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Causas para explorar el océano Atlántico Las especias La dieta alimenticia medieval era monótona. Estaba compuesta por cereales y unas pocas le- gumbres, reservándose la carne y el vino para las personas más ricas o para los días festivos. Inclusive, la mesa diaria de los nobles era extraordinariamente pobre en condimentación. Además, antes no se conocían en Europa ciertas frutas, hortalizas, hierbas que hoy son comunes en nuestro medio como: tomates, caña de azúcar, arroz, azafrán, manzanilla, canela, nuez moscada, clavo de olor, jengibre, pimienta, higos, naranjas, limones, melones, granadas. Además, escaseaba la sal. Durante el siglo XIV, crecieron las actividades comerciales y las ciudades del Mediterráneo. Especialmente, las italianas se fortalecieron con el tráfico mercantil del Oriente. Estos productos solo podían obtenerse en las lejanas tierras de India, Molucas, archipiélago de Sonda, Catay, Cipango, etc. Pero, después de la toma de Constantinopla, los turcos tenían controlados los caminos. Los valientes comerciantes corrían el riesgo de perder la vida o convertirse en esclavos de los musulmanes para conseguir estas mercancías. Por eso, una vez en Europa, estas especias eran excesivamente caras. Gran parte de ellas tenían una utilidad práctica: servían de conservantes de la carne. Sin embargo, su mayor importancia como elemento impulsor de la expansión marítima europea fue representar el anhelo por disfrutar de una existencia regida por el lujo, lo raro y lo exótico. ¡Muy interesante! Los romanos conocieron primero algunos de los condimentos orientales y los introdujeron en todo el mundo occidental, pero durante la Edad Media el comercio fue altamente restringido, por lo cual estas especias casi no se usaban ni se conocían en la vida cotidiana medieval. Metales preciosos En Europa no se producía oro. En los Alpes franceses y alemanes existían algunas minas de plata, pero algunas de ellas habían sido abandonadas. El uso de los metales preciosos era necesario porque servían de pago en el comercio con el Oriente. La industria europea de los últimos años de la Edad Media producía objetos de vidrio y metal (desde jarras de estaño hasta armas de acero) o de cuero, pero sus tejidos no podían competir con la suavidad de la seda china o la suntuosidad de los tapices y las alfombras de Siria, Egipto y Persia. En las Indias y Catay, a más de las especias, existían metales preciosos, seda y una infinidad de artículos. Esclavos Asimismo, deseaban obtener esclavos para utilizarlos como mano de obra en un continente que se recuperaba de la catástrofe demográfica sufrida a partir de 1348, como consecuencia de la peste negra. África era la mayor fuente de esclavos. Todo esto constituía una novedad en Europa y podía enriquecer a cualquiera que se aventurase en su búsqueda. Portugueses y castellanos Tanto castellanos como portugueses, paulatinamente, fueron superando a los principados italianos en el dominio de los mares, y la superioridad de sus navíos los habilitaba para la extraordinaria aventura de buscar un nuevo camino al Oriente, búsqueda que implicaba largas travesías mar adentro, con la posibilidad de quedar sin alimentos, de enfermarse, o de ser víctimas de “enormes monstruos marítimos que horrorizaban a los tripulantes”. Travesía por el Atlántico Fueron los portugueses quienes primero iniciaron las exploraciones, abandonando el ya conocido marco geográfico y, en una empresa temeraria, recorrieron las costas africanas. En 1431 llegaron a las islas Azores, en 1434 al cabo Bojador, dos años después al cabo Blanco y en 1452 al golfo de Guinea. El príncipe portugués don Enrique el Navegante fue el gran impulsor de estas exploraciones. Fundó en la ciudad de Sagres un observatorio y escuela náutica, donde llevó a los cosmógrafos más renombrados de su época, quienes trabajaron activamente para lograr sus objetivos y ayudar a Portugal a convertirse en una potencia mercantil. Las