina de la religiosidad es un sentimiento particular, que a él mismo ni suele abandonarlo nunca, que le ha sido confirmado por muchos otros y se cree autorizado a suponerlo en millones de seres humanos. In sentimiento que preferiría llamar sensación de “eternidad”, como de algo sin límites, “oceánico”. Este sentimiento es un hecho puramente subjetivo, no un artículo de fe; es la fuente de la energía religiosa que las diversas iglesias y sistemas de religión captan. Solo sobre la base de este sentimiento oceánico es lícito llamarse religioso. Yo no puedo descubrir en mí mismo ese sentimiento “oceánico”. 18 Si he entendido bien a mi amigo, él quiere decir lo mismo que un original y muy excéntrico literato brinda como consuelo a su héroe frente a la muerte libremente elegida: “de este mundo no podemos caernos”. O sea, un sentimiento de la atadura indisoluble, de la copertenencia con el todo del mundo exterior. Solo cabe preguntar si se lo ha interpretado rectamente y si se lo debe admitir como “fons et origin” (fuente y origen) de todos los afanes religiosos. Normalmente no tenemos más certeza que el sentimiento de nuestro sí-mismo, de nuestro yo propio. Este yo nos aparece autónomo, unitario, bien deslindado de todo lo otro. Que esta apariencia es un engaño, que el yo más bien se continúa hacia adentro, sin frontera tajante, en un ser anímico inconciente que designamos “ello” y al que sirve como fachada. Yo: continuación del ello, tiene aspectos icc. Pero hacia fuera, al menos, parece el yo afirmar unas fronteras claras y netas. Solo no es así en un estado, al que no puede tildarse de enfermizo. En la cima del enamoramiento amenazan desvanecerse los límites entre el yo y el objeto. El enamorado asevera que yo y tú son uno, y está dispuesto a comportarse como si así fuera. Sentimiento yoico se pierde en: el enamoramiento, la enfermedad y el lactante. Este sentimiento yoico del adulto no puede haber sido así desde el comienzo, habrá recorrido un desarrollo. El lactante no separa todavía su yo de un mundo exterior como fuente de las sensaciones que le afluyen. Aprende a hacerlo poco a poco, sobre la base de incitaciones diversas. Tiene que causarle la más intensa impresión el hecho de que muchas de las fuentes de excitación en que más tarde discernirá a sus órganos corporales pueden enviarle sensaciones en todo momento, mientras que otras (entre ellas, el pecho paterno) se le sustraen temporariamente y sólo consigue recuperarlas berreando en reclamo de asistencia. Hay cosas de las que no puedo disponer y cosas que me avallasan todo el tiempo. De este modo se contrapone por primera vez al yo un “objeto” como algo que se encuentra “afuera” (no le pertenece). Una posterior impulsión a desasir el yo de la masa de sensaciones, a reconocer un “afuera”, es la que proporcionan las frecuentes sensaciones de dolor y displacer, que el ppio de placer, amo irrestricto, ordena cancelar y evitar. Nace la tendencia a segregar del yo todo lo que pueda devenir fuente de un tal displacer, a arrojarlo hacia fuera, a formar un puro yo-placer. El yo se constituye con lo que le gusta y le da placer; lo que no, lo saca afuera, no lo considera propio. Ppio de placer: va a hacer que se constituya el objeto. Es imposible que la experiencia deje de rectificar los límites de este primitivo yo-placer. Fantasía: reducto del ppio de placer, donde quedo algo del ppio de placer. Así se aprende un procedimiento que, mediante una guía emocional de la actividad de los sentidos y una apropiada acción muscular, permite distinguir lo interno (perteneciente al yo) y lo externo. Con ello se da el primer paso para instaurar el principio de realidad, destinado a gobernar el desarrollo posterior. Originariamente el yo lo contiene todo; más tarde segrega de sí un mundo exterior. Por tanto, nuestro sentimiento yoico de hoy es sólo un comprimido resto de un sentimiento más abarcador (supuesto mítico teórico), que correspondía a una atadura más íntima del yo con el mundo circundante. Si nos es licito suponer