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3
LA GLOBALIZACIÓN Y EL DESARROLLO NACIONAL
Hacia una mayor coherencia
entre políticas económicas y laborales
Copyright © Organización Internacional del Trabajo, 2005
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los derechos de propiedad intelectual, en virtud del protocolo 2 anexo a la
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o de traducción deben formularse las correspondientes solicitudes a la Oficina de
Publicaciones (Derechos de autor y licencias), Oficina Internacional del Trabajo, 
CH-1211 Ginebra 22, Suiza, solicitudes que serán bien acogidas.
OIT Oficina en Argentina
La globalización y el desarrollo nacional. Hacia una mayor coherencia entre
políticas económicas y laborales. Buenos Aires, Oficina de la OIT en Argentina,
2005.
GLOBALIZACION / POLITICA DE DESARROLLO / POLITICA ECONOMICA / POLITICA
LABORAL / TRABAJO DECENTE / MERCADO DE TRABAJO / RECESION
ECONOMICA / DESEMPLEO / ESTADO-BENEFACTOR / ARGENTINA / COREA /
ESCANDINAVIA/ IRLANDA / pub OIT
03.02.3
(catalogación OIT AR)
ISBN 92-2-318270-0 (versión impresa)
ISBN 92-2-318271-9 (versión web pdf)
Las denominaciones empleadas, en concordancia con la práctica seguida en las
Naciones Unidas, y la forma en que aparecen presentados los datos en las
publicaciones de la OIT no implican juicio alguno por parte de la Oficina
Internacional del Trabajo sobre la condición jurídica de ninguno de los países, zonas
o territorios citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus
fronteras. La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos, estudios
y otras colaboraciones firmados incumbe exclusivamente a sus autores, y su
publicación no significa que la OIT las sancione.
Las referencias a firmas, procesos o productos comerciales no implican aprobación
alguna por la Oficina Internacional del Trabajo, y el hecho de que no se mencionen
firmas, procesos o productos comerciales no implica desaprobación alguna.
Vea nuestro sitio en la red: www.oit.org.ar
Impreso en Argentina
Advertencia
El uso de un lenguaje que no discrimine ni marque diferencias entre hombres y
mujeres es una de las preocupaciones de nuestra Organización. Sin embargo, no
hay acuerdo entre los lingüistas sobre la manera de cómo hacerlo en nuestro
idioma. En tal sentido y con el fin de evitar la sobrecarga gráfica que supondría
utilizar en español o/a para marcar la existencia de ambos sexos, hemos optado
por emplear el masculino genérico clásico, en el entendido de que todas las
menciones en tal género representan siempre a hombres y mujeres.
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PROLOGO
En febrero de 2004, la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la
Globalización, integrada por conocidas personalidades mundiales del ámbito público y
privado, publicó su informe titulado “Por una globalización justa. Crear oportunidades para
todos”. En el mismo, después de plantear una visión innovadora del problema y analizar
las principales características del proceso de globalización, se discuten una estrategia para
el cambio y cuestiones de gobernanza y se incluyen propuestas explícitas para abordar una
reforma necesaria, tanto en el ámbito nacional como internacional.
Las labores de esta comisión resumidas en el Informe mencionado fueron positivamente
recibidas por la opinión pública mundial. Además, a partir de la experiencia ganada en otras
iniciativas de tipo similar, se generó consenso sobre la necesidad de desarrollar actividades
de seguimiento del Informe, las que se han llevado a cabo en distintos países. En particular,
en Argentina se realizó una conferencia internacional bajo el título “La globalización y el
desarrollo nacional: Hacia una mayor coherencia entre las políticas económicas y
laborales”, la que se llevó a cabo en Buenos Aires el 8 y 9 de agosto de 2005.
Dada la relevancia de los temas considerados en esta Conferencia y la participación de
destacados especialistas locales e internacionales, la Oficina de la OIT en Argentina ha
decidido reunir en el presente volumen las exposiciones de altos funcionarios del gobierno
argentino y de la OIT en la sesión de apertura; las cinco ponencias presentadas en la mesa
redonda sobre el tema de la Conferencia; y la reseña de tres experiencias nacionales en este
campo.
Creemos que estos materiales, de evidente utilidad, podrán contribuir al debate
nacional e internacional sobre un tema cuya relevancia está fuera de discusión, en tanto se
refiere a las condiciones básicas que regulan en la actualidad la dinámica de las economías
y las sociedades y que, por lo tanto, conforman el factor determinante de una variedad de
efectos sociales que no siempre pueden juzgarse como positivos. En ese sentido, los
materiales publicados en este volumen deben interpretarse como un modesto aporte para
promover la toma de conciencia y la acción privada y pública en relación con la consecución
del objetivo de Trabajo Decente, el cual constituye el eje principal que estructura la acción
de la Organización Internacional del Trabajo y que ha sido expresamente asumido por el
gobierno de la República Argentina.
Ana Lía Piñeyrúa
Directora Oficina de la OIT en Argentina
La globalización y el desarrollo nacional
5
ÍNDICE
1. PRÓLOGO 5
2. APERTURA: 
• Virgilio Levaggi, Director Regional Adjunto para las Américas OIT.
La globalización y el desarrollo. 9 
• Jorge Enrique Taiana, Secretario de Relaciones Exteriores,
Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
Resultados esperados de la Cuarta Cumbre de las Américas. 17
• Carlos Tomada, Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
Los desafíos de una globalización justa para la Argentina. 24
3. MESA REDONDA: LA COORDINACIÓN DE POLÍTICAS 
LABORALES Y ECONÓMICA. IMPACTO SOBRE EL TRABAJO 
DECENTE Y MECANISMOS INSTITUCIONALES.
• Mario Damill y Roberto Frenkel: Globalización financiera y mercado 
de trabajo en la Argentina. 31
• Bill Gibson: Dos modelos para analizar el impacto de las políticas económicas. 79
• Jan Kregel: Comentarios 113
• Carlos H. Acuña: Los problemas de coordinación del Estado argentino 
como contexto (ineludible) de La coordinación de políticas laborales 
y económicas 123 
• Marta Novick: Coordinación de políticas laborales y económicas 143
4. EXPERIENCIAS INTERNACIONALES:
• Paddy Teahon: El caso de Irlanda 165
• Kil-Sang Yoo: Crisis financiera y medidas contra el desempleo: 
la experiencia de Corea 183
• Jaakko Kiander: Crecimiento y empleo en los estados de bienestar 
nórdicos en la década de 1990: una historia de crisis y revival 209
La globalización y el desarrollo nacional
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La globalización y el desarrollo nacional
9
LA GLOBALIZACIÓN Y EL DESARROLLO
Virgilio Levaggi
Director Regional Adjunto para las Américas. OIT
1. ¿Por qué no tengo acceso a los beneficios de la globalización? ¿Por qué siento que no
tengo oportunidades ni se me trata en un pie de igualdad con los demás? Son preguntas
que se hacen muchas personas en el mundo. 
No es bueno que grandes mayorías no sientan que la globalización los beneficie. En
cambio, que sean más quienes participen de sus beneficios y contribuyan a su generación
es muy positivo para las personas, sus familias y sociedades así como para la “aldea
global”.
En la Organización Internacional del Trabajo escuchamos estas preguntas y nos preocupó
que quienes las hacen –como lo demuestran diferentes encuestas de opinión- duden de la
funcionalidad de la democracia, política y económica, y del actual ordenamiento
internacional para responder a sus legítimas demandas por progresar.
El que casi la mitad de la población mundial sobreviva con un ingreso promedio de dos
dólares diarios, carezcan de los más mínimos servicios públicos de salud, vivienda o
educación, y sin expectativas reales de que esta situaciónpueda revertirse en el corto o
mediano plazo es una situación explosiva, cuyos efectos experimentan casi todos los países.
Somos conscientes que la globalización no es causante de todos los males de la
humanidad; sin embargo no ha contribuido a disminuirlos y muchos se han profundizado.
Somos conscientes, también, que los 24 países en desarrollo que -en los últimos 20 años-
se han integrado más rápidamente a la economía global han logrado acelerar su ritmo de
crecimiento, incrementar sus niveles de ingreso y mejorar la calidad de vida de sus
habitantes.
La globalización tiene virtudes (aplicación del avance científico en el combate contra las
enfermedades, fomento de la cercanía entre los pueblos, aplicación de las nuevas
tecnologías a la difusión de la educación, entre otras) y defectos (urbanización deficiente,
desigualdad económica y exclusión social, entre otros): como toda obra humana tiene sus
luces y sombras, que deben ser adecuadamente ponderadas. 
No contribuyen al adecuado diagnóstico de la globalización la “globalfobia” o la
“globalfilia” en las que se han polarizado las posiciones respecto de este fenómeno. 
2. En la OIT nos sorprendió la atención casi exclusiva que ciertos sectores le daban al
aspecto económico-comercial de la globalización y el descuido que, en la institucionalidad
internacional tiene la dimensión social. Ello debido a que la interacción entre lo económico
La globalización y el desarrollo nacional
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y lo social es evidente para el adecuado progreso de las personas y sus comunidades. 
Por ello el Consejo de Administración de la OIT decidió crear la Comisión Mundial sobre la
Dimensión Social de la Globalización que –a diferencia de otras comisiones- estuvo dirigida
por dos Jefes de Estado en ejercicio e integrada por distinguidas personalidades mundiales
de diferentes orígenes. Estos Comisionados trabajaron con ahínco para sugerir cómo
priorizar la dimensión social en la agenda de la globalización, dominada por un enfoque
economicista.