exploraciones realizadas en las costas africanas les permitieron la trata de esclavos venidos de estos lugares, siendo así Lisboa el primer mercado de esclavos de la Edad Moderna. En 1460, llegaron a las islas de Cabo Verde, de donde también consiguieron gran abundancia de esclavos destinados al cultivo de la caña de azúcar. Los españoles, debido al problema de ocupación árabe en su territorio, no podían dedicarse de lleno a los viajes oceánicos, pero firmaron con Portugal en 1479 el Tratado de Alcaçovas - Toledo, por el cual se le otorgaba a Portugal la exclusividad sobre Guinea y el derecho a “descubrir” al sur de las islas Canarias. Este archipiélago se le concedía a España y tenía esta la preferencia de conquistar todas las tierras que se hallasen ubicadas al norte y al oeste de las Canarias. Mientras los españoles seguían en su lucha de reconquista, los portugueses realizaron el hallazgo más importante para los europeos: en 1488 Bartolomé Díaz llegó al extremo sur del continente africano, llamando al lugar cabo Tormentoso. El rey Juan II rebautizó como Buena Esperanza, que quizá era el nombre más apropiado, ya que este descubrimiento aumentaba las esperanzas de llegar más pronto a las Indias: la ruta finalmente parecía despejada y la gloria de ser el primero en llegar al ansiado territorio correspondió a Vasco da Gama, quien en 1498 llegó al puerto de Calicut, (India). Sin embargo, a pesar del esfuerzo portugués, seis años antes el navegante genovés, al servicio de la corona española, Cristóbal Colón llegó al Nuevo Mundo. Los españoles, por su parte, iniciaron más tarde que los portugueses sus exploraciones ultramarinas en el Atlántico. Recién las realizaron después de expulsar definitivamente a los árabes de la península Ibérica en el año 1492. ¡Muy interesante! Un tratado internacional es un acuerdo escrito entre ciertos sujetos de derecho internacional. Lo más común suele ser que tales acuerdos se realicen entre Estados, aunque pueden celebrarse entre Estados y organizaciones internacionales. Llegada de los europeos a América titulo Los proyectos de Colón El gran protagonista de los proyectos españoles fue el genovés Cristóbal Colón, quien infructuosamente había propuesto al rey de Portugal su idea de navegar por el Occidente para llegar al Oriente, pues su propósito fue rechazado. De Portugal pasó a Castilla en 1486 y obtuvo una audiencia con los Reyes Católicos, quienes después de escucharlo encomendaron a una junta de eruditos el estudio de sus planes. La junta consideró que la teoría propuesta por Colón no era viable y su proyecto en primera instancia fue también refutado. Pero, lejos de que lo desanimen estas oposiciones, Colón redobló sus esfuerzos y consiguió replantear sus sueños ante la reina Isabel, quien junto con el rey Fernando, su esposo, decidieron patrocinar sus ideas. Así, el 17 de abril de 1492 se firmó la célebre Capitulación de Santa Fe, documento mediante el cual los reyes se comprometían a otorgar al marino genovés los siguientes derechos: a) El título de almirante de las islas y tierras que descubriese para él y sus herederos. b) El título de virrey y gobernador de los territorios “descubiertos”. c) La décima parte de las riquezas o mercancías obtenidas dentro de los límites del almirantazgo. d) Se le permitía contribuir con la octava parte en armar los navíos. ¡Muy interesante! Se denomina capitulación al convenio o contrato que firmaban los reyes con los expedicionarios que venían a las Indias. En ella se estipulaban los derechos y deberes de cada una de las partes. Viaje a las Indias El viernes 3 de agosto, tres carabelas, la Niña, la Pinta y la Santa María, partían a lo desconocido y, luego de sortear todo tipo de situaciones, tras dos meses de viaje, el 12 de octubre de 1492 se producía uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la humanidad:“el descubrimiento de América”, el encuentro de dos civilizaciones desconocidas entre sí. La isla a la que llegaron fue denominada