que ese sentimiento yoico primario se ha conservado en la vida anímica de muchos seres humanos, acompañaría al sentimiento yoico de la madurez, más estrecho y de más nítido deslinde. Si tal fuera, los contenidos de representación adecuados a él serían, justamente, los de la ilimitación y la atadura con el Todo, esos mismos con que mi amigo ilustrael sentimiento “oceánico”. En el ámbito del alma es frecuente la conservación de lo primitivo junto a lo que ha nacido de él por transformación. Ese hecho es casi siempre consecuencia de una escisión del desarrollo. Una 19 porción cuantitativa de una actitud, de una moción pulsional, se ha conservado inmutada, mientras que otra ha experimentado el ulterior desarrollo (carta 52). Conservación en el interior de lo psíquico: en la vida anímica no puede sepultarse nada de lo que una vez se formó, todo se conserva de algún modo y puede ser traído a la luz de nuevo en circunstancias apropiadas, por ejemplo en virtud de una regresión de suficiente alcance. Ejemplo de la ciudad de Roma. El desarrollo de una ciudad, incluso el más pacífico, incluye demoliciones y sustituciones de edificios; en fin, la ciudad sería por principio inapta para compararla con un organismo anímico. Semejante conservación de los estadios anteriores junto a la forma última sólo es posible en lo anímico. Lo pasado puede persistir conservado en la vida anímica, que no necesariamente se destruirá. La conservación del pasado en la vida anímica es más bien la regla que no una rara excepción. Estando ya tan dispuestos a admitir que en muchos seres humanos existe un sentimiento “oceánico”, e inclinados a reconducirlo a una fase temprana del sentimiento yoico, se nos plantea una pregunta más: ¿Qué título tiene este sentimiento para ser considerado como la fuente de las necesidades religiosas? Un sentimiento solo puede ser una fuente de energía si él mismo constituye la expresión de una intensa necesidad. Las necesidades religiosas derivan del desvalimiento infantil y de la añoranza del padre que aquel despierta, este último sentimiento no se prolonga en forma simple desde la vida infantil, sino que es conservado duraderamente por la angustia frente al hiperpoder del destino. El sentimiento oceánico ha entrado con posterioridad en relaciones con la religión. Este ser-Uno con el Todo , que es el contenido de pensamiento que le corresponde, se nos presenta como un primer intento de consuelo religioso, como otro camino para desconocer el peligro que el yo discierne amenazándole desde el mundo exterior. Tomo XIV-Pulsiones y sus destinos Pulsión: concepto básico. Intentemos llenarlo de contenido desde diversos lados. Primero del lado de la fisiología. Nos ha proporcionado el concepto del estímulo y el esquema del reflejo. Un estímulo aportado al tejido desde afuera es descargado hacia afuera mediante una acción. Esta acción es “acorde al fin”. Relación que mantiene la “pulsión” con el “estímulo”. La pulsión sería un estímulo para lo psíquico. No hemos de equiparar pulsión y estimulo psíquico. Para lo psíquico existen otros estímulos que los pulsionales. Distinguir entre estímulos pulsionales y otros estímulos (fisiológicos). El estímulo pulsional no proviene del mundo exterior, sino del interior del propio organismo. Por eso también opera diversamente sobre el alma y se requieren diferentes acciones para eliminarlo. La pulsión no actúa como una fuerza de choque momentánea, sino siempre como una fuerza constante. Puesto que no ataca desde afuera, una huida de nada puede valer contra ella. Llamemos “necesidad” al 20 estímulo pulsional; lo que cancela esta necesidad es la “satisfacción”. Ésta solo puede alcanzarse mediante una modificación, apropiada a la meta (adecuada), de la fuente interior de estímulo. Imaginemos un ser vivo casi por completo inerme (indefenso), no orientado todavía en en mundo, que captura estímulos en su sustancia nerviosa. (la hipótesis que sigue, relativa a la conducta de un organismo vivo primitivo, y la postulación de un “principio de