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tesis-dra-yocay-caldera-02-de-noviembre-2016

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i 
 
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA 
INSTITUTO NACIONAL DE HIGIENE “RAFAEL RANGEL” 
GERENCIA DE DOCENCIA E INVESTIGACIÓN 
COORDINACIÓN DE POSTGRADO 
ESPECIALIZACIÓN EN MICOLOGÍA MÉDICA 
 
 
 
 
 
MICOSIS SISTÉMICAS EN PACIENTES SIDA: ANALISIS DE LA 
RELACIÓN ENTRE LOS DIAGNÓSTICOS CLÍNICO, 
HISTOPATOLÓGICO Y POR CULTIVOS 
 
 
 
 
 
 
 
 
AUTORA: JOCAYS DEL VALLE CALDERA RUIZ 
TUTOR: TRINA NAVAS 
 
 
 
 
CARACAS, NOVIEMBRE 2016 
 
ii 
 
República Bolivariana de Venezuela 
Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel” 
Gerencia de Docencia e Investigación 
Coordinación de Postgrado 
Especialización en Micología Médica 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MICOSIS SISTÉMICAS EN PACIENTES SIDA: ANALISIS DE LA 
RELACIÓN ENTRE LOS DIAGNÓSTICOS CLÍNICO, 
HISTOPATOLÓGICO Y POR CULTIVOS 
 
 
 
 
TRABAJO ESPECIAL DE GRADO PRESENTADO COMO REQUISITO 
PARA LA OBTENCIÒN DEL GRADO DE ESPECIALISTA EN 
MICOLOGÍA MÉDICA 
 
 
 
 
 
 
 
AUTORA: JOCAYS DEL VALLE CALDERA RUIZ 
TUTOR: TRINA NAVAS 
 
 
CARACAS, NOVIEMBRE 2016 
 
iii 
 
 
 
CONSTANCIA 
 
 
En mi carácter de Tutora del Trabajo Especial de Grado titulado 
“Micosis Sistémicas en pacientes con SIDA: Análisis de la relación entre 
los diagnósticos clínico, histopatológico y por cultivos”, presentado por la 
ciudadana Jocays del V. Caldera Ruiz, para optar al Grado de 
Especialista en Micología Médica, certifico que dicho trabajo de 
investigación reúne los requisitos y méritos suficientes para ser evaluado 
por el jurado examinador que se designe. 
En la ciudad de Caracas, a los 15 días del mes de octubre de 2016 
 
 
 
 
 
 
 
 
_________________ 
Trina Navas 
C.I.: 5.964.162 
 
 
iv 
 
República Bolivariana de Venezuela 
Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel” 
Gerencia de Docencia e Investigación 
Coordinación de Postgrado 
Especialización en Micología Médica 
 
 
 
 
 
 
MICOSIS SISTÉMICAS EN PACIENTES SIDA: ANALISIS DE LA 
RELACIÓN ENTRE LOS DIAGNÓSTICOS CLÍNICO, 
HISTOPATOLÓGICO Y POR CULTIVOS 
 
 
Autora: Jocays del V. Caldera Ruiz 
 
 
TRABAJO ESPECIAL DE GRADO PRESENTADO COMO REQUISITO 
PARA LA OBTENCIÒN DEL GRADO DE ESPECIALISTA EN 
MICOLOGÍA MÉDICA 
 
Noviembre, 2016 
APROBADO: 
________________________ ____________________ 
 Vera Reviakina Ángela Ruiz 
 _________________________ 
 Trina Navas 
ACEPTADO 
 
_______________________ 
 Gladys González 
 
v 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
Le doy gracias a Dios por ser tan generoso conmigo. 
A Jesús, por guiar mis pasos y a mi Ángel guardián por nunca 
desampararme. 
A la vida, que se entrega a mi cada día maravillosa y llena de 
aprendizajes. 
A Luis José Caldera y Carmen Rosa Ruiz de Caldera, que me dieron la 
vida y me formaron con amor, dedicación y gran esmero. Por ser ejemplos 
constantes de tenacidad y perseverancia, 
A mi familia, que son mi tesoro y mi ejemplo de amor, lucha y dedicación. 
A mi esposo, por su amor incondicional y por soportar otro postgrado. 
A mi hijo Juan Jesús, por escogerme como mamá y por llenar mi vida de 
alegría, amor y felicidad. 
A María Eugenia Landaeta, por ser una excelente jefa, por darme su 
apoyo y por ayudarme a cumplir esta meta. 
A Martín Carballo, por su grandiosa amistad y por sus enseñanzas. 
A todos mis colegas y compañeros de trabajo, por su apoyo. 
A la coordinadora y amiga María Mercedes Panizo, por sus consejos, 
recomendaciones, correcciones, aportes, exigencias e impulso, 
A la Maestra Dra. Trina Navas, por aceptar ser mi tutora, por su apoyo y 
entrega en la enseñanza. 
A mi nueva familia, Vera, Guiseppe, Maribel, Víctor, Naty, Ana, María 
Mercedes, por cada minuto que entregaron en nuestra formación. 
A mis niñas hermosas, compañeras de lucha, amigas de vida, cofres de 
sueños y paños de lágrimas: Emi, Anne, Mari Ale, Karlita, Adri, Afdo, por 
ser como son, por estar cerca aunque estén lejos, por sus aportes, 
conocimientos y hermandad. 
A todo el personal del Servicio de Historias Médicas del HUC, Informática 
de Anatomía Patológica, Lcdas. de la Unidad de Micología HUC y a Naty 
de Micología del INHRR, por su ayuda en la recolección de datos. 
A la Dra. Etna, por su asesoría en mis momentos de angustia. 
A mis amigos por perdonar mis ausencias. 
A mi cuerpo, por no colapsar. 
 
vi 
 
DEDICATORIA 
 
 
A Dios y a la vida que me han dado tanto. 
A mi familia, a mis pacientes y a mi hospital, que son la razón de mi 
existencia. 
A todos los tesistas del mundo y sobre todo a los de este país. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
vii 
 
INDICE GENERAL 
 
Título, autor, tutor ii 
Constancia de aceptación del tutor iii 
Aprobación del proyecto por el 
comité académico 
 iv 
Agradecimientos v 
Dedicatoria vi 
Índice general vii 
Índice de tablas IX 
Resumen X 
Summary XI 
Introducción 1 
Marco teórico 5 
Objetivos General y Específicos 37 
Metodología 38 
Diseño del trabajo 38 
 Recolección de datos 39 
 Análisis Estadístico 39 
 Limitaciones del estudio 40 
Aspectos éticos 40 
Resultados 41 
Discusión 70 
Conclusiones 82 
Recomendaciones 83 
Bibliografía 84 
Anexos 101 
 
 
 
 
 
 
viii 
 
INDICE DE TABLAS 
 
Tabla 1. Distribución de la procedencia por entidad federal 43 
Tabla 2. Distribución de comorbilidades y coinfecciones 44 
Tabla 3. Distribución de los pacientes según las formas de 
presentación clínica primaria de ingreso 
46 
 
Tabla 4. Distribución de la combinación de síndromes clínicos 47 
Tabla 5. Distribución de la clínica asociada o secundaria 49 
Tabla 6. Distribución de los resultados de Linfocitos TCD4 
y cargaviral VIH 
 51 
Tabla 7. Distribución según los hallazgos de los estudios 
de imagen del tórax 
55 
Tabla 8. Distribución de los resultados de los estudios de 
biopsias de médula ósea y ganglio 
57 
Tabla 9. Distribución de los resultados de los estudios de 
de esputo y sangre 
 
 59 
Tabla 10. Distribución de los resultados de los estudios 
micológicos del LCR 
 
 60 
 
Tabla 11. Distribución de la cantidad de diagnósticos de 
ingreso realizados a los pacientes del Servicio de Infectología 
 
62 
Tabla 12. Distribución según los diagnósticos de ingreso 
únicos 
 
63 
Tabla 13. Distribución según dos o tres diagnósticos 
diferenciales 
 
64 
Tabla14. Distribución según cuatro o cinco diagnósticos de 
ingreso 
 65 
Tabla 15. Distribución de los diagnósticos asociados post 
ingreso 
66 
 
 
 
 
 
 
 
 
ix 
 
República Bolivariana de Venezuela 
Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel” 
Gerencia de Docencia e Investigación 
Coordinación de Postgrado 
Especialización en Micología Médica 
 
 
MICOSIS SISTÉMICAS EN PACIENTES CON SIDA: ANALISIS DE LA 
RELACIÓN ENTRE LOS DIAGNÓSTICOSCLÍNICO, 
HISTOPATOLÓGICO Y POR CULTIVO. 
 
Autor: Jocays del V. Caldera Ruiz 
 Tutor: Trina Navas 
RESUMEN 
Las Micosis Profundas Sistémicas (MPS) en los pacientes con Síndrome 
de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) pueden manifestarse de forma 
severa y potencialmente fatal, por lo que se requiere de una alta precisión 
diagnóstica, para mejorar su sobrevida y pronóstico. El objetivo fue 
analizar la relación entre el diagnóstico clínico de micosis sistémicas con 
los resultados de biopsias y de los cultivos. Se diseñó un estudio de 
casos, analítico, retrospectivo, de revisión de historias clínicas incluyendo 
los resultados de biopsias y cultivos de los pacientes con SIDA del 
Servicio de Infectología del Hospital Universitario de Caracas, entre los 
años 2010 al 2015. De la revisión realizada por el Servicio de Historias 
Médicas del HUC, se obtuvo un total de 358 historias, de las cuales 
fueron encontradas en los archivos 180, de estas fueron excluidas 10 y se 
analizaron 25 reingresos para obtener una muestra de 195historias. La 
edad media de estos pacientes fue de 36.2 ± 11.95 DS años y la mayoría 
tenían menos de 5 años de diagnóstico de la infección por VIH (65.2%), 
no tenían TARGA (68.2%), sus niveles de LTCD4 se encontraron por 
debajo de 200 clls/mm3 (49.2%) y sus cargas virales elevadas mayor de 
50.000 (33.3%). Las formas de presentación clínica más frecuentes 
fueron respiratorio febril agudo o sub- agudo en combinación con 
hepatomegalia (64.6%), los diagnósticos clínicos predominantes fueron 
neumocistosis sólo (34.9%), neumocistosis/histoplasmosis (30.8%) e 
histoplasmosis sólo (16.4%) y hubo una relación adecuada entre los 
diagnósticos clínicos y los resultados de cultivos/PCR-IFD, 
Criptolátex/Tinta china y de biopsias. 
Palabras claves: SIDA, micosis sistémicas, relación diagnóstica, 
diagnóstico clínico, histopatología, cultivos. 
 
 
x 
 
República Bolivariana de Venezuela 
Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel” 
Gerencia de Docencia e Investigación 
Coordinación de Postgrado 
Especialización en Micología Médica 
 
 
MICOSIS SISTÉMICAS EN PACIENTES CON SIDA: ANALISIS DE LA 
RELACIÓN ENTRE LOS DIAGNÓSTICOSCLÍNICO, 
HISTOPATOLÓGICO Y POR CULTIVO. 
 