La mencionada Comisión Mundial entendió que la dimensión social de la globalización se
refiere al impacto que este proceso tiene en la vida y en el trabajo de la gente, así como en
sus familias y sociedades. Incluye el impacto de la globalización en el empleo, las
condiciones de trabajo, los ingresos y la protección social. Más allá del mundo del trabajo
esta dimensión abarca las cuestiones de seguridad, cultura e identidad, inclusión o
exclusión social y la cohesión de las familias y comunidades.
Hoy es cada vez más amplio el consenso de que, para lograr un mundo mejor, la
humanidad se encuentra ante el desafío de construir una globalización justa que cree
oportunidades para todos. Al respecto, el Informe de la Comisión Mundial presenta
importante observaciones estratégicas y recomendaciones prácticas, viables y realistas.
3. Resulta importante destacar que en la Cumbre sobre Desarrollo Social de Copenhague
se logró –sobre la base de principios universales- un consenso respecto de la importancia
de la democracia, la reducción de la pobreza, la creación de pleno empleo y la cohesión
social en un mundo globalizado. 
Nótese la coincidencia entre las prioridades destacadas hace 10 años y la propuesta
argentina que se ha consolidado, con el apoyo de las democracias del Hemisferio, como el
tema central de la próxima Cumbre de las Américas: “Generar trabajo para enfrentar la
pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática”.
4. Desde 1999, la OIT viene perfeccionando -a partir de consultas internas con sus
mandantes- una Agenda de Trabajo Decente que integra su acervo histórico respecto de
los derechos laborales y la protección social con una propuesta moderna de generación de
empleos y creación de empresas, en un entorno que aliente el diálogo social.
Respecto de esta nueva Agenda de la OIT, tanto quienes critican como quienes tienen
expectativas frente a la globalización, se sienten interesados. Un ejemplo simbólico: el
Director General de la OIT ha sido invitado para hablar de dicha Agenda tanto por el Foro
Social de Porto Alegre (donde se reúne el mundo de la contestación a la globalización)
como por el Foro Económico de Davos (donde se reúne el mundo más favorable a la
globalización). Ambos eventos le solicitaron hablar sobre el mismo tema. Para unos porque
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la Agenda del Trabajo Decente responde a una serie de problemas que les preocupan en la
globalización mientras que para los otros porque esta Agenda incluye al mundo de las
empresas y, por tanto, a partir de ella se pueden buscar convergencias.
La creación de un consenso internacional para hacer del Trabajo Decente un objetivo
global es una de las conclusiones fundamentales del Informe “Por una globalización justa”.
En nuestra Región el apoyo a dicha opción no puede ser más amplio. Sólo entre setiembre
de 2003 y mayo de 2004, han abordado la cuestión del Trabajo Decente la XIII Conferencia
de Ministros del Trabajo de las Américas (Salvador de Bahía), la Cumbre Iberoamericana
(Santa Cruz de la Sierra), la Cumbre Extraordinaria de las Américas (Nuevo León) y la
Cumbre Unión Europea-Latinoamérica y el Caribe (Guadalajara). Las conclusiones de estas
reuniones han indicado que el trabajo decente es un instrumento idóneo para promover el
desarrollo y reducir la pobreza, así como para lograr una mayor inclusión social y también
para consolidar la democracia.
Asimismo, en el Consenso de Buenos Aires y el Acta de Copacabana, los Presidentes Lula
y Kirchner han expresado su “convicción de que el Trabajo Decente, tal como es concebido
por la OIT, es el instrumento más efectivo de promoción de las condiciones de vida de
nuestros pueblos y de su participación en los frutos del progreso material y humano”.
Palabras que nos comprometen y a las cuales hemos procurado responder, por ejemplo,
contribuyendo sustantivamente con la Conferencia Regional de Empleo del MERCOSUR y
con el Programa Nacional de Trabajo Decente que la República Argentina ha decidido
adoptar para profundizar los cambios que alienta el gobierno del Presidente Kirchner.
5. Sabemos que el trabajo decente está en el centro de las preocupaciones de la gente y
consideramos que es momento de ponerlo en el centro de las políticas para avanzar -con
estabilidad macroeconómica- del crecimiento al desarrollo y, así, forjar una globalización
justa de ciudadanos y sociedades libres.
Para ello hay cuatro niveles en los que es necesario actuar:
• Integración de las políticas económicas y sociales.
• El ámbito local. Se ha hecho mucho por facilitar las finanzas, el comercio y las inversiones
en el ámbito mundial y es muy poco lo que se ha hecho en cambio para reforzar las
comunidades y los mercados locales.
• Movilizar el tripartismo para que sea un actor global en la consecución de una
globalización justa. Nadie mejor situado que gobiernos, empleadores y trabajadores para
poder calibrar el efecto de la globalización en las empresas y lugares de trabajo.
La globalización y el desarrollo nacional
13
• Una mejor coordinación del sistema multilateral. 
6. La promoción del Trabajo Decente exige una mayor integración de las políticas
económicas y sociales pues los problemas del trabajo no sólo se resuelven en el mundo del
trabajo. El Informe de la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la globalización
ofrece un muy buen marco analítico y de propuestas para esta integración de políticas.
La noción de trabajo decente tiene cuatro dimensiones principales:
- Los derechos en el trabajo.
- El trabajo y el empleo en sí mismos.
- La seguridad..
- La representación y el diálogo. 
La promoción del trabajo decente gira en torno, al menos, a seis ejes:
• El empleo como parte central de políticas económicas y sociales más integradas.
• La dinamización de lo local como un factor de desarrollo y generación de empleo.
• La aplicación de la normativa laboral, especialmente los convenios fundamentales del
trabajo.
• Un entorno macroeconómicoy legal conducente a altas tasas de inversión y creación de
empresas sobre todo micro, pequeñas y medianas.
• Ampliación de la cobertura de los sistemas de protección social.
• El diálogo social como instrumento de definición de políticas de solución de conflictos y
fortalecimiento de la democracia.
El concepto de Trabajo Decente permite distinguir el empleo de calidad de una simple
ocupación.
La OIT ha desarrollado el concepto de Trabajo Decente en un intento de capturar –en una
unidad con sentido y coherencia- la convergencia de las distintas dimensiones que
conforman un buen trabajo: empleo de calidad que respete a los derechos laborales
fundamentales, con adecuados niveles de protección social y derecho a la representación y
participación. Generar empleo sin considerar su calidad y los niveles de protección social a
los que permite acceder no conduce al progreso. Promover los derechos en el trabajo sin
preocuparse por que existan empleos para quienes lo necesitan es igual de infructífero. El
diálogo social es crucial para asegurar que la gente pueda contribuir con la elaboración y
ejecución de una estrategia de desarrollo, para cuyo seguimiento la democracia es el mejor
sistema. 
7. Es necesaria una alternativa a la globalización tal cual hoy se presenta para potenciar sus
virtualidades y disminuir sus aspectos negativos. Los ejes de dicha alternativa serían la
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integración de políticas económicas y sociales (nuevo mecanismo para la formulación y
ejecución de políticas públicas así como para las decisiones privadas en el campo
productivo) y el diálogo social (instrumento idóneo para viabilizar dicho mecanismo). Entre
otras cosas esta sinergia entre integración y diálogo reconciliaría a la política con la
economía al poner, al centro de ambas, a la persona humana.
América Latina busca participar en la globalización de una forma tal que sea genuinamente
ventajosa para todos sus habitantes. Ello demanda humanizar la globalización y actuar
desde los ámbitos locales y nacionales hasta aquellos internacionales.
Estoy convencido que los latinoamericanos, por los valores que hemos forjado en nuestra
historia y por la calidad de nuestras gentes, tenemos mucho que aportar en la construcción
de una globalización justa. En dicha tarea estoy seguro que el Trabajo Decente será un
instrumento funcional para la consecución de un objetivo noble y realista: la construcción
de una globalización con oportunidades para todos.
Quizás ha llegado la hora de dirigidos hacia un modelo de desarrollo amigable con el
Trabajo Decente que permita mayor competitividad de las economías pero con inclusión
social.
En la humanización de la globalización, no obstante el rol central de empleadores y
trabajadores, los gobiernos no pueden ser convidados de piedra.
La globalización y el desarrollo nacional
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RESULTADOS ESPERADOS DE LA CUARTA CUMBRE DE
LAS AMÉRICAS
Jorge Enrique Taiana
Secretario de Relaciones Exteriores. 
Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. 
La globalización y el desarrollo nacional
17
La parte que me toca en esta cumbre, es la de ser el coordinador Nacional y las Preguntas
son: ¿Qué esperamos de la Cumbre? ¿Qué requiere necesaria y mínimamente el proceso
de cumbres?: El proceso de cumbres, éstas cumbres, las cumbres hemisféricas; esta va a ser
la cuarta cumbre, es como los mosqueteros, es la Cuarta Cumbre pero es la sexta, porque
es la Cuarta Cumbre ordinaria, pero hubo dos Cumbres Extraordinarias. 
La Primer Cumbre fue en el año 1994 ella fue convocada por el Ex Presidente de los EEUU,
Bill Clinton en Miami y tuvo dos grandes ejes: uno el tema de la Democracia, era una
Cumbre post caída del muro y post transiciones democráticas en América Latina, fue una
especie de cumbre para reafirmar la importancia o la democratización del hemisferio y
también para impulsar las políticas de auge de ese momento de apertura económica de
desregulación y privatización y la perspectiva de un área de libre comercio como se señalo
entonces desde Alaska hasta tierra del fuego o sea el ALCA. 
