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Deleuze-Guattari
Rizoma
En la teoría filosófica de Gilles Deleuze y Félix Guattari, un rizoma es un modelo descriptivo o epistemológico 
La noción está adoptada de la estructura de algunas plantas, cuyos brotes pueden ramificarse en cualquier punto, así como engrosarse transformándose en un bulbo o tubérculo; el rizoma de la botánica, que puede funcionar como raíz, tallo o rama sin importar su posición en la figura de la planta, sirve para ejemplificar un sistema cognoscitivo en el que no hay puntos centrales —es decir, proposiciones o afirmaciones más fundamentales que otras— que se ramifican según categorías o procesos lógicos estrictos
Características generales
la organización de los elementos no sigue líneas de subordinación jerárquica 
cualquier elemento puede afectar o incidir en cualquier otro
El rizoma conecta cualquier punto con otro punto cualquiera, frente al árbol o sus raíces. El árbol como imagen del mundo invoca la lógica binaria y la ramificación dicotómica, incluso en la gramática generativa de Chomsky. Pero de lo que se trata es de ir más allá de esta lógica de la bivalencia que ha tenido prisionero al pensamiento occidental desde hace siglos. 
Principios del Modelo Rizomático
1° y 2° Principios de conexión y heterogeneidad
Cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier otro punto.
Eslabón semiótico = tubérculo aglutinador de actos muy diversos que evoluciona produciendo tallos y raíces.
El rizoma es una unidad heterogénea. En cambio el árbol como imagen del mundo invoca la lógica binaria donde las relaciones entre puntos siempre se obedecen a un orden intrínseco y a una homogeneidad.
La lengua es una realidad esencialmente heterogénea. Un rizoma no cesaría de conectar eslabones semióticos, organizaciones de poder, circunstancias relacionadas con las artes, las ciencias, las luchas sociales. Aglutina actos lingüísticos, perceptivos, mímicos, gestuales, cogitativos…
: «cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier otro, y debe serlo. Eso no sucede en el árbol ni en la raíz, que siempre fijan un punto, un orden» [Deleuze - Guattari 2004: 13].
3° Principio de multiplicidad
El rizoma es siempre multiplicidad que no deja reducirse ni a lo Uno ni a lo Múltiple; no está hecho de unidades, sino de dimensiones asignificantes y asubjetivas, de direcciones quebradas.
Agenciamiento: aumento de dimensiones en la multiplicidad que cambia su naturaleza a medida que aumenta sus conexiones.
Plan de Consistencia de Multiplicidades: cuadrícula que se forma afuera con dimensiones crecientes.
cuando lo mútiple es tratado como sustantivo, multiplicidad, deja de tener relación con lo Uno como sujeto u objeto. Un AGENCIAMIENTO es un aumento de dimensiones en una multiplicidad que cambia necesariamente de naturaleza a medida que aumenta sus conexiones. En un rizoma no hay puntos o posiciones, como ocurre en una estructura, un árbol, una raíz. En un rizoma solo hay líneas.
«en un rizoma no hay puntos o posiciones como ocurre en una estructura, un árbol, una raíz. En un rizoma sólo hay líneas» [Deleuze - Guattari 2004: 14].
4º Principio de rupturas asignificantes
El rizoma está sujeto a las líneas de segmentaridad y de fuga, que siempre apuntan a direcciones nuevas, que pueden ser rotas, interrumpidas en cualquier parte y en cualquier momento y resurgir nuevamente con nuevas alianzas.
Ruptura: alargar, prolongar alternar, variar, quebrar.
Desterritorialización: Ampliar nuestro territorio hasta que logre englobar todo el plan de consistencia en una máquina abstracta.