Autor: Jocays del V. Caldera Ruiz 
 Tutor: Trina Navas 
SUMMARY 
 
Systemic mycosis deep (MPS) in patients with Acquired Immune 
Deficiency Syndrome (AIDS) can manifest severe and potentially fatal 
form, so it requires a high diagnostic accuracy, to improve survival and 
prognosis. The objective was to analyze the relationship between clinical 
diagnosis of systemic fungal infections with the results of biopsies and 
cultures. a case study, analytical retrospective review of medical records 
including results of biopsies and cultures of AIDS patients Service of 
Infectious Diseases, University Hospital of Caracas, between 2010 to 
2015. From the review was designed by Medical records Service of HUC, 
a total of 358 stories, which were found in 180 files, these were excluded 
10 and 25 readmissions were analyzed to obtain a sample of 195 stories 
was obtained. The average age of these patients was 36.2 ± 11.95 DS 
years and most were under 5 years of diagnosis of HIV infection (65.2%) 
had no HAART (68.2%), their levels of LTCD4 they found below FLC 200 / 
mm3 (49.2%) and high viral loads greater than 50,000 (33.3%). The forms 
most common clinical presentation was acute febrile respiratory or sub-
acute combined with hepatomegaly (64.6%), the predominant clinical 
diagnoses were pneumocystosis only (34.9%), pneumocystosis / 
histoplasmosis (30.8%) and histoplasmosis only (16.4%) and there was a 
proper relationship between clinical diagnoses and culture results / PCR-
IFD, Criptolátex / Indian ink and biopsies. 
 
Keywords: AIDS, systemic fungal infections, diagnostic relationship, 
clinical diagnosis, histopathology, crops. 
 
 
1 
 
INTRODUCCIÓN 
Las Micosis Profundas Sistémicas (MPS) en los pacientes con Síndrome de 
Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) permanecen en el tiempo con una alta 
morbilidad y formas de presentación severa, por lo tanto se requiere una 
orientación clínica eficiente, para poder tomar decisiones adecuadas en 
cuanto a la solicitud de los estudios diagnósticos necesarios y al tratamiento 
inicial, mientras se esperan los reportes de los resultados confirmatorios. 
Estas micosis pueden ser endémicas u oportunistas. Las Micosis Endémicas 
(ME) son producidas por hongos dimorfos que son patógenos primarios, 
tienen áreas geográficas y nichos ecológicos relativamente definidos y las 
Micosis Oportunistas (MO) las provocan hongos ambientales o de la 
microbiota normal del ser humano [1-3]. 
Las ME están representadas en Latinoamérica y en nuestro país por la 
histoplasmosis, paraoccidioidomicosis y coccidioidomicosis; entre las MO se 
encuentran la candidiasis, neumocistosis, aspergilosis, zigomicosis y 
fusariosis, entre otras [4-6]. 
Las manifestaciones clínicas de las MPS son inespecíficas y además son 
similares a las de otras patologías también frecuentes en estos pacientes, 
por lo que se pueden generar errores diagnósticos y terapéuticos, de allí la 
importancia de la orientación médica adecuada [7-9]. Para su diagnóstico se 
requieren muestras representativas y la realización del examen directo al 
2 
 
fresco y con tinciones, cultivos en medios especiales, estudios serológicos e 
histopatológicos [10,11]. 
Es bien conocida a nivel mundial la relación de algunas MPS con el SIDA. 
Las más frecuentes y mejor caracterizadas son: candidiasis, criptococosis 
meníngea, histoplasmosis sistémica y neumocistosis [12-15]. 
Los pacientes con SIDA y MPS pueden tener manifestaciones clínicas 
variadas y con diferentes grados de severidad. En el caso de infecciones 
rápidamente progresivas y potencialmente fatales, se requiere de 
diagnósticos clínicos rápidos y acertados, dirigidos a tomar decisiones 
adecuadas, tanto desde el punto de vista de metodología diagnóstica como 
en la terapéutica; una manera de evaluar esa precisión es comparar el 
diagnóstico clínico con los reportes de cultivos y biopsias [16,17]. 
A pesar de los avances en cuanto al diagnóstico y el tratamiento, en nuestros 
hospitales se atienden un alto número de pacientes con SIDA con franco 
deterioro inmunológico, múltiples complicaciones y gravemente enfermos, a 
los que muchas veces no se le pueden realizar las pruebas micológicas 
esenciales por falta de recursos, y por lo tanto se indica tratamiento con un 
alto grado de empirismo. 
Se han realizado investigaciones que evalúan el nivel de precisión del 
diagnósticoclínico en pacientes con SIDA. Existe evidencia de esta relación 
con los resultados obtenidos por autopsias en otras latitudes y en nuestro 
3 
 
país, pero escasos trabajos cuentan con el tratamiento estadístico de rigor 
para sustentar los resultados obtenidos [18-33]. 
Mediante la realización de este estudio se pretendió establecer cuáles son 
las formas de presentación clínica de las MPS más frecuentes en los 
pacientes con SIDA de nuestro medio, las estrategias paraclínicas más 
utilizadas y finalmente se medirá el rendimiento diagnóstico clínico, de 
laboratorio y su resultado final. 
Esta investigación se limitó a precisar cuáles son los elementos clínicos 
presentes en los pacientes con diagnóstico clínico de MPS y su relación con 
los cultivos y/o biopsias. El análisis extensivo a otras patologías no se 
planteó, aunque pueden describirse las asociaciones con otras 
enfermedades, en virtud de la necesidad de entender la realidad de todas 
estas enfermedades condicionadas por la inmunosupresión subyacente. 
Ante la diversidad de patologías con similar expresión clínica y la disyuntiva 
de la posible coexistencia de más de una de ellas, surge la necesidad de 
realizar diagnósticos que permitan un acercamiento a la exactitud de la 
etiología fúngica, que permita establecer un equilibrio entre no tratar la 
micosis aun cuando exista o tratarla en su ausencia, situación que no es 
infrecuente. Es por ello que una investigación que permita determinar la 
certeza de la orientación clínica, mediante la evaluación de la relación entre 
el diagnóstico clínico de las MPS en esta población y los resultados de los 
4 
 
estudios histopatológicos de biopsias y cultivos, permitirá conocer la realidad 
actual de la visión del médico, y así organizar lineamientos de trabajo para 
optimizar los resultados. 
 
5 
 
MARCO TEÓRICO 
El SIDA, relacionado con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), se 
describió por primera vez en los Estados Unidos en el año 1981, cuando se 
presentaron 5 casos de hombres que tenían sexo con hombres, previamente 
sanos, que presentaron infección pulmonar por Pneumocystis jirovecii, y 
otros 26 con Sarcoma de Kaposi (SK), los cuales fueron anunciados por el 
Centro de Prevención y Control de Infecciones (Center for Disease Control 
and Prevention, CDC) y publicados en el Morbility and Mortality Weekly 
Report (MMWR), los cuales dieron inicio a una de las pandemias más 
impactantes de la historia [8,12,24]. 
El VIH fue descubierto en 1983 por el grupo de Francoise Barre-Sinoussi y 
Luc Montagnier, pero su origen se remonta a 100 años atrás, cuando se 
inicia la transmisión del virus de los chimpancésa los humanos. Es un virus 
ARN citopático y con alta replicación, que pertenece a la familia de los 
Retrovirus humanos, subfamilia Lentivirus, y tiene dos subtipos principales: el 
VIH1 y VIH2. El VIH1 es el causante de la pandemia, y por ende, el que está 
más ampliamente distribuido en el mundo; el VIH2 es menos agresivo y es 
más frecuente en África Occidental. El VIH1 se sub-clasifica en tres grupos 
de inter-especies: grupo M (Main o principal), grupo O (Outlier), y grupo N (no 
M, no O). El grupo M se divide en 9 subtipos (A, B, C, D, F, G, H, J, K) y en 
cepas recombinantes denominados CRF (formas recombinantes circulantes), 
6 
 
que se forman por combinación de fragmentos genómicos de distintos 
subtipos. Se han descrito más de 30 CRF y estos van en aumento [24,25]. 
La transmisión se produce por relaciones sexuales, transfusiones de 
hemoderivados, vía percutánea con agujas contaminadas y de madre a hijo 
vía transplacentaria, intraparto y durante la lactancia materna. Al ocurrir la 
transmisión se produce una infección que, después de un periodo variable de 
tiempo, termina por producir un grave deterioro inmunológico que lleva al 
desarrollo del SIDA y posteriormente a la muerte, de no instaurarse el 
tratamiento [24,26-28]. 
La infección que produce el VIH se caracteriza por presentar un curso 
crónico, un período largo de incubación con replicación persistente del virus y 
un compromiso progresivo del sistema inmune. Esta disfunción del sistema 
inmunológico es consecuencia, tanto de la afectación del número de 
linfocitos TCD4+ (LTCD4+), como de la función de LTCD4+, LTCD8+, 
producción de citoquinas y de los monocitos-macrófagos, y entre ellos 
particularmente los macrófagos alveolares. El SIDA es el resultado del 
deterioro inmunológico y se caracteriza por una alta carga viral VIH, un 
contaje de LTCD4+ menor de 200 células/mm3de sangre y la presencia de 
infecciones y/o neoplasias oportunistas. El tratamiento actual se ha 
denominado Terapia Antiretroviral de Gran Actividad (TARGA) y es de gran 
efectividad para la supresión más no para la erradicación viral, y se basa en 
la combinación de varias familias de drogas antirretrovirales: análogos 
7 
 