constancia”. Este ser muy pronto se halla en condiciones de establecer un primer distingo y de adquirir una primera orientación (hay estímulos de los que puede escapar y otros no). Esencia de la pulsión: proveniencia de fuentes de estímulo situadas en el interior del organismo. Emergencia como fuerza constante y su incoercibilidad por acciones de huida. Desde la biología. Trabaja con en el concepto de tendencia. El sistema nervioso es un aparato al que le está deparada la función de librarse de los estímulos que le llegan, de rebajarlos al nivel mínimo posible; es un aparato que querría conservarse exento de todo estimulo. Atribuyamos al sistema nervioso el cometido de dominar los estímulos. Estímulos exteriores: sustraerse de ellos mediante movimientos musculares. Los estímulos pulsionales no pueden tramitarse mediantes ese mecanismo. Por eso plantean exigencias mucho más elevadas al sistema nervioso y lo mueven a actividades complejas, que modifican el mundo exterior para que satisfaga a la fuente interior. Y sobre todo, lo obligan a renunciar a su propósito ideal de mantener alejados los estímulos. Entonces, las pulsiones son los genuinos motores de los progresos que han llevado al sistema nervioso a su actual nivel de desarrollo. Las pulsiones mismas, al menos en parte, son decantaciones de la acción de estímulos exteriores que en el curso de la filogénesis influyeron sobre la sustancia viva, modificándola. La actividad del aparato psíquico está sometida al principio de placer, es decir, es regulada de manera automática por sensaciones de la serie placer-displacer, esas sensaciones reflejan el modo en que se cumple el dominio de los estímulos. El sentimiento de displacer tiene que ver con un incremento del estímulo, y el placer con su disminución. Desde el aspecto biológico: la “pulsión” nos aparece como un concepto (constructo teórico, construido a partir de sus efectos) fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante (adquiere una representación en el aparato de estos estímulos) psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma. Términos que se usan en conexión con el concepto de pulsión: Esfuerzo: su factor motor, la suma de fuerza o la medida de la exigencia de trabajo que ella representa. Propiedad universal de las pulsiones. Meta: es en todos los casos la satisfacción. Solo puede alcanzarse cancelando el estado de estimulación en la fuente de la pulsión. Esta meta ultima permaneces invariable, los caminos que llevan a ella pueden ser diversos, de suerte que para una pulsión se presenten múltiples metas más próximas o intermedias, que se combinan entre sí o se permutan unas por otras. pulsiones de meta inhibida: en el caso de procesos a los que se permite avanzar un trecho (cantidad) en el sentido de la satisfacción pulsional, pero después experimentan una inhibición o una desviación. Son plásticas. Con tales procesos va asociada una satisfacción parcial. Pulsión activa/pasiva: influye solo a la meta (activa/pasiva). 21 Objeto: aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Es lo mas variable en la pulsión. No está enlazado originariamente a ella, sino que se le coordina solo a consecuencia de su aptitud para posibilitar la satisfacción. No es necesariamente un objeto ajeno; puede ser una parte del cuerpo propio. Pulsión ≠ instinto (tiene objeto fijo). Un lazo particularmente íntimo de la pulsión con el objeto se acusa como fijación de aquella. Fuente: proceso somático, interior a un órgano o a una parte del cuerpo, cuyo estimulo es representado en la vida anímica por la pulsión (zonas erógenas). Todas las pulsiones son cualitativamente de la misma índole, y deben su efecto solo a las magnitudes de excitación que conducen. Constitución de la pulsión, siempre la misma (drang). Dos grupos de pulsiones: yoicas o de autoconservación y las sexuales. Distingue estos tipos de pulsiones mediante la observación en su clínica de la psiconeurosis. “neurosis de trasferencia” (histeria y neurosis obsesiva): en la raíz de todas esas