San Salvador por el almirante. Sucesivamente, fueron exploradas otras, en las cuales los españoles se encontraron con grupos humanos diferentes a los conocidos por los europeos. ¡Muy interesante! La palabra descubrimiento significa hallazgo, encuentro o manifestación de lo que estaba oculto o era secreto. En Historia, para referirse a los hallazgos de Colón y otros navegantes, dejó de usarse este vocablo, pues los aborígenes también descubrieron a los europeos cuando ocurrió el encuentro de dos mundos. Un documento escrito por Colón anunciando a los reyes su llegada a las Indias revela algunas interesantes descripciones y sucesos de aquel memorable viaje. Documento Carta de Colón anunciando el encuentro de dos civilizaciones “Señor, porque sé que habréis placer de la gran victoria que Nuestro Señor me ha dado en mi viaje, os escribo ésta, por la cual sabréis como en 33 días pasé de las islas de Canaria a las Indias con la armada que los ilustrísimos rey y reina nuestros señores me dieron, donde yo hallé muy muchas islas pobladas con gente sin número; y de ellas todas he tomado posesión por Sus Altezas con pregón y bandera real extendida, y no me fue contradicho. A la primera que yo hallé puse nombre San Salvador (isla Watling) a conmemoración de su Alta Majestad, el cual maravillosamente todo esto ha dado; los Indios la llaman Guanahani; a la segunda puse nombre la isla de Santa María de Concepción (cayo Rum); a la tercera Fernandina (isla Long); a la cuarta La Isabela (isla Crooked); a la quinta isla Juana (Cuba), y así a cada una he dado nombre nuevo. Cuando yo llegué a la Juana, seguí yo la costa de ella al poniente, y la fallé tan grande que pensé que sería tierra firme, la provincia de Catay. Y como no hallé así villas y lugares en la costa de la mar, salvo pequeñas poblaciones, con la gente de las cuales no podía haber habla, porque luego huían todos, andaba yo adelante por el dicho camino, pensando de no errar grandes ciudades o villas; y, al cabo de muchas leguas, visto que no había innovación, y que la costa me llevaba al septentrión, de adonde mi voluntad era contraria, porque el invierno era ya encarnado, y yo tenía propósito de hacer de él al austro, y también el viento me dio adelante, determiné de no aguardar otro tiempo, y volví atrás hasta un señalado puerto, de adonde envié dos hombres por la tierra, para saber si había rey o grandes ciudades. Anduvieron tres jornadas, y hallaron infinitas poblaciones pequeñas y gente sin número, mas no cosa de regimiento; por lo cual se volvieron. (...) La Española es maravilla; las sierras y las montañas y las vegas y las campiñas, y las tierras tan hermosas y gruesas para plantar y sembrar, para criar ganados de todas suertes, para edificios de villas y lugares. De los ríos muchos y grandes, y buenas aguas, los más de los cuales traen oro. (...) En los árboles y frutos e hierbas hay grandes diferencias de aquellas de la Juana. En ésta hay muchas especierías, y grandes minas de oro y de otros metales. La gente de esta isla y de todas las otras que he hallado y he habido noticia, andan todos desnudos, hombres y mujeres, así como sus madres los paren, aunque algunas mujeres se cobijan un solo lugar con una hoja de hierba o una cofia de algodón que para ellos hacen. Ellos no tienen hierro, ni acero, ni armas, ni son para ello, no porque no sea gente bien dispuesta y de hermosa estatura, salvo que son muy temerosos a maravilla. (...) Verdad es que, después que se aseguran y pierden este miedo, ellos son tanto sin engaño y tan liberales de lo que tienen, que no lo creería sino el que lo viese. Ellos de cosa que tengan, pidiéndosela, jamás dicen de no; antes, convidan la persona con ello, y muestran tanto amor que darían los corazones, y, quieren sea cosa de valor, quien sea de poco precio, luego por cualquiera cosica, de cualquiera manera que sea que se le dé, por ello se van contentos. (...) Y daba yo graciosas mil cosas buenas, que yo llevaba, porque tomen amor, y allende