nucleósidos de la Transcriptasa Reversa (TR), análogos no nucleósidos de la 
TR e inhibidores de la proteasa y de la integrasa, entre otros [24,25,27-29]. 
Para el diagnóstico de la infección por VIH se utilizan pruebas de detección 
de Anticuerpos (Acs) por técnicas de ELISA y Western Blot, de Antígenos 
(Ags) como la antigenemia P24, determinación conjunta de Acs y Ags (ELISA 
de cuarta generación) y pruebas de biología molecular como la Reacción de 
Cadena de Polimerasa (PCR). Para establecer el status de la enfermedad, se 
investigan los niveles de LTCD4+ y se realiza la evaluación de la presencia 
de enfermedades oportunistas, lo que nos permitirá establecer la clasificación 
de la enfermedad según lo descrito por la Organización Mundial de la Salud 
(OMS) y el CDC (Anexo C) [24,25,30,31]. 
Esta infección posee una importante morbimortalidad y se extiende a nivel 
mundial. En la actualidad permanece como una de las principales causas 
infecciosas de muerte en los adultos y es considerada un problema de salud 
pública [8,24,25]. 
La OMS describe que a nivel mundial se diagnosticaron alrededor de 2 
millones de nuevos casos de infección por VIH en el 2014; cerca de 36,9 
millones de personas viven con el VIH en todo el mundo, y hasta marzo del 
2015, aproximadamente 15 millones de personas recibieron TARGA. 
Además, se estima que 1,2 millones de personas murieron a causa de 
enfermedades relacionadas al SIDA en el 2014, y desde comienzos de la 
8 
 
epidemia, casi 39 millones de personas han muerto en todo el mundo. África 
subsahariana enfrenta la carga más grande de VIH/SIDA, con 
aproximadamente 70% del total global para el 2014. Otras regiones 
significativamente afectadas incluyen Asia y el Pacífico, América Latina y el 
Caribe, Europa del este y Asia central [32]. 
A pesar de estos datos, esta enfermedad es una de las más estudiadas y, en 
sus 34 años de historia, ha permitido demostrar la enorme capacidad de 
respuesta científica que ha logrado la humanidad, llegando al punto de 
convertir una enfermedad irreversiblemente mortal en una patología crónica. 
No obstante, quedan todavía muchas áreas por desarrollar, sobre todo en lo 
concerniente al SIDA y las micosis en los países con diferencias climáticas, 
socioculturales y epidemiológicas. Es por ello que es imperativo describir la 
experiencia propia acumulada y realizar nuevas investigaciones en el estudio 
de estas patologías [24,25,31]. 
Infección VIH/SIDA y micosis sistémicas 
Desde el inicio de la pandemia por VIH en el año 1981, las micosis se han 
mantenido estrechamente vinculadas con esta enfermedad; incluso, los 
primeros casos descritos, se relacionaron con MPS y desde el año 1993 se 
establecieron como enfermedades definitorias de SIDA [4,12,15,33]. 
Esta relación se tradujo en un aumento de las MPS, en la medida que se 
extendió la pandemia. En los países desarrollados, la prevalencia de estas 
9 
 
infecciones en pacientes con SIDA, al inicio de la epidemia, era de hasta el 
80%, sin embargo, ha disminuidode forma importante luego del 
advenimiento y los avances logrados con el TARGA. No obstante, las 
infecciones por hongos asociadas al SIDA siguen siendo un problema de 
salud pública en los países en desarrollo [4,12,15,33]. 
Las MPS más frecuentemente asociadas al SIDA a nivel mundial son la 
candidiasis, neumocistosis y criptococosis. En Latinoamérica adquieren 
relevancia las ME como histoplasmosis y paraccocidiodomicosis. En 
Venezuela se describe a la histoplasmosis como la MPS predominante en los 
pacientes con VIH/SIDA [12,15-17,33-36]. 
A pesar del desarrollo del TARGA, estas micosis persisten con una alta 
morbilidad y presentaciones severas, por lo que se requiere de un 
conocimiento adecuado de cada enfermedad fúngica en el SIDA para lograr 
una alta precisión diagnóstica y un tratamiento oportuno, para evitar 
complicaciones fatales [16,17,33,37,38]. 
En la medida que progresa el deterioro del sistema inmune, en los pacientes 
con infección por VIH, las manifestaciones clínicas de las MPS son más 
severas, lo que conlleva a un aumento del riesgo de muerte [8,37-40]. Entre 
las causas de muerte, más frecuentemente asociadas a estas 
presentaciones clínicas severas, se encuentran la insuficiencia respiratoria, 
producto de neumopatías de causa variable e incluso mixta, y la falla 
10 
 
multiorgánica. Dentro de las causas micóticas de neumopatías severas en 
SIDA se describen con mayor frecuencia aquellas cuyos agentes etiológicos 
son Pneumocystis jirovecii, Histoplasma capsulatum, Cryptococcus 
neoformans, y en menor proporción Paracoccidioides brasiliensis [17, 34, 37, 
38, 41,42]. 
Existen otras causas de neumopatías con presentación clínica similar y que 
también son frecuentes en estos pacientes, por lo que los diagnósticos 
diferenciales constituyen un reto [33,34,39,43]. La etiología de estas 
neumopatías incluye procesos no infecciosos como SK, linfoma de células B, 
hiperplasia linfoide pulmonar, neumonitis intersticial inespecífica, infiltración 
difusa por LTCD8, bronquiolitis obliterante y los procesos infecciosos 
[16,36,37,41-44]. 
Entre otras causas de neumopatías infecciosa en el SIDA se encuentran las 
bacterianas, virales y en menor proporción parasitarias, además de 
combinaciones de estos agentes entre sí con neoplasias, por ejemplo: 
Tuberculosis (TBC) con hongos, SK con hongos o TBC, linfoma con hongos 
o TBC, entre otras [36,38,39,41,45]. Las infecciones bacterianas son 
producidas por agentes de la comunidad como Streptococcus pneumoniae, 
Haemophilus influenzae, Mycoplasma pneumoniae, o por otro tipo de 
bacterias como Mycobacterium tuberculosis, micobacterias no tuberculosas, 
Staphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa, Nocardia spp., 
Rhodococcus equi y Bartonella henselae. Existe relación entre los niveles de 
11 
 
LTCD4+ y la etiología bacteriana, es un dato útil en la toma de decisiones. 
Entre los virus se encuentran: Citomegalovirus, Herpes Simple 1-2 y Varicella 
zoster, que afectan al tejido pulmonar durante una infección diseminada, 
produciendo una enfermedad intersticial difusa o una infección localizada 
necrotizante. La etiología parasitaria de las afecciones respiratorias es muy 
rara y se describe en el contexto de infecciones sistémicas. Los más 
frecuentes son Toxoplasma gondii y Strongyloides stercoralis [8,16,37,39]. 
El tipo de enfermedad pulmonar que se observa en estos pacientes depende 
del grado de inmunodepresión, uso de TARGA, profilaxis específica para 
Infecciones Oportunistas (IO) y también de factores demográficos y 
geográficos [33,41-43]. En el caso de las infecciones micóticas, la afectación 
respiratoria puede ser severa, evolucionar rápidamente y conducir a una 
insuficiencia respiratoria aguda y a la muerte, por lo que se utilizan, además 
de los recursos diagnósticos convencionales (clínica, laboratorio y 
radiología), otras variables que orientan tanto el diagnóstico como el 
tratamiento para estas enfermedades [12,33,34,37,38,43,44,46]. 
Micosis profundas sistémicas 
Las MPS se dividen en endémicas y oportunistas. Las ME son infecciones 
producidas por hongos dimorfos termales, patógenos primarios o verdaderos, 
cuya puerta de entrada es habitualmente el tracto respiratorio (vía inhalatoria) 
y produce una primoinfección pulmonar. El mecanismo de diseminación es 
12 
 
por vía linfohemática, con afección uni o multiorgánica y pueden infectar 
tanto a hospederos inmunocompetentes como inmunocomprometidos. Las 
MO son producidas por hongos ambientales o de la microbiota normal del 
humano, que se adquieren generalmente por vía inhalatoria o por el tracto 
gastrointestinal, se reproducen invadiendo los tejidos y afectan 
principalmente a hospederos inmunodeprimidos [12,33,41,44,47]. 
Las ME más importantes en Latinoamérica y en Venezuela son 
histoplasmosis, paraoccidioidomicosis y en menor proporción 
coccidioidomicosis [12,15-17,33-36]; entre las micosis oportunistas se 
describen neumocistosis, criptococosis y candidiasis [12,15,20,22,33, 
35,36,41,44,48,49]. 
A) Histoplamosis 
Fue descrita por Samuel Darling en 1905 yes una MPS endémica causada 
por un hongo dimorfo termal cuyas especies patógenas para el hombre son 
Histoplasma capsulatum var. capsulatum, que es el más frecuente en 
América, y el Histoplasma capsulatum var. duboisii, que produce la 
histoplasmosis africana. Existe una tercera especie que es el H. 
farciminosum el cual se ha subdividido en 8 clados: Nam1, Nam2, LamA, 
LamB, Australiano, Nederlandino (Indonés), Eurasiático y Africano [50-52]. 
Es la ME más frecuente y tiene una amplia distribución geográfica, 
predominando en América y África. En América se extiende desde el sur de 
13 
 
Canadá a las regiones centrales de Argentina. Las zonas endémicas de 
mayor importancia corresponden a los valles de los ríos Mississippi, Missouri 
y Ohio en América del Norte y a la cuenca del Río de la Plata en América del 
Sur. En Europa se han descrito pocos casos [48,50-52]. 
Se adquiere por inhalación de las microconidias que se encuentran en suelos 
ricos en nitrógeno (deyecciones de aves y murciélagos). Se inicia 
regularmente a nivel pulmonar y posteriormente puede diseminarse por vía 
hematógena a diferentes órganos y sistemas, produciendo una intensa 
reacción granulomatosa que puede caseificarse o calcificarse. Los 
mecanismos de infección son primario, reinfección o reactivación de un foco 
latente, y las formas de presentación clínica son la infección asintomática, 
primaria pulmonar y cutánea aguda o crónica, y formas secundarias 
diseminadas agudas, sub-agudas y crónicas. La expresión de la infección 
depende del estado inmune y de la magnitud del inoculo [41-43,48,50,51]. 
En los pacientes con importante afectación de la inmunidad celular son más 
frecuentes las formas primarias y secundarias diseminadas, y una de las más 
severas es la aguda rápidamente progresiva con falla multiorgánica, que es 
mortal si no es tratada a tiempo. En los pacientes con SIDA tiene una alta 
morbi-mortalidad [41-43,48, 50-52]. 
Cuando la afectación es principalmente pulmonar, las manifestaciones 
clínicas son similares a las de otras causas de infección respiratoria baja, e 
14 
 
incluye tos seca o con expectoración mucoide hasta hemoptoica, disnea 
progresiva, estertores, fiebre, escalofríos, malestar general y en menor 
proporción dolor pleurítico, cefalea, alteración del estado de consciencia, 
hipotermia, vómitos y diarrea, además hallazgos al examen físico tales como 
taquicardia, taquipnea, tiraje, presencia o no de cianosis y silencio 
auscultatorio atípico o con cambios en los ruidos respiratorios con 
broncofonía, pectoriloquia o ruidos patológicos tipo crepitantes, bulosos o 
roncus [8,9,16,17,34,39,40]. 
En cuanto a los estudios radiológicos, se observan infiltrados difusos, 
localizados o diseminados, múltiples nódulos diseminados o con 
presentación miliar, adenopatías hiliares,cavitaciones y derrame pleural 
[8,9,13,16,43-45]. 
La histoplasmosis diseminada es la forma de presentación más frecuente en 
los pacientes con SIDA, y se caracteriza por fiebre prolongada, astenia, 
hiporexia, pérdida de peso, hepatomegalia, esplenomegalia, compromiso 
pulmonar y neurológico, con o sin linfadenopatias y lesiones cutáneas 
patognomónicas de siembra a distancia, localizadas o generalizadas y con 
expresión variable, desde pápulas moluscoides, nódulos, abscesos, úlceras 
hasta paniculitis. Pueden presentarse úlceras o nódulos en las mucosas y 
afectación de otros órganos como corazón, glándulas suprarrenales, 
intestino, ojo, cerebro, meninges y médula ósea [13-15,43-46,51-53]. 
15 
 