Esos fueron los ejes de la Primer Cumbre, la Segunda Cumbre que no fue segunda porque
fue extraordinaria, fue Santa Cruz de la Sierra en el año 1996 y fue sobre desarrollo
sustentable, una especie de recuperación de la Cumbre del año 1992 de Río de Janeiro, la
universal o sea el tema ambiental.
La Segunda Cumbre efectiva fue en Santiago de Chile en el año 1998 y tuvo como punto
especial el acento en la Educación, destacar la importancia de la misma. En la Segunda
Cumbre los Presidentes llaman a la negociación del ALCA y en la Tercera cumbre que es la
de Quebec en el año 2001, hubo dos temas centrales que desarrollaron mucho los
canadienses que es sumar el concepto de Seguridad Humana que es una especie de
intersección entre los conceptos más tradicionales del índice de desarrollo humano y
concepto de seguridad y el concepto de conectividad a la luz de todas las transformaciones
en los temas de comunicación y de informática. 
Aquí se volvió a hablar del ALCA o la aspiración de los Presidentes al ALCA y 2001 fue la
primera Cumbre en donde ya el movimiento de oposición a la Globalización, que tiene una
presencia efectiva, es decir: los que fuimos a la Cumbre como delegados tenemos olor a
gas. Porque se tiraban gases. Eso empezó en Seattle en el año 1999, en el año 2001 ya fue
una Cumbre con un sector activo cuestionado.
Después vino la Cumbre extraordinaria de Nueva León que fue en el año 2004 en enero del
2004, esa Cumbre fue sobre el desarrollo social y es interesante porque esta Cumbre ya
marca un cierto viraje en la percepción política del hemisferio, ya habíamos tenido en el
2002 la Cumbre que es general no hemisférica en Monterrey, el Consenso de Monterrey
sobre Financiamiento para el desarrollo. 
La globalización y el desarrollo nacional
19
La Cumbre del 2004 esta un poco de vuelta de la política de los noventa, o empieza a tener
una reflexión sino critica al menos más preocupada o al menos más moderada acerca de a
donde nos han llevado los cambios que hemos emprendido; y esa fue una Cumbre
extraordinaria que salió por impulso de Canadá y de México, en un momento donde se
decide, aya por el año 2002/2003 en un momento donde la Argentina que es la que había
quedado en el año 2001 en realizar la próxima Cumbre, estaba atravesando un periodo lo
suficientemente turbulento o complicado, yo creo que había dudas de si se iba a hacer la
Cumbre y es por eso un poco se hace esa Cumbre intermedia. 
Esa cumbre de todas maneras tiene un debate interesante: Lula que ya es Presidente de
Brasil se opone a que se realice la cumbre si se va a hablar de temas comerciales, si se va a
hablar del ALCA, la condición para que se haga la cumbre es que ahí no se habla del ALCA,
que tiene, todo proceso comercial tiene un proceso distinto al margen, completamente
separado del proceso de Cumbres. 
Hay una mención a que se espera que en enero del 2005 se encuentre en marcha el ALCA.
Hago este relato para que tengamos conciencia de lo siguiente: en el proceso de Cumbre
que nace fuertemente marcado por dos conceptos: Democracia y ALCA o posibilidades de
acuerdo de libre comercio, diez u once años después nos encontramos que el ALCA que se
iba a iniciar el primero de enero, no se inicio y de hecho esta completamente paralizada la
negociación sobre el mismo y la Democracia que en 1994 se veía con mas optimismo, hoy
es referida que tiene conceptos críticos en cuanto a su capacidad de realización para los
ciudadanos para varios sectores de la población.
Esto lo que quiere decir es: ¿Para que sea la Cumbre? Bueno, que sentido tiene la Cumbre. 
Yo diría que tiene dos valores elementales: Primero, me parece que tiene sentido de la
diplomacia de los Jefes de Estado, que es una cosa que se ha multiplicado los últimos años
y en distintos foros y creo yo que un foro hemisférico es importante en sí mismo, un foro
de jefes de estadoy de jefes de gobierno, mucho mas todavía porque en nuestra región,
los treinta y cuatro países que participan de este foro que son los mismos que forman parte
de la OEA, tienen regiones distintas: América Latina, El Caribe, América del Norte y tienen
la particularidad de tener en su seno al país más poderoso es decir a EEUU. 
En una época, en donde justamente se señala que uno de los problemas del mundo
multilateral es la tendencia a la unilateralidad por parte de los países más poderosos,
ciertamente, generar un espacio en donde todos los jefes de estado se sienten y disputan
temas de política común es una cosa que nosotros vemos positiva en sí misma.
Segundo punto: Si la Cumbre no tiene ya esa parte tan fuerte que tuvo en sus comienzos
de acuerdo comercial hemisférico, se sostiene en el diálogo y se sostiene en su puesto, en
20
la convicción de que existen una serie de valores compartido en el hemisferio sobre los
cuales los presidentes se pueden poner de acuerdo y sobre los cuales se pueden bajar o
decidir agendas concretas específicas que ayuden a un mejor bienestar de los pueblos de
la región. 
Este es el supuesto fuerte que l mantiene. Uno de ellos es la Democracia obviamente, la
Democracia es un supuesto de la existencia de estas cumbres y creo que es un valor
fundamental, al contrario, lo que han demostrado estos quince años es que los países y sus
gobiernos y sus jefes de estado deben reflexionar mas, para, mejorar la calidad de la
Democracia y la representatividad de nuestro sistema político; ese es el segundo punto
importante.
El tercer punto importante tiene que ver con el lema, ya lo señalo el Sr. Virgilio Levaggi, el
lema es crear Trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática. 
Nosotros creemos que en ese lema resumimos de alguna manera la evolución de la visión
o de la percepción que es la dirigencia, pero sobre todo en nuestras sociedades ha habido
en el hemisferio de lo que nos ha pasado en estos ultimo años. 
Ese lema lo que busca es, uno: Poner en el centro del debate hemisférico, el Trabajo en
principio y sobre todo el Trabajo Decente, o sea que queremos poner en el centro del
debate eso ¿Porque? Porque eso no ha estado en el centro del debate, han estado en el
centro del debate, como ya vimos, otros aspectos: Los acuerdos de liberación comercial,
aspectos de educación, de tecnología de inversiones, pero no ha estado en el centro del
debate la importancia del Trabajo. 
Nosotros creemos que el Trabajo es hoy primero una necesidad, sentida como una alta
prioridad por parte de una buena parte de nuestras poblaciones del hemisferio, no solo de
la Argentina.
Dos: creemos que el Trabajo es obviamente es una herramienta central por su capacidad
por su factor integrador de lo social para superar muchos de los males que tenemos, o sea
que cuando decimos “crear Trabajo” para enfrentar la pobreza y fortalecer la
gobernabilidad democrática estamos diciendo varias cosas: uno, Reflexionamos
críticamente sobre el crecimiento económico que hubo en muchos países en los noventa. 
Ojo, el crecimiento de por si no garantiza mayor integración social, hay casos de
crecimiento con exclusión social, hay casos de crecimiento con destrucción de empleo, hay
casos de crecimiento con desarrollo de marginalidad y dificultades de sustentabilidad.
No hay que ir muy lejos para ver que eso pasó en algunos países del hemisferio; el nuestro
es un ejemplo quizás de los más abiertos. 
La globalización y el desarrollo nacional
21
Entonces primero eso, no es cualquier tipo de crecimiento, tiene que ser un crecimiento
que contemple el Trabajo, hay que conciliar la generación del Trabajo por su rol integrador
con las políticas económicas de crecimiento, para que haya desarrollo y para que sea
sustentable.
El segundo punto es que no se enfrenta la pobreza solo ni centralmente con políticas
asistenciales que tiendan a responder en emergencia; Eso es una necesidad, eso hay que
hacerlo eso es inevitable, pero eso no tiende en general a crear bases sustentables que
eliminen las condiciones de exclusión y de marginalidad, al contrario, tenemos el riesgo de
terminar teniendo sociedades divididas en dos sectores, uno incluido y otro excluido o un
sector que trabaja y un sector que es asistido. 
Así que esas son algunas de las reflexiones que están detrás de la elección del lema, de la
convicción de llevar adelante la Cumbre, y eso también enmarcado en una convicción firme
y es que para nuestro país y para muchos países de nuestra región, no hay un futuro posible
de factoría ligada a presentar como ventaja competitiva la mano de obra con salario de
hambre. 
Eso no es una opción, nunca fue una opción real para Argentina, aunque varios pensaron
que podía serlo, y ni siquiera es un factor real para otros países de la región con un
desarrollo relativo inferior y con niveles salariales mas bajo como lo demuestra ahora la
crisis de buena parte de los desarrollos de Maquila que están teniendo frente a la
competencia de los países asiáticos, no hay destino basándose en eso. 
Nosotros queremos un destino de desarrollo que tenga en cuenta la inclusión que tenga en
cuenta el consumo interno, que tenga un componente exportador importante pero basado
en el valor agregado y no en el bajo salario de la retribución al Trabajo. 
Muchas de esas cosas están presentes en el documento e las dimensiones sociales d la
Globalización, están presentes en varios documentos de organismos, incluso de
organismos financieros, que empiezan a mirar críticamente a los años noventa y van a estar
presentes en un par de acontecimientos importantes que se van a desarrollar antes de la
Cumbre. 
