Logo Studenta

sánchez albornoz

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

LITERATURA Y SOCIEDAD EN LA CASTILLA MEDIEVAL (CANTAR DEL CID, BERCEO, LIBRO DE BUEN AMOR) – Claudio Sánchez Albornoz.
En el PMC hay una constante atención de parte del poeta de Medinaceli hacia los bienes materiales, la riqueza, el medro (como mejora o aumento de tamaño). El primer episodio donde se regodea esta descripción es en el engaño de los judíos burgaleses por Rodrigo, para obtener recursos. Después, el poeta, al referir cada una de las gestas de su héroe consigna la cuantía del botín elegido.
El juglar nunca cambia de ángulo visual, de manera que podría pensarse en el apetito de medro como uno de los motores esenciales de la trama del cantar. Es lo que atrae a mesnada del Cid nuevos guerreros, quien quiera librarse de trabajos y ser rico, que vaya junto al Campeador. Presenta además, la codicia de tesoros del Cid por parte de los infantes de Carrión. Es una leit motiv que funciona como fuerza determinante del nudo dramático de la obra. Afirma el carácter popular de la épica castellana, su condición de poesía para el pueblo, y el carácter de hombres libres de Europa feudal que fue Castilla.
SA explica el movimiento ascensional de Castilla en la escena histórica por su condición de hombres libres, exentos del poder mediatizador de grandes magnates laicos y hombres eclesiásticos, de hombres libres todos rectores de sus propias vidas, abiertos hacia horizontes de medros económicos y sociales, señores de sus propios destinos, capaces de superar su condición nativa por obra de su audacia, el coraje y trágico coqueteo con la muerte en la batalla con el moro y en la repoblación de las fronteras, nunca seguras.
Ningún abismo separa a Castilla a las masas populares de los pequeños nobles rurales e infanzones, que vivían como ellas. En Castilla era posible ascender desde el villanaje a la nobleza por el camino de la guerra, mediante el ingreso en filas de caballería ligera o en una mesnada vasallática. La mayoría de los campesinos castellanos podía elegir libremente señor, si le placía tener uno, y los restantes podían volverse propietarios yendo a la frontera. 
El pueblo de Castilla, altanero, dinámico y trabajador, no aceptaba el papel pasivo de espectador de la vida pública, sino que combatía como y junto a los nobles, y hacía y deshacía a sus hombres, como en toda democracia. Todos, desde el infanzón al solariego, se hallaban habituados a soñar en adquirir riqueza, prestos a ascender en la jerarquía social a golpes de audacia y coraje. 
Los cantares de gesta castellano tenían no poco de sustancia política. El de MC rebosa rencor contra la alta aristocracia, y admiración hacia los infanzones y caballeros, hijos de sus obras más que de su estirpe y su riqueza, no logra ocultar una clara hostilidad al rey y descubre una vivaz enemiga a los judíos, explicable por la presión económica que ejercían sobre el demos, al amparo de príncipes. 
En contraste con la religiosidad islámica, Berceo descubre su concepción vasallática de las relaciones del hombre con Dios, enraizada en la vida castellana de la época. 
Conviene recordar la religiosidad vasallática peninsular la idea central del vasallaje hispano (servicio a cambio de protección) desbordó de la vida social hacia la vida religiosa. Frente a la rígida vinculación feudal más allá de los pirineos, el castellano busca libremente a señor a quien servir y por quien ser protegido. Esta práctica fue llevada al área de las relaciones con las potestades celestiales.
Berceo es el mejor testigo de este traslado. En los MNS fundamenta el divinal prodigio en estrecha correlación de servicio vasallático y poder señorial de vasallático servicio del pecador o del cuitado y de señoral protección de la Madre de Dios. Por sus vasallos, la madre es siempre piadosa. Por ellos pelea con demonios, habla con su hijo divino, trastorna las leyes de la naturaleza, y salva del deshonor y el infierno a grandes pecadores. 
LBA primer relampaguear del espíritu burgués en la Castilla del trescientos. La modernidad de la burla de Juan Ruiz tiene que ver con un enfrentamiento con una sociedad en trance inicial de crisis y el giro hacia una sociedad nueva. Debe observarse que la realeza escapa de la burla del arcipreste. La pluma de JR, a través de la que se ríen las masas burguesas, adivina que la institución real empuja la crisis de lo caballeresco y lo clerical hacia su desenlace.

Continuar navegando