de esto se hagan cristianos, y se inclinen al amor y servicio de Sus Altezas y de toda la nación castellana, y procuren de ayuntar y nos dar de las cosas que tienen en abundancia, que nos son necesarias. (...) Y luego que llegué a Indias, en la primera isla que hallé tomé por fuerza algunos de ellos, para que dependiesen y me diesen noticia de lo que había en aquellas partes, así fue que luego entendieron, y nos a ellos, cuando por lengua o señas; y estos han aprovechado mucho (...). En todas estas islas no vi mucha diversidad de la hechura de la gente, ni en las costumbres ni en la lengua; salvo que todos se entienden, que es cosa muy singular para lo que espero que determinaran Sus Altezas para la conversión de ellos a nuestra santa fe, a la cual son muy dispuestos (...) En esta Española, en el lugar más convenible y mejor comarca para las minas del oro y de todo trato así de la tierra firme de aquí como de aquella de allá del Gran Can, adonde habrá gran trato y ganancia, he tomado posesión de una villa grande, a la cual puse nombre la villa de Navidad (...) Otra isla hay, me aseguran mayor que la Española, en que las personas no tienen ningún cabello. En ésta hay oro sin cuento, y de ésta y de las otras traigo conmigo Indios para testimonio. (...) Así que, pues Nuestro Redentor dio esta victoria a nuestros ilustrísimos rey e reina y a sus reinos famosos de tan alta cosa, adonde toda la cris- tiandad debe tomar alegría y hacer grandes fiestas, y dar gracias solemnes a la Santa Trinidad con muchas oraciones solemnes por el tanto ensalzamiento que habrán, en tornándose tantos pueblos a nuestra santa fe, y después por los bienes temporales; que no solamente la España, mas todos los cristianos tendrán aquí refrigerio y ganancia. Esto, según el hecho, así en breve fecha en la carabela, sobre las islas de Canaria, a 15 de febrero, año 1493. Hará lo que mandaréis. El almirante.” Gómez Martínez, José Luis. “Antología del Ensayo. Repertorio de Pensadores”. Carta de Colón a los Reyes Católicos. Consecuencias Todos estos acontecimientos produjeron un terrible impacto en los europeos de aquellos tiempos.En apenas cincuenta años tuvieron que asimilar la realidad de que la Tierra no era plana como creían. Se conocieron nuevas especies de animales y plantas, como papa, maíz, tabaco, yerba mate, cacao, vainilla, etc. Se pusieron en contacto con otros pueblos, otras culturas, que ni siquiera conocían a Cristo y que la cristiandad estaba solo reducida a Europa. Esta realidad hizo que tanto los reyes de Portugal como los de España consideraran que el objetivo de la conquista sería la evangelización del Nuevo Mundo. Sin embargo, el objetivo económico primó desde el primer momento y las riquezas obtenidas en el nuevo continente favorecieron la política de los monarcas absolutos y su consolidación en el poder. Distribución de los territorios americanos entre las potencias europeas Bulas y tratados entre Castilla y Portugal Los hallazgos de Colón obligaron a la corona portuguesa a exponer públicamente sus investigaciones, que hasta ese momento eran un proyecto casi secreto. Cuando tuvieron noticias de la llegada de Colón a las Indias, de inmediato solicitaron que el papa Alejandro VI reconociera los derechos de Portugal sobre las nuevas tierras “descubiertas”. En consecuencia, el papa pronunció sus memorables bulas Inter Caetera concediendo a los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, “las tierras descubiertas o por descubrir que se hallasen hacia el Occidente, hacia la India o hacia cualquiera otra parte del mundo, siempre que estuvieran más allá de una línea que, de polo a polo, pasase a cien leguas de las islas Azores”, decía el textodel documento. Esta concesión se le otorgaba a España con el compromiso de evangelizar a los indígenas. Pero la corona portuguesa no quedó satisfecha con este privilegio, ya que Portugal no salía beneficiado. Portugal continuó en sus reclamos hasta que ambas cortes se pusieron de acuerdo y