Uno regional y central y que es la reunión de Ministros de Trabajo del hemisferio, de donde
nosotros esperamos que a fines de septiembre en México lleguen insumos importantes y
concretos en parte para la declaración, pero esos es una cosa mas política, pero sobre todo
para el plan de acción es decir: en que cosas se pueden comprometer o poner el acento los
Presidentes que le van a dar prioridad. 
También hay un acontecimiento global que es la reunión de ¿cómo la llaman ¿ “Milenio
mas cinco “ o la Cumbre de Jefes de Estado que tendrá lugar en la primera quincena de
22
septiembre en Nueva York y que va a ser un poco una revisión del estado actual de los
objetivos del Milenio y de toda la Agenda Social.
Yo creo que ahí estamos avanzando hacia la formulación o hacia la aceptación de una
nueva visión y de un nuevo orden.
El tema de Políticas Laborales vuelve a aparecer y que era un concepto que prácticamente
había desaparecido del escenario internacional a un primer nivel. 
¿Que esperamos? : Bueno esperamos en realidad que se concreten varias de estas cosas
que estamos diciendo. 
Que efectivamente quede claro que sin nosotros pensamos que si el titulo del día siguiente
es “ Los Presidentes debatieron sobre la importancia del Trabajo y la mejor forma de crear
empleo en el hemisferio” Creo que ganamos, si logramos que la idea del Trabajo y del
Trabajo Decente, es el Trabajo con ciertas calificaciones, es un tema central en el hemisferio,
creo que es una cosa muy positiva. 
También tenemos expectativa, y uno dice: Para que sirven estas cumbres, no, si sirven
porque si vemos las consecuencias de cierto político y de opinión de años pasados y la
facilidad que tuvieron para impulsar cierta agenda. 
Bueno, bien podemos pensar que una visión distinta, un tipo de pensamiento dominante
diferente o otra percepción de cuales son las prioridades y de donde están los principales
problemas, deberán también ayudar a impulsar políticas que tengan el objetivo de
modificar ciertas cosas. 
Por ultimo, ciertamente también esperamos tener un plan de acción con cosas concretas
referidas a como podemos impulsar la generación de Trabajo Decente en nuestro
hemisferio y sabemos que hay varias cosas, que por un lado hay que recuperar un espacio
del tripartismoque estuvo también venid a menos, o sea, no es casual que en los años
noventa, el tripartismo. 
El Diálogo Social, la misma OIT hayan perdido en el espacio internacional un cierto peso
relativo, y que hoy eso se esté recuperando de cierta manera. Nosotros creemos que hay
un espacio para eso, creemos que hay espacio para discutir modelos de desarrollo
económico, creemos que hay espacio para ver la forma particular que la inserción en los
mercados internacionales puede favorecer mas o menos ciertas características de las
condiciones laborales de un país. 
Creemos que hay espacio para trabajar activamente en el hemisferio y darle prioridad a la
capacitación profesional, a la formación profesional, donde hay efectivamente un enorme
La globalización y el desarrollo nacional
23
y rápido proceso de cambio y en donde hay un atraso bestial en poder acompañar eso. 
Creemos que también hay que pensar cual es el rol que siempre ha tenido obviamente la
micro, pequeña y mediana empresa en el tema de generación de Trabajo, pero tenemos
que pensar también que podemos hacer para ayudar a fortalecer esa generación de Trabajo
y la calidad de ese Trabajo. 
Me parece a mi que hay muchos temas que pueden salir. ¿Qué aspiramos? Aspiramos a
que se construya un consenso, es difícil. 
Porque obviamente los distintos países tienen distintos experiencias y esas distintas
experiencias producen distintas visiones, las perspectivas de cómo se logran estos objetivos,
pero creo que vamos bien en haber establecido el lema, o sea el centro del debate y creo
que como en otras oportunidades lograremos un consenso que refleje un aspecto
importante de los valores compartidos que hay en el hemisferio y que ese consenso sea un
punto de partida para lo que aspiramos y estas son sociedades con mayor integración con
mayor participación con menos marginación y con mas esperanza hacia el futuro.
24
LOS DESAFÍOS DE UNA GLOBALIZACIÓN JUSTA PARA
LA ARGENTINA
Carlos Tomada. 
Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social
La globalización y el desarrollo nacional
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En realidad no vamos a hablar de eso, en realidad vamos a hablar, después de la exposición
del Sr. Virgilio Levaggi, nuestro querido Director General Adjunto y de la exposición del Sr.
Jorge Taiana donde realmente han abarcado el tema de la Dimensión Social y de la
Globalización y del Proceso de Cumbres con este lema tan emblemático para nosotros. 
En realidad estoy gratamente sorprendido por las muy destacadas presencias que hay en
esta reunión y francamente creo que hay un conjunto de Funcionarios, Representantes
Sindicales, Empresarios y Académicos que no es muy frecuente que se reúnan y supongo
esto tendrá que ver esencialmente con el tema de esta Conferencia Internacional y con la
posibilidad de escuchar tres experiencias de otros países que son realmente importantes y
que me obligan a referirme brevemente me a lo que es el tema de esta reunión. Digamos,
que el tema que nos conoca hoy es en realidad “Una Mayor Coherencia Entre Las Políticas
Económicas Y Laborales” .
Yo quisiera hacer algunas breves reflexiones sobre este tema: Hoy yo venia para acá y
estaba leyendo el tríptico y los antecedentes, y éste habla de un mayor grado de
interdependencia, luego habla de una mayor interacción social y política, como temas que
están insitos en el proceso de Globalización.
Ahora, la verdad, es que se habla mucho de interacción, articulación, interdependencia,
pero si nosotros lo observamos en términos de políticas económicas y sociales, en realidad
lo que hemos vivido y de alguna manera estamos viviendo, es una brutal escisión en lo
económico y en lo social, que remitió toda respuesta posible al terreno del derrame. 
Es decir, en realidad el esquema dominante en los últimos yo diría, largos veinte,
veinticinco años ha sido de una progresiva ruptura entre la lógica económica que se basa
en el mercado y en la competencia y por otro lado una lógica social digamos y por otro lado
una lógica social, digamos, que no se ignora, no es que es despreciada, pero queda
absolutamente subordinada a que no obstaculice el funcionamiento del mercado. 
Por eso nosotros hemos visto cuales han sido las políticas sociales dominantes, recordemos,
y acá en Argentina hemos vivido esa experiencia. Las políticas sociales en realidad, como
todo iba a devenir del normal funcionamiento del mercado y el consiguiente derrame, las
políticas sociales lo único que tenían que hacer era ocuparse del stock digamos de gente
no, pero bueno, o sea había que ocuparse de esta falla que se producía hasta que después
realmente iba a funcionar este otro proceso, o sea que por un lado, en forma dominante
la lógica económica, subordinadamente la lógica social. 
El derrame, resolviendo todo y finalmente entonces, el único derrame que tuvimos fue el
de la pobreza y el de la exclusión. Entonces me parece que de lo que se trata, es de por lo
La globalización y el desarrollo nacional
27
menos de empezar a pensar debatir y también a actuar y cambiar esta lógica que condujo
al fracaso y a la exclusión e ir en busca de una mayor interdependencia entre las políticas
sociales y las políticas económicas y sobre eso queremos reflexionar. 
Lo social no puede seguir siendo y me refiero las políticas sociales, estoy simplificando,
solamente un suplemento en función de los resultados económicos. 
Creo, que las políticas laborales y las políticas sociales y la importancia de atender en forma
consistente estas demandas, son condición hoy por hoy de un modelo de crecimiento
económico dentro del sistema democrático. 
Por eso decía el Sr. Jorge Enrique Taiana no hay nada mas claro que esta expresión, este
lema que es como la nave insignia de esta Cumbre, porque es esto el vincular Trabajo con
gobernabilidad democrática y con la erradicación de la pobreza y cuando la OIT nos
propone observar otras experiencias, bienvenida sea la posibilidad de tener en casa y
escuchando y aprendiendo como en otros países esta búsqueda de una mayor
interdependencia, una mayor coherencia entre las políticas se alcanzo o se esta buscando. 
Creo que esta búsqueda de una mayor consistencia entra las políticas económicas y
laborales se expresa por lo menos en tres planos, yo diría en un plano conceptual, en esta
idea de: El empleo en el centro de las políticas, esto que es algo mas que una frase, está
implícito en una serie de documentos internacionales, esta búsqueda de un vinculo mayor,
una racionalidad mayor de las políticas económicas y laborales y sociales; es lo que ha
llevado al Director General de la OIT el Sr. Juan Somavia a tener y a proponer en forma
sistemática y creo que es una de las recomendaciones del informe, a un mayor vinculo entre
las políticas emergentes del Fondo Monetario y del Banco Mundial con las propuestas y las
ideas y el corpus de reflexión que surgen de este original órgano tripartito que es la OIT.
Me parece que hoy que los tiempos, el actual proceso de Globalización solamente va a ser
algo para todos y no para algunos en la medida en que avance en esta búsqueda de una
coherencia distinta.
También se expresa en un segundo término, en la política pública y me refiero en este caso
en la política pública argentina, personalmente creo que una medida hoy por hoy en la
Argentina, una medida económica, no es acertada “per se” o consistente mágicamente yo
creo que hoy para caracterizar a una medida o líneas de política económica como acertada,
solamente es posible si genera empleo, si va ordenada y dirigida a la generación de empleo. 