Entre los hallazgos de laboratorio más relevantes se encuentran alteraciones 
del hemograma con pancitopenia o bicitopenias, elevación de la velocidad de 
sedimentación globular(VSG), ferritina, alteración de enzimas hepáticas, y 
elevación de la Deshidrogenasa Láctica (LDH). Los dos últimos hallazgos 
sumados a la saturación de oxígeno, urea, creatinina y hemoglobina, están 
relacionados con severidad y mal pronóstico. Se deben establecer 
diagnósticos diferenciales con las otras MPS, TBC y leishmaniasis visceral, 
entre otras [43-46,51-57]. 
El diagnóstico micológico se basa en estudios histopatológicos con 
coloraciones como Giemsa, Wright-Giemsa, Gomori-Grocott, Mucicarmin de 
Mayer, ácido periódico de Schiff (PAS) y Hematoxilina-Eosina (H-E), así 
como en la realización de técnicas para la determinación de Ags por ELISA o 
Acs, y finalmente cultivos y pruebas de biología molecular. El examen directo 
o con coloraciones de muestras respiratorias o fluidos es de poca utilidad 
aunque es muy específico, ya que las levaduras son muy pequeñas e 
intracelulares, pudiendo pasar inadvertidas o ser confundidas con artefactos, 
si el observador no tiene experiencia. El cultivo es el estándar de oro para el 
diagnóstico y la médula ósea tiene un alto rendimiento [13-15, 46,51-55]. 
Los antimicóticos de elección utilizados en el tratamiento son anfotericina B 
desoxicolato o liposomal en las formas de presentación severa e itraconazol 
en las no complicadas [51-54]. 
16 
 
B) Paraoccidioidomicosis 
Es una ME de América, distribuida desde México a Sur América, descrita por 
primera vez en Brasil por Adolf Lutz in 1908. Es la más común en 
Latinoamérica en la población general, con un 80% de los casos en Brasil, 
donde se considera un problema de salud pública, seguido por Venezuela y 
Colombia [59,60]. 
Está restringida a zonas húmedas de Latinoamérica, se sitúa entre los 300º 
de latitud Sur y 340º latitud Norte, con precipitaciones fluviales de 900 a 2000 
mm anuales, temperatura de 17 a 24ºC, altitud de 500 a 1500 m. Su 
distribución geográfica está limitada por los trópicos de Cáncer y de 
Capricornio; se extiende desde el Centro de México hasta Argentina y 
Uruguay. La mayor incidencia se reporta en Brasil, Venezuela, Colombia y 
Argentina donde es endémica. También se han reportado en Ecuador, 
Paraguay, Perú, Uruguay, Guatemala, México, Honduras, Costa Rica, 
Guayana Francesa y Bolivia. En nuestro país, las áreas de mayor 
prevalencia de la enfermedad se encuentran en los estados atravesados por 
cadenas montañosas como la cordillera de los Andes, de la costa, Macizo 
Guayanés y la serranía de San Casimiro. Los estados donde se presentan 
los casos con mayor frecuencia son Aragua, Miranda, Carabobo, Distrito 
Federal, Monagas, Bolívar, Táchira, Lara, Trujillo, Falcón y Portuguesa [60-
61]. 
17 
 
Su nicho ecológico no está bien esclarecido; afecta humanos, monos, ardillas 
y armadillos, es más frecuente en personas que desarrollan actividades que 
impliquen un contacto frecuente con la tierra y suincidencia es mayor en la 
población masculina, entre la segunda y cuarta década de la vida y en 
habitantes de áreas rurales. La baja incidencia en el sexo femenino se debe 
al efecto protector de los estrógenos, que inhiben la transformación del 
hongo a levadura [59-61]. 
La enfermedad es producida por un complejo de hongos termodimorficos del 
género Paracoccidioides, con sus diferentes especies: P. brasiliensis y sus 
especies cripticas PS1, PS2, PS3 y P. lutzii, que tienen una diferente 
distribución geográfica [62,63]. 
En cuanto a su patogenia, las levaduras ingresan al organismo por vía 
inhalatoria, y al llegar al pulmón producen la activación de los macrófagos 
alveolares que tratan de contener la infección; debido al fracaso de los 
macrófagos, ingresan al sistema linfático y luego a la circulación, con 
posterior distribución al sistema retículo endotelial, y de allí se diseminan a 
diferentes órganos y tejidos, con especial afinidad por el pulmón (80-90% de 
los casos), mucosas, piel y glándulas suprarrenales [61,62,64]. 
El período de incubación puede durar desde semanas a varios años y 
produce una primoinfección pulmonar que puede ser asintomática o sub-
clínica, denominada Paraoccidioidomicosis Infección (PI), que puede 
18 
 
evolucionar a Paracoccodiodomicosis Enfermedad (PE), que es sintomática. 
Esta puede presentarse de una forma diseminada progresiva aguda o 
subaguda denominada juvenil, con compromiso pulmonar linforeticular, 
pulmonar linforeticular hepato-esplénico, o manifestarse como la forma 
progresiva crónica del adulto, pulmonar localizada y pulmonar diseminada, 
con afectación multiorgánica, que conlleva a la formación de lesiones 
granulomatosas. Estas formas de presentación culminan en la formación de 
lesiones pulmonares residuales y la recuperación del paciente, pero las 
presentaciones agudas o subagudas pueden ocasionar un deterioro rápido 
del estado general que lleva a la muerte, sobre todo en los pacientes con 
disfunción inmune [60,61,64,65]. 
La afección pulmonar ocurre en 51 a 100% de los pacientes, con presencia 
de infiltrados heterogéneos bilaterales y adenopatías parahiliares. En la 
forma progresiva suelen afectarse los lóbulos inferiores y en las etapas 
tardías se produce una importante fibrosis intersticial que limita 
progresivamente la función respiratoria. Los síntomas respiratorios son 
inespecíficos y son similares a los descritos para histoplasmosis y para otras 
etiologías incluyendo la TBC. Las lesiones de la mucosa bucofaríngea 
aparecen entre el 51 y 82% de los casos, y pueden acompañarse o no de 
manifestaciones pulmonares o sistémicas, con aumento de volumen, 
deformación, formación de nódulos, úlceras o extensas placas elevadas 
moriformes. Las lesiones gingivales son muy frecuentes, extensas y 
19 
 
dolorosas, provocan la pérdida de los dientes, sangrado frecuente, dificultad 
para la masticación y deglución, que se traducen en desnutrición, caquexia y 
muerte. Por extensión pueden afectarse el paladar, faringe, laringe, epiglotis, 
tráquea y la piel peribucal y perinasal. Las formas de presentación 
diseminadas también son similares a las planteadas para histoplasmosis y 
TBC, aunque se presenta con mayor frecuencia la afectación ósea, 
suprarrenal y del sistema nervioso central (SNC) [61,64-67]. 
En los pacientes con infección por VIH la Paraoccidioidomicosis es la 
segunda en frecuencia entre las ME y su expresión depende del grado de 
inmunosupresión. La forma de presentación severa se traduce como 
infección oportunista y marca la definición de SIDA. En el 60% de los casos 
cursa con fiebre prolongada, desgaste orgánico, linfadenopatía generalizada, 
hepato-esplenomegalia, enfermedad de Addison y manifestaciones cutáneo-
mucosas. En estos pacientes la serología para hongos, por inmunodifusión 
radial doble, por lo general es negativa. Se plantea que los pacientes podrían 
tener algún grado de protección si reciben profilaxis con 
Trimetoprim/Sulfametoxazol (TMP/SMX) para P. jirovecii [61,64-70]. 
El diagnóstico micológico incluye el examen directo de muestras respiratorias 
y fluidos orgánicos con Hidróxidode Potasio (KOH) más tinta Parker, y 
estudios histopatológicos con coloraciones (Giemsa, Wright-Giemsa, Gomori-
Grocott, Mucicarmin, PAS y H-E). Los hallazgos microscópicos se basan en 
la observación de levaduras esféricas u ovales de doble pared, 
20 
 
anisométricas, de 19 a 30 μm de diámetro, con gemación múltiple que 
pueden simular la imagen conocida como:“rueda de timón”, acompañada de 
la observación de una respuesta tisular de tipo granulomatosa. La 
visualización de la estructura fúngica es orientadora del diagnóstico, pero 
deben realizarse los cultivos en los medios sintéticos correspondientes, 
contemplando la incubación a las temperaturas de 28 y 3 ºC, para demostrar 
su naturaleza dimorfo-termal. El diagnóstico serológico se basa enla 
determinación de Acs por Inmunodifusión Doble en gel de agarosa (IDD), 
utilizando el Ag específico gp43, donde se establece que títulos mayores o 
iguales a 1:32 se relacionan con gravedad y mal pronóstico. Además, en 
pacientes muy inmunosuprimidos se pueden presentar falsos negativos. 
Otras pruebas incluyen la determinación de Ags por ELISA y pruebas de 
biología molecular [61,64,65,67]. 
Los diagnósticos diferenciales se plantean con TBC, histoplasmosis, 
coccidioidomicosis, leishmaniasis, linfoma de Hodgkin, enfermedad de 
Wegener, carcinomas, actinomicosis, rinoscleroma y cromoblastomicosis, 
entre otras [61,64,65,67]. 
Los antimicóticos de elección utilizados en el tratamiento son anfotericina B 
desoxicolato o liposomal en las formas de presentación severa, y el 
itraconazol en las no complicadas; el TMP/SMX fue una opción útil en el 
pasado, pero su toxicidad y largo periodo de tratamiento limitan su 
prescripción ante las nuevas opciones. En ocasiones se requiere terapia 
21 
 
