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Lyons. ¿De qué trata la historia de la lectura y la escritura?
“Sociedad de la información” en el sentido de que quienes controlan y restringen el acceso al conocimiento en cualquier sociedad controlan así un componente clave del poder. 
En el libro plantea las diferentes condiciones que determinaron el acceso a la comunicación textual y los usos a la que se la sometió. Con foco de interés en el consumidor. Cómo cambió la relación de los lectores con sus textos y cómo esos cambios se vieron influenciados por los desarrollos tecnológicos, económicos, políticos y culturales.
Los conceptos que subyacen a la historia de la lectura
La historia de la lectura se ocupa de todos los factores determinantes de la recepción de textos. Qué leía una sociedad dada, quién leía y cómo.
Los exponentes de la Teoría de la Recepción buscaron al lector en el texto literario mismo, con la teoría de que en cada fragmento de lite se encuentra un lector “implícito” o “oculto”. Las novelas le brindan al lector lineamientos en los cuales pueda basar sus juicios, le generan expectativas y ofrecen pistas destinadas a encender su imaginación. El texto puede abrir diferentes posibilidades interpretativas, lo que supone la participación activa del lector. La presencia del lector (y sus expectativas respecto de una obra de ficción) pueden deducirse entonces a partir del propio texto. Estas ideas carecen de perspectiva histórica. Suponen que los textos literarios son estáticos e inmutables, cuando son reeditados constantemente, y las estrategias editoriales apuntan a un nuevo público. 
Igual a Lyons le importan los lectores reales, no los implícitos. 
La lectura es un proceso creativo. El lector no es un receptáculo vacío en el que se imprime automáticamente la “huella” de lo que lee. Los lectores seleccionan, interpretan, reelaboran y reimaginan lo que leen, así que sus respuestas no son uniformes. El principio de la autonomía del lector es fundamental para la historia de la lectura. Lo relaciona con la caza: toman lo que necesitan y se van sin dejar huella. Así, el lector concreto insinúa sus propios significados y propósitos en el texto de otro. 
El peligro radica en que nos enfrentaremos a una multiplicidad de historias individuales, únicas. Pierre Bourdieu ofrece una mirada sociológica (loquísimo!!) sobre esta cuestión. Dice que el lector llega a un texto con un “capital cultural” acumulado, integrado por dos componentes (el capital económico y el capital cultural) que determinan sus preferencias. E hizo una pregunta ¿Cuáles son las condiciones sociales que determinan el consumo y la apropiación de la cultura? Algunos componentes socioculturales (como el nivel de escolaridad) son determinantes para producir lo que se define como “el gusto” y es una competencia cultural que permite al lector “decodificar” una obra literaria, identificar su estilo, período, género o autor. 
Para Bourdieu la manera en que adquirimos objetos culturales como libros y el modo en que hacemos uso de ellos constituyen en sí mismos signos de clase a través de los cuales nos identificamos con ciertos grupos y nos distanciamos de otros. Según Bourdieu en el proceso de seleccionar y responder ante lo que leemos ejercemos una estrategia de diferenciación y afirmamos nuestra pertenencia a un grupo social o cultural determinado. Los grupos o comunidades sociales comparten un habitus común que determina las prácticas culturales y configura las características comunes de todo un estilo de vida. 
La socio de Bourdieu sobre las prácticas de los consumidores nos recuerda que los lectores no están completamente solos: pertenecen a grupos sociales o “comunidades interpretativas”
(Stanley Fish)Los lectores generan significados como miembros de una comunidad que comparte ciertos supuestos sobre literatura y los elementos que la constituyen. Los miembros de una comunidad lectora comparten un conjunto de criterios para juzgar qué es “buena” o “mala” literatura y otras decisiones del estilo. Lectores específicos pueden pertenecer a varias comunidades lectoras al mismo tiempo. Necesitamos un contexto social. (Robert Darnton) la atribución de significado a los textos es una actividad social. Una experiencia social compartida condiciona el acercamiento al libro. 
Una comunidad lectora puede darse en varios niveles, comparte un bagaje común de imágenes o referencias lites extraídas de una biblio imaginaria común.
Es importante colocar la producción literaria en un contexto socioeconómico. Los historiadores del libro concebían los libros como objetos materiales y comerciales producidos con fines de lucro y lanzados en la búsqueda de lectores, enfatizando el papel de los impresores, editores y libreros que hacían los libros y los acercaban al público. Darnton desarrolló la idea del circuito de comunicación, que se inclinaba ante el autor, pero hacía también hincapié en los productores y en las redes de distribución que le conferían al libro una realidad material y un significado social. El modelo es impreciso en cuanto a cómo los lectores influyen en los editores, pero logra destronar al autor de su papel de creador único. 
El historiador de la lectura intenta dilucidar las relaciones entre el texto en su forma física (libro), el medio por el cual se lo hizo circular y el significado que le asignan sus lectores. 
La historia de la escritura
La expansión de la práctica de la escritura (entiéndase profesionalización) fue posterior al proceso de difusión de la lectura. En el SXIX tuvo lugar una inmensa expansión de la actividad escritora en todos los niveles sociales. De allí que deben analizar el aprendizaje de la escritura paralelamente a la adquisición de las habilidades lectoras. 
Metas y objetivos
La historia de la lectura y la escritura persigue cuatro objetivos principales.
1. encontrar al lector destinatario o al público deseado x el autor y editor. El lector destinatario puede dejar huellas en el texto pero las pistas más claras suelen encontrarse en las estrategias comerciales o editoriales elegidas por el editor para llegar al mercado deseado. En la elección del precio y el formato, en la calidad del papel y la encuadernación, en el tipo de letra y la diagramación, en la presencia o ausencia de ilustraciones y en las tácticas de marketing. 
2. Caza del lector real y sus respuestas. Necesitan consultar las fuentes normativas (presiones, prohibiciones e instrucciones) a través de las cuales las instituciones buscaban canalizar y estructurar la lectura de cada individuo y promover lo que creen que debe leerse. Para encontrar a los lectores de carne y hueso hay que sumergirse en sus autobiografías. 
3. Poner en contexto histórico el encuentro entre el lector y el texto. Los modos en que un texto llega a sus lectores pueden afectar a la manera en que se lo recibe. La forma material del libro es un ingrediente importante a la hora de identificar un mercado y obtener ciertas respuestas de lectura. El bagaje y la cultura de cada lector incidirá tmb en cómo este se apropia del texto. La historia de la lectura será el estudio de cómo el lector atribuye significado a los textos y de las normas y prácticas que determinan cómo entendíamos y utilizábamos la literatura en el pasado. 
4. Demostrar la democratización de las prácticas de escritura en todas sus ramificaciones. Explorar cómo el creciente dominio de la palabra escrita sirvió a los gobiernos y abrió nuevas posibilidades para la comunicación individual. 
Hay varios puntos de inflexión, las revoluciones que se plantean en el libro. 
Una de las primeras fue la invención del códice que reemplazó la escritura en rollo. La invención medieval de la lectura silenciosa. Invención de la imprenta!!!! pero que Lyons considera sobrevalorado (COMO DE DIEGO QUIEN LO HUBIERA PENSADO?¿?¿!¡!¡!¡) 
El S.XIX produjo la cuarta revolución en el ámbito de la lectura y la escritura por la industrialización del libro y del advenimiento de la cultura literaria de circulación masiva. 
La aparición del texto computarizado.

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