firmaron el Tratado de Tordesillas, el 7 de junio de 1494, por el cual se dividía el mundo conquistable entre las dos coronas ibéricas. La cláusula esencial decía: “Que se haga y señale sobre el océano una línea de polo a polo, al oeste trescientas setenta leguas de las islas que se llaman de Cabo Verde. Las tierras que quedaren hacia el oeste corresponderán a la corona de España y las del este a Portugal”. ¡Muy interesante! Una bula es un documento sellado con plomo sobre asuntos políticos o religiosos en cuyo caso, si está autentificada con el sello papal, recibe el nombre de bula papal o bula pontificia. Otros viajes emprendidos por Colón s.t.2 En el segundo viaje se alistaron 1.500 hombres y partieron de Cádiz el 25 de setiembre de 1493 y se exploraron las islas Dominica, Marigalante, Martinica, Guadalupe, Puerto Rico y Jamaica. La tercera expedición partió el 30 de mayo de 1498, de Sanlúcar de Barrameda, con seis naves. En este viaje, Colón tocó por primera vez tierra continental, pero debido a innumerables problemas, fue apresado por el juez pesquisidor Francisco de Bobadilla. Ya en España, los reyes le desposeyeron del cargo de gobernador de las nuevas tierras halladas, siendo nombrado en su reemplazo Nicolás de Ovando. En su cuarto viaje, Colón partió de Cádiz, pero el nuevo gobernador de las tierras por él conquistadas ni siquiera le permitió desembarcar y tuvo que marchar entonces al sudoeste, llegando a las costas de América Central. Regresó a España en 1504, donde falleció dos años después en Valladolid, el 21 de mayo de 1506, pobre y olvidado, creyendo hasta el último momento que había llegado a las Indias orientales. ¡Muy interesante! Las nuevas tierras fueron llamadas Indias y a sus habitantes indios, debido a la certeza del almirante Cristóbal Colón de haber llegado a la legendaria India. Pero fue el cartógrafo Américo Vespucio uno de los primeros en notar el error de acuerdo a sus investigaciones geográficas. Preparó unos mapas, a los que denominó Terri Americii o Tierras de Américo. En consecuencia, fueron más tarde conocidas con ese nombre las tierras halladas por Colón. Pero durante todo el tiempo en que España dominó un extenso territorio americano, en sus documentos oficiales se refería a Indias y no a América. ¡Muy interesante! Existen estudiosos que consideran la llegada de los vikingos a América durante el siglo X aproximadamente, y que se establecieron en el norte del continente, actual territorio de los Esta- dos Unidos. Algunos investigadores paraguayos sostienen que también arribaron a nuestro país. Ellos basan sus teorías en los hallazgos y restos de escrituras rupestres y algunos dólmenes, propios de esa cultura. La primera vuelta al mundo Frustrado el proyecto de Solís, fue enviado don Hernando de Magallanes, un portugués al servicio de la corona española, quien el 1º de noviembre de 1520 llegó al estrecho que unía el Atlántico con el Pacífico y se pudo concretar el sueño del almirante genovés, Cristóbal Colón: “Si navegamos siempre por Occidente, llegaremos al Oriente”. Magallanes siguió su viaje, pero corrió la misma suerte que Solís y falleció en Filipinas. Los restos de su expedición retornaron a España y, luego de una travesía de tres años, solo regresaron 18 hombres en una nave, llamada Victoria, que fue la primera en circunvalar la Tierra, comprobándose así su esfericidad. Los expedicionarios recibieron justos premios del rey y del pueblo español por tan notable hazaña. Realidad paraguaya del siglo XVI La obtención de oro y otras riquezas llegadas a España, provenientes de los territorios de México y Perú, desarrolló el interés en innumerables personas por la conquista de nuevas tierras en las Indias. Asimismo, la corona pretendió iniciar la búsqueda de un nuevo derrotero para penetrar en el continente, con el fin de evitar la amenaza que representaban los portugueses, luego que estos exploraron las actuales costas del Brasil. El mar del Sur España estableció su dominación territorial