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Revista Iberoamericana de Comunicación La imagen de la mujer en el reggaetón: Un análisis crítico del discurso Maybel Piñón Lora Alan Pulido Moreno Resumen En el presente trabajo se analiza el corpus de seis canciones de reggaeton des- de la perspectiva del análisis crítico discursivo. Es notorio que en el discurso musical del reggaeton se incluye a la mujer de manera necesaria y protagóni- ca, pero siempre al margen de los ideales e intereses de la ideología masculina quien como atributo principal brinda sexo y dinero a las mujeres, por lo que se pretende develar algunas estrategias de autopresentación y presenta- ción del otro en tanto representantes ambos de grupos sociales diferenciados entre sí, donde se intenta someter uno a la ideología del otro. A partir del análisis se encuentran referidas infravaloraciones sobre la actividad laboral de la mujer, también sobre lo intelectual y cultural, resaltando siempre como cualidades principales su cuerpo y las formas de divertise, el interés mate- rial, deseo y placer sexual, así como algunos tipos de violencia. El hombre autoriza y regula las consecuencias y determinaciones del discurso siendo el protagonista, la única voz principal de los tema musicales. Palabras claves: análsis discursivo, reggaetón, imagen, mujer. Abstract In this paper, the corpus of six reggaeton songs are analyzed from the pers- pective of the discursive critical analysis. It is notorious that in the musical discourse of reggaeton women are included in a necessary and leading way, but always outside the ideals and interests of the male ideology who, as the main attribute, provides sex and money to women, so it is intended unveil some strategies of self-presentation and presentation of the other as both representatives of social groups differentiated from each other, where one tries to submit one to the ideology of the other. Based on the analysis, there are referred to undervaluations on the work activity of women, also on the intellectual and cultural, always highlighting as main qualities her body and the forms of fun, material interest, desire and sexual pleasure, as well as some types of violence. The man authorizes and regulates the 45 Revista Iberoamericana de Comunicación consequences and determinations of the speech being the protagonist, the only voice of the musical subjects. Keywords: discursive analysis, reggaeton, image, women. Introducción E l presente artículo parte de la preocupación de la imagen de la mujer que se encuentra inserta en el discurso musical del reggae- tón, debido a que en muchos casos, dicho género musical utiliza y pro- yecta a la mujer cosificada a tal grado de resaltar un cuerpo manipulable, materialista y, en general, con muy poco poder de decisión. Para ello se realiza un análisis crítico del discurso a partir de una de las propuestas de Teun A. Van Dijk, Algunas expresiones de la ideología en el discurso (2005), donde vincula el análisis discursivo con la ideología. Partiendo de un sondeo realizado a jóvenes que asisten con frecuencia a lugares donde se escucha y baila este tipo de música, se seleccionaron seis can- ciones para realizar dicho análisis, mismas que se encuentran en la pla- taforma YouTube: Tema 1. Ginza (Autor e Intérprete: J Balvin), Tema 2. El taxi (Autor: Osmani García; Intérpretes: Osmani García, Pitbull y Sensato), Tema 3. Si o te contesto (Autores e Intérpretes: Plan B), Tema 4. Gasolina (Autor e Intérprete: Daddy Yankee), Tema 5. A ti te encanta (Autores e Intérpretes: Alexis y Fido), Tema 6. No es una Gial (Autor: Farruko, Intérpretes: Farruko y De la Guetto). La forma de representar textualmente el género reggaetón puede va- riar dependiendo de un lugar a otro, o bien del mismo autor. Wayne Marshall y sus demás compiladores deciden nombrarlo simplemente “reggaetón”, porque para ellos “encarna el carácter transnacional y mul- tilingüe del género”. Pero también aparecen otras alternativas ortográ- ficas como “reguetón”, “regeton” y “reggaetón” (Duany, 2010, p. 183), este último es más favorable y el que será empleado a lo largo de este proyecto, ya que, de acuerdo con los autores, este término subraya lite- ralmente la relación que tiene con el reggae en español. 46 Revista Iberoamericana de Comunicación El reggaetón es un género musical que causó revuelo en la po- blación mexicana desde hace más de una década principalmente en jóvenes, quienes gustan de su peculiar ritmo y sonido. En muchas de las canciones los intérpretes de las letras, que en su mayoría son hombres, suelen hablar despectivamente de la mujer y referirse a ella como parte fundamental de la satisfacción de los deseos del hombre dominante. Este género se ve envuelto de innumerables frases referentes a la mu- jer, brindan una imagen creada por este tipo de discurso que de alguna manera rompe con paradigmas femeninos de acuerdo a la realidad en que vivimos, un ser humano con capacidades múltiples que van más allá de ofrecer sólo sexo y diversión. El problema es ¿qué pasa cuando se escucha esa canción que habla de incitar a una mujer a tener sexo?, ¿es acaso un elogio, o bien, algún tipo de cortejo?, ¿o es sólo en realidad una manera grotesca y violenta de dirigirse a las mujeres? Por otra parte, también pareciera que el interlocutor es muy poco reflexivo ante este discurso, lo que da pauta a que continuamente se re- fuercen algunos estereotipos referentes a la mujer. Asimismo, represen- tan estereotipos que parecen no notarse claramente y que es señalado en el presente trabajo, el del hombre que provee a la mujer de dinero, y que también de alguna manera, le garantiza el placer sexual de una bella y divertida compañía femenina. Estas mismas prácticas contribuyen a mantener una cultura patriarcal y el machismo, ambos generados y reproducidos por diversas institucio- nes como la iglesia, la familia, el estado y los medios masivos de comu- nicación, normalizando así una violencia de género que está latente hoy en día. Pese a no dejar muy claro en los receptores el mensaje que quiere transmitir el reggaetón en sus letras, el discurso que cuenta con un poder dominante hacia la mujer se verá beneficiado, un discurso que la posiciona en lo alto, pero casi como simple carnada, debilitando su capacidad elocuente. La idea no es determinar un “modelo de mujer perfecta” ni estipular a la mujer dentro de lo moral o lo bien estableci- 47 Revista Iberoamericana de Comunicación do, porque se estaría creando otro estereotipo, el punto es dejar en claro que la mujer es “blanco” de un género musical en el cual no se le guarda respeto y es discriminada, atentando contra su integridad, su físico e incluso su capacidad de raciocinio. Algunas definiciones sobre género Antropológicamente, “la noción de género surgió de la necesidad de romper con el determinismo biológico implícito en el concepto de sexo, que marcaba simbólica y efectivamente el destino de hombres y muje- res” (Martín, 2006, p. 36). Es decir, surgió la idea de no sólo representar a la mujer como un sexo con cualidades meramente biológicas o de reproducción, sino crear una construcción social que implicaría definir- la de una manera cultural y estructurada, desplazando el pensamiento dualista de carácter tradicional y universal (hombre/mujer, masculino/ femenino), pensamiento que es particular de una construcción cientí- fica y que representa una