afecciones se hallaba un conflicto entre los reclamos de la sexualidad y los del yo. Pulsiones sexuales: son numerosas, brotan de múltiples fuentes orgánicas, al comienzo actúan con independenciaunas de otras y sólo después se reúnen en una síntesis. Meta: logro del placer de órgano. Solo tras haber alcanzado una síntesis cumplida entran al servicio de la función de reproducción. En su primera aparición se apuntalan en las pulsiones de autoconservación; de las que solo poco a poco se desasen. También en el hallazgo de objeto siguen los caminos que les indican las pulsiones yoicas. Una parte de ellas continúan asociadas toda la vida a estas últimas, a las cuales proveen de componentes libidinosos. Se singularizan por el hecho de que en gran medida hacen un papel vicario (en la función de otro) unas respecto de las otras y pueden intercambiar con facilidad sus objetos (cambios de vía). A consecuencia de esto, se habilitan para operaciones muy alejadas de sus acciones-meta originarias (sublimación: satisfacción cambiando por una vía socialmente aceptada, a una pulsión que se satisfacería por una vía no socialmente aceptada). Destinos de pulsión (según la defensa): El trastorno hacia los contrario La vuelta hacia la persona propia La represión La sublimación Los destinos de pulsión pueden ser presentados también como variedades de la defensa contra las pulsiones. Trastorno hacia lo contrario, se resuelve en dos procesos diversos: vuelta de una pulsión de la actividad a la pasividad (meta: activa a pasiva), y trastorno en cuanto al contenido (contenido: amor-odio). Ejemplos del primer proceso: sadismo-masoquismo y placer de ver-exhibición. El trastorno solo atañe a las metas de la pulsión; la meta activa es reemplazada por la pasiva. El trastorno en cuanto al contenido se descubre en este único caso: la mudanza del amor en odio. La vuelta hacia la persona propia: el masoquismo es sin duda un sadismo vuelto hacia el yo propio, y la exhibición lleva incluido el mirarse el cuerpo propio. Lo esencial en este proceso es el cambio de vía del objeto, manteniéndose inalterada la meta. 22 En cuanto al par de opuestos sadismo-masoquismo, el proceso puede presentarse del siguiente modo: a) El sadismo consiste en una acción violenta, en una afirmación de poder dirigida a otra persona como objeto. Sadismo: sujeto que le impone un dolor a otra que funciona como objeto. Sujeto similar a agente. b) Este objeto es resignado y sustituido por la persona propia. Con la vuelta hacia la persona propia se ha consumado también la mudanza de la meta pulsional activa en una pasiva. Cambio de objeto y de vía. El objeto se cambia a uno mismo (se vuelve masoquismo). c) Se busca de nuevo como objeto una persona ajena, que, a consecuencia de la mudanza sobrevenida en la meta, tiene que tomar sobre sí el papel de sujeto. (“sujeto y objeto” se utilizan para designar, respectivamente, a la persona en quien se origina una pulsión y a la persona o cosa a la cual aquella se dirige. “sujeto”: la persona que desempeña el papel activo en la relación). Busca alguien que le pegue, se busca un agente (el que hace el acto), siempre el sujeto es el mismo. Caso c: masoquismo. La satisfacción se obtiene por el camino del sadismo originario. Etapa b: neurosis obsesiva. Vuelta hacia la persona propia sin la pasividad hacia una nueva. Pulsiones que tiene por meta el ver y el mostrarse, mismas etapas: a) El ver como una actividad dirigida a un objeto ajeno. Primero, ver a alguien en su actividad sexual. b) La resignación del objeto, la vuelta de la pulsión de ver hacia una parte del cuerpo propio, y por tanto el trastorno en pasividad y el establecimiento de la nueva meta: ser mirado. c) La inserción de un nuevo sujeto, al que uno se muestra a fin de ser mirado por él. Pero una importante divergencia con el caso del sadismo reside en que en la pulsión de ver ha de reconocerse una etapa todavía anterior a la que designamos a. En efecto, inicialmente la pulsión de ver es autoerotica, tiene sin duda un objeto, pero