Por eso, algunas de las decisiones de política económica que ha adoptado la Argentina
tienen que ver con esta idea de que el empleo esta en el centro de las decisiones, digo, la
decisión de recuperar a la inversión publica, no ya como una mala palabra o gasto
ineficiente, sino como elemento dinamizador de la economía y ala vez que aumenta la
competitividad de la economía en todos los problemas de infraestructuraque se nos están
28
convirtiendo en un cuello de botella, genera empleo, encuentra así su mas cabal
explicación. 
La idea de recuperar la noción de inversión publica, tiene que ver con el tema del empleo,
la idea de fortalecer el mercado interno y el consumo tiene que ver con que esto tenga
como elemento dinamizador la generación de empleo y la mejora del salario, es decir,
abandonara la idea del salario no solo como costo, sino, como elemento de la dignidad del
trabajador, pero también como elemento del crecimiento económico, he ahí la dinámica de
mejora social. 
Entonces, cuando nosotros estamos hablando de este tipo de vínculos entre la política
económica y la sociolaboral, de alguna manera estamos tratando de ponerla en acto a
través de las políticas publicas del gobierno. 
Hay una tercera dimensión, que es la institucional: Acá pegamos un salto, parecería como
de menor importancia y sin embrago debo confesarles que en el encuadre que acabo de
hacer es lo que más me preocupa como hombre que hoy por hoy está a cargo de esta
gestión. 
De qué se trata? : Se trata básicamente de romper una visión fragmentada del estado una
idea de que como nuestros compatriotas digamos, tienen problemas y nosotros les
ofrecemos distintas ventanillas; yo creo que esto no es así, yo creo que a los problemas de
los ciudadanos, debemos ofrecer una visión y respuestas articuladas, porque esto también
forma parte de darle coherencia y consistencia a las políticas económicas sociales y
laborales .
En ese sentido, algunos avances importantes creo que hemos logrado, uno de ellos en el
plano internacional, la presencia del Sr. Jorge Taiana acá y el accionar conjunto con el
Ministerio de Economía en orden a sostener estos valores no solo en el plano interno, sino
también el la política internacional y la política internacional laboral, reflejan esta
vocación. 
Pero también se expresan incipientemente en la existencia de un gabinete productivo
donde confluye el ministerio de economía con sus distintas dependencias, la AFIP, aduana,
la Secretaria de Industria, el Ministerio de Trabajo; en orden a definir los modos y los
mecanismos de intervención que en el caso del Ministerio de Trabajo por ejemplo, dirigido
al aumento de la empleabilidad y al fomento de la formación profesional de una política
activa en materia de empleo, da a lugar que en ese gabinete productivo donde están todos
los sectores comprometidos con la producción en la Argentina, se definan acuerdos
sectoriales y acuerdos territoriales. 
Es decir, modos de intervención que por un lado privilegian cuales son los sectores que la
La globalización y el desarrollo nacional
29
Argentina ha decidido darles prioridad e impulsarlos como locomotoras de este
crecimiento y al mismo tiempo definir en que territorios estos sectores son mas dinámicos. 
Del cruce de lo sectorial con lo territorial es el campo de actuación del ministerio de Trabajo
por ejemplo en términos de formación profesional o en términos de darles prioridad a las
oficinas públicas de empleo que están generando por todos lados un papel mucho mas
activo de intermediacion laboral por parte del estado. 
Ahora: si esto lo hacemos exclusivamente desde la política económica desde el Ministerio
de Económica o lo queremos inventar exclusivamente desde el Ministerio de Trabajo nos
vamos a quedar otra vez con este caminar desacompasado que en definitiva genera
deficiencia, bajo impacto y mantenimiento de las condiciones de exclusión en las que
todavía estamos tratando de salir.
Lo mismo con el Ministerio de Educación, mientras este se ocupa de la educación formal,
hoy sabemos que es indispensable para la obtención de puestos de Trabajo o de empleo,
bueno, nosotros trabajamos en cerrar la brecha que se ha producido en la formación
profesional de nuestra mano de obra otrora orgullosamente calificada y hoy devastada por
la desarticulación de la educación técnica, por el abandono de un proyecto industrial.
Bueno, todo eso hay que recuperarlo, rápido, activamente; El estado tiene que tomar un
fuerte compromiso, bueno, lo hacemos conjuntamente con el Ministerio de Trabajo y
Educación. Otra vez la idea de la articulación y de la necesidad de buscar consistencia entre
todas las políticas. 
Es cierto que todo esto es un proceso en gestación, no pretendo nada mas que relatar,
como, desde lo conceptual, también en esto hay que dar testimonio en la gestión
cotidiana, estoy seguro que poder avanzar en esta forma de poder encarar los problemas
de nuestro país requiere, obviamente de tiempo y de convicción para que sean
sustentables. 
En definitiva yo creo que esta idea que esta implícita en este seminario, en esta Conferencia
Internacional, para nosotros es muy importante. 
Creo que los argentinos hemos aprendido muy duramente la necesidad de una mayor
coherencia entre las politices económicas y laborales y creo que hoy podemos decir que no
puede aceptarse de ninguna manera un modo de producción sustentable sin instituciones
e instrumentos sociopoliticos que aseguren la igualdad de oportunidades, yo creo que esto
esta para nosotros fuera de discusión y en eso tenemos todo nuestro compromiso, antes y
ahora. 
30
La globalización y el desarrollo nacional
31
GLOBALIZACIÓN FINANCIERA 
Y MERCADO DE TRABAJO EN LA ARGENTINA.
Mario Damill y Roberto Frenkel1
La globalización y el desarrollo nacional
1 Investigadores del Centro de Estudios de Estado y Sociedad –CEDES.
31
Introducción
La economía argentina ha mostrado desde hace varias décadas un desempeño muy
insatisfactorio en materia de generación de puestos de trabajo, tanto en cantidad cuanto
en calidad, y también una tendencia de largo plazo a la declinación de los salarios reales
medios y al empeoramiento de la distribución del ingreso.
Nuestro argumento más general es que esos rasgos del mercado de trabajo y la
distribución se vinculan estrechamente con la evolución macroeconómica. Desde mediados
de los años setenta, en particular, con la excepción de algunos períodos relativamente
breves, las condiciones laborales han sido afectadas negativamente por un conjunto de
factores macroeconómicos: la inestabilidad del producto, su bajo crecimiento tendencial, la
elevada inflación, las frecuentes oscilaciones de precios relativos asociadas a sucesivos
intentos de estabilización y a sus fracasos y un prolongado período de apreciación
cambiaria. Merecen mención especial los efectos desfavorables sobre el empleo que
tuvieron las experiencias de apertura comercial con apreciación cambiaria de fines de los
años setenta y de la década pasada, así como las crisis que atravesó la economía nacional. 
Las características de la evolución macroeconómica del país en este período resultaron
de la confluencia de políticas de estabilización, procesos de reforma e importantes cambios
en el contexto internacional. Las reformas y las políticas macroeconómicas adoptadas
definieron la forma particular en que la economía nacional fue articulándose con el nuevo
marco financiero externo, durante la fase que se conoce como de “segunda globalización
financiera”. En suma, las mencionadas tendencias del empleo y la distribución están
asociadas con la trayectoria de integración internacional en el período reciente de
globalización financiera.
En la historia macroeconómica del período pueden distinguirse, a grandes rasgos,
cuatro fases principales. Una primera etapa, de desregulación y apertura comercial y
financiera, se extendió entre 1977 y 1982. Acabó en una crisis cambiaria, financiera y de
deuda y fue seguida por un lapso de cierre de los mercados externos de fondos, o de
racionamiento del crédito internacional, de 1982 a 1990. Sobrevendría luego una nueva
fase de desregulación y apertura comercial y financiera, que se corresponde con la vigencia
del régimen de convertibilidad (1991-2001). También esta fase acabó en crisis y default. A
esta última crisis le sigue el período actualde recuperación económica. Las dos experiencias
de apertura comercial y financiera desembocaron en graves crisis bancarias, cambiarias y de
deuda, mientras que la etapa intermedia, de racionamiento del crédito, concluyó en los
episodios de hiperinflación de 1989 y 1990.
En este trabajo nos concentraremos en el análisis de lo sucedido desde comienzos de
los años noventa, prestando especial atención a los procesos asociados a la dinámica
macroeconómica bajo el régimen de convertibilidad y a sus efectos sobre el mercado de
trabajo. Examinaremos también las principales características de la fase actual, posterior a
La globalización y el desarrollo nacional
33
la crisis de 2001-2002. Sin embargo, algunos rasgos estilizados importantes del
comportamiento macroeconómico de los años noventa se asemejan a lo observado en la
anterior experiencia de apertura, a fines de los años setenta. Ambas fases pueden
interpretarse a partir de un modelo común, cuya descripción es útil para caracterizar de un
modo más general la forma en que la economía argentina se articuló con los mercados
financieros internacionales en este largo período. Abordamos ese tema en el capítulo que
sigue a esta introducción. Allí comenzamos por describir de manera sucinta la dinámica
macroeconómica común a esos procesos de apertura, haciendo también referencia a
experiencias comparables de otras economías, en especial de América Latina, que pueden
interpretarse a la luz del mismo modelo. Luego se presentan los hechos estilizados propios
de la macroeconomía argentina en los años noventa, incluyendo la crisis final del plan de
convertibilidad y también la descripción de los rasgos principales de la recuperación
económica posterior a la crisis. 