oposición binaria entre naturaleza y cultura. Al género se le define como “el conjunto de creencias, rasgos per- sonales, actitudes, sentimientos, valores, conductas y actividades que diferencian a hombres y mujeres a través de un proceso de construcción social” (Benería, 1983). El género es, en sí, una jerarquización de actividades y rasgos refe- rentes al hombre y la mujer, que de igual manera forman parte de un proceso histórico que se desarrolla de manera diferente dentro de cada institución, como la familia, la escuela, el trabajo, el estado, y también lasrelaciones interpersonales. Se habla de la incorporación de roles de género en donde se le asigna a cada sexo tareas o trabajos dependiendo de cada sociedad y dichos comportamientos son influidos por factores que tienen que ver con lo económico, la etnicidad o la religión. Las lingüistas feministas fueron las primeras en utilizar el término género, poniendo énfasis en el carácter cultural de la construcción. Cabe mencionar el predominio anglosajón del uso del término en tanto 48 Revista Iberoamericana de Comunicación la acepción generalizada del mismo en inglés gender (género en caste- llano) implica una clasificación relativa al sexo, a diferencia de algunas lenguas romances como el castellano y el francés, en las que tiene varias acepciones, utilizadas para clasificar distintos tipos, clases y cosas entre sí (Lamas, 2003, p. 10). Refiriéndonos a la mujer desde una perspectiva de género, dentro de esta construcción social se suscita una desigualdad de oportunidades y acceso a recursos sociales entre hombres y mujeres, esta desigualdad de- nominada estratificación de género, refleja una jerarquización social y el imperio masculino que se presenta en casi todas las sociedades. Aun- que las prácticas discriminatorias contra las mujeres son muy frecuen- tes en diversas culturas, el grado de dominación y su intensidad varía dependiendo de la sociedad y de los tiempos. En numerosas culturas, el espacio público, la capacidad de decisión, los medios de producción, y el poder económico y político están en manos de los hombres (Martín, 2006, p. 51). A partir de esta desigualdad social se desencadena también el lla- mado estereotipo de género que se define como “el primer mecanismo ideológico, burdo pero muy eficaz que apunta a la reproducción y re- forzamiento de la desigualdad. El estereotipo es el conjunto de ideas simples, pero fuertemente arraigadas en la conciencia que escapan al control de la razón” (Martín, 2006, p. 52). Breve panorama general de la violencia de género en México Se conoce por violencia la coacción física o psíquica ejercida sobre una persona para viciar su voluntad y obligarla a ejecutar un acto determi- nado. Desafortunadamente existen varios tipos de violencia, y en este caso nos referimos a la violencia de género. La Organización de las Naciones Unidas (onu) define como: “vio- lencia contra las mujeres, todo acto de violencia basado en la pertenen- 49 Revista Iberoamericana de Comunicación cia al sexo femenino que tenga, o pueda tener como resultado, un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se produce en la vida pública o privada” (onu, 1983). La violencia de género se caracteriza por ser estructural ya que ésta es propagada por el sistema patriarcal. Y el patriarcado es entendido como “un sistema de organización social en el que los puestos claves del poder (político, económico, religioso y militar) se encuentran, exclusiva o mayoritariamente, en manos de varones” (Puleo citado por Osborne, 2009, p. 17). Esta dominación patriarcal es paulatinamente reforzada y reprodu- cida para al final ser naturalizada por las instituciones (medios, familia, escuela, etcétera) y las creencias tradicionales de cada cultura que con- tribuyen con la manera en que trasciende este tipo de violencia. Por otra parte, el llamado machismo que se inserta en esta cultura patriarcal que, en definición, no es como se cree, un dote, una reacción, o bien, una característica nata del varón, ya que se puede ser machista siendo hombre o mujer de igual forma, es un conjunto de creencias, actitudes y conductas que se basan en dos ideas básicas: una, referente a la polarización de los sexos; o sea una contraposición de lo masculino y lo femenino según la cual no sólo son diferentes sino mutuamente excluyentes; la otra en relación a la superioridad de lo masculino en las áreas consideradas importantes por y para los hombres. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi) refiere que hace poco más de tres décadas, los múltiples movimientos de mujeres gestados dentro y fuera de nuestro país han contribuido a reconocer que la violencia hacia la mujer no es un simple problema personal o privado, sino social, produciéndose históricamente en relaciones de po- der desiguales entre hombres y mujeres, poniendo a la cabeza al hombre que desde tiempos remotos ha dominado y discriminado a la mujer impidiendo su adelanto pleno. Los actos de violencia en contra de las mujeres se manifiestan en todos los ámbitos y son ejercidos por diversos sujetos con quienes establecen diversas relaciones, desde las más cerca- 50 Revista Iberoamericana de Comunicación nas como la pareja, hasta por desconocidos, pero también directivos o compañeros de trabajo; directores, maestros o compañeros de escuela y por diversos familiares (inegi, 2016). En 2016, el inegi realizó la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, y se determinó que la violencia hacia la mujer prevalece por cada 100 mujeres de 15 años en adelante (inegi, 2016). Sus resultados permiten dar cuenta de la extensión y gravedad de la violencia contra las mujeres infligida por diversos agresores y de manera especial, por la pareja, esposo o novio, incluso después de separados o divorciados. En ella porporciona una visión general de los graves índi- ces de violencia hacia las mujeres de nuestro país (inegi, 2016). Sin duda, la gravedad de la situación de las mujeres que son agredi- das por sus parejas tiene un sin número de repercusiones emocionales y físicas, que atentan contra su integridad y bienestar. Pero la mujer no sólo vive la violencia dentro de su entorno familiar y de pareja, sino también en el ámbito laboral. Nueve de cada 10 mexi- canas que señalaron haber experimentado violencia física o sexual en el ámbito laboral no solicitaron apoyo ni presentaron queja o denuncia, reveló la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (inegi, 2016). Entre las razones para no hacerlo estuvieron considerar la agresión como un acto sin importancia, miedo a las consecuencias o amenazas y vergüenza; incluso, no sabían cómo o dónde denunciar o consideraron que no les iban a creer, detalló la encuesta elaborada por el inegi (2016). La mujer presa de la discriminación A lo largo de la historia, en nuestro país y en el mundo, la mujer se ha visto sometida a un poder patriarcal y hasta nuestros días aún suele ser percibida como un ser dócil en diversos escenarios sociales, entre estos, el discurso mediático, en donde es presa de la discriminación y es vista 51 Revista Iberoamericana de Comunicación como un objeto manipulable, tomando su imagen como instrumento vendible y tratable, imponiéndole una postura ante el otro, privándola de poder autónomo de cualquier índole, llámese poder económico, po- lítico, social, o simplemente poder de libre decisión. “Las mujeres han carecido históricamente