Un rizoma puede ser roto, interrumpido en cualquier parte, pero siempre recomienza según sus líneas. Todo rizoma comprende líneas de segmentariedad según las cuales está estratificado, territorializado, organizado, significado, atribuido, etc. Pero también líneas de desterritorialización según las cuales se escapa sin cesar. Hay ruptura en el rizoma cada vez que de las líneas segmentarias surge bruscamente una línea de fuga, que también forma parte del rizoma. Estas lineas remiten constantemente unas a otras. Por eso nunca debe presuponerse un dualismo o una dicotomía. Se produce una ruptura, se traza una línea de fuga, pero siempre existe el riesgo que reaparezcan en ella organizaciones que reestratifican el conjunto.  Territorialización, desterritorialización y reterritorialización.
Principio de ruptura asignificante: «frente a los cortes excesivamente significantes que separan las estructuras o atraviesan una» [Deleuze - Guattari 2004: 15].
5º y 6º Principios de cartografía y calcomanía
El rizoma es un mapa que construye.
Mapa: un sistema fundamentalmente abierto y susceptible de recibir modificaciones constantemente; puede ser alterado y adaptado según necesidades o “performance”;
El árbol responde al modelo estructural cuya lógica es del calco y de la reproducción.
El rizoma es un modelo productivo y experimental.
un rizoma no responde a ningún modelo estructural o generativo. Es ajeno a la idea de eje genético o de estructura profunda. No tiene unidad pivotal objetiva.
hacer el mapa y no el calco. El arbol articula y jerarquiza calcos, los calcos son como las hojas del árbol. El mapa se opone al calco. El calco siempre vuelve a lo mismo. El mapa no reproduce un inconsciente cerrado sobre sí mismo, lo construye. El mapa es abierto, conectable en todas sus dimensiones, desmontable, alterable, susceptible de recibir constantemente modificaciones, el rizoma tiene múltiples entradas.
«un rizoma no responde a ningún modelo estructural o generativo» [Deleuze - Guattari 2004: 22].
El rizoma no se deja reducir ni a lo Uno ni a lo Múltiple. Está hecho de dimensiones, o más bien de direcciones cambiantes. No tiene ni principio ni fin, sino un medio por el que crece y desborda. Constituye multiplicidades lineales de n dimensiones, sin sujeto ni objeto, distribuibles en un plan de consistencia del que siempre se sustrae lo Uno (n-1). Una multiplicidad de este tipo no varía sus dimensiones sin cambiar su propia naturaleza y metamofosearse.
Contrariamente a una ESTRUCTURA, que se define por un conjunto de puntos y de posiciones, relaciones binarias entre sus puntos y de relaciones biunívocas entre sus posiciones. El rizoma sólo está hecho de líneas de segmentaridad, de estratificación, como dimensiones, pero también línea de fuga o de desterritorialización. El rizoma no es objeto de reproducción; es una antigenealogía, una memoria corta o antimemoria. Frente a los calcos y todo procedimiento mimético, el rizoma tiene que ver con un mapa que ha de ser producido, construido, siempre conectable, alterable, con múltiples entradas y salidas, con sus líneas de fuga. 
El rizoma es un sistema acentrado, no jerárquico y no significante, definido sólo por una circulación de estados. 
En el rizoma está en juego una relación con la sexualidad, con el animal, con el vegetal, con el mundo, con el libro, con todo lo natural y lo artificial, frente a la relación arborescente. 
Un rizoma está hecho de mesetas. Meseta como región continua de intensidades, multiplicidad conectable con otras por tallos subterráneos superficiales, a fin de formar y extender un rizoma. Escribir un libro como un rizoma... y componerlo de mesetas... mil, por ejemplo. Escribir a dúo, escoger una meseta, trazar líneas aquí y allá, trazar círculos de convergencia. Cada meseta puede leerse por cualquier sitio, y ponerse en relación con cualquier otra. Para lograr lo múltiple se necesita un método que efectivamente lo haga; y no valen habilidades léxicas, ingenio tipográfico, combinación o creación de palabras. Esto sólo son procedimientos miméticos destinados a diseminar o romper una unidad que se mantiene en otra dimensión para un libro-imagen. Es difícil lograr la ruptura, dar el salto y moverse en la multiplicidad, escapar de lo Uno o de la unidad oculta. Los autores reconocen que no lo han conseguido, dicen haber empleado palabras-mesetas, que a su vez son conceptos, conceptos que son líneas. 