El tercer capítulo contiene el análisis de evidencia cuantitativa acerca de los impactos de
la evolución macroeconómica sobre el empleo, el desempleo, las remuneraciones y la
distribución del ingreso, con acento en el período 1991-2002. En la primera parte del
capítulo discutimos con algún detalle los efectos esperables de la combinación de un tipo
de cambio apreciado y la apertura comercial. Luego, en la segunda sección, se describe la
evolución del empleo agregado, del subempleo y del desempleo en los noventa. La tercera
sección se enfoca sobre las mismas variables en la fase reciente de recuperación. La sección
cuarta presenta un modelo cuantitativo para estimar el impacto agregado de la evolución
de la actividad económica y los precios relativos sobre el empleo. El análisis comprende el
período de convertibilidad y la fase de recuperación. La sección quinta describe la
composición de la contracción del empleo en los noventa, mostrando que ésta se originó
principalmente en los sectores comerciables. Las secciones seis y siete estudian la evolución
de los ingresos. Se estiman curvas de salarios en función de las tasas de desempleo en el
período de convertibilidad y en la fase de recuperación. Finalmente, la sección octava
analiza la evolución de la distribución del ingreso. 
2. La macroeconomía en la fase de globalización financiera
2.1 Globalización, movimientos de capitales y ciclos
Durante el último tercio del siglo XX se desarrolló en el mundo el proceso conocido
como segunda globalización financiera. Este adquirió particular intensidad en los años
setenta, luego de que el reciclaje de los petrodólares alimentara los mercados financieros
internacionales con una ingente masa de recursos prestables. Se intensificó nuevamente en
los años noventa, cuando los flujos de fondos desde las economías desarrolladas hacia los
mercados emergentes adquirieron un renovado impulso.
A pesar de las posibilidades abiertas por el acceso considerablemente mayor al crédito
internacional de fuentes privadas propio de este período, esta etapa fue, para la Argentina,
la de desempeño económico más pobre desde que el país iniciara, más de un siglo antes,
34
su integración al mundo como productor de bienes agropecuarios e importador de
manufacturas y de capitales. Para resumirlo en un solo dato, en 2001, por ejemplo, el
producto por habitante era apenas igual al de 1975, medido a precios constantes, aunque
su distribución resultaba considerablemente más desigual que en aquel entonces.
Para indagar en las razones de tan pobre desempeño, cabe comenzar por destacar que
la Argentina ingresó a la segunda globalización financiera siendo un país con inflación alta
y crónica. Este punto es muy importante porque en los momentos en que el país resolvió
abrir su economía a los flujos de capitales, acoplándose así al proceso global, se encontraba
sumido en la inestabilidad, y el problema macroeconómico más acuciante era la
estabilización de precios. 
En particular las dos experiencias de apertura económica, la de fines de los setenta y la
de los noventa, se iniciaron en contextos de inflación muy elevada y en forma simultánea
con el lanzamiento de ambiciosos programas antiinflacionarios. También en ambos casos la
pieza central de la política de estabilización fue la fijación del tipo de cambio nominal,
utilizado como ancla del sistema de precios. Nos referimos en primer lugar al programa de
“la tablita” de devaluaciones prefijadas implementado desde fines de 1978 (que estuvo
vigente hasta comienzos de 1981), y también al que, más de doce años más tarde, se
articularía en torno a la libre convertibilidad del peso con el dólar a una paridad de 1 a 1.
Se ha acumulado una considerable experiencia, no sólo en la Argentina sino en varios
otros países, acerca de los efectos de programas de ese tipo, de apertura comercial y
financiera en contextos de tipo de cambio nominal y fijo y tipo de cambio real apreciado.
Estos tienden a generar una dinámica de ciclo, a lo largo del cuál la fragilidad externa se
acentúa, llevando a la economía a trampas financieras bajo crecimiento y alta
vulnerabilidad y creando condiciones para la eventual emergencia de una crisis.
El punto puede examinarse a partir de la observación de las crisis más importantes que
tuvieron lugar en la región. En la nueva etapa de la evolución financiera internacional,
varios países latinoamericanos y de otras regiones han experimentado crisis externas y
financieras con dramáticos efectos reales. Estos episodios involucran generalmente altos
costos económicos y sociales y retrocesos en el crecimiento. Las crisis de México (1994-95),
Argentina (1995), Brasil (1998-99) y nuevamente Argentina (2001-02), estallaron en los
países que habían recibido los mayores flujos de capital en las fases de auge previas. Estos
países son, a su vez, las economías de mayor tamaño de América Latina y los mayores
“mercados emergentes” constituidos en la región.
Un examen somero de esos casos basta para identificar ciertos rasgos comunes de los
contextos institucionales y de política económica en que se presentaron las crisis: 1) el tipo
de cambio nominal era fijo o cuasi-fijo; 2) el tipo de cambio real estaba apreciado; 3) no
existían prácticamente barreras al libre movimiento de capitales; 4) los ingresos de capitales
del período de auge previo fueron de gran magnitud en comparación con el tamaño de los
La globalización y el desarrollo nacional
35
mercados nacionales de dinero y capitales preexistentes; 5) la regulación de los sistemas
financieros nacionales en la etapa de auge fue débil y permisiva2.
Las experiencias mencionadas muestran, en todos los casos, además de esas
características, una dinámica macroeconómica de ciclo, con una fase inicial expansiva,
seguida de un período de estancamiento o recesión, una creciente fragilidad financiera y
externa y, finalmente, la crisis financiera y cambiaria. Como veremos enseguida, la
Argentina experimentó el ciclo dos veces en la década pasada, porque el régimen de
convertibilidad sobrevivió a la crisis del efecto Tequila en 1995. Después de 1995 el país
atravesó otra fase expansiva respaldada por un nuevo incremento en el ingreso de capitales
que seextendió hasta la crisis asiática. El punto de inflexión de este segundo ciclo se
alcanzó en 19983.
Las distintas experiencias nacionales que acabamos de referir conjugaron la aplicación
de reformas tales como la apertura comercial y la apertura y liberalización de la cuenta de
capital – junto con privatizaciones, reformas fiscales y medidas desregulatorias en otros
mercados – con políticas macroeconómicas antiinflacionarias en las que el tipo de cambio
fijo o cuasi-fijo jugaba un papel crucial. México puso en práctica un programa de este tipo
en 1988, Argentina en 1991 y Brasil en 1994.
Detengámonos en la descripción estilizada del ciclo. El punto de partida del mismo es
la conjunción de los programas locales con un momento de auge de los flujos de capital
hacia los mercados emergentes. Es precisamente la abundancia de financiamiento
internacional a bajo precio lo que hace viable ex–ante estos paquetes de políticas. 
El lanzamiento de los programas es seguido de masivos ingresos de capital y una
primera fase de acumulación de reservas y elevadas tasas de crecimiento de la moneda y el
crédito. Hay una fuerte expansión de la demanda interna y burbujas de aumentos de
precios de activos reales y financieros, tales como tierra, inmuebles y acciones. Los efectos
sobre los precios de los activos y los efectos sobre las cantidades de moneda y crédito son
muy importantes porque los ingresos de capitales son grandes en relación con el tamaño
de los mercados locales. Los sistemas financieros y los mercados de capital internos son
relativamente pequeños y poco diversificados. Hay un menú de activos pobre y un grado
de bancarización reducido. El sistema financiero local administraba antes pocos recursos y
no está preparado para asignar eficientemente una masa de crédito que se multiplica. Por
la misma razón, es reducida la capacidad de supervisión de las autoridades en un sistema
que se expande rápidamente, tanto en volumen como en número de intermediarios. Con
un tipo de cambio nominal fijo o cuasi-fijo que goza inicialmente de gran credibilidad, la
inversión en activos locales tiene alta rentabilidad en dólares. Hay fuertes incentivos a la
adopción de posiciones en activos locales financiadas con endeudamiento en moneda
internacional. 
36
2 La regulación del sistema financiero se reformó y fortaleció en Argentina después de la crisis de 1995. De modo que fue más robusta en la fase de auge de
ingresos de capitales de 1996-97. Sin embargo, en Argentina existía un riesgo cambiario sistémico por la dolarización parcial del sistema financiero interno.
Mientras los bancos tenían calzados sus activos y pasivos locales en dólares y no aparentaban enfrentar riesgo cambiario individualmente, buena parte del cré-
dito en dólares era adeudado por agentes con ingresos en pesos provenientes de actividades no comerciables. 
3 Un examen más detallado de la experiencia argentina de los años noventa puede encontrarse en Damill, Frenkel y Maurizio (2002 y 2003), en Damill y
Frenkel (2003b), y en Damill, Frenkel y Rapetti.
El tipo de cambio real estaba inicialmente apreciado o tiende a apreciarse en la fase
expansiva porque la inflación resulta mayor que la suma de las tasas de devaluación
prefijadas (cero en los casos de tipo de cambio fijo) más la inflación internacional. La
presión de la rápida expansión de la demanda sobre los sectores no comerciables
contribuye a la apreciación. 
Como consecuencia de la apreciación cambiaria, la apertura comercial y la expansión de la
demanda interna, las importaciones aumentan con rapidez y se amplía el déficit comercial.
Asimismo, el déficit de cuenta corriente tiende a aumentar, más lentamente al principio y más
rápidamente luego, a medida que se va acumulando deuda externa y aumenta el stock de capital
extranjero invertido en la economía. Los precios relativos sesgan la inversión real hacia los sectores
no comerciables. En consecuencia, en el balance en cuenta corriente, las crecientes rentas en
moneda internacional de la inversión extranjera directa no tienen contrapartida en un aumento
paralelo de las exportaciones. 
La evolución de las cuentas externas y de las reservas de divisas define un aspecto del ciclo.