supresiva de larga duración o de por vida. Los nuevos azoles (voriconazol y 
posaconazol), han demostrado una excelente actividad antifúngica contra 
este hongo [61,64,65,72]. 
C) Coccidioidomicosis 
Es una ME producida por dos especies de hongos dimorfotermales que 
pertenecen al género Coccidioides, conocidos como Coccidioides immitis y 
Coccidioides posadasii. Estas especies fenotípicamente idénticas, pero 
genéticamente distintas, habitan en zonas geográficas diferentes pero 
causan la misma entidad clínica. Esta diferencia en la distribución geográfica 
puede estar relacionada con la composición química de los suelos. Fue 
descrita por primera vez por Alejandro Posadas, en Buenos Aires en el 
año1892 [73-76]. 
Es la micosis con afectación pulmonar más frecuente y grave en los Estados 
Unidos, con 150.000 casos aproximadamente por año y es también conocida 
como Fiebre del Valle de San Joaquín. Es endémica en países como 
Estados Unidos, México, Honduras, Nicaragua, Guatemala, Costa Rica, 
Colombia, Brasil, Bolivia, Paraguay, Argentina, y en Venezuela es la tercera 
micosis endémica, ubicada geográficamente en los estados Falcón, Lara y 
Zulia. En estos países las tasas de infección aumentan durante los meses 
más secos del año [73,75-79]. 
22 
 
La distribución geográfica de la enfermedad en el continente americano está 
restringida a climas áridos o semiáridos, con pocas precipitaciones (150 - 500 
mm/año), baja altitud y el hongo puede encontrarse hasta 30 cm de 
profundidad en suelos arenosos con alto contenido de sales, pH alcalino y 
vegetación escasa y cactáceas. Las especies de Coccidioides están 
asociadas con pequeños mamíferos; el agente causal podría encontrarse en 
sus cuevas desarrollándose en forma de hifas en el medio ambiente. La 
reproducción asexual en las hifas produce artroconidias, que pueden ser 
inhaladas por los mamíferos y los humanos, causando una infección 
pulmonar primaria [76-78]. 
Estas artroconidias llegan al tejido pulmonar y aumentan de diámetro para 
convertirse en esférulas, en las que se desarrollan endosporas que luego 
maduran. Al romperse dichas esférulas se liberan y difunden sus endosporas 
a otros tejidos; cada endospora a su vez se va a transformarse en una nueva 
esférula y va a albergar la próxima generación de endosporas en un 
continuado y complejo ciclo. De esta forma se activan los macrófagos y se 
originan granulomas epitelioides compactos, que circunscriben la infección, 
eliminando muchos microorganismos y frenan la progresión de la micosis. En 
la mayor parte de los infectados la coccidioidomicosis se autolimita y cura, 
dejando sólo focos pulmonares o ganglionares con granulomas epitelioides, 
fibrosis y calcificaciones, en las que pueden encontrarse escasas esferas 
viables. En los casos graves, la inmunidad adaptativa mediada por células 
23 
 
fracasa, se forman granulomas epitelioides laxos y la enfermedad progresa 
[73,79-81]. 
La coccidioidomicosis afecta a personas sin distinción de edad o raza, es 
más frecuente en hombres y está relacionada a exposición ocupacional y/o 
recreativa: agricultores, arqueólogos, militares, deportes y viajes. Es 
sintomática en el 40% de los casos y tiene una forma de presentación 
predominantemente pulmonar primaria (98%). Las otras expresiones clínicas 
incluyen la primaria cutánea por inoculación traumática y las formas 
secundarias pulmonares y secundarias diseminadas, que a su vez pueden 
clasificarse en simple o multiorgánica con afectación meníngea, ósea, 
cutánea crónica y generalizada. Existen factores de riesgo relacionados con 
presentaciones severas como edad avanzada, embarazo, enfermedad 
cardiopulmonar, SIDA, diabetes y otras enfermedades debilitantes o 
tratamiento con inmunosupresores. Las manifestaciones clínicas dependen 
de la severidad de la infección y de los órganos comprometidos, teniendo 
una expresión similar a las otras ME, TBC y a otras enfermedades con 
afectación multiorgánica, con las que hay que establecer diagnósticos 
diferenciales [78-82]. 
En los pacientes con SIDA, la coccidioidomicosis es también reconocida 
como un ainfección oportunista, que puede tener formas de presentación 
severas y fatales en pacientes con franco deterioro del sistema inmune, 
aunque su incidencia y gravedad han disminuido en los EEUU por el uso del 
24 
 
TARGA. La forma de presentación más frecuente es la diseminada con 
afectación pulmonar miliar, linfadenopatías, afectación hepática, 
diseminación a piel y eventualmente a SNC [72,83-86]. 
El diagnóstico se establece con la observación directa, a través de un 
examen al fresco con KOH y tinta Parker, de las estructuras fúngicas 
(esférulas de 10-80 micras con pared doble retráctil) en las muestras 
respiratorias, fluidos orgánicos y mediante los estudios histopatológicos con 
coloraciones (Giemsa, Wright-Giemsa y Gomori-Grocott),acompañado de la 
observación de la respuesta tisular granulomatosa con H-E. La visualización 
de las estructuras fúngicas orientan el diagnóstico. Los cultivos deben 
realizarse en laboratorios especializados de nivel de seguridad 3, en vista del 
riesgo biológico. El diagnóstico serológico se basa enla determinación de Acs 
específicos por IDD, determinación de Ags por ELISA y pruebas de biología 
molecular. El tratamiento de las formas severas es con formulaciones de 
anfotericina B; en los casos diseminados sin afectación meníngea se 
recomienda itraconazol y en las no meníngeas el fluconazol [72,83-86]. 
D) Neumocistosis 
Es una MPS producida por Pneumocystis jirovecii, descrito por primera vez 
por Carlos Chagas en Brasil en 1909. Es un hongo oportunista, ubicuo, 
unicelular, extracelular y con marcado estenoxenismo, que está distribuido a 
nivel mundial, se adquiere por vía inhalatoria, infecta al hombre desde 
25 
 
edades tempranas y se transmite de persona a persona. Es más frecuente 
en los pacientes con alteraciones de la inmunidad celular y humoral, donde 
se incluye la afectación de los macrófagos alveolares [8,17,33,38]. 
Es una de las infecciones más complicadas que se presenta en los pacientes 
inmunocomprometidos y es la segundamicosis oportunista en pacientes con 
SIDA. Su incidencia ha disminuido con el TARGA y la profilaxis con 
TMP/SMX, sin embargo su mortalidad se mantiene entre 20-30%. La forma 
de presentación clínica predominante de la neumocistosis es la pulmonar en 
un 95% de los casos y en menor proporción las extrapulmonares, con 
afectación de ganglios, hígado, bazo, médula ósea, gastrointestinal, tiroides, 
riñón, suprarrenales, corazón, cerebro, ojo y oído. Las manifestaciones 
respiratorias son inespecíficas y con diferentes grados de severidad, 
dependiendo del contaje de LTCD4+. La neumonía severa aguda y 
progresiva es la forma clínica más frecuente y se caracteriza por tos seca, 
fiebre y disnea progresiva, que lleva a un síndrome de distress respiratorio 
agudo fatal. Cuando evoluciona de forma lenta puede expresarse como un 
síndrome febril prolongado, con pérdida de peso, hiporexia, fatiga y síntomas 
respiratorios [8,17,33,88]. 
Los hallazgos de laboratorio no son específicos y dependen del tiempo de 
evolución de la enfermedad. Los más frecuentes se relacionan con la 
disfunción respiratoria como hipoxemia, alcalosis respiratoria, aumento de 
LDH y de manera eventual los asociados a afectación de otros órganos como 
26 
 
alteración del hemograma, enzimas hepáticas, tiroideas y niveles de cortisol. 
Los estudios radiológicos presentan infiltrado difuso bilateral, reticular o 
nodular y en menor proporción compromiso focalizado o unilateral, con 
lesiones nodulares o cavitarias. También se pueden apreciar bulas y 
neumotórax [8,17,33,88]. 
P. jirovecii difícilmente se desarrolla en cultivos celulares y no es cultivable 
en medios sintéticos, por lo que el diagnóstico se basa en la observación 
directa del microorganismo en muestras respiratorias, obtenidas por esputo 
inducido o preferiblemente por lavado broncoalveolar (LBA) y biopsia 
transbronquial (BTB), utilizando coloraciones especiales como Giemsa, azul 
de toluidina, plata metenamina o mediante técnicas de fluorescencia 
conblanco calcoflúor y uso de Acs monoclonales o policlonales específicos 
que mejoran la Sensibilidad (S) y Especificidad (E) de esta técnica, que varía 
entre 90 y 95%, dependiendo del tipo de muestra clínica. Además, se utilizan 
coloraciones histológicas como la H-E para la visualización de la respuesta 
tisular característica, como es el exudado intra-alveolar espumoso, con 
respuesta inflamatoria intersticial crónica y eventualmente nodular, 
necrotizante, bulosa, fibrótica o granulomatosa. También se utilizan pruebas 
moleculares tipo PCR anidada, con un alto rendimiento diagnóstico. 
[8,17,33]. 
Las formas de presentación de la histoplasmosis y la neumocistosis pueden 
ser similares y pueden derivar en errores diagnósticos. Ambas pueden tener 
27 
 
presentaciones pulmonares y extra-pulmonares, pudiendo evolucionar de 
forma aguda, sub-aguda o crónica, dependiendo del estado inmunitario del 
paciente y de la magnitud del inoculo. También se pueden presentar 
infecciones por ambos microorganismos al mismo tiempo y coinfecciones con 
otros agentes [33,38,39,45,88]. 
Cuando los síntomas predominantes son respiratorios, se presenta una 
clínica inespecífica y con diferentes grados de severidad. Las infecciones 
rápidamente progresivas que llevan a la insuficiencia respiratoria son 
potencialmente fatales, por lo que se requiere de un diagnóstico clínico 
rápido y acertado, que lleve a decisiones adecuadas tanto en la metodología 
diagnóstica como en el tratamiento. Otro de los retos es realizar los 
diagnósticos diferenciales con otras patologías e infecciones que tienen 
formas de presentación similar [33,34,43,45]. 
El tratamiento de elección es TMP/SMX combinado con dapsona por 21 días, 
y debe acompañarse con leucovorina para prevenir la supresión medular y 
con prednisona en caso de niveles bajos de PO2 (<70mmHg). Las 
alternativas incluyen combinaciones de primaquina con clindamicina 
[33,34,43,45]. 
E) Criptococosis 
Es una MPS oportunista producida por levaduras encapsuladas de origen 
exógeno pertenecientes al complejo Cryptococcus, descrito por primera vez 
28 
 