de palabra […] para toda sociedad el hombre es el protagonista, el hacedor de cultura” (Serret, 2006, p. 9). Las ideologías hegemónicas se construyen históricamente a través de procesos complejos de estigmatización, marginalización y exclusión social, que rotulan a las personas sancionadas como diferentes e infe- riores y que legitiman las opciones sociales de control, mostrándolas como tendientes a la defensa de la norma y del bien común (Juliano, 2004, p. 13). Para Lévi-Strauss los hombres construyen el centro de la sociedad, y las mujeres se sitúan al margen del sistema de relaciones reales y simbó- licas; son meros objetos de intercambio (Martín, 2006, p. 153). En cuanto a un discurso lingüístico referente al marco de la natura- leza/cultura, Lévi-Strauss supone que los hombres tienen la centralidad y juegan el papel de varones activos mientras que las mujeres resultan meros bienes sin entidad,completamente anuladas como productoras de cultura, sin iniciativa ni temperamento. Las mujeres ni siquiera son víctimas de una relación cultural de dominación, sencillamente apare- cen como bienes cosificados de los hombres, como si éste fuera su lugar “natural” en las sociedades humanas (Lévi-Strauss, 1998, citado por Martín, 2006, p. 156). Toda esta concepción sobre la mujer cosificada y discriminada la posiciona en un alto grado de vulnerabilidad desde tiempos remotos, incluso aceptada por ellas mismas gracias a un inminente proceso de enajenación y sometimiento. La sociedad, la historia y la cultura apar- tan a la mujer y la dejan fuera de ámbitos sociales, políticos y económi- cos, por lo que es evidente que se naturalice la diferencia de género en diversos rubros reforzando la idea de que hay espacios para hombres y otros para mujeres, que ellos se dedican a la producción, al trabajo, a lo público; y ellas a la maternidad, a la procreación, a lo privado. 52 Revista Iberoamericana de Comunicación La discriminación hacia la mujer es latente en una sociedad como México y se “manifiesta en todos los ámbitos de la vida. Se les agrede de forma física, verbal, emocional, sexual, económica. Se les siguen ne- gando derechos económicos y laborales al recibir sueldos inferiores a los de sus pares hombres, al no tener acceso a todos los puestos de trabajo. Padecen maltrato, humillación, marginación, educación interrumpida” (Conapred, 2014). Reggaetón en América Latina y México La forma de representar textualmente el género reggaetón puede variar de- pendiendo de un lugar a otro, como antes se mencionó, por lo que se usará en el presente artículo el término “reggaetón” (Duany, 2010, p. 183). De acuerdo con diversas acepciones que se enfocan al estudio del origen de este género, todo apunta que fue atribuido a un país del Caribe, Puerto Rico, que hasta nuestros días se ha considerado la raíz emergente del reggaetón, trasladándose rápidamente hacia otros países latinoamericanos entre los que destacan Colombia, Cuba, Panamá, Ve- nezuela y finalmente Estados Unidos. La difusión del reggaetón en nuestro país se presentó a principios del año 2000 (Martínez, 2014, p. 64); según Juan Santiago, del club Capezzio en Veracruz (Santander, 2010), fue exactamente en el año 2004 cuando en el puerto de Veracruz tuvo su entrada triunfal, ha- ciendo notar que este género musical penetró primero en los estados tropicales del Golfo de México, para después trasladarse al sur y al resto de la República Mexicana. En la Ciudad de México y el Estado de Mé- xico existen clubs1 que encabezan la lista predilecta entre fanáticos del reggaetón; dichos espacios de esparcimiento juvenil dan muestra clara del gusto hacia este fenómeno musical. Se puede decir que el reggaetón 1 Clubs como Kaos y Stratus Discotheque son de lugares preferidos por los que gustan del reggaetón. 53 Revista Iberoamericana de Comunicación llegó a causar revuelo de manera intensa en México entre los años 2003 y 2006, con la aparición de canciones famosas como Gasolina de Da- ddy Yankee considerado hit a nivel mayúsculo, y con la llegada de los llamados “líderes del reggaetón” Wisin y Yandel, exponentes como Don Omar, Calle 13, Tito el Bambino, entre otros. En general es un tipo de música que tiende a relacionarse con la marginalidad urbana estigmatizando a la juventud que lo prefiere, “sin embargo, una característica particular del reggaetón en México es la vinculación que muestra con la religión” (Martínez, 2014, p. 64). Lo anterior alude a que el reggaetón se ha introducido en el gusto juvenil mexicano, incidiendo en la creación de conductas, formas de vestir, posturas o ideologías que marcan a una población en particular, específicamente a algunos sectores marginados de la Ciudad de México, lo que implica que algunos lo conceptualicen como nefasto y carente de cultura. Un claro ejemplo que marca una amplia relación del reg- gaetón con la religión es la veneración a San Judas Tadeo, puesto que los días 28 de cada mes, en las calles de la ciudad se puede ver a una gran cantidad de individuos portando accesorios acordes con este santo y vistiendo con gorras, cortes de cabello exuberantes, tenis de marca estadounidense, colguijes, cadenas, tatuajes, en fin, todo el porte de un “reggaetonero”. Sin embargo, esta práctica suele relacionarse también con el consumo de inhalantes, drogas, entre otros estimulantes. Una aproximación al Análisis Crítico del Discurso Por todas las inquietudes previamente vertidas se considera que un Análisis Crítico del Discurso (acd) es la manera ideal para identificar y entender cuál es la ideología que subyace en la lírica de los temas mu- sicales que son nuestros objetos de estudio, y cómo se construye ésta a partir de las letras y la imagen de la mujer en el reggaetón. Por ello, se considera parte de la propuesta Algunas expresiones de la ideología en el discurso del lingüísta Teun A. Van Dijk (2005), quien se 54 Revista Iberoamericana de Comunicación centra en ligar el análisis discursivo con la ideología y sus variantes, tales como la cognición y la sociedad. “Una de las tareas esenciales del Análi- sis Crítico del Discurso (acd) es dar cuenta de las relaciones que existen entre el discurso y el poder social. Más específicamente, tal análisis debe describir y explicar cómo el texto y la conversación de las instituciones o grupos dominantes promulgan, reproducen y legitiman el abuso del poder” (Van Dijk, 2009, p. 121). El concepto de discurso suele ser polisémico y comúnmente se pres- ta a diferentes interpretaciones según sea su categoría de análisis, ya sea de manera funcional o estructural (formalista). Ambos paradigmas coinciden con que la unidad mínima del discurso es la oración, no obstante, las definiciones estructurales se centran en el texto, las funcio- nales en el contexto. Esto indica que existe una relación entre lengua y contexto, ya que el discurso antecede a las prácticas sociales que desarrolla el sujeto, en relación a que toda emisión que emane de un discurso conlleva a ejercer una acción, conducta o norma social referente al significado y utiliza- ción que le de cada receptor. Teun A. Van Dijk propone en varios de sus estudios una concepción bastante amplia de discurso; sin embargo, va ligado con el concepto de ideología, la cual cumple un papel determinante en la elaboración de un discurso, ya que la ideología forma parte del proceso de interacción comunicativa en los contextos sociales. El discurso, ya sea