Hay un contínuo aumento del déficit en cuenta corriente, mientras que los flujos de capital
pueden sufrir cambios abruptos. En cierto momento el déficit de cuenta corriente es mayor que
los ingresos de capital. Las reservas alcanzan entonces un máximo y luego se contraen,
induciendo la contracción del dinero y el crédito. Sin embargo, el ciclo no está determinado
exclusivamente por este elemento mecánico: la magnitud de los flujos de capital no es un dato
exógeno. Las decisiones de portafolio de los agentes locales y externos con relación a la
proporción de activos locales - la porción de la cartera del agente expuesta al riesgo del país o al
riesgo cambiario - son afectadas por la evolución del balance de pagos y las finanzas. 
La tasa de interés interna refleja los aspectos financieros del ciclo. Tiende a reducirse en la
primera fase y aumenta en la segunda. Como la política cambiaria goza inicialmente de gran
credibilidad, el arbitraje entre activos financieros y créditos locales y externos induce la reducción
de la tasa en la primera fase. Tasas de interés bajas contribuyen a la expansión real y financiera.
En este contexto se incrementa significativamente la fragilidad financiera (en el sentido de Minsky
(1975)). En la segunda fase aumenta la tasa de interés y emergen episodios de iliquidez e
insolvencia, primero como casos aislados y luego como crisis sistémica. ¿Cómo se explica el
aumento de las tasas nominales y reales de interés? 
Como el mercado financiero está abierto en ambas direcciones hay arbitraje entre activos
locales y externos, como se mencionó. La tasa de interés en moneda local puede expresarse como
la suma de la tasa internacional en dólares que confronta el país más la tasa de devaluación
pautada por la regla cambiaria (cero en los casos de tipo de cambio fijo), más un residuo que
refleja el riesgo cambiario y el riesgo financiero local. A su vez, la tasa internacional que confronta
el país puede descomponerse en dos términos: la tasa de interés que paga el gobierno de Estados
Unidos – esta es la tasa base del mercado financiero internacional - más un residuo que compensa
La globalización y el desarrollo nacional
37
el riesgo de la deuda local emitida en dólares. Salvo para algunos instrumentos de deuda
excepcionales, el piso de esta compensación es la prima que pagan los bonos de deuda en dólares
del gobierno nacional, la llamada prima de riesgo país. 
La suma de la prima de riesgo cambiario más la prima de riesgo país - el precio agregado del
riesgo de devaluación y el riesgo de default - es la principal variable de cuyo aumento resulta la
tendencia creciente de la tasa de interés local. El persistente aumento del déficit en cuenta
corriente – y a partir de cierto punto la tendencia contractiva de las reservas de divisas– reduce la
credibilidad de la regla cambiaria, por un lado, mientras que, por otro lado, se incrementa la
probabilidad de que la deuda emitida no sea honrada en tiempo y forma. El sostenimiento de la
regla cambiaria y el servicio regular de las obligaciones externas requieren crecientes ingresos de
capital. Por lo tanto, los precios de los riesgos tienden a aumentar. Altas primas de riesgo y,
consecuentemente, altas tasas de interés, son necesarias para equilibrar los portafolios y atraer
capital del exterior. La actividad económica se contrae y episodios de iliquidez e insolvencia
contribuyen adicionalmente a reducir la credibilidad de la regla cambiaria. Esta dinámica probó
ser explosiva en los casos que hemos mencionado más arriba. Al final del proceso no hay tasas
de interés suficientemente altas como para sostener la demanda de activos financieros locales.
Hay corridas contra las reservas del banco central, que conducen finalmente al colapsode
régimen cambiario. En los casos de los años noventa, el mercado se cierra generalmente para
nuevas colocaciones cuando la prima de riesgo país alcanza cierto nivel.
2.2 La dinámica macroeconómica en la Argentina de los años noventa
El esquema de estabilización con ancla cambiaria y apertura comercial y financiera adoptado
por la Argentina en los años noventa, bajo el plan de convertibilidad, generó una dinámica cíclica
semejante a la descripta en la sección precedente. Sin embargo, el ciclo de apertura-expansión
seguido de aumento de la fragilidad financiera externa, contracción y crisis que se describiera más
arriba fue experimentado dos veces en la década. Primero entre 1990 y 1995 (año en que la
economía fue frenada por el derrame de la crisis de México), y luego entre 1995 y 2001, como
puede verse en el gráfico del PIB que se incluye a continuación. El primero de esos ciclos no
desembocó en crisis cambiaria, aunque sí en recesión y crisis financiera. 
Fuente: elaboración propia en base a cifras del Ministerio de Economía.
38
M
ill
o
n
es
d
e
p
es
o
s
d
e
19
93
300000
280000
260000
240000
220000
200000
180000
160000
1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004
defaul y devaluación ===>
Gráfico 1. Producto Interno Bruto a precios constantes
de 1993 (datos trimestrales desestacionalizados, 
1990:1 - 2005: 1)
Ya hemos mencionado los cambios positivos experimentados en el contexto financiero
internacional, que tuvieron un fuerte impacto en el plano interno al inicio del período. Las
tasas internacionales de interés cayeron abruptamente a partir de 1989, al tiempo que se
recuperaba el acceso al financiamiento externo. En 1991 los ingresos de capitales
comenzaron a adquirir importancia. Además de los factores de expulsión, que explicaron
buena parte de los flujos de capitales hacia los mercados emergentes (especialmente la
caída de las tasas de interés en el mundo desarrollado), también fueron relevantes los
factores internos, llamados “de atracción”: en el caso argentino cabe destacar el proceso
de privatizaciones, iniciado en 1990, la liberalización financiera y el lanzamiento del
programa de estabilización. Así, en los primeros años de la década, los ingresos netos de
fondos superaron al déficit en cuenta corriente, permitiendo una sustancial y rápida
acumulación de reservas internacionales, cuyo acervo inicial era muy pequeño. Tal como en
el ciclo estilizado descrito más arriba, la acumulación de reservas alimentó el incremento de
la cantidad de dinero y de crédito. Esto, combinado con la declinación de las tasas de
interés (externas e internas), llevó a una rápida expansión de la demanda agregada y el
producto. Este, a su vez, afectó al balance de pagos, puesto que la suba del PIB estimula
las importaciones, contribuyendo al déficit en la cuenta corriente. La apertura comercial y
la apreciación cambiaria actuaron en el mismo sentido. 
El crecimiento liderado por los ingresos de capitales continuó hasta 1994. En ese año se
produjo una suba de las tasas de interés internacionales (a partir de la decisión de la Reserva
Federal de elevar sus tasas de descuento, desde febrero). Esto comenzó a gravitar
negativamente sobre los ingresos de fondos y, debido al creciente déficit de la cuenta
corriente, las reservas de divisas dejaron de crecer.
Cabe resaltar que en esta primera etapa, el programa de estabilización mostró una gran
efectividad antiinflacionaria. La desaceleración de los precios posterior a su lanzamiento fue
inmediata. En el caso de los bienes transables, de los cuáles da cuenta de manera
aproximada el índice de precios mayoristas, la fijación del cambio tuvo un impacto notable.
La inflación mayorista bajó inmediatamente a cifras del orden del 1% mensual, y en
declinación. Este índice acumularía una variación de 12,5% desde el inicio del plan hasta
diciembre de 1994, lo que equivale a poco más de 3% en términos anualizados, en línea
con la inflación internacional, medida por ejemplo por el índice de precios al consumidor
de los EE.UU. 
El índice de precios al consumidor argentino, en cambio, se incrementó en 58,5% en el
mismo lapso. Si bien también en este caso la caída del ritmo inflacionario fue abrupta, la
inflación residual que se acumuló en los primeros tres años no fue despreciable. Esto se
explica por el mayor peso que tienen los bienes y servicios no comercializables en el cálculo
del IPC, y expresa, en consecuencia, el cambio de precios relativos ocurrido en el período.
La divergencia entre estos dos índices de precios desaparece hacia fines de 1994. Desde ese
momento y hasta la crisis final del régimen macroeconómico, en diciembre de 2001, las
La globalización y el desarrollo nacional
39
tasas de inflación tendieron a ubicarse siempre muy próximas a cero, y con predominio de
leves variaciones negativas. 
El gráfico 2 y el cuadro 1 presentan la información relativa a la evolución del tipo de
cambio real. Es importante destacar que esta variable, que había alcanzado niveles
extraordinariamente altos durante los episodios de corrida cambiaria que detonaron las
crisis hiperinflacionarias de 1989 y 90, declinó verticalmente a lo largo de este último año.
Como consecuencia, y tal como se observa en el cuadro 1, la paridad real se ubicaba ya,
en el lapso inmediatamente anterior al lanzamiento del programa de estabilización, casi
50% por debajo de su nivel medio del período 1986-90. Comparada con esa declinación,
la que se observa a partir del primer trimestre de 1991 puede considerarse de orden
secundario. Luego sigue una larga fase de estabilidad, donde las variaciones de la paridad
real son muy pequeñas, hasta la quiebra del régimen monetario en diciembre de 2001.
Fuente: elaboración propia en base a cifras del INDEC y del Banco Central.
Cuadro 1
Tipo de cambio real promedio de diferentes períodos
(segundo semestre de 1986=1)
Fuente: elaboración propia en base a cifras del INDEC y del Banco Central.