por Sanfelice 1894 en Italia. Las especies descritas se clasifican como 
Complejo Cryptococcus neoformans (C. neoformans var.neoformans serotipo 
D y C. neoformans var. grubii serotipo A, relacionados con infecciones en 
pacientes inmunocomprometidos, además de los serotipos híbridos AD) y 
Complejo Cryptococcus gattii (C. gattii serotipos B y C, asociados a 
infecciones en inmunocompetentes) [89-91]. 
C. neoformans var. grubii / neoformans, tienen una distribución mundial, sus 
reservorios son las aves y se han aislado del suelo enriquecido con los 
excrementos de aves y madera en descomposición. En contraste, la 
distribución en la naturaleza para C. gattii esta geográficamente restringida a 
las regiones tropicales y subtropicales, asociada con árboles específicos 
representados por especies de Eucalyptus, Moquilea tomentosa, 
Cassiagrandis, Ficus microcarpa y Terminalia catappa [90-92]. 
La criptococosis predomina en zonas urbanas o rurales, se presenta a 
cualquier edad y con un ligero predominio en varones con VIH. Es una de las 
micosis más prevalentes e importantes a nivel mundial, constituye una 
importante causa de infección micótica del SNC y su incidencia es de un 50% 
en los pacientes con SIDA, aunque también se presenta en otros grupos 
poblacionales de riesgo como pacientes oncológicos, trasplantados, 
diabéticos y con enfermedades autoinmunes [90,92-94]. 
29 
 
Los seres humanos se infectan por la inhalación de las basidiosporas 
presentes en el medio ambiente (15-20micras), que ingresan principalmente 
al pulmón y que en 95% de los casos provoca una primoinfección pulmonar 
que puede pasar inadvertida y de manera asintomática en el hospedero 
inmunocompetente, no así en el inmunocomprometido. También se describe 
la forma primaria cutánea por inoculación traumática [92-94]. 
En los pacientes inmunocomprometidos ocurre la diseminación hemática a 
diferentes órganos, con especial preferencia para invadir el SNC debido al 
importante neurotropismo, en vista que utiliza la dopamina como sustrato. 
Además, puede afectar pulmón, piel, hueso y otros órganos. Esta invasión se 
ve facilitada por los múltiples e importantes factores de patogenicidad, entre 
los cuales se describen la producción de cápsula, melanina, ureasa, lacasa y 
fosfolipasas. La infección tiene un periodo de incubación variable y puede 
tener un curso subagudo o crónico, con afectación sistémica y formación de 
lesiones granulomatosas, que además tiene una alta mortalidad sin 
tratamiento [95-98]. 
En los pacientes con SIDA las manifestaciones pulmonares son raras, hay 
predominio de afectación del SNC en un 60% de los casos, además de 
diseminación a hígado, riñón, próstata, hueso, articulaciones, ojo y piel. Las 
manifestaciones clínicas que predominan son fiebre, cefalea holocraneana, 
cambios neurológicos, convulsiones, signos de irritación meníngea, 
trastornos de la visión y de la marcha. Las manifestaciones pulmonares y 
30 
 
sistémicas son similares a las descritas en otras micosis diseminadas. Las 
lesiones en piel se presentan en un 15% de los casos, tienen expresión y 
extensión variable, con predominio de pápulas, pústulas y nódulos. Los 
estudios radiológicos de tórax y cráneo no permiten orientar el grado de 
afectación y el pronóstico. La criptococosis extrapulmonar se clasifica como 
definitoria de SIDA desde 1996 y tiene alta mortalidad (>55%) aún con 
tratamiento. Se describen como factores de mal pronóstico la alteración 
neurológica, hepatomegalia, un examen directo del Líquido Cefalorraquídeo 
(LCR) con tinta china positivo y la diseminación extra SNC [95-99]. 
El diagnóstico micológico se basa en el examen directo con Tinta China (TC) 
del LCR para la visualización de las levaduras encapsuladas con una S de 
hasta 88%,la determinación del Ag capsular por la técnica de aglutinación 
con partículas de látex (Cryptolátex –CL-) en el LCR y sangre (S=99%), el 
cultivo y las pruebas de susceptibilidad a los antifúngicos. También son 
importantes los estudios histopatológicos con coloraciones especiales como 
Mucicarmín de Mayer para la observación de las estructuras fúngicas y la 
reacción tisular, y otras pruebas como la determinación de Ags séricos por la 
técnica de flujo lateral como prueba pantalla (Lateralflow), Acs por técnicas 
de ELISA, y el uso de las técnicas de biología molecular por PCR [95-100]. 
El tratamiento de las formas severas y con afectación del SNC es con 
formulaciones de anfotericina B combinadas con flucitosina, con un cambio 
posterior, a la acumulación de una dosis de 1500 a 2000 grs, a fluconazol. 
31 
 
También se describe tratamiento inicial con fluconazol en presentaciones 
menos graves [99,100]. 
F) Candidiasis 
Es la MPS oportunista primaria o secundaria más frecuente en el humano. 
Tiene una distribución mundial, no tiene predilección por sexo, edad, ni grupo 
étnico, es producida por levaduras endógenas del género Candida, 
especialmente C. albicans (50-60%), aunque en los últimos años esta se ha 
visto desplazada por otras especies, sobre todo en infecciones invasoras, las 
cuales han alcanzado una gran importancia desde el punto de vista 
epidemiológico. Las especies del género que actualmente tienen mayor 
impacto clínico, ya que producen el mayor porcentaje de infecciones y han 
tenido cambios en la susceptibilidad a los antifúngicos, son C. albicans, C. 
tropicalis, C. parapsilosis, C. glabrata, C. krusei, y en menor proporción C. 
guilliermondii, C. famata y C. pelliculosa. Estos hongos forman parte de la 
microbiota normal del ser humano, con diferentes porcentajes según la 
especie y la localización corporal. Son oportunistas y se convierten en 
patógenos cuando se producen alteraciones de la inmunidad celular o 
cambios en el equilibrio normal de la flora bacteriana [102-105]. 
La candidiasis es considerada una de las infecciones oportunistas más 
frecuentes en pacientes inmunocomprometidos. Posee una amplia variedad 
de manifestaciones clínicas, que van desde las infecciones superficiales de 
32 
 
piel, mucosas y uñas, hasta las más profundas con invasión de tejidos y 
diseminación sanguínea, con siembra a diferentes órganos como corazón, 
hígado, ojo, riñón, cerebro y pulmón, denominada Candidiasis Invasora (CI). 
El tiempo de incubación es desconocido y la evolución puede ser aguda, 
subaguda o crónica. Su incidencia ha aumentado en los últimos años a nivel 
mundial, en vista de los avances tecnológicos y terapéuticos, que han 
mejorado la sobrevida de los pacientes críticos. Su forma de presentación y 
severidad están relacionados con el grado de quimio-inmunosupresión, 
antibioticoterapia de amplio espectro y los procedimientos invasivos en las 
Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), entre otros [102-106]. 
La CI se mantiene en la actualidad como una patología con importante morbi-
mortalidad, tanto en la población adulta como en los neonatos, 
predominantemente en los pacientes con enfermedad crítica. Es frecuente en 
los pacientes con cáncer, predominantemente en los oncohematológicos 
posterior al tratamiento con quimioterapia y que cursen con neutropenia. 
Estos pacientes pueden presentar candidemia con siembra a distancia y una 
posterior candidiasis hepato-esplénica. Otros factores de riesgo para CI son 
la antibioticoterapia prolongada de amplio espectro, cirugía abdominal, 
nutrición parenteral intravenosa, tiempo de hospitalización en UCI, 
colonización por otras especies de Candida, tratamiento prolongado con 
esteroides, con catéter vascular, diabéticos y con otros estados de 
inmunocompromiso [102,105,107-109]. 
33 
 
Estos factores de riesgo se pueden cuantificar por medio de tablas de 
puntuación (Candida Score) para establecer el riesgo de CI en estos 
pacientes. Dentro de las complicaciones más importantes de la CI se 
encuentran la endoftalmitis y la endocarditis, que son de difícil tratamiento y 
por ende deben ser precozmente planteadas como opción diagnóstica, para 
poder evaluar y efectuar los métodos diagnósticos adecuados [109-111]. 
En los pacientes con SIDA, la candidiasis se mantiene con una alta 
morbilidad; sin embargo, ha venido en descenso con el advenimiento y el 
desarrollo progresivo del TARGA. Las formas de presentación en estos 
pacientes depende del grado de inmunocompromiso. Las manifestaciones 
clínicas más frecuentes son Candidiasis Orofaríngea (COF),Candidiasis 
Esofágica (CE) y Candidiasis Vulvo-vaginal (CVV), y en menor proporción la 
afectación de piel y uñas. La CI es menos frecuente y está relacionada con 
otros factores de riesgos asociados. La COF es un importante marcador de 
inmunodeficiencia y ayuda al diagnóstico precoz de la infección por el VIH. 
Presenta varias formas clínicas: hipertrófica, eritematosa, pseudo-
membranosa o queilitis angular. Suele ser asintomática o presentar signos 
leves o moderados, solos o en combinación, tales como dolor, disgusia y 
odinofagia. La CE es la causa más frecuente de disfagia en pacientes con 
SIDA y se asocia casi siempre con COF. La CVV es frecuente en las 
pacientes con SIDA y por lo general es recurrente o refractaria [48,112]. 
34 
 
El diagnóstico de las infecciones de las mucosas se basa prácticamente en el 
reconocimiento clínico de las lesiones (eritema con lesiones blanquecinas, 
lengua despulida, eritema y laceración de los ángulos de la boca) y solo se 
realiza el diagnóstico micológico en caso de infecciones recurrentes o 
refractarias. En el caso de CI, es imprescindible la toma de muestras de 
tejido para establecer el diagnóstico, en base a la visualización de las 
estructuras fúngicas (blastoconidias, pseudohifas) y la reacción tisular con las 
coloraciones histopatológicas, además de la realización de cultivos de tejido 
y hemocultivo, para posterior identificación del género y especie de la 
levadura y la realización del antifungigrama. En la actualidad se describe la 
utilidad de la PCR y los biomarcadores (Ags, Acs) y se descarta la utilización 
de muestras respiratorias para el diagnóstico de CI [10-12,114,115]. 
El tratamiento de la infecciones no complicadas es con fluconazol u otros 
azoles. Se puede utilizar tratamiento tópico con nistatina o clotrimazol. 
Cuando se trata de CI se debe iniciar con equinocandinas o anfotericina B, 
hasta tener los resultados de identificación y sensibilidad que nos permitirán 
la descalación o no a fluconazol. Está descrito el tratamiento precoz y el 
tratamiento supresivo prolongado. No se recomienda la profilaxis primaria 
[48,107,116]. 
 