en las Antillas y desde la isla La Española exploraba otras regiones en busca del precioso metal. Un marino llamado Vasco Núñez de Balboa tuvo noticias de que hacia el oeste de la isla se encontraban tierras ricas en oro. Acompañado por varios nativos, emprendió la travesía por mar y tierra, cruzando la estrecha faja que actualmente corresponde a Panamá. En 1513 se encontró maravillado ante el gran océano Pacífico al cual denominó mar del Sur, creyendo que hasta allí llegaba el territorio que correspondía a España por el Tratado de Tordesillas. Sin embargo, este hallazgo demostró que se podía llegar a las Indias orientales encontrando un paso que uniera el océano Atlántico con el mar del Sur, al que más tarde se lo llamó océano Pacífico por la quietud de sus aguas en el sur del continente. Características de la conquista en el Río de la Plata El Río de la Plata Buscando ese paso, partió de España en el año 1515 el piloto mayor del reino, Juan Díaz de Solís quien al mando de una expedición de 60 hombres y tres naves, partió del puerto de Lepe el 8 de octubre de 1515. Dirigió sus naves hacia el Occidente con el propósito de hallar un paso que pondría en comunicación al mar del Norte, como lo llamaron al océano Atlántico, después del descubrimiento de Balboa, y al mar del Sur (océano Pacífico). La expedición llegó a un inmenso canal en enero de 1516, pensando que era la unión de ambos océanos, pero al probar sus aguas dulces notaron que procedían de un gran río, al que el piloto mayor lo denominó mar Dulce. Con este hallazgo inmortalizó su nombre el célebre navegante, pues las futuras empresas españolas de conquista y colonización del centro sudamericano utilizarían el río de Solís, al que los nativos llamaban Paraná Guazú. A Solís se le debe también el reconocimiento de la isla Martín García, situada en el mismo río, en donde, atraído por ciertas señales de amistad que parecían demostrar los indígenas, desembarcó con varios compañeros. Pero sin percatarse de las intenciones de aquellos, fallecieron trágicamente en las actuales costas uruguayas en manos de los charrúas. Trascendencia de la expedición de Alejo García y de Sebastián Gaboto s.t.2 El viaje de Solís no fue en vano. Pese a que pereció en la empresa, sus hombres posteriormente realizaron una expedición de trascendencia para nuestra historia patria. Entre los sobrevivientes del viaje de Solís, estaba un grupo que naufragó en una de las naves frente a la isla de Santa Catalina. El capitán de la misma, Alejo García, impulsado por las extraordinarias leyendas sobre las fabulosas riquezas que existían muy adentro del continente, narradas por los naturales, con quienes convivió durante ocho años, se lanzó a su búsqueda, recorriendo en el año 1524 el territorio del Paraguay. García, al mando de 5 españoles y 2.000 indios, subió hasta la actual Bolivia y regresó cargado con elementos que demostraban la existencia de metales preciosos. Fue víctima de una emboscada planeada por indios guaraníes cuando se disponía enviar a emisarios que habían quedado en Santa Catalina. Alejo García murió en 1525 en el sitio en donde más tarde sería Villa de San Pedro. Algún tiempo después, un veneciano al servicio de España, Sebastián Gaboto, debía realizar una expedición a las Molucas. Se detuvo en las costas de Brasil, donde dejó algunos tripulantes, y de allí se dirigió al río de Solís, al cual lo denominó Río de la Plata. Remontó el Paraná en marzo de 1527, fundó el fuerte de Sancti Spiritu, siguió arribando hasta llegar alrío Paraguay el 31 de marzo de 1528, a la altura del río Pilcomayo. Desde ese momento, Gaboto olvidó su contratación con España, ya que su propósito cambió: ahora deseaba encontrar la tierra de oro y plata. Enfiló sus naves por el Pilcomayo, pero la muerte de ocho de sus hombres en manos de los indígenas le hizo desistir de su cometido. Gaboto partió nuevamente a España, comunicando los pormenores de su hallazgo.
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