Sólo hay agenciamientosmaquínicos de deseo, como también agenciamientos colectivos de enunciación, es decir, instancias dersubjetivadas, no individualidades. 
Lo múltiple hay que hacerlo, pero no añadiendo constantemente una dimensión superior, sino, al contrario, de la forma más simple, a fuerza de sobriedad, al nivel de las dimensiones de que se dispone, siempre n-1 (sustrayéndolo a lo Uno forma parte de lo múltiple) Sustraer lo único de la multiplicidad .
De este modo, Deleuze y Guattari acaban de construir un principio de variación continua cuyo movimiento futuro es definido a priori como imposible de codificar y que permite la absoluta conexión de cualquier zona de una línea con cualquier otra ya fuera mediante pliegues y dobleces o mediante haces transversales de nuevas líneas. De este modo se fomenta al máximo la posibilidad de conexión con lo otro y la salida de la subjetividad propia heredada de las formaciones sociales en las que nos hemos educado. Este modelo de rizoma, que crece al modo de un tubérculo, es la única metodología posible que un sujeto descodificado puede ejercer en el ámbito virtual, si quiere traer la novedad del acontecimiento al ámbito de la realidad actual. Esta metodología rizomática, es propiamente metodología antimétodo.
En oposición a una estructura, definida normalmente por un conjunto de nodos que señalan posiciones y de relaciones unívocas entre esos nodos, el rizoma está hecho únicamente de líneas: líneas de segmentaridad o de estratificación que conforman individualidades intensivas con la finalidad de actualizarse pero también de líneas de fuga o de desterritorialización por las cuales la misma multiplicidad virtual se metamorfosea continuamente hasta el momento de su actualización, momento en el cual, como ya sabemos, cambia de naturaleza. Ahora bien, el rizoma no es en ningún modo el caos absoluto del indiferenciado: «Nada de todo esto constituye una noche blanca caótica, ni una noche negra indiferenciada. Hay reglas, y esas reglas son las de la “planificación”, las de la diagramatización». [Deleuze - Guattari 2004: 75].
El diagrama, terminología tomada de la filosofía kantiana, será el modelo abierto que cada artista-creador erige como paradigma a alcanzar. Pero debe comprenderse cómo este modelo no es para nada actual o cerrado, y no es susceptible de copia según el esquema representativo. El diagrama es, en este sentido, el sentido mismo del rizoma en tanto que condición de posibilidad de la creación de lo nuevo y que no tiene por qué tener relación de semejanza alguna con lo creado. El diagrama es entonces un signo-movimiento en tanto que lleva de lo virtual a lo actual de una forma semiótica no necesariamente lingüística. Pero un signo que debe distinguirse de los índices designativos territorializantes, pero también de los iconos en tanto que signos de desterritorialización, y de los símbolos, concebidos por Deleuze como signos de desterritorialización relativa o negativa. El diagrama, «no funciona para representar, ni siquiera algo real, sino que construye un real-futuro» [Deleuze - Guattari 2004: 144].
Deleuze
Concepto de dispositivo
1990
Sigue una idea de Foucault
En una entrevista concedida en 1977 (Foucault, 1984), Michel Foucault responde con una descripción cuando le preguntan ¿qué es un dispositivo? 
El dispositivo es una red, un conjunto decididamente heterogéneo, que comprende discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas. Los elementos del dispositivo pertenecen tanto a lo dicho como a lo no-dicho. El dispositivo es la red que puede establecerse entre estos elementos. 
En segundo lugar está la naturaleza del vínculo que puede existir entre estos elementos heterogéneos. El dispositivo puede aparecer bien como programa de una institución, bien por el contrario como un elemento que permite justificar y ocultar una práctica, darle acceso a un campo nuevo de racionalidad. Hay un juego de los cambios de posición, de las modificaciones de funciones que pueden, estas también, ser muy diferentes. 