oral o escrito, se define como un evento comunicati- vo de un tipo especial, estrechamente relacionado con otras actividades comunicativas no verbales y otras prácticas semióticas de significado y con los usos sociales de códigos simbólicos, como los de la comunica- ción visual (Van Dijk, 1997, p. 69). De acuerdo con este autor, las ideologías se adquieren gradualmente a lo largo de la vida de un individuo o grupo social, y van cambiando con el paso del tiempo y el cambio de expectativas, experiencias y discursos 55 Revista Iberoamericana de Comunicación que se vayan adquiriendo; sin embargo, también pueden ser desintegra- das gradualmente. En efecto, Van Dijk plantea lo siguiente: Las ideologías consisten en representaciones sociales que definen la identidad social de un grupo, es decir, sus creencias compartidas acerca de sus condiciones fundamentales y sus modos de existencia y repro- ducción. Los diferentes tipos de ideologías son definidos por el tipo de grupos que “tienen una ideología”, tales como los movimientos socia- les, los partidos políticos, las profesiones, o las iglesias, entre otros (Van Dijk, 2005, p. 10). Desde esta perspectiva, el reggaetón, proveniente de países del Caribe y Suramérica, posee cierta ideología que lo caracteriza y hace diferente a otros géneros musicales, en este caso, la ideología con la que cuenta el intérprete o autor de éste a la hora de plasmarsu discurso depende de su nivel cognitivo y tipo de contexto social en donde se desenvuelva, su gente, su economía, sus recursos y limitantes, etcétera. México, como seguidor y consumidor de su música, adquiere esta ideología del reggae- tón haciéndola propia, transformando y generando creencias y estilos de vida que no fueron concebidos totalmente en nuestro país, pero sí reproducidos o imitados de otros (transculturalidad). Van Dijk prevé que dentro del discurso social se gesta la reproduc- ción del poder y la dominación. Un elemento básico de este proceso de reproducción son las estructuras y estrategias de acceso: quién controla la preparación, los participantes, los objetivos, el lenguaje, el género, los actos del habla, los temas, los esquemas, el estilo y la retórica entre otras características del texto y de los eventos comunicativos (Van Dijk, 2009, p. 146). En el mundo del reggaetón no se ven insertas figuras femeninas, o realmente son muy pocas, que interpreten este tipo de género mu- sical, a excepción de algunas participaciones de voces que comple- 56 Revista Iberoamericana de Comunicación mentan o dan respuesta a lo dicho por los hombres en este tipo de canciones. En el reggaetón se maneja un tipo de discurso que sugiere cierto poder; Van Dijk cuando habla de discurso se basa en el poder social atendiendo al control, es decir, al control que ejerce un grupo sobre otros grupos y sus miembros. En este sentido, el discurso mediático musical se analiza de acuerdo a su contexto y estructura social, es decir, se identifican los participantes del discurso actuando en situaciones so- ciales específicas. Por todo lo anterior se considera que el reggaetón maneja un discur- so donde, generalmente, se reproduce una ideología patriarcal, machis- ta, se representan el poder y la dominación del hombre. Para realizar el análisis de las canciones se tomará como base la propuesta metodológica que desarrolla Van Dijk donde ofrece algunas categorías de análisis destinadas a develar la ideología subyacente en los discursos. A partir de este análisis se pretende develar las estrategias de autopresentación y presentación del otro en tanto representantes ambos de grupos sociales diferenciados entre sí, donde se intenta so- meter uno a la ideología del otro a través del análisis de los contextos, los significados, las formas y contenidos de las frases y palabras, sus estructuras y las acciones que se prefiguran a través de las palabras, etcétera. Para este análisis se retomarán algunos aspectos propuestos por el autor (no toda su propuesta será considerada a cabalidad por no ser per- tinentes para lo que aquí se busca), y otros elementos se incluyen como la de Situación (interna y externa), versos, y las categorías propuestas en el Modelo actancial de J. A. Greimas (1971) por servir de complemento a este estudio. El sistema, modelo o esquema actancial greimasiano centra sus bases en otras corrientes de análisis, tales como la morfología del cuento ruso de Vladimir Propp (1971) y las funciones dramatúrgicas de Souriau. Algirdas Julien Greimas desarrolla un esquema e incluye seis funciones básicas en el discurso, estas son: 57 Revista Iberoamericana de Comunicación Un sujeto “(S) desea un objeto” (O) (ser amado, dinero, honor, feli- cidad, poder, o cualquier valor...); es ayudado por un ayudante “(AY) y orientado por un oponente” (OP); el conjunto de los hechos es de- seado, orientado, arbitrado por un destinador” D1= en beneficio a un Destinatario” (D2). Estos son a menudo de naturaleza social, ideológi- ca, o moral: dios, el orden establecido, la libertad, el delito, la lujuria, la ambición, un fantasma, la conciencia, la justicia (Saniz, 2008, p. 95). Los actantes aparecen como parejas de posiciones (sujeto/objeto; des- tinador/destinatario) o parejas de opuestos (ayudante/oponente). El destinador y el destinatario están en una relación contractual con el héroe: constituyen la esfera del intercambio. El sujeto y el objeto for- man la esfera de la búsqueda, sobre un eje del deseo. El ayudante y el oponente constituyen la esfera de la lucha, y están sobre el eje del poder. Los roles no son fijos o determinados de manera definitiva, pueden ser dinámicos. La propuesta metodológica del análisis retomada de Van Dijk (2005, p. 21) con nuestras variaciones –como antes se mencionó- está organi- zada de la manera siguiente. Cabe mencionar que en cada uno de los campos se puede dar mayor o menor énfasis a las propiedades buenas y malas de uno u otro grupo del discurso: 58 Revista Iberoamericana de Comunicación • Situación (interna y externa) Contexto • Contexto: El hablante habla como miembro de un grupo social; y/o se dirige al destinatario como miembro del grupo; modelos del contexto ideológicamenteprejuiciados: representaciones subjetivas del evento comunicativo y de sus participantes como miembros de categorías o grupos. • Texto Discurso • Estrategia global: presentación/acción positiva de Nosotros, presentación/acción negativa de Ellos: Enfatizar Nuestras cosas buenas, y sus cosas malas, y Restar énfasis a Nuestras cosas malas, y Sus cosas buenas. Conversación • Temas (macroestructuras semánticas) • Significados locales y coherencia Significado • Significados de Positivos/Negativos para Nosotros/Ellos • Manifestación: Explícita vs Implícita • Precisión: Preciso vs Vago • Textura: Detallada/fina vs Amplia/basta • Ámbito: General vs Específico, detallado • Evidencia: Nosotros tenemos la verdad vs Ellos están equivocados • Coherencia local: basada en modelos prejuiciados • Negadores (Negación de nuestras cosas malas): “Nosotros no somos machistas, pero…” • Léxico: Selección de términos Positivos/Negativos para Nosotros/Ellos • Actantes • Modelo actancial de Greimas DESTINATARIO (D 1) DESTINADOR (D 2) Forma OBJETO (O) SUJETO (S) OPONENTE (OP) AYUDANTE (AY) • Sintaxis: Enfatizar/desestimar Acción Positiva/Negativa de Nosotros/Ellos • Estructuras profundas: Entonación, etc. Hacer/Restar Énfasis a Nuestras/Sus cosas Buenas/Malas. • Formato (esquema, superestructura: forma total) • Significados Positivos/Negativos para Nosotros/Ellos en: Estructuras de argumentación, estructura, topoi (argumentos estereotipados, por ejemplo “por su propio bien”) Estructuras retóricas haciendo o restando énfasis a Nuestras/Sus cosas Buenas/Malas mediante: *Formas: Repetición (Estribillos). Versos * Significados: Comparaciones, metáforas, metonimias, ironía; eufemismos, hipérboles, juegos de números, etcétera. • Actos comunicativos e interacción Acción • Actos del habla que dan por supuestas Nuestras/Sus cosas Buenas/Malas: Promesas, imputaciones, etc. Estrategias de interacción que implican Nuestras/Sus cosas Buenas/Malas: Cooperación, acuerdo. Frases que indican Violencia (verbal, física, simbólica) ALGUNAS EXPRESIONES DE LA IDEOLOGÍA EN EL DISCURSO 59 Revista Iberoamericana de Comunicación Resultados obtenidos A partir del análisis de los siguientes temas musicales titulados: T1. Ginza (Autor e Intérprete: J Balvin. Colombia), T2. El taxi (Autor: Osmani García; Intérpretes: Osmani García, Pitbull y Sensato. Cuba, EUA), T3. Si no le contesto (Autores e Intérpretes: Plan B. Puerto Rico), T4. Gasolina (Autor e Intérprete: Daddy Yankee. Puerto Rico), T5. A ti te encanta (Autores e Intérpretes: Alexis y Fido), T6. No es una Gial (Autor: Farruko, Intérpretes: Farruko y De la Guetto), se llegó a los siguientes resultados: El tipo de lenguaje utilizado en cada una de las canciones analizadas es de carácter machista y sexista, debido a que se emplean términos y significados que apuntan directamente al cuerpo de la mujer como unser sexuado y con cualidades que la hacen ver únicamente como experta en el sexo que le brinda al hombre, el cual la provee material o econó- micamente, práctica frecuente en ella según los intérpretes. Lo que se observa en algunas de las frases siguientes: Acércate a mi pantalón dale…, vamos a pegarnos como animales…, tu cadera con la mía…, ella es señora y no señorita…, tú me lo paraste (el taxi)…, pónteme así, que pa’ eso ahí, tengo una descarga…, como resalta ese nalgaje…, con esta jodienda explotarte el booty El varón es quien dirige, expresa y transmite el discurso desde su modo de pensar sobre la mujer y la dota ideológicamente de características y aptitudes meramente sexuales, banales y egocéntricas. Por su parte, el hombre es quien se deja provocar o seducir, busca estas compañías porque son mujeres bellas y divertidas: Si te dan ganas de bailar pues dale…, sexy baila y me deja con las ga- nas…, cuanto quisiera hacerte el amor. 60 Revista Iberoamericana de Comunicación A la mujer no se le da cabida vocalmente en los seis temas, simple- mente se habla de ella y se percibe en ocasiones una voz femenina en los coros de las canciones T2 y T4. Esto implica su exclusión en este género musical (en general, el número de mujeres cantantes en el reggaetón es limitado), los varones son los intérpretes de las seis canciones. En esto último sobresale el ‘androcentrismo’, tema propuesto por Castellanos (2010), muy notable en el discurso del reggaetón a partir de excluir a la mujer en cuanto a la participación vocal en las canciones, pero haciéndola partícipe en el discurso al hablar sobre ella. De esta manera, el reggaetón hace visible a la mujer en sus canciones al referirse a ella, al tematizar sobre ella y al ser ella su complemento como pareja, pero siempre se antepone una figura masculina. De este modo, estos temas musicales incluyen a la mujer en su dis- curso de manera necesaria y protagónica pero siempre al margen de los ideales e intereses del varón. El hombre se adjudica el derecho de juzgar la vida de la mujer que se exhibe en el reggaetón, sin la posibili- dad de que ella refrende lo dicho en un discurso musical mayormente emitido por los hombres. Esto recae en un estado de desigualdad que suele ser reproducida en diversas esferas del mundo social en el que vivimos. En las canciones se reproduce una ideología machista o, mejor di- cho, cierto tipo de machismo discriminatorio. El machismo engloba el conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias des- tinadas a promover la negación de la mujer como sujeto aislado de la cultura, tradición, folklor o contexto. Para referirse a tal negación del sujeto existen distintas variantes que dependen del ámbito que se re- fiera, en este caso primeramente se refiere al ámbito de lo sexual. Son sexuales como aparece en las canciones analizadas, hay promoción de la inferioridad de la mujer porque ella está para satisfacer al hombre y su mejor atributo es su cuerpo así como la indumentaria, no hay alusión a muchas otras cualidades en la mujer, lo que se nota en frases tales como: 61 Revista Iberoamericana de Comunicación Sigue bailando que pa´ eso te traje…; que bien te queda a ti esa fal- dita…, como te luces cuando te meneas, cuanto quisiera hacerte el amor…, no me importa si es casada no la quiero pa´ instalarme…, lo paró con una mano lo paró que yo la vi…, haces que cualquiera se ena- more..., cogerte de espalda como Call of Duty…, pero ya tú sabe que ella quiere dinero, efectivo, visa que chula…, conmigo hace lo que sea. En segundo lugar se infieren algunas infravaloraciones, por ejemplo, de la actividad laboral de la mujer, no desempeñan algún tipo de trabajo que las haga ver independientes económicamente, sino al contrario, como que buscan placer e interés material y monetario, comodidades y lujos otorgados por el hombre, sólo son objeto del deseo y placer; otro ejemplo es de tipo intelectual al resaltar como única cualidad alguna parte específica del cuerpo femenino y el acto sexual, así como el gusto por vestirse bien; y por último, de tipo cultural ya que en la lírica re- presenta a la mujer casi como un objeto en vez de un ser humano. En ningún momento da cabida o se interesa por saber qué opinión tiene la mujer. En diversas estrofas el hombre presupone y evidencia lo que la mu- jer es, quiere o desea, en este caso, sexo, dinero y reconocimiento so- cial; esto lo repite una y otra vez, planteando prejuicios acerca de su manera de vivir, de entablar relaciones, de sus intereses, etcétera, y así se va reproduciendo constantemente el estereotipo de mujer que su- puestamente todos los hombres buscan y deben buscar de acuerdo a la lírica en cuestión. De allí pues, que se vean marcados en el discurso los llamados “envoltorios” que forman parte de la violencia simbólica, estos son: “imágenes consideradas buenas y positivas, imágenes con las que elogian a las mujeres por sus méritos, pero que muchas veces son empleados para mantenerlas ‘en su lugar’ sin tomar en serio sus propias opciones y los sentimientos que provocan en ella” (Palma, 2010, p. 3). Algunas de estas cuestiones se observan en los fragmentos de los versos siguientes: 62 Revista Iberoamericana de Comunicación Ella quiere pendientes, le gusta el dinero, ningún tipo en la calle le mete la feca…, le gustan las marcas, mucha ropa cara…, todo el closet full y no sabe qué ponerse…, ella es mi bebé y la quiero to´a…, va gri- tando mi nombre dame más…, usa ropa fashion…, no se pierde ni un party de marquesina…, se acicala va pa´ la esquina…, to´los weekends ella sale a vacilar ¡duro!...; sales de party con tus amigas sin restricciones buscando un gato que haga bajar tus revoluciones… Se trata entonces de una ideología machista y sexista expresada por los intérpretes de reggaetón que fungen como representantes