este se encuentra en el cuerpo propio. Sólo más tarde se ve llevada (por la vía de la comparación) a permutar este objeto por uno análogo del cuerpo ajeno (etapa a). Esquema de la pulsión: Todas las etapas de desarrollo de la pulsión subsisten unas junto a las otras. Podemos descomponer toda vida pulsional en oleadas singulares, separadas en el tiempo, y homogéneas dentro de la unidad de tiempo, las cuales se comportan entre sí como erupciones sucesivas de lava. Coexisten las fases unas con las otras (Sentimiento oceánico). Podemos imaginar que la primera erupción de lava, la más originaria, prosigue inmutable (nada se destruye). La oleada siguiente está expuesta desde el comienzo a una alteración, por ejemplo la vuelta a la pasividad, y se agrega con este nuevo carácter a la anterior. 23 El hecho de que en esa época más tardía del desarrollo pueda observarse, junto a una moción pulsional, su opuesto (pasivo) (activa junto a la pasiva), merece ser destacado mediante el certero nombre introducido por Bleuler: ambivalencia. Ir del sadismo al masoquismo. No hay principio de contradicción en el icc, como hay cambios de vía, los opuestos están siempre mas o menos listos para esto. La etapa previa de la pulsión de ver pertenece al narcisismo, es una formación narcisista. La trasmudación del sadismo al masoquismo implica un retroceso hacia el objeto narcisista: y en los dos casos el sujeto narcisista es permutado por identificación con un yo otro, ajeno. Los destinos de pulsión que consisten en la vuelta sobre el yo propio y en el trastorno de la actividad en pasividad dependen de la organización narcisista del yo y llevan impreso el sello de esta fase. Tomo XII- Formulación sobre los dos Principios del suceder Psíquico Toda neurosis tiene la consecuencia de expulsar al enfermo de la vida real. El neurótico se escapa de la realidad. El introducir el proceso de la represión (esfuerzo de desalojo y suplantación) en la génesis de la neurosis nos ha permitido discernir ese nexo. El neurótico se extraña de la realidad efectiva porque la encuentra insoportable. El tipo más extremo de este extrañamiento de la realidad objetiva: psicosis alucinatoria. Se nos impone la tarea de investigar en su desarrollo la relación del neurótico, y en general del hombre, con la realidad. Procesos psíquicos inconcientes: la tendencia principal a que estos procesos primarios obedecen se define como el principio de placer-displacer. Estos procesos aspiran a ganar placer; y de los actos que pueden suscitar displacer, la actividad psíquica se retira (represión). El estado de reposo psíquico fue perturbado inicialmente por las imperiosas exigencias de las necesidades internas. En ese caso, lo pensado (deseado) fue puesto de manera simplemente alucinatoria (el estado del dormir puede proporcionarnos el retrato de la vida anímica antes del reconocimiento de la realidad objetiva, porque aquél tiene como premisa la deliberada desmentida de esta, deseo de dormir). Solo la ausencia de la satisfacción esperada, el desengaño, trajo por consecuencia que se abandonase ese intento de satisfacción por vía alucinatoria. En lugar de él, el aparato psíquico debió resolverse a representar las constelaciones reales del mundo exterior. Así se introdujo un nuevo principio en la actividad psíquica; ya no se representó lo que era agradable, sino lo que era real, aunque fuese desagradable. Consecuencias del establecimiento del principio de realidad: 1. Los nuevos requerimientos obligaron a una serie de adaptaciones del aparato psíquico. Al aumentar la importancia de la realidad exterior, cobró relieve también la de los órganos sensoriales y de la conciencia. Se instituyó una función particular, la atención (hacer foco a una cosa a la vez), que iría a explorar periódicamente el mundo exterior, a fin de que sus datos ya fueran consabidos antes que se instalase una necesidad interior inaplazable. Es probable que simultáneamente se introdujese un sistema de registro que depositaría los resultados de esta actividad