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POESÍA ORAL Y CANTARES DE GESTA- R. Menéndez Pidal
Puede estudiarse la poesía oral gracias a la persistencia de la canción épico-lírica son muestra de ella los romances españoles, obra de múltiples colaboradores, sucesivos en la tradición oral. 
Estudio de Parry y Lord contribuye a difundir la idea de que la épica de Homero y la épica medieval de Occidente es poesía de transmisión oral y de texto fluido, cambiante (elaborado durante su transmisión cantada). 
Las variantes en una canción épico lírica se dan como elemento creador poético Cada vez que se recita se hace una recreación un mismo cantor, al repetir un romance, lo hace en variantes. Lo mismo sucede en Yugoslavia (la poesía oral es fluida, cambiante, incluso en un mismo autor) Se canta en tensión poética, al reproducir una canción ante el público se re-produce; se mezclan el recuerdo y la leve refundición. El final siempre es menos estable, más abierto a las alteraciones que el comienzo. Por otro lado, cuando se recita sin pausas y sin canto para pasarlo a escrito, el texto se deforma
 La juglaría yugoslava puso de manifiesto la extraordinaria retención memorística entre quienes se dedican a la transmisión oral. 
 Hasta la invención de la imprenta, los cantores juglarescos son los principales agentes de publicación de poesía en lengua vulgar En el siglo XII emerge el concepto de “autor” en la poesía románica el poeta publicaba sus versos confiándolos a la memoria de un juglar, al que exigía absoluta fidelidad verbal. Cuando no existía esta exigencia, el juglar gozaba de libertad de memoria. Cuando un cantor aprende un poema que era considerado propiedad de todos (patrimonio del pueblo), sin la rigidez de un texto formulado por un autor, el poema resultaba flexible a los cambios admite variantes de pormenor, variaciones en la expresión, ya que a pesar de estas el cantor pretende seguir un prototipo colectivo una desviación grande parece intolerable a los otros, ya que es corregida.
 La canción tradicional oral vive en variantes y se rejuvenece y crece en refundiciones los cantores practican una recreación innovadora cuando una canción pierde interés por la misma repetición se renueva algo, se modifica el desenlace, se agrega un episodio.
En Yugoslavia el refundidor innova más de lo que conserva puede transformar por completo el tema tradicional, poseído por un virtuosismo improvisador. En Occidente, no hay improvisación: se conserva la historia que ya es muy vieja, se innova poco conservando la narración directa y objetiva de los hechos. 
Tanto el género oriental como el occidental dependen de un desarrollo fenomenal de la memoria, para fijar el texto la memoria aplicada a un poema oral no exige fidelidad absoluta, como el texto de un autor único. Se halla en estado fluido, expuesto a la recreación en variantes (por un mismo poeta) y sujeto a la renovación que, en una refundición, el cantor (otro) renueva en mayor o menor amplitud. 
HISTORIA Y POESÍA EN EL CANTAR DEL CID – Leo Spitzer
La afrenta de Corpes (la parte más dramática y poética de CMC) no es histórica, al contrario de lo que afirmaba MP. Entonces dado el carácter fabuloso de la acción central, es arriesgado declarar histórico el poema en su conjunto. 
 Al ser ficción el episodio, tendría que haber habido motivos poéticos para introducirlo Primero, la necesidad artística de oponer al Cid en su apogeo de nobleza caballeresca, a adversarios infames que resultan la negación viviente de toda caballería (afeminados, celosos, codiciosos, derrochadores, crueles) herirán la honra del héroe y desgarrarán “las telas del corazón” para satisfacer su odio mezquino.
El Cid no tiene enemigos heroicos y nobles (como Aquiles o Roldán) A diferencia de otros héroes, el Cid es un héroe modelo, y no puede tener otro adversario que el no-modelo, el anti-modelo. El Cid es ejemplar en todas las virtudes del hombre maduro: es una síntesis del rebelde y del vasallo leal al servicio del monarca; rebelde-leal que no se rebela. Su adversario más que el rey es la fatalidad tiene como instrumentos al rey que no conoce la justicia, a los infantes, a las intrigas palaciegas. Es una invención poética lo que opone las intrigas de los mezquinos a lo magnánimo del héroe ideal. El poeta precipita al Cid en su momento de mayor felicidad (devuelto el amor del Rey, conquistador de Valencia, rico y honrado, con sus hijas casadas) a lo más hondo del sufrimiento, que no logró el destierro, para luego subir a lo más alto como ejemplo de orden providencial que recompensa al virtuoso. 