 
35 
 
Otras Micosis 
Existen otras micosis como la aspergilosis, fusariosis e inclusive la 
zigomicosis, cuyas frecuencias son bajas a pesar de la severidad de la 
inmunosupresión de estos pacientes. Las características clínicas son 
variadas e inespecíficas. Pueden comportarse como enfermedades invasoras 
(Invasive Fungal Infection –IFI-) y su curso suele ser fatal [4,48,107,117-
120,124-127]. 
Diagnóstico de las micosis 
Es imprescindible tomar en cuenta los aspectos clínico-epidemiológicos para 
una adecuada orientación médica desde el inicio de la evaluación de los 
pacientes con infecciones fúngicas, ya que las manifestaciones clínicas son 
inespecíficas y en muchas ocasiones las micosis son los diagnósticos menos 
pensados. En el caso de los pacientes con infección VIH/SIDA, se debe 
establecer la severidad de la enfermedad y los criterios diagnósticos de la 
patología fúngica, para realizar las acciones necesarias que permitan 
optimizar el diagnóstico y el tratamiento [6,10-15,48,107,112]. 
El estudio histopatológico es una importante herramienta para la orientación 
diagnóstica de múltiples patologías. En el caso de las micosis, permite 
evaluarel tipo de respuesta celular, además de la visualización de las 
estructuras fúngicas, lo que constituye un aporte relevante en el diagnóstico 
36 
 
precoz, en la espera de los resultados de los estudios micológicos 
convencionales [20,126-128]. 
Los estudios micológicos se mantienen como base para establecer el 
diagnóstico etiológico y la realización del cultivo en la mayoría de los casos 
es fundamental y constituye la prueba de oro [10-15,107,112]. 
El tiempo de espera para los resultados de los estudios histopatológicos y de 
cultivos suelen ser de días a semanas, de allí la relevancia de la orientación 
diagnóstica clínica y su correlación con los resultados de las biopsias y los 
cultivos, para asegurar el éxito terapéutico [20,107,112,126-130]. 
 
 
37 
 
OBJETIVOS 
 
Objetivo general 
Analizar la relación entre el diagnóstico clínico de las micosis profundas 
sistémicas con los resultados de los cultivos y biopsias en pacientes con 
SIDA. 
 
Objetivos específicos 
1. Describir las características demográficas, epidemiológicas, formas de 
presentación clínica y desenlace. 
2. Clasificar los diagnósticos clínicos y hallazgos paraclínicos con énfasis en 
carga viral del VIH, niveles de linfocitos T ayudadores (LTCD4+), reportes 
de cultivos, hallazgos radiológicos, resultados por técnicas moleculares e 
inmunológicas y el estudio histopatológico. 
3. Determinar la relación entre el diagnóstico clínico y la demostración 
histopatológica y por cultivos de MPS en pacientes con SIDA. 
 
 
38 
 
METODOLOGÍA 
 
Diseño. Se realizó un estudio de casos, analítico, retrospectivo y polietápico. 
Población. Todos las historias de pacientes con SIDA y MPS hospitalizados 
en el Servicio de Infectología del Hospital Universitario de Caracas (HUC). 
Muestra. No probabilística de selección intencional, donde se incluyen a 
todos los pacientes de cualquier género atendidos en el Servicio de 
Infectología del HUC entre los años 2010 al 2015. 
Criterios de inclusión 
 Pacientes mayores de 13 años e historia clínica documentada con 
diagnóstico presuntivo de MPS, que tengan reporte de anatomía 
patológica y/o estudio micológico realizado. 
Criterios de exclusión 
 Ausencia de criterio micológico de enfermedad fúngica. 
 Tratamiento empírico con antifúngicos 
 Pacientes que ingresaron a otros servicios, pacientes pediátricos y 
aquellos que abandonaron la institución. 
Recolección de datos. Una vez autorizada la revisión de las historias y los 
resultados en las diversas instancias, se procedió a cumplir cada etapa: 
39 
 
Etapa 1: Se realizó la revisión de las historias clínicas del Servicio de 
Infectología del HUC de los pacientes con SIDA que tenían como 
diagnósticos de ingreso histoplamosis, paracoccidioidomicosis, 
coccidioidomicosis, neumocistosis, criptococosis y candidiasis. 
Etapa 2: Se revisaron los reportes de biopsias en los sistemas automatizados 
del servicio de informática del Instituto de Anatomía Patológica de la 
Universidad Central de Venezuela entre los periodos descritos, de todos 
aquellos pacientes con SIDA y diagnóstico anatomopatológico de MPS y su 
descripción tisular. 
Etapa 3: Se recolectaron los datos de diagnóstico positivo por cultivo de 
MPS, mediante la revisión de los reportes del Laboratorio de Micología del 
HUC y/o del Departamento de Micología del Instituto Nacional de Higiene 
“Rafael Rangel”. 
Las etapas 2 y 3 se restringieron a los pacientes con historia clínica del 
servicio de Infectología del HUC. 
Los datos obtenidos se recolectaron en un formulario diseñado para este 
estudio (Anexo 2) y posteriormente fueron exportados al programa Excel 
para la elaboración de la base de datos. 
Análisis estadístico. Se realizó el análisis descriptivo mediante frecuencia y 
porcentajes, medidas de tendencia central (media, mediana y moda) y 
medidas de dispersión (rango, valores mínimo y máximo, desviación 
40 
 
estándar). Además, se realizó el análisis inferencial mediante Chi cuadrado 
(X2) y prueba exacta de Fisher de dos colas para la determinación de la 
relación entre variables cualitativas, y la prueba de U Mann Whitney para 
variables independientes no paramétricas, con un 95% de intervalo de 
confianza y valores de p < 0,05 fueron considerados significativos. Para los 
análisis se utilizó el programa SPSS versión 22 para Windows. 
Limitaciones del estudio. Las limitaciones encontradas en el estudio fueron 
las inherentes a los problemas de la búsqueda de historias por parte del 
personal del Servicio de Historias Médicas del HUC, ya que en muchos 
casos los pacientes se encontraban en la consulta o las historias estaban 
extraviadas, sumado a las limitaciones en la cantidad de personal disponible. 
Por otra parte, también se presentaron problemas relacionados con fallas en 
los reportes de resultados y de otros datos en las historias, lo cual dificultó la 
obtención de la información. 
Aspectos éticos. Este trabajo se realizó de forma retrospectiva por lo que no 
se requirió el consentimiento informado. No obstante, se cumplieron todos los 
aspectos de la bioética médica incluyendo el respeto al secreto médico. Los 
datos obtenidos serán utilizados solamente para esta investigación y no 
serán divulgados para otros fines; es decir, se mantiene el anonimato y se 
presentan los datos como un todo, para eliminar así la posibilidad de vulnerar 
el secreto médico. 
41 
 
RESULTADOS 
De la revisión general realizada en el Servicio de Historias Médicas del HUC, 
se obtuvo un total de 358 registros de pacientes con los diagnósticos de 
SIDA y MPS, que ingresaron al Servicio de Infectología entre los años 2010 
al 2015, de los cuales se encontraron en los archivos 180 historias. De éstas 
se excluyeron 10 por no reunir los criterios (pacientes ingresados a otros 
servicios, pacientes pediátricos y abandono de la institución), y se incluyeron 
25 reingresos, para alcanzar un total de 195 historias a ser analizadas y que 
constituyeron la muestra final (Anexo A). 
En cuanto a la edad, se encontró una media de 36,2 ± 11,95, mediana de 35 
y un rango entre los 18 a 65 años. El género predominante fue el masculino 
con 137 casos (70,3%). 
Las ocupaciones de los pacientes fueron: comerciante y trabajo del hogar 
con 18 casos cada uno (9,2%), seguidos de estudiante con 11 casos (5,6%), 
peluquero y albañil 10 casos cada uno (5,1%), obrero 7 casos (3,6%), 
vendedor 6 casos (3,1%), manicurista, cajero y operador con 5 casos cada 
uno (2,6%), mecánico, chofer, camionero, mensajero, mesonero y vigilante 
con 4 cada uno (2,1%), oficinista, cocinero y plomero con 3 cada uno (1,5%), 
supervisor, costurera, abogado y mantenimiento con 2 cada uno (1,0%) y 
otras como deportista, profesor, enfermero, optometrista, orientador, 
fotógrafo, conserje, carnicero, pastelero, carpintero, camarero y trabajador 
42 
 
sexual, con 1 caso cada uno (0,5%). Del total de los pacientes, 8 (4,1%) 
estaban desempleados, 38 (19,5%) no tenían descripción de la ocupación y 1 
(0,5%) estaba en condición de calle. 
Sobre las actividades recreacionales, en 59 historias (30,3%) se negaron 
viajes y actividades de riesgo o exposición; 5 pacientes (2,6%) realizaron 
viajes cuyos destinos no fueron descritos, 1 (0,5%) estaba en situación de 
calle y 130 (66,7%) no tenían datos disponibles. 
En cuanto a los hábitos psicobiológicos, 101 pacientes (51,8%) negaron el 
consumo de alcohol, 107 (54,9%) negaron hábitos tabáquicos y 155 (79,5%) 
no consumían drogas ilícitas. 
La procedencia de los pacientes por entidad federal se puede observar en la 
tabla 1, siendo la más frecuente Distrito Capital. 
La distribución de las comorbilidades y coinfecciones de los pacientes se 
describe en la tabla 2. No se encontraron comorbilidades en 156 pacientes. 
El 3,6% presentó combinaciones de comorbilidades y coinfecciones. 
Con respecto al tiempo transcurrido desde el diagnóstico de lainfección por 
VIH, 68 pacientes (34,9%) tenían entre 1 y 5 años con el diagnóstico, 59 
(30,3%) tenían menos de 1 año, 45 (23,1%) entre 6 y 10 años, y 23 pacientes 
(11,8%) tenían más de 10 años de haber sido diagnosticados. El promedio 
de años con el diagnóstico de VIH fue de 4,2, con una mediana de 3 y un 
tiempo máximo 23 años. 
43 
 