periódica de la conciencia, una parte de lo que llamamos memoria.24 En lugar de la represión surgió el fallo (juicio) imparcial que decidiría si una representación determinada era verdadera o falsa, si estaba o no en consonancia con la realidad; por comparación con las huellas mnémicas de la realidad (primero las huellas). La descarga motriz recibió ahora una función nueva, se la usó para alterar la realidad con arreglo a fines. Se mudó en acción. La suspensión de la descarga motriz (de la acción) fue procurada por el proceso del pensar, que se constituyó desde el representar (representar palabra). El pensar fue dotado de propiedades que posibilitaron al aparato anímico soportar la tensión de estímulo elevada durante el aplazamiento de la descarga. Es en lo esencial una acción tentativa con desplazamiento de cantidades más pequeñas de investidura, que se cumple con menor expendio (descarga) de estas. Se requirió un transporte de las investiduras libremente desplazables a investiduras ligadas, y se lo obtuvo por medio de una elevación en el nivel del proceso de investidura en su conjunto. 2. Una tendencia general de nuestro aparato anímico, que puede reconducirse al principio económico del ahorro de gasto, parece exteriorizarse en la pertinacia (persistencia) del aferrarse a las fuentes de placer de que se dispone y en la dificultad con que se renuncia a ellas. El aparato psíquico siempre permanentemente trata de ahorrar energía y se aferra al principio de placer. Al establecerse el principio de realidad, una clase de actividad del pensar se escindió; ella se mantuvo apartada del examen de realidad y permaneció sometida únicamente al principio de placer. Es el fantasear, empieza ya con el juego de los niños y es proseguido como sueños diurnos, abandona el apuntalamiento en objetos reales. Se divide el pensar. 3. El relevo del principio de placer por el principio de realidad, en verdad no se cumple de una sola vez ni simultáneamente en toda la línea. Pues mientras este desarrollo se cumple en las pulsiones yoicas, las pulsiones sexuales se desasen de él de manera muy sustantiva. Las pulsiones sexuales se comportan primero en forma de autoerótica; de ahí que no lleguen a la situación de la frustración, esa que obligó a instituir el principio de realidad. Al principio, aparece la satisfacción en el propio cuerpo, por eso las pulsiones sexuales no se frustran. En las pulsiones yoicas, la frustración obliga al individuo a imponer el principio de realidad. Cuando más tarde comienza en ellas el proceso de hallazgo de objeto (después del complejo de Edipo), este proceso experimenta una prolongada interrupción por obra del periodo de latencia, que pospone hasta la pubertad el desarrollo sexual. El autoerotismo y la latencia tienen por consecuencia que la pulsión sexual quede suspendida en su plasmación psíquica y permanezca más tiempo bajo el imperio del principio de placer. Se establece un vínculo más estrecho entre la pulsión sexual y la fantasía y entre las pulsiones yoicas y las actividades de la conciencia. La represión permanece omnipotente (todo lo puede) en el reino del fantasear; logra inhibir representaciones in status nascendi, antes que puedan hacerse notables a la ccia., toda vez que su investidura pueda dar ocasión al desprendimiento de displacer. Descarta todo lo que perturba el fantasear, inhibe representaciones antes de que sean concientes. Una parte esencial de la predisposición psíquica a la neurosis está dada por el retardo con que la pulsión sexual es educada para tomar nota de la realidad y, además, por las condiciones que posibilitan ese retraso (el hecho de que al principio se autosatisfacen). 4. Yo-placer: no puede más que desear. Yo-realidad: no tiene más que aspirar a beneficios y asegurarse contra prejuicios. En verdad, la sustitución del principio de placer por el de realidad no implica el destronamiento del primero, sino su aseguramiento. Se abandona 25 un placer momentáneo, pero inseguro en sus consecuencias, sólo para ganar por el nuevo camino un placer seguro, que vendrá después. 