La afrenta de Corpes es una consecuencia de la fidelidad del Cid El casamentero fue el rey, no él; quien luego de la reconciliación toma otra decisión dañina para el Cid y su familia. A pesar de esa nueva persecución del destino, el Cid logra librarse de ella, por su virtud y su fama las mismas que hacen que los reyes de Navarro y Aragón pidan las manos de sus hijas. Al final se proclama la victoria de las fuerzas del bien, se colma al Cid de felicidad como antes se lo colmó de desgracias. 
La corte no se celebra en la realidad histórica pero sí en la realidad poética El matrimonio ultrajado, el episodio del león, son ficción (este último ocasiona el odio de los infantes). En el episodio del león, contrasta el odio de los mezquinos contra la fuerza mágica y sobrehumana del Cid, como santo que opera milagros sin martirio y sin lucha el león es el agente catalítico que separa las fuerzas del mal y del bien.
Cénit de la acción momento en que el Cid llega a ser padre de reinas. El nadir la escena de los judíos (también ficticia). MP niega el antisemitismo del héroe, y si bien no son nulas las deudas contraídas con los judíos, el poeta anuncia que se pagará el engaño. Si tal episodio no está se trata de otra de las omisiones del autor. Para Spitzer no hay una promesa de pago, sino que la omisión es intencional el poeta busca señalar el punto más bajo de la trayectoria del Cid, el nivel al que una vez tuvo que encontrarse, sin que fuera su culpa Su trayectoria lo lleva de caballero-bandido a conquistador de Valencia, donde triunfa la “limpia cristiandad” pero la verdadera ganancia es la manifestación exterior de la honra que va creciendo a lo largo del poema (representada también en la barba). 
Lo problemático no es la vida interior del protagonista, ya que es siempre mesurado y ejemplar, sino la vida exterior injusta que debe vivir es la vida la que debe justificarse ante un ser ejemplar como él “qué buen vasallo si oviesse buen señor” es el verso que revela la óptica del cantar, el vasallo es bueno, el rey es bueno (siempre es llamado así) pero falta una relación adecuada de buen vasallo a buen señor por la imperfección de la vida humana El poeta establece finalmente la situación ideal. El Cid tiene carácter de santo laico, puede cambiar la vida alrededor de sí por la milagrosa irradiación de su personalidad. La aparición del ángel Gabriel, única intervención sobrenatural en el poema, muestra de qué lado está la Providencia. 
Otro elemento ficticio la larga oración de Jimena, que no es una imitación de canciones semejantes de la chanson de geste es una derivación paralela de canciones mágicas cristianas. Representa el grito de la mujer del agraviado y a la vez la voz del público, que ruega a la providencia por el bien del héroe recibe contestación en la aparición del ángel. El Cid está bajo la protección de Dios.
Todos estos elementos ficticios reconocidos por MP (episodio del león, de las arcas, de Jimena y del ángel Gabriel) y los no reconocidos (primer matrimonio, afrenta de Corpes) no son advenedizos son fundamentales para poner de relieve la trayectoria ascendente de la vida exterior del héroe.
ESTILO Y CREACIÓN EN EL POEMA DEL CID – Dalmaso Alonso
La recitación juglaresca debía ser una semi-representación a medio camino entre ser narrativa y ser dramática
 EL paso a lenguaje directo se realiza muchas veces sin verbo introductor (el empleo del tipo “A dijo”) se omite o se varía la fórmulacon matizaciones (asintió, rezongó, etc) muchas veces tiene que ver con la previsión del recitado y mímica juglaresca ante un auditorio
 En los diálogos las oraciones son sencillas, hay escasez de subordinadas se omiten partículas y conectores lógicos de enlace.
 El creador hace vivir con a sus personajes, contrastados y diferenciados. Personajes cómicos: el rey de Búcar, el conde de Barcelona. Otros bien caracterizados: Martín Antolínez (Caballero-pícaro), Pedro Bermúdez. 
FÓRMULAS, CONTEXTOS Y ESTRUCTURAS ÉPICAS – E. De Chasca
Fórmula según Parry grupo de palabras que se emplean con la misma regularidad en las mismas condiciones métricas para expresar una idea habitual. 
De Chasca define la fórmula como cualquier procedimiento épico habitual, del estilo o de la disposición narrativa. Sin embargo, no coincide con Parry: no expresan siempre la misma idea esencial las mismas palabras la huella psíquica de estas se matiza de distintos modos en distintos contextos.