Tabla 1. Distribución de la procedencia de los pacientes por entidad federal 
Entidad Frecuencia Porcentaje% 
Distrito Capital 101 51,8 
Miranda 72 36,9 
Vargas 14 7,2 
Aragua 1 0,5 
Carabobo 2 1,0 
Sucre 1 0,5 
Trujillo 1 0,5 
Lara 1 0,5 
No disponible 2 1,0 
Total 195 100,0 
 Fuente: Departamento de Historias Médicas del HUC 
 
 
44 
 
Tabla 2. Distribución de comorbilidades y coinfecciones halladas en los pacientes 
 
Comorbilidades F P (%) Coinfecciones F P (%) 
Sin comorbilidades 156 80,0 Sin coinfecciones 152 77,9 
Asma 15 7,7 Tuberculosis 25 12,8 
Hipertensión Arterial 8 4,1 Toxoplasmosis 7 3,6 
Diabetes Mellitustipo2 5 2,6 Histoplasmosis 5 2,6 
Fibrosis pulmonar 3 1,5 Criptococosis 4 2,1 
Sarcoma Kaposi 2 1,0 Hepatitis B 2 1,0 
Hipotiroidismo 2 1,0 Total 195 100 
Nódulo tiroideo 1 0,5 
Enfermedad Cerebro Vascular 1 0,5 
Trombosis de la vena renal 1 0,5 
Epilepsia 1 0,5 
Total 195 100 
F: Frecuencia. P: Porcentaje. Fuente: Departamento de Historias Médicas del HUC
45 
 
En cuanto al TARGA, 133 pacientes (68,2%) no tenían tratamiento, de los 
cuales 73 (37,4%) nunca lo habían recibido y 60 (30,8%) lo habían 
abandonado; por otra parte 19 (9,7%) refirieron tomarlo de forma irregular. 
La distribución de los pacientes, según las formas de presentación clínica 
primaria al ingreso, se puede observar en la tabla 3, con un predominio de 
los síndromes respiratorios, seguido de fiebre prolongada y de los síndromes 
neurológicos. Algunos pacientes tuvieron combinaciones de formas de 
presentación clínica primaria con esplenomegalia, hepatomegalia, Hepato-
Esplenomegalia (HE), adenomegalias o lesiones en piel y mucosas. 
En la tabla 4 se muestra la distribución de la combinación de síndromes 
clínicos hallados en los pacientes. Del total de los pacientes, 73 (37,4%) no 
tenían combinaciones, 68 (34,9%), tenían combinaciones de formas clínicas 
de presentación, mientras que 45 (23,1%) tenían otro tipo de combinaciones. 
La distribución de las formas clínicas asociadas o secundarias, no referidas 
en los problemas de ingreso, pero descritas posteriormente en la historia, se 
presenta en la tabla 5, donde se evidencia el predominio de la candidiasis 
orofaríngea 96(49,2%). 
 
 
 
46 
 
Tabla 3. Distribución de los pacientes según las formas de presentación 
clínica primaria al ingreso 
Presentación clínica F P (%) 
Síndrome Respiratorio Febril Sub Agudo 69 35,4 
Síndrome Respiratorio Febril Agudo 58 29,7 
Fiebre Prolongada 27 13,8 
Síndrome Respiratorio Afebril Agudo 10 5,1 
Síndrome Respiratorio Afebril Subagudo 6 3,1 
Síndrome Neurológico Afebril Subagudo 6 3,1 
Síndrome Neurológico Febril Sub-Agudo 5 2,6 
Síndrome Neurológico Febril Agudo 3 1,5 
Síndrome Febril Agudo 3 1,5 
Cefalea Febril Sub-Aguda 3 1,5 
Cefalea Febril Aguda 2 1,0 
Disfagia 1 0,5 
Candidiasis orofaríngea 1 0,5 
Síndrome Neurológico Afebril Agudo 1 0,5 
Total 195 100,0 
F: Frecuencia. P: Porcentaje. Fuente Departamento de Historias Médicas del HUC. 
 
 
47 
 
Tabla 4. Distribución de la combinación de síndromes clínicos hallados en 
los pacientes 
Combinaciones F P (%) 
Sin combinación 73 37,4 
RFSA/Hepatomegalia/Adenomegalia 8 4,1 
RFA/Hepatomegalia 6 3,1 
RFA/Lesiones piel 6 3,1 
RFA/Hepatomegalia/Adenomegalia 5 2,6 
RFA/Adenomegalia 5 2,6 
RFSA/Lesiones piel 4 2,1 
RFA/HE/Adenomegalia 2 1,0 
RFSA/Hepatomegalia 4 2,1 
RFA/HE 4 2,1 
RFSA/HE 4 2,1 
FP/RFSA/ Hepatomegalia/ Adenomegalia 4 2,1 
Candidiasis orofaríngea/Disfagia 3 1,5 
RFA/Adenomegalia/Lesiones piel 2 1,0 
RFSA/Hepatomegalia/Lesiones piel 2 1,0 
RFSA/HE/Adenomegalia 2 1,0 
FP/RFSA/HE 2 1,0 
FP/RFSA/Lesiones piel 2 1,0 
RFSA/Hepatomegalia/NSA 2 1,0 
48 
 
FP/RFSA 2 1,0 
RFSA/Hepatomegalia /NA 2 1,0 
RFA/Cefalea 2 1,0 
RFSA/NSA 2 0,5 
RFSA/HE/Lesiones piel 2 0,5 
Otro tipo de combinaciones(una de cada una) 45 23,1 
Total 195 100,0 
Síndrome Respiratorio Febril Sub Agudo (RFSA), Respiratorio Febril Agudo (RFA), Fiebre 
Prolongada (FP), Respiratorio Afebril Agudo (RA), Respiratorio Afebril Subagudo (RSA), 
Síndrome Neurológico Afebril Subagudo (NASA), Neurológico Febril Sub-Agudo (NFSA), 
Neurológico Febril Agudo (NFA), Síndrome Febril Agudo (SFA) y Cefalea Febril Sub-Aguda 
(FSA),Cefalea Febril Aguda (FA), disfagia, Muguet, Neurológico Afebril Agudo (NAA), 
Hepato-Esplenomegalia (HE). 
Fuente: Departamento de Historias Médicas del HUC 
 
49 
 
Tabla 5. Distribución de las formas clínicas asociadas o secundarias halladas 
en los pacientes 
Forma clínica asociada Frecuencia Porcentaje (%) 
Sin forma clínica asociada 44 22,6 
Candidiasis orofaríngea 96 49,2 
Lesiones de piel 22 11,3 
Adenomegalias 19 9,7 
Úlceras mucosa oral 7 3,6 
Síndrome emético 4 2,1 
Disfagia 3 1,5 
Total 195 100,0 
Fuente: Departamento de Historias Médicas del HUC 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
50 
 
Como hallazgo clínico de relevancia, descrito en la historia pero no en los 
problemas de ingreso, se destaca la pérdida de pérdida de peso en 149 
pacientes (76,4%), el síndrome diarreico agudo o crónico en 89 (45,6%), y 
cefalea-migraña en 10 (5,1%). 
En cuanto al egreso todos los pacientes (100%) fueron dados de alta por 
mejoría clínica. 
La distribución de los valores de LTCD4+ y la carga viral del VIH en los 
pacientes con SIDA se muestra en la tabla 6. Se puede apreciar que los 
niveles de LTCD4+ oscilaron entre 1 y 811 células x mm3 (cel/mm3), con una 
media de 63,2 ± 99,4 cel/mm3. La carga viral presentó un rango desde < 20 
hasta > 500000 copias x mm3 (Cp/mm3). Los valores intermedios tuvieron un 
promedio de 257,445 ± 16224,94 copias/mm3 y un rango entre 80 y 2113787 
copias/mm3. El resto de los valores documentados se muestra en la tabla 6. 
 
 
51 
 
Tabla 6. Distribución de los valores de linfocitos TCD4+ y carga viral del VIH 
en los pacientes con SIDA 
 
LTCD4+ (Cel/mm3) Frecuencia Porcentaje (%) 
Valor no reportado 80 41,0 
Menos de 100 77 39,5 
Entre 100 y 200 19 9,7 
Entre 201 y 500 16 8,2 
Mayor de 500 3 1,5 
Total 195 100,0 
Carga viral (Cp/mm3) Frecuencia Porcentaje (%) 
Valor no reportado 95 48,7 
Menos de 1000 11 5,6 
Entre 1000 y 50.000 24 12,3 
De 50.000 a 100.000 8 4,1 
Mayor de 100.000 57 29,2 
Total 195 100,0 
Fuente:Departamento de Historias Médicas del HUC. 
 
 
 
 
52 
 
Al analizar el hemograma, se encontró que el contaje de leucocitos mostró 
una media de 6,5 x 103/µL, con un rango entre 1,1 y 16,6 x 103/µL. 
Predominó el número de pacientes ubicados en el grupo con niveles 
normales entre 4,5 a 11 x 103/µL con 107 casos (54,9%), seguido del grupo 
con menos de 4.500 con 63 (32,3%) y el de más de 11000 con 24 casos 
(12,3%). Este reporte no estuvo disponible en 1 historia (0,51%). El 
porcentaje promedio de neutrófilos fue de 74,5%, con un rango entre 25,7 y 
97,4%. Se encontró que 127 pacientes (65,1%) presentaron valores de 
neutrófilos superiores al 70%, seguido de un grupo de 49 (25,1%) con 
porcentajes entre 50 a 70% y 11 casos (5,6%) con menos de 50%. Los 
linfocitos tuvieron una media de 16%, un rango entre 0 y 54%, un predominio 
de 132 pacientes (67,7%) con menos de 20%, seguido de 53 (27,2%) con 
porcentajes entre 20% y 50% y 1 paciente (0,5%) con más del 50%. No hubo 
reportes en 9 historias (4,6%). 
La hemoglobina (Hb) tuvo una media de 10,4 g/dL, con un rango entre 3,3 y 
15,1 g/dL.En 151 pacientes se encontraron valores entre 6-12 g/dL (77,4%), 
seguido de 39 pacientes (20%) con más de 12 g/dL y 4 pacientes con menos 
de 6 g/dL (2,1%). No hubo reportes en 1 historia (0,5%).

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