de determi- nados grupos sociales, posteriormente el discurso llega al público cog- nitivamente y éste a su vez se encarga de legitimarla transmitiéndola a otros sujetos y grupos sociales; es entonces un ciclo que finalmente pudiera terminar en conductas, expresiones, gustos, tratos y estilos de vida en algún sujeto, en este caso, una ideología que trata sobre la for- ma de ver a la mujer de acuerdo a lo que dice la lírica del reggaetón; es decir, se dice que es fanática del sexo, el dinero, los hombres y de llevar una vida llena de goces y libertinaje, lo que se observa en lo siguiente: Busca un bombero que apague esa llama…, que del perreo le de fuerte hasta la cama, pónteme así que pa´ eso tengo ahí una descarga…, tu estás dispuesta y quieres hacer todas las posiciones. En nuestra cultura el dinero aparece claramente sexuado y es asocia- do a potencia y virilidad, convertido en indicador de identidad sexual masculina (Coria, 2005). El amor y el dinero deben ir separados, por eso habla de las mujeres, pero sin afecto. El hombre se siente un poco dueño de ellas pues el tener dinero se lo permite, además le es posible mantener el control. El dinero le otorga poder, y mientras los hombres se relacionan con el poder y con la toma de decisiones, a las mujeres se les niega y coarta tales atribuciones. El hombre debe mostrar su masculinidad a través de la virilidad, el placer sexual y el poder social y económico, para ser y 63 Revista Iberoamericana de Comunicación sentirse validado. Algunos de estos aspectos se pueden ver en las frases siguientes: No la quiero pa´ instalarme yo no quiero que sea sólo para mí…, aquí nosotros somos los mejores…, te enredo, te como y después festejo…, como esa nena se mueve no hay ninguna por esa papi pagaría una fortuna…, yo le meto con calibre como si fuera lucha libre…, acción y seducción, sexualizarte hasta perder la noción…, desnudarte y hacér- telo completo castigarte hasta no más, entre otras. Se puede decir que las ideologías son socialmente compartidas y re- transmitidas una y otra vez por los medios de comunicación y losgru- pos sociales (amigos, familia, pareja), aunque haya diversificación en idiomas, estilos de vida y formas de pensar de cada grupo social, como lo muestra cada canción de reggaetón analizada. En cuanto al léxico de cada canción, los intérpretes se expresan de manera coloquial y hasta vulgar de la mujer al referirse a ella con califi- cativos tales como gata, perra, zorra, mami y diabla, entre otros signifi- cados desfavorables que no son propios de nuestro contexto. En las canciones se emplean palabras imperativas que articulan una orden, un mandato o una añoranza del hombre hacia la mujer, tales como “vente pa’ cá, muévete aquí”, etcétera. En los textos se mezclan dos lenguajes, el español y el inglés estadounidense, así como la utilización de jergas lingüísticas originarias de países como Puerto Rico, Cuba, República Dominicana y Colombia. Aunado a esto se cuenta con una transculturalidad o bien grupos “exógenos”, imitando y combinando expresiones verbales de otros países en sus letras (an- glicismos). En más de un tema al hombre no le importa la relación personal que tengan las mujeres con otros hombres, estado civil, posición social, amistades, etcétera, lo que el sujeto busca es complacerse a sí mismo y al mismo tiempo complacer a la mujer para que ésta lo vea como el mejor, el “semental”, proveedor, el que todas las mujeres desearían tener. Ante 64 Revista Iberoamericana de Comunicación esta situación, sobresale en mayor medida, en cada uno de los temas este discurso falocéntrico, donde lo que determina a un hombre y lo valoriza es el poder sexual que este tenga para con las mujeres. Algunos ejemplos se aprecian en estas frases: No me importa si está casada…, no la quiero pa´ instalarme…, en el sexo soy un salvaje…, cogerte de espalda como Call of Duty…, con esta jodienda explotarte el booty girl. De acuerdo con el modelo actancial de Greimas (1971), en todas las canciones las situaciones giran en torno al hombre, lo que lo convierte en el sujeto, el objeto es la mujer y entre ellos media una relación casi estric- tamente sexual, material, que se expresa por medio del deseo que él tiene hacia ella. En la mayoría de los casos el ayudante es un medio en el cual o por el cual la mujer accede con facilidad a tener sexo, ya sea el propio reggaetón, el baile, una fiesta o un centro nocturno, o bien, el mismo cuerpo y su vestimenta, en otras es el dinero que posee el hombre y lo convierte en proveedor. Ante esto, se le oponen, a la manera de elementos antagónicos, situaciones como el romanticismo, la mesura, el control, el balance, o bien, salirse de la norma que implanta el hombre. En relación a la forma de los textos, estos están repletos de repeticio- nes y estribillos que, al ser proyectados continuamente hasta el desgaste, intentan sedimentarse en los receptores. Los estribillos son las estrofas que quedan directamente plasmadas en la mente del receptor al contar con una entonación alta y una repetición constante, es por lo que, al re- producir constantemente cada tema musical, éste podrá ser identificado a largo plazo por el receptor, La metáfora es la figura retórica que sobresale en más de una can- ción. Por ejemplo, la finura o gata o gata fina. Por otro lado, “gata” es uno de los sustantivos y adjetivos con los que se describe a la mujer: “mi gata no para de janguiar porque... a ella le gusta la gasolina...”, para hacerla sentir la mejor, describiendo con anterioridad las acciones que ella debe tener. 65 Revista Iberoamericana de Comunicación Desde luego la naturaleza de las metáforas puede revelar algo sobre la ideología subyacente. Así, si hablamos sobre la mujer, y usamos metáforas comparándola con animales, estas comparaciones pueden ser por sí mismas una expresión de ideología sexista (Van Dijk. 1980, p. 50). Como antes se ha dicho, en estas canciones sobresalen términos sobre la mujer en donde se le comparaba con expresiones como gata, perra, zorra, gial y mula, las cuales aseguran una ideología sexista en el discur- so del reggaetón. La rima es el elemento literario que se emplea en todos los temas, es lo que le da ritmo a la melodía y son las palabras clave con las que describimos e identificamos cada texto. Los versos son rimados mayor- mente, algunos sueltos, y estos van desde heptasílabos hasta pentadeca- sílabos y octonarios. En repetidas estrofas de las canciones se logra apreciar el someti- miento de la mujer al acto sexual. De igual manera, el hombre da por sentado que a ella le gusta una y otra posición en determinada fantasía o experiencia sexual, sin dar cabida a su opinión. Esto implica recrear escenas mentales que las receptoras de estas canciones perciben como las “acciones” que deben hacer ellas para conseguir la aceptación del varón: Acércate a mi pantalón, dale…, vamos a pegarnos como animales…, muévete a mi ritmo, siente mi magnetismo…, desnudarte y hacértelo completo... Los roles que desempeña la mujer dentro de cada canción son los si- guientes: • En cuanto al T1 la mujer es libertina, le gusta bailar y con eso seduce al hombre, ayudándose de sus movimientos y su mane- ra de vestir para complacerlo en lo sexual. 