Ejemplo cuando Raquel le besa la mano al Cid y dice “que en buena cinxiestes espada” (175) no puede interpretarse como una simple expresión de admiración. El judío ve al Cid con los ojos del interés, como una fuente de riqueza. 
A menudo una variante del epíteto puede ser elegida porque conviene a la asonancia, porque una cantidad específica de sílabas es adecuada para ajustarse a la medida de un hemistiquio, para llenar un verso y darle tiempo al juglar de ensartar el elemento narrativo siguiente Pero no siempre se utiliza el epíteto sin particularizarlo de matices especiales.
Ejemplo 2 Utilización para referirse a Martín Antolínez “el mío Fidel vassallo” en el v. 204 en vez de repetir “burgalés contado” del v. 193 lo llama así porque ha dado una prueba de su fidelidad, al proveer de víveres al Cid. Cuando vuelve a dar otra muestra de fidelidad, lo llama “burgalés leal” también en la tirada 13. 
Otra característica es la iteración de significados afines en orden ascendente se manifiestan paralelismos en el hemistiquio, en el verso, en la serie, y en la forma interior del poema como totalidad. En congruencia con los dos temas del poema: Tema de la honra del Cid en la esfera política y la honra del Cid en la esfera doméstica.
FORMAS Y TÉCNICAS NARRATIVAS EN EL CANTAR DEL CID – Colin Smith
A pesar de las diferencias de tono entre la primera parte (predominio de hechos militares) y la segunda parte (más dramática), los críticos aceptan la unidad del texto, basándose en razones artísticas. Los temas centrales se mantienen consistentes y los personajes son constantes, más allá de algunas omisiones.
Los versos están agrupados en series o tiradas, párrafos que encierran una misma idea dentro de cada una la asonancia es más o menos continua la serie más corta tiene 3 versos y la más larga 190. Se cierra la tirada y cambia la asonancia ante una nueva escena, discurso directo, o al iniciar un nuevo tema hay series paralelas o gemelas donde se recapitula el tema anterior, por énfasis o insistencia artística el poeta no hace demasiado uso de esta técnica, quizá porque era heredada de un pasado oral.
-E paragógica (ej en la tirada 18, asonancias en a mezcladas con otras en a-e) la tradición oral de la épica había cantado los versos colocando una –e después de la vocal acentuada al final del verso, haciendo todas las asonancias dobles e iguales el autor escribió CMC en el castellano corriente de su época. A menudo, la –e adicional representaba un recuerdo de la –e existente en infinitivos y nombres latinos, que aun se pronunciaba en el siglo X en Castilla. La –e paragógica es una licencia muy usada en un género de rasgos y convencionalismos arcaicos, como corresponde a lo antiguo y noble de sus temas.
 El aspecto gramatical que interesa es la libertad de los tiempos verbales se usa el presente histórico para hacer más vívida la narración.
 Otro aspecto a tener en cuenta es la claridad, economía y simplicidad de estilo incluso la introducción de epítetos épicos tienen una función estructural, estética y melódica. El poeta sigue una línea narrativa en el conjunto y en el detalle, sin permitirse digresiones. 
La selección que hace el poeta del detalle en sus pasajes más literarios permite sugerir toda una escena en la alusión a pequeñas cosas y asociar esa escena a los personajes del drama y nuestras emociones. No describe Cardeña, porque todos lo conocían; pero presenta a los monjes emocionados por la llegada del Cid (244), y a Doña Jimena rogándole a su esposo (327). 
 En otro ejemplo, de los versos 1610-7 el poeta hace ver a Valencia a través de los ojos de Doña Jimena y sus hijas, más impresionables y sensibles. 
 También en la afrenta de Corpes: el Cid presagia la desgracia y ordeña a Férez Muñoz que acompañe al grupo; estas sospechas no se indican. Para valorar mejor lo que se presagia, hay que observar la escena los árboles son anormalmente altos, se pierden en las nubes (2698): el infierno medieval era descripto como rodeado por un bosque, que ofrecía el peligro de las fieras sin embargo hay un locus amoenus en el bosque, un vegel o claro con una fuente de agua cristalina: por un momento todo es inocencia y encanto. La noche en el bosque no es desagradable pero el alba, en vez de traer claridad y esperanza, traerá la predicción de la tragedia (2704).

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