En tercer lugar, por dispositivo entiende una especie de formación que, en un momento histórico dado, tuvo como función mayor la de responder a las circunstancias. 
Deleuze
Distingue: curvas de visibilidad; curvas de enunciación; líneas de fuerzas; (dimensiones de poder y de saber) líneas de subjetivación; líneas de ruptura, de fisura, de fractura que se entrecruzan y se mezclan mientras unas suscitan otras a través de variaciones o hasta de mutaciones de disposición.
El dispositivo implica líneas de fuerza desde el ver al decir y el hacer, e inversamente, como flechas que no cesan de penetrar las cosas y las palabras, que no cesan de librar una batalla que busca reconectar los discursos con la vida, y en esa medida abren una dimensión de poder al nivel de lo biopolítico.
El dispositivo abre también líneas de subjetivación, investiga lugares desde los que construir subjetividades en las que el sí mismo no es un saber ni un poder, sino un proceso de individuación que tiene que ver con grupos o personas. Es un proceso de individuación que tiene que ver con grupos o personas y que se sustrae a las relaciones de fuerzas establecidas como saberes constituidos: es una especie de plusvalía. 
El dispositivo permea flujos, o permite y alberga irradiaciones, líneas de flujo, en una constelación variable que se mueve en acciones diversas.
El dispositivo permite operar transformaciones, marcar y desmarcar trayectos diversos, conectar elementos, propicia deslizamientos y subjetivaciones.
El dispositivo hace ver y hace hablar acoplado a determinados regímenes históricos de enunciación y visibilidad. Distribuye lo visible y lo decible.
El ser humano es resultado del dispositivo, lo que los lenguajes hacen del sujeto como captura, pero también puede salir de él, seguir las líneas de fractura.
La literatura y la vida
Reflexión acerca de lo que motiva a un escritor a arrojarse al proceso de creación literaria. 
Para Deleuze, la escritura es un proceso, un sendero que modifica definitivamente a quien lo recorre, una mutación donde el escritor y la lengua misma cambian y gradualmente se vuelven diferentes, una tercera opción, devienen-otro.
“La escritura es inseparable del devenir”, dice Deleuze. Se escribe para ser otro, para fugarse del hastío de estar sujeto siempre a las mismas estructuras. La literatura y la escritura abren líneas de fuga hacia devenires: “Se escribe por la vergüenza de ser hombre”; ¿existe un argumento más poderoso que éste? 
el escritor deviene médico, “médico de sí mismo y del mundo”. 
El arte es también el vaticinador: la literatura, en tanto que arte, consiste en crear un “pueblo que falta” —tal como lo llama Deleuze—una población recuperada, una colectividad libre, un pueblo menor.
La literatura resiste toda la dominación de las normas y las lenguas estandarizadas. “Objetivo último de la literatura: poner de manifiesto en el delirio esta creación de una salud, o esta invención de un pueblo, es decir una posibilidad de vida. Escribir por ese pueblo que falta”, escribe Deleuze.
 La escritura crea un escape, una fuga, un lenguaje menor, distinto, un estilo capaz de librarse de la lengua mayor autoritaria. La poesía, o narrativas como la de Kafka, dan la impresión de estar escritas en una lengua extranjera, desestructuran la lengua materna y crean una lengua singular dentro de la lengua misma; llevan el lenguaje mayor al límite. 
Apropiarse de una escritura es obtener una lengua desviada, es dotar de vida a los aspectos externos del lenguaje.
“Lo que hace la literatura en la lengua es más manifiesto: como dice Proust, traza en ella precisamente una especie de lengua extranjera, que no es otra lengua, ni un habla regional recuperada, sino un devenir–otro de la lengua, una disminución de esa lengua mayor, un delirio que se impone, una línea mágica que escapa del sistema dominante”.

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