66 Revista Iberoamericana de Comunicación • T2 trata de un tema donde la mujer es libertina que gusta salir a un club nocturno. Es promiscua e interesada, accede a todo con tal de conseguir lo que quiere. El hombre tiene el dinero. Al mismo tiempo hacen ver a la mujer como una experta en el sexo. • En T3 se evidencia a la mujer con posturas de una mujer ob- sesiva, celosa, infiel, posesiva y dramática, que por convenien- cia ruega regresar con la expareja (el hombre tiene dinero). La hacen pasar como una mujer mala, misma que jugó con los sentimientos del hombre pero quiere la reconciliación aunque él ya no está libre. • Para T4 la mujer representa un rol de libertinaje, es atrevida dispuesta a todo, acata órdenes y es complaciente con los hom- bres en términos sexuales. Es ruda y aguerrida y busca ser el centro de atención bailando y vistiendo provocativamente. • En T5 se habla de una mujer que gusta de salir mucho a bailar con sus amigas y para procurarse una relación, promiscua, le agrada a los hombres su sexualidad. A su vez, es también liber- tina, vaga, aguerrida y directa, busca ser por igual el centro de atención en clubes nocturnos y fiestas. • En T6 se presenta una mujer consumidora, elitista, interesada y egocéntrica. Resalta su figura con artículos y servicios de mar- ca, construyendo un estereotipo de belleza femenina. Por igual, es una mujer libertina. Las temáticas que se desarrollan en cada canción recaen en mayor par- te en una vida llena de fiestas, libertinaje, vida nocturna, amistades y parejas, relaciones sexuales, un estilo de vida sin preocupaciones ni as- piraciones profesionales (su única preocupación es tener la atención del varón), música y baile. Cuando se refieren a la vida en pareja, hay rompimiento amoroso, relación destructiva y resentimiento. En cues- tiones personales la mujer presenta un exhaustivo cuidado del cuerpo e imagen personal, resaltando prominencia de cuerpo y su capacidad de compra para satisfacer caprichos y banalidades. Al mismo tiempo 67 Revista Iberoamericana de Comunicación se proyectan temas como la fama, el poder económico, la vanidad, las redes sociales, la mercadotecnia y el consumo, así como la vida social al por mayor para buscar mayor aceptación. Este tipo de temas influye en los receptores jóvenes para reproducir ciertos estándares de belleza y estereotipos tanto de la mujer como del hombre, dejando atrás sus capacidades intelectuales, valores y cualida- des internas. Por consiguiente, las temáticas desarrolladas en cada tema musical recaen, en mayor medida, en las relaciones de pareja heterosexual, es decir, en la interacción que surge entre el hombre y la mujer en deter- minados espacios como: un centro nocturno o una fiesta, la calle, un auto, una habitación,entre otros. Sobresale el tema de la prostitución en las canciones T2, T5 y T6, eso sí, disfrazada a tal grado que la mujer accede a tener sexo siempre y cuándo obtenga algo a cambio, llámese efectivo, lujos, invitaciones o salidas a sitios de interés, o simplemente que la hagan sentir querida, famosa, añorada. En otros términos y con base en lo planteado antes con respecto a la violencia y sus vertientes, se logra constatar gracias al análisis realizado que dentro del discurso del reggaetón se producen más de un tipo de violencia. En primer lugar, se reproduce la violencia simbólica. Dentro del discurso del reggaetón las mujeres se encuentran en estado de someti- miento y asumen de manera inconsciente ciertos patrones establecidos por el hombre, interiorizando ideas, modelos, prejuicios, conductas y estereotipos que no son cuestionados por ellas mismas, en la mayoría de los temas analizados el hombre manda, tiene el poder de darles o quitarles ya sea el dinero, el espacio o el amor. En cuestiones de poder el hombre es quien da el acceso al discurso, no la mujer de la cual habla, es decir, el sujeto/hombre autoriza y regula las consecuencias y determinaciones del discurso siendo él el protago- nista, la única voz del tema musical. Esto conlleva a hablar de discrimi- nación de la mujer y ésta es otra forma de violencia que está vinculada de igual forma con la inferiorización de la mujer. 68 Revista Iberoamericana de Comunicación Además, se observa cierta violencia verbal en cada una de las cancio- nes, se utilizan apelativos que descalifican a la mujer, podríamos decir que se infiere de las letras el acoso sexual como, por ejemplo: Pónteme ahí, pégate a mi pantalón, muévete a mi ritmo y siente mi magnetismo, No te cohíbas, aquí está tu invitación. Esto es considerado otro tipo de violencia. Implica que la mujer es “bombardeada” con lo que quizás suponen son elogios, comentarios obscenos y vulgares que el hombre emplea para conseguir la aproba- ción y tener relaciones sexuales. Tal pareciera que se trata de utilizar un lenguaje vulgar, sexista y denigrante para que la mujer acceda a todo, asimismo para enfatizar su virilidad. En varias de las canciones se presenta cierto tipo de violencia “disfra- zada” de las desvalorizaciones de la mujer, o bien, chistes, comentarios fuera de lugar o de doble sentido que la hacen ver como un ser ignoran- te e incapaz y los llamados seudónimos con los que ellos identifican a la mujer: Gata, Girlas, Gial, Mami, Zorra, Perra, Diabla, etcétera. Se presenta violencia física hacia la mujer por parte del hombre, que está dinamizada con el tema del sadomasoquismo (y no dice que haya un consentimiento o acuerdo por parte de ellas), pero que al final es violencia o sexo violento. También aparece la violencia verbal cuando los intérpretes se refieren a las mujeres como gatas, zorras, perras, y denigran su persona al decir que ellas son unas interesa- das, posesivas, adictas sexuales, entre otros calificativos expuestos en el análisis. La lírica de los temas musicales analizados posee un alto grado de misoginia que se hace presente principalmente en tres aristas: la deni- gración, cosificación y discriminación de la mujer. El hombre denigra y cosifica a la mujer violentándola a tal grado de exponerla como objeto sexual, pero a su vez, necesita de ella, como es la naturaleza del misó- gino. Algunas de las frases que representan parte de este contenido son las siguientes: 69 Revista Iberoamericana de Comunicación Sigue bailando que pa´ eso te traje.., ella es señora y no señorita, sexy baila y me deja con las ganas…, pero ya tu sabe que ella quiere efectivo, dinero…, con culo de mula…, ella hace de todo, ella sabe de todo…, pa´ las zorras que no apagan sus motores…, busca un bombero que le apague esa llama, que del perreo le da fuerte hasta en la cama… De acuerdo al contexto que se presenta en cada una de las canciones, cada intérprete posee los llamados “modelos de contexto” que le per- miten decidir qué se dice y qué no de la mujer, lo cual, como se ha observado en el análisis, son prejuicios referentes a ella (promiscua, des- leal, posesiva, aguerrida, maniática sexual, interesada, seductora, volá- til), el hombre es viril, da y desea placer sexual, y tiene cierta solvencia económica, pues provee económicamente a las mujeres, de acuerdo a la subjetividad del cantante (letra), quien conserva ciertas creencias de acuerdo a su cotidianidad y experiencia propia para después aplicarlas al discurso. La influencia de las creencias que se despliegan en las letras del re- ggaetón, así como la ideología, depende del nivel de los modelos de contexto y nivel cognitivo de cada sujeto, no todos los receptores las pueden aceptar de igual forma. Por otro lado, se presenta la idea vaga de que el amor no debe existir entre dos sujetos puesto