40
86 88 90 92 94 96 98 00 02
2.5
2.0
1.5
1.0
0.5
0.0
Gráfico 2. Tipo de cambio real
(tipo de cambio nominal multiplicado por el IPC de los EE.UU
sobre el IPC local; segundo semestre de 1986=1)
El gráfico 3 y el cuadro 2 presentan los datos relativos a los salarios en dólares y a los
salarios reales medios (en el sector manufacturero). Nuevamente se destaca, en el caso del
salario en dólares, el drástico cambio de inicio de período. La suba de las remuneraciones
medidas en esa moneda supera el 50%, cuando se compara el nivel registrado en el
período anterior al lanzamiento del plan con la media de 1986-90. Aquí también las
variaciones posteriores pueden considerarse de segundo orden. 
El salario real en las manufacturas, en cambio, tiene un comportamiento muy diferente,
que refleja también el proceso de apreciación cambiaria. Puesto que los precios de los
bienes y servicios no transables subieron considerablemente medidos en dólares, y estos
bienes y servicios tienen un peso elevado en el IPC, el salario deflactado por este índice
apenas ascendió levemente al inicio del programa, tras haber sufrido una caída en los
meses anteriores.
Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.
Cuadro 2
Salarios medios en la manufactura en diferentes períodos
(segundo semestre de 1986=100)
(*) Salario medio deflactado por el IPC.
(**) Salario medio en dólares de poder adquisitivo constante (deflactado por el IPC de
los Estados Unidos). 
Fuente: elaboración propia en base a datos del INDEC.
La globalización y el desarrollo nacional
41
86 88 90 92 94 96 98 00
1.6
1.4
1.2
1.0
0.8
0.6
0.4
0.2
Gráfico 3. Salario real medio en las manufacturas 
y salario medio en dólores de poder adquisitivo constante
(segundo semestre de 1986=1)
Salario real Salario en dólares constantes
Período 1986-1988 1986-1990 1990:4-1991:1 1991:2-1994:4 1995-2001
Salario real (*) 90,8 82,9 68,8 68,4 64,8
Salario en dólares (**) 80,673,9 112,3 133,4 125,8
Luego de una suba moderada en los primeros años de la convertibilidad, el salario real
medio en la industria manufacturera presentó una leve tendencia contractiva a lo largo de
la segunda mitad de la década. Cabe mencionar que, más allá de la evolución del salario
real, el poder adquisitivo del salario fue beneficiado, en la etapa inicial del programa, por
la fuerte reducción del "impuesto inflacionario" en relación con la fase previa de alta
inflación. Además de la recuperación del acceso al crédito externo, el aumento del poder
adquisitivo fue uno de los factores que alimentaron la recuperación de la demanda
agregada.
Como ya se indicó, a lo largo de la fase expansiva extendida entre 1990 y 1994 la
vulnerabilidad de la economía a shocks externos desfavorables se incrementó. El déficit en
cuenta corriente tendió a aumentar al tiempo que crecía en endeudamiento externo. Así,
la dependencia en relación con los ingresos de fondos del exterior se acentuó. En otras
palabras, el esquema macroeconómico se tornó más vulnerable a cambios que pudieran
afectar más o menos abruptamente la disponibilidad de financiamiento. Esta fuente de
vulnerabilidad se hizo más notoria, en el caso argentino, debido a que el régimen
involucraba una completa liberalización de los flujos de capitales. En efecto, el régimen
vigente excluía el uso de instrumentos para regular su magnitud o influenciar su
composición, en contraste, por ejemplo, con la experiencia simultánea de Chile o de
Colombia. 
Estos rasgos de la situación macroeconómica de la Argentina se asemejaban por
entonces a los que presentaba México, que también venía experimentando un proceso de
estabilización de precios basado en la utilización del tipo de cambio como ancla nominal y,
por ende, enfrentaba igualmente una considerable apreciación de su moneda. Reflejando
ese fenómeno, en 1994 la prima de riesgo país se incrementó en ambos países más
acentuadamente que en otras economías de la región, como las de Chile o Brasil. 
La suba de las tasas de interés y la mecánica del régimen de convertibilidad podrían
haber llevado, per se, a una fase contractiva. Pero a fines de 1994 México sufrió una corrida
contra el peso que concluyó en una fuerte depreciación. El contagio afectó
inmediatamente a la Argentina. Por lo tanto, en lugar de experimentar un ajuste endógeno
según el mecanismo típico de la convertibilidad, el shock externo llevó a una masiva y
rápida salida de fondos a comienzos de 1995, con una paralela suba, muy acentuada, de
las tasas de interés internas. El stock de reservas se redujo abruptamente y, con ello, se
contrajo la liquidez. La demanda agregada mostró un comportamiento similar. En esta fase,
la tasa de desempleo (que ya había iniciado, en realidad, una tendencia ascendente dos
años antes, cuando todavía la economía se expandía a un ritmo muy intenso) experimentó
un sustancial incremento, ubicándose siempre, desde allí en adelante, en niveles
históricamente muy elevados. 
Con todo, la recesión de mitad de la década fue muy breve. Un fuerte paquete de
42
apoyo financiero externo e interno, estructurado con la coordinación del FMI, permitió
cambiar rápidamente el estado negativo de las expectativas. Además, por distintos
mecanismos, y a pesar de las limitaciones establecidas por la regla de convertibilidad, el
gobierno desplegó un intenso activismo monetario dirigido a sostener a los bancos y
detener así la profundización de la crisis financiera. 
Debido a los efectos favorables del apoyo financiero externo fue posible preservar el
régimen monetario. Ya hacia el cierre de 1995 una nueva expansión estaba iniciándose. El
mecanismo monetario por detrás de esta recuperación fue el mismo que se había
experimentado en los tempranos noventa. Se reabrió el acceso a los fondos del exterior; los
ingresos de capitales comenzaron a superar al déficit de la cuenta corriente (que se había
reducido como consecuencia de la recesión), las reservas de divisas repuntaron otra vez, al
igual que las cantidades de dinero y crédito. Los elementos de la dinámica cíclica estaban
nuevamente en movimiento.
Esta nueva fase expansiva mostraría rasgos estilizados semejantes a los de la primera,
pero resultaría más corta. La prima de riesgo subió a mediados de 1997, luego de la
devaluación tailandesa, y el crecimiento se desaceleró. La crisis rusa de 1998, que también
tuvo un muy fuerte impacto en Brasil, llevó la expansión a su fin. Los ingresos de fondos
declinaron desde ese momento y la acumulación de reservas se desaceleró, para tornarse
negativa algo más adelante. Como consecuencia, a mediados de 1998 se inició una fase
de contracción del PIB, que concluiría con el colapso de 2001-2002, en el que, entre otros
numerosos acontecimientos, se experimentó la violenta depreciación del peso ya
mencionada, y el default de buena parte de los compromisos financieros externos e
internos del gobierno.
El guión argumental de la historia macroeconómica de los tardíos años noventa es
bastante simple. Para comenzar, el giro desfavorable del escenario financiero externo
experimentado en 1997-98, luego de las crisis del Sudeste de Asia y de Rusia, encontró a
la Argentina con un déficit en cuenta corriente elevado y creciente, una moneda apreciada
y una perceptible carencia de instrumentos de política para hacer frente a ese conjunto de
problemas, dada la rigidez del esquema macroeconómico adoptado. No sorprende que, en
esas condiciones, la prima de riesgo país haya dado un salto permanente hacia arriba y que
el acceso a fondos del exterior se haya tornado más y más problemático. La subsiguiente
suba en la carga de intereses de la deuda tuvo un impacto negativo sobre todos los
deudores, incluyendo naturalmente al sector público
Ante la carencia de otros instrumentos, el gobierno respondió a esa situación mediante
políticas fiscales restrictivas. La historia oficial en relación con esta forma de activismo solía
rezar así: la disciplina fiscal restaurará la confianza en la capacidad de pagos del sector
público, de manera que la prima de riesgo sobre la deuda soberana caerá, llevando a una
declinación de las tasas de interés internas. Por lo tanto, la demanda interna de bienes y
La globalización y el desarrollo nacional
43
servicios se recuperará, arrastrando a la economía fuera del pozo recesivo. Menores tasas de
interés y un mayor nivel del producto contribuirán, a su vez, a equilibrar las cuentas públicas,
lo que también alimentará, nuevamente, la confianza, cerrando así un círculo virtuoso. 
La historia macroeconómica de los tardíos años noventa es la historia del fracaso de esa
visión. A pesar del perceptible ajuste del resultado primario del sector público que se
produjo en estos años, el canal de crédito no pudo reabrirse. Más aún, las subas de
impuestos y los recortes del gasto público reforzaron las tendencias recesivas,
contribuyendo con ello a consolidar las expectativas negativas que impedían la tan
esperada declinación de la prima de riesgo país. 
En conclusión, la política fiscal fue, por sí sola, impotente para compensar los fuertes
desequilibrios macroeconómicos que tenían raíces en otro lugar, más precisamente, en el
sector externo. Bajo esta orientación de política fiscal autodestructiva, la economía quedó
atrapada en un círculo vicioso por varios años, sufriendo así la más prolongada recesión
desde la primera guerra mundial.
2.3 La macroeconomía después del default y la devaluación
Luego de tres años de recesión, la actividad económica sufrió una abrupta caída
adicional desde mediados de 2001. La masiva huida hacia activos externos que tuvo lugar
en el segundo semestre de ese año precipitó el colapso del régimen de convertibilidad y
desembocó en el default y la devaluación del peso. La fuerte declinación de las reservas de
divisas experimentada a lo largo de ese año comprimió rápidamente la liquidez. Luego de
implantada una serie de restricciones al

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