5. La educación: incitación a vencer el principio de placer y a sustituirlo por el principio de realidad (por amor a los padres); por tanto, quiere acudir en auxilio de aquel proceso de desarrollo en que se ve envuelto el yo, y para este fin se sirve de los premios de amor por parte del educador. El niño siempre espera ser amado por sus maestros. por eso, la educación suele fallar, lo que falla es la intolerancia de la realidad (desea que el educador lo ame siempre). 6. El arte logra por un camino peculiar una reconciliación de los dos principios. El artista es un hombre que se extraña de la realidad porque no puede avenirse a esa renuncia a la satisfacción pulsional, y da libre curso en la vida de la fantasía a sus deseos eróticos y de ambición. Pero él encuentra el camino de regreso desde ese mundo de fantasía a la realidad; lo hace plasmando sus fantasías en un nuevo tipo de realidades efectivas que los hombres reconocen como unas copias valiosas de la realidad objetiva misma. Por esa vía se convierte en el héroe, rey, etc. solo puede alcanzarlo porque los otros hombres sienten la misma insatisfacción que él con esa renuncia real exigida (hace lo que todos querríamos hacer pero no podemos porque no tenemos el don). La negación Ocurrencias de los pacientes: “ahora usted pensará que quiero decir algo ofensivo, pero realmente no tengo ese propósito.” Lo comprendemos: es el rechazo, por proyección (poner afuera), de una ocurrencia que acaba de aflorar. O: “usted pregunta quién puede ser la persona del sueño. Mi madre no es”. Entonces es su madre. Por tanto, un contenido de representación o de pensamiento reprimido puede irrumpir en la conciencia a condición de que se deje negar. La negación es un modo de tomar noticia de lo reprimido; es ya una cancelación de la represión, aunque no, claro está, una aceptación de lo reprimido (la persona no lo acepta, no hay una aceptación conciente). Con ayuda de la negaciones enderezada sólo una de las consecuencias del proceso represivo, a saber, la de que su contenido de representación no llegue a la conciencia. Puesto que es tarea de la función intelectual del juicio afirmar o negar contenidos de pensamiento, las consideraciones anteriores nos han llevado al origen psicológico de esa función. Negar algo en el juicio quiere decir, en el fondo, “eso es algo que yo preferiría reprimir”. El juicio adverso es el sustituto intelectual de la represión. Por medio del símbolo de la negación, el pensar se libera de las restricciones de la represión y se enriquece con contenidos indispensables para su operación. La función del juicio tiene dos decisiones que adoptar: 1. Debe atribuir o desatribuir una propiedad a una cosa. La propiedad sobre la cual se debe decidir pudo haber sido originariamente buena o mala, útil o dañina. La representación es primero que el objeto, después veo si mi representación corresponde a eso que está fuera). El yo-placer originario quiere introyectarse todo lo bueno, arrojar de sí todo lo malo. Al comienzo son para él idénticos lo malo, lo ajeno al yo, lo que se encuentra afuera. 2. Debe admitir o impugnar la existencia de una representación en la realidad. Es un interés del yo-realidad definitivo, que se desarrolla desde el yo-placer inicial (examen de realidad). Los sentidos son los que van a ayudar a pasar del principio de placer al de realidad, surge 26 la atención. Se trata de si algo presente como representación dentro del yo puede ser reencontrado también en la percepción (realidad). Lo no real, lo meramente representado, lo subjetivo, es sólo interior; lo otro, lo real, está presente también ahí afuera. En este desarrollo se deja de lado el miramiento por el principio de placer. La experiencia ha enseñado que no sólo es importante que una cosa del mundo posea la propiedad “buena”, sino también que se encuentre ahí, en el mundo exterior, de modo que uno pueda apoderarse de ella si lo necesita.
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