que el sexo es algo primordial en una noche de fiesta, que la mujer vale más por tener un cuerpo voluptuoso y ropa de marca, o bien, que si le gusta oír y sabe bailar reggaetón tiene la aceptación del varón. El amor verdadero y el dinero son cuestiones que van separadas en estos casos. Estas creencias que transmite el reggae- tón están enfocadas a emitir y reforzar prácticas “aprobatorias por los varones” que van sujetas a determinar la relación entre el hombre y la mujer, unas frases representativas son, por ejemplo, “no la quiero pa´ casarme…, yo no la quiero pa´ instalarme”. Finalmente, es pertinente hacer mención del alarde como una auto- presentación positiva que en varias ocasiones hacen uso los intérpretes de las canciones, de poder y dominio masculino, como otra de las ex- 70 Revista Iberoamericana de Comunicación presiones que pudieran formar parte de la cultura patriarcal, en tanto una confirmación más del poder masculino. Las frases siguientes se pre- sentan como una forma en la que los machos deben prevalecer sobre todo y todos: Nosotros somos…, Estamos rompiendo…, La fábrica de éxitos…, El productor de todos esos productores…, Aquí nosotros somos los me- jores. A manera de conclusión El interés primordial fue inicialmente recopilar en cada verso de las canciones de reggaetón analizadas el mayor número de resultados que permitieran dar cuenta, de manera crítica, cuál es la imagen que se tiene sobre la mujer que se presenta en este género urbano, la ideología que subyace en las letras, así como vislumbrar el papel que socialmente desempeñan la mujer y el hombre. Finalmente, se logra afirmar que el reggaetón maneja en su lírica un discurso ideológico que propone y difunde una creencia o un ideal de mujer (estereotipo) y del hombre como proveedor-viril, asimismo el papel que juegan en sociedad y en pareja. De acuerdo con su tipo de léxico, se muestra una imagen de mujer sexual, altamente producida de acuerdo a estándares de belleza que tienen que ver con vestir a la moda, presentarse a la sociedad (especialmente al hombre) con un cuerpo “de- seable”, “consumible”, con tallas “perfectas” que son consideradas fac- tor “importante” y que como mujer le aseguran fama, relaciones con hombres y fortuna; esto último repercute en la forma en que la mujer busca obtener beneficios monetarios, lujos y una vida llena de comodi- dad sin poner en juego su capacidad intelectual y nivel educativo. Y un hombre que otorga placer sexual y provee económicamente. Se trata entonces de una imagen de mujer que básicamente com- place al varón (de manera sexual, visual y de compañía), pero al mismo 71 Revista Iberoamericana de Comunicación tiempo busca complacerse a sí misma, asumiendo de alguna manera todas esas desvaloraciones que proyecta el hombre hacia ella en las letras del reggaetón para finalmente ser reconocida socialmente. El hombre, por su parte, principalmente tiene atributos tales como proveedor eco- nómico, con alto interés por el goce sexual y estar rodeado de bellas compañías femeninas. En este sentido se comprende que este género musicales un re- transmisor de una ideología sexista y machista que genera y reproduce violencia en contra de la mujer de múltiples formas, debido a que se reproduce cierto grado de dominación y empoderamiento por parte del hombre hacia ella y al mismo tiempo propone una imagen de mujer sexista, interesada, promiscua, entre otros atributos que desprestigian su valor humano e intelectual, debido a que no se pone énfasis en otros aspectos como su lealtad, sus sentimientos, forma de pensar, su educa- ción, méritos personales y profesionales, logros y aptitudes, etcétera. Son otros los atributos que realzan un estereotipo negativo de ella. Hoy en día, a pesar de los avances en materia de género, de equidad e igualdad, y de los avances en materia de acceso a la información, continúa acrecentándose el número de feminicidios en nuestro país. La violencia sexual es la manifestación del desequilibrio de poder en función de varios elementos en este caso referidos al género. Y en las relaciones hombre-mujer se explica a partir de identidad genérica en un entorno patriarcal asimétrico y violento. Por otro lado, en cuanto al varón, si bien es cierto que se observa como contraparte de la mujer, su imagen también se torna denigrante de igual forma. Es decir, se habla de un hombre con dos únicos aspectos principales: el poder de bridar sexo y dinero a las mujeres, lo cual desca- lifica su persona aludiendo a que él no cuenta con otras cualidades que le sean óptimas. El tener dinero le otorga poder, muestra su masculini- dad, a través de la virilidad, el poder social y económico, para ser y sen- tirse validado. Sin embargo, no se aprecia en las canciones a un hombre maduro mentalmente, que se exprese correctamente de la mujer, que dé a notar sus expectativas de vida y profesionales sin caer en la bús- 72 Revista Iberoamericana de Comunicación queda vejatoria de sexo. Y, finalmente, cuando las mujeres son adultas, ya no tan jóvenes o tan bellas como el estereotipo que marcan dichas canciones, que el sexo no las rige como lo primordial y que tienen otras prioridades, entonces pareciera quedar sin atributos para gustarle a este tipo de hombres de acuerdo a este discurso musical. Con esto se determina que existe cierta desvalorización en ambas partes, el hombre con su autoritarismo y emisión del discurso obtiene la representación social de un ser que provee sólo sexo y dinero y, por otro lado, la mujer con su cuerpo y baile la hacen ver como una mu- jer licenciosa con intereses materiales, moneda de cambio del deseo masculino. Las canciones analizadas son una apología al machismo que refuerza ese poder y dominio con el cual cuenta el hombre en la sociedad. Si bien presenta infravaloraciones de ambos géneros, lo es más aún hacia la mujer debido a su histórica marginación y excusión a nivel social, político, cultural, económico e incluso desde el punto de vista familiar y en las interacciones cotidianas con extraños que, en este caso, refor- zándola, vuelve a situarse alrededor del sexo y el dinero. Hacer de las relaciones entre hombre y mujer una relación de sexo y dinero es hoy en día una escenificación estereotipada de la misma que reproduce los estragos sociales y culturales con que desde esta fórmula se ha intentado circunscribir a las relaciones de género. No muchas mujeres y hombres se reconocen en el estereotipo que se construye, tanto para unas como para otros, en las canciones de reggaetón; sin embargo ello no exime al reggaetón mismo como gé- nero musical de la responsabilidad sexista y machista de la ideología que promueven pues desde ésta se obstaculiza el paso para construir un lazo mucho más horizontal, integral y respetuoso entre mujeres y hombres en la actualidad; lazo que por demás vendría a configurar de forma equitativa y democrática la necesidad y posibilidad de poner fin a la desigualdad histórica de las mujeres a través de un esquema de sus derechos, que incluye también el ser nombradas y percibidas con respeto. 73 Revista Iberoamericana de Comunicación Referencias Bal, M. (1990). Teoría de la narrativa. Madrid: Cátedra. Benetería, L.; Sem, G. (1983). “Desigualdades de clase y de género y el rol de la mujer en el desarrollo económico: implicaciones teóricas y prácticas”. Mientras Tanto, 15, (Mayo). Ed. Icaria. 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