El Palenque (arqueología)

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El Palenque (arqueología)
El Palenque (arqueología)
Palenque (arqueología), antigua ciudad maya en México, situada en el actual estado de Chiapas, muy próxima al pueblo de Santo Domingo del Palenque, de donde deriva su nombre actual. Su denominación original pudo ser Nachan, que significa 'Casa de serpientes'. La ciudad, datada en el periodo clásico superior de la civilización maya (600-950), fue cubierta por un denso bosque tropical.
Los restos demuestran el gran alcance de los conceptos arquitectónicos mayas y marcan un hito en el arte del periodo clásico. Estas ruinas, descubiertas en 1785, están constituidas por plataformas sobre las que descansan pirámides de piedra trabajada, rematadas por templos abuhardillados. La mayor parte de los edificios son de una única y alta planta. Sorprende la sensación de ligereza de los edificios, efecto conseguido por la apertura de numerosos vanos en los muros, la inclinación de su parte superior (sugiriendo así una bóveda) y el aligeramiento de los techos a partir de la inserción de vanos en el intradós de las bóvedas.
La construcción principal, conocida como El Palacio, de 69,5 metros de longitud, descansa sobre una base troncopiramidal, de la que sobresale una torre de 3 pisos, una de las pocas que se conocen de la arquitectura precolombina (probablemente usada como observatorio astronómico o puesto de vigilancia) y fruto de varias etapas constructivas. El edificio, como muchos otros dentro de esta ciudad, se organiza en torno a una sucesión de patios. Esta construcción posee además otra notable característica: en tres de sus fachadas exteriores se suceden una serie de crujías de distintas etapas, que unidas han formado una galería casi continua que permite deambular en torno al palacio.
Entre los principales santuarios de la ciudad destacan el templo del Sol, el templo de la Cruz, el templo de la Cruz Foliada y el templo de las Inscripciones. El prototipo es el templo del Sol, que conserva prácticamente todas sus piezas originales. Con un basamento escasamente elevado y un gran pórtico de acceso, presenta un friso en la parte superior con numerosos fragmentos de esculturas en altorrelieve. 
Otro capítulo importante es el de la escultura en bajorrelieve labrada en piedra caliza o modelada con estuco. Muchas de las paredes están decoradas con relieves figurativos en estuco y con inscripciones jeroglíficas que relatan escenas mitológicas de la historia maya; estaban además policromadas, y los restos mejor conservados son los que cubrían los muros de la fachada oeste del palacio. Todas las escenas están bordeadas por cenefas, guirnaldas ornamentales con motivos vegetales y cabezas de dioses mayas.